EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PABLO A LOS COLOSENSES
Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la divinidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.
Col 2: 9 y 10
Colosas
Colosas está ubicada en la provincia romana de Asia, situada a unos 15 km de Laodicea en el valle del Lico, sobre la carretera principal hacia el este, y a unos 170 km al este de Éfeso.
Nadie sabe quién fundó Colosas. Todo lo que sabemos es que ya en los tiempos de Jerjes (Asuero de Ester), rey de Persia (485–465 a.C.) era una comunidad floreciente. En su viaje con su ejército a Helesponto pasó por Colosas en el año 480 a.C. describiéndola como "una gran ciudad de Frigia". En 401 a.C., Jenofonte llama a Colosas "una ciudad habitada y próspera y grande". Colosas era grande y esto no sólo en relación con su tamaño y población, sino también en importancia estratégica. Originalmente era el punto donde se unían las grandes rutas de Sardis y Éfeso, en un lugar fácilmente defendible y con un abundante suministro de agua. Pero posteriormente declinó cuando el camino a Pérgamo, que pasaba por Sardis, fue desplazado más al oeste debido a la nueva fundación de la próspera ciudad de Laodicea. La otra ciudad que le hizo competencia fue Hierápolis.
Lo cierto es que el valle del Lico estaba plagado de movimientos telúricos, con mucha actividad volcánica. Para el año 60 d.C. un terremoto causó un desastre sobre Laodicea y Hierápolis, y Colosas quedó destruida. Sin embargo, dicho valle es un terreno fértil, lo que atrajo a los rebaños de ovejas y la consecuente manufactura de vestidos. Las aguas cretáceas de la zona eran lo mejor para teñir la tela, de modo que esta industria floreció en ese lugar.
Colosas, junto con las otras ciudades del Lico, perteneció al imperio de Pérgamo pero fueron cedidas por Átalo III al imperio romano desde 133 a.C.
Colosas era una ciudad de neto corte pagano, aunque existían muchos elementos judíos, tanto en la ciudad misma como en todo el distrito, cuya capital era Laodicea.
De modo que esta mezcla de elementos paganos con judíos podría haber sido la cuna de la herejía que se manifestaba en dicha ciudad.
Para el siglo VII comenzó a ser invadida por los sarracenos. Esto y un terremoto fueron los contribuyentes para que quedara desierta. Finalmente, esta ciudad desaparece completamente para el siglo XII. Actualmente el lugar está deshabitado.
¿Quién lo dijo?
Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo.
Esta salutación es de mi propia mano, de Pablo. Acordaos de mis prisiones.
Evidencia interna
La carta revela el carácter de Pablo como aparece en otras cartas de su pluma. Podemos ver evidencias en la conexión de Colosenses con Filemón y la naturaleza de dicha carta son tales que puede considerársela virtualmente como la "firma" de Pablo a la de Colosenses:
• La carta a Filemón se refiere a Onésimo, el esclavo fugitivo, que volvía a su amo; esta carta dice que acompañado por Tíquico, este Onésimo era enviado de vuelta a Colosas.
Lo acompaña Onésimo, amado y fiel hermano, que es uno de vosotros. (4:9)
· Se menciona a Arquipo como perteneciente a la casa de Filemón en dicha carta; en Col. 4:17 hay un mensaje especial para la misma persona.
a la amada hermana Apia, a Arquipo, nuestro compañero de milicia, y a la iglesia que está en tu casa. (Flm. 2)
Decid a Arquipo: «Mira que cumplas el ministerio que recibiste en el Señor.»
· Hay saludos de Epafras, Marcos, Aristarco, Demas, y Lucas en Filemón; las mismas personas reciben especial mención en la otra carta.
Te saludan Epafras, mi compañero de prisiones por Cristo Jesús, Marcos, Aristarco, Demas y Lucas, mis colaboradores. (Flm. 23s)
Aristarco, mi compañero de prisiones, os saluda; y también Marcos, el sobrino de Bernabé, acerca del cual habéis recibido instrucciones; si va a visitaros, recibidlo. También os saluda Jesús, el que es llamado Justo. Estos son los únicos de la circuncisión que me ayudan en el reino de Dios, y han sido para mí un consuelo. Os saluda Epafras, el cual es uno de vosotros, siervo de Cristo. Él siempre ruega encarecidamente por vosotros en sus oraciones, para que estéis firmes, perfectos y completos en todo lo que Dios quiere. De él doy testimonio de que se preocupa mucho por vosotros, por los que están en Laodicea y los que están en Hierápolis. Os saluda Lucas, el médico amado, y Demas. (4:10–14)
Resulta difícil imaginar que estas referencias a determinadas personas en una o ambas cartas no sean auténticas, o que sean ficticias. La única alternativa es aceptarlas como elementos que ligan las cartas a Filemón y a los colosenses como del mismo autor, y escritas al mismo tiempo.
