miércoles, 21 de agosto de 2024

Justicia tsédeq


El Dilema Moderno-Fundamentalista y la Importancia de la Justicia Bíblica

A principios del siglo XX, el panorama del cristianismo fue sacudido por la controversia modernista-fundamentalista. Los modernistas decidieron seguir la enseñanza ética de Jesús, destacando las implicaciones sociales del evangelio, pero ya no aceptaban las afirmaciones teológicas tradicionalmente sostenidas de Jesús. Por el contrario, los fundamentalistas, luchando con complejos problemas sociales de su época, decidieron centrarse exclusivamente en los aspectos espirituales del evangelio. Sin embargo, tanto los modernistas como los fundamentalistas crearon una falsa dicotomía entre la fe y la práctica; las Escrituras rechazan esta distinción.

El término hebreo bíblico tsédeq ("justicia") habla de ambos. El término tsédeq no concibe la justicia en un sentido puramente teológico abstracto; describe las acciones y comportamientos prácticos que cumplen con las exigencias que Dios considera aceptables. Es cierto que Dios consideró justo (tsědāqāh) a Abraham por su fe (Génesis 15:6), pero también lo llamó a él y a sus descendientes a caminar en el camino de Yahveh "haciendo" justicia (tsědāqāh) (Génesis 18:19). Moisés explicó que Dios consideraría justos (tsědāqāh) a los antiguos israelitas si creían en Yahveh y se comportaban de acuerdo con los estándares éticos de la Torá (Deuteronomio 6:25). Y Moisés enfatizó que este no era un estándar imposible (Deuteronomio 30:11-14). El tipo de justicia que Dios requiere es tan práctica como tratar a los pobres con compasión (Deuteronomio 24:13; cf. Mateo 25:34-40).

Las Escrituras hebreas enfatizan que tsédeq ("justicia") debe abarcar todos los aspectos de nuestras vidas, incluyendo las esferas moral, ética, social y personal. La justicia debe impactar cómo llevamos a cabo nuestras transacciones financieras con los demás: Dios requería que los antiguos comerciantes israelitas usaran pesos y medidas precisas al vender y comprar productos básicos como el grano y el trigo.1 La justicia debe impactar cómo aquellos en posiciones de poder tratan a aquellos que son fácilmente explotados: Dios requería que los antiguos gobernantes israelitas promovieran la justicia social protegiendo a los socialmente vulnerables.2 La justicia debe impactar cómo aquellos confiados para tomar decisiones judiciales se comprometen a tomar decisiones justas e imparciales: Dios requería que los antiguos jueces israelitas no mostraran parcialidad hacia los ricos sobre los pobres y no favorecieran al ciudadano nativo sobre el residente extranjero;3 de manera similar, Dios requería que los testigos en un tribunal de ley dijeran la verdad y no cometieran perjurio.4 La justicia debe impactar la vida de fe: Dios llama a aquellos que confían en él para salvación a perseguir la justicia moral y ética en las acciones de nuestra vida cotidiana.5

El Salmo 15 da voz poética a la integración de la creencia y el comportamiento. El salmo, imitando una liturgia de entrada al templo, se abre con una secuencia de pregunta/respuesta que los antiguos israelitas ponderaban al acercarse a adorar a Yahveh en el Monte Sion: "SEÑOR, ¿quién puede morar en tu tienda? ¿Quién puede habitar en tu santo monte? El que camina con integridad, practica la justicia (pōʿēl tsédeq) y habla verdad en su corazón" (vv. 1-2). En efecto, David explica que el tipo de "invitado" que Dios da la bienvenida a su "tienda" son aquellos cuyas vidas están marcadas por la justicia ética. Isaías hizo eco del mismo sentimiento, "No hay ojo que haya visto a ningún Dios como Tú, que interviene en favor de aquellos que esperan en Él; Tú liberas a aquellos que se deleitan en hacer justicia (ʿēśēh tsédeq)" (Isaías 64:4-5).

Por lo tanto, David e Isaías están de acuerdo con Abraham y Moisés: nunca debemos divorciar el comportamiento ético (ortopraxis) de la creencia teológica (ortodoxia). Mientras que la gracia de Dios proporciona al creyente una posición de justicia posicional, la verdadera fe salvadora también debe integrarse con la justicia ética y demostrarse en la práctica de la vida cotidiana.

Por Gordon Johnston, ThD 

1 Levítico 19:36; Deuteronomio 25:15; Ezequiel 45:10 

2 Isaías 11:4; 16:5; 32:1; Jeremías 22:13; Salmos 45:7; 58:1; 89:14; Proverbios 8:15-16; 16:13; 25:5; Eclesiastés 5:

3 Levítico 19:15; Deuteronomio 1:16; 16:18; Isaías 1:26; Proverbios 31:

4 Isaías 59:4; Proverbios 12:17 

5 Isaías 51:1; 64:5; Oseas 10:12; Sofonías 2:3; Salmos 15:2; 18:20, 24; 23:3; 119:121

El Dr. Gordon Johnston posee una profundidad de especialista y una amplitud de generalista. Conocido por su investigación exhaustiva y su meticuloso detalle, le encanta ayudar a los estudiantes a ver los amplios temas que unifican las Escrituras. Tiene títulos en griego clásico, hebreo bíblico y lenguas semíticas, así como estudios de posgrado en hitita como profesor de investigación visitante en la Universidad de Chicago (2010-11). Sus intereses de investigación/enseñanza incluyen la literatura de sabiduría y la teología bíblica. El Dr. Johnston ha publicado numerosos artículos en revistas académicas, ha contribuido a la NET Bible y ha coescrito un monográfico titulado "Jesús el Mesías". Gordon y el amor de su vida, su esposa Danielle, han sido bendecidos con tres hijos muy queridos.

sábado, 17 de agosto de 2024

INTRODUCCIÓN A LA TEOLOGÍA BÍBLICA

 

DEFINICIÓN

 

El término teología bíblica puede utilizarse de diferentes maneras. Aunque el uso adoptado en este volumen se centra en un método especial de estudio teológico, debe entenderse que el término se utiliza ampliamente para referirse a un movimiento que es básicamente antagónico a la fe evangélica. Este uso negativo se considera aquí y se descarta antes de discutir el significado legítimo de la teología bíblica.

 

En primer lugar, esta expresión se utiliza para describir el movimiento de la teología bíblica. Éste fue una consecuencia del liberalismo y la neoortodoxia. Comenzó con la publicación del primer volumen de teología del Antiguo Testamento de Walther Eichrodt en 1933 y terminó con la publicación del segundo volumen de teología del Antiguo Testamento de von Rad en 1960.1 Brevard Childs sugiere que el movimiento experimentó su desaparición en mayo de 1963 con la publicación de Honest to God de John A. T. Robinson.

 

El movimiento fue inicialmente una reacción al liberalismo y buscaba un retorno al estudio exegético de las Escrituras, haciendo especial hincapié en el estudio de las palabras bíblicas. El monumental Diccionario Teológico del Nuevo Testamento de Kittel, en diez volúmenes, es una consecuencia de ello. Como movimiento, sin embargo, nunca se separó de sus fundamentos liberales; mantuvo la metodología histórico-crítica. Por ejemplo, al estudiar los Evangelios, los seguidores del movimiento de teología bíblica aplicaron la metodología histórico-crítica para intentar descubrir cuáles de las palabras atribuidas a Cristo fueron pronunciadas realmente por Él.

