viernes, 22 de mayo de 2015

EL MINISTRO Y SU FAMILIA (Ética Ministerial)

EL MINISTRO Y SU FAMILIA

Introducción

Llegamos ahora al tema de las normas éticas para el ministro en relación con su familia, y las normas para la familia y la iglesia donde están sirviendo. La felicidad en el hogar del ministro contribuirá mucho a su éxito en todo su ministerio. Por eso, el ministro debe dedicar el tiempo necesario para su esposa y los hijos. Si los descuida mientras está ministrando a todos los demás en la comunidad, puede perder una gran oportunidad con sus propios hijos, porque los niños pueden llegar a resentir el hecho de que su padre tiene tiempo para pasar con otros y tan poco tiempo para ellos.

Las estadísticas comprueban que los hijos de ministros se destacan en muchas profesiones y en trabajos que requieren grandes capacidades y rendimientos, más que los hijos de cualquier otro grupo profesional. Por esta razón, el pastor y su esposa no deben preocuparse por la posibilidad de perjudicar a sus hijos con las privaciones de cosas materiales en la casa pastoral. La aceptación, el calor emocional y el estímulo constante a establecer metas altas cubrirán toda deficiencia de cosas materiales. Es cierto que la mayoría de los pastores no pueden brindarles a sus hijos todas las ventajas que tendrían con una situación económica próspera; sin embargo, tendrán otras ventajas. Tendrán una apreciación de los valores más altos en la vida y una oportunidad de conocer y experimentar las ventajas culturales que pueden aportarles valores mucho más altos que los materiales.
En este capítulo vamos a dedicarnos a considerar algunas sugerencias que pueden enriquecer la vida del pastor y su familia.

3.1 Deberes del esposo y padre

El esposo tiene la gran responsabilidad de hacer todo lo posible para brindar felicidad a todos los miembros del hogar. Para poder hacerlo, tiene que tomar en serio esta meta, y su papel de esposo y padre de familia. Nuestra cultura tradicional dicta que el esposo y padre sea la fuente principal de sostenimiento económico del hogar. Pero en los últimos años ha habido un cambio de actitudes y prácticas en esto, de modo que es bastante aceptable que la esposa trabaje también y ayude a sostener los gastos económicos del hogar. Esto trae tensión en otras esferas, porque la esposa que trabaja fuera del hogar no tiene todo el tiempo para dedicarse a las actividades hogareñas. Los esposos y padres tendrán que adaptarse a las cincunstancias cambiantes si la esposa trabaja fuera del hogar. Vamos a considerar algunas de las normas más importantes que promoverán felicidad y armonía en el hogar del pastor.

3.1.1 Deberes hacia la esposa

Edward B. Bratcher (The Walk on Water Syndrome, págs. 85–107), hizo un estudio para descubrir las fuentes de estrés sobre la familia del pastor. Una razón que descubrió es que todos los miembros de la iglesia esperan que la familia del ministro sea un ejemplo de éxito, en el sentido de armonía, unidad, ejemplos morales para la comunidad y que comuniquen prosperidad económica por medio de su modo de vestirse, muebles y arreglos en la casa pastoral y en cualquier otra dimensión. Todo esto a pesar del hecho de que casi siempre el sueldo del pastor no es adecuado para tales logros. Otra razón es que el ministro necesita una familia ejemplar para dar credibilidad a su ministerio. Esta necesidad de éxito pone cierta presión sobre cada miembro del hogar. Una tercera razón es que la congregación espera que el pastor, su esposa y los hijos cumplan con ciertos papeles que se han establecido en la iglesia desde generaciones atrás, y estas expectativas no dan al pastor y su familia la libertad de tener su propia identidad y desarrollarse según sus características especiales. Por ejemplo, cuando una de nuestras hijas era muy pequeña, tenía un deseo intenso de tomar lecciones de ballet. Yo me oponía a tales lecciones, porque temía el "qué dirán" de toda la familia cristiana evangélica compuesta por las iglesias locales, la denominación y la familia seminarista donde trabajaba. En muchas ocasiones mi esposa me ha hecho el reclamo de que debiéramos de haberle provisto estas lecciones, y aguantar la crítica de la comunidad.

