Iglesia Pentecostal Unida Latinoamericana Baltimore, MD. Sábado 23 de Mayo de 2020
MANOS A LA OBRA
Levántate, porque esta es tu obligación, y nosotros estaremos contigo. ¡Anímate y pon manos a la obra!. (Esdras 10.4)
El arrepentimiento y la conversión son previos al perdón.
Esdras, obviamente inspirado por el Espíritu Santo, había hecho una confesión pública del pecado, y eso había generado no solo en él sino en todo el pueblo una conciencia colectiva de pecado, remordimiento tal que se reunieron alrededor suyo y pronunciaron estas palabras que leemos en el verso de hoy. Había un pesar por haber hecho lo malo, por haberse ido en contra de los mandatos de Dios, que siempre es tierno y compasivo. Pero ese dolor por la maldad no es suficiente. Es parte de la respuesta que se espera en aquel que escucha la Palabra de Dios, pero esto lleva a la conversión, a volverse a Dios, y preguntar como los que oyeron el primer discurso de Pedro en pentecostés: ¿Qué haremos? O como lo hizo Pablo cuando se convirtió rumbo a Damasco: _¿Qué quieres que yo haga? _Y en ambos casos obedecieron. Manos a la obra.
¡Que el Señor Jesucristo nos regale a todos un hermoso día hoy!
Gracia y Paz
Adonay Rojas Ortiz
Pastor
7869853401
8301 Liberty Rd,
Windsor Mill, MD 21244
Domingos 8 AM Y 2 PM
https://www.facebook.com/pentecostalesdebaltimore/
https://www.youtube.com/c/ipulbaltimore/
pentecostalesdebaltimore@gmail.com
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MANOS A LA OBRA
Levántate, porque esta es tu obligación, y nosotros estaremos contigo. ¡Anímate y pon manos a la obra!. (Esdras 10.4)
El arrepentimiento y la conversión son previos al perdón.
Esdras, obviamente inspirado por el Espíritu Santo, había hecho una confesión pública del pecado, y eso había generado no solo en él sino en todo el pueblo una conciencia colectiva de pecado, remordimiento tal que se reunieron alrededor suyo y pronunciaron estas palabras que leemos en el verso de hoy. Había un pesar por haber hecho lo malo, por haberse ido en contra de los mandatos de Dios, que siempre es tierno y compasivo. Pero ese dolor por la maldad no es suficiente. Es parte de la respuesta que se espera en aquel que escucha la Palabra de Dios, pero esto lleva a la conversión, a volverse a Dios, y preguntar como los que oyeron el primer discurso de Pedro en pentecostés: ¿Qué haremos? O como lo hizo Pablo cuando se convirtió rumbo a Damasco: _¿Qué quieres que yo haga? _Y en ambos casos obedecieron. Manos a la obra.
¡Que el Señor Jesucristo nos regale a todos un hermoso día hoy!
Gracia y Paz
Adonay Rojas Ortiz
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