 

Aunque el movimiento reconoció la debilidad del mensaje del liberalismo de los siglos XVIII y XIX, conservó los presupuestos liberales relativos a la Biblia. Sus partidarios mantenían la visión neoortodoxa de la revelación, enseñaban la evolución como teoría de los orígenes y hacían hincapié en el aspecto humano de la Biblia más que en el divino. Como resultado, el movimiento era contraproducente. Era imposible realizar un estudio exegético serio de las Escrituras y negar al mismo tiempo la autoridad de las mismas.2

 

La segunda forma en que se utiliza el término teología bíblica es para la metodología que toma su material de una manera históricamente orientada del Antiguo y Nuevo Testamento y llega a una teología. Es de naturaleza exegética, ya que extrae su material de la Biblia en contraposición a una comprensión filosófica de la teología; hace hincapié en las circunstancias históricas en las que se propusieron las doctrinas; examina la teología dentro de un período determinado de la historia (como en las eras noájica o abrahámica) o de un escritor individual (como los escritos paulinos o joánicos).

 

La teología bíblica en el sentido arriba definido puede denominarse "aquella rama de la ciencia teológica que se ocupa sistemáticamente del progreso históricamente condicionado de la autorrevelación de Dios depositada en la Biblia."3

 

Es importante observar varios elementos en esta definición:4

 

Sistematización

 

La teología bíblica investiga los periodos de la historia en los que Dios se ha revelado o los énfasis doctrinales de los distintos escritores bíblicos expuestos de forma sistemática. La teología bíblica, aunque se presenta de forma sistematizada, es distinta de la teología sistemática que asimila la verdad de toda la Biblia y de fuera de las Escrituras al sistematizar la doctrina bíblica. La teología bíblica es más estrecha. Se concentra en el énfasis de un determinado período de la historia, como en el Antiguo Testamento, o en la enseñanza explícita de un escritor concreto, como en el Nuevo Testamento.

 

Historia

 

La teología bíblica presta atención a las importantes circunstancias históricas en las que se dieron las doctrinas bíblicas. ¿Qué se puede aprender de la época de la revelación en el Antiguo Testamento? ¿Cuáles fueron las circunstancias en que se escribieron Mateo o Juan? ¿Cuáles fueron las circunstancias de los destinatarios de la carta a los Hebreos? Son preguntas importantes que ayudan a resolver el énfasis doctrinal de un periodo concreto o de un escritor específico.

 

El progreso de la Revelación

 

Una doctrina ortodoxa que los evangélicos han mantenido durante mucho tiempo es la creencia en la revelación progresiva; Dios no reveló toda la verdad sobre Sí mismo de una sola vez, sino que se reveló "poco a poco", porción a porción, a diferentes personas a lo largo de la historia (cf. Heb. 1:1). La teología bíblica rastrea ese progreso de la revelación, señalando la revelación relativa a Sí mismo que Dios ha dado en una época concreta o a través de un escritor concreto. Así, la auto-revelación de Dios no fue tan avanzada para Noé y Abraham como lo fue para Isaías. Un libro anterior del Nuevo Testamento, como Santiago, refleja una visión más primitiva de la Iglesia que libros escritos más tarde, como las epístolas pastorales.

 

Naturaleza bíblica

 

A diferencia de la teología sistemática, que extrae su información sobre Dios de todas y cada una de las fuentes, la teología bíblica tiene un enfoque más restringido, extrayendo su información de la Biblia (y de la información histórica que amplía o aclara los acontecimientos históricos de la Biblia). La teología bíblica es, por tanto, de naturaleza exegética, examinando las doctrinas en los diversos periodos de la historia o examinando las palabras y declaraciones de un escritor concreto. Esto permite al estudiante determinar la auto-revelación de Dios en un determinado período de la historia.

 

RELACIÓN CON OTRAS DISCIPLINAS5

 

Estudios exegéticos

 

La teología bíblica tiene una relación directa con la exégesis ("explicar; interpretar"), en la medida en que la teología bíblica es el resultado de la exégesis. La exégesis es el fundamento de la teología bíblica. La exégesis exige un análisis del texto bíblico según la metodología literal-gramatical-histórica. (1) El pasaje en cuestión debe estudiarse según el sentido normal del lenguaje. ¿Cómo se entiende normalmente la palabra o el enunciado? (2) El pasaje debe estudiarse según las reglas de la gramática; la exégesis exige un examen de los sustantivos, verbos, preposiciones, etc., para una comprensión adecuada del pasaje. (3) El pasaje debe estudiarse en su contexto histórico. ¿Cuáles eran las circunstancias políticas, sociales y, sobre todo, culturales que lo rodeaban? La teología bíblica no termina con la exégesis, pero debe comenzar por ella. El teólogo debe ser hermenéuticamente exigente en el análisis del texto para comprender correctamente lo que escribieron Mateo, Pablo o Juan.

 

Estudios introductorios

 

Aunque no es el propósito de la teología bíblica proporcionar una discusión detallada de los asuntos introductorios, es esencial cierta discusión ya que las soluciones interpretativas a veces están directamente relacionadas con los estudios introductorios. La introducción determina cuestiones como la autoría, la fecha, los destinatarios y la ocasión y el propósito de la escritura. Por ejemplo, la datación del libro de Hebreos es significativa en la medida en que se relaciona con el grado de sufrimiento de la audiencia a la que se escribe el libro. La persecución se agravó tras el incendio de Roma en el año 64 d.C.. Aún más crítica es la cuestión de los destinatarios en Hebreos. Si se entiende que los destinatarios son no creyentes, el libro se estudiará de una manera; si se entiende que los destinatarios son cristianos hebreos, el libro se entenderá de otra manera. A modo de otros ejemplos, las audiencias de Mateo, Marcos y Lucas también determinan cómo se evalúa a estos escritores. Por ejemplo, el punto de vista teológico de Mateo debe entenderse desde el punto de vista de haber sido escrito para un público judío. El punto de vista teológico del escritor está claramente relacionado con cuestiones introductorias.

 

  RELACIÓN DE LA TEOLOGÍA BÍBLICA CON OTRAS DISCIPLINAS



Estudios de Teología Sistemática

 

Existen similitudes y diferencias entre la teología bíblica y la sistemática. Ambas tienen sus raíces en el análisis de las Escrituras, aunque la teología sistemática también busca la verdad en fuentes ajenas a la Biblia. Al observar la relación de estas dos teologías, se pueden observar numerosas distinciones. (1) La teología bíblica es preliminar a la teología sistemática; la exégesis conduce a la teología bíblica, que a su vez conduce a la teología sistemática. (2) La teología bíblica trata de determinar lo que los escritores bíblicos dijeron sobre una cuestión teológica, mientras que la teología sistemática explica también por qué algo es verdad, añadiendo un punto de vista filosófico. (3) Mientras que la teología bíblica proporciona el punto de vista del escritor bíblico, la teología sistemática ofrece una discusión doctrinal desde un punto de vista contemporáneo. (4) La teología bíblica analiza el material de un escritor o período de la historia en particular, mientras que la teología sistemática investiga todos los materiales tanto bíblicos como extrabíblicos que se relacionan con un asunto doctrinal en particular.

