Salir sin saber a dónde ir
¿Cómo avanzar?
Dios habla y manifiesta su deseo para su pueblo: «¡por medio de ti serán bendecidas todas las familias de la tierra!»[2], y «Yo te pongo ahora como luz para las naciones a fin de que lleves mi salvación hasta los confines de la tierra"[3]. Surgen entonces algunas preguntas: ¿A quiénes debo servir, en dónde, haciendo qué tarea y en qué lugar? ¿Cuál es el camino que debemos tomar y el medio para llevar a cabo su plan? ¿Cuál es el destino final entre tantas etnias y naciones?
Lo primero que podemos decir es que Jesucristo se define como el camino: «Yo soy el camino»[4]. Implica que somos llamados a movernos siguiendo sus pasos y ejemplo[5]. Es aprender a caminar en el Espíritu y decidirnos a partir, porque el encuentro con él está en otro lugar. Jesús nos desafía y nos invita: «Vengan a ver»[6]. Es posible sentir incertidumbre, temores y dudas. Son los riesgos del viaje, y, muchas veces, la agenda establecida no funciona. La fe es la única guía y Jesús quiere que nuestra confianza crezca como consecuencia de seguirlo.
Probados
Se trata de una fe difícil porque Dios muchas veces nos sacude, nos moviliza, hay que partir y no conocemos el camino. Es una fe difícil porque debemos considerar fiel al que nos ha hecho la promesa[7] y es una fe difícil porque Dios nos prueba[8]. No se trata de una fe fácil. La fe barata y fácil es la que nos deja con una teología que no incomoda, que está domesticada y es complaciente. Una teología que apela a nuestro egoísmo y vanidad no conduce al seguimiento de Jesús. La fe de alto costo y difícil nos coloca en posición de riesgo. El final del camino del Señor fue la cruz. El nuestro podría ser algo parecido porque somos llamados a ser testigos hasta lo último de la tierra.
En este viaje la seguridad no cuenta. Se debe habitar en tiendas de campaña; de manera que no podemos conciliar la fe con el confort del viaje y la organización previa. Hay que ponerse a caminar, levantar la tienda y mantener el contacto con otras personas. Implica que no hemos llegado a nuestro destino final y que no somos propietarios de ningún lugar en particular. Vamos en progreso y debemos avanzar. Es buscar un nuevo horizonte y llevar el mensaje del evangelio que transforma toda la existencia humana. Dios mueve a su pueblo de un lado a otro porque quiere que su reino se extienda[9]. La misión es de todos lados a todas partes. Nuestro desafío es descubrir un camino. Significa vivir con un espíritu nómada contrario a la mentalidad de gueto. El reino de Dios quiere alcanzar territorios inexplorados; por lo tanto, Dios nos espera en otra parte.
Expuestos
Es una fe peligrosa porque nos expone a la intemperie. Se aprende a vivir entre dificultades, demoras e incomodidades. Tampoco hay rebaja en el costo del billete. El seguimiento a Jesús implica elecciones y decisiones personales, coraje, sufrimientos, esperas. Esto es lo que le ocurrió a Abraham. Camina hacia la tierra prometida, la recorre, se encuentra ahí en condición de extranjero, vive en tiendas y cada día tiene que partir. Solo se puede fiar de una voz, palabra y promesa[10]. No puede ser guiado por su inteligencia, sentimiento e intuición.
Esto nos reta a tomar la visión que ha venido desarrollándose en toda la palabra de Dios: «Ensancha el espacio de tu carpa, y despliega las cortinas de tu morada. ¡No te limites! Alarga tus cuerdas y refuerza tus estacas. Porque a derecha y a izquierda te extenderás»[11]. Se nos alienta a sostener una teología práctica y se nos habla de ensanchar la carpa, a reforzar las estacas y a extendernos, porque Dios no quiere que nadie perezca sino que todos se arrepientan[12]. La misión la tendremos que entender enfáticamente como «bendición a todas las etnias».
Confiar
La fe es aventura y riesgo porque se nos llama a creer. Es fiarse de y confiar en otra persona que conoce el camino. «Creer quiere decir simplemente que otro conoce el camino y sabe en donde esperarnos»[13]. Jesús no entrega un manual con una solución ante cada circunstancia de la vida. Debemos caminar, aceptar el riesgo, el futuro, la esperanza, el sueño y habitar en tiendas. No debemos retrasarnos cuando hablamos de la misión. «El riesgo fundamental es siempre el de los pasos, no el de las discusiones» [14].
Lo interesante en todo este asunto es que Jesús no se detiene, y seguirá caminando. Si pasó por nuestra casa, aldea, pueblo o ciudad, nos urge saber que seguirle es andar tras sus pisadas. El Señor nos espera en otra parte[15]. El camino lo encontraremos fuera de la carpa y la casa. Hay éxodo, peregrinación y recorrido[16]. Se nos alienta a no perder la confianza, a seguir perseverando porque «mi justo vivirá por la fe y si se vuelve atrás no será de mi agrado»[17].
Preguntas para la reflexión:
¿A qué nos reta nuestra fe?, ¿implica dejarnos en riesgo o su marca es seguridad?
¿Le exigimos a Dios que nos muestre el camino y nos mantenga informados de todos los detalles al precio de no estar dispuesto a caminar? ¿Estás todavía decidido a partir?
Preguntas para estudiar el texto en grupo
3. A la luz del artículo elabore usted su propia descripción de lo que es fe al obedecer el llamado del Señor. Compártalo con el grupo.
[1]Hebreos 11:8-9 - nvi
[2]Génesis 12:3b
[3]Isaías 49:6b
[4]San Juan 14:6
[5]1 Pedro 2:21
[6]San Juan 1:39
[7]Hebreos 11:11
[8]Hebreos 11:17-19
[9]Hechos 11:19-21
[10]Génesis 12:2-3, Salmo 118:105, Génesis 17:1, Génesis 22:18
[11]Isaías 54:2-3
[12]2 Pedro 3:9b
[13]Alessandro Pronzato, La seducción de Dios, Ed. Sígueme, Pág. 22, Salamanca 1983
[14]Alessandro Pronzato, Palabra de Dios, Ciclo B, Ed. Sígueme, Pág. 192, Salamanca 2007
[15]Evangelio San Marcos 1:35-39
[16]Hebreos 11:13-16
[17]Hebreos 10:35-39
Paz de Cristo!
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor
Iglesia Pentecostal Unida de Colombia
Calle 30 # 22 61 Cañaveral, Floridablanca
Reuniones Martes, Jueves y Sábado 7 PM. Domingos 8 AM, 10 AM y 5 PM
http://adonayrojasortiz.blogspot.com/
Le esperamos!
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