La verdad de la Palabra de Dios siempre es contracultural y la noción de convertirse en un esclavo ciertamente no es la excepción. De hecho es difícil imaginar un concepto más ofensivo a la sensibilidad moderna que este de la esclavitud. La sociedad occidental, en particular, pone un precio alto a la libertad personal y a la libertad de elección. Por tanto, presentar las buenas nuevas en términos de la relación esclavo-amo va en contra de todo lo que nuestra cultura aprecia. Tal enfoque es controversial, antagónico y políticamente incorrecto. No obstante, esa es precisamente la forma en que la Biblia habla sobre lo que significa seguir a Cristo.
Me encanta ese libro: ESCLAVO..
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