 

  SECUENCIA DE TEOLOGÍA BÍBLICA

 


    En la página siguiente se describen los contrastes entre la teología bíblica y la sistemática.

 

  CONTRASTES ENTRE TEOLOGÍA BÍBLICA Y SISTEMÁTICA

  


METODOLOGÍA

 

La teología bíblica del Antiguo Testamento se comprende mejor cuando se examina el Antiguo Testamento en busca de un "centro" o principio unificador. Se han sugerido muchas propuestas diferentes sobre un tema unificador del Antiguo Testamento. Walter Kaiser ha sugerido la "promesa" como tema unificador; Elmer Martens sugiere el "designio de Dios" como punto central; mientras que Eugene Merrill sugiere el "reino" como tema subyacente del Antiguo Testamento. Sea cual sea el tema que se destaque, la teología bíblica del Antiguo Testamento debería ser capaz de ver el desarrollo de ese tema en los diferentes periodos del Antiguo Testamento (revelación progresiva). (Véase un análisis más detallado de la metodología en "Introducción a la teología del Antiguo Testamento", cap. 2.)

 

Dado que la redacción de los libros del Nuevo Testamento abarcó probablemente menos de cincuenta años,6  la teología bíblica del Nuevo Testamento debe ocuparse del punto de vista de los distintos autores neotestamentarios. Así, la teología bíblica del Nuevo Testamento se estudia según la teología paulina, la teología petrina, la teología juanina, etcétera. Este estudio evalúa qué doctrinas particulares enfatizaron los escritores del Nuevo Testamento y cómo desarrollaron esas doctrinas. (Véase un análisis más detallado de la metodología en "Introducción a la teología del Nuevo Testamento", cap. IX). 9.)

 

IMPORTANCIA7

 

Muestra el desarrollo histórico de la doctrina

 

La teología bíblica es importante porque impide el estudio de la doctrina al margen de su contexto histórico. En el estudio de la teología sistemática es totalmente posible ignorar el contexto histórico de la verdad doctrinal; la teología bíblica sirve para evitar ese problema prestando atención al medio histórico en el que se dio la doctrina.

 

Muestra el énfasis del escritor

 

La teología bíblica revela la enseñanza doctrinal de un escritor concreto o de todo un periodo. En ese sentido, la teología bíblica sistematiza las Escrituras pertinentes a un escritor o período y determina la enseñanza principal o el enfoque doctrinal del escritor o período de tiempo. Permite al estudiante determinar lo que se enfatizó durante la era abrahámica o lo que enfatizó el apóstol Juan, proporcionando una perspectiva diferente de la que normalmente se alcanza mediante el estudio de la teología sistemática.

 

Muestra el elemento humano en la inspiración

 

Si bien es cierto que la Biblia es verbalmente inspirada e inerrante, también lo es que los escritores de las Escrituras escribieron cada uno según su estilo distintivo. La teología bíblica hace hincapié en el factor humano en la redacción de las Escrituras (pero sin excluir la inspiración). Así, la teología bíblica se propone descubrir lo que Juan o Pablo enseñaron o lo que se subrayó durante un período de la historia del Antiguo Testamento. La teología bíblica "señala los antecedentes individuales, el interés y el estilo de los autores. La teología bíblica hace hincapié en el papel que tuvieron los escritores en la composición de la Palabra de Dios, aunque, por supuesto, basándose en la superintendencia divina de los escritos."8

[1]

 

 

PARA PROFUNDIZAR EN LA TEOLOGÍA BÍBLICA

* Geoffrey W. Bromiley. "Teología bíblica". En Baker's Dictionary of Theology, Everett F. Harrison, ed., Grand Rapids: Baker, 1960. 95-97.

** Brevard S. Childs. Biblical Theology in Crisis. Philadelphia: Westminster, 1970.

** Donald Guthrie. Teología del Nuevo Testamento. Downers Grove, Ill.: InterVarsity, 1981. 21-74.

** Gerhard Hasel. Teología del Antiguo Testamento: Cuestiones básicas en el debate actual. Rev. ed. Grand Rapids: Eerdmans, 1982. Se trata de una obra importante en la discusión de la metodología de la teología del Antiguo Testamento.

* "Movimiento de Teología Bíblica". En Diccionario Evangélico de Teología. Editado por Walter A. Elwell. Grand Rapids: Baker, 1984. 149-52.

** Walter C. Kaiser Jr. Toward an Old Testament Theology. Grand Rapids: Zondervan, 1978. 1-19.

** Elmer A. Martens. El designio de Dios: A Focus on Old Testament Theology. Grand Rapids: Baker, 1981.

* J. Barton Payne. The Theology of the Older Testament (La teología del Antiguo Testamento). Grand Rapids: Zondervan, 1962. 15-24.

* Charles C. Ryrie. Teología bíblica del Nuevo Testamento. Chicago: Moody, 1959. 11-24.

* Geerhardus Vos. Teología bíblica: Antiguo y Nuevo Testamento. Grand Rapids: Eerdmans, 1948. 3-18.



1 J. Goldingay, "The Study of Old Testament Theology: Its Aims and Purpose," Tyndale Bulletin 26 (1975), 34.

2 For a conservative discussion, evaluation, and critique see G. F. Hasel, "Biblical Theology Movement," in Walter A. Elwell, ed., Evangelical Dictionary of Theology (Grand Rapids: Baker, 1984), 149–52; and Geoffrey W. Bromiley, "Biblical Theology," in Baker's Dictionary of Theology, Everett F. Harrison, ed., (Grand Rapids: Baker, 1960), 95–97. For a nonconservative evaluation see Brevard S. Childs, Biblical Theology in Crisis (Philadelphia: Westminster, 1970) and James Barr, "Trends and Prospects in Biblical Theology," Journal of Theological Studies 25 (1974): 265–82.

3 Charles C. Ryrie, Biblical Theology of the New Testament (Chicago: Moody, 1959), 12. See also the helpful brief discussion in Charles C. Ryrie, Basic Theology (Wheaton: Victor, 1986), 14.

4 Ryrie, Biblical Theology of the New Testament, 12–14.

5 See discussion by Ryrie, Biblical Theology of the New Testament, 14–19; and Geerhardus Vos, Biblical Theology: Old and New Testaments (Grand Rapids: Eerdmans, 1948), 14–16.

6 Less than thirty years according to John A. T. Robinson, Redating the New Testament (Philadelphia: Westminster, 1976), 352.

7 See Ryrie, Biblical Theology of the New Testament, 20–24; and Vos, Biblical Theology, 17–18.

8 Ryrie, Biblical Theology of the New Testament, 23.

[1] Paul Enns, The Moody Handbook of Theology, ed. Jim Vincent and Allan Sholes, Revised and Expanded. (Chicago, IL: Moody Publishers, 2014), 21–29.


