12. EL JUICIO FINAL
Vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo y ningún lugar se halló ya para ellos. Y vi los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios. Los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida. Y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. El mar entregó los muertos que había en él, y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos, y fueron juzgados cada uno según sus obras. La muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Ésta es la muerte segunda. El que no se halló inscrito en el libro de la vida, fue lanzado al lago de fuego.
(Ap 20.11–15)
Gog y Magog
Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla. Su número es como la arena del mar. Subieron por la anchura de la tierra y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; pero de Dios descendió fuego del cielo y los consumió. Y el diablo, que los engañaba, fue lanzado en el lago de fuego y azufre donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos. (Apocalipsis 20: 7-10)
Vimos que al comienzo del reino del milenio un gran ángel ató a Satanás en el abismo. Esto quiere decir que Satanás no tentará más a la gente durante mil años. Hoy, existen tres fuerzas de tentación: el mundo, la carne y el diablo. Como el mundo será un reino de justicia administrada por el Señor, el juez justo, no existirán las tentaciones sensuales, sugestivas y mundanales que puedan desviar a la gente, y Satanás tampoco los tentará porque estará encadenado. Por lo tanto, la única fuente de tentación será la carne.
No obstante al ser libre Satanás por un tiempo, encuentra gente a la cual engañar, el número «como el de las arenas del mar» no necesariamente quiere decir que la abrumadora mayoría de la población mundial en aquel momento seguirá a Satanás. Lo que sí indica es que habrá una fantástica explosión demográfica durante el milenio y que muchos de los que nazcan durante este periodo al final seguirán a Satanás. Con esta última rebelión termina la historia del mundo presente, el Señor juzgará a los ángeles caídos y se da paso al juicio final.
El Gran Trono Blanco
Los que comparecerán en este juicio son "los muertos".- Como los redimidos resucitarán mil años antes y habrán estado en gloria con Cristo durante el milenio, "los muertos" pueden ser solamente los impíos pertenecientes a todos los tiempos, desde el principio de la historia humana hasta el establecimiento del gran trono blanco en el espacio. Así que este último juicio del gran trono blanco es solo para los incrédulos.
Siendo que hay diferentes grados de castigo, los muertos serán juzgados según sus obras:
»Aquel siervo que, conociendo la voluntad de su señor, no se preparó ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. Pero el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco, porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará, y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá. (Lc 12.47–48).
El libro de vida estará allí para responder a aquellos que deseen justificarse a base de sus obras:
Muchos me dirán en aquel día: "Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?" 23 Entonces les declararé: "Nunca os conocí. ¡Apartaos de mí, hacedores de maldad!". (Mt 7.22–23).
En el Juicio Posmilenial no hay más que un gran trono blanco. La Biblia enseña con claridad, que Dios hasta el presente, visita el mal con castigos, y recompensa el bien con bendiciones:
No por tu justicia ni por la rectitud de tu corazón entras a poseer la tierra de ellos, sino por la impiedad de estas naciones Jehová, tu Dios, las arroja de delante de ti, y para confirmar la palabra que Jehová juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob. Dt 9:5;
porque Jehová ama la rectitud
y no desampara a sus santos.
Para siempre serán guardados,
mas la descendencia de los impíos será destruida. Sal.37:28.
Los juicios de Dios en la vida presente no son los últimos, seguro que nos hemos dado cuenta que en muchas ocasiones el mal continúa sin su debido castigo, así como el bien no siempre es recompensado con las bendiciones de la vida presente.
El malvado en los días de Malaquías se envalentonaba diciendo ¿dónde está el Dios del juicio?
Hemos visto que los soberbios son felices,
que los que hacen impiedad no sólo prosperan,
sino que tientan a Dios, y no les pasa nada. (Mal 3:15).
El juicio final es la respuesta definitiva de Dios a todos los impíos, la solución, remoción y castigo del hombre por todos sus pecados:
y, además, le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del hombre. No os asombréis de esto, porque llegará la hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno saldrán a resurrección de vida; pero los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación. Jn. 5:27-29;
Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que, perseverando en hacer el bien, buscan gloria, honra e inmortalidad; pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia. Tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, sobre el judío en primer lugar, y también sobre el griego; en cambio, gloria, honra y paz a todo el que hace lo bueno: al judío en primer lugar y también al griego, porque para Dios no hay acepción de personas. Rom. 2:5-11;
Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio. Heb 9:27;
Pero los cielos y la tierra que existen ahora están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos. 2ª P 3:7;
Estos pasajes no son un proceso sino un evento muy definido en el fin del tiempo.
