Iglesia Pentecostal Unida Latinoamericana Baltimore, MD. Lunes 11 de Enero de 2021
NOS REDIMIÓ
Cristo nos redimió de la maldición de la Ley, haciéndose maldición por nosotros (pues está escrito: «Maldito todo el que es colgado en un madero»). (Gálatas 3.13)
Se hizo maldición para impartirnos de su santidad.
Si el pecado que Adán cometió hubiese tenido arreglo de alguna forma, con toda seguridad que Dios le hubiese indicado la manera de remediarlo, pero no había modo alguno. Dios produjo la única solución posible y era que Adán muriera por sustitución, que alguien inocente derramase sangre en lugar del culpable. Jesús en el Getsemaní oró "Padre, si es posible pasa de mí esta copa." Pero no era posible. Tenía que morir el postrer Adán. Por lo tanto, la muerte de Jesús era inevitable, y solo la de Él, porque Él tenía poder para ponerla y para volverla a tomar. Nos debe quedar bien claro que el pecado de Adán era imperdonable porque de haber sido posible Dios lo hubiera perdonado para que su Hijo no tuviese que morir. La muerte de Jesús, además, tenía que ser cruenta porque sin derramamiento de sangre no se hace remisión de los pecados. No queda duda que la redención del ser humano es asunto exclusivamente de Dios. El hombre no hizo ni podía hacer algo que resolviera su situación.
¡Que el Señor Jesucristo nos regale a todos un hermoso día hoy!
Maranatha…
¡Gracia y Paz!
Adonay Rojas Ortiz
Pastor
7869853401
8301 Liberty Rd,
Windsor Mill, MD 21244
Domingos 8 AM Y 2 PM
https://www.facebook.com/pentecostalesdebaltimore/
https://www.youtube.com/c/ipulbaltimore/
pentecostalesdebaltimore@gmail.com
--
NOS REDIMIÓ
Cristo nos redimió de la maldición de la Ley, haciéndose maldición por nosotros (pues está escrito: «Maldito todo el que es colgado en un madero»). (Gálatas 3.13)
Se hizo maldición para impartirnos de su santidad.
Si el pecado que Adán cometió hubiese tenido arreglo de alguna forma, con toda seguridad que Dios le hubiese indicado la manera de remediarlo, pero no había modo alguno. Dios produjo la única solución posible y era que Adán muriera por sustitución, que alguien inocente derramase sangre en lugar del culpable. Jesús en el Getsemaní oró "Padre, si es posible pasa de mí esta copa." Pero no era posible. Tenía que morir el postrer Adán. Por lo tanto, la muerte de Jesús era inevitable, y solo la de Él, porque Él tenía poder para ponerla y para volverla a tomar. Nos debe quedar bien claro que el pecado de Adán era imperdonable porque de haber sido posible Dios lo hubiera perdonado para que su Hijo no tuviese que morir. La muerte de Jesús, además, tenía que ser cruenta porque sin derramamiento de sangre no se hace remisión de los pecados. No queda duda que la redención del ser humano es asunto exclusivamente de Dios. El hombre no hizo ni podía hacer algo que resolviera su situación.
¡Que el Señor Jesucristo nos regale a todos un hermoso día hoy!
Maranatha…
¡Gracia y Paz!
Adonay Rojas Ortiz
Pastor
7869853401
8301 Liberty Rd,
Windsor Mill, MD 21244
Domingos 8 AM Y 2 PM
https://www.facebook.com/pentecostalesdebaltimore/
https://www.youtube.com/c/ipulbaltimore/
pentecostalesdebaltimore@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario