martes, 29 de noviembre de 2011
domingo, 20 de noviembre de 2011
Mal de muchos...
Esta frase enfática en el griego aparece cuatro veces en las cartas a Timoteo:
Pero tú, hombre de Dios, huye de estas cosas y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. (1 Ti 6.11).
Pero tú has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, entereza, amor, paciencia. (2 Ti 3.10–11).
Pero tú, permanece firme en lo que has aprendido y de lo cual estás convencido, pues sabes de quiénes lo aprendiste. (2 Ti 3.14).
Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio. (2 Ti 4.5).
Y una en la que Pablo escribe a Tito:
Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina. (Tit 2.1).
Pablo exhorta a Timoteo y Tito a marcar una diferencia. Sea la gente y, en particular los ministros, o mejor, falsos ministros, de una determinada manera …, tú,…, debes guardar otro perfil.
Creo que esto nos puede dar una pauta de cómo debe ser el perfil cristiano ante tantas propuestas que nos están dando estos últimos tiempos.
Una de las características de estos tiempos en occidente es el materialismo.
La gente se ha vuelto muy materialista. La propaganda brutal e incansablemente invade la vía pública y los hogares con definiciones de la vida en términos materiales. El tener define el ser. Los avisos publicitarios no apuntan ya a mencionar las buenas cualidades de un determinado producto que se quiere vender o insertar en el mercado, sino que tienden a mostrar lo infeliz e inútil que uno es cuando no lo tiene. El consumismo y el materialismo van de la mano en una carrera alocada redefiniendo los conceptos de felicidad, realización, prosperidad y éxito.
Esta avalancha filosófica tocó varios púlpitos, y la teología de la prosperidad es un fiel reflejo de ello.
Si bien la Biblia, tanto en el AT como en el NT, habla de la prosperidad, lo hace desde un perfil periférico y consecuente con la centralidad de la obra de Jesucristo y nuestro compromiso a una vida devota y santa. Lo hace quizá como añadidura a nuestra búsqueda del reino y desde una perspectiva integral, es decir, prosperidad integral, de la cual la material es una parte, ciertamente no la más importante, y no el todo.
Pablo le hablaba a Timoteo mostrándole cómo en aquellos tiempos muchos tomaban la piedad como fuente de ganancia. El espíritu materialista es contrario al espíritu del contentamiento (1 Ti. 6:6, 8). El apóstol añade que los que siguen esta línea de pensamiento caen en tentación y lazo, es decir, quedan atrapados por él. Además, quedan atrapados en la codicia que los hunde en destrucción y perdición. Y estas palabras son bien fuertes. El conocido texto de 6:10 es lapidario. La raíz de todos los males es el amor al dinero. La fuerza que tiene el materialismo para hundir, destruir, extraviar de la fe y llevar a la perdición a los hombres no lo deberíamos tomar livianamente.
De modo que Pablo le da dos consejos al joven Timoteo:
En primer lugar, que se aparte de tales personas (6:5). Esto suena fuerte y autoritario, pero es consejo de Dios.
Lo segundo "pero tú, hombre de Dios, huye de estas cosas". Como dijimos, ese "pero tú" es enfático. Pablo no era de las personas que podemos llamar cobardes. Es más, él está animando a una persona que era algo tímida y le dice que Dios no le había dado "un espíritu de cobardía, sino de poder…" (2 Ti. 1:7). Sin embargo, aquí le dice, primero que se aparte de estas personas y luego que huya de esas cosas.
El oír esta filosofía, el estar cerca de los engañados y hoy portadores de la misma con su zalamería y su espíritu engañoso es un riesgo innecesario de correr. Es cierto que uno tiene que vivir en un mundo materialista y bombardeado por todos los flancos con su propaganda, pero de ahí a abrirle el corazón a esta enseñanza hay una gran diferencia.
Ante este peligro, Pablo le da cuatro órdenes:
1. Que siga la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia y la mansedumbre.
2. Que pelee la buena batalla de la fe.
3. Que eche mano a la vida eterna.
4. Que guarde el mandamiento sin mácula ni reprensión.
La diferencia entre un espíritu y el otro es abismal y diametralmente opuesto. Timoteo debía marcar esa diferencia.
Otra característica de estos tiempos finales es la apostasía.
Pablo le advierte que "en los postreros días vendrán tiempos peligrosos" (2 Ti. 3:1). Y a continuación le da una serie de diecisiete características, donde el egoísmo la encabeza y el hedonismo la concluye, dejando de lado a Dios.
La diferencia la ha marcado ya Timoteo: Pero tú has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia, persecuciones, padecimientos (3:10–11a).
Ante el espíritu de apostasía, Pablo apunta a los rudimentos de la fe cristiana. Ante las falsas enseñanzas, lo primero es la verdadera enseñanza. Ante la conducta cuestionable, lo básico es la sana conducta. Y una buena doctrina conduce a una buena ética. El norte establecido por la fe cristiana es erosionado y descreído por los apóstatas, por eso andan sin rumbo. Pero Timoteo había seguido el propósito de Pablo. Asimismo la fe, la longanimidad, la paciencia, etc.
Lo importante de entender es que no es una orden que Pablo le da a Timoteo que de aquí en adelante debe seguir, sino es algo que desde siempre Timoteo ha seguido, por lo cual él no cayó en esta tendencia apóstata.
El fundamento de la fe cristiana no se reduce a un solo elemento. Es un complemento ético-doctrinal para aplicarlo a la vida de todos los días independiente o a pesar de las circunstancias. No son simplemente enseñanzas académicas para deleite de intelectuales dicotómicos, sino ingredientes para una vida integral. Y esto Pablo lo refuerza en el versículo 3:14 con otro "pero tú", y en este caso sí es un llamado a mantenerse perseverante en aquello que había aprendido, teniendo en cuenta tres cosas:
1. de quién lo había aprendido,
2. desde cuándo lo había aprendido, y
3. para qué sirven las Escrituras.
Otra característica de estos tiempos finales son las distintas corrientes de pensamiento en la Iglesia
Finalmente Pablo lo llama a Timoteo a predicar la palabra de Dios, insistir en todo tiempo, redargüir, reprender, exhortar.
Va a ver tiempos en los cuales las personas estarán abiertas a la enseñanza, pero el apóstol le advierte que vendrán tiempos en que a la gente ya no les gustará la sana doctrina. La gente va a ser tomada por un espíritu contrario al evangelio, un espíritu antagónico, un espíritu racionalista, o hiperracionalista, que quiere indagar nuevas cosas, nuevos significados, quiere escuchar nuevas revelaciones, quiere que "se le rasque donde le pica" y, en este caso es el oído; no quiere escuchar lo de siempre.
Y dice la Escritura que se van a amontonar. Los maestros de estas cosas se van a amontonar. ¿Qué querrá decir esto? ¿Harán organizaciones, universidades, ligas, escuelas, tendencias teológicas? Lo que sea, pero el resultado es que se apartarán de la verdad y se volverán a las fábulas.
Obviamente esto va a arrastrar a muchos. No obstante, la exhortación de Pablo a Timoteo que entra en estos tiempos difíciles es:
Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio. (2 Tim 4:5).
