miércoles, 28 de noviembre de 2012

El nombre

El Nombre de DIOS


Por: Pastor Eduardo Forero



Jesús dijo: Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís: si otro viniere en su propio nombre, a aquél recibiréis.  Según la versión "lenguaje sencillo" , Jesús dijo: el es mi Padre, y me ha enviado..." ( Juan 5.43)

Jesús planteó este punto porque las gentes de su época no creían en él.  Pensaban que era un usurpador, pero les explicó que no venía en su propio nombre, sino en el de su Padre.

Si no venía en su propio nombre, debía explicarles en nombre de que Dios venía.  Convenía, por cuanto ellos eran judíos y tenían un nombre que les era conocido: Jehová o Yahvé al cual como sabemos, se llegó tras un proceso que comenzó desde el monte Sinaí, cuando Dios se manifestó a Moisés y le dijo que YHWH lo enviaba.

Pero no, en el versículo 44,  Jesús les dijo que no buscaban la gloria que viene del Dios único.  Es decir, los acusó de no buscar que ese Dios único hablara bien de ellos (Versión lenguaje sencillo). Pero no dijo nada respecto a ese nombre que ellos conocían.

Pero Jesús si afirmó en Juan 17.6: "He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste... " Es decir, recordaba que les había dado a conocer un nombre. (El del único Dios verdadero). Desde que se anunció a José el nacimiento de Jesús, este nombre Jesús fue el mencionado; por tanto él tenía toda autoridad en el cielo como en la tierra, para mandar a predica, a bautizar y a enseñar.  Esto es lo que hizo en el capítulo veintiocho de Mateo.  Allí quedó claro que debe bautizarse en el nombre del Padre, del Hijo y del Espiritu Santo.  O sea, el nombre revelado que se debe aplicar.  Ese no es otro que el de Jesús.

Y Pedro, quien usó la formula bautismal en Hechos 2: 38, también afirma en el capitulo cuatro, versículo doce de ese mismo libro: "Y en ningún otro hay salvación; porque na hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.  dice esto refiriendose al nombre de Jesucristo de Nazaret (Es los mismo que decir Jesús el Cristo de Nazaret)

Esto significa que su poder es el que hace todo.  Sin ese Jesús (sin su nombre) no hay perdón ni milagro posible.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Comentario a Hebreos

