lunes, 14 de junio de 2021

FLAVIO JOSEFO

JOSEFO

La importancia de los escritos de Josefo para el estudio de Jesús y los Evangelios difícilmente se puede exagerar. Josefo (nacido el 37 A. D.) nos ofrece una visión muy valiosa sobre instituciones como el templo, grupos como los *fariseos e individuos clave como *Herodes el Grande, *Pilato y Caifás. De hecho, gran parte de lo que sabemos sobre el llamado trasfondo del NT procede de Josefo. Sus escritos también son consultados habitualmente por estudiantes de arqueología, el judaísmo del Segundo Templo*, la Guerra judía y la historia romana en el imperio oriental. Sin embargo, los escritos de Josefo no están exentos de dificultades. Con los años, los estudiosos han cuestionado la confiabilidad de Josefo como historiador en parte debido a su tendencia a exagerar, sus aparentes sesgos, y sus actos moralmente cuestionables durante la revuelta judía contra Roma; y los pocos pasajes en los que se refiere a personajes relacionados con el cristianismo primitivo (incluido Jesús) muestran signos de haber sido manipulado por copistas posteriores.

1. Josefo: el hombre

2. Obras

3. Recepción

4. Estudios académicos

5. Relevancia para Jesús y los Evangelios

1. Josefo: el hombre

Si bien la importancia de las obras de Josefo es innegable, su carácter sigue siendo controvertido por diversas razones. La descripción que hace de sí mismo como un niño prodigio con una gran educación que creció en los círculos aristocráticos y sacerdotales de *Jerusalén (Vit. 1–9) quizás solo resulte ligeramente desagradable para los lectores modernos. El relato autocomplaciente de sus hazañas como líder militar en *Galilea durante las primeras fases de la rebelión contra Roma (Vit. 284–286; Bell. 2.569–3.288; Apion. 1.48) podrían tomarse como poco más que un ejercicio de machismo, salvo por el hecho de que más tarde fue acusado por escrito, y al parecer con razón, de tiranía y brutalidad por cierto Justo de Tiberíades. Lo más preocupante es su relato de cómo llegó a entregarle a los romanos la ciudad galilea de Jotapata (Bell. 3.316–391) después de permitir que sus hombres lucharan hasta la muerte y de alentar posteriormente a los últimos aristócratas que quedaban en la ciudad a cometer un suicidio colectivo bajo el pretexto de que él mismo seguiría inmediatamente su ejemplo. Más tarde declararía que había recibido la encomienda divina de informar a Vespasiano, el general romano contra quien luchaba, de que pronto sería elevada al rango de emperador (Bell. 3.400–402). Es discutible si esto es lo que sucedió en realidad, pero evidentemente los romanos estaban más que dispuestos a difundir la idea de que un profeta oriental había predicho el surgimiento de la casa de Flaviano (por ejemplo, Suetonio, Vesp. 5; Dion Casio, Hist. 66.1).

Para empeorar las cosas en cuanto a su reputación actual, Josefo aceptó entonces trabajar para los romanos como intérprete e informante (Bell. 5.325; 6.129; Apion. 1.49) y para tratar de persuadir a los insurgentes judíos de Jerusalén a que renunciaran a luchar antes de que fuera demasiado tarde (Bell. 5.114, 261, 361–419, 541; 6.94–110, 365). Fue durante el desempeño de esa labor que más tarde afirmaría que llegó a asumir, basándose en el libro de Daniel, que Dios le había concedido el poder del imperio a los romanos, y que al resistirse a ellos los rebeldes estaban luchando, de hecho, contra la voluntad divina. Al concluir la guerra, cuando la inmensa mayoría de los supervivientes judíos se vio forzada a soportar las cargas más difíciles, incluidos la esclavitud y los impuestos elevados, Josefo fue recompensado con una extensión de tierra en Judea (Vit. 422, 425), la ciudadanía romana (de ahí su nombre «Flavio» Josefo), la antigua casa de Vespasiano en Roma para que viviera en ella y una pensión (Vit. 422–423). Más adelante también disfrutó del patrocinio de un cierto Epafrodito en Roma (Ant. 1.8–9; Vit. 430).