La palabra "obra" está sin artículo. Probablemente, Pablo le esté indicando que Timoteo no que fuera evangelista, sino que tenía que hacer la labor del evangelista, reevangelizando a la misma iglesia. Es un ministerio difícil y de hecho se lo advierte, diciéndole primeramente que debía soportar las aflicciones, los padecimientos que sobrevendrían en el cumplimiento de su ministerio apostólico de defender y extender la sana doctrina.
Creo que es tiempo para reflexionar en estos cuatro "pero tú" que Pablo le plantea a Timoteo: frente al materialismo, frente a la apostasía, frente a las distintas corrientes teológicas que se levanten en el mismo seno de la iglesia para preservar la verdad de la Palabra de Dios. Pablo terminaba una etapa: había peleado la buena batalla, había acabado la carrera, había guardado la fe (4:7). Ahora le correspondía seguir la carrera a Timoteo … y a nosotros.
Piccardo, H. R. (2006). Introducción al cuerpo epistolar del Nuevo Testamento : Tomo 2 (154–207). Buenos Aires, Argentina: Ediciones del centro.
Paz de Cristo!
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor
miércoles, 16 de noviembre de 2011
saque una horita y reciba la bendición
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=hXYzFzYhd4c
Paz de Cristo!
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor
ARCA DE NOE
UNO:
CUATRO:
SEIS:
SIETE:
OCHO:
NUEVE:
DIEZ:
ONCE:
viernes, 11 de noviembre de 2011
hagámosle!
Paz de Cristo!
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor
miércoles, 9 de noviembre de 2011
VIVIENDO COMO REYES
VIVIENDO COMO REYES (EN EL REINO DE SATANÁS)
"No es la pobreza, sino el descontento lo que hace al hombre infeliz" Matthew Henry
"No hay felicidad en tener o recibir, sino solo en dar. La mitad del mundo va en sentido equivocado en la búsqueda de la felicidad" Henry Drummond
Los ciudadanos de los Estados Unidos disfrutan un nivel de prosperidad que nunca había sido experimentado por ninguna nación en la historia del mundo. Aún ahora las familias de clase media baja viven con más lujos que la mayoría de los reyes en los siglos pasados. ¿Que monarca en la historia antigua habrá disfrutado de un inodoro, un horno de microondas, un televisor (con noticias al instante de todo el mundo), un automóvil, o un refrigerador? Sin lugar a dudas, la combinación de gran prosperidad y progreso tecnológico ha permitido a los Americanos vivir en un asombroso nivel de opulencia. Esto no solo sucedió. ¿Cómo arribamos a ese lugar?
El Nacimiento del Consumismo
El Renacimiento y la Reforma no fueron los únicos factores que ayudaron para guiar al mundo fuera de la horrorosa Era del Oscurantismo. Uno de los grandes momentos de este nuevo período en la historia comenzó cuando los Puritanos rompieron con la Iglesia de Inglaterra y navegaron hacia las costas del Nuevo Mundo. La historia de su sobrevivencia durante ese primer invierno cruel es ampliamente conocida y es la historia del primer Día de Acción de Gracias que ellos compartieron con los Indios que contribuyeron mucho para su sobrevivencia. La ética de trabajo de los Puritanos – quienes no solo veían el trabajo como noble, sino también como un acto de devoción a Dios – se convirtió en la fundación para el progreso de esta nación. El trabajo duro y el éxito que vino como resultado, fue su garantía de que Dios estaba con ellos.
Según Rodney Clapp, autor de "Why The Devil Takes VISA," (Porqué el Demonio prefiere VISA) por el año 1850, sesenta por ciento de la nación trabajaba en granjas Esta población rural construyó sus propias casas y graneros, formaron sus propias herramientas, hacían su propia costura, sus propias muebles, cultivaron sus propias cosechas, y criaron a sus propios animales. En todo, la vida de los primeros americanos no tenía la complejidad y el caos de nuestra sociedad moderna.
La Revolución Industrial, que comenzó a la mitad del Siglo 19, trajo enormes cambios a la cultura Americana. Aparecieron las fábricas en las grandes ciudades produciendo implementos en forma más barata y mucho más rápido de lo que cualquier individuo pudiera hacerlo. Una gran migración comenzó dado que muchos dejaban sus granjas para vivir en las ciudades y trabajar en las fábricas. Durante la última mitad del Siglo 19, el valor de los artículos manufacturados en los Estados Unidos se elevó en un asombroso 700 por ciento.
Ayudado por las nuevas eficiencias de manufactura y la producción masiva, las fábricas comenzaron a producir más de lo que el país consumía. En lugar de hacer un recorte a la producción y reducir las ganancias, los fabricantes tomaron una nueva estrategia, llamada, vendedores y publicidad. Ellos estaban tan motivados por el deseo de ganar más que llevaron este país del jardín de la vida prudente hacia la tierra prometida de gasto liberal. La práctica de comprar al crédito atrajo a la gente fuera de sus estilos de vida cautos; la tentación de "tenerlo hoy" era abrumadora. Antes de esto, la gente literalmente ahorraba centavos para comprar algo que deseaban, no importa el tiempo que tomara ahorrarlo. Comprando al crédito podían tenerlo de inmediato y pagarlo a plazo.
Los fabricantes rápidamente se dieron cuenta del explosivo potencial de la publicidad y lanzaron elaborados planes de mercadeo en masa. Los días de los anuncios clasificados insípidos en la parte trasera de los periódicos pronto se volvieron obsoletos. A este punto, la gente solo miraba los anuncios cuando necesitaba algo en particular. Ahora podían encontrar anuncios muy bien hechos en cada página. Este fue el verdadero punto de inflexión para el consumismo Americano. Por primera vez la gente estaba comprando mercancías que no necesitaban y que no estaban buscando activamente. Los publicistas habían tocado una poderosa pasión humana: deseos codiciosos.
De una forma realmente brillante, los expertos en mercadeo aprendieron a crear cierta atmósfera a fin de vender sus productos. Rápidamente comprendieron que un buen vendedor no se enfoca en el artículo que vende sino en los beneficios esperados. De hecho, la gente de mercadeo de los automóviles Packard pudo haber creado un anuncio con la foto de una familia manejando su nuevo carro por alguna carretera pintoresca. El efecto que esta foto hace en el subconsciente sería que un auto Packard le da a la familia libertad, emoción, y lujo.
Consecuentemente, una pareja podría visitar un distribuidor de Packard solo para "dar una mirada." Entonces un vendedor bien entrenado los trabajaría, llevando más lejos sus ilusiones mientras ejerce la suficiente presión para hacer más deseable la compra del carro en lugar de irse sin él. Desde esos primeros días, este mismo principio del mercadeo básico ha estado trabajando a la gente en innumerables maneras y con más de un millón de diferentes productos.
Durante la primera mitad del Siglo Veinte, los fabricantes tuvieron un progreso constante, aún así lento, en su plan de transformar a los ciudadanos Americanos en consumidores motivados por el deseo, en lugar de consumidores motivados por la necesidad. No fue hasta después de la Segunda Guerra Mundial que este plan floreció completamente y millones de americanos entraron en un frenetismo de compras. Los Estados Unidos pronto se convirtió en una nación basada en el crédito mientras la gente tomaba billones de dólares de deuda para las próximas décadas.
