sábado, 11 de octubre de 2008

Los dos caminos

DOS PUERTAS, DOS CAMINOS, DOS VIAJEROS, Y DOS DESTINOS

 

»Entrad por la puerta angosta, porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; pero angosta es la puerta y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.[1]

INTRODUCCIÓN

No hay algo fácil que conduzca a la grandeza; la grandeza es siempre el resultado del esfuerzo. La habilidad del maestro al piano, o del campeón en el campo deportivo no se adquirió sin sudor y lágrimas. No ha habido nunca otro camino a la grandeza que el del trabajo y el esfuerzo, y lo que prometa un camino más fácil es una fantasía y una red. Esa es la diferencia entre un camino fácil y un camino difícil.

La vida tiene siempre una cierta cualidad dramática; porque en cualquier instante de la vida, la persona se enfrenta con una alternativa; y no puede nunca evitar el tener que elegir, porque no se puede quedar parado. Tiene que seguir un camino u otro.

Por siempre ha sido una de las grandes cualidades de la Historia el confrontar a las gentes con la elección inevitable.

Cuando se le acercaba el fin, Moisés le dijo al pueblo: A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, de que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia[2].

Cuando Josué estaba terminando su liderazgo en la nación al final de su vida, les presentó la misma alternativa: Si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.[3]

Jeremías oyó la voz de Dios que le decía: «Y a este pueblo dirás: Así ha dicho Jehová: Yo pongo delante de vosotros camino de vida y camino de muerte.[4]»

Esta es la alternativa que Jesús nos presenta en este pasaje. El Señor Jesucristo describe la entrada al Reino como algo que por un lado es muy deseable, pero que por otro no es del todo fácil. «Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios»[5]

1.       LAS PUERTAS

La Puerta indica una elección, buena o mala, que todos debemos hacer en esta vida.

La puerta está antes del camino porque el Señor no habla acá de la muerte, dónde no hay nada que escoger, sino de una elección que hay que hacer ahora mismo, en vida, el camino por recorrer será nuestros días terrenales hasta la muerte o hasta la venida del Señor.

La Puerta ancha: permite pasar con toda suerte de equipaje, la vieja naturaleza pecaminosa se da gusto pasando por allí pues no tiene que despojarse de ninguno de sus accesorios. Es tan amplia que pueden entrar multitudes a la vez y aún así hay espacio para más.

La Puerta estrecha: para entrar por allí es necesario despojarse de muchas cosas, el egoísmo, el deseo consumidor de bienes terrenales, la justicia propia, etc. Esta es la puerta de la negación de sí mismo, la puerta de la obediencia.

2.       LOS CAMINOS

El camino al que da acceso la puerta ancha es espacioso y ancho. Hay en Nueva York una calle llamada Camino Ancho llena de letreros que le dan la bienvenida a los visitantes y a su vez les invita a la diversión sin restricciones, a sus anchas. Lo que algunos ignoran es que la senda de los malos perecerá.  Hay mucha compañía en ese camino, muchos son loa que lo hallan. No sigamos las multitudes, son los peces muertos los que se dejan llevar por la corriente.

El camino al que se llega a través de la puerta estrecha es angosto,  es un sendero muy limitado, no hay espacio en ella para la vieja naturaleza, que a veces intenta retomar el control del cristiano. Pero la victoria nos está asegurada porque Jehová conoce el camino de los justos, mas la senda de los malos perecerá.[6] Hemos sido afortunados de encontrar la puerta estrecha y comenzar a caminar por el camino angosto. Hemos hecho una buena elección.

Hay un contraste claramente marcado entre el camino de la vida y el camino de la muerte. El camino a la Vida fue diseñado por el supremo arquitecto y sus especificaciones se encuentran en la Palabra de Dios, mientras que el camino a la Muerte fue construido por el diablo al gusto de sus seguidores.

3.       LOS VIAJEROS

Muchos son los viajeros que han entado por la puerta ancha y van por el camino espacioso.

Pocos son los viajeros que han entrado por la puerta estrecha y viajan por el camino angosto, pues muchos son llamados, pero pocos escogidos[7]. No obstante Juan al ver la multitud de los salvados vio una multitud que no se podía contar. Después de esto miré, y vi una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas. Estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas y con palmas en sus manos.[8]

Cuidado con juzgar apresurada y erróneamente que las multitudes que atraviesan la puerta ancha, para andar por el camino espacioso, son libres y felices mientras que los pocos que han encontrado la puerta angosta, y ahora andan por el camino estrecho, son dignos de lástima.

¿Cómo puede ser verdaderamente feliz un pecador?