Algunas iglesias esperan que la esposa del pastor sea "pastora asociada" sin sueldo. Esperan que ella sepa todo lo que está pasando en las organizaciones de la iglesia, y cuál es la opinión de su esposo sobre todo asunto en la iglesia y la comunidad.
Otra fuente de estrés para la familia del pastor es el descuido de éste hacia aquélla. Muchas son las ilustraciones de hogares tensionados porque el esposo, que es ministro, dedica todo el tiempo disponible al programa de la iglesia y los miembros que necesitan de su ministerio, y descuida su propia esposa e hijos.
La esposa de un obispo anglicano da su testimonio. Dijo que al decidir casarse con un clérigo tenía sueños de participar con su esposo en ganar al mundo para Cristo. Siete años después dijo: "Aquí estoy, rodeada de cuatro hijos, amarrada a los quehaceres hogareños, y esperan que asista a todas las reuniones y las organizaciones de la iglesia; me siento como viuda porque mi esposo nunca está en casa conmigo. Los clérigos deben ser célibes, porque ninguno debe esperar que la esposa tome un trabajo tan despectivo. No es cristiano."
Otra fuente de estrés para la familia del pastor es la falta de privacidad. En la iglesia siempre hay personas que buscan al pastor y su familia. Algunos ofrecen su amor y amistad con motivación sincera. Otros llegan porque necesitan ayuda de alguna índole. La puerta de la casa pastoral siempre está abierta para saludar y recibir a toda persona que llega. Esto trae tensión en la familia, porque no pueden llevar una vida normal debido a la presión de las multitudes. A veces la familia del pastor se siente como los discípulos de Jesús, cuando las multitudes le seguían constantemente. Van a querer que el Maestro los mande para la casa. Un hijo de pastor comentó sobre esta circunstancia deciendo: "Uno nunca tiene un territorio que sea propio."
Es paradójico, pero otra fuente de tensión para la familia pastoral es el sentido de aislamiento. Aunque siempre hay multitudes alrededor del ministro y su familia, no hay personas a quienes puedan comunicar sus temores y sueños mas íntimos. No hay amigos en quien confiar los secretos que uno quisiera compartir con un confidente.
La obediencia a las instrucciones bíblicas para los esposos es la mejor manera de evitar y aliviar el estrés en los matrimonios de ministros. Vamos a considerar estas enseñanzas. En cada pasaje donde se habla de deberes conyugales aparece el mandamiento para el esposo de amar a su esposa. Pablo elabora sobre este amor, diciendo que debe de ser parecido al amor que Cristo tiene para la iglesia. ¿Cómo amó Cristo a la iglesia? Primeramente, fue un amor sin condiciones. Cristo vino al mundo para salvar a los perdidos, y estableció la iglesia como la comunidad de cristianos para ayudarse mutuamente y extender su mensaje a otros. Por medio de esta comunidad, los perdidos llegan a sentir el amor y la aceptación de Dios. En segundo lugar, fue un amor que llevó a Cristo a dar su vida por la humanidad. Esto quiere decir que el amor del esposo por la esposa debe llevarlo a la disposición de estar listo a sacrificarse por su esposa. De vez en cuando se lee de casos donde literalmente el esposo se sacrifica por la esposa debido a alguna crisis. Esto es loable, e impresiona a todos.
En tercer lugar, este amor de parte del esposo debe llevarle a considerar en primer lugar las necesidades de la esposa, antes de buscar su propio placer o satisfacción. El amor verdadero entre cónyuges quita el egoísmo. Cuando hay conflicto entre ellos, casi siempre se puede captar egoísmo de parte de uno o los dos cónyuges. Por eso, el pastor debe luchar para quitar de su vida toda forma de egoísmo.
En cuarto lugar, los esposos necesitan saber que el amor abarca más que el sexo. Uno de los grandes problemas entre matrimonios es que la esposa siente que está siendo utilizada por el esposo simplemente para satisfacer su deseo sexual. Las esposas se quejan de que el esposo no le presta las atenciones que son tan importantes para ella, como el felicitarla por una comida que prepara para el esposo, el expresar gratitud por todas las atenciones que ella manifiesta hacia el esposo, como el arreglo de la ropa, la vigilancia de la dieta, el cuidado de los hijos, y un sin fin de otras actividades que ella hace por el esposo y los hijos. El esposo necesita recordar los días especiales, como el cumpleaños de la señora, el día del aniversario de bodas, y otros días que tienen significado especial para cada familia. La esposa necesita estas expresiones verbales y emotivas del afecto del esposo.
El esposo que es pastor necesita dedicar tiempo especial a su esposa, ya que invierte mucho de su tiempo en el trato con otras damas en la iglesia y la comunidad. El necesita establecer la práctica de tener una cita especial con la esposa una noche por semana o por quincena, para que los dos mantengan vivos su amor y para dedicar su atención especial a la esposa. Casi siempre los pastores dicen que no hay dinero para hacer gastos de esta índole, pero uno no tiene que gastar gran cantidad de dinero para disfrutar de un rato agradable con la esposa. Ella estará agradecida por el tiempo, el esfuerzo y lo que implica la dedicación de un tiempo exclusivo para ella.

3.1.2 Deberes hacia sus hijos

El pastor debe ser buen ejemplo como padre de familia. Esto abarca muchas cosas. Incluye amor por los hijos e interés en ellos y en su desarrollo. Todo niño necesita el tiempo de los padres, especialmente del papá. La madre pasará mucho tiempo con el niño en su cuidado, pero el padre tiene que programar un tiempo cada día con sus hijos. No debe tener tantas responsabilidades fuera del hogar que llegue demasiado cansado para tomar unos minutos para jugar con los hijos. Cuando ya están en el colegio, el padre debe mostrar interés en lo que están estudiando, y en el progreso de cada uno. Es bueno si puede ayudar a cada uno con las tareas de vez en cuando, para cerciorarse de su progreso y para saber lo que están recibiendo. Debe participar en las reuniones de padres de familia, porque así los hijos captan el mensaje que tal participación conlleva.