No satisfechos de inducir a los Americanos a comprar lo que querían, vendedores al por menor pero con mucha codiciosa fueron un paso más allá con el propósito de crear bienes que se arruinaran pronto o que quedaran fuera de temporada ("obsolescencia planificada"). En 1955, el vendedor Victor Lebow dio un vistazo a sus estrategias de mercadeo cuando dijo, "Nuestra economía enormemente productiva…demanda que hagamos del consumo nuestra forma de vida, que convirtamos el comprar y el uso de bienes en rituales, que busquemos nuestra satisfacción espiritual y la satisfacción de nuestro ego, en el consumo…Necesitamos consumir cosas, quemarlas, vestirlas, reponerlas, y descartarlas a un ritmo siempre creciente."
Con excepción de la recesión de los Setentas, el gasto de los consumidores se ha incrementado exponencialmente. Es como un simpático perrito perdido tomado por una pareja confiada que se vuelve un San Bernardo y se los come fuera y dentro del hogar. Nuestras pequeñas extravagancias de los `Cincuentas y `Sesentas han crecido como un monstro al que difícilmente podemos alimentar. La enorme deuda de los E.U. es solo un síntoma externo de lo que se ha convertido en una enfermedad nacional. Un día tendremos que sufrir las consecuencias!
Es del conocimiento común que en el Siglo Diecinueve, uno de los planes utilizados por algunas compañías era incrementar el margen de utilidades estableciendo "Tiendas de Compañía." Los propietarios irían a un área y construían una barriada para los trabajadores, incluida una tienda general de la compañía. Mucho del cheque de los trabajadores encontraría su camino de regreso a los dueños por medio de esta tienda. Cuando el dinero era escaso, la tienda ofrecía crédito fácil. Si la deuda crecía más allá de la capacidad de pago de los trabajadores, el trabajador no podía abandonar su trabajo. Se convertía en un esclavo de la empresa y trabajaba por años sin poder ahorrar nada. Sería forzado a pasar el resto de su vida trabajando agotadoramente sin ninguna perspectiva de cambio. Naturalmente esta práctica era muy ventajosa para los dueños de empresas, quienes realmente la fomentaban ofreciendo crédito fácil.
El espíritu del kosmos está haciendo exactamente lo mismo en América ahora. Cada año, muchas personas se ven a sí mismas cayendo más y más profundo en las deudas con quien "viene para robar, matar y destruir." (Juan 10:10) Están presos en la esclavitud del consumismo como estaban aquellos trabajadores en la tienda de la compañía. El agente esclavizante en sus vidas no es la deuda en sí misma, sino su amor por las cosas de este mundo y el crédito fácil que las puso a su alcance.
La vida Americana está caracterizada por una búsqueda, egoísta e interminable, de más cosas y experiencias frescas. El Sueño Americano es simplemente "más para mí y mio". Somos constantemente bombardeados por el encantamiento de alguna publicidad o motivados por nuestro propio deseo de algo que queremos. El periódico New York Times estimó que el típico ciudadano de los E.U. será expuesto a 3,500 anuncios por día.
Uno esperaría encontrar que tal publicidad no tiene efecto sobre los cristianos americanos, sin embargo en esta área los creyentes difieren muy pocos de los no salvos. Trabajamos igual de duro para "tomar la delantera." Estamos igual de endeudados. Compramos igual cantidad de lujos innecesarios, engañados en la creencia que es un símbolo de bendición divina. En breve, si somos honestos con nosotros mismos tenemos que admitir que hasta lo último somos dirigidos en nuestros deseos como aquellos fuera de la comunidad evangélica. Tal nivel de codicia hace burla de la Cruz.
El Poder de la Lujuria de Codicia
El pecado de la codicia está muy enfatizado en la Biblia. Es prohibido en los Diez Mandamientos (Éxodo 20:17). Jesús lo describe como una de las pasiones diabólicas en el corazón de un hombre (Marcos 7:22). Pablo la menciona como una de las características de alguien que va camino al infierno (Efesios 5:5). Hay dos palabras Griegas traducidas como "codicia:" epithumeo, que es usualmente traducida como "lujuria" o "deseo," y pleonektes, que significa, "estar ansioso por más de algo". El pecado de la codicia es el acto de ajustar los deseos de alguien hacia algún objeto y mantenerse codiciando esto hasta que lo posea. Una cosa es querer algo; es completamente otra cosa cuando una persona lo codicia. La siguiente analogía ayuda a ilustrar este término Bíblico. Dos hombres cristianos entran en la sección de ropa de una tienda de departamentos y ven un bonito traje en la vitrina. Ninguno de los dos puede pagarlo en ese momento. La reacción de cada hombre ante el traje revela su condición espiritual. Al primero le gustaría tenerlo, pero se da cuenta que no puede pagarlo y rápidamente descarta el pensamiento de comprarlo. El otro lo codicia y se siente tan forzado a tenerlo que lo compra con su tarjeta de crédito, cayendo en lo que Juan refiere como "la codicia de los ojos."
La lujuria de codicia es la fuente más subestimada de maldad en el estilo de vida Americano. Es el pecado más frecuentemente omitido en el vocabulario de la iglesia Americana. Los predicadores son reacios a traer el tema. Y si es mencionado en un mensaje, usualmente es tocado en general en una forma que no es ofensiva.
Sin importar esta aversión de nuestras iglesias, la Biblia tiene mucho que decir acerca de esto. Pablo describió este pecado a su discípulo Timoteo: Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores. (1 Timoteo 6:9-10)
El deseo de tomar la delantera es una de las pasiones más fuertes en el corazón del hombre. La codicia que impulsa esto, es tan fuerte que Pablo la equipara a la idolatría porque es en esencia la adoración de las posesiones. (Colosenses 3:5; Efesios 5:5) El problema no es tanto un amor por el dinero en sí mismo, sino por los objetos de deseo que este puede adquirir. Este apetito mueve a la gente sin pensarlo dos veces. Sin embargo, sería muy sabio para cada hijo de Dios darle seria atención y examinar cuidadosamente sus corazones. La devoción por el dinero es extremadamente peligrosa porque causa que la gente se aleje de su fe. ¿Cuántos cristianos en América se han extraviado completamente de una fe vibrante en Cristo y aún no tiene ni idea de su condición espiritual?
La Siembra y la Semilla
En la parábola del Sembrador y la Semilla, Jesús describió cuatro tipos de suelo, cada tipo representando un diferente estado del corazón. El tercer tipo de suelo es espinoso por las codicias. Jesús dijo, "Estos son los que fueron sembrados entre espinos: los que oyen la palabra, pero los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa" (Marcos 4:18-19). Estas "espinas" trabajan mano a mano entre sí. Representan los tres pasos que da una persona codiciosa mientras retrocede de las simples verdades de la Palabra de Dios.
