Mi relación de Siervo
"Porque comprados sois por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios"
1ª.Co 6:20
Introducción:
Si usted quiere servir a Dios es mejor que se consagre a él.
¿Cuál es mi relación con Dios? ¿En qué bases me relaciono con él?
La biblia dice que algunos tienen fe pero no ciencia:
porque yo soy testigo de que tienen celo por Dios, pero no conforme al verdadero conocimiento. [1]
Estoy seguro de que ellos tienen muchos deseos de servir a Dios, pero no saben cómo hacerlo.[2]
Por eso nos recomienda el Señor:
poned toda diligencia en añadir a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.
Si tenéis estas cosas y abundan en vosotros, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. Pero el que no tiene estas cosas es muy corto de vista; está ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados. Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección, porque haciendo estas cosas, jamás caeréis. De esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.[3]
Estar disponible es estar listo para hacer si es necesario, algunos no están haciendo pero están dispuesto. Eso es servir.
Lo que tiene que quedar claro es quién soy yo en relación con Dios.
Al hombre le fascina mucho la independencia, el ser autónomo. "yo sé lo que hago", "yo manejo mi vida", "viva y deje vivir", etc.
Es, para la inteligencia humana, humillante pensar que no es capaz de manejar sus asuntos sin contar con alguien más. Depender de otro es muy frustrante y difícil para el ser humano. Pero eso fue lo que llevó al hombre a fracasar.
La doctrina de la Biblia es someteos, pues, a Dios, Santiago 4:7. Si realmente se quiere andar con Dios entonces hay que dejar la autonomía a un lado.
Como el hombre, efectivamente, fue creado con libre albedrio y Dios lo hizo señor de este planeta para poder ocupar el puesto de súbdito tiene que pasar por un proceso muy profundo.
Fuimos creados para ser independientes pero nos ha tocado ser dependientes.
La mujer no fue hecha para ser inferior al hombre, fue hecha para ser igual a él. Así que por pecar primero entonces recibió como castigo que su voluntad fuera para su marido.
A pesar de todo, desearás tener hijos con tu esposo, y él será quien te domine.[4]
Y eso es incómodo para ellas, porque va contra su naturaleza. Es incómodo, pero así es, Dios lo dijo.
El cabello largo en las mujeres, por ejemplo, es símbolo de sujeción, no de santidad:
Así que sigan mi ejemplo, como yo sigo el ejemplo de Cristo.
Los felicito, porque ustedes siempre se acuerdan de mí y obedecen mis enseñanzas. Ahora quiero que sepan esto: Cristo tiene autoridad sobre todo hombre, el hombre tiene autoridad sobre su esposa, y Dios tiene autoridad sobre Cristo.
Si el hombre ora a Dios, o habla en su nombre, con la cabeza cubierta, no le da a Cristo la honra que merece. Y si la mujer ora a Dios, o habla en su nombre, sin cubrirse la cabeza, le falta el respeto a su esposo. Es lo mismo que si se afeitara la cabeza. Si la mujer no quiere cubrirse la cabeza, entonces que se la afeite. Pero si le da vergüenza afeitársela, entonces que se la cubra.
El hombre no debe cubrirse la cabeza, pues fue hecho parecido a Dios y refleja su grandeza. La mujer, por su parte, refleja la grandeza del hombre. Porque Dios no sacó de la mujer al hombre, sino que del hombre sacó a la mujer. Y no creó Dios al hombre para la mujer, sino a la mujer para el hombre. Por eso, la mujer debe cubrirse la cabeza para mostrar su respeto por la autoridad del hombre, y también su respeto por los ángeles.
Sin embargo, para nosotros los cristianos, ni la mujer existe sin el hombre, ni el hombre existe sin la mujer. Es verdad que a la primera mujer Dios la sacó del primer hombre, pero también es verdad que ahora todos los hombres nacen de una mujer. Pero tanto el hombre como la mujer, y todo lo que existe, han sido creados por Dios.