--
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor
http://adonayrojasortiz.blogspot.com


LA ÚLTIMA CENA Y LA PASCUA

LA ÚLTIMA CENA Y LA PASCUA

En los Sinópticos la última cena se nos presenta como el banquete de la Pascua (p. ej. Mt. 14:12s.), pero en Juan parece ser que Jesús fue crucificado cuando se estaban sacrificando los animales para la Pascua98, por lo que la última cena tuvo que tener lugar antes de la Pascua (Jn. 13:1, 29; 18:28; 19:36).

Los principales argumentos en los que se basan los que creen que la última cena coincidió con la celebración de la Pascua son los siguientes:

1. Tenemos menciones explícitas de que así fue: Mt. 26:2, 17, 18, 19; Mr. 14:1, 12, 14, 16; Lc. 22:1, 7, 8, 11, 13, 15. En estos textos se dice claramente que Jesús y sus discípulos comieron la Pascua en la última cena.

2. La última cena tuvo lugar por la noche, tal y como requería la celebración de la Pascua, mientras que las otras comidas que Jesús celebraba con sus discípulos tenían lugar durante el día.

3. Todos estaban reclinados, lo cual era poco usual en una comida normal (esa era un postura típica de una celebración). Para algunos, ese argumento no tiene mucho peso, pero, unido al resto, es una indicación más a favor de que la cena del aposento alto coincidió con la Pascua.

4. Antes del partimiento del pan habían comido un plato, mientras que en una ocasión normal el partimiento del pan era la primera parte de la comida.

5. Tomaron vino, tal y como se hacía al comer la Pascua.

6. Después de la comida cantaron un himno, lo que apunta al Hallel que tenía lugar al final del banquete pascual.

7. Después de la cena, Jesús fue al huerto de Getsemaní, y no a Betania. Betania estaba demasiado lejos como para ir la noche de la Pascua99.

8. Las palabras de la institución nos recuerdan la costumbre de que el anfitrión del banquete pascual explicaba su significado.

9. Las palabras "da algo a los pobres" (13:29) podría estar relacionado con las limosnas que debían ofrecerse durante la festividad.

10. Los argumentos en contra de esta posición son, en general, fácilmente rebatibles.

Sin embargo, muchos eruditos no están del todo convencidos de que los argumentos arriba mencionados sean del todo válidos, por las razones siguientes:

1. Al pan se le llama ἄρτος, y no ἄζυμα, y en la Pascua se comía pan sin levadura. (La iglesia de oriente usa pan con levadura cuando celebra la Santa Cena; parece ser que la iglesia occidental hizo lo mismo hasta el siglo XI)100.

2. No se mencionan los elementos característicos del banquete pascual, como el animal sacrificado o las hierbas amargas.

3. Usaron una misma copa, y en la Pascua debían usarse copas individuales.

4. Los Sinópticos nos dicen que los judíos no querían arrestar a Jesús durante la fiesta (Mt. 26:5; Mr. 14:2). Si la última cena tuvo lugar en la Pascua, sí que arrestaron a Jesús durante la fiesta.

5. Tenemos un número de acontecimientos que estaban prohibidos durante la fiesta:

(a) Jesús fue a Getsemaní (que estaba fuera de Jerusalén)101.

(b) Llevaban armas.

(c) La sesión del Sanedrín y la condena del Señor la misma noche de la Pascua.

(d) Simón venía del campo (Mr. 15:21), lo que indicaba que había estado trabajando.

(e) José de Arimatea compró una sábana en la víspera de la fiesta.

(f) El entierro del cuerpo de Jesús.

6. La Pascua se comía en familia. En la última cena no hay ni mujeres ni niños. Y el que preside la ceremonia es Jesús, y no el paterfamilias.

7. Hay una tradición judía que dice que Jesús fue ejecutado "en la víspera de la Pascua" (Sanh. 43a).

8. El argumento de mayor peso es la cronología joánica. Al principio del discurso de despedida, Juan dice: "Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús…" (Jn. 13:1). Puede que el significado de estas palabras sea que Jesús ya sabía algunas cosas mucho antes de que llegara la Pascua. Pero también podría significar que los acontecimientos que iba a describir a continuación ocurrieran antes de que comenzara la fiesta. Un poco más adelante, Juan recoge que Jesús le dice a Judas: "Compra lo que necesitamos para la fiesta" (13:29), por lo que es lógico pensar que la fiesta aún no había llegado. La siguiente referencia es aún más importante.: "Entonces [los judíos] llevaron a Jesús de casa de Caifás al Pretorio. Era muy de mañana, y ellos no entraron al Pretorio para no contaminarse y poder comer la Pascua" (18:28). De nuevo, parece ser que la Pascua aún no había comenzado, lo que está respaldado por lo que encontramos en 19:14: "era la preparación de la Pascua". La duda surge porque "la preparación" había pasado a significar lo mismo que "el viernes" (dado que se hablaba de "la preparación del Sabat"). Así que puede que el significado real de este término sea "el viernes de la semana de la Pascua", "el viernes de Pascua"102.

Finalmente, Juan nos dice si un soldado le clavó a Jesús una espada en el costado, en vez de romperle las piernas, fue "para que se cumpliera la Escritura: 'No será quebrantado hueso suyo' " (19:36). Parece ser que estamos ante una referencia a la norma que decía que no se podían quebrar los huesos del animal que iba a servir como sacrificio pascual (Éx. 12:46; Núm. 9:12). Juan quería que viésemos a Jesús como el auténtico sacrificio pascual (cf. la opinión similar de Pablo, 1 Co. 5:7)103.

Estas son las evidencias que tenemos. Es posible interpretarlas de forma que surjan muchas posiciones diferentes. Si nos centramos en las perspectivas que tienen en cuenta la historicidad de uno o más acontecimientos, las siguientes posiciones son posibles:

1. No podemos armonizar los dos relatos (el sinóptico y el joánico), y nos decantamos por el de Juan.

2. No podemos armonizar los dos relatos, y nos decantamos por el de los Sinópticos.

3. La celebración de la Pascua ocurrió como narran los Sinópticos (es decir, coincidió con la última cena), y Juan no lo contradice.

4. La celebración de la Pascua ocurrió como narra Juan, y los Sinópticos no lo contradicen.

5. Había diferentes calendarios, y los Sinópticos siguieron uno y Juan otro.

No hace falta decir mucho sobre los dos primeros posicionamientos. Ya hemos resumido las evidencias existentes. Si sostenemos que la armonización no es posible, entonces tenemos que decidir qué relato nos parece más exacto. La mayoría de los autores contemporáneos optan por la primera posición104.

