martes, 19 de julio de 2011

Reina-Valera

El protestantismo
español      13


¡Valor, camaradas! Esta es la hora en que debemos mostrarnos valientes soldados de Jesucristo. Demos fiel testimonio de su fe ante los hombres, y dentro de pocas horas recibiremos el testimonio de su aprobación ante los ángeles.

Julianillo Hernández


En los capítulos anteriores hemos tratado principalmente de aquellos países en que el protestantismo logró echar fuertes raíces: Alemania, Suiza, Holanda, Inglaterra, etc. Hubo otros en donde su impacto fue menor, aunque también notable, y que no hemos discutido aquí por razones de falta de espacio. Entre estos últimos cabe mencionar Italia, Polonia, Hungría, Rusia, Grecia y otros. En cierto sentido, España pertenece también a esta segunda categoría. La historia del protestantismo en ella es una serie de persecuciones, reuniones clandestinas, muertes y exilios. A la postre, no quedaron vestigios de aquel antiguo protestantismo que puedan señalarse con certeza. Pero, por otra parte, la historia de aquellos antiguos reformadores españoles, perseguidos, exiliados, torturados y muertos, es también un capítulo importante de la nuestra, pues hablamos el mismo idioma. Por esa razón, antes de dejar la "Era de los reformadores", debemos darle al lector al menos un atisbo de ella.
La historia del protestantismo en España está aún por escribirse. Hay numerosos ensayos y monografías acerca de personajes o hechos relacionados. Pero un movimiento que fue en su mayor parte clandestino resulta siempre difícil de investigar, pues frecuentemente se halla oculto en episodios que el tiempo y la falta de atención se han encargado de borrar. Por tanto, lo que intentaremos hacer aquí no será narrar la historia del protestantismo español, sino ofrecer más bien un bosquejo de ella, con algunos episodios que sirvan para darle al lector una idea de la fe y el heroísmo de aquellos personajes casi olvidados.


Erasmismo, Reforma e Inquisición

Al comenzar la "era de los reformadores", había pocos países en Europa donde el espíritu reformador pareciera tener mayores probabilidades de éxito que en España. Erasmo había cifrado en ella sus esperanzas de ver una reforma según él la concebía. La obra de Isabel la Católica y de Cisneros había dado frutos, y las reformas que ellos habían emprendido, aunque distaban mucho todavía de ser universales, se iban abriendo camino. El rey Carlos, nieto de Isabel, era admirador del movimiento humanista, y se había hecho rodear de varios consejeros que pertenecían a él. Entre ellos se contaba su secretario Alfonso de Valdés, quien lo acompañó a la dieta de Worms. La universidad de Alcalá, y varias otras, se habían vuelto centros de reforma.
Entonces estalló la reforma luterana en Alemania, y la vieja reforma española se volvió una contrarreforma. Como toda reacción, esa contrarreforma comenzó a ver enemigos, no sólo en el protestantismo, sino también en los erasmistas que no estaban dispuestos a ser tan extremistas como ella. El resultado fue que muchos de ellos se vieron obligados a abandonar el país, e impulsados a tomar actitudes más radicales con respecto a las cuestiones religiosas que se debatían.
Al mismo tiempo, la Inquisición, que hasta entonces se había ocupado principalmente de los supuestos judaizantes y de los moriscos falsamente convertidos, comenzó a dirigir su atención hacia los "luteranos" (título que se le daba a toda persona que tomase posiciones siquiera remotamente parecidas a las de Lutero).
Todo este proceso, sin embargo, tomó algún tiempo. Durante el reinado de Carlos V fueron pocos los españoles que se sintieron atraídos por el protestantismo, y la mayoría de ellos prefirió vivir en el exilio. A principios del reinado de Felipe II las autoridades se percataron de que las ideas "luteranas" (en realidad, casi todos los protestantes españoles eran más calvinistas que luteranos) habían penetrado profundamente en el país. Fue entonces, como veremos más adelante, cuando se desató la verdadera persecución.


La reforma mística y humanista: Juan de Valdés

A Juan de Valdés, cuyo hermano Alfonso era secretario del Emperador, le cabe el honor de haber sido el primer autor "luterano" en español. Decimos "luterano", porque ése fue el título que le dieron sus enemigos. En realidad, la doctrina de Valdés nunca hubiera sido aceptada por el Reformador de Wittenberg, pues Valdés era un místico que combinaba la larga tradición mística española con el humanismo al estilo de Erasmo.
Cuando la Inquisición empezó a sospechar de él, y resultó claro que su hermano Alfonso no tendría el poder necesario para defenderlo, Juan de Valdés decidió abandonar España, y se refugió en Nápoles, que también pertenecía a Carlos V, pero donde la Inquisición no tenía el alcance que tenía en España. Allí pasó el resto de sus días dedicado a la meditación religiosa. Alrededor de él se reunió un círculo de aristócratas que admiraban sus enseñanzas. Puesto que su propósito, más que reformarla iglesia, era lograr una vida espiritual más profunda para el individuo, Valdés pudo evitar ser condenado por las autoridades eclesiásticas. A su muerte, su discípula Giulia de Gonzaga continuó reuniendo el grupo fundado por él, hasta que ella también murió.
El propio Valdés no parece haber sido verdaderamente protestante. Su énfasis en la vida del espíritu, a veces en contraposición, no sólo a los ritos externos, sino también al estudio de las Escrituras, era muy distinto de lo que predicaban los reformadores luteranos y calvinistas. Pero en todo caso varios de sus discípulos, entre ellos el famoso predicador Bernardino de Ochino, general de la orden de los capuchinos, sí se hicieron protestantes, y tuvieron que emigrar de Italia. El propio Ochino siguió una carrera accidentada, pues después de hacerse protestante y refugiarse en Ginebra comenzó a formular declaraciones contra la doctrina de la Trinidad, y a favor de las enseñanzas de Serveto, y a la postre se vio obligado a partir hacia Polonia, donde murió años después, cuando se preparaba a emigrar una vez más por cuestiones doctrinales.