Piensen ustedes mismos si está bien que la mujer ore a Dios con la cabeza descubierta. Según nuestras costumbres, es una vergüenza que el hombre se deje crecer el cabello, pero no lo es que la mujer se lo deje crecer. Y es que Dios le dio el cabello largo para que se cubra la cabeza. En todo caso, si alguien no está de acuerdo con esto y quiere discutirlo, le digo que ni nosotros ni las iglesias de Dios conocemos otra forma de actuar.[5]
Así que tranquilas hermanas, al hombre le pasa igual, solo que no en relación con la mujer sino en relación con Cristo.
Con los primogénitos sucede lo mismo, Dios los perdonó pero dijo de ahora en adelante serán míos:
Jehová habló a Moisés y le dijo: 2 «Conságrame todo primogénito. Todo lo que abre la matriz entre los hijos de Israel, tanto de los hombres como de los animales, mío es.»[6]
porque mío es todo primogénito. Desde el día en que yo hice morir a todos los primogénitos en la tierra de Egipto, santifiqué para mí a todos los primogénitos en Israel, tanto de hombres como de animales. Míos serán. Yo, Jehová.[7]
Todo eso pasa porque el programa no se pudo desarrollar como se diseñó inicialmente sino que hubo que hacer algunos arreglos.
Dios nos creó señores pero por la torpeza del pecado, entonces Dios nos redimió pero eso sí, somos esclavos suyos, le pertenecemos a él, al comprarnos nos hizo suyos, somos su propiedad.
Ahora bien el proceso es voluntario, esa es la cuestión del libre albedrío. No dice que Dios nos sometió sino que debemos someternos a Dios:
Someteos, pues, a Dios;[8]
Dios no obliga, es Señor, es soberano, pero respeta el libre albedrio que él mismo nos dio.
En esto sí estoy de acuerdo con Oscar Medina y su canción Bien pudo hacer:
Bien pudo hacer robots que le siguieran por doquier
Que siempre estuvieran a sus pies
Y le dijeran té amo, y no solo una vez
Bien pudo hacer que todas las mañanas también
Antes de engrasarse en el taller
Doblaran sus rodillas y hablaran con él
Bien pudo hacerlos cientos de ellos
Era muy fácil para él
Bien pudo hacerlos pero no quiso
Y aquí estoy yo y aquí estás tú para adorar
Bien pudo hacer seres de hojalata y de papel
Que con aplastarles un botón
Gritaran aleluya y dijeran amén
Bien pudo hacer robots que en un domingo al despertar
Después de sus engranes descansar
Pensaran en reunirse y con puntualidad
Bien pudo hacerlos cientos de ellos
Era muy fácil para él
Bien pudo hacerlos pero no quiso
Y aquí estoy yo y aquí estás tú para adorar
No, no, no, no, no, no. no lo entiendo
Que tan santo como es él, me vio a mí
No, no, no, no, no, no, no lo comprendo
Sin embargo estoy aquí para adorar
Para adorar, para adorar
El proceso de la salvación nos lleva a comprender que el pecado nos había llevado a la perdición.
El proceso de salvación nos lleva a reconocer a Cristo como Señor.
Muchas veces las personas no se convierten al Señor porque lo primero que deben reconocer es que son unos fracasados y que no pueden solos.
La humillación del hombre es reconocer que está en la lona, rendido y que no puede hacer nada por sí mismos.
Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte a su debido tiempo. Echad toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros[9]
El argumento con el que cayó el ser humano aún no se la ha salido de la mente, quieren llegar a ser como Dios. El ser humano sufre de magalomanía.
Dios les dio la ley para que ellos vieran que estaban fracasados. Y lo reconocieron! Aunque 4000 años después:
¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?[10]
Lo que la Biblia llama morir es eso, negarse a sí mismo.
«Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.»[11]
Cuando llegamos a este punto estamos dispuestos a convertirnos en esclavos.
La Biblia dice que cuando nos consideramos muertos al pecado llegamos a ser siervos de la justicia. Para poder llegar a ser siervo hay que considerarse muerto.
Entregarse a Cristo es hacerse siervo voluntario y el siervo voluntario lo es por toda la vida:
Pero si el siervo dice: "Yo amo a mi señor, a mi mujer y a mis hijos; no quiero salir libre", entonces su amo lo llevará ante los jueces, lo arrimará a la puerta o al poste, y le horadará la oreja con lesna. Así será su siervo para siempre.[12]
Esa decisión era irreversible, el siervo queda marcado con un símbolo de pertenencia.
