Iglesia Pentecostal Unida Latinoamericana Baltimore, MD. Jueves 5 de Diciembre de 2019
¡QUÉ DICHOSOS!
Y sabréis que yo soy Jehová, cuando, por amor de mi nombre, no haga con vosotros según vuestros malos caminos ni según vuestras perversas obras, casa de Israel, dice Jehová, el Señor. (Ezequiel 20:44).
La diferencia entre misericordia y gracia…
No recibimos el castigo que merecíamos, en cambio, hemos recibido su justicia, que no merecíamos. No ha hecho con nosotros conforme a nuestras maldades ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados. El no haber recibido lo que merecíamos, es misericordia; pero el haber recibido lo que no merecíamos, es gracia. Pablo lo explica así escribiendo a los romanos: Pero al que trabaja no se le cuenta el salario como un regalo, sino como deuda; pero al que no trabaja, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia. Por eso también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras, diciendo: «Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, y cuyos pecados son cubiertos. Bienaventurado el hombre a quien el Señor no culpa de pecado».
¡Que el Señor Jesucristo nos regale a todos un hermoso día hoy!
Gracia y Paz
Adonay Rojas Ortiz
Pastor
7869853401
8301 Liberty Rd,
Windsor Mill, MD 21244
Miércoles 7 PM
Domingos 8 AM
https://www.facebook.com/pentecostalesdebaltimore/
pentecostalesdebaltimore@gmail.com
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¡QUÉ DICHOSOS!
Y sabréis que yo soy Jehová, cuando, por amor de mi nombre, no haga con vosotros según vuestros malos caminos ni según vuestras perversas obras, casa de Israel, dice Jehová, el Señor. (Ezequiel 20:44).
La diferencia entre misericordia y gracia…
No recibimos el castigo que merecíamos, en cambio, hemos recibido su justicia, que no merecíamos. No ha hecho con nosotros conforme a nuestras maldades ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados. El no haber recibido lo que merecíamos, es misericordia; pero el haber recibido lo que no merecíamos, es gracia. Pablo lo explica así escribiendo a los romanos: Pero al que trabaja no se le cuenta el salario como un regalo, sino como deuda; pero al que no trabaja, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia. Por eso también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras, diciendo: «Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, y cuyos pecados son cubiertos. Bienaventurado el hombre a quien el Señor no culpa de pecado».
¡Que el Señor Jesucristo nos regale a todos un hermoso día hoy!
Gracia y Paz
Adonay Rojas Ortiz
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