Paz de Cristo!
miércoles, 8 de febrero de 2012
Acortar distancias
Paz de Cristo!
Decálogo Para Los Líderes
1. Los líderes prometen menos y entregan más. Los líderes establecen plazos y los mantienen. Los líderes son puntuales. Ellos son honestos consigo mismos y con los demás, y tienen la disciplina para evaluar con precisión las capacidades de su organización. Si usted o su organización no completan una tarea a tiempo, es porque la termino antes de lo previsto. "Temprano es a tiempo. A tiempo es tarde. Tarde es inaceptable."
2. Los líderes no tienen estados de ánimo. Ok, todos tenemos estados de ánimo, pero un líder no puede dejarse del mal humor cuando está tratando con seguidores. Usted no va a querer que sus seguidores consideren primero su estado de ánimo antes de dirigirle algún problema. Eso atrasará la comunicación y hará su día a día menos ágil. No importa cómo se sienta, deje eso a un lado y trabaje con sus seguidores con un comportamiento estable.
3. Los líderes son los últimos en servirse. En la la Infantería de los Marines, cuando se sirve la comida, los oficiales son los últimos en comer. Y el último oficial en comer es el oficial del rango más alto presente. El mensaje es simple: Las necesidades de sus tropas viene antes que las propias. Esto se aplica a todo: beneficios, horario de trabajo, el tiempo libre – todo. Esto es gran parte de la "vocación" de ser líder, y también de los negocios inteligentes. Los seguidores trabajan sin cesar por ser un líder desinteresado, pero un líder egoísta puede esperar un comportamiento egoísta a cambio.
4. Los líderes establecen el ejemplo. ¿Alguna vez has escuchado "Haz lo que digo y no lo que hago?" Esa frase fue inventada por un idiota invertebrado que no podría ser líder a una tropa de boy scouts en un parque de la ciudad. No seas ese tipo. Es inmoral pedirle a alguien que haga algo que no hicieras bajo las mismas circunstancias. Y los seguidores hacen patrones de sus acciones de lo que ven en su líder. Cualquier cosa que le pidas a tus seguidores, debes dar el ejemplo. Cualquier cosa menos de eso desagrada la confianza y el respeto de sus seguidores.
5. Los líderes son decisivos. Un buen plan hoy es mejor que un plan perfecto de la próxima semana. Si usted valora la velocidad y la capacidad de respuesta de su organización, entonces enfóquese en buscar la solución al 80% e implementarla rápidamente. La solución al 80% no es perfecta. Puedes necesitar más información o más tiempo para buscarle la solución al 100%. Pero el 80% puede ser implementado de inmediato. Comience con lo que ya sabe y ajuste su plan mientras descubres más.
6. A veces los líderes cambian el plan. Nada es sagrado e inmune al cambio. Ningún proceso, forma, método, nada. Con la decisión viene la necesidad de la agilidad. Usted debe estar dispuesto a desenvolver los detalles de su plan a medida que se desarrolla. Ningún plan sobrevive el contacto con el enemigo. Mantén la mente abierta a los cambios en el plan si una evaluación justa de la evidencia sugiere que debería. Pero…
7. A veces los líderes se aferran. Tan importante como saber cuándo hay que cambiar el plan es saber cuando se debe bajar el hombro e ir hacia adelante. Las decisiones de un líder son a veces impopulares. Además, los seres humanos son inteligentes, podemos hacer un caso de casi cualquier cosa. Cuando las decisiones se encuentran con objeciones, considere cuidadosamente las objeciones. Deje ir su sesgo de confirmación y la resistencia inherente a la evolución de su plan. Examine las objeciones por solo sus meritos. Pero después de tomar una decisión, siga adelante y no mire hacia atrás. Si usted está constantemente abriendo una decisión para discusión o revertir el curso varias veces, eso degrada por completo la confianza de sus seguidores.