Muchos eruditos han adoptado la tercera posición. Según ésta, Juan 13:1 debería interpretarse de la siguiente forma: "Antes de que comenzara la fiesta de la Pascua, Jesús ya sabía que su hora había llegado…" (Traducción de Knox; cf. otros como Moffatt, Goodspeed, etc.; Bultmann en su comentario respalda esta interpretación, aunque Reconoce que en este texto hay una confusión textual). Gramaticalmente hablando, εἰδώς podría estar unido a lo que le antecede, como la traducción de Knox indica, aunque hay que tener en cuenta que también sería posible leer "Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado…"105. La principal dificultad con la que se encuentran los que así creen es la expresión "poder comer la Pascua" (Jn. 18:28; la misma expresión equivalente a "comer la Pascua" la encontramos en Mt. 26:17; Mr. 14:12; Lc. 22:15). Sería lo mismo que decir "guardar la fiesta de los panes sin levadura" o quizá referirse a una u otra de las comidas que formaban parte de la celebración. Nombres como Zahn y otros respaldan esta opinión, y más recientemente también se les ha unido Geldenhuys. No obstante, se encuentran con un problema: en la Antigüedad no hay ningún ejemplo en el que esta expresión no signifique "comer la cena de la Pascua"106. Geldenhuys cita ejemplos del uso de τὸ πάσχα referirse a toda la fiesta de los panes sin levadura (Lc. 22:1; Hch. 12:1), y dice que "Juan mismo usa con frecuencia τὸ πάσχα en ese sentido, p. ej. en Jn. 2:13; 6:4; 11:55; 18:39, etc."107. Pero en ninguno de estos pasajes queda claro que τὸ πάσχα se refiera a la Fiesta de los Panes sin Levadura, diferenciándola así de la cena pascual propiamente dicha. Este detalle es de suma importancia. Geldenhuys no se da cuenta de que su posicionamiento necesita que τὸ πάσχα no signifique la Pascua más la fiesta de los panes sin levadura, sino que, teniendo en cuenta que la cena pascual ya había tenido lugar (Jn. 18:28), signifique la fiesta de los panes sin levadura sin la cena pascual la cena pascual. Ogg nos recuerda que algunos investigadores niegan incluso la primera posibilidad: "Sostienen que la Pascua siempre ha sido una referencia a la cena pascual, nunca tuvo otra acepción; y, si no hubiera sido por el empeño de armonizar los relatos sinóptico y joánico, a nadie se le habría ocurrido jamás que 'Pascua' podía tener otro significado"108.

Dudo que la posición tan extrema de Ogg pueda sostenerse. Las evidencias del mismo Nuevo Testamento, y otras evidencias ofrecidas por Geldenhuys y otros, son una prueba suficientemente clara de que el término "Pascua" podía usarse para más cosas aparte de la cena pascual. Pero las palabras de Zahn son importantes: "la expresión 'comer la Pascua' se usaba popularmente, como muestran las evidencias, para referirse a la fiesta que duraba siete días, o más propiamente, siete días y medio, empezando con la matanza del cordero Pascual"109. En mi opinión, está claro que la expresión puede aplicarse a la Pascua más la Fiesta de los Panes sin Levadura. Y, sin embargo, no está nada claro que pueda usarse para referirse a la Fiesta de los Panes sin Levadura sin la Pascua (que es lo que haría falta si queremos que Jn. 18:28 cuadre con la teoría).

Quizá no podamos descartar categóricamente esta forma de interpretar las evidencias. Ha recibido el apoyo de eruditos de gran eminencia. Sin embargo, sí que podemos decir que está muy lejos de poder demostrarse. Creo que el argumento decisivo es que no se ha encontrado ningún uso del término "Pascua" en el sentido por el que esa teoría aboga. Hasta que encontremos algún caso en el que "la Pascua" signifique "la Fiesta de los Panes sin Levadura sin la Pascua", Juan 18:28 seguirá siendo un obstáculo. Carson opina que mi argumento "tiene poco peso" porque él lo ve de otra forma: "no cree que 'la Pascua' se refiera a la Fiesta de los Panes sin Levadura, sino que se refiere a toda la festividad de la Pascua" (p. 590). Pero sigue sin responder a la problemática que aquí se nos plantea pues, según su interpretación, los judíos ya habían celebrado la comida de la Pascua. En el momento en el que Juan escribe ya solo quedaba la Fiesta de los Panes sin Levadura. Ni Carson ni nadie, que yo sepa, ha demostrado que la expresión "la Pascua" se usara para referirse a la segunda parte de aquella "fiesta compuesta", una vez ya se había comido la primera parte. La cena pascual era el elemento más importante. Era ese banquete el que daba nombre a toda la festividad. Que el significado de "la Pascua" se ampliara para que incluyera lo que ocurría después de la comida principal es una cosa; pero que se usara para referirse solo a la parte que quedaba después de la celebración principal es otra muy diferente. Así que lo más seguro es que el significado de 18:28 sea: "poder celebrar la cena pascual"110.

Si adoptamos la posición número cuatro, que la Pascua tuvo lugar según la cronología joánica, entonces la cena que describen los Sinópticos no era la cena pascual. Algunos sugieren que era el qiddush111. Se trataba de una pequeña ceremonia que observada por grupos religiosos que se reunían la víspera del Sabat o fiesta "para pronunciar una oración de santificación (qiddush) del día alrededor de una copa de vino"112. Pero para que la última cena fuera un qiddush tenía que haber sido veinticuatro horas antes. Así, si Jesús murió un viernes por la tarde, esa cena tuvo que celebrarse el jueves por la noche. Sin embargo, el qiddush del Sabat no podía celebrarse el jueves por la noche, porque la celebración se realizaba veinticuatro horas antes del inicio del día en cuestión. El qiddush tenía lugar cuando comenzaba el día, es decir, el viernes por la noche. Por eso, no podía tratarse del qiddush del Sabat. Tampoco puede defenderse que se trataba del qiddush de la Pascua, ya que esta oración es "la apertura de la cena pascual y se pronuncia durante la primera copa"113. Así que no podía celebrarse veinticuatro horas antes. Por tanto, la teoría del qiddush no es válida.

Otros creen que la mejor explicación es que se trabata de una cena de haburah, es decir, una cena entre un pequeño grupo de gente de la misma posición. Dom Gregory Dix defiende esta idea, y cree que si fuera cierto que la Eucaristía fue instituida en la Pascua, ahora solo tendríamos que celebrar la Santa Cena una vez al año. Por eso, la celebración semanal se corresponde más bien al Haburah. También arguye que el relato de Marcos parece haber sido adaptado por un interés litúrgico114. El problema es que ninguno de los Haburoth que conocemos cumplen los requisitos. A.J.B. Higgins cita a E. Gaugler, quien dice que "el haburah era una asociación de gente de una posición concreta preocupada por la observancia de la Torá y por la realización de deberes religiosos como asistir a comidas y rituales especiales relacionados con circuncisiones, desposorios, bodas y funerales. No tenemos evidencias de que los haburoth celebraran otro tipo de comidas"115. Está claro que Jesús y sus discípulos no formaban un grupo de ese tipo. N. Clark cree que Higgins se pronuncia con un desdén exagerado, pero también ve que la hipótesis del Haburah es insostenible116.

La idea de G.D. Kilpatrick es bastante parecida. Está de acuerdo en que Jeremias echa por tierra la idea de que la última cena era un qiddush, pero por el análisis de un romance judío, José y Asenat, cree que hay otras posibilidades. Hay evidencias de la existencia de una celebración religiosa judía diferente a la cena pascual y suficientemente similar a la última cena, y podría ser que éstas dos tuvieran un origen común totalmente desvinculado de la cena pascual propiamente dicha117.

