En el principio había caos, no existía nada, había oscuridad o la ausencia de todo. La luz es energía, una de las formas de energía, una forma visible de esta. Y, en realidad, Einstein nos dice que la luz y la materia son intercambiables, en la famosa fórmula E=mc2(energía=masa por la velocidad de la luz, al cuadrado). Así que si usted sabe cómo hacerlo, puede transformar la materia en energía y la energía en materia. Ese es el principio de la bomba atómica. A lo que me refiero es que cuando usted tiene luz, usted tiene el potencial para todas las formas de energía, desde las ondas de radio, hasta las ondas electromagnéticas, pasando por la luz visible. Cuando usted tiene luz, usted tiene el potencial para todas las formas de materia: las estrellas, el sistema solar, los seres humanos, el suelo, el planeta tierra… Pero si no hay luz, si no hubiera absolutamente nada de luz en el universo; entonces, realmente, no habría nada: no habría universo, ni materia, ni energía, ni nada. Y así era en el principio. Irónicamente, los físicos y la Biblia están de acuerdo en este punto principal; porque no había nada y los físicos dicen que, de repente, ocurrió el Big Bang. Esa es su terminología. Suena muy teórica y muy científica, ¿o no? El Big Bang. Eso es porque ellos no poseen el vocabulario ni las fórmulas que puedan explicar lo inexplicable. Ellos pueden hablar con grandes fórmulas acerca de la gravedad, ellos pueden dar fórmulas detalladas acerca de la luz y la velocidad de ésta; pero cuando llegan a que la nada produjo algo, cuando hablan acerca de algo proveniente de la nada, no hay vocabulario científico; realmente, no hay fórmulas que puedan explicar. Nadie en el mundo puede decirnos realmente cómo la nada trajo algo a la existencia. Todo lo que los científicos pueden decir es: el Big Bang. Pero a mí me gusta la forma en que la Biblia lo dice. Es más elocuente, más sofisticada, más realista: En el principio dijo Dios: sea la luz; y fue la luz. Así es como ocurrió. No había nada, y luego, Dios dijo: Haya luz. Y es por eso que nosotros estamos aquí, para no alargar la historia.
Tomado del sermón: Jesús, la luz del mundo. David K. Bernard
Paz de Cristo!
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