¿ACASO PABLO DIJO ESO…!
Roger L. Omanson
«¿Acaso yo dije eso...?» La mayoría de nosotros hemos lanzado con sorpresa, en alguna ocasión, una exclamación como esta, pues esa es, por lo general, nuestra reacción cuando alguien cita algo que, supuestamente, nosotros dijimos en algún momento o en determinado lugar. Quizás lo hubiéramos dicho, pero no recordamos que lo hayamos dicho. Sin embargo, lo más probable es que hayamos descubierto que citaron mal nuestras palabras, o que estas fueron mal traducidas o sacadas de su contexto. Si tenemos suerte, nada malo habrá resultado de todo ello. Imaginémonos por un momento, a modo de ejemplo, que yo le haya dicho a alguien que mi amigo Juan había dicho algo estúpido, y que esa persona fuera a mi amigo de Juan y le contara que yo había dicho: «¡Juan es estúpido!» Tiempo más tarde, cuando Juan y yo nos encontráramos, me informaría que él había oído que yo había dicho que él era estúpido. Mi respuesta, sin lugar a dudas, sería: «¿Acaso dije yo eso...?», o: «¡Yo no dije eso!»
Si el apóstol Pablo estuviera ahora vivo y pudiera leer algunas de las traducciones de sus cartas, –al castellano, francés, alemán, inglés o a otras lenguas–, seguramente se estaría sacudiendo la cabeza de continuo y exclamando: «¿Acaso dije yo eso...?» Podemos estar seguros de que sería así, si simplemente comparamos algunas de estas diferentes traducciones de sus cartas.
Ciertas palabras o expresiones que se encuentran en algunas cartas de Pablo pueden interpretarse legítimamente de más de una manera. Tomemos, por ejemplo, la palabra griega skeuos. Puede referirse a un objeto que se utiliza para cualquier propósito. Esta es la base de la traducción, en 1 Ts 4.4, de la Biblia de las Américas: «que cada uno de vosotros sepa cómo poseer su propio vaso en santificación y honor». Por lo general, el contexto suele establecer claramente la naturaleza específica del objeto al que se refiere, como, por ejemplo, podría ser el aparejo de un barco. Pero skeuos se usó también para referirse al cuerpo humano. Y en esto se basa la traducción de ese pasaje en la Nueva versión internacional: «que cada uno aprenda a controlar su propio cuerpo de una manera santa y honrosa». Pero, en el uso rabínico, la palabra hebrea para «vaso» también puede designar a la esposa propia. Esta es la base de la traducción de la Reina-Valera 1960: «que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor». También contamos con pruebas de que en la antigüedad se usaba skeuos como eufemismo para referirse al órgano sexual masculino. En ello se basa una traducción al inglés (la New American Bible, de 1970): «guarding his member» (=«cuidando su miembro»).[1] Ahora bien, todas estas traducciones son aceptables, en el sentido de que cada una de ellas manifiesta una manera legítima de entender, en este contexto, el significado de la palabra griega skeuos. Pero, seguramente Pablo no tenía en mente estos cuatro significados, cuando escribió estas palabras a los tesalonicenses. Es posible que no estemos seguros de lo que Pablo quiso decir , pero sí podemos estar seguros de que él, si leyera algunas de estas traducciones, exclamaría: «¡Acaso dije yo eso!»
Quisiera analizar, en los párrafos que siguen, un pasaje en concreto (1 Co 7.1) donde me parece que, en efecto, Pablo exclamaría: «¡Acaso dije yo eso?» si pudiera leer la mayoría de las traducciones castellanas (o en casi todas las otras lenguas). Hay tres razones que explican por qué tantos intérpretes y traductores han entendido mal lo que este versículo dice: (1) la naturaleza de las antiguas prácticas de escritura es uno de los factores que dificultan la interpretación y traducción de ese texto; (2) otro factor lo constituye el posible uso, en el mundo de Pablo, de un eufemismo que actualmente no es reconocido como tal en muchas traducciones; y (3), por último, una cierta incomprensión del contexto de 1 Corintios ha llevado a interpretar y traducir también equivocadamente este versículo.