Jesús nos está dando una foto de alguien que recién ha llegado al Señor. La mayoría de personas que han nacido de nuevo experimentan ese bendito primer amor cuando los pensamientos de Jesús llenan completamente su mente. Él significa todo para esa persona. El corazón estaba lleno de gozo. La perspectiva de la vida era fresca. La hierba es más verde. Todo era maravilloso. Aun así, Jesús dijo que a lo largo del camino, "los deseos por otras cosas entran y ahogan la palabra." El corazón, que ha sido tan completamente satisfecho en Cristo, ahora ha permitido que algo muy diabólico se deslice hacia el interior. Es codicioso: esperar algo para sí mismo. Mientras la persona continua alimentando esta bestia, su apetito crece. Las espinas de otras atracciones comienzan a invadir el corazón de las personas. Antes que pase mucho tiempo, toman completo control apagando y asfixiando la Palabra, que un día estuvo tan viva. Aun cuando la persona se ha mantenido fiel en su asistencia a la iglesia, en su corazón se ha extraviado de la fe.
Las Preocupaciones de la Vida
Hace varios años, hablé en un grupo de hombres acerca de la necesidad de simplificarse la vida. Después un joven de buena apariencia, con una mirada ambiciosa, vino hacia mí para defender su estilo de vida con una racionalización que he escuchado antes en muchas ocasiones. "Solo quiero proveer un buen hogar para mi familia". Yo sentí que él estaba determinado a creer en lo que él quería creer, así que yo asentí educadamente y no respondió. Si el señor me hubiera permitido, le habría hecho algunas preguntas puntuales, como:
Tú dices que tu preocupación es el bienestar de tu familia. Si eso es realmente lo que motiva tu excesivo trabajo/ tu costoso estilo de vida, entonces ¿por qué permites que tu familia vea horas de televisión cada noche sin preocupación acerca de cómo esto les afecta?
¿Por qué no tienes ningún tiempo disponible para compartir con tu hijo?
¿Por qué no tomas el tiempo para interceder ante la rebeldía de tu hija adolecente?
¿Por qué no hay un altar familiar en tu casa?
¿Eres el líder espiritual de tu casa?
¿No es cierto, señor, que usted es un maniático de trabajo, motivado por la ambición de tomar la delantera y por la pasión de acumular más posesiones?
¿Está seguro que es el interés de ellos lo que le preocupa y no su propio ego?
Claro que la agudeza de estas preguntas probablemente habría molestado a este hombre, cosa que no quería hacer, pero estas son preguntas legítimas que todos debemos considerar. Es demasiado fácil subestimar la poderosa atracción de los encantos de este mundo.
Una vez que una persona ha comenzado a alejarse del Señor, se enreda en las "preocupaciones de la vida", que son simplemente las responsabilidades de la vida, como la comida, la casa, el vestido, transporte, la escuela de los niños, el seguro, los pagos, y más. Los cristianos responsables proveen para sus familias, por supuesto: las Escrituras así lo demandan (I Timoteo 5:8). Pero Jesús nos ordenó no preocuparnos o ser consumidos por tales cosas. Esto era un punto tan importante que Él dedicó una gran porción del Sermón del Monte a este tema. Él dijo "No os afanéis por vuestra vida!" (Mateo 6:25). Este fue un mandamiento equivalente en importancia a "No cometerás adulterio" y aun así es visto como si fuera una insignificante sugerencia de un abuelo condescendiente. Con toda honestidad, la ansiedad por el dinero, ¿no viene del temor, inseguridad y falta de confianza? ¿O aún de una subyacente aversión a la incomodidad? En lugar de aprender a "dar con libertad" como Jesús enseñó, en lugar de aprender como "buscar primeramente el reino de Dios," ¿no nos enfocamos demasiado en nuestra atención en proteger nuestras posesiones en este mundo? ¿No es cierto que la duda llena nuestros corazones hasta que nos entregamos a nuestros temores? Cuando esto sucede, ¿no es cierto que caemos en pánico y tratamos con todo nuestro esfuerzo de tomar la delantera y adquirir aún más para sí mismos?
Jesús confrontó directamente esta forma de pensar cuando dijo, "Porque todo aquel que quiera salvar su vida, la perderá: y todo el que pierda sui vida por causa de mi, este la salvara" (Lucas 9:24). Es pecado para nosotros tratar de salvar la vida que se nos ha ordenado entregar.
Engañado
Si una persona continúa entregándose ante tal codicia, un sigiloso engaño comienza a permear su corazón. "El engaño de las riquezas" aplica no solo a los ricos, sino también a cualquiera que adopta la mentalidad del kosmos. Entre más tiene una persona, mas quiere. Como Salomón decía, "El que ama el dinero, no se saciará de él; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto" (
En 1957, (tomando en cuenta la inflación) el trabajador Americano promedio ganaba menos de la mitad del dinero que gana hoy. ¿Está más feliz? No, de acuerdo a David Myers, autor de Society in the Balance (Sociedad en la Balanza): Desde 1957, el número revelado por el Centro de Investigación de Opinión de la Universidad de Chicago, en la categoría "muy contentos" ha declinado de 35 a 29 por ciento. De hecho, entre 1956 y 1988, el porcentaje de Americanos que decía estar "satisfecho con su presente situación financiera" bajó de 42 a 30 por ciento."
La prosperidad también ciega a la persona ante su verdadera condición espiritual. John Wesley, analizando la mentira de las riquezas, dijo lo siguiente:
En verdad es mentira. Porque ellos sonríen y traicionan; besan y golpean en el infierno. Les sacan los ojos, endurecen el corazón, se roban toda la vida de Dios; llenan el alma con orgullo, enojo, amor por el mundo; hacen a los hombres enemigos de la cruz completa de Cristo. Y mientras tanto son ardientemente deseados y perseguidos vehementemente, aun por aquellos que creen que existe un Dios.
La más grande mentira de prosperidad es la habilidad de hacer a la gente creer que están caminando con el Señor cuando en realidad hace mucho que se separaron de Él en sus corazones. Como Laodicea en Apocalipsis 3, ellos piensan que sus vidas espirituales marchan muy bien. Pero Jesús ve las cosas de una forma muy diferente. La codicia del materialismo ha consumido su sustancia espiritual. Para Jesús ellos se ven como niños con los estómagos hinchados, no porque estén llenos, sino porque están muriendo de hambre! Al final, van a descubrir que se "han perforado a sí mismos con muchos dolores," como lo dijo Pablo a Timoteo.
El Deseo por Otras Cosas
Como cualquier adicción, la lujuria por ganancias materiales se ha vuelto un hábito que debe mantenerse a cualquier costo. Nuestra exasperante lujuria ha silenciado nuestras persistentes preocupaciones. Hemos sido engañados por el tremendo poder que está oculto en el gran reino del DESEO. Muchos, si no la mayoría de los creyentes, se han vendido al sistema del Anticristo, que un día demandará lealtad como el precio de mantener sus estilos de vida ("ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre" (Apocalipsis 13:17). Los que van a la iglesia que piensan que pueden vivir por años como esclavos del kosmos y luego un día repentinamente declarar su libertad están en un gran engaño. Tales personas se están preparando para recibir la marca de la bestia! En cierta forma en sus corazones, ya lo han recibido.
