Cuando el pastor visita en el hospital, hay ciertas normas que debe de seguir. Algunas de ellas son:
(1) No entrar en un cuarto sin tocar a la puerta primero, especialmente si la puerta está cerrada. Uno no sabe qué hay detrás de la puerta cerrada. El médico puede estar presente haciendo un examen del paciente. La enfermera puede estar administrando una inyección o algún otro tratamiento. Es ético tocar a la puerta, y escuchar una invitación para entrar o esperar que alguien abra la puerta.
(2) No debe preguntar al paciente la naturaleza de su enfermedad. En la mayoría de los casos el pastor la sabrá por los familiares y no será necesario preguntar. A veces el paciente le dirá al pastor su problema. A veces el paciente está esperando un diagnóstico después de los exámenes. A veces el paciente sinceramente no sabe qué problema tiene todavía. A veces las personas no quieren decirle al pastor su problema.
(3) No debe criticar al médico, o emitir un juicio negativo sobre el médico ni el tratamiento que el paciente está recibiendo. Puede ser que el paciente haya sido remitido a un especialista por su médico, y no conozca al cirujano o al especialista. Es mejor afirmar la calidad de servicio que se recibe en el hospital o la clínica donde el paciente está internado.
(4) El pastor no debe visitar cuando él mismo está enfermo. Puede contagiar a otros con su resfriado. Si no se siente bien, probablemente no va a inspirar a otros con su visita. Es mejor esperar hasta que se sienta bien para visitar.
(5) No se siente en la cama con el enfermo. Esta práctica está prohibida en la mayoría de los hospitales. A veces los familiares no respetan esta norma, pero el pastor debe respetarla siempre.
(6) No lleve comentarios de cuarto en cuarto acerca de las condiciones de otros que están en el hospital. Es posible contagiar a éstos con las emociones negativas de otros pacientes. El pastor debe mirar a cada paciente en cada cuarto como un caso especial e independiente de todos los demás. Tampoco deber relatar los casos similares de otros miembros en el pasado, ni de familiares que han tenido síntomas parecidos.
(7) No lleve los problemas de la iglesia al cuarto del enfermo, para decirle todo lo malo que está pasando. Si el enfermo es un miembro activo, probablemente va a querer saber cómo andan las cosas, y el pastor puede contestar brevemente compartiendo las experiencias positivas. Los enfermos no necesitan tener que preocuparse sobre algún problema de la iglesia, y el médico estará enojado si se da cuenta de que el pastor u otros miembros están llevando informes negativos que crean tensión en el paciente.
(8) No discuta temas de controversia con el paciente. Si el paciente tiene una teología equivocada, mientras está enfermo en la casa o en el hospital no es el momento para tratar de corregir su teología. La visita pastoral debe ser un aliento para el enfermo.
(9) No alargue mucho la visita. Es mejor visitar por un tiempo breve, averiguar cómo anda el paciente en su tratamiento, referirse a las bendiciones de Dios y los recursos espirituales que están disponibles para el paciente. Mientras está hablando, el pastor puede captar si el Espíritu Santo le está guiando para decir más.
(10) Ofrezca una oración si nota que el paciente está abierto a ella. Si capta que el paciente tiene mucho dolor, o si advierte hostilidad a las cosas espirituales, uno puede asegurarle al paciente que estará orando por él en estos días.
(11) Si hay familiares presentes, puede hablar con ellos brevemente, pero dedíquese principalmente al paciente en su visita. El cuarto del enfermo no es el lugar para escuchar una historia larga de algún familiar.
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