El silencio y el retiro para la piedad
Este documento de síntesis explora la importancia y los beneficios de las disciplinas espirituales del silencio y el retiro, basándose en el texto "El Silencio y el Retiro para la Piedad". Se examinará la definición de estas prácticas, las razones bíblicas para su adopción y recomendaciones prácticas para integrarlas en la vida diaria, siempre con el objetivo fundamental de alcanzar la piedad y la semejanza con Cristo.
1. La disciplina como camino a la piedad
El autor inicia su reflexión lamentando la desaparición de la palabra "disciplina" de la mente, boca, púlpitos y cultura contemporánea, especialmente en la sociedad estadounidense. Sin embargo, enfatiza que "la disciplina es el camino a la piedad". Esta afirmación establece el marco principal para el resto del texto, sugiriendo que la piedad no es un estado pasivo, sino el resultado de la práctica intencional de disciplinas.
2. La ilustración del cuento "Una apuesta" de Chéjov
Para introducir la idea del silencio y el retiro, el autor utiliza el cuento "Una apuesta" de Antón Chéjov. Este relato narra la historia de un joven abogado que se somete a quince años de confinamiento solitario a cambio de dos millones de rublos. A lo largo de su encierro, el abogado experimenta una profunda transformación a través de la lectura y la reflexión:
- Evolución intelectual y espiritual: Inicialmente, lee novelas triviales, luego clásicos, domina seis idiomas, y finalmente se sumerge en el Nuevo Testamento, la historia de la religión y la teología. Al final, declara: "Sus libros me dieron la sabiduría. Todo lo que a través de los siglos iba creando el infatigable pensamiento humano está comprimido cual una bola dentro de mi cráneo. Sé que soy más inteligente que todos vosotros."
- Desprecio por los bienes materiales y la sabiduría mundana: A pesar de la vasta sabiduría adquirida, el abogado llega a despreciar "todos los bienes del mundo y la sabiduría. Todo es miserable, perecedero, fantasmal y engañoso como la fatal morgana." Incluso renuncia a los dos millones de rublos, saliendo de su confinamiento horas antes del plazo.
- Impacto en el banquero: La renuncia del abogado y su profunda transformación provocan un gran desprecio por sí mismo en el banquero, quien había planeado asesinarlo. Chéjov escribe: "En ningún momento de su vida, ni aún después de las fuertes pérdidas, [...] había sentido tanto desprecio por sí mismo como ahora."
Aunque el autor no propone un aislamiento extremo, usa esta historia para ilustrar el atractivo y el poder transformador del silencio y el retiro, señalando que "Chéjov explora un lugar en el que todo cristiano, a veces, sueña vivir."
3. Explicación de las disciplinas del silencio y el retiro
El texto define claramente estas dos disciplinas complementarias:
- Silencio: Es la "abstención voluntaria y temporal de hablar para poder buscar determinados objetivos espirituales." Puede implicar un monólogo interno bíblico o simplemente concentrarse en Dios.
- Retiro: Es la "Disciplina Espiritual de apartarse voluntaria y temporalmente al aislamiento con propósitos espirituales." Su duración puede variar desde minutos hasta días.
Se enfatiza que el silencio y el retiro son complementarios al "fraternizar" (conversar sobre Dios y las cosas de Dios con otros cristianos). Ambos son necesarios: "Sin el silencio y el retiro podemos estar activos pero ser superficiales. Si no fraternizamos, podemos ser profundos pero estancarnos."
El autor también señala que la cultura actual nos programa para el ruido y la multitud, haciendo que el silencio y el retiro sean desafiantes de practicar. "Nos hemos convertido en personas que le tienen aversión al silencio y que se inquietan cuando están a solas." La omnipresencia de la tecnología ha eliminado casi todos los espacios silenciosos de nuestra vida, haciendo que la autodisciplina sea más necesaria que nunca para disfrutar de estas bendiciones.
4. Razones bíblicas y valiosas para el silencio y el retiro
El texto presenta múltiples razones para priorizar estas disciplinas:
- Para seguir el ejemplo de Jesús: Jesús practicaba el silencio y el retiro regularmente, apartándose para orar a solas, incluso cuando las multitudes clamaban por Él. Se mencionan ejemplos como Mateo 4:1 (desierto), Mateo 14:23 (montañas para orar a solas), Marcos 1:35 (lugar aislado antes del amanecer) y Lucas 4:42 (lugar aislado, a pesar de las multitudes). "Para ser más como Jesús, debemos disciplinarnos a nosotros mismos para encontrar momentos de silencio y retiro."
- Para minimizar las distracciones al orar: El silencio ayuda a concentrarse en la oración, eliminando las "voces del mundo". Se cita a Jonathan Edwards, quien admiraba el deseo de Sarah Pierpont de estar a solas con Dios. La adicción al ruido es un impedimento, y se advierte que la tecnología, aunque beneficiosa, es invasiva y puede distraer.
- Para expresar adoración a Dios: La adoración no siempre requiere palabras; a veces consiste en "una calma y un silencio concentrados en Dios." Se citan pasajes como Habacuc 2:20 y Sofonías 1:7. La experiencia de George Whitefield, cuyo corazón estaba tan lleno que solo pudo "abrir mi corazón delante de él con un silencio terrible," ilustra esta forma de adoración.