Las comunidades protestantes en España

El contacto entre España, por una parte, y Alemania y los Países Bajos, por otra, no podía sino llevar a la introducción del protestantismo en la Península Ibérica. En 1519 fueron enviados a España los primeros escritos de Lutero, y al año siguiente se tradujo al español su comentario sobre Gálatas. A partir de entonces, y de manera esporádica, continuaron infiltrándose en España, principalmente procedentes de los Países Bajos, libros de esa índole. Puesto que al principio se confundía la reforma que propugnaba Erasmo con la que había sido iniciada por Lutero, los libros luteranos fueron populares en los círculos humanistas, y la Inquisición tomó medidas para descubrirlos y destruirlos. Pero todo esto no pasaba de mera curiosidad o, cuando más, de deseos de que en España se comenzara una reforma parecida a la que estaba teniendo lugar en Alemania. Hacia fines del reinado de Carlos V se fundaron las primeras comunidades o iglesias protestantes, en Valladolid y en Sevilla. Y aún entonces, no se trataba verdaderamente de gente que estuviera convencida de que era necesario seguir las doctrinas de Lutero o de Calvino, sino de miembros de la Iglesia Católica que soñaban con su reforma, y que recibían inspiración de los escritos protestantes.
Uno de los principales promotores del protestantismo español fue Julián Hernández, conocido debido a su baja estatura como "Julianillo". Cuando por fin fue apresado por la Inquisición, se comportó con singular valentía. Repetidamente fue llevado a la cámara de torturas, sin que pudieran arrancarle una abjuración, ni el nombre de alguno de sus correligionarios. Al regresar a su celda, después de largas sesiones de suplicio, se dice que iba cantando:
    Vencidos van los frailes, vencidos van;
Corridos van los lobos, corridos van.
Al ser llevado a la pira después de tres años de prisión y torturas, pronunció las palabras que hemos citado al principio de este capitulo, y murió de manera ejemplar.
En Sevilla, el más renombrado predicador de la catedral, el doctor Constantino Ponce de la Fuente, era parte del círculo que estudiaba las doctrinas protestantes. Además, en las afueras de la ciudad, en el convento de San Isidoro en Santiponce, el movimiento reformador había llegado hasta tal punto que toda la vida monástica se reorganizó, para dar más tiempo al estudio de las Escrituras, y menos a los ritos tradicionales.
Hacia fines de 1557 y principios de 1558, comenzó a haber indicios de que la Inquisición se aprestaba para asestar un rudo golpe a los círculos de inclinaciones protestantes. En Valladolid, el movimiento se había infiltrado entre las monjas de Santa Clara y las cistercienses. En Sevilla, había pasado del convento de Santiponce a otras casas vecinas y se abría paso entre los laicos de toda la comarca. Quienes creían que el protestantismo era el peor mal que asolaba al mundo tenian que tomar medidas para su destrucción.
Apercibidos, los monjes de San Isidoro se reunieron para discutir la situación, y determinaron que cada cual quedaba libre para seguir el curso que le pareciera aconsejable. Doce de ellos decidieron partir por distintas rutas y reunirse un año más tarde en Ginebra. Así lo hicieron, y tras largas y diversas odiseas todos llegaron a la ciudad suiza. Entre los refugiados sevillanos se contaban Juan Pérez, Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera, personajes de gran importancia en la historia de la Biblia castellana.
A los pocos días de la partida de aquellos frailes, estalló la tormenta. En Sevilla alrededor de ochocientas personas fueron llevadas a las cárceles de la Inquisición, y unas ochenta en Valladolid. En Sevilla, el tumulto fue tal que la Inquisición se vio obligada a poner guardias en el puente que separaba su castillo de Triana de la ciudad, por temor a que el pueblo tratara de libertar a los presos. Entre éstos últimos se encontraba Constantino Ponce de la Fuente, pues los inquisidores descubrieron inesperadamente algunas de sus obras, conservadas en secreto, en las que criticaba las doctrinas y prácticas más comunes del catolicismo de su época. Poco después se dieron órdenes para que en otras ciudades se procediera de igual manera, y pronto las cárceles inquisitoriales en las principales ciudades de España rebosaban de acusados.
Los procesos que se iniciaron entonces duraron largo tiempo. Constantino murió de disentería en la cárcel malsana, y los inquisidores trataron de manchar su memoria diciendo que se había suicidado ingiriendo vidrio molido. Muchos de los acusados confesaron su "herejía", abjuraron de ella, y fueron condenados a diversas penas. Pero contra la mayoría se siguió un juicio tan prolongado que muchos murieron antes de recibir veredicto alguno.
El primer "auto de fe" contra los protestantes se celebró en Valladolid el 21 de mayo de 1559, y en él catorce personas fueron muertas, mientras otras dieciséis fueron castigadas públicamente de distintos modos. En el segundo, celebrado en la misma ciudad el 8 de octubre de ese año, los muertos fueron trece, y dieciséis los castigados de otro modo. En Sevilla, donde el número de los acusados era mayor, el primer auto de fe tuvo lugar el 24 de septiembre, y en él los condenados a morir fueron veintiuno. Entre ellos estaban cuatro frailes de San Isidoro, que habían decidido permanecer allí cuando sus hermanos partieron hacia Ginebra. El segundo auto de fe sevillano tuvo lugar más de un año después, el 22 de diciembre de 1560, y en él murió Julianillo Hernández, junto a otros trece compañeros de fe. A partir de entonces los autos de fe se multiplicaron, y durante cada uno de los próximos diez años hubo al menos una docena de ellos. Luego, el número de los condenados a muerte por ser "luteranos" fue considerable. Y mucho mayor fue el de los que recibieron condenas menores, tales como confiscación de bienes, prisión perpetua, llevar sambenitos, etc. Pero a pesar de ello, hacia fines de ese siglo, todavía la Inquisición se veía obligada a continuar buscando y condenando a quienes persistían en sus inclinaciones protestantes.


Los protestantes exiliados

En vista de la persecución que los amenazaba constantemente, fueron muchos los protestantes españoles que decidieron abandonar su patria y establecerse en otros lugares. Pronto hubo iglesias protestantes españolas en Amberes, Estrasburgo, Ginebra, Hesse y Londres. Dada la inestabilidad política de los tiempos, los miembros de tales comunidades se vieron a veces obligados a emigrar de nuevo, como sucedió en Amberes cuando el duque de Alba tomó la ciudad.
La obra más notable de esos exiliados fue la traducción de la Biblia al castellano. En 1543, en Amberes, Francisco de Enzinas publicó su versión del Nuevo Testamento, basada sobre el texto griego de Erasmo. Iba dedicada al emperador Carlos V, a quien Enzinas se la presentó personalmente en Bruselas. El monarca le prometió estudiarla, y se la hizo llegar a su confesor. El resultado fue que Enzinas fue encarcelado por fomentar la herejía. Quince meses permaneció preso, hasta que un buen día encontró abiertas las puertas de su cárcel, y escapó.
En 1556, Juan Pérez, uno de los sevillanos que habían huido antes de estallar la persecución, publicó su versión del Nuevo Testamento, y poco después la de los Salmos. Cuando murió, en París, dejó toda su herencia para la publicación de una Biblia castellana.
Empero el gran héroe de esa empresa fue Casiodoro de Reina. Al igual que sus compañeros de convento, Casiodoro había llegado a Ginebra huyendo de los rigores de la Inquisición, y pronto comenzó a no sentirse a gusto, y a decir que Serveto había sido quemado "por falta de caridad", y que Ginebra se había vuelto "una nueva Roma". A partir de entonces se vio obligado a exiliarse repetidamente, en Frankfort, Londres, Amberes, etc. Tras largas penurias y contratiempos, pudo por fin ver publicada su Biblia en 1569. Su vida, que nos hemos visto obligados a relatar aquí en unas pocas lineas, es uno de los capítulos más dramáticos de toda la "era de los reformadores".
Algunos años más tarde, en 1602, Cipriano de Valera publicó la revisión de la Biblia de Casiodoro que llegó a ser la versión de las Escrituras más usada entre protestantes de lengua española, hasta el siglo XX.


González, J. L. (2003). Vol. 2: Historia del cristianismo : Tomo 2 (123–128). Miami, Fla.: Editorial Unilit.

 
 
Paz de Cristo!

ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor 
Iglesia Pentecostal Unida de Colombia 
Reuniones Martes, Jueves y Sábado 7 PM, Domingos 8 AM y 10 AM.
Calle 30 # 22 61, Cañaveral, Floridablanca.
http://adonayrojasortiz.blogspot.com/
 

viernes, 15 de julio de 2011

Escatología: LAS BODAS DEL CORDERO

Las Bodas del Cordero

Gocémonos, alegrémonos y démosle gloria,

porque han llegado las bodas del Cordero

y su esposa  se ha preparado. Y  a ella se le ha concedido

que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente

 (pues el lino fino significa las acciones justas de los santos)».

El ángel me dijo: «Escribe: "Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero"». Y me dijo: «Estas son palabras verdaderas de Dios».

Yo me postré a sus pies para adorarlo, pero él me dijo: «¡Mira, no lo hagas! Yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos que mantienen el testimonio de Jesús. ¡Adora a Dios!».l (El testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía).

Apocalipsis 19:7-10

La imagen del matrimonio fue usada por los escritores sagrados desde la época del Antiguo Testamento para transmitir algo acerca de la profundidad de la relación de Dios con quienes forman parte de sus siervos.

El texto que acabamos de leer se divide en dos aspectos principales:

(1) las bodas del Cordero, y

(2) la cena de las bodas del Cordero.

LAS BODAS DEL CORDERO

La cena de las bodas del Cordero era uno de los temas favoritos del Señor Jesús. En muchas de sus historias o parábolas, hablaba de las cenas de bodas. Por ejemplo, en la parábola de las diez vírgenes, habló de la preparación ante la venida del novio. En Mateo 22: 1-14 contó la, parábola de la boda del hijo del rey. En esta ocasión festiva, el rey envió a sus siervos para que invitaran a la gente a venir a este bendito acontecimiento.

¿Quién es el novio? . . .

La pregunta «¿Quién es el novio?» no tiene sino una respuesta. El novio no puede ser otro más que «el hijo del rey» de Mateo 22: 1-14, el mismo Señor Jesucristo.

Jesús les dijo:

—¿Acaso pueden los que están de bodas tener luto entre tanto que el esposo está con ellos? Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.  Mateo 9: 15 y Marcos 2.19–20

En Juan 3:29, mucho después de que Juan el bautista hubiera presentado a Jesús como «el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo» (Juan 1:29), le pidieron a Juan que se identificara. Dejó en claro que no era el Cristo; en Juan 3:29 se refirió a Cristo como a «el novio», y a sí mismo como «el amigo, que está a su lado y lo escucha, [y] se llena de alegría cuando oye la voz del novio». Con claridad, aquí se habla de Cristo como el novio y como el Cordero. Por lo tanto, Cristo es el novio en las bodas del Cordero.

¿Quién es la novia? . . .

La respuesta a la pregunta: «¿Quién es la novia?» presenta una diferencia de opiniones.

Algunos dicen que la novia es Israel, porque en Apocalipsis 19:7 se refiere a la «novia» y en Isaías 54:5 se dice que DIOS es su esposo; pero la novia no puede ser Israel porque a la novia no se le llama esposa hasta después que la boda terminé. Además, existen dos esposas en las Escrituras. La esposa del Antiguo Testamento había sido desechada a causa de su adulterio espiritual al adorar a otros dioses (Jeremías 3:1-20; Ezequiel 16; Oseas 2; 3:1-5). Esta misma diferencia es la que Pablo tenía en mente en 2 Corintios 11:2: «El celo que siento por ustedes proviene de Dios, pues los tengo prometidos a un solo esposo, que es Cristo, para presentárselos como una virgen pura.» La Iglesia es culpable de muchos pecados en sus casi dos mil años de existencia, pero el adulterio espiritual no se cuenta entre ellos. En las Escrituras se define al adulterio espiritual como la adoración a otros dioses. No se puede ser cristiano, teniendo al Espíritu Santo como testigo en el corazón, y adorar a otro que no sea el Señor Jesucristo. Este hecho, por supuesto, se transforma en la prueba en cuanto a lo genuina que es la salvación.

Otro versículo importante para considerar con respecto a la Identidad de la novia se encuentra en Efesios 5:32. El apóstol Pablo, hablando de la relación entre esposos y esposas, compara al marido con Cristo ya la esposa con la iglesia. Lo resume en el versículo 32 diciendo: «Esto un misterio profundo; yo me refiero a Cristo y a la iglesia», indicando con claridad que el cuadro perfecto de la relación entre el Señor Jesús y su iglesia es el de la novia y el novio. Por lo tanto, cuando , y de inmediato queda comprometido en matrimonio con Cristo.

Este compromiso finalizará en las bodas del Cordero.

¿Cuándo y dónde tendrá lugar esta boda?

La boda del Cordero debe tener lugar en el cielo, porque en Apocalipsis 19:11, luego de las bodas del Cordero y de la cena de las bodas del Cordero, encontramos al Señor viniendo en su «gloriosa venida» para establecer su reino. Por esta razón, debemos llegar a la conclusión de que la boda y la cena tienen lugar en el cielo. La ubicación en Apocalipsis 19 muestra que estos hechos tienen lugar al final de la tribulación, antes del reino del milenio de Cristo en la tierra.

Efesios 5:27 indica la manera en la cual la novia se le presentará a Cristo: «Una iglesia radiante, sin mancha ni arruga ni ninguna otra imperfección, sino santa e intachable.» Esta condición existirá solo después del juicio de Cristo cuando los creyentes sean limpios por completo y la iglesia se transforme en un todo. Por esta razón creemos que el tribunal de Cristo, que tendrá lugar durante la tribulación, precederá a la cena de las bodas del Cordero, e inmediatamente después de que el último creyente se presente ante el juicio para recibir su recompensa se celebrarán las bodas del Cordero. Todos los cristianos que confiaron en Cristo durante la era de la gracia desde el día de Pentecostés hasta el arrebatamiento de la iglesia, formarán parte de su novia.

¿De qué manera se prepara la novia?

Años atrás una novia por lo general se hacía su propio vestido; en realidad hoy en día tampoco es inusual que se lo hagan. El vestido de esta novia hecho de lino fino (Apocalipsis 19:8), se define como «las acciones justas de los santos». Es decir, la novia se prepara a través de sus acciones justas. Puesto que esta boda viene después del juicio de Cristo, lo más probable es que la posición que el individuo ocupe como miembro de la novia lo determine el juicio del fuego, cuando sus obras sean juzgadas. Por lo tanto, los cristianos en este tiempo debemos tener cuidado de hacer buenas obras (Tito 3:8). El Señor Jesucristo desafía a los cristianos: «Acumulen para sí tesoros en el cielo» (Mateo 6:20). Aunque nos resistimos a trabajar por la recompensa debemos recordar que nuestra relación con Cristo como miembros de su novia se determinará de acuerdo al servicio fiel de hoy.

El diablo es el rey de las mentiras. Les dice a los que no son salvos: «Trabajen para la salvación.» Si la mentira fracasa y el individuo acepta a Cristo, enseguida susurra: «Ahora que has sido salvo gratuitamente. Por gracia, no tienes que hacer nada.» Este enfoque no concuerda con Efesios 2:8-10; la mayoría de los cristianos se olvidan del versículo 10: «Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica. » El propósito del cristiano es estar a disposición del Señor para realizar «buenas obras».

