miércoles, 6 de enero de 2010

El amor, base de la comunión cristiana


EL AMOR, BASE DE LA COMUNIÓN CRISTIANA

Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Sobrevino temor a toda persona, y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. Todos los que habían creído estaban juntos y tenían en común todas las cosas: vendían sus propiedades y sus bienes y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Perseveraban unánimes cada día en el Templo, y partiendo el pan en las casas comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.[1]

Compartir esa es la clave.

Cuando una nave está a orillas del mar, en la bahía, hay tranquilidad, las olas son reposadas, no hay mucha turbulencia y todo parece muy lindo y silencioso. Pero a medida que la nave se aleja de la costa y se adentra al mar las cosas cambian las olas se agrandan, el viento sopla más fuerte y se comienzan a ver las necesidades. ¡Necesitamos un ancla!

Tenemos que adentrarnos al mar, pero necesitamos llevar el ancla lista para cuando surja la dificultad. En el recorrido de la vida cristiana esa ancla es Jesucristo y su palabra gloriosa.

En altamar necesitamos tener una buena comunión, una buena relación, compañerismo.

Habitar en lugares celestiales con santos que amamos será eterna gloria, pero habitar en este mundo  con santos que conocemos es otra historia.

A veces el pastor tiene que cuidar a las ovejas no solo del lobo sino también de ellas mismas, pues las ovejas se  muerden unas a otras y se hacen daño. No podemos decir que amamos a Dios si odiamos a nuestros hermanos, si denigramos de ellos.

Alguien describió a los cristianos como un grupo de puerco espines en una fría noche de invierno, se acercan pero al acercarse se hacen daño. Mostremos una madurez espiritual,  debemos estar juntos y en armonía, toleremos las espinas de los otros.

Más le vale que empecemos a llevarnos bien porque si usted es salvo pasará la eternidad conmigo.

Vamos a Hechos de los apóstoles, al nacimiento y la expansión de la iglesia.

Hubo martirios entre ellos, persecuciones duras, pero la comunión de ellos hizo que salieran adelante, la cercanía unos a otros hizo que ellos se sostuvieran. Dios sostenía la Iglesia naciente a través de la comunión. Esa fue la leche que Dios usó para alimentar a esos bebés espirituales:

ü  Había instrucción, enseñanza. No solo compartían la enseñanza.

ü  Eran muy buenos compañeros, eso es comunión. Se reunían hasta para comer. Comunión con Jesús y con los hermanos. La comunión es muy importante, comunión no es sólo la cena del Señor, el pan y el vino. Comunión tiene que ver con la entrega por el otro.

ü  Suplían las necesidades unos a otros, porque se sentían parte los unos de los otros.

ü  Oraban juntos. No eran solo reuniones seculares, había un carácter espiritual. Los unía Jesucristo, más que un partido político, o un equipo de futbol, los unía su fe en Jesús.

¿Cómo estamos hoy en día respecto a  estos elementos característicos de la Iglesia primitiva?

Sinceramente quizás la más débil sea la comunión, hay enseñanza, oración, se ayuda en lo que se puede, pero ¿qué de la comunión? No es tanto actividades de conquistadores pentecostales, de damas dorcas, de escuela dominical, no es tanto estar involucrado en las cosas de la Iglesia, cultos especiales, reuniones, etc. Es estar en comunión auténtica con Jesucristo y con nuestros hermanos.

¿Qué significa Koinonía?  participación en algo indivisible, comunicación con, comunión en. Se traduce como comunicación, comunión, comunidad, participación, etc. Se usa con suma frecuencia en el NT, lo cual indica cuán importante fue para los primeros creyentes la participación y coparticipación en la fe, el testimonio, el amor fraternal, la ayuda mutua, y la esperanza cristianos.

La comunión cristiana. Koinos: compartir, tener algo en común con otro, ayudar a otro.

Comunión con Dios, pero también comunión con nuestros semejantes. No puede existir una verdadera comunión horizontal sino está primero la vertical.  lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre y con su Hijo Jesucristo.[2]

Amar a Dios y a las personas.

La multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma. Ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común. Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos. Así que no había entre ellos ningún necesitado, porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el producto de lo vendido  y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad.[3]

ü  La comunión cristiana incluye a otros creyentes.

ü  La comunión promueve la unidad. Los mantiene unidos, juntos.

ü  La comunión suple la necesidad.

