SALVADOS POR LA VERDAD
El tsunami más destructivo en la historia humana golpeó Asia, el 26 de diciembre de 2004 El 19 de febrero, el servicio noticioso Reuters estimó que está violenta pared de agua mató a 300.000 personas, aproximadamente. Todos nos entristecimos por esta tragedia, pero quisiera llamar la atención a dos asombrosos relatos de preservación reportados por Noticias Yahoo!, el 2 de febrero de 2005.
El encabezado de la primera historia era "El conocimiento ancestral del mar salva a varios tailandeses" y relataba acerca de un grupo de pescadores tailandeses conocido como los gitanos del mar de Morgan. Aunque ellos nunca habían presenciado un tsunami, el conocimiento del océano y sus corrientes trasmitido de generación a generación salvó todo aquel poblado. Sarma Kathalay, de 65 años, gobernante de aquella población, explicó: "Los ancianos nos dijeron que si el agua retrocedía rápidamente, reaparecería en la misma cantidad en la que se replegó".
La primera señal de la inminencia de un tsunami se presenta cuando el agua del océano desaparece de las playas. Cuando esto ocurrió en Tailandia, en diciembre de 2004, mucha gente se dirigió a la playa para contemplar este inusual panorama y para recoger peces esparcidos en la arena. Ignoraban que el retroceso del agua era una advertencia de la tragedia que estaba a punto de ocurrir. Aunque los gitanos tampoco nunca habían visto este suceso, recordaron la advertencia hecha por las generaciones pasadas y se dirigieron a las lomas. Mientras otros, sin saberlo, se apresuraron hacia la destrucción, los gitanos corrieron hacia la salvación. ¿Por qué? Ellos conocían la verdad acerca de lo que estaba sucediendo. ¿Y cómo se enteraron de la verdad, cuando casi todos los demás la desconocían? Porque los mayores habían preservado y trasmitido, fielmente, el mensaje y la generación presente creyó y obedeció.
El segundo relato se titulaba "'Ángel' británico salva cientos de personas del tsunami con el conocimiento adquirido en la escuela". Describía a una niña de 10 años procedente de Surrey, en el norte de Inglaterra, que estaba de vacaciones en Phuket, Tailandia, cuando se presentó el tsunami. Pocos días antes, ella había aprendido acerca de los tsunamis en su clase de geografía. La profesora les había explicado que hay aproximadamente 10 minutos desde el momento en que el océano se retira hasta que el tsunami llega. La niña estaba en la playa de Maikhao, cuando vio el retroceso del agua e instantáneamente se dio cuenta de que un tsunami estaba por venir. La pequeña dio la voz de alerta, que originó la evacuación de la playa y de un hotel cercano. El resultado fue la salvación de cientos de vida.
Otras playas y hoteles sufrieron grandes pérdidas de vidas; pero esta playa y hotel fueron librados por una estudiante de colegio. La gente fue salvada gracias a que en un salón de clases remoto una profesora proveyó información vital, gracias a que una niña aprendió esa información y actuó en consecuencia y gracias a que ellos creyeron el anuncio de la menor.
Las lecciones espirituales de estos relatos son claras. Primero que todo, si queremos ser salvos y salvar a otros, tenemos que tener suficiente conocimiento y ese conocimiento debe ser acorde con la verdad. Dios dijo: "Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento" (Oseas 4.6). Pero Dios desea que todos "sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad" (1 Timoteo 2.4).
Segundo, como los ancianos de los gitanos del mar y como la profesora en Inglaterra, debemos trasmitir la verdad. Tenemos que retener y proclamar el evangelio de Jesucristo sin compromisos de ninguna clase.
Finalmente, debemos creer y obedecer la verdad. No es suficiente conocer la verdad; tenemos que actuar de acuerdo con esta. Mucha gente pudo haber menospreciado la advertencia de los gitanos del mar, porque esta iba más allá del conocimiento de ellos y muchos pudieron haber despreciado la advertencia de la niña estudiante, por su juventud e inexperiencia. Pero aquellos que actuaron en consecuencia con el anuncio de peligro fueron salvos.
No seremos salvos solamente porque crecimos en una familia pentecostal o asistimos a una iglesia pentecostal. Tenemos que desarrollar un amor por la verdad que nos lleve a abrazarla y obedecerla a pesar de dudas, objeciones y oposición (de pronto, aun de otros que dicen tener la verdad). En el tiempo del fin, el engaño y el juicio vendrá sobre la gente "por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos" (2 Tesalonicenses 2.10).
Pablo escribió: "Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren" (1 Timoteo 4.16). Permanezcamos firmes en la experiencia, mensaje y estilo de vida apostólicos. Si así lo hacemos, tendremos parte en la salvación que Dios ha provisto por su gracia y guiaremos a muchas otras personas a relacionarse con Él para salvación.
(Tomado del libro "The Apostolic Life", David K Bernard, pp. 54-60)
Paz de Cristo!
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor
Iglesia Pentecostal Unida de Colombia
Calle 30 # 22 61 Cañaveral, Floridablanca
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