¿Andarán dos juntos si no están de acuerdo? Amos 3: 3
¿JUNTOS O UNIDOS?
Hno. Álvaro Torres Forero
Ø ¿Qué clase de relación de verdad tenemos nosotros como familia espiritual?
• ¿Conglomerado de personas de una misma organización?
• ¿Multitud de personas de la misma creencia?
Ø ¿Y qué tanto nos afecta esa clase de relación?
Hay peldaños en nuestra relación, y el primero de ellos lo plantea Amos como el acuerdo. Estamos de acuerdo.
Acuerdo:
Convenio entre dos o más partes. / 1. Conforme, unánime. 2. Conciliación. 3. Manifestación de asentimiento o conformidad.
Pero cuando se habla de acuerdo tenemos que reconocer que hay cosas que yo no comparto y cosas que usted no comparte pero negociamos y llegamos al acuerdo.
Lo mínimo para andar juntos es que estemos de acuerdo. No podemos andar guerreando toda la vida, de rebeldes y contradictores, aunque hayan cosa que no compartamos lleguemos a un acuerdo.
Este primer peldaño es bueno pero no es lo ideal en la vida cristiana, pues en la Biblia se habla de que sintamos una misma cosa.i Y sentir una misma cosa es más complicado que estar de acuerdo.
Unidad:
Unión o conformidad. / Propiedad en virtud de la cual no puede dividirse algo sin que su esencia se destruya o altere.
La gente dice: "Juntos pero no revueltos".
Pero en Dios tenemos que andar juntos y revueltos. En la vida espiritual no hay paredes intermedias, están derribadas y somos uno, tenemos unidad de fe. El tema de Efesios es la unidad. Para que seamos uno. Dios busca la unidad y eso es más que un acuerdo.
El camino de la unidad no está solo en el acuerdo, va más allá del acuerdo, aunque éste es bueno pero no es la esencia.
La esencia de nuestra relación es unidad.
Cuando volvió Jesús, lo recibió la multitud con gozo, pues todos lo esperaban. Entonces llegó un hombre llamado Jairo, que era un alto dignatario de la sinagoga; postrándose a los pies de Jesús, le rogaba que entrara en su casa, porque tenía una hija única, como de doce años, que se estaba muriendo.
Y mientras iba, la multitud lo oprimía.
Pero una mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce años, y que había gastado en médicos todo cuanto tenía y por ninguno había podido ser curada, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto. Al instante se detuvo el flujo de su sangre. Entonces Jesús dijo:
—¿Quién es el que me ha tocado?
Todos lo negaban, y dijo Pedro y los que con él estaban:
—Maestro, la multitud te aprieta y oprime, y preguntas: "¿Quién es el que me ha tocado?".
Pero Jesús dijo:
—Alguien me ha tocado, porque yo he sentido que ha salido poder de mí.ii
Alguien se había revuelto con Él, alguien había tocado la esencia de Jesús, alguien había traspasado el velo que lo cubría.
No es cuestión del rótulo en la iglesia, es mucho más que eso. Tenemos que traspasar el límite de las divisiones humanas y entonces sucederá algo realmente maravilloso.
En esto hay mucho de qué hablar, pero la realidad es que el toque del maestro transforma nuestra vida. Tú guardarás en completa paz aquel cuyo pensamiento en tí persevera.iii Eso es mucho más que un acuerdo.
Hay otro peldaño en nuestra relación y es la armonía.
Armonía:
Unión y combinación, bien concertada y grata, en conveniente proporción y buena correspondencia.
¡Mirad cuan bueno y cuan delicioso es que habiten los hermanos juntos en armonía! Es como el buen óleo sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la barba de Aarón, y baja hasta el borde de sus vestiduras; como el rocío del Hermón, que desciende sobre los montes de Sión, porque allí envía Jehová bendición y vida eterna.iv
La armonía nos habla más de la naturaleza, es estar entrelazados, la armonía va más allá de la unidad, es entre el uno con el otro y combinar con buena correspondencia.
Hay quienes viven juntos como perros y gatos, juntos pero peleando, juntos pero con intereses particulares, pero eso no es lo que busca el Señor, él lo que quiere es la armonía.
No es cuestión de formas es cuestión de esencia. Vivir juntos y en armonía es como vivir lleno de la unción de Dios. Encontrarnos con un hermano en armonía es como hablar en lenguas por el poder del Espíritu Santo.
La casa de alguien que vive en armonía es tranquila, libre de tensiones, no pierde el sueño. En paz me acostaré y así mismo dormirév.
Esa es la tranquilidad que solo da la armonía, no es tranquilidad aparente es real.
Ojalá que usted permita que el evangelio le afecte esencialmente la vida. ¿Quiere usted que el Espíritu Santo se derrame en la congregación?
No es cuestión de días de ayuno, ni oras de oración, es cuestión de estar unánimes juntos, juntos y en armonía. Dios encuentra solaz en la armonía.
La esencia de Pentecostés no es hablar en lenguas. Hay personas que hablan muchas lenguas pero se pelean con todo mundo, no son pentecostales sino habladores de lenguas, y sin amor eso no sirve para nada.vi
En la fiesta de Pentecostés la esencia es la unanimidad, la comunión. Es donde se acaban las personalidades individuales y se adquiere por medio de la comunión una nueva identidad, somos uno en Cristo y no hay diferencia entre judío o griego, esclavo o libre.
Unanimidad;
Sin discrepancia, sin diferencia, sin divergencia, sin oposición, sin desigualdad. Es la cualidad de las personas que convienen en un mismo parecer, dictamen, voluntad o sentimiento.
Quien se une ramera es un cuerpo con ella y quien se une al Señor un espíritu es con él.vii
El Espíritu Santo vino para hacernos uno, somos la misma cosa y eso tiene que ser una tremenda realidad en nuestra vida.
Si recibimos el Espíritu santo que se nos note, no solo por las lenguas sino por la comunión, ¿Qué tanta alegría le da saludar a su hermano? La comunión verdadera es porque nos hemos unido a Cristo.
No es cuestión de una hermandad religiosa, no es una solidaridad social, no es un convenio entre personas o una asociación que hayamos hecho. Somos uno en Cristo, somos una familia, somos un ser, somos un espíritu, estamos intercomunicados, somos la misma cosa.
Tenemos que entender que somos uno.
No solamente hay cadenas de cigarrillo y tabaco sino que hay cadenas más fuertes, cadenas de arrogancia, de envidia, de amor al dinero, de altivez, de esas que parecen tan sutiles que ni queremos hablar.
Tenemos que permitirle al Señor Jesús romper esas cadenas y entender que somos uno. Entonces, ¿estamos juntos o unidos?
¡ Filipenses 2: 2 y 3:16
ii Lucas 8: 40 -46
iii Isaías 26:3
iv Salmo 133
v Salmo 4:8
vi 1 Corintios 13:1
vii 1 Corintios 6:16 y 17
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor IPUC
http://www.adonayrojasortiz.blogspot.com/
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