14. Predicación en nuestro culto dominical,...
José Rios 26 de noviembre de 2012 15:22
14. Predicación en nuestro culto dominical, Noviembre 18 y 25/2012.
COMENTARIOS A HEBREOS (Continuación 13).
Heb.2:9-13, "Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los Ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos. Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos. Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos, diciendo: Anunciaré a mis hermanos tu nombre, en medio de la congregación te alabaré. Y otra vez: Yo confiaré en él. Y de nuevo: He aquí, yo y los hijos que Dios me dio." Este es un pasaje de significado muy profundo: Jesús, Dios manifestado en carne se identificó con el hombre para redimirlo. Esta "identificación" es la manifestación suprema de la gracia divina. Si el hombre iba a alcanzar su destino glorioso, necesariamente, ¡esto solo podía ser cumplido por un hombre! Pero, ¿quién, de los hombres?, si todos habían pecado y eran culpables. La demanda de la justicia divina era que el hombre fuera ejecutado conforme a la sentencia por la pena de su pecado, y esa penalidad era la muerte, "Porque la paga del pecado es muerte..." (Rom. 6:23.) Ahora bien; sin excepción, todo hombre estaba imposibilitado para pagar por la culpa de otro; los recursos del hombre fueron agotados totalmente y ninguno fue suficiente para pagar. Sin embargo, si el hombre debía alcanzar tal meta tan elevada, señalada para él en el Plan de Dios, esto tenía que ser realizado por un hombre. Entonces, vemos a Jesús –Quien es el Santo- "que fue hecho un poco menor que los ángeles", ("tomando la forma de siervo –hombre", Filip.2:7), "... a causa del padecimiento de la muerte..." (pagando por los pecados del hombre), vs.9. Jesús, Quien no tenía pecado, pagó nuestra deuda y alcanzó así el ideal del destino del hombre. Según el vs.8, no vemos que todas las cosas estén sujetas al hombre en un dominio bien ordenado y tranquilo, pero en cambio, vemos "a Jesús", Quien "fue hecho un poco menor que los ángeles" –por un poco de tiempo- "para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos" –"hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz." (Filip.2:7-8)- y lo vemos "coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte" –"Por lo cual Dios también lo exaltó hasta lo sumo" (Filip.2:9-10.) Solo Dios podía salvar al hombre, porque solo Él fue y será siempre sin pecado. Pero Dios es Espíritu Eterno, y por tanto no podía morir. ¿Cómo podía salvarnos? ¡Le fue necesario a Dios, Espíritu Inmortal, asumir la humanidad para así identificarse con la raza pecadora; y "en los días de su carne" (Heb.5:7), Él mismo nos reconcilió "en su cuerpo de carne, por medio de la muerte" (Col.1:22); y "aboliendo en su carne las enemistades" (Ef.2:15) –porque "Dios fue manifestado en carne" (1ªTim. 3:16) y debe confesarse que Jesucristo, Quien "ha venido en carne" (1ª Jn.4:2-3), "es el verdadero Dios y la vida eterna" (1ªJn.5:20)- Él, padeció "por nosotros en la carne" (1ªPed.4:1), "siendo a la verdad muerto en la carne" (1ªPed.3:18), y nos abrió un "camino nuevo y vivo... a través del velo, esto es, de su carne" (Heb.10:20), porque "por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre" (Heb.2:14-15.) ¡Él Se reveló en carne para "por el padecimiento de la muerte", redimirnos de la perdición eterna! En Su "forma de siervo, hecho semejante a los hombres... y hallado en la condición de hombre", Él murió por el hombre. El venir "en carne" fue el medio de rescatar al hombre caído. "Hallado en la condición de hombre" –Jesús (Dios) como hombre- vivió, fue muerto, y resucitó, proveyendo "tan grande salvación" para los hombres (léase Ap.1:10-18.) Como un hombre, Él alcanzó para el hombre el destino que el hombre había perdido. Pero, esto fue realizado por medio de "el padecimiento de la muerte", y con el propósito de "llevar muchos hijos a la gloria" (vs.10), porque así "convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas". Por eso que Él hizo a favor nuestro es que podemos ir asumiendo aquel elevado y santo estado: HIJOS PARA SU GLORIA, por medio de nuestro vivir cotidiano; y es por eso que Pablo dice en 2ªTim.2:11-12, que "Si somos muertos con él, también viviremos con él; si sufrimos, también reinaremos con él..." ¡Qué victoria y consolación tan grandes! Los vss.11-13, nos enseñan que Él nos hace partícipes de Su propio Ser, y no se avergüenza, por tanto, de llamarnos ¡Sus hermanos! ¡Es la perfección de una obra cumplida! ¡Es la exaltación que Dios mismo hace de Sus hijos! "... He aquí yo y los hijos que Dios me dio" (vs.13.) Esto es superior, y mucho, al razonamiento de la mente humana, mortal. ¡Ser hecho UNO con Dios! 1ª Cor.6:17, "Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él." 2ªPed. 1:3-4, "Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia". Y, todo esto corresponde a Su gran amor con que nos amó, el cual hace exclamar a Juan, "Amados, ahora somos hijos de Dios, y aun no se ha manifestado todo lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es." (1ªJn.3:2.) (Léase 1ªCor.15:33-58). ¡Somos los hermanos; somos los hijos; y eso, "en medio de la congregación"! ¡Que honor tan elevado! (Léase Heb.12:18-24.)

Nos dice entonces, Heb.12:18-24, "Porque no os habéis acercado al monte que se podía palpar, y que ardía en fuego, a la oscuridad, a las tinieblas y a la tempestad, al sonido de la trompeta, y a la voz que hablaba, la cual los que la oyeron rogaron que no se les hablase más, porque no podían soportar lo que se ordenaba: Si aun una bestia tocaba el monte, será apedreada, o pasada con dardo; y tan terrible era lo que se veía, que Moisés dijo: Estoy espantado y temblando; sino que os habéis acercado al monte de Sión, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos, a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel."

