EL PROCESO DE FORMACIÓN DE UN SIERVO
ABRAHAM
Hno. Fernando López
26 de Julio de 2007, Santa Marta
Reunión del Comité Nacional de Conquistadores Pentecostales
Tomó Taré a su hijo Abram, y a Lot hijo de Harán, hijo de su hijo, y a Sarai, su nuera, mujer de su hijo Abram, y salió con ellos de Ur de los caldeos para ir a la tierra de Canaán. Pero cuando llegaron a Harán se quedaron allí. Y fueron los días de Taré doscientos cinco años, y murió Taré en Harán. Génesis 11: 31 y 32
El lema de este año es Conquistadores con nueva proyección, y toda proyección implica un punto de salida y un punto de llegada. En la proyección está implícito todo lo que tiene que ver con la visión y la misión.
Algunos usan más la palabra líder, es mejor y más bíblica la palabra siervo, nos da una mejor proyección de nuestro trabajo. Analizando el proceso de formación de un siervo, podemos ver el ejemplo de Abraham, quien pudo proyectarse en su tiempo y cumplir con el propósito de Dios.
Hablar de proceso es hablar de algo que toma tiempo.
En la época de Abraham Dios tenía un proyecto con un joven, como lo tiene hoy. Tenía Abram setenta y cinco años de edad cuando salió de Harán[1] y aunque para nosotros esa edad nos suena a viejo, en aquel entonces era Abraham un joven pues la Biblia dice que los días que vivió Abraham fueron ciento setenta y cinco años[2] así que 75 es 175 lo que 30 es a 70, luego Abram era un muchacho cuando salió de Harán.
Dios quiere entablar una amistad, un compañerismo con Abraham porque quiere formarlo como su siervo, y en ese proceso de formación fueron siete las ocasiones en las que Dios se le apareció a Abraham queriendo entrar en un compañerismo cada vez más cercano y profundo con él…
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