Lo que más afecta a la iglesia es la mentalidad del mundo, a veces tragamos el camello pero colamos el mosquito.
Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra.[13]
Así era la ley bíblica y así es la relación con Dios.
El problema que surge aquí es que como nosotros pertenecemos a un sistema republicano donde la esclavitud no solo ha sido abolida sino que es menospreciada y, como además, nunca hemos visto a un esclavo nos cuesta mucho trabajo comprender esta relación en su esencia.
Este problema es antiguo porque aunque el judío sí había visto esclavos detestaban pensar que lo fueron en cualquier respecto:
Le respondieron: —Descendientes de Abraham somos y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: "Seréis libres"?[14]
De ahí surgieron las palabras de Jesús:
»¿Por qué me llamáis "Señor, Señor", y no hacéis lo que yo digo? Todo aquel que viene a mí y oye mis palabras y las obedece, os indicaré a quién es semejante. Semejante es al hombre que, al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover porque estaba fundada sobre la roca. Pero el que las oyó y no las obedeció, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento; contra la cual el río dio con ímpetu, y luego cayó y fue grande la ruina de aquella casa.»[15]
Somos siervos de Dios, hagamos lo que él dice, porque haciendo su voluntad es como Dios bendice. Dejemos a un lado la picardía, la malicia indígena y obedezcamos a Jesús.
El siervo, además, no tenia posesiones porque hasta su vida pertenecía a su Señor. Cuando Jesús habla del descanso que El puede dar a "todos los que están trabajados y cansados", lo condiciona a que la gente "lleve su yugo". En otras palabras para poder descansar hay que ser esclavo.
El siervo no se angustia, para eso tiene a su Señor. Esto aunque no parezca es lógico porque el hombre libre debe preocuparse de suplir sus propias necesidades y las de aquellos que están a su cargo entretanto que el esclavo solo hace su tarea y las necesidades las suple el Señor.
Lo clásico del siervo es que él espera.
El esclavo vive solo para agradar a su dueño. La vida de un esclavo está en función de las necesidades de su Señor. Vivimos para él.
Hay siervos a quienes Dios les tiene confianza y entonces los pone a administrar sus bienes.
Y Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir[16]
Dios, que conoce el material que está trabajando, preparó a Moisés 80 años para que le administrara sus bienes. En Moisés se nos plantea la mayordomía en su dimensión de administración del pueblo. Hay una constante en la vida de Moisés, consultando y obedeciendo tal como se le mandó.
En José se nos plantea la administración de los bienes. El principio es sencillo, las vacas gordas proveen para las vacas flacas. Es cuestión de inteligencia.
Administremos con prudencia lo que Dios nos da, lo que nos sobra hoy guardémoslo para mañana porque si nos lo gastamos mañana nos puede hacer falta.
Pero no olvidemos que debemos también abordar el tema de la administración de la propia vida.
Hno. Álvaro Torres.
[1] Reina Valera 1995—Edición De Estudio Ro 10.2
[2] Traducción En Lenguaje Actual Ro 10.2
[3]Reina Valera 1995—Edición De Estudio 2 P 1.5-11
[4]Traducción En Lenguaje Actual Gn 3.16
[5]Traducción En Lenguaje Actual 1 Co 11.16
[6] Reina Valera 1995—Edición De Estudio Ex 13.1-2
[7]Reina Valera 1995—Edición De Estudio Nm 3: 13
[8]Sociedades Bíblicas Unidas: Reina Valera 1995—Edición De Estudio. Sociedades Bíblicas Unidas, 1995; 2007, S. Stg 4.7
[9] Reina Valera 1995—Edición De Estudio 1 P 5.6-7
[10] Reina Valera 1995—Edición De Estudio Ro 7.24
[11] Reina Valera 1995—Edición De Estudio Lc 22.42
[12] Reina Valera 1995—Edición De Estudio Ex 21.5-6
[13] Reina Valera 1995—Edición De Estudio Ro 13.7
[14] Reina Valera 1995—Edición De Estudio Jn 8.33
[15] Reina Valera 1995—Edición De Estudio Lc 6.46-49
[16] Reina Valera 1995—Edición De Estudio. He 3.5
Paz de Cristo!
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor
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