Hay aquí dos tipos de experiencias: de unas hemos sido guardados –"no os habéis acercado"-; es decir, no hemos tenido participación de: el monte que se podía tocar y que ardía, la oscuridad, las tinieblas y la tempestad, el sonido de la trompeta, la voz atronadora; pero las otras son las que nos competen: el monte de Sión, la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, la compañía de miles de ángeles, la congregación de los primogénitos inscritos en los cielos, Dios nuestro Juez, los espíritus de los santos, Jesús nuestro Mediador, la sangre mejor que la del justo Abel. ¡Esas son las experiencias de ser salvos por Cristo Jesús!

Heb.2:14-18, "Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre. Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham. Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo. Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados." Aquí se nos muestra el propósito de la manifestación en carne por parte de Dios, el cual es de forma múltiple y podemos puntualizarlo de la siguiente manera.
1) "Porque así convenía a Dios", se constituye en una expresión perfectamente compatible, o afín, con el corazón de Dios y Su pensamiento: vs.10, "Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten..."
2) Para manifestar la unión entre el que santifica y los que son santificados (vss.11-14.) Es así como Jesús oró, según Jn.17:21-23.
3) Para hacerse partícipe de las experiencias y aflicciones del hombre (vs.17, "Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos...")
4) Para reunir alrededor de Él a la nueva familia espiritual (vss.12-13.)
5) Para poder morir por ellos (vs.14, "Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo.")
6) Para derrotar al diablo (vs.14, "... para destruir... al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo.") ¡Este es un triunfo extraño: salir victorioso a través de Su propia muerte! En el desierto Jesús demostró Su fuerza, Su poder, contra las tentaciones del enemigo malo, pero eso fue solo el comienzo. La batalla decisiva se libró en el Calvario; pero contrariamente a lo que pudiera esperarse o pensarse, allí el Señor venció a Satanás dándose al dolor y a la muerte para satisfacer de ese modo la sentencia de la Ley y agotar el pecado por medio de Su muerte, que era la de todos y saldó "la paga del pecado". Eso desarmó al diablo, porque "el hombre fuerte" (según Luc.11:21-23), quedó derrotado por el "hombre más fuerte", quien entró en sus dominios, le arrebató la presa y le ató. ¡Ahora hay liberación del "temor de la muerte" por la muerte de Jesucristo en la cruz!
7) Para librar a los Suyos del temor de la muerte (vs.15, "y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.") Esta liberación es consecuencia lógica de la victoria de Jesús sobre el malo. Todo propósito humano es limitado y se cierra por el temor de la muerte, la cual pone fin a la vida humana aquí. Pero es mucho más grave el temor de la muerte espiritual, que es el estado de separación eterna de Dios. Los que se allegan a Jesús por fe en Su Nombre son librados de tan espantoso temor y pasan al ámbito de la vida eterna en Él.
8) Para socorrer a la descendencia de Abraham (vs.16.)
9) Para ser misericordioso y fiel sumo sacerdote (vss.17-18.) Aquí se subraya otra vez la identificación de Jesús con el hombre necesitado, derrotado y al borde del precipicio eterno, lleno de temores y sin esperanza: "Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos..." Él escogió soberanamente asumir la humanidad para "ser en todo semejante a sus hermanos". De esta manera, Él realmente podía sufrir "tentación", habilitándose para "socorrer a los que son tentados", y "a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote" para toda la humanidad.

Nuestro Dios participó de nuestra naturaleza y anduvo donde nosotros andamos para poder levantarnos a andar con Él. Porque Él llegó a ser "semejante a sus hermanos", nosotros podemos llegar a ser "semejantes a Él". Él participó de nuestra naturaleza para poder impartirnos la Suya. Es Su Voluntad que seamos "participantes de la naturaleza divina" (2ª Ped.1:4).
Bendiciones.
En Cristo Jesús,
José de la Cruz Rios.
Pastor.

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miércoles, 21 de noviembre de 2012

La dimensión del Espírirtu


La Gloriosa Dimensión del Espíritu.

