EL PRIVILEGIO DE DAR PARA LAS MISIONES
David Hernández Pineda
Misionero de la IPUC en Argentina, 2010.
LA OBRA MISIONERA ES UN MANDATO A LA IGLESIA, Y TIENE ALCANCE UNIVERSAL
La expresión "id", es un imperativo, es un mandato del Señor resucitado. Dicho mandato tiene amplitud y carácter universal, la iglesia debe ir a todas las naciones:
· Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones… (Mateo 28: 19)
· Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. (Marcos 16:15)
· …y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones. (Lucas 24:47)
Como iglesia debemos llegar con el mensaje del evangelio a todas las etnias de la tierra y ya en esas etnias llegar a cada persona en particular.
EL ESPÍRITU SANTO INAUGURÓ LAS MISIONES EXTRANJERAS
Lo hizo en el capitulo 13:1-4 del libro de los Hechos de los Apóstoles, apartando y enviando a los dos primeros misioneros Bernabé y Saulo, a los cuales desde muchos años atrás había llamado y venía preparando para esa misión especial:
· Y dijo el Espíritu Santo: apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado… Ellos, entonces, enviados por el Espíritu Santo, descendieron a Seleucia, y de allí navegaron a Chipre.
Este versículo describe una solemne comunicación del Espíritu Santo a la iglesia de Antioquía. Y es evidente que este llamado del Espíritu Santo legitima teológicamente la expansión de la iglesia al mundo gentil y es la inauguración de las misiones extranjeras.
De manera soberana e imperativa Dios ha elegido a Bernabé y a Saulo.
LA OBRA MISIONERA ES PLANEADA, GUIADA Y RESPALDADA POR EL ESPÍRITU SANTO
a. En cuanto a que el Espíritu Santo es el que planea y guía las misiones de forma estratégica, queda claro al leer los siguientes textos:
· Un ángel enviado por Dios le dijo a Cornelio: "Envía, pues, ahora hombres a Jope, y haz venir a Simón, el que tiene por sobrenombre Pedro. (Hechos 10:5)
· Y mientras Pedro pensaba en la visión, le dijo el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan. Levántate, pues, y desciende y no dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado. (Hechos 10:19-20)
· Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia; y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo permitió. Y pasando junto a Misia, descendieron a Troas. Y se le mostró a Pablo una visión de noche: un varón macedonio estaba en pie, rogándole y diciendo: Pasa a Macedonia y ayúdanos. Cuando vio la visión, en seguida procuramos partir para Macedonia, dando por cierto que Dios nos llamaba para que les anunciásemos el evangelio. (Hechos 16:6-10)
b. En cuanto a que el Espíritu Santo respalda las misiones, no queda duda al leer:
· Pero cuando los judíos y los gentiles, juntamente con sus gobernantes, se lanzaron a afrentarlos y apedrearlos, habiéndolo sabido, huyeron a Listra y Derbe, ciudades de Licaonia, y a toda la región circunvecina, y allí predicaban el evangelio.
Y cierto hombre de Listra estaba sentado, imposibilitado de los pies, cojo de nacimiento, que jamás había andado. Este oyó hablar a Pablo, el cual, fijando en él sus ojos, y viendo que tenía fe para ser sanado, dijo a gran voz: Levántate derecho sobre tus pies. Y él saltó, y anduvo. (Hechos 14:5-10)
· …los metió en el calabozo de más adentro, y les aseguró los pies en el cepo. Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían. Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron.(Hechos 16:24-26)
¿CÓMO ERA SOSTENIDA ECONÓMICAMENTE LA OBRA MISIONERA EN EL TIEMPO DEL APÓSTOL PABLO?
Al leer cuidadosamente el libro de los Hechos de los Apóstoles y las cartas escritas por el Apóstol San Pablo notamos que son usadas varias formas para sostener el trabajo misionero.
