sábado, 30 de abril de 2011

5 razones por las que la doctrina trinitaria no es bíblica


 

5  Razones por las cuales  la doctrina de la trinidad no puede ser bíblica

1.-esta fue introducida en la iglesia primitiva, 4 siglos después de que Jesucristo fundo su verdadera iglesia, y todos los apóstoles ya estaban muertos, y los cristianos que no creían esa doctrina, eran perseguidos y muertos por quienes impusieron esa doctrina dentro de la entonces perseguida iglesia. No siendo esa la manera en que Jesucristo y los apostoles evangelizaron a los primeros cristianos, Dios nunca forza al hombre a creer en él y en sus doctrinas. Como lo hicieron los iniciadores de la doctrina de la trinidad. Quienes incitados por el diablo perseguian y mataban a los primeros cristianos, quienes se negaban a creer en sus falsas doctrinas (Ap. 17:6).

2.- la biblia no registra las palabras: trinidad, santisima trinidad, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo, nunca habla de 2 o 3 Dioses. al contrario, la biblia afirma y reafirma en varias ocaciones la existencia de un solo Dios: Creador y Salvador.

3.- una  la biblia no registra, un solo bautismo trinitario en la iglesia primitiva; en cambio si registra en sus escritos miles de bautismos hechos en el nombre de Jesucristo. Los cuales fueron realizados por los discipulos de Jesucristo, quienes recibieron las enseñanzas directas y fueron instruidos por el mismo Señor Jesucristo. Ellos, los que enseñaron y practicaron el bautismo en el nombre de Jesucristo, ellos fueron los fundadores de la verdadera iglesia; no los que inventaron 4 siglos despues la doctrina de la trinidad y el bautismo trinitario, (esta es la madre de todas las abominaciones de la tierra), y todos los que practican esto son sucursales de ella. No asi los que iniciaron el bautismo en el nombre de Jesucristo, los mismos que   fueron inspirados por el Espiritu Santo, para escribir las sagradas escrituras,y bautizar en el nombre de Jesucristo, cumpliendo asi con Mt. 28:19 el dia del pentecostes, bautizando a aprox. 3000 personas  en el nombre de Jesucristo. Unico bautismo aceptado`por Dios y su verdadera iglesia. ningun otro.

4.- (los siguientes puntos son una cruda verdad del bautismo trino). En el bautismo trinitario, no hay perdon de pecados, pues no se invoca el nombre de Jesucristo (Luc. 24:47, Hech. 2:38 , 4:12 y 22:16), o te pregunto: ¿que crees que a la hora del bautismo hace que tus pecados sean perdonados?:  a.- el agua en que te sumergen. b.- el ministro que te bautiza. c.- el nombre (razon social) de la iglesia a la que asistes.

! No! nada de eso,lo que en verdad hace que los pecados sean perdonados,

Es  INVOCAR EL NOMBRE DE JESUCRISTO.

No otra cosa, por lo tanto se concluye;

Que el bautismo trinitario (en que no se invoca el nombre de Jesucristo) es para todo, (hasta para un buen baño), pero nunca para el perdón de pecados. (Hech. 2:38 y Hech. 4:11-12, y 22:16) pues nunca se invoca el santo nombre de

Jesucristo (Lc.24:47,Hch. 2:38 y Hch.22:16).

                     Y

5.- porque ni tampoco obedecen a Mateo 28:19: pues si en verdad, obedecieran a Mt. 28:19,

Bautizarian asi:" yo te bautizo.....

en el nombre de YHWH (Padre)

y en el nombre de Jesucristo (Hijo)

 y en el nombre de  ¿ ¿?? ¿¿??          (Espíritu Santo)

¿Cual nombre te gusta, para el Espíritu Santo? yo digo que es Jesús. Por  lo tanto; si en verdad obedecieran a Mateo 28:19, esta seria la forma correcta de bautizarse, para cumplir con este mandamiento. He aqui otra prueba de que la trinidad no es una doctrina confiable, sino todo lo contrario, es una doctrina llena de muchas contradicciones y confusion para quien la practica. Pues ademas para tu conocimiento, cuando los discipulos de Jesucristo bautizaron en su nombre , ellos si cumplieron correctamente con Mt.28:19, pues al invocar el nombre de Jesucristo a la hora del bautismo, en ese mismo momento estaban invocando el nombre de Dios Padre y del Espíritu Santo. Pues el nombre

Jesucristo significa.= YHWH Salvador Ungido.

Por lo cual saco a conclusión, que los trinitarios erráis mucho ignorando las escrituras.

 

 

 

Deseo que Dios les bendiga y los llene de bendiciones

Armando Pérez Muñoz

mandis_62

aperezmuos@yahoo.com

pág. Web: la-trinidad-un-fraude.es.tl

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sábado, 23 de abril de 2011

El fruto del Espíritu Hno. Álvaro Torres Forero

El fruto del Espíritu

Hno. Álvaro Torres Forero

Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.

Gálatas 5.22 y 23

Cuando usted lea algo es bueno conocer de eso que usted lee algunas cosas generales, pues ellas lo ubican a uno, le dan un marco general en el que se plantea el asunto.

·         ¿Quién lo dijo?

·         ¿A quién lo dijo?

·         ¿Cuándo lo dijo?

·         ¿Dónde lo dijo?

·         ¿Qué fue lo que dijo?

·         ¿Cómo lo dijo?

·         ¿Por qué lo dijo?

·         ¿Para qué lo dijo?

Teniendo esto en mente, una vez que uno lee un versículo dentro de su respectivo contexto, se entienden mejor las cosas.

¿En qué contexto general se está hablando en estos versículos? Eso nos da una postura mucho más clara y racional a nuestra creencia.