Los padres deben disciplinar a los hijos. Esta es responsabilidad de ambos padres, y el papá no debe delegar toda esta disciplina en la mamá. A través de la disciplina los niños aprenden a respetar la autoridad, y cuando ellos sean adultos, sabrán ejercer la autoridad. El proceso de la disciplina es prolongado pero debe ser constante. Los padres que no disciplinan a los hijos no saben el daño que hacen.

3.1.3 Deberes respecto al sostenimiento del hogar

Nos hemos referido al aspecto económico del sostenimiento del hogar en el capítulo anterior. La iglesia tiene la responsabilidad de pagarle al pastor un sueldo digno y adecuado para cubrir las necesidades de la familia. En todos los estudios que se han hecho sobre las causas de estrés en los hogares de pastores, los ingresos inadecuados encabezan la lista. Hace años hice una encuesta entre pastores de varios países en América Latina, para descubrir sus necesidades y causas de preocupación. Casi sin excepción, una de las dificultades mayores de cada pastor era la estrechez económica en que vivían.

A veces los miembros que demandan de sus patrones aumentos de sueldo por su trabajo son renuentes en reconocer que el pastor tiene la misma lucha en suplir las necesidades de su hogar. Los laicos necesitan cumplir con su deber de ser buenos mayordomos de lo que Dios les ha dado, y a la vez reconocer su responsabilidad de sostener dignamente a su pastor y su familia.
Cada miembro del hogar tiene que colaborar en dar pasos para economizar cuando hay una escasez. A veces el ministro tendrá que conseguir permiso de la iglesia para buscar un empleo suplementario para cubrir los gastos del hogar. Puede buscar oportunidades para enseñar unas horas en algún colegio, o hacer otros trabajos que no demanden mucho de su tiempo y energías. Esta no es la situación ideal, pero puede ser necesaria en casos donde las capacidades de la iglesia son limitadas.

3.1.4 Deberes respecto al desarrollo espiritual de cada uno en el hogar

Como el pastor es el líder espiritual de la iglesia también es el líder espiritual de su familia. El debe tomar la iniciativa para el desarrollo espiritual de cada miembro de su familia. Es bueno tener un culto familiar cada día cuando todos pueden estar juntos, pero también es bueno tener ratos especiales con cada individuo en el hogar y darse cuenta de los problemas especiales que cada persona tiene. Es importante estar disponible para los hijos cuando experimentan inquietudes espirituales, y cuando están sintiendo interés por el evangelio. Dichoso es el pastor que tiene la oportunidad de conducir a cada uno de sus hijos a Cristo.

Cuando los hijos lleguen a ser adolescentes, tendrán tentaciones especiales de fuentes ajenas al hogar. Estarán expuestos a influencias no cristianas de entre los demás asistentes al colegio y en la calle. Estarán considerando muchas posibilidades en cuanto a una vocación. Todo esto quiere decir que el hijo adolescente apreciará una atención especial de parte de su padre en estas circunstancias.
La queja más frecuente que se escucha de parte de la familia del pastor hacia el esposo y padre es que no pasa tiempo suficiente con su familia. En muchos casos tenemos tiempo para los hijos de todos los demás en la comunidad, pero descuidamos a nuestros propios hijos y sus necesidades físicas y emocionales. Si el pastor quiere funcionar con eficacia en la comunidad, y si quiere tener un hogar feliz, necesita programar actividades en las cuales pueda separar un tiempo para jugar con los hijos, para llevarles a un paseo de vez en cuando, y para dialogar con ellos. Así, el padre establecerá un nexo íntimo y sabrá en qué están pensando cuando lleguen a ser maduros, y podrá comunicarse con ellos más fácilmente.
Cada familia necesita la oportunidad de tomar vacaciones anualmente. Si el pastor y su familia hacen sus planes con anticipación, pueden disfrutar de un tiempo en el que cada miembro del hogar tendrá oportunidad de hacer algo agradable. Pueden disfrutar de muchas horas felices haciendo los planes respecto a dónde quieren ir, qué van a hacer y cómo van a costear los gastos para ese viaje. Pueden disfrutar de la planificación y la preparación antes de las vacaciones, tanto como de las vacaciones mismas. Esto sirve para unificar a la familia, y para establecer metas comunes entre todos. Los niños siempre recordarán estas oportunidades que han tenido de aportar sus ideas con la familia, y será un recuerdo grato.
Debemos añadir algo sobre la familia del pastor cuando los hijos ya son adultos y han salido del hogar. Es el momento de la reflexión de parte de cada uno. Los padres estarán agradecidos al Señor por los años en que han tenido el privilegio de ser padres y criar a los hijos. Y los hijos pueden reflexionar sobre las grandes bendiciones que han recibido por haber nacido en un hogar cristiano donde los padres estaban dedicados al servicio del Señor. Puede ser el momento para perdonar. Los hijos necesitan perdonar a sus padres las equivocaciones que cometieron, a veces inocentemente, durante la crianza de los hijos. Y los padres perdonarán a los hijos por todas las tribulaciones que vivieron durante los años en el hogar. Dichoso es el hogar en el que todos pueden reflexionar sobre el pasado y sentir que las experiencias felices predominaron en medio de todas las experiencias vividas. David Seamonds escribió un libro hace unos años que puede ser de mucha ayuda para padres e hijos en este sentido. Su título es The Healing of Memories (Wheaton: Victor Books, 1985). El autor recomienda que si hay emociones de odio, resentimiento, o rencor en los hijos adultos hacia sus padres, es necesario confesar estas emociones a Dios en presencia de un ministro que comprenda de las relaciones interpersonales. Pueden tener una sesión de oración intercesora, pidiendo la sanidad emocional que resulte en la paz y la tranquilidad que permitirá a la persona vivir con mayor felicidad.