Hechos de los Apóstoles, en sus capítulos iniciales, nos ilustra muy claramente sobre la vida económica de la iglesia en sus primeros años de vida, cuando aun no se había incursionado en las misiones:
· Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común. Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos. Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido, y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad". (Hechos 4:32-35)
También en Hechos de los Apóstoles, cuando ya se habían fundado iglesias fuera de Jerusalén, se deja entrever que había una profunda solidaridad entre las iglesias locales de las diferentes provincias, las cuales aunque estaban distantes unas de otras, en realidad formaban un solo cuerpo y se interesaban y se apropiaban de los triunfos, como también de las necesidades y problemas que afectaban a las congregaciones de otra región. Lo económico, lo doctrinal, lo ministerial y lo administrativo, son aspectos que se manejaban como un solo cuerpo:
· En aquellos días unos profetas descendieron de Jerusalén a Antioquía. Y levantándose uno de ellos, llamado Agabo, daba a entender por el Espíritu, que vendría una gran hambre en toda la tierra habitada; la cual sucedió en tiempo de Claudio. Entonces los discípulos, cada uno conforme a lo que tenía, determinaron enviar socorro a los hermanos que habitaban en Judea; lo cual en efecto hicieron, enviándolo a los ancianos por mano de Bernabé y de Saulo. (Hechos 11:27-30)
· Ellos, pues (Pablo y Bernabé), habiendo sido encaminados por la iglesia, pasaron por Fenicia y Samaria, contando la conversión de los gentiles; y causaban gran gozo a todos los hermanos. Y llegados a Jerusalén, fueron recibidos por la iglesia y los apóstoles y los ancianos, y refirieron todas las cosas que Dios había hecho con ellos. (Hechos 15:3-4)
Estos pasajes son muy significativos, porque nos descubren hasta qué punto había una fuerte consciencia de la unidad de la Iglesia. Cuando había buenas noticias, en algún lugar, todos se gozaban y también ante el anuncio de una hambruna en Palestina, el primer instinto de la Iglesia de Antioquía fue ayudar. Era inconcebible que una parte de la Iglesia tuviera problemas, y otra parte de ella no hiciera nada para ayudar. Estaban lejos de la idea congregacionalista más estrecha; tenían esa amplitud de visión que les permitía ver la Iglesia en su conjunto, como un verdadero cuerpo.
A partir del capítulo 13 se inaugura la obra misionera internacional, pero no se habla explícitamente cómo era sostenida económicamente la labor de los misioneros, solo leyendo entre líneas podemos apreciar de forma implícita, como creyentes a nivel individual, iglesias locales, o grupos de iglesias, de forma más o menos permanente se ocupaban en ofrendar para la obra misionera y también en hospedar y atender a los misioneros en su estadía en algunas de la ciudades por donde viajaban.
Queda claro, eso sí, que debía haber algún tipo de ingreso económico, pues eran viajes de varias semanas por tierra a pie, o de días en barco, o en algunos casos días en cabalgaduras, tenían que pasar la noche en una ciudad, o pueblo, para seguir el viaje al otro día, sin descartar que también debían alimentarse durante esos viajes. Todo lo anterior debía tener sus costos de tipo económico; aparte también tengamos en cuenta que en la apertura de nuevas obras, la estadía inicial por varios días y en ocasiones por semanas en una ciudad donde no conocían a nadie, implica el manejo de una economía para el sostenimiento de la obra misionera.
· Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron. (Hechos 13:3).
Cuando el Espíritu Santo llama a un hombre a las misiones la iglesia debe identificarse con ese llamado y facilitarle las cosas al misionero para que vaya. Es seguro que no salieron de la iglesia de Antioquía con las manos vacías. Es con esta provisión económica que les dieron, con la cual realizaron un buen trayecto de su primer viaje misionero.