Antiguas prácticas de escritura
Cuando los autores griegos y latinos de la época del NT incluían en sus escritos citas de otros escritores famosos, algunas veces lo indicaban señalando explícitamente que citaban a un determinado autor (véase, por ejemplo, Tit 1.12); pero otras veces no explicitaban que estaban citando a alguien, porque daban por sentado que los lectores reconocerían una cita que fuera bien conocida (véase 1 Co 15.33). En la correspondencia entre amigos, no era extraño que uno de ellos citara palabras de la carta del otro y luego respondiera a los comentarios que aquel había hecho. En algunos casos resulta muy fácil identificar dónde comienza una cita porque el escritor la inicia con expresiones como «Tú dices». Por otra parte, el final de la cita no se indica de manera alguna, por lo que los traductores modernos de estos antiguos escritos deben determinar dónde terminan realmente tales citas. En los escritos de Pablo encontramos a veces la identificación del material que se cita (véanse 1 Co 1.12; 2 Co 10.10). En el mundo antiguo no se usaban las comillas indicadoras de citas. Tampoco se usan en las ediciones modernas del texto griego del NT.
De hecho, los manuscritos originales del NT, como así mismo los manuscritos posteriores durante varios siglos, se escribieron en lo que se conoce como scriptio continua,[2] es decir, sin separar palabras, oraciones o párrafos, y sin signos de puntuación entre las oraciones o al final de estas. Algunos siglos más tarde, los copistas comenzaron a separar las palabras y a añadir signos de puntuación. Pero tales indicaciones representaban su comprensión del texto y no necesariamente lo que los autores quisieron decir.[3] Las modernas ediciones críticas impresas del NT griego separan las palabras, segmentan el texto según oraciones y párrafos y añaden signos de puntuación, pero los editores no siempre están de acuerdo al tomar estas decisiones. Por ejemplo, la 4a edición de The Greek New Testament,[4] de Sociedades Bíblicas Unidas, y la 27a del Novum Testamentum Graece, de Nestle-Aland[5] terminan el último párrafo del capítulo 2 de 1 Timoteo con las palabras «Esto es muy cierto» (3.1a). Sin embargo, la 10a edición del Novum Testamentum Graece et Latine, de Augustinus Merk,[6] comienza un nuevo párrafo precisamente con esas mismas palabras. Y así lo hace la mayoría de las traducciones al inglés. El hecho de que las palabras «Esto es muy cierto» se consideren parte del párrafo anterior o del que sigue es muy importante a la hora de interpretar el texto. Las traducciones actuales se basan generalmente en un texto griego crítico ampliamente aceptado, como el de las Sociedades Bíblicas Unidas o el de Nestle-Aland ya mencionados. Pero los traductores, que frecuentemente son también prominentes eruditos bíblicos, a veces no se atienen ni a la segmentación ni a la puntuación del texto griego crítico, pues siguen su propia comprensión de los escritos del NT.
Lo anterior puede resultar muy interesante, pero, ¿qué tiene que ver con las cartas de Pablo o con la traducción de esas cartas? Exactamente esto: Cuando escribía a sus lectores, Pablo, sin lugar a dudas, a veces citaba en sus escritos palabras que aquellos le habían transmitido, ya hubiera sido por carta u oralmente. (Véase 1 Co 1.12.) Prácticamente todos los eruditos novotestamentarios creen que Pablo, además de las citas que él mismo identifica, incluyó en sus cartas, y especialmente en 1 Co, citas de otras cartas o de informes orales que había recibido de los cristianos a quienes escribía.[7] Estas citas no comienzan con palabras como «Ustedes dicen», pues se da por sentado que las mismas citas habrían sido reconocidas por sus lectores como palabras propias. A un creciente número de especialistas y traductores les resulta ahora evidente que 1 Co 7.1 es uno de esos pasajes en los que Pablo cita palabras de una carta que le habían enviado.
Antes de analizar más cuidadosamente el texto en cuestión, veamos el tema de los eufemismos.