3.2 El lugar de la esposa del pastor

La esposa del pastor también tiene la responsabilidad de aportar para la felicidad del hogar. Ella puede garantizar el éxito de su esposo en el ministerio, o puede encaminar su ministerio a un fracaso. La señorita que está enamorada de un joven que piensa ser pastor necesita considerar seriamente si puede ser feliz en el papel de esposa de pastor. Especialmente antes de comprometerse con el joven pastor debe orar mucho y conversar con otras esposas de pastores y líderes en la denominación para estar segura de que entiende todo lo que se espera de ella. Bratcher dice que el caso del pastor es como otros profesionales donde el esposo tiene que estar disponible para servir durante las veinticuatro horas del día y los siete días de la semana. La esposa tiene que comprender esto, y no desilusionarse después de un tiempo (pág. 95). También agrega que la adaptación de la esposa cuyo esposo toma la decisión de entrar en el ministerio después de estar en otro trabajo o profesión es aún más difícil, ya que ella tiene que cambiar de su identidad ya establecida en un papel a la identidad de esposa de ministro (pág. 89).

3.2.1 El papel de esposa del pastor

Hay varios papeles que juega la esposa del pastor. Hemos hablado de la tradición como factor determinante en el ambiente de la iglesia donde uno sirve con la familia. Tradicionalmente en muchas iglesias la esposa del pastor desempeñaba las funciones de "ayudante" o "asistente" del pastor. Esto abarcaba mantener todo en el hogar en buen orden, incluyendo la preparación de las comidas para la familia, el arreglo de la ropa para todos, el aseo de la casa pastoral y el hacer las compras de lo necesario en el hogar. Además de esto, ella debía estar en todos los cultos de la iglesia y las reuniones denominacionales. Ella debía figurar como miembro activo en las organizaciones femeniles, participar en la enseñanza de los niños de la iglesia y ser activa en el programa musical. Tenía que apoyar al esposo y su programa sin cuestionar nada. Tenía que contestar el teléfono como secretaria eficiente y mantener todos los compromisos de su esposo delante de él. También tenía que ser una persona de cualidades espirituales sobresalientes, y un ejemplo de espiritualidad y consagración. Nadie puede desempeñar bien todas estas funciones y cumplir bien con todas estas responsabilidades, pero es sorprendente cuántas personas en la iglesia tienen expectativas de esta índole para la esposa del pastor.

En los últimos años algunas esposas de pastores han rechazado este papel tradicional del pasado, y han tenido la osadía de expresar que quieren sentirse independientes de la profesión de su esposo. En algunos casos la esposa del pastor ha trabajado fuera del hogar en alguna actividad o profesión. El resultado es que los demás ya no tienen expectativas tan irreales de la esposa del pastor. Ella apoya a su esposo, pero no acepta tantas demandas de parte de los miembros de la iglesia. Aunque hay algunos que la critican de vez en cuando, otros miembros han aceptado el hecho de que ella tiene limitaciones sobre sus capacidades, y están dispuestos a reconocer que es una persona especial con sus necesidades y derechos.
Además, el movimiento de liberación femenina ha dejado sus influencias en las iglesias cristianas, de tal manera que algunas esposas de pastores han expresado su determinación de funcionar en el ministerio en una forma más profesional, cumpliendo funciones que anteriormente se consideraban prerrogativas solamente del hombre. Personalmente, creo que el cristianismo ha tratado muy mal a las damas, aceptando sus servicios con abnegación y beneficiándose con sus talentos, pero sin dejarles la posibilidad de ocupar los puestos más altos de liderazgo en la iglesia y la denominación. Todavía no puedo aceptar la idea de que una dama pueda ser ordenada como pastora, pero sí veo muchos puestos que pueden ocupar las damas, inclusive la presidencia de las organizaciones denominacionales.

3.2.2 ¿Dominio o sumisión en el matrimonio?

Pablo y Pedro han creado grandes controversias en las iglesias cristianas con sus enseñanzas respecto a que las esposas deben de estar en sumisión a los esposos. También las referencias que dicen que el esposo es la cabeza del hogar presentan problemas para las esposas que se consideran en el mismo nivel del esposo. ¿Debemos considerar que estos versículos ya no tienen pertinencia, puesto que las mujeres gozan de igualdad con los hombres en el día de hoy?