La biblia enseña que todo aquel que practica el pecado, esclavo es del pecado.[9]Así que qué paz puede tener un esclavo que tiene como amo a un déspota tirano. «¡No hay paz para los malos!», ha dicho Jehová.[10] el camino de los malvados es como la oscuridad, y no saben en qué tropiezan.[11]

Cosa distinta ocurre con los verdaderos cristianos, Mucha paz tienen los que aman tu Ley,

y no hay para ellos tropiezo[12]. La senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto[13].

Si bien es cierto que para la naturaleza pecaminosa humana este camino estrecho es de negación, lucha, dolores y penalidades, también es cierto que para el nuevo hombre, la naturaleza espiritual regenerada hay un gozo inefable y glorioso.

Considera al íntegro y mira al justo, porque hay un final dichoso para el hombre de paz.[14]

Los pocos que hemos atravesado la puerta estrecha estamos atribulados en todo, pero no angustiados; en apuros, pero no desesperados; perseguidos, pero no desamparados; derribados, pero no destruidos[15], como engañadores, pero veraces; como desconocidos, pero bien conocidos; como moribundos, pero llenos de vida; como castigados, pero no muertos; como entristecidos, pero siempre gozosos; como pobres, pero enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, pero poseyéndolo todo.[16]

Además, aparte de los tesoros que ahora podamos disfrutar, sabemos que nos aguardan mayores riquezas pues esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria.[17]

Y estamos ya hablando de los destinos.

4.       LOS DESTINOS

Los que han entrado por la puerta ancha y caminan por el sendero espacioso van rumbo a la destrucción, no a la aniquilación, sino a la perdición eterna.

Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados: unos para vida eterna, otros para vergüenza y confusión perpetua.[18]

Quienes luego de entrar por la puerta estrecha caminan por el sendero angosto terminarán en la vida eterna con Jesucristo, además de la salvación eterna, que ya es mucho, disfrutarán de todos los beneficios resultantes de su comunión con Dios.

Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo, delicias a tu diestra para siempre.[19]

APLICACIÓN

Hay un camino espacioso y fácil, y son muchos los que lo siguen; pero acaban en desgracia. Hay otro camino, estrecho y difícil, y son pocos los que lo recorren; pero su destino es la vida.

Nadie tomaría el camino fácil, corto e indisciplinado... si simplemente se sentara a pensar un poco. Así que entonces tenemos razones para esforzarnos y entrar por la puerta estrecha. Todos los hombres deberían elegir esa puerta y ese camino que conducen a la Vida Eterna, pero como es natural elegir lo que es ancho y espacioso, de fácil acceso, en lugar de lo que es estrecho y angosto, y seguir a las muchedumbres en vez de seguir a pocos, debemos estar muy atentos y ser muy cuidadosos a la hora de tomar la decisión. La vida cristiana exige decisiones valientes en algunos momentos de crisis o de conversión (la puerta), y luego la perseverancia en un estilo de vida más exigente (el camino).

Jesucristo es tanto la puerta como el camino.

El Señor Jesucristo nos invita, nos exhorta, nos advierte tiernamente, nos ruega: —Esforzaos a entrar por la puerta angosta, porque os digo que muchos intentarán entrar y no podrán.[20]

I

 

Elegiste un camino angosto para andar
     
Y pensabas que a tu paso rosas ibas a encontrar;

Comenzante muy bien,

Y ahora sin acabar,
   

Tu carrera en Cristo quieres terminar.

 

CORO:

Donde está el optimismo, donde está el valor

Donde está la valentía que hubo allí en tu corazón;

Le dijiste a Jesús: llegaré hasta el final

Son palabras que no puedes olvidar.

Difícil es, cansado estás,

Apóyate en sus brazos que Jesús te sostendrá
 
Esfuérzate, no temas ya,
 
que si él está contigo nadie contra ti será.

II


Es difícil a veces poder soportar,

Los problemas que te oprimen y te hacen desesperar,

Piensa que alguna vez
        
hubo quien en tu lugar;
    
Una cruz pesada tuvo que llevar.

[1] Mateo 7: 13 y 14

[2] Deuteronomio 30: 19

[3] Josué 24: 15

[4] Jeremías 21: 8

[5] Hechos 14: 22

[6] Salmo 1: 6

[7] Mateo 22: 14

[8] Apocalipsis 7: 9

[9] Juan 8: 34

[10] Isaías 48: 22

[11] Proverbios 4: 19

[12] Salmo 119: 165

[13] Proverbios 4: 18

[14] Salmo 37: 37

[15] 2 Corintios 4: 8 y 9

[16] 2 Corintios 6: 8 al 10

[17] 2 Corintios 4: 17

[18] Daniel 12: 2

[19] Salmo 16: 11

[20] Lucas 13: 24


 
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor IPUC
http://www.adonayrojasortiz.blogspot.com/
 



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