VISIÓN O EXHIBICIÓN
Iván Sánchez Mendoza
Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que
del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.
Colosenses 3:23-24
Nos conviene saber para quien y para qué hacemos las cosas, no podemos perder de vista a Cristo
el Señor, para el cual debemos hacer todas las cosas, y reconocer, que por El solo por El, podemos
realizar la labor y obtener triunfos, Filipenses 2:13-14.
Hay tres objetivos para hacer las cosas:
- Para agradar a los hombres o a los demás.
- Para buscar mi bien y mi gloria.
- Para agradar al Señor.
1 Para agradar a los hombres o a los demás.
Cada una de estas formas tiene sus resultados; cuando sirves a las hombres tarde o temprano vas
a salir decepcionado, pues el hombre no reconoce tu labor por entero, por mucho que te
esfuerces algún día te ignorarán, esto traerá desanimo y sentimiento de frustración, pues siempre
te vas a estar preguntando: ¿Tanto que me esforcé y bien que hice el trabajo, cuánta lucha, y por
qué no me reconocen la labor? ¡Esto no pude ser, ni las gracias me dieron!
Todo esto y más lo puede esperar y sufrir todo aquel que haga las cosas para agradar a los hombres, en cualquier
momento se le aparecerá la tapia donde sufrirá el impacto.
Sansón, un hombre que fue dedicado a Dios, varón poderoso, fuerte y temido; pero cuando desvió
su objetivo de hacer las cosas para su Dios y quiso exhibirse, alagar e impresionar, le costó caro,
pues de ser la admiración y el terror de sus enemigos, pasó a ser la burla y diversión; sucedió con
él lo que dice el refrán: se fue por lana y salió trasquilado.
De Juan el Bautista no se dice mucho, pero hay algo muy importante que resaltar en lo hecho por
él. Son muy dicientes las palabras de este hombre cuando dice que solo es la voz de uno que
clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor; él no pretende preparar el camino para darse
a conocer a la gente, o como diríamos hoy, no pretendió hacer de ese momento una plataforma
de lanzamiento, no, lo importante para él era conducir la humanidad a Jesús, y como el mismo lo
dijera un día: "Es necesario que El crezca, pero que yo mengüe".
Una cosa es lo que a mí me gustaría y otra lo que es necesario; siempre será indispensable que el más grande entre nosotros sea Nuestro Señor y el más pequeño sea yo.
2 Para buscar mi bien y mi gloria.
Cuando se sirve buscando el bien personal y la gloria particular, entonces no me importa lo que
puedan sentir los demás, ni sus ideas o necesidades, solo me importa mostrarme y si puedo
aplastar a los demás con lo que "Yo Si Se", y lo que "Yo Si Puedo", "Yo Si Tengo", entonces se llega
a pensar que es una gran ganancia y se marcha luego pensando en haber hecho lo correcto,
diciendo tal vez muy dentro de sí: Hoy si supieron lo es sabiduría, léxico, elocuencia, etc., olvidando
así lo que nos enseña la palara de nuestro Señor cuando dice:
Si alguno se IMAGINA que SABE ALGO, aun NO SABE NADA COMO DEBE SABERLO,
y también nos recomienda la palabra:
NADIE SE ENGAÑE a si mismo; si alguno entre vosotros SE CREE SABIO en este siglo, HAGASE IGNORANTE, PARA QUE LLEGUE A SER SABIO.
creo que no nos debe importar lo elocuente que seamos, ni que
tan valioso sea lo que poseemos, María derramó un frasco de alabastro de gran valor y no lo hizo
para ser vista y ser elogiada, sino que lo hizo en un acto de humillación delante del Maestro, pues
aunque como lo dijera Judas, se podría haber vendido y así ayudado a los pobres, actitud con la
cual María se hubiese podido dar a conocer ante el pueblo con una gran obra, pero escogió
derramarlo a los pies de aquel que exalta a aquel que lo da todo para la gloria de su Nombre. Si
hay algo que nos muestra también un gran ejemplo es la actitud del mismo apóstol Pablo cuando
dice: …me echo débil a los débiles. Y aun mas categórica es la recomendación, en advertencia que
nuestra alabanza no es la sabiduría que tenemos, tampoco nuestra valentía y mucho menos
nuestras fuerzas, nuestra gloria es que conocemos al Señor y le entendemos, Jeremías 9:23-24.,
creo que no hay mayor gloria que esta, puesto que si le conocemos sabremos que El es manso y
humilde de corazón y si lo entendemos sabremos que así mismo quiere El que sean sus servidores,
pues dice: Aprended de mí.