No obstante la gracia está presente aún aquí, no nos ganamos estas hermosas vestiduras ni las construimos del todo pues Apocalipsis 19:8 claramente dice que a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente. De este modo la esposa recibe las recompensas y Dios recibe toda la gloria, pues la acciones justas de los santos no son otra cosa que el resultado de la gracia de Dios obrando en la Iglesia y a través de ella.

porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad. (Flp 2.13).

Sería bueno que periódicamente hiciéramos un inventario para ver si en verdad estamos sirviendo a Cristo. En aquel día, todos los cristianos que no fueron fieles se lamentarán por su infidelidad, porque no solo les impedirá ocupar la posición que desearían con respecto a Cristo, sino que limitarán su grado de gobierno y de reinado con Cristo durante el reino del milenio. La actitud del apóstol Pablo debiera caracterizar a todos los cristianos: «¿Qué debo hacer, Señor?» (Hechos 22:1O.) Esta clase de proceder les proporcionará tal motivación a los creyentes que no solo recibirán una «completa recompensa» sino que escucharán decir a su Salvador: «[Hiciste bien, siervo bueno y fiel» ... ¡Ven a compartir la felicidad de tu Señor!» (Mateo 25:21.)

LA CENA DE LAS BODAS DEL CORDERO

La cena de bodas, por supuesto, no es la boda sino la fiesta de bodas del Cordero. Parece que estar invitado a esta fiesta es un honor particular, porque a Juan se le dijo que escribiera: «¡Dichosos los que han sido convidados a la cena de las bodas del Cordero! » (Apocalipsis 19:9.) «Dichoso» es sinónimo de «feliz» o de «honrado». En otras palabras: «Felices (u honrados) los que fueron convidados a la cena de las bodas del Cordero. »

La identidad de los invitados

Podemos deducir que habrá invitados a esta cena porque a algunos se les invita a asistir a la ceremonia de bodas. Es evidente, a la novia no se invita a la cena de bodas, ni tampoco se invita al novio. Se invita a los amigos del novio y de la novia. Ahora bien, ¿quiénes son estos amigos o invitados? Aquí hay diferencias de opiniones. No se puede tratar de la Iglesia, porque ella es la novia. Algunos tratan de identificar las parábolas de las diez vírgenes y de la cena de bodas del hijo del rey como ilustraciones de los invitados a la cena de bodas, pero estas dos parábolas sirven solo para ilustrar la prominencia de una cena de bodas en el pensamiento del Señor Jesús. Fíjese que tanto las vírgenes insensatas como los invitados que no tenían una vestimenta adecuada quedan fuera de la fiesta, mientras que en la cena de las bodas del Cordero no queda lugar para que nadie quede afuera. Estas dos son parábolas del «reino de los cielos», que enseñan que uno debiera estar preparado para la venida del novio.

Juan el bautista, uno de los últimos santos del Antiguo Testamento indicó que él era un amigo del novio (Juan 3:29). Estos santos del Antiguo Testamento estarán en el cielo y tendrán sus recompensas, pero no formarán parte de la iglesia, de la novia de Cristo. Son los amigos del novio y de la novia, que, a esta altura se pueden ver como los invitados a la fiesta. Entonces, todos los creyentes que murieron desde Adán hasta la resurrección de Cristo serán los invitados a la fiesta. Además de ellos, aparecerán los que recibieron al Señor durante la tribulación, muchos de los cuales murieron como mártires por el testimonio de Cristo. Estos serán los invitados a la fiesta. Algunos sugieren que tal vez los ángeles se encuentren entre los invitados. Sin embargo, no me parece probable, Los ángeles pueden ser espectadores durante la cena de las bodas del Cordero, pero debiéramos fijarnos en que la cena se distingue por el uso del nombre sacrificial de nuestro Señor: el Cordero. Los ángeles nunca han sido los receptores de las bendiciones de los redimidos.

Solo aquellos que han tenido una existencia humana, que han pecado, y que han sido redimidos por la sangre del Cordero se encontrarán allí, ya sea como la novia de Cristo o como los invitados. No quiero decir que los santos del Antiguo Testamento son inferiores a los de la iglesia, o a los del cuerpo de Cristo, sino simplemente quiero señalar que es una bendición especial para la iglesia. Ahora bien, Israel, o los invitados a la cena de las bodas del Cordero tienen promesas y maneras de relacionarse con él que nosotros no compartimos; sin embargo, la cena de las bodas del Cordero es una experiencia reservada para la iglesia.

LA LUNA DE MIEL DEL CORDERO

Después de las bodas en esta tierra, en la fiesta se acostumbra ofrecer una recepción o celebración que reemplazó en la era moderna a la antigua cena de bodas. Pero luego de la cena de bodas, el novio y la novia por lo general se cambian de ropa y se escabullen hacia su luna de miel. Es más que una mera coincidencia que, inmediatamente después de la cena de las bodas del Cordero, Juan nos dice: «Luego vi el cielo abierto, y apareció un caballo blanco» (Apocalipsis 19:11a). A partir de este momento, se lanza a describir la gloriosa venida del Señor Jesucristo a la tierra para establecer su reino, cuando vendrá con su esposa, la iglesia. La tierra, antigua morada de la iglesia de la cual fue arrebatada y el lugar donde el Cordero mismo vivió y murió, se convertirá entonces en el lugar de los mil años de luna de miel. ¡Cómo quisiera Dios que todo matrimonio pudiera disfrutar del cumplimiento de este símbolo: mil años de paz!

EL CREYENTE Y EL MILENIO

Al momento después de que Cristo descienda a esta tierra, comenzará el reinado del milenio. Cristo establecerá su reino y los creyentes reinarán con él. 2 Timoteo 2:11-12 aclara este proyecto. Ese reinado se basa en las obras de los creyentes, porque Pablo dice: «Si resistimos, también reinaremos con él.»

EL REINADO DE ACUERDO A LA FIDELIDAD

En Lucas 19:11-27 encontramos la parábola del dinero. Aquí se habla del elemento cuantitativo en nuestro servicio cristiano. Diez siervos recibieron una cantidad de dinero cada uno. El primero lo invirtió y cuando su Señor regresó había ganado diez veces más. Fíjese en el elogio y el mandato del Salvador en Lucas 19:17: «¡Hiciste bien, siervo bueno! –le respondió el rey-. Puesto que has sido fiel en tan poca cosa, te doy el gobierno de diez ciudades.» Como este siervo hizo producir lo que se le dio, recibió autoridad sobre diez ciudades durante el milenio. Lo mismo se dice en el versículo 18 acerca del segundo siervo, que tomó su dinero y lo multiplicó por cinco. Recibió autoridad para reinar sobre cinco ciudades.

El siervo infiel, que le devolvió a su señor el dinero que le dio, no recibió nada; más bien le quitaron su dinero, lo cual bien puede indicar que los siervos infieles de Cristo, aunque son salvos («pero como quien pasa por el fuego», 1 Corintios 3:15), no tendrán ninguna recompensa, sino que experimentarán una existencia más bien árida durante el milenio.