Aquí se está hablando de lo que produce el Espíritu en contraposición de lo que produce la carne, tenemos dos áreas distintas, la carne y el Espíritu:

Manifiestas son las obras de la carne,  que son: adulterio,  fornicación, inmundicia, lujuria, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, divisiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas. En cuanto a esto, os advierto, como ya os he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Gálatas 5.19 al 21

La carne no solamente produce cosas que lo lleven a la perdición. Hay cosas que produce la carne que aunque no lo lleven directamente a la condenación sí impide el crecimiento y el desarrollo del cristiano. Y sino échele una ojeada a los hermanos en Corinto:

Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús, pues por medio de él habéis sido enriquecidos en todo, en toda palabra y en todo conocimiento, en la medida en que el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado entre vosotros, de tal manera que nada os falta en ningún don mientras esperáis la manifestación de nuestro Señor Jesucristo; el cual también os mantendrá firmes hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. 1 Co 1.4 al 8

Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y un mismo parecer, porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé,  que hay entre vosotros contiendas. 1 Co 1.10 y 11

De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. Os di a beber leche, no alimento sólido,  porque aún no erais capaces; ni sois capaces todavía, porque aún sois carnales. En efecto, habiendo entre vosotros celos, contiendas  y disensiones, ¿no sois carnales y andáis como hombres? 1 Co 3.1

Se ha sabido que hay entre vosotros fornicación, y fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles; a tal extremo que alguno tiene a la mujer de su padre. Y vosotros estáis envanecidos.1 Co 5.1

Pero vosotros cometéis el agravio y defraudáis, ¡y esto a los hermanos! 1 Co 6.8

Al anunciaros esto que sigue, no os alabo, porque no os congregáis para lo mejor, sino para lo peor. 1 Co 11.17

¿no tenéis casas en que comáis y bebáis? ¿O menospreciáis la iglesia de Dios, y avergonzáis a los que no tienen nada? ¿Qué os diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabo. 1 Co 11.22

Entonces el problema no es solamente la hechicería, también son los celos, los pleitos, las envidias, las contiendas, las divisiones, el orgullo, la arrogancia, etc.

Como somos seres humanos carnales vendidos a la perdición tenemos esa tendencia pecaminosa, llamada carne. Pero Jesucristo no solo vino a perdonarnos sino a salvarnos, él nos hace nacer de nuevo, nos regenera, nos justifica, nos santifica.

La regeneración es una cosa y el perdón es otra cosa.

El perdón es un acto legal. Eso ocurre en el bautismo. El perdón es un acto soberano de Dios, en el que él decidió libre y espontáneamente perdonarnos por medio del bautismo.

Dios hizo una provisión para todo. Ahora en la nueva vida, ya perdonados y renacidos, el Señor se ideó la vida del Espíritu.

Andad en el Espíritu y no satisfaréis los deseos de la carne. Gálatas 5: 16

El Señor nos sacó de la dimensión de la carne y nos metió en la dimensión del Espíritu:

Él nos ha librado del poder de las tinieblas y nos ha trasladado al reino de su amado Hijo. Col 1.13

Algunos se enamoran del salmo 91, pero éste salmo es para quienes moramos bajo la sombra del omnipotente. En el primer versículo está la condición, ese es el versículo crucial.

En contraposición con lo que produce la carne…

el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza

Hay hermanos que aunque hablan en lenguas en todos los cultos son impacientes, eso sí es raro. Porque el fruto del Espíritu es paciencia.

No puede ser que alguien crea que está bien cuando en el culto salta y habla en lenguas pero no se deja pastorear.

Hay cosas que produce el Espíritu y hay cosas que produce la carne. Las cosas del Espíritu no se consiguen con esfuerzo humano.

«Esta es palabra de Jehová para Zorobabel,  y dice:

"No con ejército, ni con fuerza,

sino con mi espíritu,

ha dicho Jehová de los ejércitos. Zac 4.6

A algunos les gusta mucho las normas y la disciplina, pero la Biblia dice que la disciplina no transformó a nadie. Es buena para el entrenamiento, pero no para la transformación. El castigo por sí solo no cura a nadie.

¿Por qué querréis ser castigados aún?

¿Todavía os rebelaréis?

Toda cabeza está enferma

y todo corazón doliente. Is 1.5

¿Más castigados que Israel para dónde? Pero no se convirtieron, no se transformaron, eso no los regeneró.

El Señor se encargó de arreglar ese problema con el Nuevo Nacimiento:

»Vienen días, dice Jehová, en los cuales haré un nuevo pacto  con la casa de Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus padres el día en que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto,  aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Pondré mi ley en su mente y la escribiré en su corazón;  yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Jr 31.31 al 33

Esparciré sobre vosotros agua limpia y seréis purificados de todas vuestras impurezas, y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Quitaré de vosotros el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Pondré dentro de vosotros mi espíritu, y haré que andéis en mis estatutos y que guardéis mis preceptos y los pongáis por obra. Ez 36.25 al 27

El Espíritu Santo es quien produce amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza, eso no es fabricado, no es mero entrenamiento.

Todo lo que la Biblia dice en el Nuevo Testamento está basado no en lo que el ser humano puede hacer por sí mismo; sino en lo que Dios puede hacer con el hombre, un corazón nuevo, un espíritu nuevo, su Espíritu en nuestros corazones, las normas de Dios en el corazón, la presencia permanente de Dios en su vida. ¡Esa es la diferencia!

Todos sabemos el qué pero no sabemos el cómo. El cómo debe ser fruto del Espíritu Santo. Necesitamos vivir en esa dimensión del Espíritu.

En esa relación espiritual con Dios se produce ese fruto:

»Yo soy la vid  verdadera y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará,  para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.

»Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí y yo en él, este lleva mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, los echan en el fuego y arden.  Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queráis y os será hecho.  En esto es glorificado mi Padre: en que llevéis mucho fruto y seáis así mis discípulos. Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Jn 15.1 al 10

Separados de mí nada podéis hacer.

Peguémonos a la vid verdadera y daremos frutos. Porque solo en esa relación de intimidad con Dios es que se dan esos frutos.

Intimidad con Dios no es un ratico en la madrugada y unos minutos antes del culto. Intimidad con Dios es una relación continua y permanente con él, una relación de 24 horas al día.