Eufemismos
El uso de eufemismos es común en gran número de culturas, si no lo es en todas. Hay una cierta reticencia a hablar directamente acerca de temas tales como los actos o los órganos sexuales, las funciones excretoras, la enfermedad y la muerte, o de asuntos relacionados con lo sagrado.[8] Los norteamericanos, por ejemplo, pueden referirse a la muerte de alguien usando una expresión que también existe en castellano: «Fulano pateó el balde» (he has kicked the bucket); en nuestro idioma podemos decir, igualmente, «cerró el paraguas» y muchísimas otras expresiones eufemísticas. Los franceses usan también una expresión muy vívida: «quebró su pipa» (il a cassé sa pipe). Los estadounidenses, para indicar que alguien está muerto pueden decir que está «dos metros debajo» (he is six feet under), con lo que manifiestan que tal persona está ya dos metros bajo tierra. Los franceses, por su parte, expresan el mismo pensamiento diciendo que «está comiendo las raíces de dientes de león» (il mange les pissenlits par la racine). En castellano se diría que «está viendo el césped desde las raíces». Los antiguos griegos no representaban ninguna excepción. También ellos echaban mano de eufemismos. Por ejemplo, la palabra griega haptesthai significa literalmente «tocar». Tal es la traducción de ese verbo griego en la mayoría de las traducciones literales de 1 Co 7.1. Pero se sabe hoy que la expresión «tocar a una mujer» se encuentra nueve veces en antiguos escritos griegos, y en cada caso se trata de un eufemismo para referirse a la relación sexual.[9]
El contexto de 1 Co 7.1
En el capítulo 7, Pablo empieza a contestar las preguntas que algunos cristianos de Corinto le habían planteado por escrito.[10] La BJ tiene, al comienzo de este capítulo, el siguiente título principal: «Solución de diversos problemas». Este título se refiere al contenido de los capítulos 7 al 14. En esa sección, Pablo se dedica a contestar las preguntas que los corintios le habían hecho sobre varios asuntos. Pero, en cada caso, él concuerda solo parcialmente con lo que ellos le planteaban. Por ejemplo, sabemos, por el capítulo 8, que algunos cristianos pretendían poseer un cierto «conocimiento» de que los falsos dioses realmente no existen, por lo que era aceptable comer de la carne que se vendía en el mercado y que había sido consagrada a los ídolos. Pablo toma una frase que los corintios habían utilizado («todos tenemos conocimiento»), y de inmediato califica sus pretensiones: «pero el conocimiento hincha de orgullo, en tanto que el amor edifica la comunidad».
Si consideramos de nuevo el capítulo 7 nos damos cuenta de que Pablo utiliza el mismo enfoque. Algunos cristianos le habían escrito diciendo: «bueno le sería al hombre no tocar mujer». Pablo está de acuerdo en parte, pero de inmediato matiza este acuerdo con las siguientes palabras: «pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer…» Al leer completa la perícopa que comprende los versículos 1 al 7, se hace evidente que algunos cristianos habían sugerido que una persona podía ser más espiritual si renunciaba a las relaciones sexuales con su esposa. Pablo está parcialmente de acuerdo en que una persona puede dedicarse más de lleno a la oración si se abstiene de relaciones sexuales por un breve tiempo (v. 5). Pero, simultáneamente, advierte a sus lectores de que tanto la esposa como el esposo gozan del derecho de tener relaciones sexuales con su cónyuge (v. 4). Si uno de ellos se abstiene sin el consentimiento del otro, muy bien podría surgir la tentación de buscar otra compañera u otro compañero (v. 2). Por eso Pablo aconseja que se practique la abstinencia únicamente por mutuo acuerdo entre los cónyuges y solo por un tiempo limitado (v. 5).
Los intérpretes, desde la Edad Media, han atribuido las palabras de 1 Co 7.1b al propio Pablo. O sea, que pensaban que era el mismo Pablo quien alentaba a los hombres a no tener relaciones sexuales con las mujeres. Muchos lectores en la actualidad consideran a Pablo como una especie de asceta que no veía el matrimonio con buenos ojos. Pero una vez que se reconoce que en 1 Co 7.1 Pablo está citando de la carta que le habían escrito, entonces el sentido de los v. 1-7 resulta totalmente distinto.
Traducción de 1 Co 7.1
Traducciones tradicionales. Las traducciones de este texto en prácticamente todas las lenguas se han basado en la comprensión tradicional del pasaje desde la Edad Media. Las siguientes traducciones atribuyen el consejo de 7.1b a Pablo mismo:
(1) «Acerca de lo que me habéis preguntado por escrito, digo: Bueno le sería al hombre no tocar mujer.» (Reina-Valera 95)
(2) «En cuanto a las cosas de que me escribisteis, bueno es para el hombre no tocar mujer.» (La Biblia de las Américas)
Nótese que en estas versiones el eufemismo se traduce literalmente («no tocar mujer»).
