Quiero compartir con ustedes una de esas experiencias que hacen que uno se enamore más del Señor Jesús y de su obra.
Ayer el misionero me pidió que le acompañara hoy a celebrar un bautismo el estado de Puebla, en el que aún no hay obra establecida, "por supuesto que sí" le respondí. Me imaginé automáticamente una mujer ya anciana en sus últimas horas y una piscina inflable como cuando allá en Colombia hacemos el bautismo de algún simpatizante que a última hora esta pidiendo que se bautice y que no puede si salir de su apartamento y entonces vamos con algún diácono que nos acompañe y celebramos el bautismo.
Después del programa radial de hoy salimos hacia el estado de Puebla, fuimos por la carretera federal (no por autopista). Luego de dos horas aproximadamente de haber abandonado la ciudad de México nos acercamos al un cruce es la carretera donde nos esperaba una joven mujer con una bandera de México, esa era la señal. Su nombre es Leticia, esposa de un hermano que desde USA le habló del bautismo en el nombre. Ella era la que iba a ser bautizada. La recojimos en compañía de otra joven y nos guió hasta su casa, como a 20 minutos de la carretera principal.
Era un pequeño caserío, apartado de las grandes urbes, Nuevo Tlahuapan. Dicen que viven como 200 personas en esa "aldeita". Llegamos a su casa y cual sería mi sorpresa cuando comienzan a llegar los invitados al bautismo, más de 50 personas (incluyendo niños), en un pueblito de 200 personas!! Es decir cerca del 25% de la población estuvo atenta al culto que celebramos y a la ceremonia bautismal.
Después una comida de celebración, todos en una larga mesa compartiendo alimentos y oyendo a las personas.
La madre del hno que desde Estados Unidos evangelizó via telefónica a su esposa nos habló de él. "Jorge era la vergüenza de la familia, un borrachín, y así se lo dije yo, que era nuestra vergüenza. Pero ahora es nuestro orgullo, ya se bautizó y nos envía quien nos hable de Dios, ya se bautizó su esposa y yo quisiera ser la próxima. Ahora él es nuestro ejemplo."
Una amiga del hermano Jorge, que yéndose a buscar el sueño americano fue encontrado con Jesucristo, dijo "que no nos mande plata, pero que nos siga mandando quien nos hable de Dios."
En ese pueblo fue todo un acontecimiento este bautismo. Y quedaron abiertas las puertas para seguir predicando.
Orenos por Nuevo Tlahuapan, Estado de Puebla. Y por la hermana Leticia la primicia de la obra en ese lugar!
Aleluya!!
Aún hoy "la miés es mucha y los obreros pocos" sigamos orando al Señor de la miés que envíe obreros...
¡Cómo enamorarnos del Señor y de su Obra!
Gracias.
Bendiciones....
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor IPUC
http://adonayrojasortiz.blogspot.com
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