Fue durante este período que escribió las cuatro obras por las que es conocido en la actualidad, en las que se mostraba particularmente interesado en explicar la historia, religión y costumbres judías (lo que Josefo llama la politeia o «constitución» judía) de un modo que despertara los elogios de un público romano que, sobre todo después de la Primera Revuelta Judía, tendía a tener una concepción un tanto estrecha y llena de prejuicios sobre todo lo relacionado con los judíos. Actualmente resulta imposible determinar qué contacto pudo tener Josefo (si es que tuvo) con los círculos literarios e intelectuales de la *Roma flaviana, aunque es interesante observar que las obras de Josefo se publicaron durante un período en que la sospecha imperial y el antagonismo hacia esos círculos estaban en su punto más álgido (por ejemplo, Suetonio, Dom. 10; Tácito, Agr. 2). Esta también fue una época de intensa hostilidad por parte de ciertos individuos judíos residentes en Roma que se mostraban resentidos por la evidente prosperidad de Josefo (Vit. 423–425, 428–429). En este contexto es posible entender la obra de Josefo como un intento permanente tanto de responder a sus críticos como de volver a definir su propia identidad como judío que vivía en Roma. No se conoce la fecha de la muerte de Josefo, aunque debe de haberse producido cerca del final del primer siglo de nuestra era.

2. Obras

2.1. La Guerra de los Judíos. Esta obra (completado a mediados de los años 80) se compone de siete libros que abarcan los momentos previos a la rebelión contra Roma, comenzando ya en el siglo II a. C., el desarrollo de la guerra en sí, que culminó con la destrucción de Jerusalén, la quema del * templo y la supresión del último foco de resistencia en la fortaleza de Masada, en pleno desierto de Judea. En su relato de las causas y el curso de la guerra, Josefo desplaza la culpa del pueblo judíos en su conjunto e intenta colocarla sobre los hombros de un grupo pequeño y poco representativo de radicales (Bell. 1.9–12), cuyos crímenes atroces, dice, habían enajenado a Dios y le habían hecho abandonar el templo y la causa judía (Bell. 5.412). Josefo también exonera a Tito de cualquier responsabilidad directa de la destrucción del templo. Una versión más breve de la obra, compuesta originalmente en arameo (Bell. 1.3), había sido escrito como un medio de propaganda romana para desalentar la rebelión entre los habitantes de Partia, Babilonia y Arabia (Bell. 1.3, 6). La versión griega existente, basada al menos parcialmente en los registros de guerra imperiales (Vit. 342, 358), fue compuesta por Josefo con la ayuda de asistentes literarios (Apion. 1.50) en un estilo adecuado a los gustos cultivados de una audiencia grecorromana.

2.2. Las Antigüedades de los judíos. La segunda y más extensa obra de Josefo (completada alrededor del año 93) abarca toda la historia del pueblo judío, desde la creación del mundo hasta el estallido de la guerra en el año 66. Los once primeros libros de las Antigüedades de los judíos vuelvan a contar la historia de la Biblia Hebrea en forma de paráfrasis helenizante ampliada. A pesar de sus muchos adornos de la narrativa bíblica con materiales tradicionales judíos y sus propias adiciones creativas, Josefo presenta el trabajo como una escrupulosa traducción de las Escrituras que sigue el modelo de la Septuaginta (Ant. 1.10–17). El resto de los veinte libros que componen la obra trata sobre la historia de los judíos hasta la propia época de Josefo. Este material se solapa con una parte importante de los dos primeros libros de la Guerra de los judíos, aunque Josefo parece haber cambiado de opinión sobre acerca de una serie de personas y grupos en el período comprendido entre la publicación de la Guerra de los judíos y las Antigüedades de los judíos. Herodes el Grande y algunos de los gobernantes asmoneos, por ejemplo, se presentan de forma mucho más sombría en esta última obra que en la primera. Este material también contiene la única referencia de Josefo a algunos de los personajes más importantes relacionados con los orígenes cristianos, entre ellos Jesús, *Juan el Bautista y Santiago, el hermano de Jesús (véase el apartado 5).

2.3. Vida. Esta breve obra autobiográfica fue publicada como un apéndice de las Antigüedades de los judíos en los años 90 del siglo I, pero sobre todo tiene que ver con el papel de Josefo como comandante de las fuerzas judías en Galilea, durante un período de cuatro o cinco meses, en la primera etapa de la guerra contra Roma. La obra es una respuesta a las acusaciones de Justo de Tiberíades de que Josefo se había comportado como un tirano cruel y despótico durante este período.

2.4. Contra Apión. Esta obra en dos volúmenes (acabada a mediados de los 90) es una defensa del judaísmo contra varias acusaciones calumniosas que parecen haber sido generalizadas en los círculos literarios de la Roma de finales del siglo I. Josefo defiende el relato publicado anteriormente en las Antigüedades de los judíos sobre la larga historia de los judíos, sus leyes y costumbres (Apion. 1.1–5), y replica a una serie de versiones salaces sobre los orígenes judíos, especialmente las propagadas por un erudito egipcio llamado «Apión». La obra culmina con un resumen de las leyes y prácticas judía y un elogio del legislador Moisés. El trabajo resulta particularmente valioso por las antiguas fuentes que cita Josefo, muchas de las cuales ya no existen en ningún otro lugar, y como ejemplo de la apologética antigua. Su retrato del judaísmo también es de alta calidad y gran utilidad para los estudiantes del judaísmo de este período.