Hoy en día se debate mucho el tema de la autoridad en el hogar. Este es un problema para todos los hogares, pero es especialmente importante que el pastor y su esposa establezcan algunas normas para ellos, ya que todos en el hogar estarán esperando señales claras de los esposos y padres en relación con la disciplina y otras expresiones de la autoridad.
Hay dos filosofías básicas en cuanto a la autoridad en el hogar. Una tiene que ver con una jerarquía de autoridad, en la cual Dios imparte la autoridad a Jesucristo, al esposo, a la esposa y después a los hijos. Esto quiere decir que todos tienen que estar en sujeción a la persona que está en el puesto inmediato superior. La esposa está sujeta al esposo, y los hijos estarán en sumisión al padre si está en casa o a la madre si el padre no está presente. Esto tiende a dictar que la esposa no tiene autoridad sobre los hijos, a menos que el esposo le delegue esa autoridad. Hay personas que sugieren esta organización administrativa del hogar como Bill Gothard y Timoteo LaHaye. Ellos utilizan como base los versículos que hablan de la sumisión en Efesios 5 y 6 y Colosenses 3 y 4. Además citan 1 Pedro 3 para ilustrar que Pedro también hace énfasis en la sumisión.
La otra filosofía recomienda una relación más democrática entre el esposo, la esposa y los hijos. Sugiere que todos en la familia pueden tomar las decisiones después de considerar todo lo que está involucrado en cada circunstancia. Respeta el lugar del esposo y la esposa, pero también considera que los hijos pueden colaborar en las decisiones. Hay personas que recomiendan este plan, como Tomás Gordon y Haim Ginott. Ellos sugieren que debemos explicar a los hijos los propósitos de los varios artículos en el hogar, y pedir su respeto de acuerdo con el propósito que cada objeto tiene. El niño que se desarrolla con imposiciones sin explicaciones será frustrado y rebelde.
Cada matrimonio tiene que decidir cuál de los modelos es el más indicado para ellos, y ser consecuente en ejercer la autoridad según lo acordado entre los dos. Esta unidad de decisión en cuanto a la manera de vivir bajo autoridad traerá armonía y felicidad en el hogar, y evitará muchos conflictos. El pastor respetará a su esposa y la afirmará constantemente en cuanto a la disciplina y las demás decisiones en el hogar.

3.2.3 Deberes de la esposa del pastor

La Biblia da mandamientos claros que tienen que ver con las responsabilidades de las esposas hacia sus esposos. El apóstol Pablo menciona estos deberes en Efesios 5:22–24 y Colosenses 3:18. Pedro también hace referencia al tema en su epístola (1 P. 3:1–7). Vamos a mencionar algunos de estos consejos, que son para toda familia, y después recalcar los que especialmente tienen que ver con el hogar del pastor.

