martes, 17 de marzo de 2015

GUERRA ESPIRITUA. De Volvamos a la Fuente. Gerardo de Avila

Guerra espiritual. En un Congreso en Lima auspiciado por el Concilio Evangélico del Perú yo hice mención, en una de las conferencias, de la llamada guerra espiritual. Luego alguien me comentó que estaban diciendo que yo no creía en la guerra espiritual. En la próxima conferencia yo expliqué que mi problema no era con la guerra espiritual, sino con la gente que descubrió el otro día algo que aparece categóricamente en la Epístola a los Efesios, un documento que se escribió en el primer siglo. No creo que el diablo sea peor ahora que cuando lo echaron del cielo. Los demonios, hasta donde mi información llega, no se reproducen. Hoy hay la misma cantidad que cuando los echaron del cielo. El diablo es un personaje frente al cual los cristianos deben estar atemorizados, a juzgar por lo que dicen algunos expertos en la guerra espiritual. El diablo es sacado de proporción en tal manera que parecería que se le rinde culto. Otro aspecto de la guerra espiritual con el que tengo problemas es el concepto de maldiciones ancestrales y lo que llaman puntos de apoyo del diablo. Para mí esto es pura fantasía religiosa, para no decir superstición pagana, que sería más adecuado. La otra cosa que me llama la atención con la guerra espiritual es la súper especialización a que la fantasía ha llevado a algunos. A continuación una lista de algunas de las especializaciones que aparecieron en una propaganda que yo recibí. 38 Cartografía espiritual. Esta especialización se encarga de hacer mapas de las concentraciones de demonios, es una especie de demoniografía. Pienso que para establecer la población demoníaca usarán un demoniómetro. Afinamiento de puntería. Después que la cartografía establece la densidad demoníaca esta especialización enseña a tomar bien la puntería para eliminar estas concentraciones infernales. Otros se especializan en la derribación de puntos de apoyo del diablo. Un ejemplo de un punto de apoyo del diablo es el siguiente. Alquilas o compras una casa. Los anteriores dueños tenían la imagen de un ídolo en una de las habitaciones. No es suficiente que se hayan llevado la imagen. El hoyito que dejó el clavo donde estaba colgada la imagen es un punto de apoyo del diablo y debes buscar a un especialista que hará un exorcismo para neutralizar este punto de apoyo del diablo. Hay expertos en oración en contra de los espíritus que controlan las naciones. 39 Expertos en remoción de las maldiciones hereditarias. Esta especialidad tiene que ver con la «genética espiritual». Esta idea raya en lo herético. Cuando uno viene a Cristo es una nueva criatura, independiente a quiénes hayan sido los antepasados. La persona tiene una herencia de conducta, lo que llaman los psicólogos transferencia generacional, también una herencia genética, pero no de maldiciones en el sentido espiritual. Expertos en dominación espiritual sobre tus finanzas. Con esta especialización te puedes hacer rico sin trabajar ni administrar bien el dinero, solo tienes que creer y reprender al demonio de pobreza. Por fe te declaras libre de deudas. Yo vi en la televisión a un predicador decirle a la gente que llenaba un auditorio que levantaran las manos y se declararan, por fe, libres de deudas. Es importante tener en cuenta que esta especialización solo funciona para los especialistas, que hacen dinero con los incautos. Y la lista continúa. Imagino que para esta fecha ya se hayan agregado otras especializaciones. Ya existe toda una literatura «especializada» acerca de esta disciplina. También periódicamente se celebran seminarios donde los que quieren especializarse pueden recibir el entrenamiento, ofrecido por expertos en la materia, que los capacitará en la logística tanto ofensiva como defensiva. Hasta que punto de ingenuidad puede llegar la curiosidad religiosa. ¿Cuál es el derivado de todas estas «especializaciones»? Desarrollar en los cristianos codependencia de estos «especialistas». Producir un cristianismo de segunda categoría que desconoce que en Cristo se está completo. 40 La guerra espiritual es presentada en la Biblia en forma completamente diferente a la literatura popular, que es sensacionalista y supersticiosa. La Biblia habla del diablo y de sus recursos, pero nunca como teniendo ventaja sobre los cristianos. La Biblia habla de Dios como soberano sobre el diablo y todas las fuerzas del mal, y con claridad meridiana declara que el patrimonio de los cristianos, de todos, no de algunos, es el de los hijos de Dios. Cristo dijo: «… Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra». 41 «Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos». 42 El salmista dice: «Aquel que habita a la sombra del Altísimo, se mantendrá estable e inamovible bajo la sombra del Todopoderoso [cuyo poder ningún enemigo puede resistir]». 43 El capítulo seis de la carta de Pablo a los Efesios es el mejor documento cristiano sobre la guerra espiritual. El que estudia este pasaje con seriedad espiritual e intelectual no necesita ir a la Facultad de Guerra Espiritual. «Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos; y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio, por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar». 