· Ellos, entonces, enviados por el Espíritu Santo, descendieron a Seleucia, y de allí navegaron a Chipre. Y llegados a Salamina, anunciaban la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos. Tenían también a Juan de ayudante. Y habiendo atravesado toda la isla hasta Páfos… Habiendo zarpado de Páfos, Pablo y sus compañeros arribaron a Perge de Panfilia…Ellos, pasando de Perge, llegaron a Antioquía de Pisidia…" (Hechos 13:4-6, 13-14)
Note que al principio eran tres personas viajando: Bernabé, Saulo y Juan Marcos. Aunque nosotros encontramos narrados estos viajes en unos pocos versículos, y los leemos en unos escasos minutos, debemos saber que eran kilómetros y días, en ocasiones semanas de viaje. El texto usa los siguientes términos: "descendieron a", "navegaron a", llegados a, "habiendo atravesado toda la isla hasta", "habiendo zarpado de", "arribaron a", "pasando de"; estas expresiones cubren un recorrido de unos 910 km que había desde Antioquía de Siria hasta Antioquia de Pisidia. 428 Km del recorrido lo hicieron por tierra, a pie y en ocasiones en cabalgaduras, si este viaje se hacía de forma ininterrumpida solo descansando en las noches, podía durar un mes. En barco hicieron aproximadamente 483 kilómetros que les tomarían unos 8 días de viaje. Pero según la narración bíblica ellos en casi cada ciudad que visitaron se quedaban varios días y en ocasiones semanas evangelizando, eso quiere decir que no eran solo los gastos generados por un viaje, sino la estadía en cada ciudad, donde entraban a hacer su trabajo.
El primer viaje misionero de Bernabé y Pablo es narrado en 80 versículos que conforman los capitules 13 y 14 de Hechos de los Apóstoles, y como dijimos antes, pueden ser leídos en unos poco minutos; pero téngase en cuenta que en estos dos capítulos se narra un viaje en el que recorrieron en promedio 2250 kilómetros en el transcurso de unos tres años y se fundaron iglesias en por lo menos 7 ciudades.
Los otros dos viajes misioneros del apóstol Pablo nos arrojan más luz sobre este aspecto que analizamos, pero por razones de tiempo y espacio, no haremos un análisis cuidadoso, aunque más adelante mencionaremos algunos casos para dar mayor fuerza a nuestro argumento.
Avanzando en el análisis bíblico tenemos que decir que las cartas apostólicas nos dan una mayor amplitud en este aspecto del sostenimiento de la obra misionera.
La Carta a los Gálatas fue enviada "a las iglesias de Galacia" (Gálatas 1.2). Dicho de otra forma, la carta fue escrita por el apóstol Pablo a una pluralidad de congregaciones en una región, a la que él llama Galacia. Estas iglesias pueden ser las de Antioquia de Pisidia, Listra, Derbe e Iconio fundadas en su primer viaje misionero y confirmadas en sus siguientes dos viajes.
Miremos con cuidado como en la siguiente porción bíblica el apóstol le recuerda a los gálatas, sobre los principios de la obra en esa región y de la forma como lo recibieron y lo trataron:
· …vosotros sabéis que a causa de una enfermedad del cuerpo os anuncié el evangelio al principio; y no me despreciasteis ni desechasteis por la prueba que tenía en mi cuerpo, antes bien me recibisteis como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús. ¿Dónde, pues, está esa satisfacción que experimentabais? Porque os doy testimonio de que si hubieseis podido, os hubierais sacado vuestros propios ojos para dármelos. (Gálatas 4:11-16)
Este texto nos deja claro que en los lugares donde iban predicando, los nuevos convertidos venían a ser de bendición a los misioneros, pues los trataban como a varones de Dios, con sus atenciones, sus cuidados y su hospitalidad. Los nuevos creyentes de Antioquia de Pisidia, de Listra, de Derbe, y de Iconio los recibieron como ángeles de Dios, como a Cristo Jesús. La frase: "si hubieseis podido, os hubierais sacado vuestros propios ojos para dármelos" no tiene como objetivo decir que era enfermo de los ojos, quiere decir que no le negaron nada, que en su enfermedad pusieron todo a disposición de él para su pronta recuperación. Que hubo mucha generosidad de los gálatas hacia los misioneros.