Evidencia externa
Tanto cristianos como herejes dan amplio apoyo a la paternidad paulina de Colosenses desde fecha temprana. De hecho no se conoce ningún documento temprano que no la apruebe:
• Epístola de Bernabé (70–130) e Ignacio (ca. 110) parecen tener ecos de Colosenses.
• Marción (ca. 140) la incluye dentro de su canon.
• Justino Mártir (155–161) incluye la frase "el primogénito de toda la creación" (1:15).
• Teófillo de Antioquía (ca. 180) hace una distinción entre el Logos interno o inmanente y el Logos proferido o expresado, y llama a este último "el primogénito de toda la creación".
• El fragmento Muratorio (ca. 180) menciona a Pablo como autor de Colosenses.
• Ireneo (ca. 180) dice: "Pablo mismo ha declarado … 'Sólo Lucas está conmigo' … Y nuevamente afirma en su epístola a los Colosenses 'Lucas, el médico amado, os saluda' " (Col. 4:14). Además, en las obras de Ireneo todos los capítulos aparecen citados.
• Tertuliano (fl. 193–216) cita la advertencia "filosofía y engaños huecos" (Col. 2:8) y se la atribuye "al apóstol", es decir "el mismo Pablo". Además, en Contra Marción cita constantemente a Colosenses para referirse a la grandeza de Cristo.
• Clemente de Alejandría (fl. 190–220). En Stromateis y en el Paidagogos cita varias veces los capítulos de Colosenses y la atribuye "al apóstol".
• Orígenes (fl. 210–250) dice en Contra Celso: "Y en los escritos de Pablo … las siguientes palabras pueden leerse en la epístola a los colosenses 'Nadie os prive de vuestro premio' ". (Col. 2:18s).
• Eusebio (s. IV) declara: "Sin embargo, son evidentes, y claras las catorce (cartas) de Pablo. Con todo, no es justo ignorar que algunos rechazan la (carta) a los hebreos.". De modo que él sabía que la iglesia primitiva aceptaba a Colosenses como paulina.
¿A quién lo dijo?
a los santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas.
Pablo no fundó la Iglesia de Colosas, ni la había visitado cuando escribió esta carta, aunque su deseo de hacerlo pudo haberse cumplido más tarde:
pues hemos oído de vuestra fe en Cristo Jesús y del amor que tenéis a todos los santos (1:4)
Quiero pues, que sepáis cuán grande lucha sostengo por vosotros, por los que están en Laodicea y por todos los que nunca han visto mi rostro. (2:1)
No hay información alguna sobre los comienzos y situación de esta comunidad.
Filemón y su esclavo Onésimo eran miembros de la iglesia primitiva de Colosas.
En su segundo viaje misionero, Pablo pasó al norte del valle del Lico (Hch. 16:6–8).
En su tercer viaje misionero, Éfeso fue durante tres años el centro de sus actividades y lo más probable es que en ese momento el evangelio haya llegado a Colosas por intermedio de Epafras, que era oriundo de dicha ciudad
Así lo aprendisteis de Epafras, nuestro consiervo amado, que es un fiel ministro de Cristo para vosotros, quien también nos ha declarado vuestro amor en el Espíritu.
Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual. (1:7–9)
Así que esta iglesia tenía a lo menos cinco años de antigüedad cuando recibe esta carta.
Casi todos los cristianos allí eran gentiles:
También a vosotros, que erais en otro tiempo extraños y enemigos por vuestros pensamientos y por vuestras malas obras, ahora os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprochables delante de él. (1:21, 22)
A ellos, Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo en vosotros, esperanza de gloria. (1:27)
En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha por mano de hombre, sino por la circuncisión de Cristo, en la cual sois despojados de vuestra naturaleza pecaminosa. Con él fuisteis sepultados en el bautismo, y en él fuisteis también resucitados por la fe en el poder de Dios que lo levantó de los muertos. Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados. (2:11–13)
Pero desde los tiempo de Antíoco el Grande (223–187 a.C.) había habido numerosas e influyentes comunidades de judíos en la zona. Él mismo había hecho transportar 2.000 mil familias desde Mesopotamia y Babilonia a Lidia y a Frigia. La mezcla de elementos judíos, griegos y frigios en la población de la ciudad probablemente se refleja también dentro de la iglesia, y por ello constituiría tierra fértil para el tipo de herejía especulativa que la epístola de Pablo tenía por objeto contrarrestar.