K.G. Kuhn es aún más preciso y usa como argumentos tanto el análisis del romance mencionado como las cenas de los hombres de Qumrán. Según él, la cena que celebraban los de la secta de Qumrán nos ayuda a descifrar el misterio de la última cena. Hay cuatro puntos en que la última cena difiere de la cena pascual, y en todos esos puntos concuerda con la práctica qumramita: (1) solo participaron varones, mientras que la Pascua era una fiesta familiar, donde las mujeres y los niños también estaban presentes. (2) solo participaron los doce, el círculo elegido por Jesús. (3) Jesús es el que preside, y no el paterfamilias. (4) Jesús bendice el pan y la copa, mientras que en la Pascua normalmente se dejaba que el invitado de honor bendijera "la copa de la bendición"118. Aunque no sean totalmente convincentes, estos argumentos dan qué pensar. De hecho, Matthew Black rechaza todo argumento basado en José y Asenat, romance que, según él, "es tardío, y además está claro que es un documento que ha pasado por un proceso de cristianización, por lo que no podemos admitirlo como prueba"119.

Otra teoría sugiere que la cena era un banquete especial que precedía a la Pascua120. Eso sería fácil de demostrar en el texto joánico, pero no en los Sinópticos. Cualquier interpretación que niegue que los Sinópticos ven la última cena como el banquete pascual es insatisfactoria.

Pero hemos visto que tampoco podemos descartar por completo la idea de que la última cena pudo ser una celebración diferente a la del banquete pascual. No obstante, parece estar en conflicto con las afirmaciones que encontramos en los Sinópticos, por lo que a pocos eruditos les convence. Los Sinópticos parecen estar hablando del banquete pascual. Como dice G. Ogg: "Según los tres Sinópticos, Jesús había ordenado que hicieran los preparativos para celebrar la Pascua"; y si así lo recogieron los evangelistas, será porque querían que así lo entendiesen sus lectores121.

Otros creen que Jesús adelantó la fecha de la Pascua: sabiendo que estaba a punto de morir, celebró la Pascua un día antes122. Para rebatirles, Ogg cita a Luthardt: "Un poco de cordero y unas copas de vino no hacen que una cena normal se convierta en la cena pascual. Había otros elementos imprescindibles (como sacrificar el animal en el templo, etc.) en los que se requería la participación del personal del templo, y sin los cuales, según la mentalidad judía, era imposible concebir la Pascua"123.

Estas interpretaciones no han tenido tanto éxito como las que hemos clasificado dentro del tercer apartado; sin embargo, tampoco podemos descartarlas y olvidarnos de ellas. Aunque la teoría del qiddush parece insostenible, no es del todo imposible que la última cena fuera una cena de comunión distinta al banquete pascual. Como tuvo lugar muy cerca de la Pascua, y es la única Pascua que los discípulos celebraron aquel año, para ellos se convirtió en "la Pascua". Pero esta conclusión no es más que mera suposición.

El quinto posicionamiento es el que D. Chwolson planteó y Strack-Billerbeck modificó124. Hay alguna evidencia de que los calendarios que usaban los fariseos y los saduceos eran ligeramente diferentes. Para calcular la fecha de la Fiesta de las Semanas contaban con la instrucción siguiente: "Contaréis desde el día que sigue al día de reposo, … contaréis siete semanas completas" (Lev. 23:15). Para los fariseos, "Día de reposo" era igual a "fiesta", es decir, "la Pascua", y contaban desde el día que sigue a la Pascua sin tener en cuenta qué día de la semana era. Los saduceos entendían "día de reposo" en su sentido literal, el séptimo día de la semana, así que contaban desde el domingo después de la Pascua (Men. 10:3; Hag. 2:4). Los samaritanos (o, al menos, algunos de ellos) hacían como los saduceos125; no solo los samaritanos, sino los caraítas y probablemente otros pueblos también126. J. van Goudoever dice lo siguiente: "Al principio de nuestra era había en Israel dos bandos rivales: los sacerdotes y el pueblo"127. Según él, el calendario de Juan es diferente al de los Sinópticos, y cree que se trata de una combinación de los calendarios de los fariseos y el de los saduceos128. En el Talmud encontramos evidencias de que la confusión cronológica existía, al igual que en la discusión entre R. José y los rabinos (Shab. 86b–87ª); el primero sostenía que la luna nueva siempre salía en domingo y, los demás, que salía en lunes. Es interesante ver que Mateo parece apuntar a otro método distinto a estos dos cuando dice: "Pasado el día de reposo, al amanecer el primer día de la semana…" (Mt. 28:1)129. Es difícil reconciliar entre esta teoría con la idea de que el día comenzaba cuando el sol se ponía, a no ser que traduzcamos "después del Día de Reposo".

J. Morgenstern en una serie de artículos (en Hebrew Union College Annual) sugiere que en tiempos bíblicos había tres calendarios distintos130. Es cierto que esto no nos ayuda a solucionar nuestro problema, pero refuerza la teoría de que en la época de la que estamos hablando se usaba más de un calendario131.

A. Jaubert defiende que había dos calendarios, el antiguo calendario de los sacerdotes que encontramos en el Libro de los Jubileos, y el calendario normal132. Esta comentarista cree que Jesús fue arrestado el miércoles de la Semana Santa, no el viernes; eso da más margen para que tengan lugar los acontecimientos entre el arresto y la crucifixión; sin embargo, no concuerda con las afirmaciones que encontramos en los cuatro evangelios (Mt. 27:62; Mr. 15:42; Lc. 23:54; Jn. 19:31, 42). Debido a esta contradicción, y también la mucha especulación que aparece en los escritos de Jaubert133, no podemos aceptar su teoría de forma completa134. Pero las evidencias que nos ofrece sirven, de nuevo, para reforzar que había confusión cronológica.

A veces, se ha dicho que no hay evidencias de que hubiera una práctica diferente a la teoría. Puede que la gente discutiera sobre cuál era el calendario correcto, pero acababan siguiendo el calendario oficial. Pero la práctica de la secta de Qumrán sí que era diferente a la oficial. Tenían una visión muy propia del calendario, y se negaban a someterse a las autoridades del templo. Matthew Black dice acertadamente: "Podemos estar seguros de que los hombres de Qumrán o esenios, una minoría muy importante del ámbito palestino del primer siglo, en el año de la crucifixión, celebraron la Pascua en una fecha distinta a la establecida o promulgada por las autoridades religiosas de Jerusalén"135. W.M. Christie cita un ejemplo más, que es muy esclarecedor. Menciona una ocasión en la que los saduceos sobornaron a unos testigos para que aportaran unas pruebas falsas sobre la fecha en la que hubo luna nueva. No obstante, los rabinos farisaicos se enteraron de lo ocurrido y mantuvieron la fiesta en el día correcto. El resultado fue que "unos celebraron la fiesta aquel día, y los otros, al siguiente"136. Estamos, pues, ante una práctica divergente y también ante distintas formas de entender la fecha correcta. Un punto a favor de la perspectiva de la divergencia cronológica es que los relatos de la última cena no mencionan el cordero ni los otros platos o las hierbas amargas, características de la Pascua. Si las autoridades del templo habían establecido un día como el día correcto, y si Jesús y sus discípulos se habían adherido a la posición alternativa, entonces no podrían haber conseguido un cordero debidamente sacrificado en el templo, por lo que la cena debió de poder celebrarse como es debido137. Esta teoría no es del todo convincente, pero tiene ideas útiles e interesantes.