Según Pablo, la esposa debe estar sujeta al esposo (Ef. 5:22). Tenemos que reconocer que Pablo está hablando desde el contexto histórico del primer siglo, en el que la mujer se consideraba inferior al hombre. En algunas culturas, la esposa era propiedad del esposo. Por ejemplo, Moisés dio derecho a los hombres para divorciarse, pero no era el derecho de la esposa (Dt. 24:1–4).
Dentro de la comunidad cristiana, Pablo aquí está diciendo que el hombre es el responsable por el sostenimiento del hogar y las actividades que acontecen en el mismo. El, con la participación de la esposa, toma las decisiones que tienen que ver con la dirección que ha de tomar el hogar, los valores morales y espirituales que se afirman, las metas principales que tiene la familia y la responsabilidad económica para responder a las necesidades del hogar. En la gran mayoría de los casos la esposa estará contenta al saber que su esposo se preocupa por estos asuntos, y le apoyará en ellos. La esposa se siente segura cuando sabe que el esposo la quiere, y que tiene el futuro del hogar como enfoque primordial en sus pensamientos y sus acciones.
Esto se aplica al pastor en su hogar en el sentido de que él es quien tiene que decidir el enfoque principal de su ministerio. Seguramente, él va a consultar con la esposa cuando esté considerando una invitación a trasladarse a otro lugar para ministrar. Ambos orarán juntos sobre esto, y dialogarán sobre todas las ventajas y desventajas en cuanto a la decisión. Pero cuando se tome la decisión, le toca al hombre comunicar esto a la comunidad, tomar la responsabilidad principal por la decisión y ocuparse del traslado a otro campo para trabajar.
Este mandamiento de Pablo no dice que el esposo debe ser un dictador que toma las decisiones sin considerar las necesidades ni el punto de vista de la esposa en los asuntos relacionados con el matrimonio. Ni tampoco que él determine cuánto hay para gastar en todas las necesidades del hogar. O que él solo tome la decisión sobre el colegio en el que van a estudiar los niños, y las otras múltiples decisiones que hay que tomar en el curso de la crianza de los hijos y el manejo del hogar. Las damas resisten con razón la idea de que ellas no tienen ningún aporte en esto y que simplemente tienen que estar en sujeción.
En 1 Pedro 3:3, 4, encontramos otros consejos para las esposas. "Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios." Esto se aplica a la esposa del pastor. Una vez un pastor le dijo al autor que algunos en la iglesia criticaban a la esposa porque llevaba zapatos rotos. Entonces su madre le regaló unos pares de zapatos que no necesitaba, y después criticaron a la esposa del pastor porque estaba comunicando su superioridad a las demás damas al tener varios pares de zapatos. El pastor no sabía qué hacer con la gente de la iglesia que siempre estaba lista a criticar. Podemos decir que el pastor y la esposa deben vestirse en forma normal, de acuerdo con las costumbres en el lugar donde viven. No deben insistir en vivir en un nivel muy superior al de los miembros de la iglesia; pero ciertamente, no deben vivir en un nivel inferior. Si pueden conocer la forma de vida del promedio de la congregación, y tratar de vivir en ese nivel, evitarán muchas críticas.
La congregación apreciará las virtudes espirituales que cultivan el pastor y su esposa. Pedro menciona estas virtudes como compasión, amabilidad y una actitud no vengativa (1 P. 3:8, 9). Si la congregación se da cuenta de que el pastor y la esposa están en el ministerio por un sentido de llamado de Dios, y que quieren servir a Dios por medio del servicio a la comunidad, ellos van a hacer todo lo posible por asegurar que el servicio sea más agradable para todos.
La esposa del pastor debe saber que está casada con un personaje de influencia en la comunidad. Todos los demás estarán observando al pastor y escuchando sus consejos y enseñanzas. Por eso, ella debe colaborar para que su influencia sea extendida en forma positiva. Esto quiere decir que ella se preocupa por la apariencia física de su esposo, que tenga la camisa limpia y bien planchada, y que su aspecto físico sea agradable. A la vez, ella colabora con su esposo para hacer de su ministerio un éxito en la comunidad. Ella debe reconocer que hay muchas damas que quisieran tener un esposo como el de ella, a pesar de sus debilidades. Además, ella tiene una gran oportunidad de servir al Señor por medio de sus atenciones hacia el esposo.
La esposa del pastor debe reconocer que su esposo será codiciado por parte de otras damas en la comunidad. Muchas damas llegarán a la iglesia buscando ayuda espiritual pero con el tiempo desarrollarán fantasías pensando cuán bueno sería tener a un esposo como el pastor. Por esta razón, la esposa del pastor debe cuidar bien a su esposo, asegurándose de que él reciba la satisfacción sexual que necesita en el matrimonio. Esto ayudará al esposo a resistir la tentación que puede venir de damas en la comunidad que tratarán de atraerlo para ellas. Cuando las relaciones entre los cónyuges son fuente de satisfacción, Satanás no tiene tanto éxito en hacerlos caer en sus garras. Pablo dice que los esposos no deben de pasar mucho tiempo sin relaciones sexuales: "No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia" (1 Co. 7:5).

3.3 Privacidad en la familia pastoral

Una de las quejas que se escuchan de parte de la familia del pastor es que no tienen suficiente privacidad. Todos los miembros en la iglesia saben todo lo que pasa con cada uno de los miembros de la familia pastoral. Los problemas de los hijos en el colegio llegan a ser información pública para toda la comunidad. La familia no puede salir de la ciudad sin que alguien se dé cuenta, y pregunte a dónde van y cuándo van a regresar. Todos en la iglesia saben cuánto gana el pastor, y por eso expresan sus opiniones en cuanto a las compras que se hacen para cada miembro del hogar. Si un hijo se porta mal en alguna forma, inmediatamente los diáconos y todos los demás se dan cuenta. Esto llega a ser una carga pesada para la familia del pastor.

3.3.1 La iglesia necesita aceptar la "humanidad" de la familia pastoral

Ojalá estemos haciendo algún progreso en reconocer que el pastor y su familia son seres humanos, con la misma naturaleza de todos los demás. Esto quiere decir que ellos tienen debilidades, que les pueden llevar a actuar a veces en forma no muy cristiana por alguna provocación. Pero ellos tienen el privilegio de actuar como seres humanos tanto como todos los demás. Cuando los miembros de la iglesia pueden brindar al pastor y su familia la libertad para vivir normalmente, aceptando sus limitaciones como lo hacen para con los demás, esto tendrá un efecto muy positivo, porque les aliviará de cargas muy pesadas.

El pastor y su familia tienen que reconocer que la naturaleza de su trabajo es tal que pasan a ser personajes de importancia en la comunidad. Esto quiere decir que es normal considerar las actividades del pastor y la familia como noticias de interés para todos los demás en la comunidad. Si el pastor se va de viaje, es una noticia para todos. La mayoría de los pastores y sus esposas son personas sociables, y por eso tienen comunicación con otros sobre las actividades de todos en la comunidad. La familia pastoral tiene que desarrollar la capacidad de no sentirse molestos por la curiosidad que tienen las personas en la comunidad sobre sus actividades normales.

