LA OFRENDA MISIONERA
En gran manera me gocé en el Señor de que ya al fin habéis revivido vuestro interés por mí; ciertamente lo teníais, pero os faltaba la oportunidad para manifestarlo. No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Sin embargo, bien hicisteis en participar conmigo en mi tribulación. Y sabéis también vosotros, filipenses, que al principio de la predicación del evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia participó conmigo en razón de dar y recibir, sino vosotros únicamente, pues aun a Tesalónica me enviasteis una y otra vez para mis necesidades. No es que busque donativos, sino que busco fruto que abunde en vuestra cuenta. Pero todo lo he recibido y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis, olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios. Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. Al Dios y Padre nuestro sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Filipenses 4: 10 al 20
Es común escuchar textos sacados de sus respectivos contextos. Algunas veces nosotros que sabemos esto, lo admitimos, porque los resultados que se nos prometen son alentadores e interesantes. Y uno de esos textos es el que dice:
"Y mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús."
Filipenses 4:19
La ofrenda misionera responde a toda una estructura y a todo un concepto de lo que son las misiones. No es una añadidura ni una carga para la Iglesia local. La ofrenda misionera es una gran bendición tanto para la obra como para quienes partimos de ella.
En principio debemos entender que este texto no es una promesa general, sino una promesa dirigida a los filipenses que habían hecho algo muy loable al contribuir en la obra de Dios en particular con el apóstol Pablo.
Esta iglesia había sido la única, como el mismo Pablo explica, que había sostenido financieramente la labor evangelizadora y cubierto especialmente las necesidades de Pablo. Ninguna otra iglesia lo había hecho. Y tiempo antes de escribir esta carta, había llegado Epafrodito con la contribución de los filipenses.
Naturalmente, Pablo estaba agradecido, porque en este sostenimiento para el misionero, él veía el cuidado que ellos tenían del apóstol.
En todo este pasaje de las ofrendas para sostener a Pablo, hay algunas cosas que debemos notar:
1. En primer lugar el lenguaje sacrificial que utiliza el apóstol:
"fragante aroma, sacrificios aceptable, agradable a Dios".
La ofrenda que ellos habían dado la está definiendo como un sacrificio espiritual hecho por los filipenses. A la luz de los términos que utiliza esta "ofrenda misionera", como la llamaríamos hoy, es una "ofrenda de olor grato", como lo llamaría el Antiguo Testamento. Recordemos que nosotros, como cristianos somos sacerdotes y, como tales, estamos llamados a presentar…
"sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo"
1 P. 2:5
Y las ofrendas en general, y el sostén misionero en particular, son unos de los tantos "sacrificios espirituales".
Si bien el sacrificio personal lo recibe un hombre, la ofrenda como tal la recibe Dios, y él se agrada en ello. El proverbio dice que "el que al pobre da, a Jehová presta" (Pr. 19:17), y Dios no es deudor de nadie.
Al sostener al siervo en su labor misionera uno está proveyendo para que el evangelio siga extendiéndose, lo cual es la voluntad de Dios. Y como estamos en el mundo y las cosas de este mundo cuestan, la labor evangelístico-misionera debe ser costeada.
En este sentido, el Señor había tocado los corazones de los filipenses, y ellos habían sido sensibles a esta necesidad; al obedecer ofrecían este sacrificio espiritual, que obviamente Dios aceptaba.
Pablo estaba ahora bien abastecido, tenía para desenvolverse, aunque momentáneamente estaba en prisión.
2. Lo segundo que es importante recalcar es que Pablo no buscaba el sostén en sí, sino fruto que abundara en la cuenta de los filipenses (4:17).
Él sabía que este sacrificio espiritual que ellos estaban haciendo al sostenerlo iría a redundar en cierto beneficio para ellos.
Muy probablemente él había enseñado al respecto y ellos entendieron este tema.
3. Lo tercero es la actitud de Pablo.
Él sabe vivir de cualquier forma, sea en escasez o en abundancia. Ha sido probado en todo, y su desenvolvimiento en la vida y en el ministerio no dependen primariamente de los recursos financieros.
En otros lugares él tuvo que hacer tiendas para no ser gravoso a nadie, y aun así predicaba y enseñaba.
Él vivía lo que en otro lado enseña: el contentamiento con lo que tenía. Sabía que él estaba en las manos de Dios, él lo había comisionado, y él sostendría su vida y ministerio. No estaba desesperado ni temeroso por lo que sucedería.
4.Y lo cuarto es la promesa que a todos nos gusta:
"Mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús."