Vemos que las evidencias con las que contamos son bastante confusas, por lo que no es de extrañar que entre los eruditos haya diferentes posicionamientos. De acuerdo con el conocimiento que tenemos, queda claro que no podemos mostrarnos dogmáticos. Una lectura directa de los Sinópticos nos hace pensar que la última cena de la que nos hablan era la celebración de la Pascua. Una lectura directa de Juan nos hace pensar que Jesús fue crucificado en el mismo instante en que en el templo se estaban sacrificando los animales para la Pascua. Aunque no cabe duda de que podemos intentar armonizar los dos relatos para conseguir que narren la misma historia, parece que lo mejor es reconocer que lo que ocurre es que siguen calendarios diferentes. Según el calendario que seguía Jesús, la última cena coincidió con el banquete pascual. Pero las autoridades religiosas seguían otro calendario, por el cual los sacrificios pascuales del templo se realizaron al día siguiente. Y parece ser que Juan se ciñe al calendario oficial para sacar a la luz el elemento sacrificial de la muerte de Jesús138.

En torno a este tema se ha escrito mucho, pero los trabajos más importantes son los siguientes: N. Geldenhuys, Commentary on the Gospel of Luke (Londres y Grand Rapids, 1950), pp. 649–70; T. Zahn, Introduction to the New Testament, III (Edimburgo, 1909), pp. 273–83, 296–98; A.J.B. Higgins, The Lord's Supper in the New Testament (Londres, 1952), cap. II, también NTS, I (1954–55), pp. 200–209; A. Jaubert, La Date de la Cène (Paris, 1957); J. Jeremias, The Eucharistic Words of Jesus (Oxford, 1955), cap. I; N. Clark, An Approach to the Theology of the Sacraments (Londres, 1956), cap. IV; W.M. Christie, ExT, XLIII (1931–32), p. 515s.; K.G. Kuhn en K. Stendahl, ed., The Scrolls and the New Testament (Londres, 1959), cap. V; G. Ogg, "The Chronology of the Last Supper", en Historicity and Chronology in the New Testament, SPCK Theological Collections, núm. 6 (Londres, 1965), pp. 75–96; A.R.C. Leaney, "What was the Lord's Supper?", en Theology, LXX (1967), pp. 51–62; I.H. Marshall, Last Supper and Lord's Supper (Exeter, 1980), pp. 57–75.


98 Solo aproximadamente. La única marca temporal que Juan no da es que poco antes de que Pilato entregara a Jesús para que fuera crucificado era "alrededor de la hora sexta" (19:14). El sacrificio que se quemaba se realizaba a la media de la hora octava a menos que la víspera de la Pascua coincidiera con la víspera del Sabat; entonces se ofrecía a la media de la hora séptima. Y acto seguido se sacrificaba la víctima de la Pascua (Misná Pes. 5:1).

99 Parece ser que los límites exteriores de Jerusalén llegaban hasta Betfagé (Men. 11:2 y varios pasajes en el Talmud, como Pes. 63b, 91a, Men. 78b, etc.).

100 Ver A.J.B. Higgins en NTS, I (1954–55), p. 202 y nota al pie núm. 3.

101 Pero este argumento no se sostiene pues se consideraba que Jerusalén llegaba hasta Betfagé (ver nota al pie núm. 99).

102 Encontrará más sobre el término παρασκευή en A.J.B. Higgins, NTS, I, p. 206s. Demuestra que ese término había pasado a significar "viernes", así que en Juan 19 se refiere más bien al día de la semana, y no a "la víspera de la Pascua". El problema surge porque no hay evidencias de que ese término se usara para referirse a la víspera de cualquier fiesta que no fuera el día de descanso (o Sabat). Barrett afirma categóricamente que no significa el viernes de la semana de la Pascua (comentando 19:14; pero no cita ningún ejemplo en el que se use para referirse a la víspera de un día que no sea Sabat). C.D. Buck también dice de forma igual de categórica: "El día anterior al Sabat se llamaba παρασκευή" (A Dictionary of Selected Synonyms in the Principal Indo-European Languages [Chicago, 1949], p. 1008). Bernard sugiere que si el significado fuera "el día de la preparación para la Pascua", debería aparecer un artículo definido (comentando 19:14). Marcos casi nos da una definición cuando habla de Παρασκευή στιν προσάββατον (Mr. 15:42). Es cierto que esto no contiene la expresión το πάσχα, pero sí que sugiere que παρασκευή por sí solo, como en Jn. 19:31, 42, significa viernes. Y en cualquier caso, Marcos está hablando del mismo día que Juan. MiM dicen que hay un pequeño problema con la idea de "el día antes de la Pascua"; "Nunca se ha demostrado que el día anterior a la Pascua recibiera el nombre de 'el día de preparación para la Pascua'. No es más que una conjetura, derivada de que el día anterior al Sabat se llamaba 'el día de preparación para el Sabat' " (comentando 19:14). Tenemos que aceptar que no tenemos ningún ejemplo en que παρασκευή se use para designar un día que no sea viernes. Sí que encontramos ejemplos en el que se usa para 'viernes', tanto asociándolo con el Sabat (Josefo, A. 16.163), como, a partir del siglo II, de forma absoluta (Didache 8.1; Martirio de Policarpo 7.1). Tenemos que aceptar la evidencia de que ese término se usaba para designar el viernes.
103 La cronología joánica está respaldada por un argumento provinente de la astronomía. Según los Sinópticos, el 14 del mes de nisán del año de la crucifixión cayó en jueves. G. Ogg menciona las evidencias, sobre todo citando a K. Schoch y a J.K. Fotheringham, para demostrar que el único año desde el 26 al 36 dC. en el que eso ocurrió (a menos que asumamos que pudo haber circunstancias anormales) fue en el año 27 dC., un año que, según la mayoría de los eruditos, no puede coincidir con el año de la muerte de Jesús. Pero el 14 de nisán fue viernes, como puede verse en Juan, tanto en el año 30 como en el 33 dC.; cualquiera de los dos podría ser probable (Historicity and Chronology in the New Testament, SPCK Theological Collections, núm. 6 [Londres, 1965], pp. 92–96).

104 N. Geldenhuys escribe un importante excursus sobre "The Day and Date of the Crucifixion" en su comentario de Lucas; Commentary on the Gospel of Luke (Serie NICNT, pp. 649–70). Lista los principales autores que sostienen estas perspectivas (los que optan por los Sinópticos, pp. 649–50; los que prefieren la cronología joánica, p. 650).