8. Los líderes quieren retroalimentación. Lo más valioso que un líder puede aprender es que es lo que está haciendo mal. Los líderes nunca tratan de hacer cualquier cosa mal deliberadamente! La mejor manera de aprender cual es su debilidad es solicitando retroalimentación. Solo un puñado de personas tiene la valentía de decirle exactamente donde está fracasando. Cuando esté recibiendo esta retroalimentación, baje sus defensas. No trate de explicar o justificar sus acciones. Recibe la retroalimentación, interiorízalo, evalúalo, y siga adelante. Tal vez usted legítimamente no está de acuerdo con la retroalimentación, y está bien. Pero si actúa a la defensiva, entonces va a debilitar la relación de confianza con su colega, y la retroalimentación en el futuro será diluida. No vale la pena. Deje su ego. Escuche.
9. Los líderes son buenos seguidores. Reconozca cuando no está a cargo y actúe en consecuencia. Esto no significa que se convierte en un seguidor ciego pasivo. Significa que no estarás pisándole los pies a otro líder o no estarás constantemente ofreciendo sugerencias cuando eres un invitado en su entorno. Está bien que los demás no hagan las cosas de la misma manera que usted. Ellos pueden tener valores o visiones diferentes para sus organizaciones, entonces déjalos que ejecuten esa visión. Por otra parte, practica este principio cuando esté capacitando a su personal. Entrégales el cargo de líder y participa como un seguir sin interferir. Esto refuerza la confianza de los seguidores cuando ven que usted está dispuesto a seguir al líder que usted capacitó.
10. Los líderes piden aportes cuando toman decisiones. Usted nunca puede escapar de sus propios prejuicios y ver la situación desde todos los ángulos. Acéptalo. Abrazalo. Por lo tanto, siempre se puede mejorar las decisiones buscando aportes de sus seguidores. Se atontara de cuantos factores diferentes nunca se hubiera imaginado que fuera importante para ellos. Es probable que no compartas sus preocupaciones o incluso ni se identifique con los mismos, de lo contario los hubiera previsto sin consultarles. Eso está bien. Lo importantes es que usted acepta esas preocupaciones como reales y le das su plena consideración. Pero templa eso con…
11. Los líderes toman la decisión final y aceptan la responsabilidad. En la regla #1, les dije que los líderes prometen menos y entregan más. Les prometí 10 reglas. Esta es la #11.
Después que han buscando retroalimentación y han considerado todo cuidadosamente, los líderes asumen su papel como el tomador de decisiones con la última palabra. Los líderes no someten algo a votación. Eso son sólo débiles intentos de la propagación mental de culpa si la decisión va mal. No, un líder toma una decisión y acepta plena responsabilidad por ello. ¿Usted tomo una decisión basada en las aportaciones de otra persona, y al final fue un mal resultado? La responsabilidad es suya y sólo suya. En usted recae la responsabilidad última.
Paz de Cristo!
jueves, 2 de febrero de 2012
El buen gerente
El buen gerente
Nueve tips para reconocer a un buen administrador o gerente.
Un buen gerente debe ser como un excelente director de orquesta que le da a cada uno de los miembros de su organización, el papel oportuno en la interpretación de sus roles. Además, debe saber afrontar los desafíos de mercados cada vez más complejos y competidos, manteniendo la armonía y el clima laboral en sus mejores niveles. Esto se verá reflejado en mayor calidad de los productos, un trabajo en equipo más afinado y unos mejores resultados de la empresa.Tener una visión estratégica del negocio, contar con la capacidad de anticiparse a lo que viene, ser proactivo, estimular el cambio, coordinar acertadamente los recursos de la organización y definir el rumbo son cualidades que también hacen parte de ese perfil.
Sin embargo, este tipo de hechos no son evidentes a primera vista. Malcolm Gladwell, autor del libro Blink: inteligencia intuitiva, asegura que en muchas ocasiones las primeras impresiones son más acertadas que conclusiones elaboradas con el tiempo.
