Arminio, Jacobo (1560–1609). Teólogo y pastor holandés. Sus argumentos en contra de la doctrina calvinista de la predestinación dieron inicio al movimiento arminiano. A. nació en Oudewater, Holanda, y estudió en las universidades de Leiden y Ginebra. En ésta, se dedicó a estudiar el calvinismo bajo la dirección de Teodoro →Beza, sucesor de →Calvino. Al terminar sus estudios, volvió a Holanda donde se destacó como pastor de una iglesia en Amsterdam.
Fue durante su pastorado en Amsterdam que A. empezó a desarrollar su teología de la predestinación bajo la influencia de Dirck →Koornhert, un teólogo holandés que había negado algunos aspectos del calvinismo. Originalmente, A. se había dedicado a combatir las ideas de Koornhert. Pero al estudiar los argumentos de Koornhert llegó a la conclusión de que tenía razón en sus objeciones y que sus argumentos eran acordes con las enseñanzas bíblicas y la teología cristiana.
En 1603, A. tomó una plaza de profesor en la universidad de Leiden. Allí sus diferencias con las enseñanzas estrictas del calvinismo pronto causaron conflictos con uno de los otros profesores, Francisco →Gomaro. A. murió seis años después, pero sus enseñanzas continuaron siendo promulgadas a pesar de la oposición de Gomaro, quien trató de expulsar a los seguidores de A. que estaban en posiciones académicas. En 1610, cuarenta y seis pastores, en oposición a Gomaro, firmaron un documento titulado la Protesta [o «Remonstranza»] que rechazaba las posiciones del calvinismo estricto. Aunque el movimiento que llevaría su nombre llegó a entenderse como una forma de anticalvinismo, A. nunca dejó de ser calvinista ni negó la existencia de la predestinación. Pero sí se diferenció del calvinismo en cómo entendía la predestinación.
La doctrina de la doble predestinación era la conclusión lógica de la doctrina de justificación por la fe. Si la fe se adquiere solamente por la gracia divina y no por la acción humana, entonces quienes son salvos tienen que haber sido elegidos por Dios para la salvación. Por igual, los incrédulos también tienen que haber sido condenados por Dios a la perdición. Por ello, Calvino entendía que la predestinación era el decreto divino que determinaba el destino de la humanidad. ¿Pero cuándo es que Dios efectúa este decreto? El calvinismo tomó dos opiniones. Una posición, la supralapsaria, decía que el decreto sobre la predestinación es anterior al decreto sobre la caída. La otra, la infralapsaria, sostenía lo contrario.
A. negó las dos posiciones. Para A., la doctrina bíblica de la predestinación está basada en la presciencia (conocimiento previo) de Dios, el cual sabe desde el principio quiénes creerán y serán salvos, y quiénes no creerán y serán condenados. Tomando una posición cristocéntrica, A. sostiene que el decreto divino no establece quién será salvo. Lo que el decreto establece es por medio de quién la humanidad será salva: por medio de Cristo. Para A., decir que Cristo murió solamente por parte de la humanidad es incorrecto.
Para prevenir acusaciones de que su posición negaba la justificación por la fe, A. postuló lo que llamó la «gracia preveniente» de Dios, concepto que tomó de San →Agustín. Esta gracia, dada a toda la humanidad, capacita al libre albedrío para que pueda decidir en favor de Dios, aunque la presciencia de Dios ya sabe el resultado de nuestra decisión. Sin esta gracia, el estado pecaminoso del ser humano no permitiría que nadie alcanzara la salvación. A. concluye que el libre albedrío, restaurado por esta gracia, también permite que una persona salva niegue su fe y caiga de la gracia, negando la seguridad otorgada a los creyentes por la predestinación.
Condenadas por el Sínodo de →Dort, las posturas de A. a partir de entonces quedaron excluidas del calvinismo ortodoxo. Sin embargo, más tarde algunas de las enseñanzas de A. llegaron a influenciar a Juan →Wesley y algunos movimientos evangélicos protestantes.
González, J. L., & Cardoza-Orlandi, C. F. (2004). In Diccionario ilustrado de intérpretes de la fe (pp. 41–42). Terrassa, Barcelona: Editorial Clie.
(Por favor me confirma si lee este correo electrónico)
Muchas gracias.
Paz de Cristo!
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor
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