Después que Juan fue encarcelado,  Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido,  y el reino de Dios se ha acercado;  arrepentíos,  y creed en el evangelio.       Marcos 1:14-15

 

Después que Juan fue encarcelado apareció Jesús predicando lo que él llamo: el Reino de Dios. Con este mensaje se inicio un cambio trascendental y fundamental de la relación del hombre con Dios.

Debemos plantearnos dos cosas:

La una es que  Jesús seguro estaba haciendo recoger el primer gran pacto.

Y segundo que no se justificaría traer un  pacto nuevo que desmejorara la situación ya planteada. Por seguro que lo único que lo justificaría es que fuera mejor que el que pretendía reemplazar.

La vida en el Espíritu.-

El  hombre consta de dos dimensiones la carnal y la espiritual. La carne plantea un problema en la relación con Dios:

por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios, porque no se sujetan a la Ley de Dios, ni tampoco pueden; (Ro 8.7)

De tal modo que:

los que viven según la carne no pueden agradar a Dios. (Ro 8.8)

Es decir, la carne no es afín con Dios. Por tanto queriendo Dios relacionarse con el hombre y tener comunión con él, solo encontró una manera: Su espíritu. Por eso ha derramado de su Espíritu Santo y ha hecho énfasis en vivir en esta dimensión.

Así que les digo: Vivan por el Espíritu, y no seguirán los deseos de la naturaleza pecaminosa. Nueva Versión Internacional (Gl 5.16)

porque el deseo de la carne es contra el Espíritu y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisierais. (Gl 5.17)

El apóstol Pablo nos dice en Romanos 8:5: Los que viven conforme a la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza; en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los deseos del Espíritu. Nueva Versión Internacional

Vivir en la carne o según la carne es complacerse  en las cosas que la carne demanda, no necesariamente pecaminosas, pero obviamente en mayor grado las que lo son.

Mientras vivíamos en la carne, las pasiones pecaminosas, estimuladas por la Ley, obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte. (Ro 7.5)

Manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lujuria, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, divisiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas. En cuanto a esto, os advierto, como ya os he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. (Gl 5.19–21)

nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.

Los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. El ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. (Ro 8.4–6)

Pero vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios está en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, pero el espíritu vive a causa de la justicia. (Ro 8.9–10)

Vivir conforme al Espíritu o según las inclinaciones del Espíritu  es poner primero los intereses de Dios y aquellas cosas que por ser afines a Su Espíritu, son edificantes.

La visión, la manera de ver la vida, de un hombre espiritual domina todas las áreas de su vida dándola así una dimensión espiritual a cada una de sus acciones.

La  Biblia afirma que si por el Espíritu dominamos las obras de la carne viviremos:

Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne, porque si vivís conforme a la carne, moriréis; pero si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.

Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios. (Ro 8.12–14)

La certeza de que somos hijos de Dios viene reforzada por la seguridad de ser guiados por el Espíritu de Dios.

1.- La Falencia del primero pacto

La relación del hombre con Dios bajo la ley era  dependiente de lo que el hombre fuera capaz de hacer en su carne. La principal debilidad del primero pacto es que el ser humano "era débil por la carne":

Lo que era imposible para la Ley, por cuanto era débil por la carne..

La Biblia declara que la carne:

a)   Es débil:

Velad y orad para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. (Mr 14.38)

b)   Para nada aprovecha:

El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha. Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida. (Jn 6.63)

c)    No se sujeta a Dios, porque no puede:

los designios de la carne son enemistad contra Dios, porque no se sujetan a la Ley de Dios, ni tampoco pueden. (Ro 8.7)

d)  En la carne no se agrada a Dios:

los que viven según la carne no pueden agradar a Dios. (Ro 8.8)

e)   Vivir en la carne produce muerte:

si vivís conforme a la carne, moriréis

Además la carne decae con los años y aunque se esté joven los sentidos perciben una realidad incompleta.

   2.- Así que Dios se decide por la relación en el Espíritu.

Dios es Espíritu y su naturaleza es afín al espíritu del hombre. Lo primero que Dios libera del hombre es su espíritu porque de la carne solo seremos librados totalmente cuando seamos transformados:

y no sólo ella,  sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo. (Ro 8:23)

3.- Jesús enfrento al Diablo en el Espíritu.

Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. (Mat 4:1) 

4.-La vida en el Espíritu es parte fundamental del Nuevo Pacto.

Es en esta dimensión donde el alma se solaza en Dios. Es ahí donde se pudren los yugos. En ella alcanzamos dominio sobre la carne. Ahí somos libres del temor. El Espíritu nos ayuda a fomentar la unidad. Nos ayuda a escudriñar lo profundo de Dios…

Esta es la era del Espíritu!

 

Hno. Álvaro Torres.


Paz de Cristo!

ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor
Iglesia Pentecostal Unida de Colombia
Calle 30 # 22 61 Cañaveral, Floridablanca
Reuniones Martes, Jueves y Sábado 7 PM. Domingos 8 AM, 10 AM y 5 PM
http://adonayrojasortiz.blogspot.com/
Le esperamos!




lunes, 22 de octubre de 2012

Comentario a Hebreos



13. Predicación en nuestro culto dominical,...
José Rios 22 de octubre de 2012 16:56
13. Predicación en nuestro culto dominical, Octubre 7 y 21/2012.
COMENTARIOS A HEBREOS (Continuación 12).
Heb.2:5-8, "Porque no sujetó a los ángeles el mundo venidero, acerca del cual estamos hablando; pero alguien testificó en cierto lugar, diciendo: ¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él, o el hijo del hombre, para que le visites? Le hiciste un poco menor que los ángeles, le coronaste de gloria y de honra, y le pusiste sobre las obras de tus manos; todo lo sujetaste bajo tus pies. Porque en cuento le sujetó todas las cosas, nada dejó que no sea sujeto a él; pero todavía no vemos que todas las cosas le sean sujetas."
Podemos ver aquí un asunto que está implícito, acerca de LA SUPERIORIDAD DE JESÚS SOBRE ADÁN.
"Porque no sujetó a los ángeles el mundo venidero, acerca del cual estamos hablando" (vs.5). No se menciona explícitamente el nombre de Adán, pero este queda sobreentendido, pues, de lo que se quiere hablar aquí es de la gloria del hombre ideal. "No sujetó –no puso en sujeción de- a los ángeles el mundo venidero", ya que el destino de esos seres celestiales era otro, y quien había de enseñorear sobre la creación era el hombre. El autor de la carta a los hebreos, para probar esta aseveración cita el Sal.8, que a su vez es como un eco posterior de Gén.1:26-30, "Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces de la mar, y en las aves de los cielos, y en las bestias y en toda la tierra, y en todo animal que anda arrastrando sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. Y dijo Dios: He aquí os he dado toda planta que da semilla, que está sobre la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer. Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así." En realidad, este es el anuncio que Dios hace respecto de Su propósito con el hombre, quien es introducido en el mundo de la creación de Dios como la criatura que había de ser distinto totalmente de todas las demás criaturas animadas, por su esencia espiritual, capaz de tener comunión con su Creador, aunque físicamente relacionado con el orden natural. Pero el decreto divino: "Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza" (Gén.1:26), hace del hombre el ser creado con capacidad y derecho para enseñorear sobre toda especie de vida aquí sobre la tierra. Por eso es que el salmista canta del hombre como "hecho poco menor que los ángeles", y sin embargo, ha sido coronado "de honra y de gloria" por el Creador mismo, Quien le hizo "enseñorear sobre las obras (de sus) manos; todo (lo puso) debajo de sus pies: ovejas, bueyes, todo ello; y asimismo las bestias del campo, las aves de los cielos, y los peces del mar." (Sal.8:5-8.) Este es el papel original del hombre en el concierto de lo creado.