Dios no se olvidaría de ese sacrificio espiritual que hicieron, sino que lo recordaría, porque lo recibió. Y así como los filipenses proveyeron para las necesidades de Pablo, Dios proveería para las necesidades de ellos y lo haría en abundancia
Lo triste del caso es que muchas veces sacamos esta última promesa del contexto en que se la presenta y gozosamente esperamos una fantasía.
Porque los filipenses iban a recibir la provisión de Dios, porque ellos previamente habían provisto, y por un buen tiempo, para la obra misionera y, en particular, para el sostén del apóstol.
Algunas veces nosotros queremos recibir la provisión abundante de Dios, pero sin anteriormente proveer a nadie, sin contribuir al sostén de ningún misionero, sin pensar en la obra de Dios. Esto simplemente es pura fantasía; no es lo que está diciendo el texto.
Aquí como en otros lugares, Pablo enseña el ser dadivosos para la extensión del evangelio, no pensando en lo que vamos a recibir de vuelta, sino en lo que otros van a recibir al tener un encuentro con el Señor.
Tener la visión de la extensión del evangelio, de la salvación de numerosas vidas. Lo que antes llegó a nosotros y nos restauró en múltiples formas, ahora también podría llegar a otros. Como gratitud por lo que hizo el Señor por nosotros, queremos que así otros tengan la misma bendición.
Y Dios recompensará en abundancia nuestra actitud.
El secreto de nuestro gozo en el Señor es saber que Dios es fiel a lo que prometió. Sabemos que él cumple.
Quizá nosotros entendemos algo que se llama "abundancia" y que tiene que llegar de una determinada manera y llega de otra, y nos desilusionamos o no lo vemos. No estamos viviendo con "contentamiento"; estamos insatisfechos, y estamos ignorando que aun lo que tenemos, aunque sea poco, ha sido provisto por Dios y él no nos ha abandonado.
Quizá nos falte la otra parte: no la de los filipenses, sino la de Pablo. "Sé vivir en pobreza y sé vivir en prosperidad." Y a continuación pone el otro texto favorito: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece."
Nosotros cambiamos los verbos y los tiempos: "Tuve que vivir en pobreza y quiero vivir en prosperidad".
Independientemente de las circunstancias materiales y financieras, Pablo podía estar gozoso y hacer su labor. Su gozo no dependía de lo engrosado de sus bolsillos y bienes materiales, sino de saber que el favor de Dios reposaba sobre su vida, que la misión seguía adelante, que la gente se convertía, que el infierno se vaciaba, y que había constante gozo en los cielos.
Poderlo todo en Cristo cuando uno nada en la superabundancia no tiene mucha gracia. ¿Así quién no?
El texto más se aplica cuando hay escasez de todo y no obstante "todo lo puedo en Cristo".
El Señor nos fortalece en nuestras debilidades, y aun en debilidades económicas.
Saber vivir gozosamente, independientemente de las condiciones económicas es algo que nosotros debemos aprender, máxime en estos tiempos donde tanto materialismo ha engrosado las filas cristianas.
Aplicación
La Iglesia Pentecostal Unida Latinoamericana es una Iglesia misionera y la ofrenda misionera tiene su base en eso, somos misioneros.
El papel de la Iglesia local es cumplir el propósito de Dios.
Mateo 16.18
La Iglesia tiene un propósito, no es estática, se va moviendo sin que haya quien la detenga. Va trabajando, derribando barreras.
Antes que nada el trabajo misionero es un trabajo espiritual, ¿para qué llamó Dios a Pablo?
Pero levántate y ponte sobre tus pies, porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto y de aquellas en que me apareceré a ti, librándote de tu pueblo y de los gentiles, a quienes ahora te envío para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.
Hechos 26. 16 al 18
La responsabilidad de la Iglesia local es con todo el mundo. Hemos recibido la responsabilidad de evangelizar el mundo. Si todos funcionamos como un revoltijo, las cosas funcionarán bien. Que nos sintamos responsables de llevar el evangelio no solo a Jerusalén, sino a Judea, a Samaria y hasta lo último de la tierra!
pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra
Hechos 1.8
Mientras más corta tengamos la visión más limitados seremos para trabajar. Hemos recibido la orden de evangelizar el mundo…
Y les dijo:
—Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que crea y sea bautizado, será salvo; pero el que no crea, será condenado. Estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios, hablarán nuevas lenguas, tomarán serpientes en las manos y, aunque beban cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.
Marcos 16. 15 al 18
¿En cuantos pasajes se da la gran comisión en la Biblia?