Cuando Satanás ofreció los reinos y la gloria de este mundo a Jesús a cambio de adoración, el mostró el verdadero deseo de su corazón. El diablo apasionadamente ansiaba la exaltación que solamente le pertenece a Dios. Tenga cuidado si está pensando, "Claro que Jesús lo rechazaría. ¿Por qué adoraría a Satanás?" Parece tan simple para nosotros rechazar esa tentación. Pero, ¿te das cuenta que el diablo ha puesto en la mesa la misma oferta para ti? Y muchos lo están aceptando sin pensarlo bien. Comprometen un poco aquí, un poco allá, pero en su mente "no es gran cosa." La sutileza de la oferta oculta la enormidad de lo que está pasando. El diablo está literalmente en los detalles. En las letras pequeñas está aquello que él realmente persigue: Nuestra profunda lealtad a su sistema. El diablo no está preocupado por la gente que "pronuncia el nombre de Cristo," mientras en la práctica sigan siendo siervos de su sistema. La hipocresía es la delicia del diablo.
Pablo, sabiendo completamente que tan intoxicante puede ser este espíritu, advirtió a Timoteo: "huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre" (I Timoteo 6:11). Hay urgencia en las palabras de Pablo que nos recuerdan a los ángeles advirtiendo a Lot, "Escapa por tu vida! No mires tras ti, escapa...no sea que tú también seas alcanzado" (Génesis 19:17).
El Camino de Salida
Sin importar el tremendo poder engañoso del materialismo que afecta a muchos, tú puedes estar entre los pocos que han cambiado las cosas. El hombre que se ha "enredado en los negocios de la vida diaria" (II Timoteo 2:4), puede soltarse! Aquellos que están cargados por "las cosas del mundo" pueden "despojarse de todo peso" (Hebreos 12:1) La persona que se ha hecho "conforme a este mundo," puede "ser transformado por la renovación de su mente." (Romanos 12:1) Esto requerirá de compromiso, disciplina, y una nueva perspectiva de la vida en Cristo Jesús, pero vale la pena el esfuerzo para liberarse del violento y abrumador remolque del kosmos.
Si tú estás preso por la codicia; si tú sabes en tu corazón que Jesús deplora tus hábitos derrochadores; si tú verdaderamente quieres cambiar, pero no estás seguro de cómo hacerlo; te ofrezco las siguientes sugerencias:
Primero, solo arrepiéntase. Un verdadero cambio de corazón siempre comienza por el arrepentimiento. Examine su corazón completamente. Disponga de tiempo solo con Dios y estudie lo que la Biblia dice acerca de la avaricia, la codicia, y el dinero, y estudie también lo que dice sobre dar. Permita al Señor exponer y sacar de raíz todo aspecto de la codicia que El encuentre en usted. Ofrézcale un arrepentimiento detallado. Una vez que ha hecho eso, está espiritualmente limpio. Los pasos que faltan le ayudarán a desarrollar un nuevo estilo de vida.
Segundo, cambie su perspectiva acerca de Dios. Es importante que usted comience a verlo como su Proveedor y su Bendición. En lugar de darse placeres todo el tiempo, deje que el Señor lo haga. Él lo hará, si usted solo le da la oportunidad. "Espere pacientemente por El." Usted no necesita todo lo que quiere y no lo necesita AHORA.
Tercero, si usted tiene deudas, haga un plan para pagarlas. Comience con las deudas más pequeñas y destine cada centavo que pueda hacia esas deudas. Sacrifique algunos de sus gustos. El dolor no es nada comparado con lo libre que se va a sentir cuando sus deudas estén canceladas. Mantenga una tarjeta de crédito por si la necesita para emergencias, pero de otra manera aprenda a vivir sin ellas.
Finalmente, simplifique su estilo de vida. Admita que ha estado viviendo extravagantemente. No olvide que eso que llamamos "las necesidades de la vida" vienen todas con viñetas de precio alto. Es maravilloso descubrir que tan poco realmente necesitas para vivir!
La gente está acostumbrada a la obsesiva "rueda de caballitos" de trabajar de más y comprar de más. El pensamiento de elegir un estilo de vida diferente nunca ha pasado por sus mentes. Pero tenemos opciones. No tenemos que vivir como reyes en el reino de Satanás. No tenemos que vender nuestras almas al diablo. Podemos elegir simplificar nuestras vidas. Podemos vivir en un nivel más manejable.
Mientras usted cambia su vida, también quiero animarlo a seguir el mandamiento de Jesús: "No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde los ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde los ladrones no minan ni hurtan" (Mateo 6:19-20).
D.L Moody escribió pertinentemente las siguientes palabras:
"No os hagáis tesoros en la tierra". Parece un poco severo, tal vez, pero debe ser correcto. Después de todo, todo lo que el hombre vale es lo que tiene en el cielo. No trajimos nada a este mundo, y con certeza no vamos a sacar nada de él. Por eso Dios dice, No hagáis. Los cristianos que lo hacen, sufren. No hay ganancia en esto. Se hace a un costo terrible, los deseos del corazón a cambio del apoyo del alma. Aquí vienen dos barcos en un rio. El primero, a todo vapor, surca valientemente el agua; el segundo se arrastra, remolcado por otro. Este parece estar a punto de hundirse, pero aun flota. ¿Por qué? Porque lleva una carga de madera y está inundado. Lot estaba bien mientras se mantuvo con su tío Abraham, pero cuando lo dejó, y se fue a Sodoma tuvo mucho de las cosas de este mundo, y se inundó. Así es con muchos cristianos. Han estado inundados. Han tenido tanto dinero que no pueden llegar a la orilla por sí mismos, y necesitan de otros para que les ayuden a llegar. La vida religiosa es lenta. El pulso espiritual comienza a latir lentamente. "¿Por qué sucede esto?" preguntan, "¿que no tenemos más poder espiritual, y más gozo del Señor?" El secreto se encuentra con facilidad. Las personas que se preguntan esto, han tenido su tesoro aquí.
Cuando los hombres se elevan en un globo, llevan bolsas de arena como lastre, y cuando quieren elevarse más tiran un poco de la arena. Ahora, hay algunos cristianos que antes de poder elevarse, tendrán que votar algo de lastre. Podría ser dinero, o cualquier otra consideración mundana, pero si desean elevarse tendrán que deshacerse de eso. Si usted está sobrecargado, solo bote algo de dinero y va a subir como con alas de águila. Cualquier ministro le dirá que hacer con ese dinero. Nunca he visto ningún departamento de la obra del Señor que no necesite algo de dinero.
Jesús manda a los creyentes a hacer tesoros en el cielo. Toda buena obra, toda oración de intercesión, todo momento de verdadera adoración, toda acción desinteresada, todo esto está siendo traducido a la moneda celestial y almacenada en una cuenta celestial a su nombre. Podemos depositar tanto como queramos en nuestra cuenta de ahorros eterna. Ese "dinero" es reservado para la eternidad y protegido por el infalible seguro de depósitos de Dios. Si usted estuviera trasladándose a un país extranjero el próximo año, ¿no cree que sería sabio enviar dinero a un banco en esa ciudad antes que usted llegue? ¿No sería una bendición llegar allá y tener un balance positivo en su cuenta?