A menos que los lectores sepan que se trata de un eufemismo griego, o que en su propio idioma exista tal eufemismo, ¿cómo podrían entender el significado de esas palabras? Más aún, al no usar comillas para indicar que se trata de una cita, los lectores asumirán naturalmente que tales palabras son las del propio Pablo al aconsejar a los cristianos corintios.
Traducciones parecidas existen en los idiomas mayoritarios, como el inglés (Versión del Rey Jacobo, «Revised Standard Version»), el francés (Segond), el alemán (Lutero) y el portugués (Almeida). Véase, por ejemplo, la siguiente traducción alemana: «Wovon ihr aber geschrieben habt, darauf antworte ich: Es ist gut für den Mann, keine Frau zu berühren » (Lutero, revisión de 1984; traducción castellana: «Ahora, en cuanto a lo que ustedes han escrito, aquí respondo: Es bueno para un hombre no tocar mujer.»)
Traducciones modernas con interpretación tradicional. Algunas versiones modernas que siguen principios modernos de traducción, traducen el significado del eufemismo que está al final de este versículo, pero continúan respaldando la interpretación tradicional y consideran que estas son palabras de Pablo con las que ofrece su propio consejo. Véase la siguiente traducción:
(3) «Ahora paso a contestar las preguntas que ustedes me hicieron en su carta. Sería preferible no casarse;» (Dios habla hoy, 1994)
Traducciones modernas con interpretación moderna. Un creciente número de intérpretes y traductores aceptan ahora que este texto tiene más sentido si el v. 1b se lee como cita textual. Las siguientes cuatro traducciones, por ejemplo, entrecomillan esas palabras. Sin embargo, no todas dejan en claro la procedencia de la cita, ni tampoco aclaran todas el significado de la expresión «no tocar mujer».
(4) «Paso ahora a los asuntos que me plantearon por escrito: "Es mejor no tener relaciones sexuales."» (Nueva versión internacional, 1999)
(5) «Ahora responderé a lo que ustedes me han preguntado por escrito: Es bueno para el hombre abstenerse de mujer.» (El libro del Pueblo de Dios, 1987)
(6) «Ahora, acerca de aquello que escribisteis: está bien que uno no se case.» (Nueva Biblia Española, 1975)
(7) «Now concerning the matters about which you wrote: "It is good for a man not to have sexual relations with a woman."» (English Standard Version, 2001. Traducción castellana: «Ahora, en cuanto a los asuntos relacionados con lo que ustedes escribieron: "Es bueno para un hombre no tener relaciones sexuales con una mujer."»)
Más y más traducciones, no obstante, explicitan claramente los siguientes datos: (a) Pablo está citando de una carta escrita por los corintios. Esto se manifiesta claramente cuando se incluyen, en la traducción, expresiones como «Ustedes dicen». Es obvio que no todos los cristianos de Corinto asumían esa posición, y esa es la razón por la que consultaron a Pablo. Por lo tanto, una mejor manera de traducir sería decir algo así: «Ahora paso a los asuntos acerca de los que ustedes me escribieron. Algunos de ustedes dicen: "Es bueno...".» (b) La última parte del versículo tiene que ver con relaciones sexuales, aunque los traductores no están de acuerdo en cuanto a si el eufemismo se refiere a «contraer matrimonio» o a «tener relaciones sexuales». La evidencia que se obtiene de la literatura griega extrabíblica respalda la segunda de estas interpretaciones. (c) Pablo explica en el siguiente versículo por qué él no está totalmente de acuerdo con lo que ellos le han escrito.
(8) «Agora vou tratar dos assuntos a respeito dos quais vocês me escreveram. Vocês dizem que o homen faz bem em não casar. 2Mas eu digo:…» (Bíblia Sagrada. Nova Tradução na Linguagem de Hoje, 1998)
(9) «J'en viens à présent aux problèmes que vous soulevez dans votre letter: "C'est une excellente chose, dites-vous, qu'un homme se passe de femme."» (Semeur, 1992. Traducción castellana: «Voy a tratar los problemas que ustedes plantearon en su carta: "Es cosa excelente, dicen ustedes, que un hombre se abstenga de mujer."»)
