Tiene que ser que el Espíritu no está en contra los institutos bíblicos ni es tan sectario como algunos de nosotros. El primer derramamiento del Espíritu Santo en esta era moderna o postmoderna, o como se llame, se dio el 1 de enero de 1901 -la sola fecha es diciente-. Charles Parham fue pastor metodista; pero no logró entenderse con los directivos de esta iglesia, a quienes acusaba de ser de mente estrecha y de ser sectarios; entonces, renunció a esta misión. En 1900 fundó un instituto bíblico en Topeka, Kansas con 40 estudiantes que procuraban ser testigos más efectivos de Cristo. Los alumnos provenían de diferentes denominaciones -metodistas, del movimiento de santidad y otros-. Había solteros y casados; laicos y otros involucrados en el ministerio.
El método de estudio era sencillo. Escogían un determinado tema bíblico y entre todos se dedicaban a explorar lo que la Biblia enseñaba al respecto. Estudiaron la sanidad divina, la santificación, el arrepentimiento, la conversión y la segunda venida de Cristo; hasta que llegaron al segundo capítulo de Hechos y se convencieron que de todas las manifestaciones sobrenaturales de ese día, el hablar en lenguas predominaba como la señal del bautismo del Espíritu Santo. Todos los alumnos junto con Parham se trazaron la meta de recibir esta experiencia.
La provisión para las necesidades del instituto era milagrosa. Parham testificaba "Todas las cosas se reciben por fe". Le pedimos a Dios la comida y la ropa, y las hemos recibido. Muchas veces he empezado el día sin un centavo y he regresado a casa con 25 dólares; mis oraciones han sido contestadas... Necesitaba un pavo para la navidad con mis estudiantes, oré al respecto y mi oración fue contestada: la esposa de un granjero nos envió un pavo".
Se refería a diciembre de 1900. En la mañana del 1 de enero de 1901 -el primer día del siglo 20- una mujer, Agnes Ozman, pidió a Charles Parham que le impusiera las manos y recibió el bautismo del bautismo del Espíritu Santo hablando en otras lenguas. Durante los siguientes días, varios recibieron esta experiencia, incluido el mismo Parham.
(Tomado del libro El primer avivamiento pentecostal, por James Tyson)
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