Knox Ronald Knox, The Holy Bible: A Translation from the Latin Vulgate (London, 1955)

Moffatt James Moffatt, The New Testament: A New Translation (London, n.d.)

Goodspeed Edgar J. Goodspeed, The New Testament: An American Translation (Chicago, 1923)

Bultmann Rudolf Bultmann, The Gospel of John (Philadelphia, 1971)

Knox Ronald Knox, The Holy Bible: A Translation from the Latin Vulgate (London, 1955)

105 Según G. Ogg, esa es una mejor traducción: "Lo normal es que la marca temporal colocada al principio de la frase se refiera a la afirmación que aparece a continuación, 'iba a mostrarles cuánto les amaba'. Como lo que sigue indica que 'les mostró lo que les amaba' durante la última cena, Juan apunta claramente a que tanto la cena como todo lo que Jesús hizo durante la cena e inmediatamente después, tuvo lugar antes de la Pascua" (Historicity and Chronology, p. 76).

106 B.D. Smith está a favor de esta posición (WThJ, 53, núm. 1 [1991], pp. 29–45) pero, como el resto de autores que la respaldan, no ofrece ningún ejemplo de "comer la Pascua" con el sentido de "la fiesta de los panes sin levadura". Sí que cita la Misná Hag. 1:3 (p. 41), pero este pasaje no usa el término "Pascua" para referirse a la Fiesta de los Panes sin Levadura.

107 Commentary on Luke, p. 662.

108 The Chronology of the Public Ministry of Jesus (Cambridge, 1940), p. 209.

109 Introduction to the New Testament, III (Edimburgo, 1909), pp. 282–83 (la cursiva es mía).

110 Cf. Schnackenburg: "τ πάσχα φαγεν significa 'comer el cordero Pascual' " (III, p. 447, nota al pie núm. 1; la cursiva es de Schnackenburg). NEB traduce 18:28 de la siguiente forma: "o poder participar en las ofrendas de la Fiesta de la Pascua". Pero resulta muy difícil explicar que el texto original perdiera las palabras necesarias para poder realizar esta traducción, así que no ha contado con ningún apoyo.

111 Ver, por ejemplo, J. Stephen Hart, A Companion to St. John's Gospel (Melbourne, 1952), p. 152s.

112 A.J.B. Higgins, The Lord's Supper in the New Testament (Londres, 1952), p. 14.

113 Higgins, p. 15. Así lo indica la Misná Pes. 10:2.

114 Jew and Greek (Londres, 1955), pp. 100–101.

115 Higgins, pp. 15–16.

116 An Approach to the Theology of the Sacraments (Londres, 1956), pp. 45–48.

117 ExT, LXIV (1952–53), pp. 4–8; ver la respuesta de Jeremias, pp. 91–92.

118 Ver SNT, cap. V, especialmente pp. 83–84.

119 The Scrolls and Christian Origins (Londres, 1961), pp. 105–6.

120 Vincent Taylor cita Chr. N. Ghiaouroff con referencia a esta forma de reconciliar los Sinópticos y Juan (Theology, LVII [1954], pp. 60–61).

121 The Chronology of the Public Ministry of Jesus, p. 215.

122 R.H. Fuller, por ejemplo, The Mission and Achievement of Jesus (London, 1954), pp. 70–71.

123 Ogg, p. 217.

124 SBk, II, pp. 812–53.

125 J. van Goudoever, Biblical Calendars (Leiden, 1961), p. 20s.

126 van Goudoever, p. 22s.

127 van Goudoever, p. 29.

128 van Goudoever, p. 226.

129 Cf. lo que plantea G.R. Driver, JThS, n.s. SVI (1965), pp. 327–31. Cree que algunos grupos, "puede que de origen galileo, se aferraran a la costumbre ancestral de contar desde el amanecer hasta el siguiente amanecer" (p. 327), y también opina que los qumramitas hacían lo mismo.

130 I (1924), pp. 13–78; III (1926), pp. 77–108; X (1935), pp. 1–148. Ver también H.H. Rowley, The Relevance of Apocalyptic (Londres, 1963), p. 101s.

131 E. Stauffer dice acertadamente: "en el judaísmo palestino en el tiempo de Jesús es normal que el calendario de las fiestas se calculara de forma distinta en las diferentes regiones y grupos – sobre todo el cálculo de la Pascua" (Jesus and His Story [Londres, 1960], p. 95). A. Finkel deja claro que en tiempos neotestamentarios se hacía uso de varios calendarios distintos (The Pharisees and the Teacher of Nazareth [Leiden, 1964], p. 70s.).

132 La Date de la Cène (París, 1957). N. Walker resume sus argumentos en ExT, LXXII (1959–60), pp. 93–94.

133 Ver el resumen hecho por J. Jeremias, JThS, n.s. X (1959), p. 131s. J.T. Milik también presenta bastantes objeciones de peso en contra de la teoría de Jaubert (Ten Years of Discovery in the Wilderness of Judaea [Londres, 1959], pp. 112–13).

134 Sin embargo, J. Daniélou la respalda en The Dead Sea Scrolls and Primitive Christianity (New York, 1962), pp. 27–8, y también A. Gilmore, aunque de una forma más cautelosa, en SJT, 14 (1961), pp. 256–69).

135 The Scrolls and Christian Origins, pp. 200–201. Black defiende que detrás del tema de la última cena hay una confusión cronológica. Del mismo modo, F.F. Bruce cree que "un estudio del calendario que usaba la comunidad qumramita nos anima aún más a pensar que las discrepancias entre los Sinópticos y Juan por lo que a la cronología de la Semana Santa se refiere son debidas a la existencia de dos calendarios distintos" (Faith and Thought, 90 [1958], p. 99).

136 ExT, XLIII (1931–32), p. 518; la cita es de Jer. Rosh. 10b.

137 Bertil Gärtner sostiene que Jesús observó una "Pascua sin cordero", como las que debían celebrarse en el resto de lugares del país (John 6 and the Jewish Passover [Lund, 1959], p. 44s.). Esta podría ser otra forma de reconciliar las evidencias; creíamos, pues, que la Pascua sin cordero se celebró la noche antes de la Pascua ortodoxa.

138 Cf. Bruce: "mientras que Juan coloca los acontecimientos en el calendario oficial del templo, nuestro Señor y los discípulos, siguiendo (quizá) otro calendario, celebraron la fiesta antes" (p. 279). I. H. Marshall: "Nuestra conclusión es que Jesús celebró la Pascua antes de la fecha oficial, y pudo hacerlo debido a que entre los judíos existía otro calendario" (Last Supper and Lord's Supper [Exeter, 1980], p. 75).

NTS New Testament Studies

ExT The Expository Times


Leon Morris, El Evangelio Según Juan, Vols. 1 Y 2, ed. Nelson Araujo Ozuna, Anabel Fernández Ortiz, and Dorcas González Bataller, trans. Dorcas González Bataller, vol. 2, Colección Teológica Contemporánea (Viladecavalls, Barcelona: Editorial CLIE, 2005), 403–415.
--
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor
http://adonayrojasortiz.blogspot.com


Generalidades de la Escatología Bíblica

NO DEJE DE LEERLO