Uzías, el levantamiento y la caída de un hombre de Dios
Persistió en buscar a Dios en los días de Zacarías, el cual era entendido en visiones de Dios; y en estos días en que buscó a Jehová, él le prosperó.
2 Crónicas 26
Uzías nació en un periodo turbulento de la historia del pueblo hebreo. Cien años antes del reinado de Uzías, la torpeza de Roboam había desgarrado el reino en dos pedazos, convirtiéndose ambos en acérrimos enemigos: Israel en el norte, y Judá en el sur.
El padre de Uzías, Amasías, fue asesinado. El padre de Amasías, Joás, fue asesinado por una conspiración. El padre de Joás, Ocozías reino solo durante un año antes de ser asesinado. La madre de Ocozías, Atalía, reino en su lugar hasta que fue ejecutada. Entonces los cuatro últimos monarcas que se sentaron en el trono de Judá fueron asesinados antes de la coronación de Uzías.
Este fue un periodo histórico vil y sangriento para Judá. Sus malos reyes fueron muy impíos y la nación hubiera caído en desesperación si no hubiera sido por la presencia de profetas y sacerdotes fieles.
Uzías comenzó a reinar cuando tenía 16 años, desde el 790 hasta el 739 a. de J.C. Su gobierno real siguió el patrón de su padre Amasías y de su abuelo Joás: los tres empezaron con un período de piedad, seguido de un tiempo de prosperidad, y al final terminaron desviándose de la Palabra de Dios.
En el caso de Uzías, el castigo divino, por haber sido solamente contra la persona del rey, causó menos dolor colectivo. La ausencia de la idolatría en Uzías pudo haber sido la explicación, en contraste con su soberbia espiritual. Su reinado de prosperidad lo ubica entre la media docena de buenos monarcas de Judá.
El nombre de Uzías resalta en el AT por su asociación con el profeta Isaías, quien tuvo una visión de la gloria de Dios en el templo, cuando el rey murió. Después de Manasés en Judá, Uzías tuvo el reinado de más duración (52 años).
Nos encontramos con la interpretación dada por el cronista acerca del liderazgo de un rey, de quien se dice que hizo lo recto ante los ojos de Jehovah, pero más tarde que su corazón se enalteció hasta corromperse, pasando juicio sobre él, que actuó con infidelidad contra Jehovah su Dios.
Hay una realidad: que si la obediencia a Dios no persiste continuamente, las mejores obras pueden ser anuladas y las vidas arruinadas.
Factores favorables de Uzías
1. Significado de los nombres:
El nombre de Uzías en Reyes es Azarías, que significa "Jehovah es mi ayuda"; el nombre en Crónicas es, "Jehovah es mi fortaleza", o más bien "fuerte en el Señor".
Su madre se llamaba Jecolías (Jehová es capaz).
2. Largo reinado:
cincuenta y dos años reinó en Jerusalén.
3. Influencia de un buen profeta:
Persistió en buscar a Dios en los días de Zacarías, el cual era entendido en visiones de Dios.
De Zacarías no se sabe mucho, además de que fuera el tutor espiritual de Uzías. Fue Zacarías, y no Uzías, el entendido en las visiones de Dios. En otros manuscritos se podría leer que Zacarías instruyó a Uzías en el temor del Señor.
Uzías era lo suficientemente humilde como para aceptar buen consejo.
4. Celoso buscador de Dios:
Persistió en buscar a Dios… y en estos días en que buscó a Jehová, él le prosperó.
5. Ayudado por Dios contra vecinos enemigos (v. 7).
Hechos destacados de Uzías
1. Conquistas:
La primera anotación del cronista, en referencia a los logros de Uzías, tiene que ver con la reconquista de Eilet o Ezión-geber.
Uzías reconstruyó a Elot y la restituyó a Judá después que el rey Amasías durmió con sus padres.
Los hornos para fundir cobre y bronce en los tiempos de Salomón se encontraban en Ezión-geber, y fue una ciudad estratégica en la ruta de las caravanas al sur de Arabia, Egipto y Fenicia; por lo tanto, la atención que le diera Uzías se debía a la importancia comercial de la ciudad en su reino.
Salió y peleó contra los filisteos, derribó los muros de Gat, de Jabnia, y de Asdod; edificó ciudades en Asdod y en la tierra de los filisteos.
ü Gat, a unos 30 km. al oeste del Hebrón, era la más vulnerable a los ataques de Judá; era una de las cinco ciudades fenicias de mayor importancia; con su caída, los filisteos quedaron muy debilitados (Amós 1:6–8).
