domingo, 24 de abril de 2016

April 24 - He Knows





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  April 24, 2016
He Knows
"I know thy works, and charity, and service, and faith, and thy patience, and thy works; and the last to be more than the first." (Revelation 2:19)
 
Seven times in the letters to His seven representative churches in Revelation 2 and 3, the Lord Jesus says: "I know thy works" (Revelation 2:2, 9, 13, 19; 3:1, 8, 15). Whatever we are doing—or not doing—He knows!
 
Sometimes such knowledge can bring—or at least should bring—great consternation. He knows, for example, all our hypocrisies: "I know . . . that thou hast a name that thou livest, and art dead" (Revelation 3:1). He also knows when our outward display of religious activity masks a real heart-attitude of compromising self-interest. "I know thy works, that thou art neither cold nor hot" (Revelation 3:15).
 
Yet He also knows when our service is genuine and our testimony is God-glorifying and faithful. "I know . . . thy labour, and thy patience. . . . I know . . . thou holdest fast my name, and hast not denied my faith" (Revelation 2:2, 13).
 
Of these seven testimonies of His knowledge, the central one is in our text. He knows when we really love Him, for the "charity" mentioned is nothing less than agape, or unselfish love. He knows all about our sincere "service" and true "faith" in His Word, as well as our "patience" of hope.
 
Perhaps the most precious of His assurances, however, is that to the suffering church at Smyrna. "I know thy . . . tribulation, and poverty" (Revelation 2:9). When He says that He knows, the sense is that He understands, because He has been through it all Himself. Therefore, "we have not an high priest which cannot be touched with the feeling of our infirmities; but was in all points tempted like as we are, yet without sin. Let us therefore come boldly unto the throne of grace, that we may obtain mercy, and find grace to help in time of need" (Hebrews 4:15-16). HMM
 
 
Institute for Creation Research - 1806 Royal Lane, Dallas TX 75229


sábado, 16 de abril de 2016

13 de Abril de 2010 - 13 de Abril de 2016


Cuando llegué a Cañaveral me encontré con la dificultad de no tener un lugar propio, ni alquilado, en el cual se pudiera predicar el evangelio. El primer mes, abril de 2004, estuve predicando donde la hermana Rosita, en una casa esquinera del barrio Molinos.

Cuando me posesionaron como pastor ya habíamos logrado conseguir en donde hacer los cultos, una casa vieja de las primeras del sector en la que funcionaba en ese entonces un restaurante popular, allí recibí la congregación con alegría y empezó el reto de establecer la obra en el sector. Ahora en esa casa, ya remodelada, funciona una oficina de COMULTRASAN.

Las cosas no se dieron en ese sitio y entonces predicamos en casa y apartamentos de los hermanos, por sectores, solo el día domingo nos reuníamos todos en un mismo lugar, generalmente un salón social de algún conjunto, una congregación cercana, y así de esa forma atípica funcionamos hasta que nos estabilizamos un poco yendo cada domingo hasta Cajasán Campoalegre. Dios bendiga la paciencia y constancia de cada uno de los hermanos. Después vino la época del Diamante 2. Allí nos congregábamos hasta que al fin se pudo hacer la negociación de la casa que ven en la foto arriba, que sí, sí es la misma de la foto abajo, aunque no parezca.

Los primeros contactos con los propietarios de esa casa se dieron como en mayo de 2009, cuando me iban a trasladar para Barbosa, volvimos a hablar con ellos como en septiembre del mismo año. 

Pero la negociación no fue muy fácil, y mientras tanto en el salón social del conjunto en el que vivía la hermana Turiso. Pero al fin luego de meses de desesperación llegó el 12 de abril de 2010, lunes, y el negocio se cerró. Salimos a recibir las llaves de la casa y hacer limpieza, porque al otro día 13 de una vez empezamos. No hay agüero que valga contra en pueblo que ya está bendito.

Contra todo pronóstico compramos la casa y nos establecimos en ese lugar.

Dios bendiga a todos los que colaboraron, los que no colaboraron, los que esperaron, los que no esperaron, los que nos criticaron, los que os apoyaron, a todos Dios los colme de su gracia!



Me emociona ver como Dios puede cumplir su palabra y su obra sigue adelante!

No dudo que los hermanos Eduardo Rozo, Eduardo Rincón, quienes estuvieron antes de mí trabajando en ese sector, se unen conmigo a la felicidad del hermano Jesús Niño, pastor actual, al ver la Iglesia en su pujante avance. Somos muchos los que desde afuera sentimos gozo por lo que pasa en ese lugar.

Esta semana me uno a la celebración del sexto aniversario de la congregación en Cañaveral. Oro por ustedes, por su pastor y cada uno de los habitantes de ese hermoso sector de Floridablanca.

Congratulations!

Gracia y Paz!



ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor

viernes, 8 de abril de 2016

Anselmo de Canterbury: el argumento ontológico

 
Así, pues, ¡oh Señor!, tú que das inteligencia a la fe, concédeme, cuanto conozcas que me sea conveniente, entender que existes, como lo creemos, y que eres lo que creemos. Ciertamente creemos que tú eres algo mayor que lo cual nada puede ser pensado. Se trata, de saber si existe una naturaleza que sea tal, porque el insensato ha dicho en su corazón: no hay Dios. Pero cuando me oye decir que hay algo por encima de lo cual no se puede pensar nada mayor, este mismo insensato entiende lo que digo; lo que entiende está en su entendimiento, incluso aunque no crea que aquello existe. Porque una cosa es que la cosa exista en el entendimiento, y otra que entienda que la cosa existe. Porque cuando el pintor piensa de antemano el cuadro que va a hacer, lo tiene ciertamente en su entendimiento, pero no entiende todavía que exista lo que todavía no ha realizado. Cuando, por el contrario, lo tiene pintado, no solamente lo tiene en el entendimiento sino que entiende también que existe lo que ha hecho. El insensato tiene que conceder que tiene en el entendimiento algo por encima de lo cual no se puede pensar nada mayor, porque cuando oye esto, lo entiende, y todo lo que se entiende existe en el entendimiento; y ciertamente aquello mayor que lo cual nada puede ser pensado, no puede existir en el solo entendimiento. Pues si existe, aunque sea sólo en el entendimiento, puede pensarse que exista también en la realidad, lo que es mayor. Por consiguiente, si aquello mayor que lo cual nada puede pensarse existiese sólo en el entendimiento, se podría pensar algo mayor que aquello que es tal que no puede pensarse nada mayor. Luego existe sin duda, en el entendimiento y en la realidad, algo mayor que lo cual nada puede ser pensado.
Proslogio, cap. 2 (en F. Canals Vidal, Textos de los grandes filósofos. Edad Media, Herder, Barcelona 1979, p. 67).

sábado, 2 de abril de 2016

April 2 - Love or Lust


Love or Lust

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   April 2, 2016
Love or Lust
“My son, attend unto my wisdom, and bow thine ear to my understanding: That thou mayest regard discretion, and that thy lips may keep knowledge.” (Proverbs 5:1-2)

 

The entire fifth chapter of Proverbs concerns the use or misuse of the highest function of our physical bodies. Under the sovereign control of Almighty God, a man and woman have been granted the ability, through their union, to make an eternal human being with the ability to accept or reject God, eternal life, and forgiveness. The contrast in this chapter is between the usage of this God-given function in lust or love, adultery or fidelity.

 

Verses 3 through 6 provide insight into the character of promiscuity, which includes deception (v. 3) and sorrow (v. 4). Psychologists have long recognized that many prostitutes ply their trade out of a hatred for men, purposefully and conscientiously destroying their companions (v. 5). The solution, of course, is to stay away. Don’t play with fire! Avoid any opportunities to be enticed (v. 8). The results, of course, of yielding to temptation would be that we would lose our youthful vigor (v. 9), our wealth (v. 10), our health (v. 11), our self-esteem (vv. 12-13), and even our lives are in danger (v. 14).

 

On the other hand, married love is a beautiful thing (vv. 15-20), providing health, companionship, joy, and satisfaction. “Let thy fountain be blessed: and rejoice with the wife of thy youth” (v. 18).

 

Remember, none of this is done in secret. “The ways of man are before the eyes of the LORD, and he pondereth all his goings” (v. 21). We should stay away from any involvement in sin, for sin entraps us (v. 22), and we keep going back. Men die for lack of instruction, or lack of obedience to the instruction they have (v. 23). This leads to great folly, and, in the end, total shame and destruction. JDM

 

 


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April 1, 2016 His Own Place “And they prayed, and said, Thou, Lord, which knowest the hearts of all men, shew whether of these two thou hast chosen, That he may take part of this ministry and apostleship, from which Judas by transgression fell, that he might go to his own place.” (Acts 1:24-25) The last three words of this passage have profound significance. Although Judas had walked with Christ and the other apostles for three years, he was out of place there all that time. It took the traumatic events of the final week of Jesus’ ministry to reveal his true character. At death, each of us will go to his own place, whether heaven or hell. If a person has found the company of Bible-believing, Bible-living Christians uncomfortable in this life and feels more at home with the Bible-doubting, God-ignoring majority, then his own place will surely be with them in the future life. Such a person would be more miserable in heaven than in “his own place.” The tragic words of the Bible’s final chapter are these: “He that is unjust, let him be unjust still: and he which is filthy, let him be filthy still: and he that is righteous, let him be righteous still: and he that is holy, let him be holy still” (Revelation 22:11). An artificial profession of belief, like that of Judas, will not change one’s basic character. Sooner or later, that person will be found altogether out of place. “The dog is turned to his own vomit again; and the sow that was washed to her wallowing in the mire” (2 Peter 2:22). Yet a true change of heart, through genuine faith in Christ, will change our eternal residence, as well, for then God “hath delivered us from the power of darkness, and hath translated us into the kingdom of his dear Son” (Colossians 1:13). There is, indeed, a wonderful “place” that Christ has gone to “prepare” for all those who truly desire to be with Him in His place! (John 14:2). HMM

Generalidades de la Escatología Bíblica

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