Podemos pasar la vida entera egoístamente tratando de vivir como reyes y construir riquezas en el reino de Satanás, pero en lo que a mí respecta, es mejor ser heredero del Único que pone a Satanás bajo Sus pies! Estamos encaminados en los momentos finales de la historia de la humanidad. Es tiempo de preparar nuestra vidas para lo que hay adelante!
Meditación de la Escritura y Oración
La prosperidad es de corta vida como las flores silvestres, así que nunca cuentes con ella (Santiago 1:10)
La ambición por el dinero trae problemas y nada más que problemas. Al andar ese camino, algunos pierden completamente el equilibrio en la fe y viven para lamentarlo amargamente por siempre (I Timoteo 6:10).
Señor, es verdad; he vivido una vida de opulencia. He vivido como un rey en el reino de Satanás y he rechazado las más profundas riquezas de Tu reino. He tenido casi todo cuanto he querido. He sido terriblemente culpable por demandar lo que quiero en el momento! Me arrepiento de mi avaricia por las cosas! Por favor ayúdame a ser disciplinado para pagar todas mis tarjetas de crédito y vivir menos egoístamente. Quiero que mis tesoros estén en el cielo no en la tierra!
Copiado de "Intoxicados con Babilonia"
Paz de Cristo!
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor
sencillos como palomas
Si tú estás preso por la codicia; si tú sabes en tu corazón que Jesús deplora tus hábitos derrochadores; si tú verdaderamente quieres cambiar, pero no estás seguro de cómo hacerlo; te ofrezco las siguientes sugerencias:
Primero, solo arrepiéntase. Un verdadero cambio de corazón siempre comienza por el arrepentimiento. Examine su corazón completamente. Disponga de tiempo solo con Dios y estudie lo que la Biblia dice acerca de la avaricia, la codicia, y el dinero, y estudie también lo que dice sobre dar. Permita al Señor exponer y sacar de raíz todo aspecto de la codicia que El encuentre en usted. Ofrézcale un arrepentimiento detallado. Una vez que ha hecho eso, está espiritualmente limpio. Los pasos que faltan le ayudarán a desarrollar un nuevo estilo de vida.
Segundo, cambie su perspectiva acerca de Dios. Es importante que usted comience a verlo como su Proveedor y su Bendición. En lugar de darse placeres todo el tiempo, deje que el Señor lo haga. Él lo hará, si usted solo le da la oportunidad. "Espere pacientemente por El." Usted no necesita todo lo que quiere y no lo necesita AHORA.
Tercero, si usted tiene deudas, haga un plan para pagarlas. Comience con las deudas más pequeñas y destine cada centavo que pueda hacia esas deudas. Sacrifique algunos de sus gustos. El dolor no es nada comparado con lo libre que se va a sentir cuando sus deudas estén canceladas. Mantenga una tarjeta de crédito por si la necesita para emergencias, pero de otra manera aprenda a vivir sin ellas.
Finalmente, simplifique su estilo de vida. Admita que ha estado viviendo extravagantemente. No olvide que eso que llamamos "las necesidades de la vida" vienen todas con viñetas de precio alto. Es maravilloso descubrir que tan poco realmente necesitas para vivir!
La gente está acostumbrada a la obsesiva "rueda de caballitos" de trabajar de más y comprar de más. El pensamiento de elegir un estilo de vida diferente nunca ha pasado por sus mentes. Pero tenemos opciones. No tenemos que vivir como reyes en el reino de Satanás. No tenemos que vender nuestras almas al diablo. Podemos elegir simplificar nuestras vidas. Podemos vivir en un nivel más manejable.
Mientras usted cambia su vida, también quiero animarlo a seguir el mandamiento de Jesús: "No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde los ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde los ladrones no minan ni hurtan" (Mateo 6:19-20).
De "Intoxicados con Babilonia"
Paz de Cristo!
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor
Pastorales
Paz de Cristo!
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor
martes, 8 de noviembre de 2011
distracciones
Paz de Cristo!
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor
En Irán, Condenan a muerte a Pastor Pentecostal del Nombre de Jesús
domingo, 6 de noviembre de 2011
Timoteo y Tito
INTRODUCCIÓN A LAS EPÍSTOLAS PASTORALES
I. Valor de las cartas
A través de los tiempos estas cartas se han usado para instruir a ministros en cuanto a sus deberes, conducta y requerimientos, y resultaron ser valiosas como patrón ético. Pero su utilidad ha rebalsado estos límites ministeriales, ya que en ellas se encuentran principios espirituales importantísimos que remiten a grandes verdades doctrinales, como así también notas de aliento y discernimiento teológico que han enriquecido la vida devocional de las iglesias.
Ellas llenan una parte que ninguna otra de las cartas del NT nos suple. Se relacionan fundamentalmente con el oficio del ministro. Es cierto que hay otras partes en el NT donde se tocan estos temas: Mt. 10; Mr. 16; 1, 2 Co., pero aquí toman un relieve mayor al hablar de las calificaciones y deberes que surgen de él. Es claro que el bienestar y crecimiento de la congregación depende en gran manera, del carácter del ministro. En sus manos está la preservación y la expansión del mensaje. La iglesia se adhiere a la verdad, se edifica en fe, se distingue por el amor, pureza y celo, en la medida en que el ministro es honrado y se muestra calificado para su trabajo.
En todas las épocas la corrupción ha comenzado por el ministerio, pero también es cierto que en donde ha habido celo, fuerza y belleza en la extensión del mensaje es porque Dios había derramado su Espíritu abundantemente sobre los que cumplieron el oficio sagrado. Si la iglesia ha de prosperar en todas las edades, el púlpito debe estar lleno con ministros piadosos, enseñados, laboriosos, devotos y firmes. Y aunque el contenido de estas cartas fundamentalmente se dirige a los ministros del evangelio, la iglesia misma puede promover de una manera insuperable su propia pureza y prosperidad al estudiar con atención y oración estas epístolas.
Los siguientes puntos hacen a las pastorales relevantes para su estudio:
• Ponen énfasis en la sana doctrina.
• Exigen una vida consagrada.
• Responden a la pregunta si la fe, lo que ceo, tienen algún valor.
• Nos muestran las actividades finales de Pablo.
• Brindan una valiosa información de la iglesia en el tercer cuarto del siglo I d.C.
II. Las pastorales y Hechos de los Apóstoles
Se llaman así porque mayormente están dirigidas a pastores, o porque atienden asuntos pastorales.
Las epístolas pastorales están fuera del registro de Hechos, por lo cual es difícil reconstruir este período de la vida de Pablo. Sin embargo, hay ciertos indicios que pueden extraerse de las mismas epístolas pastorales.
El contexto histórico de Hechos finaliza con Pablo en la cárcel en Roma. A la luz de 1 Ti. y Tito, Pablo se halla libre, mientras que en 2 Ti. no sólo está en la cárcel, sino también esperando su sentencia final:
Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios. (1:8)
en el cual sufro penalidades, hasta prisiones a modo de malhechor; pero la palabra de Dios no está presa. (2:9)
Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.
Yo ya estoy próximo a ser sacrificado. El tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está reservada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida. (4:5–8)
De modo que entre ambos acontecimientos (encarcelamientos), el apóstol estuvo libre y siguió su trabajo misionero.
