Bautismo

Análisis Interactivo: Bautismo y Salvación

Bautismo y Salvación

Un Análisis Exegético de su Relación Indispensable

Introducción: La Cuestión Fundamental

El presente estudio aborda una de las cuestiones soteriológicas más cruciales del Nuevo Testamento: la relación entre el bautismo y la salvación. Lejos de ser un rito opcional o meramente simbólico, un análisis riguroso de los textos bíblicos revela el bautismo como una condición divinamente establecida e indispensable en el proceso de la salvación. Esta aplicación interactiva explora los pilares exegéticos que fundamentan esta doctrina, invitando al estudiante de las Escrituras a examinar la evidencia tal como fue presentada por Cristo y sus apóstoles.

La Gran Comisión: Una Secuencia Inalterable

El punto de partida ineludible es el mandato de Jesucristo mismo, registrado en el Evangelio de Marcos. Aquí, el Señor no presenta dos ideas separadas, sino una proposición condicional unificada. La estructura gramatical es precisa y su orden, teológicamente significativo. No se contempla la salvación para el creyente que omite el bautismo.

"El que crea y sea bautizado, será salvo; pero el que no crea, será condenado."
- Marcos 16:16

Análisis de la secuencia salvífica:

1. Creer (πιστεύσας - pisteusas)
+
2. Ser Bautizado (βαπτισθεὶς - baptistheis)
=
3. Ser Salvo (σωθήσεται - sōthēsetai)

Nótese que la condenación se vincula únicamente a la incredulidad porque esta es la raíz que impide dar el siguiente paso ordenado por Cristo: el bautismo. El que no cree, naturalmente, no se bautizará. Sin embargo, para el que cree, el bautismo es el paso consecuente y necesario para completar la condición de la salvación.

La Tipología del Diluvio: Salvación a Través del Agua

El apóstol Pedro ofrece una de las analogías más poderosas, conectando el bautismo con el evento del diluvio. El arca de Noé, un instrumento de salvación, fue levantada y llevada a la seguridad precisamente por el agua que juzgó al mundo. Pedro declara que este evento es un "tipo" o prefiguración del bautismo, el cual ahora nos salva.

"El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) mediante la resurrección de Jesucristo."
- 1 Pedro 3:21

TIPO: El Diluvio

  • Un mundo corrompido destinado al juicio.
  • El agua actúa como agente de juicio y destrucción.
  • Ocho personas se salvan a través del agua (δι᾽ ὕδατος) al estar dentro del arca.
  • El arca es el único medio de salvación provisto por Dios.

ANTITIPO: El Bautismo

  • Una humanidad pecadora bajo condenación.
  • El agua del bautismo simboliza la sepultura del viejo hombre.
  • El creyente es salvado a través del bautismo, que es la respuesta de fe.
  • La obediencia a Cristo en el bautismo es el medio de salvación que nos une a Su muerte y resurrección.

Pedro aclara que su poder no es meramente físico ("no quitando las inmundicias de la carne"), sino espiritual: es la respuesta de una conciencia que apela a Dios por limpieza, una limpieza que se hace efectiva en el acto del bautismo por la autoridad de la resurrección de Cristo.

El Instrumento para el Perdón de los Pecados

El Nuevo Testamento vincula consistentemente el bautismo con el perdón de los pecados, que es un componente esencial de la salvación. Sin remisión de pecados, no hay reconciliación con Dios. Los siguientes pasajes establecen esta conexión de forma explícita e inequívoca.

Hechos 2:38 - El Sermón de Pentecostés

+
"Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados..."

La preposición griega "eis" (para) indica propósito y dirección. El bautismo no es una celebración de un perdón ya recibido, sino el medio divinamente señalado para recibir dicho perdón, posterior al arrepentimiento.

Hechos 22:16 - La Conversión de Saulo

+
"Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre."

A pesar de su encuentro con Cristo en el camino a Damasco y de haber sido un creyente arrepentido por tres días, los pecados de Saulo (Pablo) aún no habían sido lavados. Ananías le ordena ser bautizado para que este lavamiento ocurra.

Marcos 1:4 - El Bautismo de Juan

+
"Bautizaba Juan en el desierto, y predicaba el bautismo de arrepentimiento para perdón de pecados."

Incluso el bautismo precursor de Juan, que preparaba el camino para Cristo, estaba intrínsecamente ligado al concepto de "perdón de pecados". El bautismo cristiano, superior al de Juan, lleva esta realidad a su pleno cumplimiento en el nombre de Jesús.

La Exhortación Apostólica: "Sed Salvos"

El clímax del primer sermón del evangelio en Hechos 2 no es solo una explicación teológica, sino una exhortación urgente a la acción. La respuesta a la pregunta "¿qué haremos?" fue "Arrepentíos y bautícese". La narrativa confirma que la salvación estaba ligada a esta obediencia.

"Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación. Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas."
- Hechos 2:40-41

Análisis de la Conexión Causal:

  1. La Exhortación: "Sed salvos". Este es el objetivo final presentado a la multitud.
  2. La Condición: Pedro ya había establecido el arrepentimiento y el bautismo como la respuesta requerida (v. 38).
  3. La Reacción: "Los que recibieron su palabra..." (es decir, aceptaron la exhortación y sus condiciones).
  4. La Acción Consecuente: "...fueron bautizados".

La secuencia es clara: la salvación fue ofrecida, y aquellos que la aceptaron lo demostraron y la hicieron efectiva a través del bautismo. La adición de las 3,000 almas a la iglesia se registra después de su bautismo, no antes.

Conclusión Exegética

Los testimonios bíblicos, desde el mandato directo de Cristo hasta la exégesis tipológica y la práctica apostólica, convergen en una conclusión ineludible: el bautismo no es un apéndice opcional a la fe, sino una parte integral y necesaria del plan de salvación ordenado por Dios. Es el momento en que la fe obediente de un pecador arrepentido se encuentra con la gracia de Dios para el perdón de los pecados, resultando en la salvación a través del poder de la resurrección de Jesucristo. Por lo tanto, para quien desea obtener la salvación, la pregunta de Ananías resuena a través de los siglos: "¿Por qué te detienes?".

jueves, 7 de abril de 2011

El estado intermedio (Escatología individual)

2.                    EL ESTADO INTERMEDIO

El mar entregó los muertos que había en él, y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos, y fueron juzgados cada uno según sus obras. La muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. El que no se halló inscrito en el libro de la vida, fue lanzado al lago de fuego.

 Apocalipsis 20.13 al 15

La vida del espíritu humano no termina con la muerte física.

¿Qué sabemos de cierto sobre el estado intermedio? ¿Qué hay de incierto acerca de este tema?

El estado intermedio, entre la muerte y la resurrección, de una vez es un lugar de castigo para los perdidos, y un lugar de compañerismo gozoso con Cristo para los salvos.

Los redimidos que poseen la vida eterna han sido perfeccionados en santidad. Esperan la resurrección y el tribunal de Cristo.

En cuanto a los que no han aceptado la gracia de Dios en esta vida, no hay ni un rayo de esperanza en cuanto a su salvación.

Veamos los términos usados en la Biblia para ese estado.

EL SHE'OL HEBREO

Jacob esperaba ir al Sheol cuando muriera. Se levantaron todos sus hijos y todas sus hijas para consolarlo, pero él no quiso recibir consuelo, diciendo: «¡Descenderé enlutado junto a mi hijo hasta el seol!». Y lo lloró su padre. (Génesis 37:35)

Aunque las diferentes versiones bíblicas, no dejen claridad al traducir la palabra hebrea al español [fosa, sepulcro, infierno] podemos determinar que es un lugar de tormento donde se va a una condición de miseria y de oscuridad.

Algunos eruditos sostienen que la palabra en el Antiguo Testamento siempre significa la tumba física, o el lugar de entierro, sin embargo en la profecía mesiánica del Salmo 16:10, David dice: Porque no dejarás mi alma (nephesh) en el Seol, ni permitirás que tu santo vea corrupción. El versículo es claramente usa un paralelismo antitético; la primera cláusula habla del alma en el Seol, y la segunda cláusula se refiere al cuerpo en la tumba.

Cristo y los apóstoles enseñaban que el Hades es el lugar de los espíritus de los muertos, y estaban muy conscientes de que Hades es la palabra griega que se usaba en la Septuaginta para traducir Seol.

EL HÁDES GRIEGO

Hades, transliteración de la palabra griega haides, y significa, lo que no se ve. Hades en el Nuevo Testamento identifica el mundo no visto, hacia donde van todas las almas humanas cuando mueran.

El hecho de que en nuestras versiones, tanto hades como gehenna son traducidas uniformemente como infierno, donde sea que aparezcan en el Nuevo Testamento, ha producido una gran confusión.

Estrictamente, siguiendo el uso del Nuevo Testamento, hades significa el reino de los muertos, tanto los salvos como los condenados. Incluye el paraíso, el lugar de los benditos, e incluye el lugar de los perdidos, gehenna.