- Para expresar la fe en Dios: El silencio ante Dios puede ser una demostración de fe y sumisión a su providencia, especialmente cuando las palabras están llenas de temor o duda. Salmo 62:1-2 y 5-6 ("Espero en silencio delante de Dios") e Isaías 30:15 ("En la tranquilidad y la confianza estará su fuerza") son ejemplos bíblicos. La experiencia de David Brainerd, quien no sabía qué decirle a Dios sino "solo apoyarme en su pecho", refuerza esta idea.
- Para buscar la salvación del Señor: El silencio y el retiro son propicios para que tanto no cristianos como creyentes reflexionen sobre su condición espiritual. Lamentaciones 3:25-28 es central: "Por eso es bueno esperar en silencio la salvación que proviene del SEÑOR. Y es bueno que todos se sometan desde temprana edad al yugo de su disciplina: que se queden solos en silencio bajo las exigencias del SEÑOR." C.H. Spurgeon también recomendaba el retiro para "estudiar bien su caso como a los ojos de Dios".
- Para ser restaurado física y espiritualmente: Como Jesús instruyó a sus discípulos ("Vayamos solos a un lugar tranquilo para descansar un rato" - Marcos 6:31), el retiro permite la recuperación. Se menciona a Glenn Gould, el pianista, quien creía que el aislamiento era la única manera de crear, como una analogía para la recreación física y espiritual que brindan estas disciplinas.
- Para recuperar la perspectiva espiritual: El silencio puede ayudar a ver los problemas desde una perspectiva divina. El ejemplo de Zacarías, quien recuperó el habla y alabó a Dios después de un período de silencio forzado, es instructivo. La experiencia transformadora de Billy Graham en 1949, donde, en retiro y soledad, reafirmó su fe en la inerrancia bíblica, es un testimonio poderoso de cómo estas disciplinas pueden cambiar la vida y el ministerio.
- Para buscar la voluntad de Dios: Jesús oró toda la noche antes de elegir a sus apóstoles (Lucas 6:12-13). La historia de Hudson Taylor, quien en un momento de agonía y soledad en la playa de Brighton discernió la voluntad de Dios para fundar la Misión al Interior de China, ilustra cómo Dios a menudo revela su voluntad en privado.
- Para aprender a dominar la lengua: El silencio ayuda a controlar el habla. Santiago 1:26 y 1:19, junto con Proverbios 17:27-28 y Eclesiastés 3:7, resaltan la importancia del dominio de la lengua para la piedad. Al practicar el silencio, uno se da cuenta de que muchas cosas que antes parecían necesarias decir, no lo son, y se aprende a confiar más en el control de Dios.
Además, se destaca cómo el silencio y el retiro "ayudan a conectarse con otras Disciplinas Espirituales", como la asimilación de la Biblia, la oración, la adoración, el aprendizaje y el llevar un diario.
5. Recomendaciones prácticas para el silencio y el retiro
El autor ofrece sugerencias concretas para integrar estas disciplinas:
- "Retiros de un minuto": Aprovechar pequeños momentos del día (semáforos, ascensores, filas) para una pausa espiritual intencional, concentrándose en Cristo.
- Meta del silencio y retiro diarios: Cultivar un tiempo diario a solas con Dios (lectura bíblica, oración, adoración privada). Se cita a Jim Elliot, quien creía que "el diablo se tomó muy en serio el monopolio de estos tres elementos: el ruido, la prisa y las multitudes." Es crucial planificar este tiempo para que no sea absorbido por otras cosas.
- Escapar para estar solo y en silencio (tiempos prolongados): Puede ser una sala vacía en la iglesia, o pasar una noche/fin de semana en un centro de retiros. Se recomienda preparar un programa para aprovechar el tiempo. No se debe esperar condiciones ideales, sino integrar estas prácticas en la vida cotidiana.
- Lugares especiales: Identificar lugares específicos para el silencio y el retiro en casa, a poca distancia, o en entornos naturales. Se mencionan ejemplos como la sala de la caldera de A.W. Tozer, el delantal de Susanna Wesley, los campos de Jonathan Edwards, y las iglesias.
- Compensar las responsabilidades cotidianas: Organizar con el cónyuge o amigos un sistema de apoyo para que uno pueda tener tiempo a solas, devolviendo el favor más tarde.
6. Reflexión final y llamado a la acción
El texto concluye reiterando que el propósito de estas disciplinas es la piedad y la semejanza con Jesús. Cita a A.W. Tozer, quien enfatiza la necesidad de retirarse diariamente del mundo y aprender a orar interiormente, siempre supeditado a la relación con Dios a través de Cristo y la meditación diaria en las Escrituras.
Se anima a los lectores a "buscar momentos prolongados de silencio y retiro" y a planificarlos en el calendario, como lo hizo Francis Schaeffer para superar una crisis de fe o Adoniram Judson para un "perfeccionamiento moral" y su futura utilidad.
Finalmente, el autor enfatiza que los resultados no siempre serán "espectaculares o las emociones intensas", pero el encuentro a solas con Dios siempre es "renovador." Se cierra con una cita de Jonathan Edwards, quien describe la "gracia verdadera" como aquella que no solo ama la comunión cristiana, sino que también "se deleita en el aislamiento y en la conversación secreta con Dios." El texto culmina con un llamado a la acción: "Si usted ha experimentado la gracia salvadora de Dios, el silencio y el retiro serán, según las palabras de Edwards, un 'deleite', una fuente fiel de renovación, gozo y transformación."
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