¡Qué triste que no nos enteremos quién está enfermo, quién está necesitado!

Cuando crece la Iglesia hay más necesidades, y no las puede suplir solo dos o tres personas, tenemos que involucrarnos todos. La responsabilidad es de todos, no solo de quienes administran la congregación.

 

El Amor es la base:

que habite Cristo por la fe en vuestros corazones,  a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios. [4]

Buscar el bien del otro. El cimiento es el amor. No hay necesidad más grande en este mundo que amor y aceptación. La actitud también es importante, amor no solo es decir es también hacer.

Decía San Agustín:

¿Cómo se ve el amor? Tiene manos para ayudar a otros, pies para apresurarse hacia el pobre y necesitado, ojos para ver la desdicha y la necesidad, oídos para oí los gemidos y tristezas del hombre. Así es como se ve el amor.

AMOR: ¿Cómo definirlo de manera concreta y fácil?

¿Qué es lo que realmente significa tener el amor de Dios en nuestros corazones?

Más que la visitación casa por casa, más que las campañas evangelísticas, más que un nuevo edificio para la congregación, lo que atrae a la gente es el amor y la aceptación, y a menos que las personas lo encuentren en la iglesia no estarán suficiente tiempo en ella. La gente no es persuadida, la gente es atraída. Antes de leer la Biblia ellos nos leen a nosotros.

Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos por los otros.[5]

Es un mandamiento, no es una sugerencia. No dice que amemos a Dios sino los unos a otros. Muchos no nos identifican porque nos falta amor. Necesitamos ese ingrediente esencial en nuestras relaciones interpersonales.

El amor es un tema del que se habla mucho, pero se aplica poco. Algunos se saben de memoria  el capítulo trece de primera de Corintios, pero ¿lo aplica?

Si yo hablara lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena o címbalo que retiñe. Y si tuviera profecía, y entendiera todos los misterios y todo conocimiento, y si tuviera toda la fe, de tal manera que trasladara los montes,  y no tengo amor, nada soy. Y si repartiera todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregara mi cuerpo para ser quemado,  y no tengo amor, de nada me sirve.

Hablar lenguas humanas o angélicas, tener profecía, entender todos los misterios y todo conocimiento, tener toda la fe, repartir los bienes para dar de comer a los pobres, todo eso es loable, es de admirar; pero en ausencia de amor de nada sirve.

Los hermanos en Corinto no estaban en comunión, tenían divisiones, pleitos, celos, contiendas, rivalidades. También tenían buenas prácticas, se reunían frecuentemente, hablaban en lenguas, había profecía, practicaban la cena del Señor, no les faltaba nada en ningún don, pero les faltaba amor, y por eso todo lo demás era vano.

Ágape, amor sacrificial, amor que sobrepasa todo entendimiento, amor que busca lo mejor para el otro, y desea lo mejor para el otro, y hacer todo para que la otra persona alcance su máximo potencial. Es el amor centrado en la otra persona.

¨      El amor es sufrido, la palabra original es paciente, que tarda mucho en hervir. La paciencia mantiene baja la llama del furor, de la ira. Misericordioso y clemente es Jehová; lento para la ira y grande en misericordia.[6] Nuestro Dios es ejemplo de paciencia, en su relación con nosotros. Ese es el ejemplo que debemos seguir.

¨       es benigno; bondadoso, un acto de gracia, amable. Nuestro Señor es quien dice: Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.  Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas,  porque mi yugo es fácil y ligera mi carga»[7] ¿Es usted bondadoso? Eso no es teoría, es práctica.

¨      el amor no tiene envidia; aquí se dejan de lado los celos, el amor no es celoso. Celos son descritos por aquella pasión por poseer lo que yo ya tengo, envidia es querer poseer lo que otro tiene. Los celos quieren guardar, la envidia quiere tener. La cura para los celos es la confianza, por falta de confianza ocurren los celos. Entre las consecuencias de los celos esta la soledad. Los celos y la envidia son enfermizos y violentos. Cruel es la ira e impetuoso el furor, pero ¿quién podrá sostenerse delante de la envidia?[8] El corazón apacible es vida para la carne; la envidia es carcoma de los huesos[9]. Dios retiene lo que deseamos para darnos lo que realmente necesitamos. Codiciáis y no tenéis; matáis y ardéis de envidia y nada podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. Pedís, pero no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.[10]

¨       el amor no es jactancioso, alábate pollo, eso es la jactancia: alabanza propia, desordenada y presuntuosa. Arrogancia por lo que tenemos. Un fanfarrón muestra que está orgulloso de sí mismo y de sus logros. Pero tal alarde carece de amor a Dios y al prójimo, siendo un pecado grosero. Además, la jactancia y la arrogancia van de la mano.