"... pero todavía no vemos que todas las cosas le sean sujetas." (vs.8.) La aparición del pecado hizo que el hombre cayera y fallara en el desempeño de su papel de "dominador" de la creación, el cual se le tornó penoso y difícil; pierde el ideal de su destino original, incapacitándose para redimirse a sí mismo, y cayendo cada vez más lejos de su dignidad, o gloria para la que fue creado. Idealmente, el hombre es aún "Señor de la Creación", pero asombra ver el contraste entre este elevado pensamiento de Dios respecto de Su criatura más preciada y la manifiesta debilidad e insignificancia del hombre, tal como se veía ahora, después de la caída. Eso explica el interrogante que se plantea el salmista: "¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre para que lo visites?" (Sal.8:4.) También el patriarca Job preguntó: "¿Qué es el hombre, para que lo engrandezcas, y para que pongas sobre él tu corazón, y lo visites todas las mañanas, y todos los momentos lo pruebes?" (Job, 7:17-18.) Y David insiste con su interrogante: "Oh Jehová, ¿qué es el hombre, para que en él pienses, o el hijo del hombre, para que lo estimes?" (Sal.144:3.) ¿Qué, o quién es el hombre? La Biblia dice que fue por un hombre que el pecado entró en el mundo, y fue por ese mismo hombre que –al pecar- vino la muerte (Rom.5:12, "Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron"). Pero, no obstante que el pecado hizo su aparición arruinando el destino glorioso del hombre y sembrando en él la muerte, Dios no abandonó Su propósito de engrandecer al hombre, lo cual, siendo entendido por el autor de la carta a los hebreos, lo hace poner un gran énfasis en ese concepto del dominio del hombre ideal sobre la creación de Dios, y dice al respecto: "... Porque en cuanto le sujetó todas las cosas, nada dejó que no sea sujeto a él...", y enseguida añade: "... pero todavía no vemos que todas las cosas le sean sujetas." (vs.8.) Lo que ocurre es que no puede desconocerse el evidente fracaso y ruina acaecidos por el pecado, lo que dificulta al hombre caído el logro de su alto destino: su gloria. ¿Cómo, o de qué manera puede cumplirse el designio de Dios para que sea honrado por la realización de Su Plan para el hombre ideal? La respuesta está en las palabras del vs.9 de este capítulo 2 de Hebreos: "Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos." Esto nos enseña que el propósito de Dios es cumplido en nuestro Redentor, el Señor Jesucristo, Quien quitó el pecado y la muerte por el sacrificio de Sí mismo, y a Quien podemos contemplar "coronado de gloria y de honra", es decir: posesionado del Poder de Dios. (Rom.5:14, "No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la trasgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir." 1ªCor.15:21-22, "Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo Jesús todos serán vivificados." Vss.45-49, "Así también está escrito: Fue hecho el primer Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante. Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual. El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo. Cual el terrenal, tales los terrenales; y cual el celestial, tales los celestiales. Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.") ¡Él, Jesús, es superior a Adán! Él, Quien es el postrer Adán, el Señor, es Quien soluciona el problema del pecado y la muerte, el cual fue causado por el primer Adán, y sujetará a Sí Mismo "el mundo venidero acerca del cual venimos hablando" (como dice en Heb.2:5), y ese "mundo venidero" no es el patrimonio de los ángeles, sino del hombre. La expresión –"mundo venidero"- es una referencia al Reino que se establecerá sobre esta tierra en el Milenio, durante el cual el "Hijo del Hombre" por excelencia, será el Rey: Quien gobierne, pues, es Él de Quien se dice aquí que "fue hecho un poco menor que los ángeles", y los redimidos con Su sangre, estarán con Él siempre.
"Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos; y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra." (Ap.5:8-10); "Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. Esta es la primera resurrección. Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre estos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años." (Ap.20:4-6.)
Bendiciones.
En Cristo Jesús,
José de la Cruz Rios.
Pastor.