La palabra Hades, como ya dijimos, es una traducción de la palabra Sheol del Antiguo Testamento, y es el lugar tanto de los muertos justos como de los malvados. En el día de Pentecostés, Pedro (Hechos 2:27) citó específicamente estas palabras del Salmo 16, usando Hades para Seol: Porque no dejarás mi alma en el Hades, ni permitirás que tu santo vea corrupción. Pedro, con exactitud y precisión, aplica estas palabras a Cristo y a su resurrección. Su alma volvió del lugar de los muertos bienaventurados, y Su cuerpo se levantó de la tumba, antes de ver la corrupción.

En Mateo 16:18 y en Apocalipsis 1:18, encontramos referencias a las puertas del Hades y a las llaves del Hades y de la muerte. Cristo está asegurando a Juan de que Él tiene el poder para levantar a los muertos, y que tiene las llaves del Hades y de la muerte. Estas palabras deberían arrojar luz sobre la referencia a las puertas del Hades en Mateo 16:18. La iglesia del nombre de Jesús, construida sobre el fundamento que es Cristo, es el sujeto de las palabras del Señor en este contexto. Dice: Las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.

Esas palabras significan que la iglesia del Señor Jesucristo puede descansar en la seguridad absoluta de la resurrección de los muertos y de la vida en el mundo venidero. Las puertas del Hades librarán a los muertos benditos cuando el tiempo de la resurrección de los justos llegue. En otras palabras, el lugar de los muertos (Hades) no "prevalecerá" contra la iglesia en el sentido que no puede retener a los muertos para siempre, o impedir que los creyentes se levanten en la resurrección.

LOS SALVOS EN EL ESTADO INTERMEDIO

En el capítulo cinco de 2 Corintios, Pablo habla de la muerte. Después de expresar la idea de que prefiere vivir hasta que el Señor vuelva, para que su mortalidad fuera vestida de inmortalidad, continúa: Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor (porque por fe andamos, no por vista); pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor. Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables (vv. 6–9).

Pablo presupone aquí que estar ausente del cuerpo significa estar presente con el Señor.

En forma semejante, en Filipenses, el primer capítulo, hablando de la posibilidad de su muerte, Pablo dice: Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros (vv. 23, 24).

Estos dos dichos de Pablo hacen muy claro que él contemplaba como una realidad el compañerismo inmediato, personal, y consciente con Cristo, después de su muerte.

Los que mueren en Cristo, son bienaventurados, aunque falta todavía para que toda su recompensa se complete y que su cuerpo sea resucitado, los salvos entran, inmediatamente después de morir, en la gloria celestial.

LOS IMPÍOS EN EL ESTADO INTERMEDIO

Hay un lugar de tormento para los impíos, es una irremediable situación, para los que rechazan la palabra de Dios. El estado de los impíos, tras la muerte, es de sufrimiento consciente. Esta condición, este estado tiene carácter permanente y definitivo. Ellos están reservados para el día del juicio.

El tormento es mencionado en Lucas 16:23, 28, y el dolor intenso en las llamas es mencionado en el versículo 24.

»En el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Entonces, gritando, dijo: "Padre Abraham, ten misericordia de mí y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama"… »Entonces le dijo: "Te ruego, pues, padre, que lo envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les testifique a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento". Lucas 16.23, 24, 27, y 28.

No se puede negar, usando un método razonable de exégesis, el hecho de que esto significa sufrimiento literal intenso. Por otro lado, la naturaleza física o química de las llamas escapa a nuestro conocimiento actual del proceso de oxidación. Nos obliga a entender la palabra en sentido figurado, representando sufrimiento espiritual o mental.

EL LIMBO DE LOS JUSTOS

¿Qué se entiende por limbo?

Desde el tiempo de los padres eclesiásticos hasta ahora, ha persistido la idea, unida con la mitología griega por un lado y con la doctrina católica del purgatorio por otro lado, que las almas de los santos que murieron antes de Cristo no entraron en la presencia de Dios en el cielo. La idea es que estas almas estaban guardadas en un cierto lugar de espera, y que solamente ahora después de Cristo, las almas de los creyentes van inmediatamente a estar con el Señor.

Unida con esta idea es la explicación errónea de la frase en el credo descendió al infierno (Hades), suponiendo que esta frase indica que Cristo fue al limbo de los justos, mientras su cuerpo yacía en la tumba. Suponen que, cuando resucitó, levantó a los espíritus de los santos del Antiguo Testamento, y los condujo al cielo.

Las opiniones de Roma sobre esto, no nos da bíblicamente ninguna base en que podamos confiar.

EL SENO DE ABRAHAM

El seno de Abraham [padre de los creyentes] Implica un lugar de honor, donde se disfruta de una  felicidad perdurable, Que después del calvario se convirtió en cielo o paraíso, cuando Jesucristo llego a él.

¿Cuál es el verdadero sentido del seno de Abraham?