La Biblia siempre habla del juicio venidero como un acontecimiento programado, nos enseña a mirar hacía lo que esta adelante no a los días del juicio, sino el día del juicio:
Se habla de un día "aquel día":
Muchos me dirán en aquel día: "Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?" Mt. 7:22
El día de la ira y de la revelación del justo juicio:
Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios. Rom. 2:5
El juicio del trono blanco será precedido de algunos acontecimientos dramáticos, de destrucción y juicio:
de delante del cual huyeron la tierra y el cielo y ningún lugar se halló ya para ellos. Ap. 20:11
Entonces vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían pasado y el mar ya no existía más. Ap. 21:1
Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche. Entonces los cielos pasarán con gran estruendo, los elementos ardiendo serán deshechos y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.,
Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán! 2ª Pe. 3:10-12.
A esta altura encontramos que se abre un conjunto de libros y un libro: Los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida.
Pero lamentablemente por la obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de Dios:
porque por las obras de la Ley ningún ser humano será justificado delante de él, ya que por medio de la Ley es el conocimiento del pecado. (Ro 3.20).
por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios. Romanos 3:23.
Lo que sí harán estos libros de las obras o las acciones de los hombres es poner de manifiesto que nadie se merece el cielo por mérito propios:
Pues Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa oculta, sea buena o sea mala. Eclesiastés 12: 14
No solo se sacarán a la luz todas las acciones y las palabras de una persona, sino «aun lo realizado en secreto», D.L. Moody, el famoso evangelista, solía decir que si alguien inventaba alguna vez una cámara que pudiera tomar una fotografía del corazón humano, se moriría de hambre, porque nadie estaría dispuesto a dejarse fotografiar. Sin embargo, en aquel día solemne, todos los pensamientos secretos y las intenciones del corazón saldrán a la luz a través de una proyección sacada de los libros de las obras de la raza humana.
Según Apocalipsis 20:12 Juan vio:
· Los muertos impíos resucitados grandes y pequeños, de pie ante Dios.
¿Quiénes son estos «muertos, grandes y pequeños»? Ahora están muertos en delitos y pecados porque rechazaron a Jesucristo, y resucitarán para aparecer en este juicio. Esto abarcaría a los "grandes y pequeños» en el sentido intelectual, físico, financiero o cualquier otro. Este grupo incluirá a todos los muertos sin Jesucristo.
· el mar entregó los muertos que había en él.
El mar devolverá a todos los que se ahogaron o a quienes los enterraron en el agua y que nunca aceptaron a Jesucristo.
· La muerte: "La muerte" representa a la tumba
· Y el Hades entregó los muertos que había en ellos: el lugar de tormento adonde han ido sus espíritus
Lo que nos enseñan estos versículos es que podemos esperar una resurrección física de los muertos, ya sea que sus cenizas estén en una tumba, en un mausoleo, en la tierra o en el mar. Esas cenizas resucitarán y se unirán y al espíritu que se levantarán del lugar de tormento, y los resucitados comparecerán ante el gran trono blanco, en cuerpo y alma.
De los muchos condenados algunos relativamente son buenos en comparación con otros que eran muy malos, la tragedia es que, según las escrituras, no experimentaron el nuevo nacimiento y por lo tanto no tienen vida eterna, irán a condenación:
Él es la propiciación por nuestros pecados, y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo. 1ª Jn. 2:2.
Conclusión
Para concluir podemos decir que el juicio final es la respuesta definitiva de Dios a todos los impíos, la solución, remoción y castigo del hombre por todos sus pecados.
El diablo, que los había engañado, será arrojado al Iago de fuego y azufre, donde también habrán sido arrojados la bestia y el falso profeta. Allí serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos. (Apocalipsis 20:10).
Acaba de leer el pasaje más solemne que se pueda encontrar en cualquier parte de la Biblia. Nos pone frente a frente con la seria verdad de nuestro último encuentro con Dios. En ninguna otra parte se define con más claridad nuestra responsabilidad hacia Dios que en este pasaje de la Escritura.
El significado de este versículo es demasiado claro como para cuestionarlo. Dios, con su mano sobrenatural, tomará a Satanás y lo arrojará para siempre al lago de fuego.
Pero además es enfática la afirmación: El que no se halló inscrito en el libro de la vida, fue lanzado al lago de fuego.
Algunas de las razones, que da la Biblia, por las cuales se puede borrar nuestro nombre del libro de la vida:
(1) por pecar en contra de Dios,
(2) por no estar revestidos de la justicia de Cristo a través del nuevo nacimiento, y
(3) por apartarnos de las palabras de este libro de profecía.
¿Está seguro usted que su nombre está inscrito en el libro de la vida?
Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo. Hechos 2: 38
Paz de Cristo!
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor
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