3.3.2 La iglesia debe permitir que la familia pastoral tenga privacidad

El pastor y su esposa tienen que enseñar a sus hijos que hay temas que son de interés para la familia, pero que no deben de comunicar la información a los demás en la comunidad. La familia del pastor tiene derecho a tener algunos secretos que son únicamente para ellos. Cada familia ha tenido la experiencia de sorprenderse porque un miembro de la familia ha comunicado un secreto a su mejor amigo, para descubrir dentro de poco tiempo que todo el mundo sabe el secreto. Si los miembros de la iglesia pueden respetar el derecho de la familia pastoral a guardar alguna información para ellos, sin tener que contestar preguntas imprudentes relacionadas con los precios de ciertos artículos, muebles y ropa que han comprado para los miembros del hogar, entonces la familia pastoral estará mucho más feliz y sentirá menos presión.

Hay información que es sólo para el pastor y su esposa, y ellos deben conversar en privado sin confiar esta información a los hijos, hasta el momento indicado para comunicar la decisión. Por ejemplo, si están considerando una invitación para trasladarse a otro campo de trabajo, deben de orar al Señor, conversar entre ellos sobre los factores positivos y negativos, pero no deben de mencionar el hecho a los hijos, hasta que sientan un interés suficiente en el proceso como para considerar que deben de incluirlos en la decisión. Si lo dicen a los hijos, seguramente pronto otros en la comunidad van a saber que están considerando la posibilidad de un cambio. Muchas veces los niños, al darse cuenta de la posibilidad de un traslado, se opondrán al principio, porque no quieren dejar a sus amigos. Por eso, es mejor no causarles preocupación hasta que estén seguros de que Dios les puede estar guiando en este cambio.
Está bien comunicar a los hijos algo de la situación económica, y el presupuesto que tiene la familia para las varias compras. Pero no es bueno cargarles con demasiada preocupación por los aprietos económicos que tiene la familia pastoral. La niñez debe ser un tiempo de alegría y despreocupación en cuanto a la fuente de su alimentación, su ropa y las demás necesidades. Los hijos deben poder crecer y desarrollarse en un ambiente sin mucha ansiedad. Por eso, hay muchos detalles de la vida que serán únicamente del conocimiento del pastor y su esposa. Cuando los hijos llegan a ser adolescentes, pueden compartir con ellos más información en cuanto al costo de los artículos del hogar, y las circunstancias económicas de la familia.

3.3.3 La iglesia debe permitir que la casa pastoral sea un hogar privado

En algunos países es costumbre tener la casa pastoral junto al templo, o un departamento en el templo como casa pastoral. Cuando este es el caso, la familia del pastor tendrá que adaptarse a las interrupciones que vendrán con frecuencia de parte de los miembros y asistentes de la iglesia. Esto lucha en contra de la privacidad, porque muchas personas que llegan para hacer preparativos para cualquier actividad tocarán en la puerta para pedir prestada la cinta adhesiva, las tijeras y cualquier otra cosa que les haga falta. Pero la familia puede ajustarse a las circunstancias y hasta llegar a gozarse porque pueden colaborar en alguna manera con cada programa y actividad en la iglesia.

Tal vez el mejor arreglo es vivir cerca del templo, pero no dentro del templo mismo o con la casa pastoral pegada al templo. En esta forma, la familia puede llegar a la iglesia para todas las actividades sin tener que tomar ómnibus o depender de un vehículo, pero a la vez estará suficientemente retirada como para poder vivir una vida más privada.
Podemos resumir todo lo concerniente a las relaciones positivas entre el pastor, su esposa y los hijos al hacer énfasis en la necesidad de buscar tiempo para estar juntos y para comunicarse el uno con el otro. Si buscan tiempo para estar juntos, van a jugar juntos, van a dialogar sobre los temas de importancia en la vida y van a poder enfrentar cualquier problema que surja en el proceso del desarrollo de los hijos desde la niñez hasta cuando llegan a ser adultos. Dichosa la familia pastoral en la que cada persona está involucrada de alguna manera en las actividades de la iglesia, y considera que es un privilegio formar parte de la familia de los líderes espirituales en la comunidad.

3.4 La intimidad entre el pastor y su esposa

Debemos decir algunas palabras en cuanto a las relaciones íntimas entre el pastor y su esposa. Como hemos dicho antes, muchas parejas en la iglesia estarán en dificultades matrimoniales y mirarán a la familia pastoral buscando un ejemplo para resolver los conflictos en su matrimonio. Si los miembros de la iglesia saben que el pastor tiene un matrimonio estable, esto les inspirará para buscar ayuda en los momentos indicados. Si se dan cuenta de que hay conflictos entre el pastor y su esposa, esto tenderá a desilusionarlos y no recurrirán a ellos buscando ayuda para su matrimonio. Ningún matrimonio es perfecto, y no estamos diciendo que el pastor y su esposa tienen que proyectar la imagen de un matrimonio sin problemas para ser un buen ejemplo delante de los demás. En verdad, su modo de encarar los problemas y solucionarlos puede servir de modelo para los demás matrimonios. Si hacen esto, despertarán confianza y esperanza en los miembros de la congregación. El pastor y su esposa deben establecer un pacto para no discutir sus diferencias sobre asuntos personales en público. Deben acordar esperar hasta que lleguen a la casa, y resolver sus diferencias en privado. Cuando están en compañía con otros miembros de la iglesia, deben poder comunicar el amor que sienten y la capacidad de cada uno de ceder su punto de vista si están discutiendo un tema donde existen diferencias.