(10) «Nun aber zu dem, was ihr geschrieben habt! Ihr sagt: "Das beste ist es, wenn ein Mann überhaupt keine Frau berührt."» (GECL [la versión popular en alemán], 1997. Traducción castellana: «Pero ahora, ¡a lo que ustedes han escrito! Ustedes dicen: "Lo mejor es que un hombre no toque del todo a una mujer."»)
(11) «En cuanto a lo que me habéis escrito, bien le está al hombre abstenerse de mujer.» (Nueva Biblia de Jerusalén, 1998. Una nota explica: «Pablo cita una frase de la Carta de los Corintios.»)
«En cuanto a lo que me preguntaban por escrito, está bien que el hombre renuncie al matrimonio» (Biblia de América, La Casa de la Biblia, 1994)
(12) «En la carta que recibí de ustedes me preguntaron si está bien que la gente no se case.» (Biblia en lenguaje sencillo, 2000; nótese que la cita directa se ha vertido como cita indirecta.)
Conclusión
Actualmente se considera que la interpretación tradicional de 1 Co 1.1-7 no es la mejor manera de entender este pasaje. De las traducciones existentes en castellano, ninguna expresa con toda precisión el sentido del texto. La NVI es la que más se acerca, pero le falta indicar con más claridad que lo entrecomillado representa lo preguntado por los corintios, no el consejo de Pablo, y que tiene que ver con las relaciones sexuales entre cónyuges. En ese sentido, una traducción que captaría bien la intención del pasaje diría algo así: «Voy a tratar ahora de lo que ustedes me consultaron por escrito. Algunos de ustedes dicen: "Es mejor para un hombre no tener relaciones sexuales con su esposa", pero yo digo...»
En fin, si el Apóstol pudiera leer todas las traducciones a las que nos hemos referido, con toda probabilidad diría, respecto de varias de ellas: «¡Bueno! ¿Es eso, acaso, lo que yo dije?»
Notas
1 Nótese que en castellano también se usa la palabra «miembro» para referirse al órgano sexual masculino.
2 Véase Bruce M. Metzger, Manuscripts of the Greek Bible. An Introduction to Greek Palaeography. (New York: Oxford Univ. Press, 1981), p. 31.
3 Véase Metzger, op.cit., p. 31-32; y Kurt y Barbara Aland, The Text of the New Testament, 2a ed. (Grand Rapids: Eerdmans, 1989), p. 287. La separación sistemática de palabras y secciones del texto no se hizo sino hasta el siglo 11; además, la putuación y la acentuación de las palabras fue de carácter muy elemental hasta el siglo 7. Véase también, Léon Vaganay y Christian-Bernard Amphoux, An Introduction to New Testament Textual Criticism, 2a ed. (Cambridge: Cambridge University Press, 1991), p. 8-9.
4 Cuarta edición revisada, editada por Barbara Aland, Kurt Aland, Johannes Karavidopoulos, Carlo M. Martini y Bruce M. Metzger (Stuttgart: Deutsche Bibelgesellschaft, 1993).
5 Stuttgart: Deutsche Bibelgesellschaft, 1993.
6 Roma: Sumptibus Pontificii Instituti Biblici, 1984.
7 Véase Roger L. Omanson, «Acknowledging Paul's Quotations», The Bible Translator, 43 (Abril, 1992), p. 201-213. El estudio más completo de las posibles citas en 1 Corintios probablemente sea el de John Hurd, The Origin of 1 Corinthians (1965).
8 Véase Paul Ellingworth y Aloo O. Mojola, «Translating Euphemisms in the Bible», The Bible Translator 37 (Enero, 1986), p. 139-143. Para un estudio más completo del uso de eufemismos en la Biblia, véase «Bible, Euphemism and Dysphemism in the», en Anchor Bible Dictionary, vol. 1, p. 720-725.
9 Gordon Fee, La Primera Epístola a los Corintios (Buenos Aires: Nueva Creación, 1994; original en inglés, de 1987), p. 313. See also Bauer, Arndt et alii, Greek-English Lexicon of the New Testament, 3ª edición (Chicago: University of Chicago Press, 2000), p. 126.
10 Para una buena discusión de este aspecto, véase Irene Foulkes, Problemas pastorales en Corinto: comentario exegético-pastoral a 1 Corintios (San José, Costa Rica: Editorial DEI, 1996), p. 185-190.
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