Orad sin cesar. 1 Tes 5: 17

La vida del Espíritu es una vida de relación, no una relación rutinaria y estresante, es una relación fresca y relajante.

Tenemos que trasladarnos a la dimensión del Espíritu, a ese ambiente en dónde se es consciente de la presencia de Dios en todo tiempo.

Todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia; por medio de estas cosas nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas lleguéis a ser participantes de la naturaleza divina. 2 P 1.3

No es entrenamiento, ¡es un milagro! Eso es el nuevo nacimiento, una naturaleza espiritual.

No vencemos la carne peleando contra ella, la vencemos viviendo en el Espíritu.

Andad en el Espíritu y no satisfaréis los deseos de la carne. Gálatas 5: 16

porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este mundo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo y, habiendo acabado todo, estar firmes. Ef 6.12

Ciertamente, ya es una falta en vosotros que tengáis pleitos entre vosotros mismos. ¿Por qué no sufrís más bien el agravio? ¿Por qué no sufrís más bien el ser defraudados? 1 Co 6.7

No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal. Ro 12.21

Es un triunfo sin mucho esfuerzo, porque el fruto no se da con esfuerzo, se de espontáneamente:

Pero ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación y, como fin, la vida eterna. Romanos 6:22. 

 

porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad. Filipenses 2:13.

 

Que el Dios de paz, que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén Heb 13:20–21.



 
 
Paz de Cristo!

ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor 
Iglesia Pentecostal Unida de Colombia 
Reuniones Martes, Jueves y Sábado 7 PM, Domingos 8 AM y 10 AM.
Calle 30 # 22 61, Cañaveral, Floridablanca.
http://adonayrojasortiz.blogspot.com/
 


viernes, 22 de abril de 2011

La Resurrección de Jesucristo, Hno Eduardo Forero P

La Resurrección de Jesucristo

Hno. Eduardo Forero Peralta.

Copiado de http://www.misionpentecostal.com/videos2.php?codvid=982

El primer día de la semana, María Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro, al sepulcro, y vio quitada la piedra del sepulcro. Entonces corrió y fue a Simón Pedro y al otro discípulo, aquel a quien amaba Jesús, y les dijo:

—Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.

 Salieron Pedro y el otro discípulo y fueron al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro y llegó primero al sepulcro. Y, asomándose, vio los lienzos puestos allí, pero no entró. Luego llegó Simón Pedro tras él, entró en el sepulcro y vio los lienzos puestos allí, y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, no puesto con los lienzos, sino enrollado en un lugar aparte. Entonces entró también el otro discípulo que había venido primero al sepulcro; y vio, y creyó, pues aún no habían entendido la Escritura: que era necesario que él resucitara de los muertos. Y volvieron los discípulos a los suyos.

Juan 20: 1al 10

La resurrección de Jesús es un tema que hemos manejado durante mucho tiempo, pero ¿qué significado tiene la resurrección de Jesús?

Jesús fue crucificado, lo han sepultado y tan pronto pasa el día de reposo María va al sepulcro, pero al ver que la piedra estaba corrida se alarmó, da aviso a sus discípulos pensando que se habían robado el cuerpo de Jesús.

Pedro y Juan corrieron, Juan llegó primero pero no entró sino que vio desde la puerta los lienzos. Llega Pedro y entra y efectivamente ve que el cuerpo no está, el sudario está enrollado pero Jesús nos está. Entonces entra Juan y vio y entonces cree, no que Jesús había resucitado sino que cree lo que le había dicho María Magdalena, que se habían llevado el cuerpo de su Maestro.

Así que Juan y sus acompañantes regresan a casa con un problema encima, se han robado el cuerpo del Señor.

No habían entendido todavía lo de la resurrección. Esta doctrina no fue tan fácil de asimilar por los primeros discípulos.

Jesús había anunciado que después de tres días se levantaría:

Respondió Jesús y les dijo: —Destruid este templo  y en tres días lo levantaré. 

Entonces los judíos dijeron: —En cuarenta y seis años fue edificado este Templo,  ¿y tú en tres días lo levantarás?

Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Por tanto, cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos recordaron que había dicho esto, y creyeron en la Escritura y en la palabra que Jesús había dicho. Jn 2.19 al 22

Él respondió y les dijo: —La generación mala y adúltera demanda señal,  pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás. Como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches,  así estará el Hijo del hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches. Mt 12.39 y 40

Estando ellos en Galilea, Jesús les dijo: «El Hijo del hombre será entregado en manos de hombres y lo matarán, pero al tercer día resucitará». 

Ellos se entristecieron mucho.  Mt 17.22 y 23

Sin resurrección no habría segunda venida del Señor. ¿Cómo venir si aún estuviera en la tumba?

En el verso 18, vemos que ahora María va otra vez a contar algo, pero esta vez lo que va a contar es que Jesús está vivo.

Esa misma noche del primer día de la semana los discípulos temerosos, por  miedo a los judíos, estaban  encerrados, casi que escondidos. (Un episodio más que nos comprueba que hasta ahora los discípulos no habían creído que Jesús se había levantado de entre los muertos). Pero esa noche estando ellos reunidos Jesús se les aparece.

Ahora los discípulos están convencidos, no porque recordaran las enseñanzas de Jesús sino porque él estaba interesado en que ellos estuvieran convencidos de que efectivamente él había resucitado,  por eso se les había presentado vivo.

Jesús por más de tres veces les demostró que efectivamente él había resucitado. Se les apareció vivo después de haber resucitado, y les da algunas indicaciones pero siempre les insta a creer y comprobar que sí está vivo!

Jesús les había anunciado que resucitaría de entre los muertos, les había demostrado con poder que era capaz de dar vida a los muertos, les había demostrado que era Hijo de Dios, pero no basta con eso, Jesús mostró  una insistencia en convencer a sus seguidores de que él sí había resucitado de entre los muertos.