ü Yabne se hallaba a unos 15 km. más al norte entre el Ecrón y el mar Mediterráneo. Esta ciudad está identificada como Jabneel en Josué 15:11 y más tarde llegó a ser conocida como Jamnia. Es esta ciudad se definió la canonicidad del AT: el hecho histórico que más interesa a los cristianos amantes de las Sagradas Escrituras, es saber que fue en esta ciudad —al oeste de Jerusalén, aprox. a 50 km., en la costa del mar Mediterráneo— donde tuvo lugar una importante reunión o concilio realizado por los judíos celosos de conservar la pureza de los escritos sagrados. Allí se determinó que los libros inspirados eran los 39 libros que aparecen en el Antiguo Testamento de las Biblias que usan los cristianos evangélicos. Este acontecimiento sucedió cerca del año 90 de nuestra era.
ü Asdod se encontraba más cerca del mar Mediterráneo y a la misma altura al oeste de Jerusalén.
Además de sus victorias contra los filisteos, Dios ayudó a Uzías en sus campañas contra los árabes que habitaban en Gur-baal y contra los amonitas. Estas dos últimas tribus nómadas se desarrollaron a lo largo de su frontera suroriental y eran muy hostiles hacia Judá.
2. Poder y prosperidad: (vv. 5, 8).
3. Numerosas edificaciones (vv. 9, 10).
4. Proyectos agrícolas (v. 10).
En su programa de mejoras internas, Uzías edificó torres en Jerusalén (v. 9). Estas torres servían para proteger los rebaños de los ladrones en Jerusalén y en el desierto (v. 9). Con el fin de proveer agua para sus ganados cavó muchos pozos (v. 10a). Su amor por la agricultura lo llevó a rodearse de agricultores y viñadores en la región montañosa y en los campos fértiles.
Estos campos fértiles eran parte de la planicie en la Transjordania que pertenecía a los efrateos y que por un tiempo había estado en manos de los amonitas; ya recuperadas, fueron objeto de muchas mejoras en su productividad agrícola y ganadera.
Los recursos humanos de Uzías
1. Agasajado por pueblos derrotados: (v. 8).
2. Un ejército numeroso con jefes preparados: (vv. 11, 14).
El ejército de Uzías estaba bien entrenado para la batalla, lo cual indicaba que sus soldados estaban bien equipados.
3. Poderosa máquina militar (v. 15).
Estas máquinas eran similares a las catapultas usadas más tarde por los romanos y eran capaces de lanzar piedras o flechas a grandes distancias.
Con una tecnología bélica de tal magnitud era razonable que su fama llegara muy lejos.
Orgullo y caída de Uzías
1. No supo poner su prosperidad en el lugar correcto (v. 16a).
Uzías halló ayuda de manera sorprendente, hasta que se hizo fuerte (vv. 15d, 16). El rey Uzías no es el último a quien se le atribuye esta afirmación. Con frecuencia hombres de mucho talento piensan y actúan como si lo bueno en ellos se debiera a sus gracias innatas.
Al sentirse poderoso, Uzías se enalteció hasta corromperse. Su fortaleza humana lo guió al orgullo y la vanidad, cuyas fallas lo forzaron a experimentar el castigo divino.
El enaltecerse puede tener un lado positivo, si indica un reconocimiento modesto de las habilidades de la persona, pero puede también indicar arrogancia y vanagloria.
El orgullo de corazón estaba en el fondo de su pecado; una lujuria que destruye a muchos. En lugar de enaltecer el nombre de Dios por gratitud para Aquel que había hecho tanto por él, su propio corazón se enalteció para menoscabo suyo. Es verdad que «antes del quebrantamiento es la soberbia» (Proverbios 16.18).
Si Dios le ha dado riquezas, influencia, popularidad y poder, sea agradecido, pero tenga cuidado. Dios aborrece la soberbia. Mientras que es normal sentir regocijo cuando logramos algo, es equivocado despreciar a Dios o menospreciar a otros. Analice sus actitudes y recuerde dar a Dios el mérito por lo que posee. Utilice sus dones para agradarlo.
2. Se usurpó una función reservada para los sacerdotes:
Cada mañana, al preparar las lámparas, Aarón quemará incienso aromático sobre él. 8Cuando Aarón encienda las lámparas al anochecer, quemará también el incienso; y será rito perpetuo delante de Jehová para vuestras generaciones. Éxodo 30:7, 8;
A Aarón y a sus hijos les encargarás que ejerzan su sacerdocio. Y el extraño que se acerque, morirá». Números 3:10.
Las prescripciones sobre los rituales en el tabernáculo primero, y después en el templo, eran claras: solo los sacerdotes podían hacerlos. Ni aun cualquier levita; solo los sacerdotes. El rey Uzías, envanecido, se atrevió a quemar incienso en el altar colocado en la sala anterior al lugar santísimo (Exo. 40:26, 27; Heb. 9:2).
Cuando la gente tiene poder, a menudo piensa que puede vivir por encima de la ley. Pero hasta los gobernantes están sujetos a Dios, como lo descubrió Uzías. No importa cuál sea su posición en la sociedad, Dios espera que usted lo honre, adore y obedezca.