Por el año 62 se estima que por lo menos habría once mil judíos libres en el distrito, aunque la población judía sería mucho mayor. Inclusive sabemos que treinta años antes había asentamientos judíos en Frigia, ya que participaron en Pentecostés.
De todos modos, la comunidad cristiana de Colosas había sido fiel a la enseñanza apostólica.
Seguía las normas éticas del cristainismo.
Se mantiene firme en la fe, ha demostrado su amor para con todos los santos y conoce la esperanza que está preparada para ellos en el cielo.
La situación de la comunidad corresponde a la imagen de una comunidad que es obediente al evangelio apostólico.
¿Dónde y cuándo lo dijo?
Orad también al mismo tiempo por nosotros, para que el Señor nos abra puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo, por el cual también estoy preso. 4: 3,
Aristarco, mi compañero de prisiones, os saluda. 4: 10,
Esta salutación es de mi propia mano, de Pablo. Acordaos de mis prisiones. 4: 18
Estos versículos indican que Col. fue escrita desde la prisión. Se han considerado seriamente dos posibles lugares desde donde pudo haber escrito Pablo su carta:
• Cesarea. (Hch. 24:23, 27). Pablo estuvo allí dos años (ca. mayo 57-septiembre 59.) Se han presentado una cantidad de argumentos a favor de Cesarea. Pero es improbable que todos los que se mencionan en el capítulo 4 estuviesen con el apóstol en la cárcel de Cesarea.
• Roma. (Hch. 28:30, 31). Estuvo con arresto domiciliario por dos años (ca. Febrero 60 a fines 61 o comienzos del 62.) No se ha ofrecido ninguna oposición al origen romano de la carta que no se haya resuelto adecuadamente. El mejor lugar hacia el cual podía dirigirse el fugitivo Onésimo sin duda era Roma, y el contenido de la carta y las referencias personales en la misma parecerían estar más en consonancia con la prisión de Pablo en Roma que en cualquier otro lugar.
Por lo tanto, la fecha 60 d.C. y Roma como lugar de escritura, parecerían las conclusiones más probables.
¿Por qué lo dijo?
En la carta no se dice qué llevó a Pablo a escribirla, pero los detalles en ella pueden dar alguna orientación certera. En principio, dos asuntos demandan la atención especial del apóstol y le indujeron a escribirla:
• En primer lugar, le estaba escribiendo a Filemón en Colosas con motivo de la devolución de Onésimo, su esclavo fugitivo, que se había convertido. Podía, a la vez, aprovechar esta circunstancia para escribir a toda la iglesia en Colosas.
• Epafras le había llevado a Pablo un informe respecto a dicha iglesia, que incluía muchas cosas alentadoras:
pues hemos oído de vuestra fe en Cristo Jesús y del amor que tenéis a todos los santos, a causa de la esperanza que os está guardada en los cielos. De esta esperanza ya habéis oído por la palabra verdadera del evangelio, que ha llegado hasta vosotros, así como a todo el mundo, y lleva fruto y crece también en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad. (1:4–6)
porque aunque estoy ausente en cuerpo, no obstante, en espíritu estoy con vosotros, gozándome y mirando vuestro buen orden y la firmeza de vuestra fe en Cristo. (2:5),
Pero aparentemente también Epafras había llevado noticias inquietantes referentes a las falsas enseñanzas que amenazaban apartar a sus miembros de la verdad de Cristo. Estas noticias llevaron al apóstol a dirigirse a los colosenses en la forma en que lo hizo.
