jueves, 21 de abril de 2011

La muerte vicaria de Cristo

LO QUE SIGNIFICA LA MUERTE DE CRISTO

Primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras.

1 Corintios 15.3

El pecado ha producido una separación entre Dios y el hombre, y como todos los seres humanos han pecado, entonces hay una necesidad universal de salvación.

Jesucristo murió a fin de que los hombres pudieran ser salvos de sus pecados, y una vez perdonados y justificados pudieran servir voluntariamente al Dios vivo.

La muerte  de Cristo proporciona alivio al corazón agobiado. Su muerte es el fundamento, la base de nuestra redención, reconciliación, propiciación.

El tema general de lo que Cristo Jesús llevó a cabo con sus sufrimientos y muerte es muy amplio, pero podemos tratar algunos aspectos de ella.

 

1.           UNA SUSTITUCIÓN

Sustitución, que uno toma el lugar de otro.

El hombre en su condición de caído de la gracia de Dios adquirió una deuda , una obligación contra su creador, que nunca podría pagar ni en el tiempo ni en la eternidad. A menos que intervenga un vicario (vicario significa que uno toma el lugar de otro, sirviendo o actuando como su sustituto) no hay esperanza para miembro alguno de esta raza caída.

Que Cristo sufrió, no meramente para nuestro provecho y en nuestro favor sino principalmente en nuestro lugar, llevando sobre sí mismo aquel castigo por nuestros pecados que de otro modo nosotros mismos deberíamos haber soportado, es un tema ampliamente sostenido por las sagradas escrituras tanto en el AT como y principalmente en el NT.

Su muerte fue una muerte vicaria, realmente él murió en nuestro lugar llevando en la cruz el pecado y el castigo por nuestros pecados.

Bíblicamente es evidente que no había otro medio por el que los pecadores pudiesen ser salvos excepto por la muerte de Cristo, como ofrenda por el pecado.

Ciertamente llevó él nuestras enfermedades

y sufrió nuestros dolores, 

¡pero nosotros lo tuvimos por azotado,

como herido y afligido por Dios!

 Mas él fue herido por nuestras rebeliones,

molido por nuestros pecados.

Por darnos la paz, cayó sobre él el castigo,

y por sus llagas fuimos nosotros curados. 

Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, 

cada cual se apartó por su camino;

mas Jehová cargó en él

el pecado de todos nosotros. Is 53.4 al 6

como el Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir  y para dar su vida en rescate por todos. Mt 20.28

También tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo:—Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí.

De igual manera, después de haber cenado, tomó la copa, diciendo:—Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama. Lc 22.19

Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguien come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo. Jn 6.51

Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. Jn 15.13

Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. Ro 5.6

Pero Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Ro 5.8

El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? Ro 8.32

El amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y él por todos murió, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos. 2 Co 5.14 y 15

Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros seamos justicia de Dios en él. 2 Co 5.21

Cristo nos redimió de la maldición de la Ley,  haciéndose maldición  por nosotros (pues está escrito: «Maldito todo el que es colgado en un madero»). Gl 3.13

Y andad en amor, como también Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante. Ef 5.2

pues hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo. 1 Ti 2.5

Él se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda maldad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras. Tit 2.14

Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios experimentara la muerte por todos. He 2.9

así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos;  y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que lo esperan. He 9.28

Para esto fuisteis llamados, porque también Cristo padeció por nosotros,  dejándonos ejemplo para que sigáis sus pisadas. 1 P 2.21

Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia. ¡Por su herida habéis sido sanados! 1 P 2.24

Asimismo, Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu; 1 P 3.18

Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento, pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado. 1 P 4.1

La doctrina de la sustitución es revelada por Dios a los hombre son solo como su bondadosa solución al problema generalizado del pecado sino que también se revela como efectiva imponiendo una sola condición a aquel por quien Cristo murió: que crea!  

Usted puede no creer y rechazar la provisión de Dios para el pecador por medio de un sustituto, pero quedará para siempre en su lamentable situación de culpabilidad y pecaminosidad, y por lo tanto en condenación. Pero esta gracia de Dios está hoy disponible para todo aquel que crea.

Así como en la antigüedad un sacrificio, la muerte de un cordero, podía servir para un solo individuo, como en el caso de Abe; o para toda una familia, como en el caso del cordero pascual; o para todo el pueblo, como en el caso del día de la expiación; de mismo modo este sacrificio, la muerte de este Cordero de Dios, es ilimitada en el sentido de que toda la raza humana puede salvarse por medio de ella, pero es limitada en el sentido de que es aplicable y por lo tanto efectiva solo a quienes creyendo se arrepientan de sus pecados y obtengan el perdón en las aguas bautismales invocando el poderoso nombre de aquel que murió por ellos, el nombre de Jesús.

¿Ha sido adúltero, asesino, blasfemo, mentiroso, ladrón, idólatra, borracho, o ha practicado cualquier otro tipo de pecado? Tenemos buenas noticias para usted hoy: Si cree hoy en el Señor Jesucristo y le acepta como Señor y Salvador de su vida, es como si todas esas trasgresiones que ha cometido se convirtieran en las trasgresiones de Cristo, Cristo Jesús toma lo que usted es, su persona y condición y se presenta en su lugar ante Dios para recibir el castigo merecido y en virtud de la eficacia de su sacrificio usted puede tomar el lugar de Cristo, y ser declarado justo delante de Dios!

Esa es la bienaventuranza de aquel a quien Dios le atribuye justicia sin obras: «Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, y cuyos pecados son cubiertos. Bienaventurado el hombre a quien el Señor no culpa de pecado» Ro 4.7


 
 
Paz de Cristo!

ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor 
Iglesia Pentecostal Unida de Colombia 
Reuniones Martes, Jueves y Sábado 7 PM, Domingos 8 AM y 10 AM.
Calle 30 # 22 61, Cañaveral, Floridablanca.
http://adonayrojasortiz.blogspot.com/
 


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