¨       no se envanece, arrogancia de lo que somos. el conocimiento infla, pero el amor edifica[11]. La arrogancia es egoísmo hinchado, mientras el amor es humildad genuina. La arrogancia está desprovista de amor y el amor no tiene arrogancia. De hecho, se excluyen mutuamente. Nuestra actitud debe ser la misma que el Señor Jesucristo.  Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús: Él, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomó la forma de siervo y se hizo semejante a los hombres. Mas aún, hallándose en la condición de hombre, se humilló  a sí mismo, haciéndose obediente  hasta la muerte, y muerte de cruz.[12]

¨       no hace nada indebido, el amor no se comporta indecentemente, el amor es cortesía. No actúa con rudeza. Andad sabiamente para con los de afuera, aprovechando bien el tiempo.  Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.[13] La persona que demuestra amor siempre procura guardar decoro en su relación con los demás. Sea que la gente con la que se encuentra ocupe una posición alta o inferior en la sociedad, sea amiga o enemiga, el amor se hará evidente en su conducta. La ley real de ama a tu prójimo como a ti mismo[14], demanda nada menos que una conducta decente que caracteriza a la amabilidad.

Una conducta decente va más allá de las palabras y la actitud. También tiene que ver con la forma en que uno se viste y aparece delante de los demás. Si uno se viste y acicala con propiedad dará una buena impresión a aquellos a quienes uno quiere agradar, ya que el amor se extiende a todos los aspectos incluso en la apariencia.

¨      no busca lo suyo, «no insiste en su punto de vista», otros prefieren: «no busca su propio interés»,  y aún otros interpretan: «no reclama sus derechos». Aunque los énfasis difieren, todas estas versiones comunican la misma idea. En pocas palabras, la idea es «[El amor] no es egoísta» (nvi). Adiós al egoísmo. Todos tenemos algo de egoísmo, es natural en el ser humano pensar en sí mismo. El secreto de amar es que aceptarnos como amados de Dios, entendamos que primero recibimos. Nosotros lo amamos a él porque él nos amó primero.[15] Damos amor si recibimos primero el amor de Dios. Y andad en amor, como también Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.[16] El secreto del amor es seguir amando.

¨       no se irrita, el amor nos ayuda a controlar el enojo y los  arrebatos repentinos. Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor, porque el amor cubrirá multitud de pecados.[17] El amor arroja un manto de silencio sobre las fallas de otras personas.

Nadie es inmune a irritarse con otros, aun los que son reposados y afables. Después de conducir a Israel cuarenta años por el desierto, Moisés perdió la calma cuando el pueblo protestó por falta de agua. A Moisés se le consideraba un hombre muy humilde. Sin embargo, no pudo controlar su enojo frente a un pueblo murmurador.

La idolatría de la gente de Atenas hizo surgir este sentimiento en Pablo.

El amor no deja espacio para el enojo.

¨       no guarda rencor; no guarda un registro de los agravios recibidos. Esta es una imagen verbal de un contador que mira a través de las hojas de su libro mayor para ver cuánto es el deber y el haber. Es capaz de dar un informe exacto y una lista pormenorizada. Algunos guardan una lista similar de los agravios que han experimentado. Pero el amor es extremadamente olvidadizo cuando se trata de recordar las injurias y las injusticias. Una vez que los agravios han sido perdonados, deben olvidarse y jamás volverse a mencionar.

¨      no se goza de la injusticia, El amor está al tanto del mal que hay en el mundo, pero jamás se deleita en él. Por el contrario, se entristece por los pecados que la gente comete unos contra otros. El mal se puede expresar de muchas maneras. Puede ser intencional o no, puede expresarse en pecados de comisión u omisión, en agria persecución como en una tranquila indiferencia. También puede aparecer en la forma de conflictos nacionales y controversias personales.

¨      sino que se goza de la verdad. una de las características del amor son sus esfuerzos constantes por descubrir en la gente palabras, pensamientos y obras buenas y loables. El amor busca la verdad y se goza cuando esa verdad vence sobre la injusticia. El amor y la verdad son compañeros inseparables que viven en Dios mismo. Dios comparte estas características con su pueblo. Dios dotó al ser humano con amor y verdad, pero el pecado los corrompió. En Cristo Dios nos renueva el amor y la verdad mediante la morada del Espíritu Santo.

¨      Todo lo sufre, «todo lo disculpa» (nvi, lt), «todo lo excusa» (nc, cb, bj), «todo lo disimula» (ntt), «todo lo aguanta» (bp).

¨       todo lo cree, Esto no quiere decir que el cristiano que está lleno de amor carece de sabiduría y discernimiento, convirtiéndose en el crédulo incauto de todo embustero. Por el contrario, el amor es siempre sabio y sagaz.

La oración quiere decir que el cristiano tiene fe en Dios, quien llevará a cabo su plan divino aun cuando todo indique en otra dirección. Lleno de amor por Dios y el prójimo, el creyente confía que Dios hará rectos sus caminos (»Confía en Jehová  con todo tu corazón y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos

y él hará derechas tus veredas.)[18]

¨       todo lo espera, Pablo introduce a la esperanza, que es el segundo miembro del trío compuesto por la fe, la esperanza y el amor. Muestra que el amor da surgimiento a la fe y a la esperanza. De estas tres virtudes, la esperanza es a menudo el miembro desatendido. Pero cabe recordar que cuando un trípode pierde una pata, se desploma inevitablemente. Cuando un cristiano sólo alimenta la fe y el amor, descuidando a la esperanza, su vida cristiana claudica.

La esperanza es paciente, esperando los resultados positivos que vendrán. La esperanza es lo opuesto al pesimismo y es la esencia de un optimismo saludable. La esperanza nunca se centra en uno sino siempre en Dios.

¨      todo lo soporta. la esencia de soportar nos habla de perseverancia y tenacidad bajo toda circunstancia. Significa persistir en tiempos de sufrimiento, dolor, privaciones, odio, pérdida y soledad. Los escritores del Nuevo Testamento nos exhortan una y otra vez a perseverar: Pablo nos dice que si perseveramos con Cristo, también reinaremos con él; Pedro insta a los esclavos que, por amor al Señor, soporten ser objeto de sufrimiento injusto; y en la isla de Patmos, Juan soportaba el exilio por causa de la Palabra de Dios. Los sufrimientos que los apóstoles y los cristianos de esa época soportaron por el evangelio son un testimonio elocuente de su ferviente amor a Dios.

El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, cesarán las lenguas y el conocimiento se acabará. En parte conocemos y en parte profetizamos;  pero cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; pero cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño. Ahora vemos por espejo, oscuramente; pero entonces veremos cara a cara.  Ahora conozco en parte, pero entonces conoceré como fui conocido. Ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.

Para amar así necesitamos el amor de Dios en nuestros corazones. No podemos resistir el amor de Jesús.



[1] Hechos 2: 42 al 47

[2] 1 Juan 1: 3

[3]Hechos 4: 32 al 35

[4] Efesios 3: 17 al 19

[5] Juan 13: 34 y 35

[6] Salmo 103: 8

[7] Mateo 11: 28 al 30

[8] Proverbios 27: 4

[9] Proverbios 14: 30

[10] Santiago 4: 2 y 3

[11] 1 Corintios 8: 1

[12] Filipenses 2: 5 al 8

[13] Colosenses 4: 5 y 6

[14] Santiago 2: 8

nvi Nueva Versión Internacional

[15] 1 Juan 4: 19

[16] Efesios 5: 2

[17] 1 Pedro 4: 8

nvi Nueva Versión Internacional

lt La Biblia, J. Levoratti y A. B. Trusso

nc Sagrada Biblia, E. Nácar y A. Colunga. Madrid: BAC, 1965

cb La Biblia, La Casa de la Biblia. Salamanca: Sígueme, 1992

bj Biblia de Jerusalén. Bilbao: Desclée de Brouwer, 1975

ntt Nuevo Testamento Trilingüe. J. M. Bover y J. O'Callaghan. Madrid: BAC, 1977

bp Biblia del Peregrino. Bilbao: Ediciones mensajero, 1993

[18] Proverbios 3: 5 y 6


 
 
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor IPUC
http://www.adonayrojasortiz.blogspot.com/
 




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