Iglesia Pentecostal Unida Latinoamericana Baltimore, MD. Miércoles 6 de Enero de 2021
CRUCIFICADO
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. (Gálatas 2.20)
Mi vida le pertenece a aquel que murió en mi lugar.
Una vez que alguien ha nacido de nuevo, por el poder de la Palabra de Dios en Él, la nueva vida de Cristo es una realidad en esa persona. Pablo trata de ilustrar con este verso que así como la muerte de uno lo libera del poder de la ley, el que se identifica con Cristo en su muerte (cosa que hemos hecho en el bautismo en agua en el nombre de Jesús) queda libre del poder que lo condenaba. Y en virtud de la resurrección de Cristo, con la que también nos identificamos en el bautismo, el creyente es resucitado para llevar una vida nueva, por la fe en Cristo, a través del Espíritu Santo. Hemos muerto a nuestros deseos pecaminosos, seguimos con vida, sí es verdad, pero esta ya no es nuestra vida, es la vida de Jesús en nosotros. Es como si le prestáramos nuestro cuerpo al Señor Jesús para que vea, hable, y actúe, a través nuestro. De tal modo que todas las cosas que ahora hacemos, pensamos, hablamos, ocurren por el poder de esa nueva vida en Cristo. Entendámoslo bien, hemos muerto y ahora es Jesús quien vive en nosotros.
¡Que el Señor Jesucristo nos regale a todos un hermoso día hoy!
Maranatha…
¡Gracia y Paz!
Adonay Rojas Ortiz
Pastor
7869853401
8301 Liberty Rd,
Windsor Mill, MD 21244
Domingos 8 AM Y 2 PM
https://www.facebook.com/pentecostalesdebaltimore/
https://www.youtube.com/c/ipulbaltimore/
pentecostalesdebaltimore@gmail.com
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CRUCIFICADO
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. (Gálatas 2.20)
Mi vida le pertenece a aquel que murió en mi lugar.
Una vez que alguien ha nacido de nuevo, por el poder de la Palabra de Dios en Él, la nueva vida de Cristo es una realidad en esa persona. Pablo trata de ilustrar con este verso que así como la muerte de uno lo libera del poder de la ley, el que se identifica con Cristo en su muerte (cosa que hemos hecho en el bautismo en agua en el nombre de Jesús) queda libre del poder que lo condenaba. Y en virtud de la resurrección de Cristo, con la que también nos identificamos en el bautismo, el creyente es resucitado para llevar una vida nueva, por la fe en Cristo, a través del Espíritu Santo. Hemos muerto a nuestros deseos pecaminosos, seguimos con vida, sí es verdad, pero esta ya no es nuestra vida, es la vida de Jesús en nosotros. Es como si le prestáramos nuestro cuerpo al Señor Jesús para que vea, hable, y actúe, a través nuestro. De tal modo que todas las cosas que ahora hacemos, pensamos, hablamos, ocurren por el poder de esa nueva vida en Cristo. Entendámoslo bien, hemos muerto y ahora es Jesús quien vive en nosotros.
¡Que el Señor Jesucristo nos regale a todos un hermoso día hoy!
Maranatha…
¡Gracia y Paz!
Adonay Rojas Ortiz
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