Las tres epístolas muestran algunos elementos de la actuación de Pablo en ese período:
• 1 Ti.: Pablo acaba de dejar a Timoteo en Éfeso.
Como te rogué que te quedaras en Éfeso cuando fui a Macedonia, para que mandaras a algunos que no enseñen diferente doctrina. (1 Ti. 1:3)
• Tit.: Pablo acaba de dejar a Tito en Creta.
Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieras lo deficiente y establecieras ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé. (Tit. 1:5)
Al final el apóstol insta a Tito a reunirse con él en Nicópolis para el invierno.
Cuando te envíe a Artemas o a Tíquico, apresúrate a venir a mí a Nicópolis, porque allí he determinado pasar el invierno. (3:12)
• 2 Ti.: Pablo está prisionero y anticipa su final. Ya ha estado en Roma. Onesíforo lo estuvo buscando allí.
Tenga el Señor misericordia de la casa de Onesíforo, porque muchas veces me confortó y no se avergonzó de mis cadenas, sino que, cuando estuvo en Roma, me buscó solícitamente y me halló. (1:16 y 17)
Había dejado parte de sus pertenencias en Troas.
Trae, cuando vengas, el capote que dejé en Troas en casa de Carpo, y los libros, mayormente los pergaminos. (2 Ti. 4:13)
También había estado en Mileto donde dejó a Trófimo enfermo.
Erasto se quedó en Corinto, y a Trófimo dejé en Mileto, enfermo. (2 Ti. 4:20)
En 4:16 se menciona un "juicio anterior", que probablemente haya sido un examen preliminar para el juicio oficial final.
En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon; no les sea tomado esto en cuenta.
En la Epístola a los Romanos, Pablo hablaba de su deseo de ir a España, siendo encaminado por los mismos romanos cuando los visitara. Si bien allí dice que ya había cumplido su misión en el este y sus ojos estaban en el oeste, al estar en la prisión romana escribe supuestamente Ef., Col., Flm. y Fil. con lo cual da a entender que su mirada todavía estaba puesta en el oriente, y no sólo por escribir sino también con deseos de ir. Daría la apariencia que el apóstol cambió de punto de vista y volvió a oriente, a recorrer lo visitado, combatir las herejías del momento, organizar las iglesias y enviar delegados para la prosecución de dichas tareas. No se sabe, finalmente, si Pablo fue o no a España. De haber ido, tuvo que haber sido obviamente antes de su regreso al este.
III. Timoteo y Tito
Timoteo
Timoteo era natural de Listra y muy estimado por la iglesia del lugar y de Iconio. Era hijo de madre judía y padre griego. Evidentemente ella influyó en su educación.
Después llegó a Derbe y a Listra. Había allí cierto discípulo llamado Timoteo, hijo de una mujer judía creyente, pero de padre griego; y daban buen testimonio de él los hermanos que estaban en Listra y en Iconio. (Hch. 16:1 y 2)
trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también. (2 Ti. 1:5)
En el verano del 49 ó 50 después de la disputa con Pedro (Gá. 2:11ss) y con Bernabé (Hch. 15:36ss), Pablo asocia a Timoteo a su equipo misionero. Éste estaría unido al apóstol con más desinterés que nadie hasta su muerte, unos quince años.
Espero en el Señor Jesús enviaros pronto a Timoteo, para que yo también esté de buen ánimo al tener noticias vuestras, porque no tengo a ningún otro que comparta mis sentimientos y que tan sinceramente se interese por vosotros, pues todos buscan sus propios intereses y no los de Cristo Jesús. Pero ya conocéis los méritos de él, que como hijo a padre ha servido conmigo en el evangelio. (Fil. 2:19–22)
Corrían los años del primer viaje misionero, y Timoteo pudo ver los sufrimientos del apóstol.
Pero tú has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, entereza, amor, paciencia, persecuciones, padecimientos, como los que me sobrevinieron en Antioquía, en Iconio, en Listra; persecuciones que he sufrido, pero de todas me ha librado el Señor. (2 Ti. 3:10 y 11)
Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza. (1 Tim 4: 12)
Timoteo parece haber sido de unos veinte años de edad o menos, cuando se asoció a Pablo, y aunque al principio era auxiliar en sus tareas misioneras, enseguida le encargó ciertas actividades independientes.
Por eso, no pudiendo soportarlo más, acordamos quedarnos solos en Atenas, y enviamos a Timoteo, nuestro hermano, servidor de Dios y colaborador nuestro en el evangelio de Cristo, para confirmaros y exhortaros respecto a vuestra fe. (1 Ts. 3:1ss)
Por esto mismo os he enviado a Timoteo, que es mi hijo amado y fiel en el Señor, el cual os recordará mi proceder en Cristo, de la manera que enseño en todas partes y en todas las iglesias. (1 Co. 4:17)
Si llega Timoteo, procurad que esté con vosotros con tranquilidad, porque él hace la obra del Señor lo mismo que yo. Por tanto, nadie lo tenga en poco, sino encaminadlo en paz para que venga a mí, porque lo espero con los hermanos. (16:10ss)
Envió entonces a Macedonia a dos de los que lo ayudaban, Timoteo y Erasto, y él se quedó por algún tiempo en Asia. (Hch. 19:22)
Espero en el Señor Jesús enviaros pronto a Timoteo, para que yo también esté de buen ánimo al tener noticias vuestras, porque no tengo a ningún otro que comparta mis sentimientos y que tan sinceramente se interese por vosotros, pues todos buscan sus propios intereses y no los de Cristo Jesús. Pero ya conocéis los méritos de él, que como hijo a padre ha servido conmigo en el evangelio. Así que a éste espero enviaros, luego que yo vea cómo van mis asuntos. (Fil. 2:19ss)
Timoteo es citado como corredactor en seis epístolas:
Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo… Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios nuestro Padre y en el Señor Jesucristo. (1, 2 Ts.)
Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, a la iglesia de Dios que está en Corinto, con todos los santos que están en toda Acaya. (2 Co.)
Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos. (Fil.)
Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, 2 a los santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. (Col.)
Pablo, prisionero de Jesucristo, y el hermano Timoteo, al amado Filemón, colaborador nuestro, a la amada hermana Apia, a Arquipo, nuestro compañero de milicia, y a la iglesia que está en tu casa. (Flm.)
También acompañó a Pablo en su viaje a Jerusalén después del tercer viaje misionero:
Lo acompañaron hasta Asia, Sópater hijo de Pirro, de Berea; Aristarco y Segundo, de Tesalónica; Gayo, de Derbe, y Timoteo; y de Asia, Tíquico y Trófimo. (Hch. 20:4)
Y estuvo con Pablo en el primer encarcelamiento en Roma (Fil. 1:1; Col. 1:1; Flm. 1).
Sin embargo, se ignora dónde estuvo durante los dos años de la estadía en prisión del apóstol en Cesarea y durante el viaje a Roma.
Las epístolas muestran a un Timoteo, que estaría en los treinta a treinta y cinco años de edad, en un puesto directivo de responsabilidad, como representante de Pablo en la Iglesia de Asia Menor.