Se les apareció a los que estaban encerrados, a Tomás, a los que iban camino a Emaus, se les aparece a los que estaban pescando. ¿Por qué tanta insistencia de Jesús en que los apóstoles comprobaran y se convencieran de que efectivamente sí había resucitado?

Todo el ministerio de Jesús apuntaba a morir y volver a la vida después de muerto, es decir resucitar, para que los que creyeran en él tuvieran esperanza de vida eterna.

Ahora que ha resucitado les manda que prediquen el evangelio.

¿Cómo enseñar, predicar  y ser testigos, si no estaban convencidos de todo el evangelio? Lo habían visto, lo habían oído, fueron testigos de su muerte y de su sepultura, pero ¿y su resurrección? Necesitaban convicción.

pues aún no habían entendido la Escritura: que era necesario que él resucitara de los muertos

Era fundamental que ellos entendieran esto.

En el libro de Hechos de los apóstoles vemos la instrucción clara de Jesús de esperar la venida del Espíritu Santo indicándoles que luego de este evento serían testigos suyos en Jerusalén, en Judea, Samaria y hasta lo último de la tierra.

Eso se cumple en el capítulo dos y vemos luego a Pedro poniéndose en pie y comenzando a predicar públicamente.

Habla del derramamiento del Espíritu Santo sobre toda carne, da testimonio de Jesucristo, pero al final del discurso hace referencia directa a la resurrección de Jesucristo de entre los muertos. Los que oyen el discurso se sienten compungidos y preguntan: —Hermanos, ¿qué haremos?

Pedro les dijo: —Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo  para perdón de los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo, porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llame. 

Y con otras muchas palabras testificaba y los exhortaba, diciendo: —Sed salvos de esta perversa generación. 

Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados, y se añadieron aquel día como tres mil personas. Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan  y en las oraciones.  Hch 2.37 al 42

¿Qué tiene que ver el Espíritu Santo con el arrepentimiento, el bautismo y la resurrección?

¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? ¡De ninguna manera! Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?, porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Ro 6.1-4

Nos bautizamos en Cristo para muerte y para resurrección.

La resurrección de Cristo es garantía de nuestro Nuevo Nacimiento, hemos nacido a vida nueva porque Cristo se levantó de la tumba.

La resurrección de Cristo tiene un significado muy profundo.

Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. Primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras. 1 Co 15.1-4

Había unos que enseñaban que Cristo no había resucitado…

Pero si se predica que Cristo resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos?, porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación y vana es también vuestra fe. Y somos hallados falsos testigos de Dios, porque hemos testificado que Dios resucitó a Cristo, al cual no resucitó si en verdad los muertos no resucitan. Si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana: aún estáis en vuestros pecados. Entonces también los que murieron en Cristo perecieron. Si solamente para esta vida esperamos en Cristo, somos los más dignos de lástima de todos los hombres.

Pero ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que murieron es hecho, pues por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. 1 Co 15.12-22

Si Cristo no resucitó entonces estamos perdiendo el tiempo. Si Cristo no resucitó tampoco nosotros resucitaremos. Pero él sí se levantó de entre los muertos y nosotros también resucitaremos!

La resurrección de Cristo significa para nosotros:

·         muerte al mundo,

·         vida nueva en Cristo y

·         un día cercano, vida nueva con él en la gloria.

Por eso estaba tan interesado Jesús de la convicción de sus discípulos. Era necesario que los discípulos estuvieran convencidos de que sí hay resurrección de muertos porque Jesús se levantó de la tumba. Ellos iban a proclamar esa gran verdad al mundo y entonces el mundo tendría esperanza de vida eterna.

Si entendemos lo que Dios quiere para el ser humano, cual es el plan de Dios para nosotros, entonces tenemos seguridad, esperanza y convicción.

Pedro, Juan, Esteban, Felipe, Pablo, creyeron y predicaron la resurrección de Cristo de entre los muertos.

¿Qué significa para nosotros hoy la resurrección de Jesús?

Al igual que a los primeros cristianos esta doctrina nos ha sido enseñada, la hemos entendido, la hemos comprobado al nacer de nuevo, al ser investidos de poder de lo alto, al sentir la vida de Cristo en el corazón.

Esta una verdad central del evangelio, y ahora nos toca ahora enseñarla, predicarla, ser testigos de esa verdad.

Nuestra fe no es vana, no está en el aire, no está basada solo en ideologías, hay convicción.

Estamos convencidos de la misión de la Iglesia, de la misión de cada hijo de Dios de proclamar, de enseñar, de ser testigos, entonces vamos a hacerlo, no porque nos lo impongan sino porque nuestra nueva condición en Cristo nos impela a hacerlo.

¿Cómo probamos que efectivamente él resucitó?

Somos testigos de su resurrección porque hemos nacido de nuevo. La sola vida de una persona que ha sido cambiada por Jesucristo demuestra que él ha resucitado, que él está vivo.

¡Jesús está vivo y él actúa en aquellos que creen en él!

No se puede predicar la muerte de Cristo sin predicar su resurrección. Su resurrección es nuestra garantía.

Jesús murió por nosotros y resucitó por nosotros para darnos esperanza, para darnos vida eterna.

El gozo de la salvación lo tenemos en nuestra vida porque Jesucristo se levantó de la tumba!

Jesús vino a ofrecernos vida eterna!  

¿Cómo ofrecérnosla sino se hubiera levantado de la tumba?


 
 
Paz de Cristo!

ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor 
Iglesia Pentecostal Unida de Colombia 
Reuniones Martes, Jueves y Sábado 7 PM, Domingos 8 AM y 10 AM.
Calle 30 # 22 61, Cañaveral, Floridablanca.
http://adonayrojasortiz.blogspot.com/
 


jueves, 21 de abril de 2011

La muerte vicaria de Cristo

LO QUE SIGNIFICA LA MUERTE DE CRISTO

Primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras.

1 Corintios 15.3

El pecado ha producido una separación entre Dios y el hombre, y como todos los seres humanos han pecado, entonces hay una necesidad universal de salvación.