Los siervos fieles, en cambio, recibirán un lugar de verdadero liderazgo en el reino de Cristo, una posición directamente proporcional al grado de fidelidad en el servicio cristiano. Qué desafío para los creyentes a ser fieles en cualquier forma posible durante esta vida, porque en este servicio a Cristo acumulan tesoros en el cielo que un día determinarán su estado y posición durante mil años.

El escritor de un himno nos desafía a: «Trabajar porque llega la noche, cuando el trabajo del hombre se acaba.» Las sombras de la noche caen rápido; todo cristiano debiera estar ocupado en los negocios de su Señor, «aprovechando al máximo cada momento oportuno» (Efesios 5: 15), mientras todavía queda luz.


 
 
Paz de Cristo!

ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor 
Iglesia Pentecostal Unida de Colombia 
Reuniones Martes, Jueves y Sábado 7 PM, Domingos 8 AM y 10 AM.
Calle 30 # 22 61, Cañaveral, Floridablanca.
http://adonayrojasortiz.blogspot.com/
 

miércoles, 13 de julio de 2011

"Bautismo" en la Llamada "Fórmula Trinitaria" o "En el Nombre de la Trinidad"

JESÚS EL ÚNICO DIOS: www.unicodios.blogspot.com 




Por Julio César Clavijo Sierra
Tomado del Libro "Un dios Falso Llamado Trinidad", págs 145-154

Para más información sobre el engañoso bautismo en la llamada fórmula trinitaria, lea todo el capítulo 4 del libro "Un dios Falso Llamado Trinidad". 

El llamado bautismo en la trinidad, o en la llamada fórmula bautismal trinitaria, es el resultado de la tergiversación de la doctrina bíblica. La Biblia por ninguna parte habla sobre el nombre de una tal trinidad, y si se estudia a Mateo 28:19 sin desligarlo de todo el contexto bíblico que nos habla sobre el bautismo en agua, solo podemos concluir que el nombre singular al que se refiere Mateo 28:19 es el nombre de Jesús, porque Jesús es el nombre que está sobre cualquier otro nombre. 

A medida que la doctrina trinitaria se fue desarrollando, se vio atacada también la enseñanza bíblica relacionada con el bautismo. Con la tergiversación del monoteísmo cristiano debido a la negación de la plena Deidad de Cristo, también se suplantó el verdadero plan de salvación.

La fórmula bautismal en el nombre de Jesús fue dominante dentro de la cristiandad hasta finales del siglo tercero, cuando fue siendo reemplazada por la fórmula trinitaria (que se basa en una errónea interpretación del texto de Mateo 28:19) en la que se ignora la invocación del nombre de Jesús y se hace énfasis en la invocación verbal "en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo". La fórmula trinitaria se ha utilizado como un medio para justificar la doctrina antibíblica de la trinidad.

La falsa cristiandad que se desarrolló con el transcurrir de los siglos, se apartó de la fórmula bautismal original, pero durante todos los siglos, siempre ha habido cristianos verdaderos que se han adherido a la creencia en Jesús como el único Dios que fue manifestado en carne y en el bautismo en su nombre. El testimonio de la Biblia nos muestra de manera fiel, que los apóstoles y la Iglesia Primitiva hacían tanto énfasis en el bautismo en el nombre de Jesús, que todos los que deseemos ser bíblicos y fieles al modelo apostólico, debemos ser bautizados en el nombre de Jesús para el perdón de nuestros pecados. La tradición nunca debe reemplazar la enseñanza clara de la Escritura, por tanto negar la fórmula bíblica por aceptar una impuesta por la tradición, significa desobediencia y rebelión contra Dios.

Son muchas las referencias que hacen alusión a que el bautismo original, es decir el que practicó la Iglesia Primitiva, fue administrado en el Nombre de Jesús y además que el bautismo en los títulos fue utilizado hasta muchísimos años después, a raíz de la invención de la doctrina de la trinidad. Veamos algunas:

"Teólogos e historiadores de la Iglesia reconocen que el Libro de Los Hechos da la fórmula bautismal de la Iglesia Primitiva." [126]

"ENCICLOPEDIA BÍBLICA: Es natural concluir que el bautismo administrado en los primeros tiempos, era "en el nombre de Jesucristo" o "en el nombre de Jesús". Esta opinión es confirmada por el hecho de que las fórmulas de confesión bautismal más antiguas parecen haber sido simples -no triple-, como fue aceptado después." [127]

"NUEVA ENCICLOPEDIA, CONOZCA DE RELIGIÓN: El Nuevo Testamento registra solo un bautismo, en el Nombre de Jesús... el cual se mantuvo incluso durante los siglos II y III." [128]

"ENCICLOPEDIA BÍBLICA INTERNACIONAL ESTÁNDAR: …en el Libro de los Hechos o en las epístolas de los apóstoles no existe evidencia de la fórmula trinitaria" [129]

"DICCIONARIO HASTING DE LA BIBLIA: ...una explicación pudiera ser que la forma original de las palabras fueron: " en el nombre de Jesucristo" o "en el nombre de Jesús". El bautismo en el nombre de la trinidad fue una evolución posterior." [130]

"DICCIONARIO INTÉRPRETE DE LA BIBLIA: La evidencia de Hechos 2:38; 10:48 (cf. 8:16; 19:5), esta soportada por Gálatas 3:27, Romanos 6:3, y sugieren que ese era el bautismo administrado por el Cristianismo Primitivo, no en el nombre triple, sino 'en el nombre de Jesucristo' o 'en el nombre del Señor Jesús'." [131]

"ENCICLOPEDIA DE RELIGIÓN Y ÉTICA: La fórmula usada en el bautismo fue "en el nombre del Señor", u otra frase similar, no hay evidencia del uso del nombre trino... La fórmula más temprana, representada en los Hechos, fue simple inmersión... en agua, el uso del nombre del Señor y la imposición de manos." [132]

"HISTORIA DE LA IGLESIA CRISTIANA: Esto se ve en la fórmula bautismal trinitaria que estaba desplazando al antiguo bautismo en el nombre de Cristo. En el Nuevo Testamento no se menciona el bautismo en el nombre de la Trinidad, a no ser en el mandamiento atribuido a Cristo en Mateo 28:19; los dirigentes cristianos del siglo III, mantenían el reconocimiento de la fórmula primitiva, y por lo menos en Roma, el bautismo en el nombre de Cristo era considerado válido aunque irregular ciertamente desde el tiempo del Obispo Esteban. (254-257 d.c.)" [133]

"La fórmula bautismal trinitaria...fue desplazando el más antiguo bautismo, en el nombre del Señor" [134]

"DICCIONARIO DE LA BIBLIA POR SCRIBNERS: La forma original de las palabras fueron 'en el nombre de Jesucristo o Señor Jesús.' El bautismo en la trinidad fue desarrollada' más tarde" [135]

 "ENCICLOPEDIA BRITÁNICA: La fórmula trinitaria, y la triple inmersión, no fue usada uniformemente desde el principio"... El Bautismo en el Nombre del Señor, fue la fórmula normal, en el Nuevo Testamento. En el siglo III el bautismo en el nombre de Cristo, estaba tan extendido, que el Papa Esteban, en oposición a Cipriano de Cartago, lo declaro valido" [136]

"En las antiguas fuentes, fue establecido que la fórmula del bautismo es en el nombre de Jesucristo." [137]