44 En este pasaje tenemos una descripción de la guerra espiritual y de los recursos que están a disposición del cristiano, cuyo uso garantiza la victoria. La primera cosa que hace el apóstol es establecer el lado positivo en esta guerra: «hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo». Para que «podáis estar firmes». La guerra espiritual, como se plantea en la Biblia, no es una guerra en la que el cristiano va a ver como sale, sino una guerra en la que el enemigo contra quien él lucha ya está vencido. Lo que el cristiano hace es articular esa victoria, con su fe y su conducta. La logística de Pablo es admirable. Primero los recursos que aseguran el triunfo, después el enemigo. De esta manera se neutralizan la intimidación y el temor, armas predilectas del enemigo en esta guerra. La fuente de la fuerza en esta guerra es el Señor, quien dijo: «Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra». 45 Dependencia absoluta en su fortaleza es la clave del triunfo. Esta dependencia no es patrimonio de un pequeño grupo de privilegiados o especialistas, sino herencia de todos los hijos de Dios. Pero esta dependencia no es una abstracción o mera apariencia mística. Esta dependencia es concreta, dinámica. Esta dependencia es conducta. «Vestíos de toda la armadura de Dios». Pablo vierte la acción del fortalecimiento en el Señor en la figura de la armadura de un soldado cuyas partes pasa a describir. 1) «Estad, pues, firmes» . La primera consideración es la posición de firmeza del soldado. En la guerra espiritual el descuido, la indecisión, la ambivalencia, la dobleza de ánimo son fatales. 46 «Cuando se cumplió el tiempo en que él [Cristo] había de ser recibido arriba, afirmó su rostro para ir a Jerusalén». 47 La afirmación «afirmó su rostro» indica firmeza de propósito, resolución. El profeta Isaías tiene una actitud similar: «Porque Jehová el Señor me ayudará, por tanto, no me avergoncé; por eso puse mi rostro como un pedernal, y sé que no seré avergonzado». 48 «Afirmó su rostro» en el caso de Cristo y «puse mi rostro como un pedernal» en el caso de Isaías son equivalentes. Ambos casos son una expresión de firmeza. El diablo se ríe de los cristianos pusilánimes, pero sabe que con los cristianos firmes está perdido. «Vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe». 49 «Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros». 50 2) «Ceñidos vuestros lomos con la verdad» . Un aspecto fundamental en la guerra espiritual es la ética cristiana. El histrionismo religioso, la apariencia de piedad y aun la recitación de fórmulas exorcistas no tienen ningún valor en la guerra con el diablo. Satanás solo retrocede frente a lo auténtico. Este principio quedó dramáticamente demostrado en la experiencia de unos judíos vagabundos contemporáneos de Pablo. «Pero algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: Os conjuro por Jesús, el que predica Pablo. Había siete hijos de un tal Esceva, judío, jefe de los sacerdotes, que hacían esto. Pero respondiendo el espíritu malo, dijo: A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois? Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando sobre ellos y dominándolos, pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos». 51 Lamentablemente son numerosos los casos de predicadores, especializados en la reprensión de demonios, que han caído de manera estruendosa. Han vivido representando una mentira y el diablo, aunque es mentiroso desde el principio, no respeta a los mentirosos. La hipocresía es uno de los facilitadores más efectivos del diablo en su guerra contra la iglesia. El hipócrita es uno de los caracteres que Cristo atacó con más vigor. Según algunos eruditos del Nuevo Testamento la palabra hipócrita es la más dura que se usa en el Nuevo Testamento y Jesucristo es el único que la usó. Con dolor tengo que reconocer, después de casi cincuenta años en el ministerio cristiano, que muchos de los que se llaman cristianos viven una vida de hipocresía. Hace algunos años una psicóloga cristiana me dijo que había liberado a un pastor poseído por demonios. Ella cree que los cristianos pueden ser poseídos por demonios. Yo no creo tal cosa. Yo le dije que no tenía dificultades conque el hombre fuera pastor, que con lo que tenía problemas era conque ese pastor fuera cristiano si estaba endemoniado. La Biblia es categórica cuando declara que no hay comunión entre la luz y las tinieblas. 52 El elemento ético es de cardinal importancia en la guerra espiritual. 3) «Y vestidos con la coraza de justicia» . El significado de esta pieza de la armadura es similar al de la anterior. Aquí no se trata de la justicia de Dios que cubre al cristiano, sino del producto de esa justicia en la conducta del cristiano. Un Dios justo produce hijos justos. Con esta figura Pablo insiste en la importancia de la vida ética en la guerra espiritual. En la vida cristiana la conducta ética no es una opción. «Para el hombre en Cristo la vida ética no es la vida obligatoria, sino más bien la única vida». 