La herida causada por Dios llegó a ser un recordatorio de su soberbia y su enaltecimiento espiritual. La máxima expresión de su arrogancia pudo haber radicado en el hecho de que al asumir funciones sacerdotales siendo rey, estaba imitando a las religiones cananeas que demandaban tener un rey semidivino (Gén. 14:18; Núm. 12:10; 18:7).
3. Reprendido, responde con ira:
(vv. 18, 19).
4. Enfermo de lepra, vivió así hasta el fin de sus días:
(vv. 21, 22).
El fruto del pecado —en este caso rebelión, desobediencia, orgullo e ira— se manifiesta en esta ocasión con lepra, que aparece en la frente de Uzías. Leproso vivió este rey hasta el fin de sus días. Su hijo Jotam tuvo que hacerse cargo de la dirección del reino.
Conclusión
Las convicciones espirituales judías eran indicadores del éxito o el fracaso de un monarca, si este seguía a Dios o le daba las espaldas.
La causa del pecado de Uzías eleva nuestro pensamiento al mismo huerto del Edén. En Edén, Adán y Eva traspasan los límites impuestos por Dios y las consecuencias fueron funestas. El orgullo estaba en el fondo de su transgresión y Dios lo humilló de este modo deshonrándolo. Quienes codician honores prohibidos, abandonan los permitidos. Adán se excluyó del árbol de la vida, del cual podría haber comido, por tomar del árbol del conocimiento, del cual no podía comer.
Toda persona creyente en Dios debe mantenerse en guardia contra la tentación de creerse superior a otros tan solo porque ha logrado ser algo en la vida, sin considerar el elemento de gracia en cualquier logro humano.
La autoestima es buena, pero puede convertirse en un arma mortal cuando se desconoce la gracia divina. Con mucha razón el apóstol Pablo hace recordar a los corintios el secreto del éxito espiritual: (1 Cor. 9:27). "Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga" (1 Cor. 10:12).
El mismo éxito que la fidelidad a Jehová había producido, provocó la soberbia que posteriormente resultó en su fracaso. El orgullo es un peligro para quien ha alcanzado triunfos en la obra de Dios. Nadie está obligado a caer en esta trampa, pero siempre existe el peligro. El que realiza grandes obras en el nombre de Dios debe estar consciente de ese peligro.
Uzías olvidó que la fuente de su poder era Dios mismo, quien se complace en la obediencia a su voluntad. Su pecado era evidente en tres aspectos de su vida:
ü Primero, fue falso ante los ojos de Dios, ya que su falsedad consistió en actuar traidora e infielmente. El rey había defraudado la confianza que Dios había puesto en su persona.
ü Segundo, en su arrogancia, Uzías había usurpado el oficio sacerdotal al quemar incienso en el altar (v. 16b).
ü Tercero, el rey rehusó aceptar su culpa o no quiso arrepentirse cuando el sumo sacerdote Azarías (v. 20) lo confrontó con su pecado; al airarse contra los siervos de Jehovah, brotó lepra en su frente (v. 19).
El profeta Isaías registró los demás hechos de Uzías (v. 22). El epitafio en su tumba: El es leproso (v. 23) serviría de lección a las futuras generaciones de creyentes, a fin de evitar la soberbia en las cosas espirituales, ya que las consecuencias son funestas. En el contexto de la sensibilidad hebrea, el epitafio es indicador de que Uzías murió en pecado. Murió en pecado porque pretendió ser muy piadoso, cuando en realidad no lo era.
Se le recuerda más por su acto arrogante y su consiguiente castigo que por sus grandes reformas. Dios quiere obediencia durante toda la vida. No son suficientes los arranques de obediencia. Sólo aquellos que «perseveren hasta el fin» (Marcos 13.13) serán recompensados.
La vida y el ejemplo de Uzías nos recuerdan el mensaje de Ezequiel (Eze. 18).
La enseñanza de Ezequiel dice que los hechos buenos nos servirán a la hora de su juicio, si, al final, la vida cambia para mal (Eze. 18:26; 1 Cor. 15:58; Heb. 6:11).
Concluir con una clara interpretación y aplicación de estos textos: se nos insta a permanecer fieles y firmes hasta el final (Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis la recompensa completa. 2 Jn. 8).
Consideremos el proceso por el cual el buen rey Uzías se precipitó al fracaso:
1. Búsqueda persistente de Dios.
2. Éxito en su esfera de trabajo.
3. Aumento de prosperidad, fama y poder.
4. Orgullo por causa de los logros.
5. Desobediencia a los principios ordenados por Dios.
6. Enojo y rebelión contra los representantes de Dios.
7. Juicio divino por causa de su desobediencia.
8. Pérdida de los privilegios de liderazgo.
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor
1 comentario:
Muy detallada ésta enseñanza, fue de bendición para mí vida, también les deseo que Dios les siga bendiciendo!!!
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