"La fórmula bautismal fue cambiada del nombre de Jesucristo a las palabras Padre, Hijo y Espíritu Santo, por la Iglesia Católica en el siglo II" [138]

"ENCICLOPEDIA CANNES: La iglesia primitiva, siempre bautizó en el nombre de Jesús, hasta el desarrollo de la doctrina de la Trinidad en el siglo II… Las personas eran bautizadas al principio en el Nombre de Jesucristo... o en el nombre del Señor Jesús... Después, con el desarrollo de la doctrina de la trinidad, comenzaron a bautizarse en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo." [139]

"ENCICLOPEDIA HASTINGS: Cada uno era bautizado en el nombre de Jesús viniendo esto a ser su personal propietario… El bautismo cristiano fue administrado usando las palabras: en el nombre de Jesús. El bautismo fue siempre en el nombre de Jesús, hasta el tiempo de Justino Mártir (167 d.c.) cuando se uso la fórmula trinitaria." [140]

"MANUAL DE LAS DOCTRINAS: El bautismo era comúnmente administrado en el nombre de Cristo." [141]

"COMENTARIO DE LA SAGRADA BIBLIA: Sabelio (Obispo del tercer siglo), discute que todos los bautismos realizados en el Nuevo Testamento son en el nombre de Jesús." [142]

"HISTORIA DEL PENSAMIENTO CRISTIANO: Al principio, el bautismo fue administrado en el nombre de Jesús, pero gradualmente comenzó a usarse el nombre del Dios trino: Padre, Hijo, y Espíritu Santo" [143]

"El siguiente es un registro fiel de un bautismo que tuvo lugar en Roma en al año 100 D.C. y que se reprodujo en la Revista Time, el 5 de diciembre de 1955:
"El diacono levantó su mano, y Publio Decio caminó a través de la puerta del baptisterio. Marcos Vasca quien lo iba a bautizar, estaba de pie en la piscina y con el agua hasta su cintura. Publio se acerco a él. Marcos estaba sonriendo al igual que Publio quien ya se encontraba a su lado allí en la piscina. '¿Crees?', le pregunto Marcos. 'Creo', respondió Publio. 'Yo creo que mi salvación viene de Jesús el Cristo, que fue crucificado bajo Poncio Pilato; con Él yo moriré y con Él yo puedo tener Vida Eterna'. Publio sintió como aquellos brazos… lo sumergieron en la piscina, y oyó a Marcos expresar en su oído, 'yo te bautizo en el Nombre del Señor Jesús'. En seguida el agua fue cerrada encima de él." [144]

Históricamente hablando, la primera mención aparente a la fórmula bautismal triple se dio en la primera apología de Justino Mártir (Ver más sobre Justino en el capítulo 3. La Tradición y la Filosofía en el Desarrollo de la "Doctrina" Trinitaria). Incluso muchos trinitarios se escudan en esa cita para afirmar que la Iglesia Antigua se bautizaba en la fórmula triple:

"Son traídos (hablando de los nuevos conversos) a un lugar donde hay agua, y reciben de nosotros el bautismo (lavamiento) de agua, en el nombre de Dios, del Padre y del Señor de todo el universo, y de nuestro salvador Jesucristo, y del Espíritu Santo… pueden obtener en el agua el perdón de los pecados cometidos anteriormente… pero nadie puede pronunciar el nombre del Dios inefable; y si cualquiera se atreve a decir que hay un nombre, delira con locura desesperada" [145]

Esta cita no sirve de mucho consuelo para los trinitarios por varias razones: (1) La solida evidencia bíblica enseña que la fórmula utilizada por la Iglesia Primitiva fue en el nombre de Jesús y ningún libro tiene más autoridad para un cristiano que la misma Biblia, (2) Justino no menciona exactamente la tradicional fórmula trinitaria ni utiliza el término "Hijo", sino que hace mención a "nuestro salvador Jesucristo" conservando en realidad el nombre de Jesús en referencia a la fórmula bautismal original, (3) en el tiempo de Justino Mártir, aun no se había inventado la doctrina de la trinidad, por lo cual esa fórmula usada por Justino es más bien una fórmula intermedia entre la fórmula original y la fórmula trinitaria, (4) Justino Mártir perteneció a los apologistas griegos que se caracterizaron por negar la Deidad de Jesucristo presentándolo como alguien subordinado a un Dios mayor a quien llamaban el Padre (Ver más sobre los apologistas griegos en el capítulo 3. La Tradición y la Filosofía en el Desarrollo de la "Doctrina" Trinitaria), (5) Es probable que Justino, junto con aquellos que compartieron su doctrina, hayan sido renuentes a bautizarse en el nombre de Jesús solamente, para dar paso a una nueva fórmula bautismal ideada por ellos, situación que en vez de llevarnos a apoyarlo, nos debe llevar mas bien a cuidarnos de seguir las doctrinas y los mandamientos de los hombres en lugar de la Palabra de Dios, (6) Justino afirma que la humanidad no tiene ningún nombre para referirse al único Dios, al que (según él) solo podemos referirnos usando el titulo de Padre, con lo que demuestra su incredulidad a la profecía de Isaías 52:6, pero mejor aun, hace claridad de que el título de Padre no es ningún nombre, y (7) por último, es interesante ver como algunos trinitarios citan a Justino, pero no pueden aceptar que el bautismo sea un requisito necesario para nuestra salvación.

Otros trinitarios citan a menudo otra fuente antigua para justificar su adherencia a la fórmula triple. Veamos la siguiente cita de una reconocida escritora trinitaria:

 "Un libro muy antiguo llamado La enseñanza de los apóstoles (Didaché) dice: "Ahora concerniente al bautismo, bautizad de esta manera: después de dar enseñanza en primer lugar de todas estas cosas, bautizad en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo". Dice también: "El obispo o presbítero debe bautizar de esta manera, conforme a lo que nos mandó el Señor, diciendo: Id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" [146]

Respecto a esta cita tomada del Didaché, podemos afirmar que: (1) Es increíble ver como los trinitarios confían tanto en escrituras extrabíblicas como el Didaché y no pueden confiar en lo que enseña la propia Escritura con relación al bautismo. (2) La copia en idioma griego más antigua que se conoce del Didaché data del año 1056 d.C. y la copia más antigua en latín es del siglo decimo, sin embargo entre las copias existentes se presentan marcadas variaciones textuales. Es evidente que los cristianos de los primeros siglos no consideraron importante al Didaché, pues no tuvieron suficiente cuidado en su preservación. Debido a la ausencia de otras copias, no se puede asegurar que el texto sea confiable, pues no se escapa que con el paso del tiempo, el texto haya sido intervenido con doctrinas católico romanas. (3) Aun cuando el Didaché reclama ser la enseñanza de los doce apóstoles, es evidente que el Didaché no fue escrito por ellos pues de otra forma habría hecho parte del canon. Incluso no fue escrito en el primer siglo, sino que probablemente data del segundo siglo. La autoría de ese documento es engañosa lo que hace que su contenido pierda credibilidad. Así no es una fuente confiable de la Iglesia Primitiva. (4) El Didaché imparte otras enseñanzas extrabíblicas con relación al bautismo, como por ejemplo que el candidato al bautismo debe ayunar uno o dos días antes de su bautismo, que en lo posible se debe usar agua fría, que es preferible ser bautizado en una corriente de agua, y que si es imposible que la persona se sumerja totalmente, entonces se le debe verter agua en tres tiempos. (5) El Didaché también hace referencia al bautismo en el nombre de Jesús solamente, pues afirma que nadie puede tomar la Santa Cena a menos que haya sido bautizado en el nombre del Señor y hace claridad que a quien se refiere como Señor, es a Jesús.

