Iglesia Pentecostal Unida Latinoamericana Baltimore, MD. Martes 18 de Agosto de 2020
¡HAY ESPERANZA!
Así ha dicho Jehová, el Señor, a estos huesos: Yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. (Ezequiel 37:5)
¿Podemos nosotros decir las mismas palabras?
Parecería una locura oir a un profeta como Isaías pronunciar estas palabras: ¡El desierto florecerá y la tierra seca dará fruto! Todo el mundo se alegrará porque Dios le dará al desierto la belleza del monte del Líbano, la fertilidad del monte Carmelo y la hermosura del valle de Sarón. Por lo menos algunas sonrisas burlonas se dibujarían en el rostro de los que incrédulamente le oyeron. Semejante situación puede uno imaginar en el pasaje del valle de los huesos secos, secos en extremo. Pero Ezequiel, en obediencia, profetizó como le fue mandado. Cuando Jesús estuvo frente a la tumba de Lázaro, su hermana le advierte que ya su cuerpo estaba en descomposición, ella sí creía que resucitaría, pero en el día final. Sin embargo Jesús pronunció su palabra: ¡Lázaro ven fuera! En cada uno de estos casos el milagro de la vida ocurrió. Nosotros también somos testigos del poder de la Palabra de Dios, ¡Prediquémosla!
¡Que el Señor Jesucristo nos regale a todos un hermoso día hoy!
Gracia y Paz
Adonay Rojas Ortiz
Pastor
7869853401
8301 Liberty Rd,
Windsor Mill, MD 21244
Domingos 8 AM Y 2 PM
https://www.facebook.com/pentecostalesdebaltimore/
https://www.youtube.com/c/ipulbaltimore/
pentecostalesdebaltimore@gmail.com
-- ¡HAY ESPERANZA!
Así ha dicho Jehová, el Señor, a estos huesos: Yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. (Ezequiel 37:5)
¿Podemos nosotros decir las mismas palabras?
Parecería una locura oir a un profeta como Isaías pronunciar estas palabras: ¡El desierto florecerá y la tierra seca dará fruto! Todo el mundo se alegrará porque Dios le dará al desierto la belleza del monte del Líbano, la fertilidad del monte Carmelo y la hermosura del valle de Sarón. Por lo menos algunas sonrisas burlonas se dibujarían en el rostro de los que incrédulamente le oyeron. Semejante situación puede uno imaginar en el pasaje del valle de los huesos secos, secos en extremo. Pero Ezequiel, en obediencia, profetizó como le fue mandado. Cuando Jesús estuvo frente a la tumba de Lázaro, su hermana le advierte que ya su cuerpo estaba en descomposición, ella sí creía que resucitaría, pero en el día final. Sin embargo Jesús pronunció su palabra: ¡Lázaro ven fuera! En cada uno de estos casos el milagro de la vida ocurrió. Nosotros también somos testigos del poder de la Palabra de Dios, ¡Prediquémosla!
¡Que el Señor Jesucristo nos regale a todos un hermoso día hoy!
Gracia y Paz
Adonay Rojas Ortiz
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