De modo que Pablo trata de proveer un antídoto contra el error en doctrina y práctica. Para ello comisionó a Tíquico acompañado con Onésimo para llevar esta carta:
Todo lo que a mí se refiere, os lo hará saber Tíquico, amado hermano y fiel ministro y consiervo en el Señor. Os lo he enviado a vosotros para esto mismo, para que conozca lo que a vosotros se refiere y conforte vuestros corazones. Lo acompaña Onésimo, amado y fiel hermano, que es uno de vosotros. Todo lo que acá pasa, os lo harán saber. (4:7–9)
Epafras escogió quedarse con Pablo:
Os saluda Epafras, el cual es uno de vosotros, siervo de Cristo. Él siempre ruega encarecidamente por vosotros en sus oraciones, para que estéis firmes, perfectos y completos en todo lo que Dios quiere. De él doy testimonio de que se preocupa mucho por vosotros, por los que están en Laodicea y los que están en Hierápolis. (4:12, 13).
¿Para qué lo dijo?
• Prevenir a los colosenses de no caer en la sensualidad pagana (1:21, 23: 3:5–11), y de la solución propuesta por las bocas que no confesaban a Jesucristo como completo y suficiente Salvador (Capítulo 2).
El objetivo primario es presentar una verdadera identidad de Cristo, el apóstol da una afirmación completa de la persona y obra de Cristo.
y este pensamiento desciende hacia la iglesia como el cuerpo de Cristo.
• Dirigir su atención a Jesucristo, con todos los atributos que le añade como para hacer evidente lo inexcusable de su absoluta necesidad de adoración (1:13–18; 2:8, 9).
• Realzar el ministerio de Epafras (1:7; 4:12, 13).
• Enfatizar entre los receptores de esta carta la virtud del perdón y la bondad (3:12–14; 3:22–4:1).
Y en cuanto a la vida cristiana:
• En Col. nuestra vida debe vivirse en relación con Cristo.
Colosenses no ofrece una reprimenda a sus lectores, sino que muestra la preocupación del escritor por la comunidad, que en su inocencia podría desviarse por causa de falsas enseñanzas:
Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas basadas en las tradiciones de los hombres, conforme a los elementos del mundo, y no según Cristo. (2:8).
En su estilo característico, Pablo hace frente a las falsas enseñanzas en una forma positiva, más que refutando sus errores. De tal manera que no se pueden determinar cuáles eran estos errores, aunque podemos distinguir tres cosas:
• Los falsos maestros se jactaban de poseer una "filosofía" (φιλοσοφία) superior:
Esto lo digo para que nadie os engañe con palabras persuasivas. (2:4)
Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas basadas en las tradiciones de los hombres, conforme a los elementos del mundo, y no según Cristo. (2:8).
que nadie os prive de vuestro premio haciendo alarde de humildad y de dar culto a los ángeles (metiéndose en lo que no ha visto), hinchado de vanidad por su propia mente carnal. (2:18).
Podemos presumir también que Pablo, al utilizar con frecuencia los términos "conocimiento" (γνώσις y ἐπιγνώσις), "sabiduría" (σοφία), "entendimiento" (σύνεσις) y "misterio" (μυστήριον) estaba combatiendo dicha perspectiva.
En respuesta: La verdadera sabiduría no es una filosofía humana (2:8), sino el misterio, secreto revelado, de Dios que es Cristo, quien mora en aquellos que le reciben (1:27), sin distinción de personas (3:10, 11).
Por un lado está Cristo, como fue predicado y recibido por fe, y por el otro lado está la "filosofía" (φιλοσοφία) que en realidad es un "engaño vacío" (κενὴ ἀπάτη). Esta distinción debe percibirse claramente por la comunidad mediante la ayuda de la enseñanza apostólica que una vez más se expone ante ellos.
• Daban importancia a los poderes que esgrimía el mundo de los espíritus, en desmedro del lugar que le correspondía a Cristo. En 2:18 habla del "culto a los ángeles", y otras referencias a la relación de la creación espiritual con Cristo parecen tener un sentido parecido:
porque en él fueron creadas todas las cosas,
las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles;
sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades;
todo fue creado por medio de él y para él. (1:16)
y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas,
así las que están en la tierra como las que están en los cielos,
haciendo la paz mediante la sangre de su cruz. (1 20)
y despojó a los principados y a las autoridades y los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz. (2:15).
Según algunos en Colosas esos elementos del universo representaban fuertes poderes angelicales, que determinaban el orden cósmico y el destino de los individuos.