Con Tertuliano encontramos otra practica extrabíblica relacionada con el bautismo (Ver más sobre Tertuliano en el capítulo 3. La Tradición y la Filosofía en el Desarrollo de la "Doctrina" Trinitaria). Él es el primer escritor en relacionar el bautismo de manera directa con la trinidad. Tertuliano enseñó que el aspirante al bautismo, debía sumergirse tres veces en el agua para de esa manera honrar a la trinidad, invocando en cada oportunidad a cada una de las "tres personas". Es evidente que Tertuliano y Orígenes (Ver más sobre Orígenes en el capítulo 3. La Tradición y la Filosofía en el Desarrollo de la "Doctrina" Trinitaria) omitieron el nombre de Jesús en el bautismo.

En la época del emperador Constantino, se practicó la postergación del bautismo todo lo posible hasta un momento justo antes de morir. Esta costumbre surgió en el afán lograr la salvación a pesar de vivir toda la vida en pecado. El propio Constantino "retardó su bautismo hasta poco antes de su muerte con la idea prevalente en su tiempo de que el bautismo lavaba todos los pecados cometidos previamente" [147] Incluso algunos escritores afirman que cuando su cuerpo tocó el agua, él ya estaba muerto.

A finales del siglo cuarto, se desarrolló la doctrina del bautismo infantil. "Agustín sentó las bases de la liturgia del sacramento del bautismo administrado a los recién nacidos. Según él, las personas nacen con inclinación hacia el pecado ya que, como descendientes de Adán y Eva, comparten el pecado original." [148] (Ver más sobre Agustín en el capítulo 3. La Tradición y la Filosofía en el Desarrollo de la "Doctrina" Trinitaria). Sin embargo, la Biblia no registra ningún ejemplo del bautismo infantil. El bautismo no debe ser administrado a niños, ya que para ser bautizado se necesita en primera instancia que la persona que se vaya a bautizar haya creído y se haya arrepentido. El bautismo demanda una buena conciencia (1 Pedro 3:21), e implica una gran responsabilidad para con Dios, y un niño no goza de esas facultades.

La costumbre de derramar y de rociar agua en lugar de sumergir, fue promovida por las prácticas extrabíblicas de bautizar a los niños, del bautismo triple y de la postergación del bautismo hasta el lecho de muerte. Así, la gente que inventó la trinidad, es también culpable de suplantar el verdadero plan de salvación neotestamentario (Hechos 2:38). En los tiempos modernos, se ha desarrollado dentro del trinitarismo protestante una nueva doctrina para justificar su renuencia al bautismo en el nombre de Jesús, y es la negación de la necesidad del bautismo dentro del plan de salvación.

Tristemente los trinitarios niegan el nombre de Jesús, al desobedecer la doctrina de los apóstoles y aun el mismo mandamiento del Señor en el bautismo. La Iglesia apostólica siempre invocó el nombre de Jesús al momento del bautismo tal y como nos lo muestra el apóstol Jacobo.

"¿No blasfeman ellos el buen nombre que fue invocado sobre vosotros?" (Santiago 2:7)

Curiosamente La Biblia Amplificada, un trabajo (en idioma inglés) elaborado por académicos trinitarios, añade un corchete aclaratorio al versículo de Santiago 2:7 que dice:

"¿No blasfeman ellos el buen nombre que fue invocado sobre vosotros [el nombre de Cristo invocado en el bautismo]? (Santiago 2:7)

Cuando la doctrina trinitaria menosprecia el nombre de Jesús en el bautismo, también está negando la enseñanza del mismo Señor Jesucristo y por lo tanto esta enseñando un evangelio diferente. La Palabra de Dios enseña que solo los que han creído en el nombre de Jesús son a los que Dios ha constituido como hijos suyos. Hay un concepto generalizado de que todos los hombres son hijos de Dios, pero la Biblia enseña que solo los que han recibido a Dios y creen en su nombre, esos son los que verdaderamente son hijos de Dios.

"Aquella Luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Más a todos los que le recibieron a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios." (Juan 1:9-12)

Ninguno de los creyentes de la Iglesia Apostólica fue bautizado en los tres títulos, pues todos fueron bautizados en el nombre de Jesús. Aun cuando toda la enseñanza relativa al bautismo cristiano gira en torno a Jesucristo, los trinitarios de manera arbitraria, haciendo interpretaciones indoctas e ignorando de manera voluntaria la evidencia abrumadora suministrada por la Santa Escritura, se aferran tenazmente a un versículo y pasan por alto todo lo demás, pues para ellos lo más importante es buscar lo que esté en sintonía con su idea preconcebida de las tres personas, así el resto quede desconectado. El dogma trinitario le resta la importancia al nombre de Jesús, desmintiendo la gran verdad de que debemos ser bautizados en su nombre santo. Con mucha razón los trinitarios han utilizado el término "Solo Jesús" para denominar al Movimiento Pentecostal de la Unicidad o Movimiento Apostólico del Nombre de Jesús, pues en todos los momentos y en toda situación tenemos muy presente lo que dice la Palabra.

"Todo lo que hagáis sea de palabra o de hecho, hacedlo en el nombre del Señor Jesús..." (Colosenses 3:17)

Aun cuando a muchos les moleste que prediquemos que el bautismo bíblico es en el nombre de Jesús, y que la verdadera Iglesia se bautiza en el nombre de Jesús, tenemos que hacer lo que dice la Palabra.

"Sin embargo, para que no se divulgue más entre el pueblo, amenacémosles para que no hablen de aquí en adelante a hombre alguno en ese nombre. Y llamándoles les intimaron que en ninguna manera hablasen ni enseñasen en el nombre de Jesús. Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de hacer lo que hemos visto y oído." (Hechos 4:17-20)


Referencias

[126] David K. Bernad. El Nuevo Nacimiento, Serie en Teología Pentecostal Volumen 2, p. 177. Impreso en los Estados Unidos de América por Word Aflame Press © 1984.
[127] Enciclopedia Bíblica Vol. 1, p. 473
[128] Schaff-Herzog, La Nueva Enciclopedia Conozca de Religión, p. 435
[129] Enciclopedia Bíblica Internacional Estándar vol.1, p.396
[130] Diccionario Hasting de la Biblia. Vol. 1, p. 241.
[131] El Diccionario Intérprete de la Biblia, p. 351.
[132] Enciclopedia de Religión y Ética, p. 384, 389
[133] Walter, Williston. Historia de la Iglesia Cristiana, p. 53
[134] Ídem, p. 58
[135] Diccionario de la Biblia por Scribners, Vol. 1 p. 241
[136] Enciclopedia Británica. Vol. 3. p. 365
[137] Ídem. P. 82
[138] Ídem pp. 365-366
[139] Enciclopedia Cannes. p. 53
[140] Enciclopedia Hastings: págs. 377-389
[141] Manual de las Doctrinas: pág. 47
[142] Comentario de la Sagrada Biblia
[143] Otto Heick.  Historia del Pensamiento Cristianismo. 1965. Vol. I, p. 53
[144] Ross Drysdale. Si Sabéis Estas Cosas. Capitulo 25. Citando a la Revista Time Edición 5, de diciembre de 1955.
[145] David K. Bernad. Unicidad y Trinidad. 100-300 d.C.. p.70. Impreso en los Estados Unidos de América por Word Aflame Press © 1991.
[146] Luisa Jeter de Walker. ¿Cuál Camino? Edición Ampliada y Revisada. p 200. Capitulo 11. Solo Jesús. Editorial Vida.
[147] Jesse Lyman Hurlbut. La Historia de la Iglesia Cristiana. Editorial Vida. 1952. Impreso en los Estados Unidos de América. p. 67
[148] Bautismo Infantil. Biblioteca de Consulta Microsoft Encarta © 2005. © 1993-2004 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.