En cuanto al segundo viaje misionero de Pablo, Lucas lo introduce así:
· … Después de algunos días, Pablo dijo a Bernabé: Volvamos a visitar a los hermanos en todas las ciudades en que hemos anunciado la palabra del Señor, para ver cómo están…y Pablo, escogiendo a Silas, salió encomendado por los hermanos a la gracia del Señor, y pasó por Siria y Cilicia, confirmando a las iglesias. (Hechos 15:36 y 41)
Este viaje tiene un doble objetivo visitar las iglesias fundadas en su primer viaje y evangelizar territorios no alcanzados aun.
Aquí damos por sentado que no salieron de Antioquía de Siria con las manos vacías; pero ahora su viaje tiene una variante y es que ya hay Iglesias en las provincias de Siria y de Cilicia, las cuales visitaron y confirmaron. En su viaje llegaron hasta las iglesias del sur de Galacia, donde eran muy amados por los hermanos y los confirmaron en la fe y vieron el crecimiento de todas aquellas congregaciones. En Listra Pablo le pide a Timoteo que lo acompañe en su viaje misionero, y el joven se dispuso de inmediato. Ahora son tres los viajeros.
Estas visitas, de Pablo a las iglesias de gentiles para entregarles el mensaje de los acuerdos pastorales en Jerusalén, van más allá de solo consolar y confirmar estas iglesias, también implican un apoyo espiritual y económico a los apóstoles, y una carga que quedaba en dichas iglesias por la obra evangelística que se proponían llevar a cabo Pablo y Silas en Asía y en Bitinia. Sus planes eran incursionar hacia el noreste de la península para evangelizar Asia, y en una segunda etapa viajarían al noroeste, para llenar todo ese territorio (Bitinia) del evangelio, pues el sur ya había sido evangelizado y tenía florecientes iglesias.
· Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia; (aquí se aborta la primera fase de su plan evangelístico), y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió (aquí se aborta la segunda fase de su plan evangelístico). Y pasando junto a Misia, descendieron a Troas. Y se le mostró a Pablo una visión de noche: un varón macedonio estaba en pie, rogándole y diciendo: Pasa a Macedonia y ayúdanos. Cuando vio la visión, en seguida procuramos partir para Macedonia, dando por cierto que Dios nos llamaba para que les anunciásemos el evangelio. Zarpando, pues, de Troas, vinimos con rumbo directo a Samotracia, y el día siguiente a Neápolis; y de allí a Filipos, que es la primera ciudad de la provincia de Macedonia, y una colonia; y estuvimos en aquella ciudad algunos días. (Hechos 16:6-12)
Es posible que el apóstol Pablo llegara hasta Macedonia con las ofrendas que la iglesia de Antioquía de Siria le había suministrado para emprender su segundo viaje misionero, pero no descartamos el apoyo económico de las iglesias que visitaron en todo ese trayecto entes de llegar a Macedonia, donde iniciarían por mandato del Espíritu Santo su labor evangelística.
En Filipos después de casi 20 días de haber llegado a la ciudad ganaron a Lidia, y esta de inmediato los invito a hospedarse en su casa. El ruego de Lidia para que se quedaran en su casa puede indicar que ellos estaban hospedados en algún lugar que tal vez les implicaría gastos y falta de comodidad para su descanso, pero también indica que para ella era un privilegio que los misioneros posaran en su casa, y los obligó a quedarse. También el carcelero los atendió debidamente en su casa, cuando ya se había convertido a Cristo. En esta ciudad los nuevos creyentes dispusieron todo a favor de los misioneros.
Los filipenses fueron más allá que solo recibirlos y atenderlos con gran hospitalidad. La gratitud y el afecto de los creyentes de Filipos, hacia el apóstol, hicieron que cuando Pablo salió para Tesalónica no fuera con sus manos vacías.