Pablo les escribe que se trata de una humildad equivocada, que exalta a los ángeles y destaca las funciones de los poderes espirituales del bien, y del temor a las potestades del mal. Cristo es creador y Señor de todas las cosas en el cielo y en la tierra, y vencedor de todos los poderes del mal (1:15ss; 2:9ss). Toda la plenitud (πλήρωμα) de la deidad está en Cristo. Quizá Pablo hace uso aquí de palabras clave de la falsa doctrina y les da un uso cristiano.
• Se asignaba gran importancia al cumplimiento de cosas externas: ayunos, fiestas, luna nuevas y días de reposo, y posiblemente circuncisión:
Por tanto, nadie os critique en asuntos de comida o de bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o sábados. Todo esto es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo. (2:16, 17)
En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha por mano de hombre, sino por la circuncisión de Cristo, en la cual sois despojados de vuestra naturaleza pecaminosa. (2:11).
El cumplimiento de ellos se invocaba como el verdadero camino de la disciplina personal y la sujeción de la carne:
Si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivierais en el mundo, os sometéis a preceptos tales como: «No uses», «No comas», «No toques»? Todos estos preceptos son sólo mandamientos y doctrinas de hombres, los cuales se destruyen con el uso. Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría, pues exigen cierta religiosidad, humildad y duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne. (2:20ss).
Por eso Pablo contesta escribiendo que el camino de la santidad no se alcanza por la vía de un ascetismo que sólo promueve el orgullo espiritual, ni por los esfuerzos propios de dominar las pasiones, sino vistiéndonos de Cristo, poniendo nuestro afectos solamente en él, y eliminando de esta manera todo lo que sea contrario a su voluntad (2:20ss; 3:1ss):
Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra, 3 porque habéis muerto y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.
La discusión de todos estos elementos anteriormente mencionados es lo que se conoce como "la herejía colosense".
No se puede establecer con precisión de qué se trataba, porque además en aquellos tiempos prevalecía el sincretismo en la religión y en la filosofía. Tradicionalmente algunos autores apuntan a que la herejía colosense era una forma de gnosticismo judaico.
A los errores anteriores habría que agregarle un factor común reinante en toda la iglesia cristiana en todo el imperio grecorromano, que es el de caer en el paganismo con su obvia inmoralidad. Los versículos 3:5–11 dan una idea de esto:
Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría. Por estas cosas la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia, en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas. Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos y revestido del nuevo. Este, conforme a la imagen del que lo creó, se va renovando hasta el conocimiento pleno, donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni extranjero, esclavo ni libre, sino que Cristo es el todo y en todos.
La tentación tenía diferentes frentes: los hábitos pasados, el medio ambiente del momento, las pasiones de los corazones no consagrados y la obra directa de Satanás.
Los colosenses debían perseverar en el evangelio que habían recibido y no moverse de allí, no debían volver a sus malas obras, sino que por el contrario debían "hacer morir" la inmoralidad, impureza, pasiones, deseos malos, avidez, malicia, calumnias, palabras vergonzosas y mentiras:
Pero es necesario que permanezcáis fundados y firmes en la fe, sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo y del cual yo, Pablo, fui hecho ministro. (Col. 1: 23)
Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él, arraigados y sobreedificados en él y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias. (2:6 y 7).
¿Qué fue lo que dijo?
La Supremacía de Cristo:
Él es también la cabeza del cuerpo que es la iglesia, y es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia. (1:18).
El tema se puede titular "el cristiano y su relación con Cristo como su Señor". El pensamiento que domina toda la carta es "Cristo es todo":
Cristo es el todo y en todos. (3:11).
Así el mensaje es que los creyentes están completos en Cristo y la fe en él necesariamente deja de lado toda confianza en cualquier poder subsidiario, porque nada en el universo queda fuera de su soberanía.
¿Cómo lo dijo?
Bosquejo
I. Destinatarios 1:1, 2
II. Acción de gracias 1:3–8
III. Oración por sabiduría y buenas obras 1:9–12
IV. La gloria y grandeza de Cristo 1:13–23
V. El sacrificio de Pablo en el ministerio 1:24–3:4
VI. El estándar de la nueva vida en Cristo 3:5–17
VII. Instrucciones éticas para la familia 3:18–4:1
VIII. Exhortación a orar y a saber hablar 4:2–6
IX. Mensajes personales 4:7–18
Piccardo, H. R. (2006). Introducción al cuerpo epistolar del Nuevo Testamento : Tomo 2 (91–129). Buenos Aires, Argentina: Ediciones del centro.
Paz de Cristo!
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor
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