Jesucristo murió a fin de que los hombres pudieran ser salvos de sus pecados, y una vez perdonados y justificados pudieran servir voluntariamente al Dios vivo.

La muerte  de Cristo proporciona alivio al corazón agobiado. Su muerte es el fundamento, la base de nuestra redención, reconciliación, propiciación.

El tema general de lo que Cristo Jesús llevó a cabo con sus sufrimientos y muerte es muy amplio, pero podemos tratar algunos aspectos de ella.

 

1.           UNA SUSTITUCIÓN

Sustitución, que uno toma el lugar de otro.

El hombre en su condición de caído de la gracia de Dios adquirió una deuda , una obligación contra su creador, que nunca podría pagar ni en el tiempo ni en la eternidad. A menos que intervenga un vicario (vicario significa que uno toma el lugar de otro, sirviendo o actuando como su sustituto) no hay esperanza para miembro alguno de esta raza caída.

Que Cristo sufrió, no meramente para nuestro provecho y en nuestro favor sino principalmente en nuestro lugar, llevando sobre sí mismo aquel castigo por nuestros pecados que de otro modo nosotros mismos deberíamos haber soportado, es un tema ampliamente sostenido por las sagradas escrituras tanto en el AT como y principalmente en el NT.

Su muerte fue una muerte vicaria, realmente él murió en nuestro lugar llevando en la cruz el pecado y el castigo por nuestros pecados.

Bíblicamente es evidente que no había otro medio por el que los pecadores pudiesen ser salvos excepto por la muerte de Cristo, como ofrenda por el pecado.

Ciertamente llevó él nuestras enfermedades

y sufrió nuestros dolores, 

¡pero nosotros lo tuvimos por azotado,

como herido y afligido por Dios!

 Mas él fue herido por nuestras rebeliones,

molido por nuestros pecados.

Por darnos la paz, cayó sobre él el castigo,

y por sus llagas fuimos nosotros curados. 

Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, 

cada cual se apartó por su camino;

mas Jehová cargó en él

el pecado de todos nosotros. Is 53.4 al 6

como el Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir  y para dar su vida en rescate por todos. Mt 20.28

También tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo:—Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí.

De igual manera, después de haber cenado, tomó la copa, diciendo:—Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama. Lc 22.19

Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguien come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo. Jn 6.51

Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. Jn 15.13

Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. Ro 5.6

Pero Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Ro 5.8

El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? Ro 8.32

El amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y él por todos murió, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos. 2 Co 5.14 y 15

Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros seamos justicia de Dios en él. 2 Co 5.21

Cristo nos redimió de la maldición de la Ley,  haciéndose maldición  por nosotros (pues está escrito: «Maldito todo el que es colgado en un madero»). Gl 3.13

Y andad en amor, como también Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante. Ef 5.2

pues hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo. 1 Ti 2.5

Él se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda maldad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras. Tit 2.14

Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios experimentara la muerte por todos. He 2.9

así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos;  y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que lo esperan. He 9.28

Para esto fuisteis llamados, porque también Cristo padeció por nosotros,  dejándonos ejemplo para que sigáis sus pisadas. 1 P 2.21

Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia. ¡Por su herida habéis sido sanados! 1 P 2.24

Asimismo, Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu; 1 P 3.18

Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento, pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado. 1 P 4.1

La doctrina de la sustitución es revelada por Dios a los hombre son solo como su bondadosa solución al problema generalizado del pecado sino que también se revela como efectiva imponiendo una sola condición a aquel por quien Cristo murió: que crea!  

Usted puede no creer y rechazar la provisión de Dios para el pecador por medio de un sustituto, pero quedará para siempre en su lamentable situación de culpabilidad y pecaminosidad, y por lo tanto en condenación. Pero esta gracia de Dios está hoy disponible para todo aquel que crea.

Así como en la antigüedad un sacrificio, la muerte de un cordero, podía servir para un solo individuo, como en el caso de Abe; o para toda una familia, como en el caso del cordero pascual; o para todo el pueblo, como en el caso del día de la expiación; de mismo modo este sacrificio, la muerte de este Cordero de Dios, es ilimitada en el sentido de que toda la raza humana puede salvarse por medio de ella, pero es limitada en el sentido de que es aplicable y por lo tanto efectiva solo a quienes creyendo se arrepientan de sus pecados y obtengan el perdón en las aguas bautismales invocando el poderoso nombre de aquel que murió por ellos, el nombre de Jesús.

¿Ha sido adúltero, asesino, blasfemo, mentiroso, ladrón, idólatra, borracho, o ha practicado cualquier otro tipo de pecado? Tenemos buenas noticias para usted hoy: Si cree hoy en el Señor Jesucristo y le acepta como Señor y Salvador de su vida, es como si todas esas trasgresiones que ha cometido se convirtieran en las trasgresiones de Cristo, Cristo Jesús toma lo que usted es, su persona y condición y se presenta en su lugar ante Dios para recibir el castigo merecido y en virtud de la eficacia de su sacrificio usted puede tomar el lugar de Cristo, y ser declarado justo delante de Dios!

Esa es la bienaventuranza de aquel a quien Dios le atribuye justicia sin obras: «Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, y cuyos pecados son cubiertos. Bienaventurado el hombre a quien el Señor no culpa de pecado» Ro 4.7


 
 
Paz de Cristo!

ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor 
Iglesia Pentecostal Unida de Colombia 
Reuniones Martes, Jueves y Sábado 7 PM, Domingos 8 AM y 10 AM.
Calle 30 # 22 61, Cañaveral, Floridablanca.
http://adonayrojasortiz.blogspot.com/
 


martes, 19 de abril de 2011

MI CANTO ES OLOR FRAGANTE PARA ÉL


Hermano. Álvaro Torres.

Así que,  hermanos,  os ruego por las misericordias de Dios,  que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo,  santo,  agradable a Dios,  que es vuestro culto racional.                                                                                     Romanos 12:1 

Es un holocausto: ofrenda quemada de olor grato para Jehová.