53 4) «Y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz» . Paz parecería paradójico como arma de guerra. Pero en el contexto cristiano no lo es. La guerra contra las malicias espirituales de este mundo se hace con la proclamación del Evangelio de Paz. El soldado cristiano no es mensajero de destrucción, sino de restauración. Además, el cristiano, aunque está en medio de una guerra sin cuartel, no tiene la angustia del que desconoce el desenlace de la batalla. Él sabe como terminará todo. «Hazme guiado según tu consejo, y después me recibirás en gloria». 54 La imagen del calzado se refiere a la firmeza del soldado en esta guerra de paz. 5) «Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno» . Estos dardos eran unas pequeñas flechas con estopa y brea en la punta. La intención era que se engancharan en la armadura del soldado y la inflamaran obligando al soldado a quitársela y dejar el pecho al descubierto. Sin armadura el soldado era vulnerable a flechas mayores o lanzas. La fe sirve de escudo donde los dardos se apagan. Los «dardos de fuego» pueden ser pensamientos, o circunstancias de provocación que, si no se apagan rápido con las convicciones cristianas, pueden hacer que el cristiano se quite la armadura y se convierta en presa fácil. Aquí es importante una teología sana. La victoria que vence al mundo es nuestra fe. 55 6) «Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios» . Recibid da mejor la idea que tomad. El yelmo y la espada eran las dos piezas de la armadura que el soldado no tomaba sino que un ayudante le daba después que el soldado se había puesto las otras piezas. Es importante notar que el yelmo protege la cabeza, asiento de las ideas y de los pensamientos. En la guerra con las fuerzas demoníacas, la certidumbre de que somos salvados por la gracia de Dios nos hace invulnerables a los ataques del diablo. Dios guardará lo que él ha salvado con su propia vida. Nuestra salvación garantiza que el diablo no puede hacernos daño. «Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre». 56 La espada del Espíritu es la articulación de las Sagradas Escrituras. La logística de Cristo en su guerra con el diablo fue el uso de la Palabra de Dios. El arma elegida por Cristo fue: «Escrito está». 57 Lo que es efectivo en la guerra con las fuerzas espirituales de maldad es la palabra de Dios, no nuestras ideas. Una vez más insisto en la importancia de una cosmovisión bíblica. 7) «Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica» . Paralelo a «orando en todo tiempo» es «orad sin cesar». 58 Evidentemente esto no puede significar estar de rodillas todo el tiempo. Aunque la oración formal no se descarta, ya sea en el templo o en la casa. De pie o de rodillas. Mi opinión es que la intención del pasaje es dependencia en Dios. Comunión con el Altísimo. En la guerra espiritual el soldado no puede, ni por un momento, interrumpir su comunión con aquel que le llena de poder. La vida de comunión es vida de oración. La comunión, aun sin la oración formal, es efectiva. La oración formal, sin comunión, es un ejercicio fútil. Es saber, constantemente, que «en él vivimos, y nos movemos». 59 Que «El ángel del Señor acampa alrededor de los que le temen y los defiende». 60 Leí, hace algunos años, la historia de un militar. Este hombre cuenta que estando de visita en una ciudad tuvo una emergencia médica. Trató que lo admitieran en dos hospitales, pero en ambos lo rechazaron. Él tenía que ir a un hospital militar. Lo llevaron a otra ciudad y lo admitieron en un hospital de la marina, rama de las fuerzas armadas a la que él pertenecía. Cuando los médicos lo estabilizaron el hombre repentinamente se alarmó. Se da cuenta de momento que durante la crisis no había orado pidiendo la ayuda de Dios. ¿Cómo es posible, que si yo soy cristiano, no haya acudido al Señor? Se alarmó al hacerse esta pregunta. Sigue relatando este hombre que enseguida lo invadió una profunda paz. Pensó que no había hecho una oración formal porque siempre estuvo consciente de que Dios estaba con él. «Súplica por todos los santos y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio». Una de las ventajas que se le ha dado al diablo es la desunión del pueblo que se llama de Dios. Está ausente un sentido corporativo, de universalidad. Cada uno con su feudo aparte. No hemos entendido «que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan». Es probable que Pablo, al dar estas instrucciones, esté pensando en la falange; formación militar de su tiempo con la que sin duda él estaba familiarizado. Los soldados ponían escudo con escudo y hacían una muralla infranqueable. Estas fuerzas de infantería eran temidas por el enemigo. El apóstol sabe que una iglesia unida es una poderosa arma, temida por las fuerzas del mal. Una iglesia desunida es presa fácil. Otras armas, en el arsenal del cristiano, en la guerra espiritual son Santiago 4:7: «Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros». 1 Pedro 5:6-9: «Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe». 1 Juan 5:18: «Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca»


(Por favor me confirma si lee este correo electrónico)

Muchas gracias.

Paz de Cristo!



ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor

No hay comentarios:

Generalidades de la Escatología Bíblica

NO DEJE DE LEERLO