3. Recepción

Un hecho sobresaliente de los escritos de Josefo es que estos fueran preservados para la posteridad en su mayor parte no por eruditos judíos, sino por la iglesia. Las razones para ello tal vez no sean tan difíciles de entender. En el lado judío, a Josefo se le percibía como un traidor a la nación que había ido tan lejos que había llegado a sugerir la aprobación divina, e incluso el apoyo, al Imperio Romano y a la destrucción de Jerusalén por parte de este. A excepción de una paráfrasis hebrea de la Guerra de los judíos y parte de las Antigüedades de los judíos en el siglo X, llamada Josipón, hay pocas pruebas de que los judíos se apropiaran de Josefo hasta los tiempos modernos. Sin embargo, desde el establecimiento del estado de Israel, y especialmente desde 1967, Josefo se ha convertido en una ayuda importante para la renaciente *arqueología en la región. En el bando cristiano se ha hecho un gran uso de Josefo desde la antigüedad hasta nuestros días. Varios padres de la iglesia, especialmente Orígenes y Eusebio en los siglos III y IV, respectivamente, citaron ampliamente sus obras, y esto, junto con una adaptación latina de Hegesipo a finales del siglo IV, aseguró el perenne prestigio de sus obras. Es fácil comprender el interés cristiano en Josefo, sobre todo debido a la mención que hace de Jesús, Juan Bautista y otros muchos aspectos de los relatos bíblicos. No obstante, la apropiación cristiana de Josefo resulta muy problemática, ya que a menudo distorsiona el mensaje de sus escritos de manera significativa. El ejemplo más palmario de ello es el modo en que los eruditos cristianos tendieron a utilizar los escritos de Josefo, especialmente la Guerra de los judíos, para argumentar que Dios le había dado la espalda a los judíos como castigo por la muerte de Jesús. El propio Josefo no tenía nada que decir sobre este tema, por supuesto, e interpretó la destrucción del templo como una tragedia de la que se podía culpar en gran medida a un pequeño y poco representativo grupo de militantes equivocados. El hecho de que Josefo fuera un judío devoto que siguió defendiendo la antigüedad, nobleza y legitimidad de la fe judía fue algo que por lo general simplemente se ignoró.

4. Estudios académicos

Desde el florecimiento moderno de los estudios bíblicos, y sobre todo del método histórico-crítico en la Europa del siglo XIX, Josefo ha pasado a un primer plano como fuente destacada de información histórica. Por desgracia, muchos estudiosos han pretendido extraer «hechos» de Josefo en lugar de leer sus obras como un conjunto coherente. Esto ha llevado a una situación en la que una vez más la propia comprensión e interpretación de la historia por parte de Josefo han sido consideradas irrelevantes. Además, frecuentemente se ha malentendido o incorporado de forma ingenua la Tendenz o parcialidad de las obras de Josefo a las reconstrucciones del mundo del primer siglo. Sin embargo, quizás el acontecimiento más importante en la erudición más reciente sobre Josefo haya sido la creciente comprensión de Josefo como un historiador complejo y lleno de matices cuyos escritos, en no menor medida que los mismos Evangelios, necesitan ser entendidos en sus propios términos y no solo como un fuente de materia prima para beneficio de los interesados en los antecedentes históricos. La publicación de la Concordancia Completa de Flavio Josefo por K. Rengstorff (1973–1983) ha sido de particular importancia para la comprensión de Josefo como un autor con su propio uso particular de la lengua griega. La información derivada del estudio de la retórica y teorías críticas como el poscolonialismo también han permitido que los estudios académicos recientes apreciaran mejor la tarea en la que el propio Josefo se vio comprometido, y las considerables limitaciones bajo las que se vio forzado a trabajar como judío en Roma.

5. Relevancia para Jesús y los Evangelios

Las obras de Josefo son importantes para el estudio de Jesús y los Evangelios por muchos motivos, aunque en todos los casos los estudiosos deben tener cuidado para comprender los aspectos narrativos, retóricos e ideológicos del proyecto de Josefo. Uno de los usos más habituales de Josefo es emplearlo para establecer el marco cronológico para todo el período comprendido entre el siglo II a. C. y la segunda mitad del siglo I A. D. (véase CRONOLOGÍA). La importancia de esto para el análisis del nacimiento del cristianismo es evidente, aunque hay una serie de lugares en los que la cronología de Josefo está en desacuerdo con los Evangelios. La más notoria de estas discrepancias, que hace poco probable que Lucas conociera los escritos de Josefo, se refiere a la datación del nacimiento de Jesús en relación con el censo de Quirino y la muerte de Herodes el Grande (véase NACIMIENTO DE JESÚS).

