Mi personaje de hoy es Anselmo de Canterbury (1033–1109) uno de los teólogos más grandes del Medievo, nacido en Aosta, en el norte de Italia, pero educado en los mejores colegios de gramática y dialéctica en el norte de Francia, en Bec de Normandía, en cuya abadía benedictina ingresó a los 27 años de edad, donde era abad Lanfranco (1005–1089) (Francisco Lacueva, Diccionario Teológico Ilustrado, 57).
Baso mi interés por este teólogo en tres cosas:
1. El Método teológico, en concordacia con la dialéctica de su tiempo, con la tesis, antístesis, y la síntesis, Anselmo se plantea un problema teológico y trata de resolverlo mediante el uso de la razón, más que con la autoridad de las Escrituras o con la de los padres eclesiásticos. (Justo L. Gonzalez, Historia abreviada del pensamiento cristiano, 211). Cuando aún hoy encuentro libros como "fe razonable", "no dejes tu cerebro en la puerta", etc; doy gracias por personas como Anselmo que cambiaron un paradigma. Aún hoy en nuestras investigaciones nos planteamos una pregunta y tratamos de resolverla de manera razonable, aunque sin descuidar lo que se dice en las Escrituras.
2. Fe vrs, Razón. ¿Hay que entender para creer o creer para entender? personalmente soy partudario de lo primero, me cuesta creer algo que no entiendo. Me parece que es mucho más lógico de ese modo, pero desde Agustín se defiende la tesis de creer para comprender. Me parece que Anselmo, aunque afirma que no trata de demostrar para creer sino demostrar lo que cree ("él ya cree lo que trata de demostrar" (González, 209)) sí nos hace un gran favor al afirmar su clásica definición del discurso teológico: "fides quaerens intellectum" (la fe en busca de la inteligencia).
3. Cur Deus Homo, la más importante de sus obras en la que volviendo a la pregunta anterior de Gregorio de Nacianceno, "¿A quién se pagó el rescate?", Anselmo responde enfáticamente: La justicia divina exige una deuda que la humanidad pecadora debe pagarle a Dios (J. Jordan Henderson, "Substitution," , Diccionario Bíblico Lexham). En clase veíamos que muy acorde al contexto histórico del feudalismo hacía énfasis en el honor ofendido: "todo aquel que peca debe pagar a Dios el honor que le ha quitado, y esta es la satisfacción que todo pecador debe ofrecer a Dios" (Anselmo, Cur Deus Homo 1,11)
Afirma el profesor González que la mayoría de los escritores posteriores han interpretado la obra de Cristo a la luz de la interpretación de Anselmo (González, 210), yo mismo creo así. me parece muy apegada a las Escrituras (Is 53.6; Jer 46.12; Luc 11.12, entre otros).
En clase también nos explicaba el Dr. Alfaro la forma como Anselmo construyó lo que después se conoció como el argumento ontológico, con el que se trata de demostrar la existencia de Dios, ¡tratando de convencer al necio del salmo!
Como dice González en su última línea sobre él: "Con él entramos en una nueva era en la historia del pensamiento cristiano." (Gonzalez, 211)
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