LA PUREZA SEXUAL
Visión para vivir: Charles R. Swindoll
Huyan de la inmoralidad sexual. Todos los demás pecados que una persona comete quedan fuera de su cuerpo; pero el que comete inmoralidades sexuales peca contra su propio cuerpo.
1 Co 6.18
Objetivos
- Afirmar la importancia de la santidad en la vida sexual.
Introducción
La tolerancia moral ha erosionado nuestros estándares morales y destruido vidas, hogares y hasta iglesias.
El deterioro de la Integridad moral incluso dentro de la Iglesia es notorio.
La pornografía está dañando matrimonios, erosionando relaciones, cautivando la mente de los jóvenes, y no solo a los jóvenes, también las personas de la edad madura.
¿Somos conscientes del daño que esto está causando?
Hombres y mujeres por igual están metidos en ese problema moral. Las estadísticas muestran que 1 de cada 2 personas tienen problemas con la pornografía.
Esta batalla secreta la están librando incluso pastores, diáconos, servidores y líderes en general de nuestras congregaciones.
La pornografía por medio de su estrategia sutil se ha inmiscuido en nuestras vidas. El internet ha ayudado a la difusión de imágenes obscenas.
¿Qué tan cuidadoso es usted con la santidad personal?
¿Está batallando calladamente en su intensión de permanecer puro para Dios?
Desarrollo
La caída de muchos de nuestros ministros no se dio de la noche a la mañana.
- Lujuria: es el intenso deseo por sal, de un hombre que se está muriendo de sed.
Novelas, revistas, fantasías, encuentros secretos, etc. El peligro es latente.
Por lo demás, hermanos, les pedimos encarecidamente en el nombre del Señor Jesús que sigan progresando en el modo de vivir que agrada a Dios, tal como lo aprendieron de nosotros. De hecho, ya lo están practicando. Ustedes saben cuáles son las instrucciones que les dimos de parte del Señor Jesús.
La voluntad de Dios es que sean santificados; que se aparten de la inmoralidad sexual; que cada uno aprenda a controlar su propio cuerpo de una manera santa y honrosa, sin dejarse llevar por los malos deseos como hacen los paganos, que no conocen a Dios; y que nadie perjudique a su hermano ni se aproveche de él en este asunto. El Señor castiga todo esto, como ya les hemos dicho y advertido. Dios no nos llamó a la impureza sino a la santidad; por tanto, el que rechaza estas instrucciones no rechaza a un hombre sino a Dios, quien les da a ustedes su Espíritu Santo. 1 Tes 4.1–8
- La sola mención de la palabra santidad ya causa incomodidad. No es un tema popular.
Dios quiere que se amos santos como él lo es. No podemos enclaustrar la santidad en conventos, catedrales o seminarios apartados de la sociedad, esa no es la voluntad de Dios.
¿Cómo encaja la palabra santidad en mi vida diaria? ¿Qué significa para mí la palabra santidad? Levantarse a las 4 A.M. a orar, ser delgado, usar barba, vestidos hasta los tobillos, mangas largas, ayunos, uñas limpias, humillación propia, ojos hundidos, asistencia religiosa a los cultos. Nada puede estar más lejos de la verdad.
La santidad es una tarea diaria de todo creyente y se debe reflejar en cada acto, palabra y pensamiento de mi vida.
Habacuc vivía en medio de una espesa neblina de inmoralidad que enceguecía a los judíos, pero clamaba a Dios por una pronta intervención:
«¿Hasta cuándo, Jehová, gritaré
sin que tú escuches,
y clamaré a causa de la violencia
sin que tú salves?
¿Por qué me haces ver iniquidad
y haces que vea tanta maldad?
Ante mí solo hay destrucción y violencia;
pleito y contienda se levantan.
Por eso la Ley se debilita
y el juicio no se ajusta a la verdad;
el impío asedia al justo,
y así se tuerce la justicia. Hab 1.2–4
Habacuc no podía conciliar en su mente la tergiversación de la justicia y la santidad de Dios.
Jeremías, años después de la profecía de Habacuc gemía en su interior por la inmoralidad de sus días en Jerusalén:
¡Corrígete, Jerusalén,
para que no se aparte mi alma de ti,
para que no te convierta en desierto,
en tierra deshabitada! Jr 6.8
¿A quién hablaré y amonestaré, para que escuchen?
Sus oídos son incircuncisos,
y no pueden escuchar;
y la palabra de Jehová les es cosa vergonzosa,
¡no la aman! Jr 6.10
Ya no amaban la santidad.
Por tanto, estoy lleno de la ira de Jehová,
estoy cansado de contenerme. Jr 6.11
Desde el más chico de ellos hasta el más grande,
cada uno sigue la avaricia;
y desde el profeta hasta el sacerdote,
todos son engañadores.
Curan la herida de mi pueblo con liviandad,
diciendo: "Paz, paz",
¡pero no hay paz!
¿Se han avergonzado
de haber hecho abominación?
Ciertamente no se han avergonzado,
ni aun saben tener vergüenza;
por tanto, caerán entre los que caigan;
cuando los castigue caerán,
dice Jehová. Jr 6.13–15
Nuestra conciencia ya no nos aguijonea, y nuestros rostros ya no se poden rojos cuando cometemos maldades.
Para muchos nuestra manera de hablar es lúgubre, hablar de una manera de vida santa y modesta parece pasada de moda. Jeremías anhelaba que Dios interviniera.