Otro uso importante de Josefo tiene que ver con nuestra comprensión del contexto cultural y religioso en el que tienen lugar las historias del Evangelio. Josefo es quien nos proporciona el relato más extenso de las estructuras e instituciones sociales del judaísmo del Segundo Templo tardío. Sus escritos dan una idea de cómo funcionaban el culto del templo, el sacerdocio, los festivales de peregrinación y el lugar de la ley en la vida judía. La relevancia de todo esto para comprender la relación de Jesús con el judaísmo de su época es evidente (véase JUDAÍSMO COMÚN).

Los escritos de Josefo también nos ayudan a desentrañar las complejas interrelaciones entre las diferentes clases y sectores de la sociedad judía, incluidos la familia de Herodes, los asmoneos, los sumos sacerdotes y las diferentes sectas (*fariseos, *saduceos, *esenios), así como la relación de todos ellos con los romanos que gobernaban en ese momento. El relato de los Evangelios del juicio y la ejecución de Jesús es uno solo de los ejemplos de cómo varios de estos grupos se unen de una manera que estaría mucho menos clara si no fuera por la orientación general que proporciona Josefo sobre cuestiones tales como la relación entre el templo, con sus sumos sacerdotes y gobernadores romanos como *Poncio Pilato (véase JUICIO DE JESÚS). Josefo también ofrece información sobre el clima político del primer siglo, las tensiones que iban aumentando y disminuyendo durante ese período y las actitudes de los diversos grupos frente a los romanos. Es en este sentido que Josefo describe también varias figuras *revolucionarias, algunas de las cuales podrían ser tomadas como ilustrativas de las expectativas que podían haber formado parte del movimiento de Jesús.

Los lectores cristianos de Josefo siempre se han sentido especialmente atraídos hacia determinados personajes de la época que aparecen tanto en Josefo como en los Evangelios. Entre esas personas están Herodes el Grande y gran parte de sus descendientes, Poncio Pilato y Anás y Caifás, pero sin duda el lugar de honor lo ocupan los pasajes mucho más breves que mencionan a Santiago, el hermano de Jesús (Ant. 20.200–202), Juan el Bautista (Ant. 18.116–119) y al propio Jesús (Ant. 18.63–64) (véase JESÚS EN LAS FUENTES NO CRISTIANAS). Este último pasaje, conocido como el Testimonium Flavianum, desgraciadamente ha sido manipulado por antiguos copistas cristianos que parecen haber adornado el relato para que sonara más cristiano. Sea como fuere, el Testimonium Flavianum es importante porque es nuestra primera referencia extrabíblico y no cristiana a la persona y carrera de Jesús.

Véase también HELENISMO; DINASTÍA HERODIANA; JESÚS EN LAS FUENTES NO CRISTIANAS; JUDAÍSMO COMÚN; FARISEOS; PONCIO PILATO; MOVIMIENTOS REVOLUCIONARIOS; ROMA; SADUCEOS.

Bibliografía. J. Edmondson, S. Mason y J. Rives, eds., Flavius Josephus and Flavian Rome (Oxford: Oxford University Press, 2005); S. Mason, ed., Understanding Josephus: Seven Perspectives (JSPSup 32; Sheffield: Sheffield Academic Press, 1998); ídem, Josephus and the New Testament (2a ed.; Peabody, MA: Hendrickson, 2003); ídem, ed., Flavius Josephus: Translation and Commentary (10 vols.; Leiden: E. J. Brill, 2000–2008); J. S. McLaren, Turbulent Times? Josephus and Scholarship on Judea in the First Century CE (JSPSup 29; Sheffield: Sheffield Academic Press, 1998); B. Niese, Flavii Josephi Opera (7 vols.; Berlín: Weidmann, 1885–1895); T. Rajak, Josephus: The Historian and His Society (2a ed.; Londres: Duckworth, 2007); K. H. Rengstorf, ed., A Complete Concordance to Flavius Josephus (4 vols.; Leiden: E. J. Brill, 1973–1983); J. Sievers y G. Lembi, eds., Josephus and Jewish History in Flavian Rome and Beyond (JSJSup 104; Leiden: E. J. Brill 2005); H. St. J. Thackeray et al., eds. y trad., Josephus (10 vols.; LCL; Cambridge, MA: Harvard University Press; Londres: Heinemann, 1926–1965).

P. Spilsbury


 Spilsbury, P. (2016). JOSEFO. In J. B. Green, J. K. Brown, & N. Perrin (Eds.), R. Gómez Pons (Trans.), Diccionario de Jesús y los Evangelios (pp. 587–591). Viladecavalls, España: Editorial CLIE.


--
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor
http://adonayrojasortiz.blogspot.com


No hay comentarios:

Generalidades de la Escatología Bíblica

NO DEJE DE LEERLO