Iglesia Pentecostal Unida Latinoamericana Baltimore, MD. Martes 21 de Abril de 2020
¡DÉJALA BRILLAR!
Este vino como testigo, para dar testimonio de la luz, a fin de que todos creyeran por medio de él. (Juan 1.7)
Aprendamos de Juan, él tenía claro que no era la luz.
La canción infantil dice: No te atrevas a apagarla. Déjala brillar. Y con esas palabras hace una invitación a permitir que la luz, que es Jesús, ilumine de tal manera que su resplandor alcance a impactar a los que nos rodean, sin importar donde estemos ya sea en la casa, en el estudio, en el trabajo, donde quiera que esté. Juan el bautista, un hombre enviado por Dios, delante del Rey, entendía a la perfección su misión, él tenía que llevar a la gente a creer en aquel que es la Luz verdadera que alumbra a todo hombre. Juan tenía sus pies bien puestos en el piso, Él no era la luz, sino un testigo de la luz. Fueron a preguntarle, impactados por su ministerio, ¿Quién eres tú? Y contestó en tres ocasiones: —Yo no soy el Cristo.—No soy. —No. Tomemos atenta nota. Uno a veces ve a predicadores que van alcanzando cierta fama y se les olvida esto.
¡Que el Señor Jesucristo nos regale a todos un hermoso día hoy!
Gracia y Paz
Adonay Rojas Ortiz
Pastor
7869853401
8301 Liberty Rd,
Windsor Mill, MD 21244
Domingos 8 AM Y 2 PM
https://www.facebook.com/pentecostalesdebaltimore/
https://www.youtube.com/c/ipulbaltimore/
pentecostalesdebaltimore@gmail.com
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¡DÉJALA BRILLAR!
Este vino como testigo, para dar testimonio de la luz, a fin de que todos creyeran por medio de él. (Juan 1.7)
Aprendamos de Juan, él tenía claro que no era la luz.
La canción infantil dice: No te atrevas a apagarla. Déjala brillar. Y con esas palabras hace una invitación a permitir que la luz, que es Jesús, ilumine de tal manera que su resplandor alcance a impactar a los que nos rodean, sin importar donde estemos ya sea en la casa, en el estudio, en el trabajo, donde quiera que esté. Juan el bautista, un hombre enviado por Dios, delante del Rey, entendía a la perfección su misión, él tenía que llevar a la gente a creer en aquel que es la Luz verdadera que alumbra a todo hombre. Juan tenía sus pies bien puestos en el piso, Él no era la luz, sino un testigo de la luz. Fueron a preguntarle, impactados por su ministerio, ¿Quién eres tú? Y contestó en tres ocasiones: —Yo no soy el Cristo.—No soy. —No. Tomemos atenta nota. Uno a veces ve a predicadores que van alcanzando cierta fama y se les olvida esto.
¡Que el Señor Jesucristo nos regale a todos un hermoso día hoy!
Gracia y Paz
Adonay Rojas Ortiz
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