Bajo este principio, ¿es posible tener pistas sobre la calidad de un gerente en poco tiempo? Para este fin Dinero quiso revisar la literatura sobre síntomas no convencionales que nos pudieran indicar muy rápidamente el trabajo de un gerente pues, al fin de cuentas, las compañías son un fiel reflejo de sus directivos y reconocer si allí lidera la operación un buen o un pésimo gerente. Estos son los 9 aspectos a tener en cuenta.
1. La amabilidad de la recepcionista
Tal vez el síntoma más revelador de un buen gerente es la amabilidad en la recepción. Todos hemos sufrido las caras largas y el desinterés de muchas personas en este cargo. Esto no es circunstancial. El grado de amabilidad y entusiasmo con que lo atiendan allí proviene desde la cabeza. Incluso, es tan clave el rol de la recepción que algunos estudios muestran que de este cargo surgen empleados de gran potencial. Por ejemplo, la afamada ejecutiva Carly Fiorina, presidente de Hewlett-Packard entre 1999 y 2005, inició su carrera profesional como recepcionista de la firma de bienes raíces Marcus & Millichap.
2. Las instalaciones son bonitas
En el famoso libro Las 10 caras de la Innovación, Tom Kelley, fundador de la prestigiosa firma de diseño IDEO, advierte sobre un tema aparentemente obvio: la importancia de los espacios y las instalaciones para innovar. Tal vez el caso más destacado en este aspecto son las famosas instalaciones de Google en California –conocidas como Googleplex– con más de 20 edificios, 200 perros, canchas de voleibol, piscinas y gimnasios. En la actualidad acoge a cerca de 10.000 personas que trabajan en unos 200 proyectos diferentes, que van desde servicios de búsqueda electrónica y aplicaciones para negocios, hasta localización geográfica y venta de música.
3. Los funcionarios hablan de "nosotros"
Parece un tema frívolo pero en la práctica tiene un impacto significativo. El recordado autor en gerencia, Peter Drucker, en su libro La gerencia efectiva, argumenta que es posible pronosticar el éxito de una compañía tan solo con verificar si la gente habla de "nosotros" en lugar de hacerlo en primera persona. En el día a día para todos es molesto encontrar personas que solo se refieren a "yo hice esto" "yo hice aquello". En este sentido, Drucker fue el primer autor en demostrar que las compañías más exitosas tienden a asumir los logros de forma compartida.
4. De puertas abiertas
Donald Jacobs, precursor de la Escuela de Negocios Kellogg, siempre mantenía las puertas de su oficina abiertas. Esta es una actitud que comparten varios ejecutivos de éxito. Uno de los libros más influyentes de negocios de los últimos años, Empresas que sobresalen, del autor Jim Collins, analiza las 11 compañías (entre ellas Abbott y Kimberly) con mejor desempeño en la bolsa de Nueva York entre 1970 y el año 2000. En todos estos casos, Collins pudo constatar que los ejecutivos al frente de estas empresas tenían una cultura de puertas abiertas.
5. La gente almuerza en compañía
En 2005, el ex consultor de la firma Deloitte, Keith Ferrazzi, se hizo famoso gracias a su libro Never Eat Alone. La recomendación del libro es simple: aprovechar el tiempo del almuerzo para hacer contactos. Su éxito fue tal que el libro vendió más de dos millones de copias. En efecto, el momento del almuerzo es crucial para medirle el aceite a las relaciones en una empresa. Una alternativa es que la gente almuerce en compañía, pero si todo el mundo sale disparado por su lado, es mala noticia.
6. Hay jóvenes y adultos por igual
Respecto a las generaciones, hoy existen inmensas oportunidades en ambos frentes: al contratar jóvenes con nuevas ideas y también al retener a los más experimentados. Estudios concretos soportan a cada generación. Por una parte, el autor Don Tapscott es famoso por mostrar las bondades de los jóvenes, y en la otra orilla el profesor Peter Cappelli de Wharton, en defender a los más viejitos. Compañías como McKinsey, Microsoft, Google o Goldman Sachs tienen equipos enteros buscando sinergias entre estos dos mundos. En estas empresas se ven jóvenes y adultos por igual.