· Pasando por Anfípolis y Apolonia, llegaron a Tesalónica, donde había una sinagoga de los judíos. Y Pablo, como acostumbraba, fue a ellos, y por tres días de reposo discutió con ellos… (Hechos 17:1-2).
De Filipos a Tesalónica había 165 Km de distancia, era una jornada de una semana a pie. Es probable que viajaran cabalgando el primer día los 50 Km de Filipos hasta Anfípolis, que pasaran la noche en esta ciudad; y luego al otro día cabalgando recorrieran los otros 50 Km hasta Apolonia, donde una vez más pasaron la noche; y al otro día tuvieran una jornada de 65 Kilómetros hasta Tesalónica.
Es posible que los tres misioneros hayan llegado a Tesalónica con pocos recursos económicos y Pablo entonces buscó trabajo y se dedicó entre semana a su labor secular y el sábado de iba a la sinagoga, así lo hizo por veinte días:
· Porque os acordáis, hermanos, de nuestro trabajo y fatiga; cómo trabajando de noche y de día, para no ser gravosos a ninguno de vosotros, os predicamos el evangelio de Dios". (1Tesalonicenses 2:9)
Pero en el transcurso de esos días un hombre llamado Jasón que había creído al mensaje de Pablo los invitó a hospedarse en su casa.
Es posible que los hermanos de Filipos se hayan enterado que el apóstol estaba trabajando en lo secular, y de inmediato hicieron una colecta y desde allá les enviaron dinero para sus necesidades:
· Y sabéis también vosotros, oh filipenses, que al principio de la predicación del evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia participó conmigo en razón de dar y recibir, sino vosotros solos; pues aun a Tesalónica me enviasteis una y otra vez para mis necesidades". (Filipenses 4:15 –16)
Es más cuando el equipo misionero dejó Tesalónica y se dirigió a Berea y posteriormente a Atenas y después a Corinto (la región de Acaya), aun allá las iglesias de Macedonia (Filipos, Berea y Tesalónica) le enviaban ofrendas para su sostenimiento. Ellos estaban muy agradecidos con los apóstoles y se sentían comprometidos con ellos en su labor misionera, así que disponían de sus recursos para apoyarles económicamente.
A eso se refiere cuando dice a los corintios:
· ¿Pequé yo humillándome a mí mismo, para que vosotros fueseis enaltecidos, por cuanto os he predicado el evangelio de Dios de balde? He despojado a otras iglesias, recibiendo salario para serviros a vosotros. Y cuando estaba entre vosotros y tuve necesidad, a ninguno fui carga, pues lo que me faltaba, lo suplieron los hermanos que vinieron de Macedonia, y en todo me guardé y me guardaré de seros gravoso. Por la verdad de Cristo que está en mí, que no se me impedirá esta mi gloria en las regiones de Acaya. (2 Corintios 11:7:11)
Evidentemente Pablo llegó a Corinto casi sin dinero, por lo que buscó la calle de los que hacían tiendas. Allí encontró empleo y un lugar para vivir con Aquila y Priscila. Aquila era un judío que había nacido en Ponto (en Asia Menor). Había ido a Italia, pero había sido expulsado de Roma por el emperador Claudio. A los pocos días Pablo ganó para Cristo a Aquila y Priscila.
Durante la semana Pablo trabajaba en su oficio. Cada sábado "disputaba en la sinagoga" (v. 4). Cuando Silas y Timoteo al fin llegaron de Tesalónica y Berea, quizá con algún dinero enviado por las iglesias de Macedonia, Pablo pudo suspender su trabajo manual para entregarse por entero a la predicación.