Levítico 1:17

 

La  Ofrenda que adora y alaba a Dios de forma que le agrade se convierte en el culto más apropiado para la naturaleza inteligente del hombre.

¡Cantad a Dios, cantad! ¡Cantad a nuestro Rey, cantad!, porque Dios es el Rey de toda la tierra. ¡Cantad con inteligencia! Salmo 47: 6 y 7

En la presentación de la ofrenda la clave es que sea agradable a Dios.

En el Antiguo Testamento encontramos el holocausto, ofenda que debía ser quemada enteramente para el deleite de Jehová. En todas las demás ofrendas se le daba participación al sacerdote o al penitente y a veces hasta a los amigos de este. Pero el holocausto era una ofrenda  que llenaba el ambiente de olor mientras se quemaba. Era una ofrenda de olor grato para nuestro Dios.

El olor grato nos habla del deleite de Dios.  percibió Jehová olor grato; esta expresión nos sugiere la complacencia de Dios con la actitud de Noé.

Los cristianos expresan el significado inherente del holocausto cuando se presentan ellos mismos en adoración a Dios. En otras palabras yo voy delante de mi canto y no al revés. Mi alabanza es la expresión de lo que soy y tengo en el alma. Es perfume que yo derramo en la presencia de mi Señor.

Estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso, se le acercó una mujer con un vaso de alabastro de perfume muy costoso, y lo derramó sobre la cabeza de él, que estaba sentado a la mesa. Mateo 26:7 

Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús y los secó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume. Juan  12:3 

Esta mujer, agradecida, derramó con el perfume su alma y tocó el corazón de Jesús. Esta es la clase de alabanza, reconocimiento y adoración que será recordado por siempre. Cuando un hombre o una mujer consiguen que su canto sea un olor grato esa alabanza deja huella profunda.

El canto es una forma de oración como se ve en todos los salmos. Entramos ante su presencia con las manos llenas, que esto es lo que esencialmente significa consagrarse;  vidas llenas de perfume para nuestro Dios.

Como cantábamos hace unos años: alabanzas perfumadas de mi humilde corazón.

El verso inicial de Romanos nos insinúa que nos presentemos como holocausto de olor fragante al Señor. La carne contiene la sustancia de grosura que potencialmente puede despedir un olor grato, pero es solo en la presencia del fuego que lo logra si no, en realidad, es de olor desagradable. El hombre no puede por sí solo ofrecer olor grato al Señor, pero tiene la potencialidad de hacerlo solo necesita exponerse a la influencia del Espíritu de Dios para lograrlo.

Cuando el sacerdote era consagrado se presentaba con su propio olor  o con el olor de los perfumes fabricados por el hombre. Pero estos olores no satisfacían la aspiración de Dios quien para estar satisfecho se aseguró que el perfume fuera de su agrado haciendo él su propia receta.

Tomarás especias finas: de mirra excelente, quinientos siclos, y de canela aromática, la mitad, esto es, doscientos cincuenta; de cálamo aromático, doscientos cincuenta; de casia, quinientos, según el siclo del santuario, y de aceite de olivas, un hin. Prepararás con ello el aceite de la santa unción, un ungüento superior, preparado según el arte del perfumista. Este será el aceite de la unción santa. Éxodo 30.23 al 25

Dijo además Jehová a Moisés:

«Toma especias aromáticas, estacte y uña aromática, gálbano aromático e incienso puro; todo en cantidades iguales, y harás con ello, según el arte del perfumador, un incienso perfumado, bien mezclado, puro y santo. Molerás parte de él en polvo fino y lo pondrás delante del Testimonio en el Tabernáculo de reunión, donde yo me mostraré a ti. Os será cosa santísima. Como este incienso que harás, no os haréis otro según su composición; te será cosa sagrada para Jehová. Cualquiera que haga otro como este para olerlo, será eliminado de su pueblo». Éxodo 30.34

Este perfume era derramado sobre el sacerdote como se describe en el Salmo 133 y entonces el olor grato que expedía no dependía del sacerdote ni era producto de su propia creación o provisión sino que él olía al aceite que Dios había hecho preparar para ungirlo.

¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es que habiten los hermanos juntos en armonía! 

Es como el buen óleo sobre la cabeza,

el cual desciende sobre la barba,

la barba de Aarón,

y baja hasta el borde de sus vestiduras;

como el rocío del Hermón,

que desciende sobre los montes de Sión,

porque allí envía Jehová bendición

y vida eterna.

Así todo el que quiera adorar, alabar u ofrecer sacrificio agradable a Dios deberá permitir que el aceite de la unción del Altísimo sea derramado sobre él. Todo cuanto tenemos de bueno y de agradable lo hemos recibido. No teníamos herencia porque la perdimos, y olíamos como el hijo prodigo, a inmundicia, pero él nos  ha dado de su olor, para que seamos olor grato de Cristo para Dios.

Tenemos la potencialidad en nosotros pero es necesaria una unción del Santo para que el canto sea de olor grato, ofrenda del todo quemada, para el deleite de Jehová.

Hemos sido invitados a dejar Egipto y salir al desierto a ofrecerle culto al Señor, a celebrar al Dios nuestro y eso haremos pero antes de empezar hagámosle una visita al que derrama el aceite de las consagraciones. Vamos a llenar toda la casa del olor fragante. No olvidemos que no era la mujer la que olía bien. Fue el perfume que ella derramó.

Esa es la norma Bíblica: no importa lo buenos que seamos, lo cual no es malo, sino la unción que tengamos.

 

 
 
Paz de Cristo!

ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor 
Iglesia Pentecostal Unida de Colombia 
Reuniones Martes, Jueves y Sábado 7 PM, Domingos 8 AM y 10 AM.
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jueves, 7 de abril de 2011

El estado intermedio (Escatología individual)

2.                    EL ESTADO INTERMEDIO

El mar entregó los muertos que había en él, y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos, y fueron juzgados cada uno según sus obras. La muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. El que no se halló inscrito en el libro de la vida, fue lanzado al lago de fuego.

