Iglesia Pentecostal Unida Latinoamericana Baltimore, MD. Viernes 24 de Abril de 2020
MI HERMANO
Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros lleno de gracia y de verdad; y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre. (Juan 1.14)
La filiación era una condición para la redención.
Ya que todo aquel que practica el pecado, esclavo es del pecado, todo ser humano terminó convertido en esclavo pues todos pecaron. No quedó entonces alguien libre que pudiese hacer redención por los demás. Necesitábamos con urgencia un pariente redentor, pero todos nuestros parientes se encontraban en la misma condición necesitada. Pero entonces nuestro Dios desnudó su santo brazo y nos salvó. Él decidió, de su soberana y libre voluntad, participar de nuestra naturaleza, hacerse nuestro hermano. El creador haciéndose igual a sus criaturas. Y ya estando en esa condición filial, paga el precio por nuestro rescate al ofrecer su vida humana como sacrificio por el pecado. Se hizo pariente nuestro con el fin de rescatarnos del dominio del pecado y librarnos de la condenación eterna. ¿Habrá una muestra más grande de amor?
¡Que el Señor Jesucristo nos regale a todos un hermoso día hoy!
Gracia y Paz
Adonay Rojas Ortiz
Pastor
7869853401
8301 Liberty Rd,
Windsor Mill, MD 21244
Domingos 8 AM Y 2 PM
https://www.facebook.com/pentecostalesdebaltimore/
https://www.youtube.com/c/ipulbaltimore/
pentecostalesdebaltimore@gmail.com
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MI HERMANO
Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros lleno de gracia y de verdad; y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre. (Juan 1.14)
La filiación era una condición para la redención.
Ya que todo aquel que practica el pecado, esclavo es del pecado, todo ser humano terminó convertido en esclavo pues todos pecaron. No quedó entonces alguien libre que pudiese hacer redención por los demás. Necesitábamos con urgencia un pariente redentor, pero todos nuestros parientes se encontraban en la misma condición necesitada. Pero entonces nuestro Dios desnudó su santo brazo y nos salvó. Él decidió, de su soberana y libre voluntad, participar de nuestra naturaleza, hacerse nuestro hermano. El creador haciéndose igual a sus criaturas. Y ya estando en esa condición filial, paga el precio por nuestro rescate al ofrecer su vida humana como sacrificio por el pecado. Se hizo pariente nuestro con el fin de rescatarnos del dominio del pecado y librarnos de la condenación eterna. ¿Habrá una muestra más grande de amor?
¡Que el Señor Jesucristo nos regale a todos un hermoso día hoy!
Gracia y Paz
Adonay Rojas Ortiz
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