· …y llegó a Corinto. Se encontró con un judío llamado Aquila, originario del Ponto, que acababa de llegar de Italia, y con su mujer Priscila, por haber decretado Claudio que todos los judíos saliesen de Roma; se llegó a ellos y como era del mismo oficio, se quedó a trabajar en su casa. El oficio de ellos era fabricar tiendas. Todos los sábados discutía en la sinagoga, y se esforzaba por convencer a judíos y griegos. Cuando llegaron de Macedonia Silas y Timoteo, Pablo se dedicó enteramente a la palabra, dando testimonio ante los judíos de que el Cristo era Jesús. (Hechos 18:1-5)
Pablo consideró su gloria predicar de forma gratuita el evangelio, y en los momentos de necesidad económica que vivió en Tesalónica y en Corinto no pidió, ni recibió nada de los nuevos convertidos, excepto su hospitalidad. Como probablemente Pablo había sido un rabino judío, y los rabinos, por lo general, impartían gratuitamente su enseñanza y se ganaban el sustento por medio de algún otro trabajo u oficio, eso seguía haciendo él, fiel a sus convicciones.
· Ni plata ni oro ni vestido de nadie he codiciado. Antes vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario a mí y a los que están conmigo, estas manos me han servido. En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir. (Hechos 20:33-35)
Sin embargo las ofrendas que le enviaban las iglesias que le amaban y amaban la obra de Dios, eran bien recibidas por el apóstol:
· En gran manera me gocé en el Señor de que ya al fin habéis revivido vuestro cuidado de mí; de lo cual también estabais solícitos, pero os faltaba la oportunidad. No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Sin embargo, bien hicisteis en participar conmigo en mi tribulación. (Filipenses 4:10-14)
Resumiendo podemos decir que la iglesia de Antioquia de Siria, fue un soporte económico para la obra misionera en sus primeros años, pero también los nuevos convertidos (entre los cuales predicaban gratuitamente), contribuían con sus cuidados, su atenciones y hospitalidad a los misioneros.
Una vez que salían de las ciudades ya dejando una Iglesia, estas los encaminaban para proseguir su labor y no solo los encaminaban a la siguiente ciudad, sino que tomaban ofrendas, como lo hacían las iglesias de Macedonia, las cuales enviaban de forma permanente a los misioneros en sus nuevos lugares de labor evangelística. Es decir que las iglesias que iban siendo fundadas y establecidas por los apóstoles asumían, casi de inmediato, responsabilidades de carácter financiero con la obra misionera.
Cuando el apóstol Pablo no tenía una respuesta financiera por parte de las iglesias ya fundadas, él mismo asumía el compromiso de autofinanciarse su labor ministerial (como lo hizo en Corinto y en Tesalónica), trabajando con sus manos para evitar ser de tropiezo a los nuevos convertidos, manteniendo así su gloria de predicarles gratuitamente el evangelio, y su convicción de no pedir a las iglesias ya establecidas, que debían dar con responsabilidad sin que él les pidiera. Sin embargo una vez que recibía una ofrenda, venida de una de las iglesias ya establecidas, dejaba su labor secular, y se dedicaba por completo a la predicación de la palabra.
EL APÓSTOL ENSEÑÓ A LAS IGLESIAS A OFRENDAR PARA LAS MISIONES
a. En el texto que sigue Pablo defiende su derecho como apóstol a ser sostenido económicamente por la iglesia de Corinto, pero ahí mismo dice que nunca usó ese derecho, sino que trabajó con sus manos para no serles carga, ni causa de tropiezo, y porque al fin, esa era su gloria: "predicarles gratuitamente a Cristo".
· ¿O sólo yo y Bernabé no tenemos derecho de no trabajar? ¿Quién fue jamás soldado a sus propias expensas? ¿Quién planta viña y no come de su fruto? ¿O quién apacienta el rebaño y no toma de la leche del rebaño? ¿Digo esto sólo como hombre? ¿No dice esto también la ley?
Porque en la ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey que trilla. ¿Tiene Dios cuidado de los bueyes, o lo dice enteramente por nosotros? Pues por nosotros se escribió; porque con esperanza debe arar el que ara, y el que trilla, con esperanza de recibir del fruto.