 Apocalipsis 20.13 al 15

La vida del espíritu humano no termina con la muerte física.

¿Qué sabemos de cierto sobre el estado intermedio? ¿Qué hay de incierto acerca de este tema?

El estado intermedio, entre la muerte y la resurrección, de una vez es un lugar de castigo para los perdidos, y un lugar de compañerismo gozoso con Cristo para los salvos.

Los redimidos que poseen la vida eterna han sido perfeccionados en santidad. Esperan la resurrección y el tribunal de Cristo.

En cuanto a los que no han aceptado la gracia de Dios en esta vida, no hay ni un rayo de esperanza en cuanto a su salvación.

Veamos los términos usados en la Biblia para ese estado.

EL SHE'OL HEBREO

Jacob esperaba ir al Sheol cuando muriera. Se levantaron todos sus hijos y todas sus hijas para consolarlo, pero él no quiso recibir consuelo, diciendo: «¡Descenderé enlutado junto a mi hijo hasta el seol!». Y lo lloró su padre. (Génesis 37:35)

Aunque las diferentes versiones bíblicas, no dejen claridad al traducir la palabra hebrea al español [fosa, sepulcro, infierno] podemos determinar que es un lugar de tormento donde se va a una condición de miseria y de oscuridad.

Algunos eruditos sostienen que la palabra en el Antiguo Testamento siempre significa la tumba física, o el lugar de entierro, sin embargo en la profecía mesiánica del Salmo 16:10, David dice: Porque no dejarás mi alma (nephesh) en el Seol, ni permitirás que tu santo vea corrupción. El versículo es claramente usa un paralelismo antitético; la primera cláusula habla del alma en el Seol, y la segunda cláusula se refiere al cuerpo en la tumba.

Cristo y los apóstoles enseñaban que el Hades es el lugar de los espíritus de los muertos, y estaban muy conscientes de que Hades es la palabra griega que se usaba en la Septuaginta para traducir Seol.

EL HÁDES GRIEGO

Hades, transliteración de la palabra griega haides, y significa, lo que no se ve. Hades en el Nuevo Testamento identifica el mundo no visto, hacia donde van todas las almas humanas cuando mueran.

El hecho de que en nuestras versiones, tanto hades como gehenna son traducidas uniformemente como infierno, donde sea que aparezcan en el Nuevo Testamento, ha producido una gran confusión.

Estrictamente, siguiendo el uso del Nuevo Testamento, hades significa el reino de los muertos, tanto los salvos como los condenados. Incluye el paraíso, el lugar de los benditos, e incluye el lugar de los perdidos, gehenna.

La palabra Hades, como ya dijimos, es una traducción de la palabra Sheol del Antiguo Testamento, y es el lugar tanto de los muertos justos como de los malvados. En el día de Pentecostés, Pedro (Hechos 2:27) citó específicamente estas palabras del Salmo 16, usando Hades para Seol: Porque no dejarás mi alma en el Hades, ni permitirás que tu santo vea corrupción. Pedro, con exactitud y precisión, aplica estas palabras a Cristo y a su resurrección. Su alma volvió del lugar de los muertos bienaventurados, y Su cuerpo se levantó de la tumba, antes de ver la corrupción.

En Mateo 16:18 y en Apocalipsis 1:18, encontramos referencias a las puertas del Hades y a las llaves del Hades y de la muerte. Cristo está asegurando a Juan de que Él tiene el poder para levantar a los muertos, y que tiene las llaves del Hades y de la muerte. Estas palabras deberían arrojar luz sobre la referencia a las puertas del Hades en Mateo 16:18. La iglesia del nombre de Jesús, construida sobre el fundamento que es Cristo, es el sujeto de las palabras del Señor en este contexto. Dice: Las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.

Esas palabras significan que la iglesia del Señor Jesucristo puede descansar en la seguridad absoluta de la resurrección de los muertos y de la vida en el mundo venidero. Las puertas del Hades librarán a los muertos benditos cuando el tiempo de la resurrección de los justos llegue. En otras palabras, el lugar de los muertos (Hades) no "prevalecerá" contra la iglesia en el sentido que no puede retener a los muertos para siempre, o impedir que los creyentes se levanten en la resurrección.

LOS SALVOS EN EL ESTADO INTERMEDIO

En el capítulo cinco de 2 Corintios, Pablo habla de la muerte. Después de expresar la idea de que prefiere vivir hasta que el Señor vuelva, para que su mortalidad fuera vestida de inmortalidad, continúa: Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor (porque por fe andamos, no por vista); pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor. Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables (vv. 6–9).

Pablo presupone aquí que estar ausente del cuerpo significa estar presente con el Señor.

En forma semejante, en Filipenses, el primer capítulo, hablando de la posibilidad de su muerte, Pablo dice: Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros (vv. 23, 24).

Estos dos dichos de Pablo hacen muy claro que él contemplaba como una realidad el compañerismo inmediato, personal, y consciente con Cristo, después de su muerte.

Los que mueren en Cristo, son bienaventurados, aunque falta todavía para que toda su recompensa se complete y que su cuerpo sea resucitado, los salvos entran, inmediatamente después de morir, en la gloria celestial.

LOS IMPÍOS EN EL ESTADO INTERMEDIO

Hay un lugar de tormento para los impíos, es una irremediable situación, para los que rechazan la palabra de Dios. El estado de los impíos, tras la muerte, es de sufrimiento consciente. Esta condición, este estado tiene carácter permanente y definitivo. Ellos están reservados para el día del juicio.

El tormento es mencionado en Lucas 16:23, 28, y el dolor intenso en las llamas es mencionado en el versículo 24.

»En el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Entonces, gritando, dijo: "Padre Abraham, ten misericordia de mí y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama"… »Entonces le dijo: "Te ruego, pues, padre, que lo envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les testifique a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento". Lucas 16.23, 24, 27, y 28.