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domingo, 23 de septiembre de 2012

Libre albedrío

Albedrío

Pero, si tenemos la libertad de escoger, ¿cómo puede Dios ser verdaderamente soberano sobre el curso de la historia? ¡Qué enigma!

Un principio que debe permanecer absolutamente supremo es que la Biblia es nuestra autoridad final, y no la razón. Esto no quiere decir que la posición escritural está en contra de la razón; simplemente es una afirmación de que nuestra razón no logra comprender plenamente a Dios y sus caminos. Tenemos que conformarnos con lo que Él nos dice; toda especulación más allá de eso es meramente ... especulación.

(Del lat. arbítrium) .

Libre albedrío.

Sentencia del juez árbitro. Libertad de resolución. Libre Potestad de obrar por reflexión y elección. Según el gusto o voluntad de la persona de que se trata, sin sujeción o condición alguna.

El tener la capacidad de hacer sin límite no implica que sea compulsivo el uso. En otras palabras Dios puede crear pero no está obligado a hacerlo. Cuando la Biblia dice que Él es quien quita y pone reyes quiere decir que Él puede hacerlo pero no afirma que Él lo haga. En otras palabras no todos los reyes que gobiernan están puestos por Dios. Lo que si esta instituido por Dios es el principio de autoridad.

El libre albedrio es, como dijimos antes, la libre Potestad de obrar por reflexión y elección. Según el gusto o voluntad de la persona.

Siempre llama la atención la conversación que se desarrolló entre Dios y Caín cuando Dios rechazo la ofrenda de éste: Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, (tu voluntad) y tú te enseñorearás de él (Tu podrás dominarla). Génesis 4:7.

Lo primero que tenemos que pensar es que Dios es un ser serio y que nunca engañaría a nadie. En este pasaje le dice claramente a Caín que él es dueño de su voluntad y que tomara la decisión que quisiera.

Además, le explica la situación y le sugiere una salida pero Caín siempre hizo lo que quiso y no fue precisamente lo que Dios quería.

En el caso del apóstol Pablo es curioso observar lo que el dice: Salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que prisiones y tribulaciones me esperan. Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo mi vida preciosa para mí mismo; con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios. Hechos 20:23-24

Entonces Pablo respondió: ¿Qué hacéis llorando y quebrantándome el corazón? Porque yo estoy DISPUESTO no sólo a ser atado, más aun a morir en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús. Hechos 21:13

El Espíritu Santo le estaba dando testimonio, no las malas lenguas, ni el Diablo, y estaba DISPUESTO, en un acto voluntario, a morir.

La historia de la humanidad es un testimonio claro de que el hombre ha ido en contra de la voluntad de Dios.

La Biblia nos enseña que al ser humano le toca tomar la decisión de hacer o no lo que Dios le plantea:

Miren, hoy les doy a elegir entre la vida y el bien, por un lado, y la muerte y el mal, por el otro. Deuteronomio 30:15

Si aceptan ser obedientes, comerán de lo mejor que produce la tierra; pero si insisten en ser rebeldes, morirán sin remedio en la guerra." El Señor mismo lo ha dicho. Isa 1:19 y 20

En el caso de Balaam está claro que Dios no quería que fuese pero Balaam siempre fue en contra de la voluntad de Dios: No vayas con ellos ni maldigas a ese pueblo porque a ese pueblo lo he bendecido yo. Números 22:12. Pero Balaam siempre fue.

Arrepentíos y bautícese cada uno… Hechos 2:38

En el caso de la Salvación, está claro que el arrepentimiento y la creencia son actos voluntarios del ser humano.

Cuando los hermanos de Jerusalén oyeron estas cosas, se callaron y alabaron a Dios, diciendo: -¡De manera que también a los que no son judíos les ha dado Dios la oportunidad de volverse a él  y alcanzar la vida eterna! Hechos 11:18

Este verso no pretende decir que Dios les haya dado la sensación de arrepentimiento ni que se haya arrepentido por ellos. Lo que sí está claro es que los judíos pensaban que los gentiles no tenían oportunidad de salvación y con esta experiencia les quedó claro que la oportunidad era una oportunidad universal.

Así que el hombre es responsable de sus decisiones y tiene que asumir las consecuencias.

Si Dios hubiera querido crear un ser que hiciera lo que Él quería así lo hubiera hecho pero escogió soberanamente crear un ser que tuviera la capacidad moral, que dicho seas de paso sin libre albedrio no existe, de decidir o hacer el bien o el mal. La mejor prueba de ello es Adán mismo.

La soberanía y el libre albedrío

Hablamos aquí acerca de la libertad de la voluntad, la capacidad de escoger o determinar las acciones propias sin coerción. Dado que nuestras acciones están tan fuertemente influenciadas por nuestra crianza, creencias religiosas, circunstancias de vida, etc., nuestra situación nunca podrá ser de indeterminación completa. 

Así como leemos que Dios está al control de la historia de su creación a lo largo de las Escrituras, también observamos que las personas hacen elecciones por las que son recompensadas o castigadas. Parece suficientemente claro en la Biblia que podemos hacer elecciones no obligadas.