Si nosotros sembramos entre vosotros lo espiritual, ¿es gran cosa si segáremos de vosotros lo material? Si otros participan de este derecho sobre vosotros, ¿cuánto más nosotros? Pero no hemos usado de este derecho, sino que lo soportamos todo, por no poner ningún obstáculo al evangelio de Cristo.
¿No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y que los que sirven al altar, del altar participan? Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio. Pero yo de nada de esto me he aprovechado, ni tampoco he escrito esto para que se haga así conmigo; porque prefiero morir, antes que nadie desvanezca esta mi gloria. (1 Corintios 9:6-15)
b. Pablo tiene una forma sutil de sugerir que las iglesias que visitaba él o sus colaboradores, contribuyeran económicamente con la obra misionera (contribuyéndole para continuar sus viajes) y con el buen cuidado y hospitalidad de los santos:
· Iré a vosotros, cuando haya pasado por Macedonia, pues por Macedonia tengo que pasar. Y podrá ser que me quede con vosotros, o aún pase el invierno, para que vosotros me encaminéis a donde haya de ir…Y si llega Timoteo, mirad que esté con vosotros con tranquilidad, porque él hace la obra del Señor así como yo. Por tanto, nadie le tenga en poco, sino encaminadle en paz, para que venga a mí, porque le espero con los hermanos. (1Corintios 16:1-11)
· Con esta confianza quise ir primero a vosotros, para que tuvieseis una segunda gracia, y por vosotros pasar a Macedonia, y desde Macedonia venir otra vez a vosotros, y ser encaminado por vosotros a Judea. (2 Corintios 1:15-16)
· Os recomiendo además nuestra hermana Febe, la cual es diaconisa de la iglesia en Cencrea; que la recibáis en el Señor, como es digno de los santos, y que la ayudéis en cualquier cosa en que necesite de vosotros; porque ella ha ayudado a muchos, y a mí mismo. (Romanos 16:1-2)
Escribiendo a los romanos el apóstol Pablo deje entrever que tenía la seguridad que la iglesia de Roma le suministraría lo económico para poder proseguir su viaje a España.
· Pero ahora, no teniendo más campo en estas regiones, y deseando desde hace muchos años ir a vosotros, cuando vaya a España, iré a vosotros, pues espero veros al pasar y ser encaminado hacia allá por vosotros una vez que haya disfrutado de vuestra compañía. Pero ahora voy a Jerusalén para ministrar a los santos, porque Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una ofrenda para los pobres que hay entre los santos que están en Jerusalén. Les pareció bueno hacerla, ya que son deudores a ellos, porque si los gentiles han sido hechos partícipes de sus bienes espirituales, deben también ellos ayudarlos con bienes materiales. Así que, cuando haya concluido esto, y les haya entregado esta ofrenda, pasaré entre vosotros rumbo a España. Y sé que cuando vaya a vosotros, llegaré con abundancia de la bendición del evangelio de Cristo. (Romanos 15: 23 -29)
c. Las nuevas personas que se convertían y llegaban a formar una iglesia local, eran educadas por Pablo en lo concerniente a su compromiso económico con la obra misionera:
· Entretanto, aquel a quien se le instruye en las cosas de la fe, asista de todos modos con sus bienes al que le instruye. (Gálatas 6:6 Torres Amat)
· En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia. Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas. (1Corintios 16:1-2)
d. Las iglesias de Galacia, los de acaya, y los de Asia, habían ya desarrollado una constante responsabilidad en el dar para las misiones, y por esa razón eran visitados de tiempo en tiempo por los colaboradores de Pablo, con el objetivo de recibir la ofrendas, que de antemano, estas iglesias habían aportado para las misiones y para los necesitados. Pero esas ofrendas no eran el resultado de corazones mezquinos, sino de corazones agradecidos y llenos de afecto que veían en los misioneros a varones de Dios y reconocían que la obra por ellos realizada era la obra de Dios. Eran tan copiosas y abundantes estas ofrendas que eran suficientes para que ellos desarrollaran sus labores evangelísticas durante largos periodos de tiempo.
