glesia Pentecostal Unida Latinoamericana Baltimore, MD. Domingo 4 de Agosto de 2019
LA CASA DE DIOS
Una cosa he demandado a Jehová, esta buscaré: que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová. (Salmo 27.4).
Garantía de la presencia de Dios en el A.T.
Especialmente en el libro de los salmos, y en los llamados salmos de David, hay un tema recurrente y es la casa de Dios. Este verso refleja una de las prioridades espirituales en la vida del salmista: Estar en la casa de Jehová y contemplar la hermosura de Jehová e inquirir en su templo son en resumen de los deseos del rey David. En la antigüedad el rey como anfitrión debía proveer para las necesidades de sus huéspedes y de quienes formaban parte de su casa, se encargaba de su protección. El anhelo real era entonces estar bajo el abrigo del Altísimo, bajo su cobertura, en el lugar de su morada, en el asiento de su trono, garantía de la presencia de Dios en medio de su pueblo. El anhelo por la casa de Dios es un anhelo por su presencia. Allí estaba su deleite: para observar la hermosura del Señor, y meditar en su templo toda la vida,
¡Que el Señor Jesucristo nos regale a todos un hermoso día hoy!
Gracia y Paz
Adonay Rojas Ortiz
Pastor
7869853401
8301 Liberty Rd,
Windsor Mill, MD 21244
Miércoles 7 PM
Domingos 8 AM
https://www.facebook.com/pentecostalesdebaltimore/
pentecostalesdebaltimore@gmail.com
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LA CASA DE DIOS
Una cosa he demandado a Jehová, esta buscaré: que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová. (Salmo 27.4).
Garantía de la presencia de Dios en el A.T.
Especialmente en el libro de los salmos, y en los llamados salmos de David, hay un tema recurrente y es la casa de Dios. Este verso refleja una de las prioridades espirituales en la vida del salmista: Estar en la casa de Jehová y contemplar la hermosura de Jehová e inquirir en su templo son en resumen de los deseos del rey David. En la antigüedad el rey como anfitrión debía proveer para las necesidades de sus huéspedes y de quienes formaban parte de su casa, se encargaba de su protección. El anhelo real era entonces estar bajo el abrigo del Altísimo, bajo su cobertura, en el lugar de su morada, en el asiento de su trono, garantía de la presencia de Dios en medio de su pueblo. El anhelo por la casa de Dios es un anhelo por su presencia. Allí estaba su deleite: para observar la hermosura del Señor, y meditar en su templo toda la vida,
¡Que el Señor Jesucristo nos regale a todos un hermoso día hoy!
Gracia y Paz
Adonay Rojas Ortiz
Pastor
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