A veces algunas personas tienen dificultades en la esfera de la adaptación sexual. Puede ser que uno de los dos sienta que el sexo es sucio, o que es una expresión de la naturaleza carnal. O puede ser que uno de los dos tenga inhibiciones que fueron adquiridas durante los primeros años de vida. Esto puede ser el fruto de una educación sexual inadecuada o equivocada. En casos extremos algunas personas pueden haber sido víctimas del abuso o la violación sexual en el pasado. Tales experiencias dejan huellas muy profundas en la persona, y difícilmente pueda entregarse a su cónyuge en el acto sexual sin recordar los traumas de experiencias anteriores.
Todo esto nos dice que ciertas personas pueden llegar al matrimonio con dificultades relacionadas con el aspecto sexual de su vida personal. Quienes entran en el ministerio no están exentos de conceptos equivocados en cuanto al sexo. Por eso, queremos incluir algunos consejos para el pastor y su esposa. Primero, debemos decir que el sexo en el matrimonio es normal y bueno. Los dos deben gozar de esta faceta del matrimonio. No debe ser deber de uno y privilegio de otro. Cada uno aprenderá con el tiempo y la experimentación, las cosas que más agradan a su cónyuge, y estará preparado para participar en el juego de amor para despertar el deseo y así garantizar que el acto sexual sea de máxima satisfacción para ambos.
El participar en el acto sexual es una de las mejores maneras de aliviar la tensión después de un día de muchas responsabilidades que han traído mucho estrés a uno o a los dos. Es una forma de expresar el amor y así llenar la necesidad de la persona a quien uno ama de todo corazón. También trae unidad a la pareja en la forma mas íntima. Muchas veces, después del acto sexual pueden conversar acerca de los intereses de la familia, y llegar a decisiones firmes en cuanto a problemas que les han tenido preocupados durante mucho tiempo.
A veces los matrimonios tienen desacuerdos en cuanto a la frecuencia de las relaciones sexuales. O a veces discuten si deben o no tener relaciones el domingo. Otros tienen diferencias de opiniones y preguntan sobre las varias posiciones físicas y si es pecado buscar una variación en este aspecto del sexo. Otros han preguntado acerca del sexo génito-bucal. Todas estas preguntas han sido formuladas por personas sinceras que buscan contestaciones sanas y cristianas para poder actuar responsablemente en el matrimonio.
Se ha dicho que lo que hace la pareja en su alcoba con la puerta cerrada y lo que culmina en placer sexual genital para ambos es lícito. Esta es una buena norma para seguir, con las siguientes condiciones. Si uno de los dos no se siente cómodo o tranquilo con algunas prácticas, entonces deben estar dispuestos a suprimir tales actos. También si descubren que un acto trae consecuencias negativas, como puede ser una infección, entonces tienen que suspender tales actos. El sexo es algo hermoso, bendecido por Dios, para traer unión y satisfacción a los dos. Comienza con el juego de amor y culmina en la experiencia de éxtasis más intensa que el hombre puede tener. La pareja tiene que experimentar hasta llegar a conocer las cosas que les dan mayor satisfacción mutua. Es importante para el pastor y su esposa disfrutar de este aspecto de la vida hasta lo máximo, y poder facilitar la misma experiencia para parejas en su congregación por medio de sus consejos.

Conclusión

Hemos tocado algunas de las normas éticas que el pastor ha de seguir si quiere tener un hogar feliz. Tiene que ser fiel en dedicar el tiempo necesario para su familia, y no descuidarles por atender todo el tiempo a los miembros de la iglesia. También, hemos mencionado algunos de los problemas más grandes de las esposas de pastores, y hemos tratado de hacer énfasis en su papel de colaborar con su esposo y pastor para que sean felices en su matrimonio y también en el servicio para el Señor.

Los pastores pueden tener mayor eficacia si se casan y tienen hijos. Los feligreses tendrán más confianza para llegar hasta él y su esposa para pedir consejos cuando saben que ellos han pasado por experiencias similares en su matrimonio. El ser ministro del Señor es un gran privilegio, y el crecer en el hogar de un pastor trae muchas bendiciones para los hijos.
Giles, J. E. (2013). De pastor a pastor: Ética pastoral práctica (Duodécima edición., pp. 45–62). El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano.




(Por favor me confirma si lee este correo electrónico)

Muchas gracias.

Paz de Cristo!



ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor

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Generalidades de la Escatología Bíblica

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