Igual que Tito, Timoteo debe nombrar ministros:
Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieras lo deficiente y establecieras ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé. (Tit. 1:5)
No impongas con ligereza las manos a ninguno ni participes en pecados ajenos. Consérvate puro. (1 Ti. 5:22),
Ha de administrar también la disciplina de la iglesia:
ontra un anciano no admitas acusación si no está apoyada por dos o tres testigos.
A los que persisten en pecar, repréndelos delante de todos, para que los demás también teman. Te encarezco delante de Dios, del Señor Jesucristo y de sus ángeles escogidos, que guardes estas cosas sin prejuicios, no haciendo nada con parcialidad. (1 Ti. 5:19s)
Y supervisar el culto público.
En la segunda epístola el apóstol le ruega que vaya adonde él estaba:
Procura venir pronto a verme. (2 Ti. 4:9).
Algunos arguyen que después de la muerte de Pablo, Timoteo siguió su obra con un maestro del círculo paulino que pudiera ser el autor de Hebreos:
Sabed que está en libertad nuestro hermano Timoteo, con el cual, si viene pronto, iré a veros. (He. 13:23).
La tradición lo hizo el primer obispo de Éfeso, fue enterrado allí y luego sus restos fueron trasladados a Constantinopla, pero esto como aquello no tiene fuerza histórica.
Timoteo parece haber sido de carácter tímido y físicamente frágil.
porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. (2 Ti. 1:7ss)
Ya no bebas agua, sino usa de un poco de vino por causa de tu estómago y de tus frecuentes enfermedades. (1 Ti. 5:23)
Pablo le escribe a los corintios, para que él se sienta cómodo y no despreciado:
Si llega Timoteo, procurad que esté con vosotros con tranquilidad, porque él hace la obra del Señor lo mismo que yo. Por tanto, nadie lo tenga en poco, sino encaminadlo en paz para que venga a mí, porque lo espero con los hermanos. (1 Co. 16:10, 11).
Aparentemente la misión de Timoteo a Corinto no tuvo éxito, pero sí la de Tito.
Al acordarme de tus lágrimas, siento deseo de verte, para llenarme de gozo (2 Ti. 1:4)
Era afectuoso o un tanto sentimental, pero no debía dar lugar a los deseos juveniles y no avergonzarse del evangelio.
Huye también de las pasiones juveniles y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor. (2 Ti. 2:22)
Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios. (2 Ti. 1:8)
Pablo lo elogia por su lealtad más que a ningún otro de sus colaboradores.
Tito
Exhorta asimismo a los jóvenes a que sean prudentes. Preséntate tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza, mostrando integridad, seriedad, palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence y no tenga nada malo que decir de vosotros. (Tit. 2:6ss)
Parece ser de la misma edad de Timoteo y es conocido gracias a cuatro epístolas paulinas (Gá., 2 Co., Tit. y 2 Tim.).
Pero ni aun Tito, que estaba conmigo, con todo y ser griego, fue obligado a circuncidarse. (Gá. 2:3)
Tito era gentil (griego) de nacimiento y fue convertido por Pablo, sin pasar primero por el judaísmo.
A Tito, verdadero hijo en la común fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo, nuestro Salvador. (Tit. 1:4)
Se lo encuentra por primera vez como miembro de la comunidad de Antioquía y acompañante de Pablo y Bernabé en su viaje al concilio apostólico.
Después, pasados catorce años, subí otra vez a Jerusalén con Bernabé, llevando también conmigo a Tito. (Gá. 2:1)
De modo que fue colaborador de Pablo antes que Timoteo. Quizá fue acompañante en los restantes viajes, aunque no se lo encuentra hasta el tercer viaje misionero, donde Tito fue quien les llevó a los corintios la "carta severa" y, gracias a su hábil proceder, trajo nuevamente a la obediencia a aquella comunidad casi perdida.
no tuve reposo en mi espíritu, por no haber hallado a mi hermano Tito. Por eso, despidiéndome de ellos, partí para Macedonia. (2 Co. 2:13)
Pero mucho más nos gozamos por el gozo de Tito, que haya sido confortado su espíritu por todos vosotros. Si de algo me he gloriado con él respecto de vosotros, no he sido avergonzado. Al contrario, así como en todo os hemos hablado verdad, también resultó verdad el habernos gloriado con Tito acerca de vosotros. Y su cariño por vosotros es aún más abundante, cuando se acuerda de la obediencia de todos vosotros, de cómo lo recibisteis con temor y temblor. (2 Co. 7:13ss)
de manera que exhortamos a Tito, para que tal como comenzó antes, asimismo acabe también entre vosotros esta obra de gracia. (2 Co. 8:6)
Rogué a Tito, y envié con él al hermano. ¿Os engañó acaso Tito? ¿No hemos procedido con el mismo espíritu? ¿No hemos seguido en las mismas pisadas? (2 Co. 12:18)
Doy gracias a Dios que puso en el corazón de Tito la misma preocupación por vosotros, pues a la verdad recibió la exhortación; pero estando también muy solícito, por su propia voluntad partió para ir a vosotros. (2 Co. 8:16 y 17)
En cuanto a Tito, es mi compañero y colaborador para con vosotros; y en cuanto a nuestros hermanos, son mensajeros de las iglesias y gloria de Cristo. Mostrad, pues, con ellos, ante las iglesias, la prueba de vuestro amor y de nuestro motivo de orgullo respecto de vosotros. (2 Co. 8:23 y 24)
Como portador de la 2 Co. preparó después definitivamente la venida de Pablo. Es evidente que esto lo caracteriza como persona de mucho tacto, y quizá de una personalidad más fuerte que Timoteo.
Si llega Timoteo, procurad que esté con vosotros con tranquilidad, porque él hace la obra del Señor lo mismo que yo. (1 Co. 16:10)
Además, poseía cualidades de administrador. Pablo lo describe como "compañero y colaborador" (2 Co. 8:16ss).
Sólo años más tarde vuelve a encontrárselo en Creta, donde Pablo, después de la libertad del primer encarcelamiento romano, lo había dejado para organizar dicha iglesia, establecer un ministerio digno, vencer la oposición y enseñar sana doctrina.
Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieras lo deficiente y establecieras ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé. (Tit. 1:5ss)
También Pablo le pide que se reúna con él en Nicópolis cuando llegue Artemas o Tíquico.
Cuando te envíe a Artemas o a Tíquico, apresúrate a venir a mí a Nicópolis, porque allí he determinado pasar el invierno. (Tit. 3:12)
Poco antes de la muerte del apóstol marchó a Dalmacia, probablemente por encargo suyo.
Procura venir pronto a verme, porque Demas me ha desamparado, amando este mundo, y se ha ido a Tesalónica. Crescente fue a Galacia, y Tito a Dalmacia. Sólo Lucas está conmigo. Toma a Marcos y tráelo contigo, porque me es útil para el ministerio. A Tíquico lo envié a Éfeso. Trae, cuando vengas, el capote que dejé en Troas en casa de Carpo, y los libros, mayormente los pergaminos. (2 Ti. 4:10)
Según la tradición murió a los noventa y cuatro años de edad en Gortyna (Creta) siendo obispo de la isla. Algunos eruditos sugieren que podría haber sido pariente de Lucas, razón por la cual éste no lo menciona en Hechos.
Paz de Cristo!
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor