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jueves, 9 de octubre de 2025

Juan


La profunda cristología de Juan ha sido interpretada de diversas maneras a lo largo de la historia de la iglesia. La teología pentecostal unicitaria ofrece una perspectiva distintiva. Desde este punto de vista, los Evangelios no revelan una trinidad de personas co-iguales, sino la manifestación plena del único Dios en la persona de Jesucristo. El misterio de la Deidad no es "un Dios en tres personas", sino "Dios manifestado en carne" (1 Timoteo 3:16). Jesús es, sin ambigüedad, Dios (Juan 1:1, 14; 20:28) y en Él "habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad" (Colosenses 2:9).
Los términos "Padre" e "Hijo" no se entienden como distinciones de personas eternas dentro de la Deidad, sino como designaciones de la dualidad de naturalezas en Cristo. "Padre" se refiere al Espíritu eterno e invisible de Dios en su deidad, mientras que "Hijo" se refiere a ese mismo Dios encarnado en una auténtica humanidad sin pecado. Por lo tanto, cuando Jesús habla del Padre que mora en Él (Juan 14:10), no se refiere a una segunda persona, sino al Espíritu de Dios que operaba a través de su humanidad. La afirmación de Jesús, "El que me ha visto a mí, ha visto al Padre" (Juan 14:9), se interpreta literalmente: Jesús es la encarnación visible y la revelación perfecta del Padre invisible. Esta perspectiva ofrece una lectura poderosamente cristocéntrica y monoteísta de los textos joánicos.

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ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor
http://adonayrojasortiz.blogspot.com


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