7. De hecho, la gente sonríe
¿Tiene algún impacto la felicidad en el desempaño de una empresa? Esta es la pregunta clave para el reconocido profesor de Harvard, Shawn Achor, autor del famoso libro The Happiness Advantage (2010). Luego de estudiar por décadas a miles de ejecutivos en la lista de las compañías Fortune 500 el resultado es contundente: la felicidad puede aumentar cerca de 30% la productividad. Por esto, si usted llega a una empresa y la gente sonríe, es el gran síntoma de que allí hay un buen gerente.
8. Hablar de tú a tú
La reconocida autora en comunicación no verbal, Carol Kinsey Goman, suele afirmar que cuando se atiende una persona detrás del escritorio, inconscientemente, se asume una posición de dominación frente al otro. Esto no todas las veces es positivo en las relaciones laborales. Por esto, los gerentes más astutos tienen un sillón en su oficina para compartir más de tú a tú en ciertas reuniones. Además, como lo sugiere el joven autor Michael Ellsberg en su libro The Power Of Eye Contact, el contacto visual es crucial en los negocios.
9. Se puede ver un certificado de calidad
Una vez sentado en la recepción, un indicador contundente de que el gerente hace bien su tarea es si existe algún certificado del Sistema de Gestión en esa empresa. La verdad es que movilizar a toda una organización hacia una certificación de calidad, un proceso que puede tomar más de un año, implica toda una prueba de liderazgo y responsabilidad del gerente.
http://www.dinero.com//edicion-impresa/gestion/articulo/el-buen-gerente/143768
miércoles, 1 de febrero de 2012
Gracias Dios, por las pruebas!
Gracias Dios por las pruebas!
"Si fracasas en el día de la estrechez (adversidad), estrecha (o poca) es tu fuerza,"
Proverbios 24.10 (Literal)
"Si fueres flojo en el día del trabajo, tu fuerza será reducida". El día de trabajo hace referencia a la presión o dificultades asociadas con la vida cotidiana. El que no puede soportar tales problemas carece de fuerza, la cual está a disposición del hombre sabio (El hombre sabio es fuerte, y de pujante vigor el que tiene ciencia. 24:5).
La situación de crisis, que tanto busca evitar nuestra cultura hedonista, tiene un enorme valor para la persona que busca crecer en su vida espiritual. Nos permite evaluar el verdadero estado de nuestras reservas espirituales.
Todos nos sentimos fuertes y espirituales cuando la vida nos trata bien. En estos momentos, proclamamos nuestra lealtad al Señor y afirmamos nuestro compromiso de vivir conforme a su Palabra. Cuando la tormenta azota, sin embargo, la devoción y el compromiso se esfuman. En su lugar queda la pregunta tan frecuentemente escuchada en boca de cristianos en momentos de dificultad: «¿Por qué a mí?»
Todo esto he visto en los días de mi vanidad. Justo hay que perece pese a su justicia, y hay malvado que pese a su maldad alarga sus días. (Ecl 7. 15)
Hay inicuos que jamás en la vida son castigados por sus maldades, y hay gente buena que sufre extraordinariamente. ¿Cómo puede Dios permitir tanta injusticia? Una parte de la respuesta es que el Juez de toda la tierra dará a cada cual su recompensa justa después de la muerte.
Sin embargo, quien no cree en que hay vida después de la muerte se pierde el mapa y termina diciendo: Si todo termina con la muerte, hay que alargar nuestros días a toda costa.
No os ha sobrevenido ninguna prueba que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser probados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la prueba la salida, para que podáis soportarla. (1 Co 10.13)
Todos los que estamos interesados en ver una sincera transformación en nuestra vida, de tal modo que cada vez nos parezcamos más a Cristo, necesitamos tomar conciencia de que hay áreas en nuestra vida que necesitan ser tratadas por el Señor.