· Asimismo, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios que se ha dado a las iglesias de Macedonia; que en grande prueba de tribulación, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en riquezas de su generosidad. Pues doy testimonio de que con agrado han dado conforme a sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas, pidiéndonos con muchos ruegos que les concediésemos el privilegio de participar en este servicio para los santos. Y no como lo esperábamos, sino que a sí mismos se dieron primeramente al Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios; de manera que exhortamos a Tito para que tal como comenzó antes, asimismo acabe también entre vosotros esta obra de gracia". (2 Corintios 8:1-6)
Los hermanos de Macedonia no eran personas pudientes y que tenían un muy alto nivel de vida, parece que por causa del evangelio a algunos expropiaron de su pertenencias y propiedades, pero ellos en medio de grande prueba de tribulación , tenían gozo abundante por su salvación, y de su profunda pobreza económica abundaron en riquezas de su generosidad. Ellos daban con agrado y lo hacían con gran esfuerzo.
Sin embargo antes de enviar su esforzada y generosa ofrenda se comunicaron con los apóstoles y con muchos ruegos les pidieron les concediesen el privilegio de participar en la obra con su ofrenda. Los apóstoles les animaron a enviar su ofrenda, pero esperaban algo poco, de acuerdo a la capacidad de los hermanos de Macedonia. Al llegar la ofrenda quedaron sorprendidos al ver la tremenda ofrenda que habían enviado. Pablo dijo: "se dieron ellos mismos en esa ofrenda, primeramente al Señor y después a nosotros"
Esa actitud de los hermanos de macedonia se convirtió en ejemplo y animó a Pablo para que Tito vaya también a Corinto y les anime a dar su ofrenda, que desde hacía un año se habían comprometido a enviar y no lo habían hecho aun.
UNA IGLESIA MISIONERA
Es aquella iglesia que habiendo sido educada por Dios para las misiones, en consecuencia se identifica con el propósito divino de salvar a todo ser humano (Dios no quiere que ninguno se pierda), y se compromete de forma práctica con dicha misión.
Una iglesia misionera aparta los hombres llamados por Dios a las misiones y los entrega a la obra para la que han sido llamados; pero ante todo los envía con un respaldo solido y permanente en lo espiritual, en lo administrativo, en lo formativo y en lo económico.
Una Iglesia misionera tiene ese sentir y ese compromiso profundo de los hermanos de macedonia: "de dar para que los que hacen la obra no tengan necesidades y puedan dedicarse de tiempo completo a este ministerio, aun cuando en ese lugar donde trabajan no haya todavía convertidos que pudieran aportar algo para su sostenimiento".
· Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos. (2 Corintios 8:9)
CONCLUSIÓN
Al examinar lo que es la obra misionera, y la forma como esta fue sostenida en el siglo primero, concluimos que es un privilegio que Dios nos regala hoy al poder ofrendar para una causa tan honrosa. Esta obra misionera que hoy hacemos y de la cual somos parte vital, no es diferente a la que se llevó a cabo en el siglo primero, somos la continuación de esa iglesia apostólica comprometida con la salvación de los perdidos. Somos una iglesia misionera.
Cuando entendemos con claridad que la obra misionera es un mandato a la iglesia, y que tiene alcance universal; cuando comprendemos que el Espíritu Santo fue quien ideó e inauguró las misiones extranjeras; cuando estamos convencidos que la obra misionera es planeada, guiada y respaldada por el Espíritu Santo y cuando reconocemos con gratitud que nuestra salvación es resultado de la obra misionera, entonces tomamos compromiso y responsabilidad financiera con esta magna obra divina.
Dar para la obra misionera es un gran privilegio que hemos recibido por la gracia de Dios.
No somos dignos de tan grande honra, pero al Señor le pareció bien regalarnos la oportunidad de contribuir económicamente con su gran obra: las misiones.
¡ES UN PRIVILEGIO OFRENDAR PARA LAS MISIONES!
Paz de Cristo!
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor
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