Tenemos el poder del Espíritu Santo,
La Iglesia de Antioquía es un excelente ejemplo misionero:
Ahora bien, los que habían sido esparcidos a causa de la persecución que hubo con motivo de Esteban, pasaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, sin hablar a nadie la palabra, sino solo a los judíos. Pero había entre ellos unos de Chipre y de Cirene, los cuales, cuando entraron en Antioquía, hablaron también a los griegos, anunciando el evangelio del Señor Jesús. Y la mano del Señor estaba con ellos, y gran número creyó y se convirtió al Señor.
Llegó la noticia de estas cosas a oídos de la iglesia que estaba en Jerusalén, y enviaron a Bernabé para que fuera hasta Antioquía. Este, cuando llegó y vio la gracia de Dios, se regocijó y exhortó a todos a que con propósito de corazón permanecieran fieles al Señor. Era un varón bueno, lleno del Espíritu Santo y de fe. Y una gran multitud fue agregada al Señor.
Después fue Bernabé a Tarso en busca de Saulo; y cuando lo halló, lo llevó a Antioquía. Se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente. A los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía.
Hechos 11. 19 al 26
Los que creen no se limitan a predicar a los judíos, solo a un pueblo, sino a todos, sin excepción de etnias. Y no estaban lejos, estaban ahí a la vuelta de la esquina.
La visión para predicar a todos los pueblos debe estar ahí en la Iglesia local. Si tenemos visión y predicamos la Iglesia crece.
Ésta es una ciudad cosmopolita. Aquí usted puede hacer misiones.
"gran numero creyó y se convirtió al Señor"
Las misiones son el medio reproductivo de la Iglesia.
No por dar ofrenda para las misiones a Iglesia local dejará de crecer. Todos lo contrario.
Bernabé y Saulo forman un equipo. En una Iglesia misionera se desarrollan los ministerios. Lea los capítulos 12 y 13, se habían desarrollado los ministerios locales. Los hermanos se van involucrando en el servicio a Dios.
Si hay visión por la obra misionera, seremos sensibles a la voz de Dios, y daremos lo mejor para las misiones.
¿Qué tenemos para dar a las misiones? Demos lo mejor, no lo que sobra, no lo que nos sirve.
La Iglesia en Antioquía es tan particular y especial que fue allí donde se les llamó cristianos a los hermanos por primera vez.
¿De dónde salieron los viajes misioneros de Pablo?
Las misiones son la razón de ser de la Iglesia.
Las misiones son un trabajo integral, no es solo recibir una ofrenda. Hay muchas herramientas para enseñar a la Iglesia sobre las misiones; pero también tenemos cantos, enseñanzas, decoración, oraciones, informes, evangelismo, etc.
¿Qué de más estamos haciendo por las misiones?
¡Qué bueno que pudiéramos no solo sostener al pastor local, sino tambien a otro o a otros que hacen misiones!
La ofrenda misionera no es un concepto aislado en la Iglesia de Jesucristo…
La ofrenda misionera tiene dos caras, la de quien la recibe y la de quien la da.
El misionero depende de Dios y está contento con la provisión de Dios, pero aún así el misionero Pablo que depende de Dios, agradece por lo que ha recibido, da gracias a Dios por la bondad y generosidad de la ofrenda…
"Sin embargo, bien hicisteis… una y otra vez para mis necesidades"
El que recibe la ofrenda misionera esta feliz con lo que Dios le provee, es el misionero, le trabaja a Dios y de él depende su sustento. Pero qué bueno que dé gracias a Dios por nosotros!
Pablo destaca la participación de la Iglesia en la obra misionera. Cuando la Iglesia participa de corazón en esta labor, Dios se agrada.
El día misionero es una fiesta!!
No es que busque donativos, sino que busco fruto que abunde en vuestra cuenta.
¿Para quienes es esa promesa? Para quienes damos ofrenda misionera.
Pero todo lo he recibido y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis, olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios.
Dios ama al dador alegre! Dar para las misiones es una bendición. No tengas temor en comprometerte con las misiones.
Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
¡Qué promesa! y Dios es fiel… Aprendamos a depender de Dios, no de nuestro bolsillo.
Alegría, generosidad, con propósito, conforme Dios nos haya prosperado, así debemos ofrendar.
¡¡Agarra la cuerda que se ahoga el rescatista!!
Bibliografía:
Piccardo, H. R. (2006). Introducción al cuerpo epistolar del Nuevo Testamento : Tomo 2 (1–45). Buenos Aires, Argentina: Ediciones del centro.
Forero, Celestino. Conferencia: La ofrenda misionera. Taller para misioneros, Pereira, COL. 2013.
(Por favor me confirma si lee este correo electrónico)
Muchas gracias.
Paz de Cristo!
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor
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