Mientras no vivamos situaciones que ponen a prueba nuestra vida, probablemente nos hagamos una idea errada de nuestra verdadera condición espiritual No solamente nos convenceremos de la existencia de realidades que no son, sino que tampoco seremos conscientes de la verdadera naturaleza de nuestras debilidades. La crisis le pone fin al engaño de nuestras percepciones. En la crisis tenemos la oportunidad de vernos tal cual somos. Nuestras imperfecciones, nuestra poca madurez, nuestra falta de santidad, todo esto quedará admirablemente revelado.
Para entender este principio, piense un momento en el apóstol Pedro. En la última cena, afectado profundamente por las fuertes emociones del momento, proclamó confiadamente que daría su vida por Cristo. No dudaba de su devoción, ni de su compromiso. Sin embargo, cuando llegó la prueba, no alcanzó siquiera a confesar con su boca su lealtad al Mesías.
¿Cuál de los dos Pedros tenía más potencial para la obra? ¿El primero, o el segundo? El Pedro derrotado había aprendido una valiosísima lección. No podía confiar en su propio entendimiento, ni en su propia evaluación de su pasión espiritual.
La fuerza no se mide en los buenos tiempos, sino en los momentos difíciles.
Y me ha dicho: «Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad.» Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en insultos, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte. (2 Co 12.9–10).
Por tanto, no desmayamos; antes, aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día, pues esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven, pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas. (2 Co 4.16–18)
Sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshace, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha por manos, eterna, en los cielos. (2 Co 5.1)
Como cristianos, esta verdad nos deja dos lecciones importantes:
1. debemos ser cuidadosos en lo que proclamamos en tiempos de abundancia y bendición. Es fácil sentirse invencible cuando todo está a nuestro favor.
2. debemos apreciar más el valor de las situaciones de crisis en nuestras vidas. Nadie disfruta de experimentarlas, pero qué buen fruto pueden dejar en nuestras vidas cuando no intentamos escondernos de ellas.
Dios permite que a todos nos lleguen buenos tiempos y malos tiempos. Nos ofrece una combinación de ambos tan buena que no podemos predecir el futuro, ni depender de la sabiduría y el poder humanos. En los tiempos de prosperidad, nos encanta quedarnos con la gloria. Luego en la adversidad, tendemos a culpar a Dios sin agradecerle las cosas buenas que surgen de ella. Cuando la vida parezca segura y normal, no permita que la autosatisfacción ni la complacencia lo haga sentirse demasiado seguro, porque Dios puede permitir que la adversidad lo haga regresar a Él. Cuando la vida parezca incierta e incontrolable, no se desespere: Dios está al timón y sacará cosas buenas de los tiempos difíciles.
Por lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que, sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro (el cual, aunque perecedero, se prueba con fuego), sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo.(1 P 1.6–8).
Sometidos a problemas somos buenos para desesperarnos y pedir socorro. Pero tengamos valor, y Dios fortalecerá nuestro corazón.
Sabemos, además, que a los que aman a Dios, todas las cosas los ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. (Ro 8.28)
Bibliografía:
· Shaw, C. (2005). Alza tus ojos. San José, Costa Rica, Centroamérica: Desarrollo Cristiano Internacional.
· Henry, M. (2003). Comentario de la Biblia Matthew Henry en un tomo. (503). Miami: Editorial Unilit.
· Collins, A. (1997). Estudios Bı́blicos ELA: Cómo vivir sabiamente (Proverbios) (71). Puebla, Pue., México: Ediciones Las Américas, A. C.
· Williams, G. (1986). Estudios Bı́blicos ELA: La vida, la muerte y el amor (Eclesiastés y Cantares) (44). Puebla, Pue., México: Ediciones Las Américas, A. C.
Paz de Cristo!