Tal como los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham (Gálatas 3:9), y son linaje de Abraham, y herederos según la promesa (Gálatas 3:29), así también los que creen en el Señor Jesucristo como su Salvador personal ahora y en consecuencia a su credo obedecen el evangelio, irán al mismo paraíso donde fue Abraham cuando murió. Van al cielo donde hay compañerismo con el Dios de Abraham.

EL PURGATORIO

¿En qué consiste el Purgatorio, según la Iglesia de Roma? La doctrina católico romana del purgatorio no es bíblica, ellos creen que los creyentes van a este lugar para expiar la culpa por los pecados perdonados.

Según esta doctrina el purgatorio es fuego purificador y allí irá el creyente temporalmente. Según esta doctrina la oración de los creyente ayuda a aquellos, que no vivieron tan mal, que pudieran ser indignos de la misericordia de Dios, ni también que no la necesitaran. Esta doctrina, puede hacer creer que es a través de ayudas adicionales y no por medio del sacrificio de Jesucristo, que se recibe el perdón de pecados. 

La Biblia arroja suficientes pruebas, para refutar esta doctrina. En Cristo somos perdonados y justificados.

¿Cuál es el fundamento de la doctrina católica sobre el Purgatorio?

Esta doctrina se apoya en la errónea interpretación de algunos textos bíblicos como De cierto te digo que no saldrás de allí hasta que pagues el último cuadrante. (Mateo 5: 26)

En cuanto a la posibilidad de ser rescatado del purgatorio, las autoridades católicas apuntan a las palabras de Cristo en Mateo 12:32: A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero.

Hay oraciones por los muertos en el libro apócrifo, 2 Macabeos 12:42. Se relata que Judas Macabeo encontró, en los cuerpos de algunos soldados judíos muertos, objetos de idolatría que eran prohibidos por la ley. Entonces todos bendijeron el juicio justo del Señor que había descubierto las cosas que estaban escondidas; y así dedicándose a las oraciones, le rogaron que olvidara del pecado que había sido cometido.

El argumento de peso es que algunos cristianos son tan pecaminosos que debe haber un período de purificación antes de ir al cielo. Tal opinión está basada en una falta de entendimiento sobre el significado de la justificación y la santificación. Los que son salvos, justificados, son santificados por el Espíritu Santo. Por otro lado, los que viven una vida pecaminosa, no han nacido de nuevo, sin importar las profesiones de fe que hayan hecho.

Según las Escrituras, la diferencia entre los salvos y los perdidos es absoluta. El que genuinamente cree en Cristo no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida (Juan 5:24). El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él. (Juan 3:36).

NO HAY OTRA OPORTUNIDAD

Muchos defienden la teoría de una segunda oportunidad, aunque usan muchos textos como base. El mismo texto de Lucas, 16:19-31, nos deja ver claramente, que la condición del rico era para siempre, en este lugar de castigo. El hombre rechaza el mensaje de salvación, por la dureza de su corazón, aunque se pueda entender por algún verso bíblico que es el mismo Dios, quien produce este endurecimiento, podemos ver, que Dios llama a todos al arrepentimiento y por alguna razón,  no aceptó el mensaje.

La Biblia establece claro que es necesario que el hombre, muera una vez y después el  juicio, esto descarta toda posibilidad de una segunda oportunidad. 

Al final de esta vida terrenal, el individuo ha pasado completamente por su oportunidad de salvación. No hay ninguna indicación en las Escrituras de otra oportunidad de salvación. Más bien se enseña todo lo contrario, si el árbol cayere al sur, o al norte, en el lugar que el árbol cayere, allí quedará (Eclesiastés 11:3).

CONCLUSIÓN

Por la Biblia no es tan difícil establecer donde está el hombre en este estado intermedio.

Está claramente establecido que si mueres en Cristo vas a la presencia de Dios, aunque tu cuerpo duerme en la tierra hasta el día de la completa redención.

También tenemos  información suficiente para entender que aquellos que murieron sin Jesús en su corazón, están en un lugar de  tormento excluidos de la presencia de Dios, en un estado consciente y para siempre,  donde, definitivamente no hay ninguna clase de oportunidad, solo, oscuridad, miseria y tormento.

Estas consideraciones que hemos analizado nos impulsan más enérgicamente a la actividad evangelizadora y misionera, porque he aquí ahora el día de salvación (2 Corintios 6:2).


 
 
Paz de Cristo!

ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor 
Iglesia Pentecostal Unida de Colombia 
Reuniones Martes, Jueves y Sábado 7 PM, Domingos 8 AM y 10 AM.
Calle 30 # 22 61, Cañaveral, Floridablanca.
http://adonayrojasortiz.blogspot.com/
 


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