De otra parte nos exhorta la Palabra a no olvidar de donde venimos y por quien es lo que tenemos
hoy en nuestras manos, observemos lo siguiente:
Oídme, los que seguís la justicia, los que buscáis a Jehová. Mirad la piedra donde fuisteis cortados,
y al hueco de la cantera donde fuisteis arrancados, Isaías 51:1
Pero por la gracia de Dios soy lo que soy. 1 Corintios 15:10
Ahora, fíjense hermanos: según las normas humanas, no hay entre ustedes muchos sabios,
tampoco muchos que tengan influencias, ni que pertenezcan a familias importantes. Pero a pesar
de todo, Dios los ha llamado.
Pero Dios prefirió usar las tonterías de este mundo para avergonzar a los sabios, y prefirió usar a
los débiles de este mundo, para avergonzar a los poderosos.
Dios prefirió lo que el mundo cree que no es importante, lo que desprecia y lo que no significa
nada. Prefirió todo eso para destruir lo que el mundo cree que es importante.
Dios hizo todo esto para que nadie pueda alabarse a si mismo delante de El. 1 corintios 1:26-29
(Biblia: La Palabra de Dios Para Todos).
3 Para agradar al Señor.
Este tercer punto es el mejor, por el cual nos debemos inclinar todos los que queremos servir y
agradar al Señor de los cielos, es donde pase lo que pase, no saldrás decepcionado.
Una vez una hermana llega donde su pastor llorando y le dice: Hermano vengo muy triste, he
trabajado mucho para tales hermanos, he hecho las cosas bien, no descanso, aseo el templo
cuando me dicen, predico cuando me ordenan hacerlo, pero no reconocen mi trabajo; la
respuesta del pastor no se hace esperar, quien le dice: Precisamente por eso es su dolor, porque
usted no le ha servido al Señor sino a los hombres.
Todo el que se dispone a hacer todo para el Dios que hizo todas las cosas, nunca tendrá pérdida, y
aunque los ojos se inunden de llanto, sabrá que está sirviendo a Uno que no es injusto para olvidar
la obra y el trabajo y amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y
sirviéndoles aún, Hebreos 6:10.
El servicio al Señor no es protagonismo o exhibicionismo, no, por el contrario, Pablo da entender
que nuestro servicio no es tán notable como exhibicionismo, puesto que es una visión que se lleva
muy dentro pues dice: Como pobres mas enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, pero
poseyéndolo todo, 2 Corintios 6:10.
Esta vida de siervos del Señor, no es una vida de deleites, de
disfrutes; hemos vivido, como está escrito: En peligros de ríos, peligro de ladrones, peligros en la
ciudad, peligro entre falsos hermanos, en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed,
en muchos ayunos, en frio y en desnudez; y además de otras cosas, lo que sobre mi se agolpa cada
día, la preocupación por todas las iglesias. Esto es de que si hay que llorar se llora, si hay que
padecer se padece, y no es protagonismo. 2 Corintios 11:26-28.
Estoy seguro que dentro de la historia bíblica, hay personas de las cuales no sepamos ni siquiera el
nombre, pero que fueron claves para el desarrollo de la obra del Señor. Quiero aquí hacer un
recuerdo de los cinco panes y los dos peces, ¡Qué maravilla! ¿Verdad? Pero, hay aquí unos
personajes escondidos de los cuales muy poco se habla: La persona que hizo los panes y la que
sacó los peces; no muestra la palabra que hayan aparecido sacando pecho y diciendo esos panes
los hice yo o esos peces fueron atrapados por mí, hay un servicio silencioso pero trascendental.
Entonces entendamos cada día que esto no es del que mucho dice, sino del que reconoce que su
competencia viene de Dios, esto no es del que mucho tiene, sino del que pone a los pies del Señor
lo que posee, esto no es del que mucho sabe, sino del que reconoce que todavía no sabe nada
como debería saberlo y se hace ignorante, esto no es del que se exalta a sí mismo, sino del que se
humilla bajo la poderosa mano de Dios para que ella cuando quiera lo exalte.
NO A NOSOTROS, OH JEHOVÁ, NO A NOSOTROS, SINO A TU NOMBRE DA GLORIA…
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