El Señor Jesús le bendiga,

Julio César Clavijo Sierra


 
 
Paz de Cristo!

ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor 
Iglesia Pentecostal Unida de Colombia 
Reuniones Martes, Jueves y Sábado 7 PM, Domingos 8 AM y 10 AM.
Calle 30 # 22 61, Cañaveral, Floridablanca.
http://adonayrojasortiz.blogspot.com/
 

domingo, 10 de julio de 2011

algo más sobre la gracia


La gracia divina

Ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre siendo rico, para que vosotros con su pobreza fuerais enriquecidos.

2 Co 8.9

(Ilustración de la hermana que no le abrió al pastor porque pensó que era el que cobraba el arriendo.)

La gracia de Dios es una doctrina que corre a través de toda la Biblia:

Desde Génesis:

Pondré enemistad entre ti y la mujer,

y entre tu simiente y la simiente suya;

esta te herirá en la cabeza,

y tú la herirás en el talón. Gn 3.15.

Y al hombre dijo:

—Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer

y comiste del árbol de que te mandé diciendo: "No comerás de él",

maldita será la tierra por tu causa; Gn 3.17

Hasta Apocalipsis:

El Espíritu y la Esposa dicen: «¡Ven!». El que oye, diga: «¡Ven!». Y el que tiene sed, venga. El que quiera, tome gratuitamente del agua de la vida. Ap 22.17

Definición.

La gracia divina es el favor de Dios, el impulso de Su amor, hacia el hombre que nada ha merecido, de modo que llega a ser la fuente de donde fluye el caudaloso río de la salvación en todos sus aspectos, y el origen de todo bien para el hombre. La gracia divina es mucho más que una mera benignidad, pues, tratándose del favor del Dios soberano y omnipotente, pone en movimiento todos los recursos de la divinidad y lleva a feliz término todos Sus buenos propósitos en orden al hombre.

De la fuente de la gracia brota la obra de la Cruz, la gloria de la Resurrección, el descenso del Espíritu Santo, la formación de la Iglesia, la derrota final del mal y la inauguración de la nueva creación.

Partiendo de la base de la definición que ya hemos adelantado, podemos notar lo siguiente:

El origen de la gracia.

Y el Verbo se hizo carne

y habitó entre nosotros lleno de gracia y de verdad;

y vimos su gloria,

gloria como del unigénito del Padre.

Juan testificó de él diciendo: «Este es de quien yo decía: "El que viene después de mí es antes de mí, porque era primero que yo"». 

De su plenitud recibimos todos,

y gracia sobre gracia,

porque la Ley fue dada por medio de Moisés,

pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. Jn 1.14 al 17

He aquí la hermosa y típica frase con la cual se nos hace ver que Jesucristo es el autor de la gracia, que fue provista desde la eternidad, pero traída y manifestada hace ya más de dos mil años.

Él nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio. 2 Ti. 1:9 y 10

El alcance de la gracia.

1)      Potencialmente pone la salvación al alcance de todos los hombres:

«Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres …» Tit. 2:11.

2)      Basta para la salvación del peor de los pecadores que se arrepiente y cree en Cristo, según el ejemplo que tenemos en la conversación de Saulo de Tarso

Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús, nuestro Señor, porque, teniéndome por fiel, me puso en el ministerio, habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; pero fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad. Y la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús.

Palabra fiel y digna de ser recibida por todos:  que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Pero por esto fui recibido a misericordia, para que Jesucristo mostrara en mí el primero toda su clemencia, para ejemplo de los que habrían de creer en él para vida eterna. Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. 1 Ti 1.12 al 17

Véase también:

Uno de los malhechores que estaban colgados lo insultaba diciendo:

—Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros.

Respondiendo el otro, lo reprendió, diciendo:

—¿Ni siquiera estando en la misma condenación temes tú a Dios? Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; pero este ningún mal hizo. Y dijo a Jesús:

—Acuérdate de mí cuando vengas en tu Reino.

Entonces Jesús le dijo:

—De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso. Lc. 23:39–43.

3)      La gracia divina se relaciona con todos los aspectos de la obra de Dios a favor de los hombres:

Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos. Hch. 15:11;

y son justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, Ro. 3:24;

Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre y me llamó por su gracia.  Gá. 1:15;

Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos). Juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús, porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios. No por obras, para que nadie se gloríe, pues somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas. Ef. 2: 4–10.

4)      Convierte al trono de juicio en trono de gracia para el creyente, y es la fuente de todo consuelo y de su socorro:

Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. He. 4:16;

Y me ha dicho: «Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad».  Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. 2 Co. 12:9.

5)      Es el poder y la sustancia de todos los dones, o sea, «operaciones de gracia», como también de todo servicio eficaz

Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; aunque no yo, sino la gracia de Dios que está conmigo. 1 Co. 15:10;

Tenemos, pues, diferentes dones, según la gracia que nos es dada: el que tiene el don de profecía, úselo conforme a la medida de la fe; el de servicio, en servir; el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con generosidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría.  Ro. 12:6 al 8

6)      Todo esto se incluye en «las abundantes riquezas de su gracia» (Ef. 2:7).

El ejemplo excelso de la gracia.

«Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos» (2 Co. 8:9).

¡Tal es la gracia que ha de reflejarse en la vida de los creyentes!

Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén. (2 P. 3:18).

Conclusión

Cristo vino a salvar a quienes no lo merecían.

Es a través de Jesucristo que nos llega a nosotros la gracia de Dios. Ro 5: 15; 1 Co 1: 4

Todo lo que ocurre en la vida cristiana ocurre solo por gracia.

La gracia nos lleva a vivir también por gracia, siguiendo el ejemplo de Jesucristo.

Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia. Mt 10.8

Una recomendación final: ¡NO RECHACE LA GRACIA DE DIOS! 

No desecho la gracia de Dios, pues si por la Ley viniera la justicia, entonces en vano murió Cristo. Gl 2.21

 
 
Paz de Cristo!

ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor 
Iglesia Pentecostal Unida de Colombia 
Reuniones Martes, Jueves y Sábado 7 PM, Domingos 8 AM y 10 AM.
Calle 30 # 22 61, Cañaveral, Floridablanca.
http://adonayrojasortiz.blogspot.com/
 

Generalidades de la Escatología Bíblica

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