- La Revolución Sexual
Muchas cosas que antes eran tabú ahora se habla, se escribe y se muestra sin ningún tapujo.
Vivimos días de libertad de expresión y libertad de estilo. Vídeos, programas, libros, se muestran en todas partes mostrando parejas que no son casados, pero viven juntos y sexualmente activos. El homosexualismo y la promiscuidad sexual son promocionados incluso por los mismos profesionales de la psicología y la consejería sexual.
Cada vez menos adolescentes terminan su bachillerato siendo vírgenes
¡Nadie se sonroja!
Todo lo tenemos al alcance de nuestra manos. Una sencilla llamada, tan complicado como hacer "clic" sobre un aviso. El internet ha hecho todo más accesible y más discreto, porque se hace desde la intimidad de nuestra casa o inclusos de nuestro propio cuarto.
- Lo horrible del pecado y lo más terrible de sus consecuencias.
Dios nos dice claramente que es lo que debemos hacer, es claro y directo.
La santidad no consiste en especulaciones místicas. La santidad consiste básicamente en pensar como Dios piensa y en estar dispuesto a hacer lo que él hace. Esto es lo que Pablo escribe a sus lectores tesalonicenses.
- Irreprensibles en santidad.
Eso es lo que nos conviene a nosotros los santos de Dios. No tener nada de que avergonzarnos, tener seguridad que no hay nada que nos reprochen. Eso es vivir en santidad. Vivir plenamente con mi pareja, en el gozo que Dios diseñó para ser disfrutado en intimidad.
Dios creó el sexo única y exclusivamente para ser disfrutado dentro del matrimonio.
Pablo anhelaba que la verdad de la Palabra de Dios brillara en sus oyentes:
- Sobresalgan en su andar.
Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús que, de la manera que aprendisteis de nosotros cómo os conviene conduciros y agradar a Dios, así abundéis más y más.
Ya sabéis las instrucciones que os dimos por el Señor Jesús. 1 Tes 4.1–2
No sea mediocre, sobresalga. Esa es la vida que Dios diseñó para mí.
La intención de Dios no es frustrarnos, lo que él quiere es que llevemos una vida excelente.
- En su moral absténganse.
La voluntad de Dios es vuestra santificación: que os apartéis de fornicación. 1 Tes 4.3
No tenemos que orar a ver si podemos tener algún tipo de relación sexual ilícita. La inmoralidad no tiene nada que ver con la santidad.
PORNEIA: su significado es muy amplio. Adulterio, fornicación, homosexualismo, pornografía toda forma de práctica sexual ilícita.
Fuera del matrimonio nada, y en el matrimonio hágalo a la manera de Dios.
El consejo del mundo es distinto: tenga cuidado. Pero el consejo de Dios es más enfático: Absténgase.
No impongas con ligereza las manos a ninguno ni participes en pecados ajenos. Consérvate puro. 1 Ti 5.22
Vivir en pureza es dar gloria a aquel que creó el sexo. es respeto propio.
- Santidad y honor.
que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor. 1 Tes 4.4
Algunos piensan que esto significa tener a su cónyuge en santidad, pero más bien es una referencia a su propio cuerpo.
Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros, 2 Co 4.7
Debemos aprender a tener dominio propio, autocontrol, debemos conocernos bien y huir del peligro.
Películas, internet, libros o revistas, algunos ambientes propicios para el pecado.
Huye también de las pasiones juveniles y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor. 2 Ti 2.22
Involucrarse en esfuerzos sanos, buscar amigos que nos ayuden a mantenernos en santidad y honor delante de Dios.
Tenemos que batallar con la idea de sacar adelante nuestra decisión de mantenernos firmes en nuestra
- Consecuencias.
que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano, porque, como ya os hemos dicho y testificado, el Señor es vengador de todo esto. 1 Tes 4.6
No solo se afecta a los involucrados sino a toda la familia y el entorno social.
Dolor
Ansiedad
Culpa
Conflictos
Enfermedades físicas
Problemas sicológicos permanentes
Pérdida del matrimonio,
Ruina en el hogar,
Pérdida del ministerio.
Debemos resistir la tentación. Nuestros hijos y nuestros allegados están pendientes de lo que pasa con nosotros.
- En su razonamiento, recuerden...
Dios no nos ha llamado a inmundicia, sino a santificación. 1 Tes 4.7
Nuestro peregrinaje espiritual.
- Rechazar la santidad es rechazar a Dios.
Así que, el que desecha esto, no desecha a hombre, sino a Dios, que también nos dio su Espíritu Santo. 1 Tes 4.8
¿Tenemos diferencias con los que no son salvos?
Solo usted puede tomar una decisión acertada. Usted tiene el poder para tomar un decisión certera y ser libre
Conclusiones
1. Crucemos esa orilla inmoral del mundo. No se arriesgue a la devastación que causa la inmoralidad sexual.
- ¿Hay alguna sal que usted está deseando aunque está con sed?
- ¿Qué busca usted al relacionarse con las personas del sexo opuesto?
- El agua que apagará la sed de su alma reseca se encuentra solo en Jesucristo. Entréguele su carga al Señor
- Cuidado con esos hábitos pecaminosos que tratan de
- No hay secretos delante de Dios y él es el vengador de todas esas cosas que afectan la moral del ser humano.
- Comience ahora mismo una relación de consagración con Dios. Llénese del Espíritu Santo. Agradézcale a Dios por su sexualidad, y disfrute a plenitud su vida de intimidad en los parámetros que Dios ha establecido.
Paz de Cristo!
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