Jesús lamentó la condición de Jerusalén en su tiempo: ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste! (Mateo 23:37). Los judíos son culpados por su elección, o su falta de elección. Hasta se nos ordena que hagamos elecciones: Elijan ustedes mismos a quiénes van a servir, ordenó Josué (Josué 24:15). Jesús nos dijo: ¡Arrepiéntanse y crean las buenas nuevas! (Marcos 1:15), como si pudiésemos elegir hacerlo. Abraham recibió lo que Dios prometió porque escogió obedecer a Dios:

Llamó el ángel de Jehová a Abraham por segunda vez desde el cielo, y le dijo:

—Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto y no me has rehusado a tu hijo, tu único hijo, de cierto te bendeciré y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; tu descendencia se adueñará de las puertas de sus enemigos. En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz. (Génesis 22:15-18).

¿Qué leemos en la Biblia? Leemos tanto que Dios está al control como que podemos ser hechos legítimamente responsables de nuestras elecciones. ¡Y no tenemos que encontrar un versículo en apoyo de una postura y otro en apoyo de la otra!

En Génesis 50:20, José dijo a sus hermanos, que lo habían vendido como esclavo: "Es verdad que ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien para lograr lo que hoy estamos viendo: salvar la vida de mucha gente". Pedro reprendió a los judíos en Pentecostés: "Éste [Jesús] fue entregado según el determinado propósito y el previo conocimiento de Dios; y por medio de gente malvada, ustedes lo mataron, clavándolo en la cruz" (Hechos 2:23). Que los verdugos tenían al menos parte de la culpa está claro a partir del hecho de que Jesús pidió el perdón de ellos en la cruz (Lucas 23:34). En Isaías leemos que fue Dios quien envió a los asirios para castigar a Judá, ¡pero luego los castigó a ellos por hacerlo con una actitud incorrecta (Isaías 10:5-15)!

Este problema surge típicamente en discusiones sobre la cuestión de la elección para la salvación. Jesús y los apóstoles hacían la oferta como si los oyentes (o lectores) pudieran aceptarla o rechazarla. Dios no juega juegos; el llamado al arrepentimiento y la salvación se volvería una farsa si nuestra elección no tuviera nada que ver con él. Se nos dice "¡Arrepiéntanse y crean las buenas nuevas!" (Marcos 1:15). Pero también se nos dice que es Dios quien escoge (ver Juan 15:16; Romanos 9:14-22).

Las personas que pasan demasiado tiempo pensando en este tema tienden a inclinarse más hacia un lado que el otro. Sin embargo, es importante notar que no perdemos un ápice de tensión al enfatizar un aspecto por sobre el otro, sea la soberanía de Dios o la libre voluntad del hombre. Si exageramos la soberanía de Dios, tenemos la dificultad de entender el juicio de Dios contra los que no fueron elegidos. ¿Cómo encaja esto con la enseñanza bíblica de que Dios no muestra favoritismos, o el mandato de amar a todas las personas, aun nuestros enemigos? Por otra parte, si exageramos el libre albedrío del hombre, ¿cómo podrá un hombre ser salvo jamás?

Sin embargo, eso no significa que la cuestión de la soberanía de Dios no sea importante.

¿Cómo conviviré con ambas verdades bíblicas a la vista: que Dios es soberano sobre todo y que yo seré responsabilizado por mis elecciones? Se me ha dado la responsabilidad de obedecer a Dios. ¡Pero estoy agradecido de que la carga final de cumplir su voluntad no descansa en mí! En eso, debo confiar en Él. Este es el punto crucial de la cuestión soberanía-responsabilidad: Si bien tenemos la capacidad y la responsabilidad de elegir, podemos tener confianza en que el plan de Dios será realizado, que sus promesas se cumplirán y que finalmente todo saldrá perfectamente.


Paz de Cristo!

ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor
Iglesia Pentecostal Unida de Colombia
Calle 30 # 22 61 Cañaveral, Floridablanca
Reuniones Martes, Jueves y Sábado 7 PM. Domingos 8 AM, 10 AM y 5 PM
Le esperamos!

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