No se puede negar, usando un método razonable de exégesis, el hecho de que esto significa sufrimiento literal intenso. Por otro lado, la naturaleza física o química de las llamas escapa a nuestro conocimiento actual del proceso de oxidación. Nos obliga a entender la palabra en sentido figurado, representando sufrimiento espiritual o mental.

EL LIMBO DE LOS JUSTOS

¿Qué se entiende por limbo?

Desde el tiempo de los padres eclesiásticos hasta ahora, ha persistido la idea, unida con la mitología griega por un lado y con la doctrina católica del purgatorio por otro lado, que las almas de los santos que murieron antes de Cristo no entraron en la presencia de Dios en el cielo. La idea es que estas almas estaban guardadas en un cierto lugar de espera, y que solamente ahora después de Cristo, las almas de los creyentes van inmediatamente a estar con el Señor.

Unida con esta idea es la explicación errónea de la frase en el credo descendió al infierno (Hades), suponiendo que esta frase indica que Cristo fue al limbo de los justos, mientras su cuerpo yacía en la tumba. Suponen que, cuando resucitó, levantó a los espíritus de los santos del Antiguo Testamento, y los condujo al cielo.

Las opiniones de Roma sobre esto, no nos da bíblicamente ninguna base en que podamos confiar.

EL SENO DE ABRAHAM

El seno de Abraham [padre de los creyentes] Implica un lugar de honor, donde se disfruta de una  felicidad perdurable, Que después del calvario se convirtió en cielo o paraíso, cuando Jesucristo llego a él.

¿Cuál es el verdadero sentido del seno de Abraham?

Tal como los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham (Gálatas 3:9), y son linaje de Abraham, y herederos según la promesa (Gálatas 3:29), así también los que creen en el Señor Jesucristo como su Salvador personal ahora y en consecuencia a su credo obedecen el evangelio, irán al mismo paraíso donde fue Abraham cuando murió. Van al cielo donde hay compañerismo con el Dios de Abraham.

EL PURGATORIO

¿En qué consiste el Purgatorio, según la Iglesia de Roma? La doctrina católico romana del purgatorio no es bíblica, ellos creen que los creyentes van a este lugar para expiar la culpa por los pecados perdonados.

Según esta doctrina el purgatorio es fuego purificador y allí irá el creyente temporalmente. Según esta doctrina la oración de los creyente ayuda a aquellos, que no vivieron tan mal, que pudieran ser indignos de la misericordia de Dios, ni también que no la necesitaran. Esta doctrina, puede hacer creer que es a través de ayudas adicionales y no por medio del sacrificio de Jesucristo, que se recibe el perdón de pecados. 

La Biblia arroja suficientes pruebas, para refutar esta doctrina. En Cristo somos perdonados y justificados.

¿Cuál es el fundamento de la doctrina católica sobre el Purgatorio?

Esta doctrina se apoya en la errónea interpretación de algunos textos bíblicos como De cierto te digo que no saldrás de allí hasta que pagues el último cuadrante. (Mateo 5: 26)

En cuanto a la posibilidad de ser rescatado del purgatorio, las autoridades católicas apuntan a las palabras de Cristo en Mateo 12:32: A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero.

Hay oraciones por los muertos en el libro apócrifo, 2 Macabeos 12:42. Se relata que Judas Macabeo encontró, en los cuerpos de algunos soldados judíos muertos, objetos de idolatría que eran prohibidos por la ley. Entonces todos bendijeron el juicio justo del Señor que había descubierto las cosas que estaban escondidas; y así dedicándose a las oraciones, le rogaron que olvidara del pecado que había sido cometido.

El argumento de peso es que algunos cristianos son tan pecaminosos que debe haber un período de purificación antes de ir al cielo. Tal opinión está basada en una falta de entendimiento sobre el significado de la justificación y la santificación. Los que son salvos, justificados, son santificados por el Espíritu Santo. Por otro lado, los que viven una vida pecaminosa, no han nacido de nuevo, sin importar las profesiones de fe que hayan hecho.

Según las Escrituras, la diferencia entre los salvos y los perdidos es absoluta. El que genuinamente cree en Cristo no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida (Juan 5:24). El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él. (Juan 3:36).

NO HAY OTRA OPORTUNIDAD

Muchos defienden la teoría de una segunda oportunidad, aunque usan muchos textos como base. El mismo texto de Lucas, 16:19-31, nos deja ver claramente, que la condición del rico era para siempre, en este lugar de castigo. El hombre rechaza el mensaje de salvación, por la dureza de su corazón, aunque se pueda entender por algún verso bíblico que es el mismo Dios, quien produce este endurecimiento, podemos ver, que Dios llama a todos al arrepentimiento y por alguna razón,  no aceptó el mensaje.

La Biblia establece claro que es necesario que el hombre, muera una vez y después el  juicio, esto descarta toda posibilidad de una segunda oportunidad. 

Al final de esta vida terrenal, el individuo ha pasado completamente por su oportunidad de salvación. No hay ninguna indicación en las Escrituras de otra oportunidad de salvación. Más bien se enseña todo lo contrario, si el árbol cayere al sur, o al norte, en el lugar que el árbol cayere, allí quedará (Eclesiastés 11:3).

CONCLUSIÓN

Por la Biblia no es tan difícil establecer donde está el hombre en este estado intermedio.

Está claramente establecido que si mueres en Cristo vas a la presencia de Dios, aunque tu cuerpo duerme en la tierra hasta el día de la completa redención.

También tenemos  información suficiente para entender que aquellos que murieron sin Jesús en su corazón, están en un lugar de  tormento excluidos de la presencia de Dios, en un estado consciente y para siempre,  donde, definitivamente no hay ninguna clase de oportunidad, solo, oscuridad, miseria y tormento.

Estas consideraciones que hemos analizado nos impulsan más enérgicamente a la actividad evangelizadora y misionera, porque he aquí ahora el día de salvación (2 Corintios 6:2).


 
 
Paz de Cristo!

ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor 
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Generalidades de la Escatología Bíblica

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