Entendiendo el Dispensacionalismo: Una Guía a sus Ideas Fundamentales
Introducción: ¿Qué es el Dispensacionalismo y por qué importa?
Si alguna vez has profundizado en diferentes interpretaciones bíblicas, es probable que te hayas topado con el término "dispensacionalismo". A menudo puede parecer un sistema complejo lleno de líneas de tiempo y diagramas intrincados. Sin embargo, en su núcleo, el dispensacionalismo es menos un sistema complicado y más una forma de leer la Biblia que busca tomar las promesas de Dios en su sentido más natural y directo.
Este artículo tiene un objetivo claro: explicar de manera sencilla las tres ideas centrales que sostienen este marco teológico. En lugar de sumergirnos en debates complejos, nos centraremos en comprender los principios fundamentales que guían a los dispensacionalistas en su lectura de las Escrituras. Nuestro objetivo es la claridad y la comprensión, para que puedas ver cómo estas ideas forman una visión coherente del plan de Dios a lo largo de la historia.
1. El Fundamento: Una Lectura Coherente de la Biblia
Todo sistema teológico comienza con una pregunta fundamental: ¿cómo leemos la Biblia? La respuesta a esta pregunta, conocida como hermenéutica, es la base sobre la cual se construye todo lo demás. Para el dispensacionalismo, el punto de partida es un compromiso inquebrantable con lo que se conoce como el método gramático-histórico.
Este método a menudo se describe como una interpretación "literal", "normal" o "sencilla". No significa ignorar las figuras retóricas o los géneros literarios, sino entender las palabras de la Biblia en su contexto original, tal como el autor pretendía y la audiencia original las habría entendido. El teólogo J. Dwight Pentecost lo define como:
"...el método que 'da a cada palabra el mismo significado básico exacto que tendría en el uso normal, ordinario y consuetudinario'".
Charles Ryrie añade una aclaración crucial, al señalar que esta interpretación "no espiritualiza ni alegoriza como a menudo lo hace la interpretación no dispensacional". La idea más importante aquí no es el método en sí mismo, sino la consistencia en su aplicación. El dispensacionalismo rechaza lo que considera una "doble hermenéutica": la práctica de aplicar un método literal a la historia y la doctrina, pero cambiar a uno simbólico o alegórico para las profecías sobre Israel. Se insiste en que las promesas hechas a Israel (tierra, reino, rey) deben leerse con el mismo sentido literal que las promesas a la Iglesia.
Desde esta perspectiva, el dispensacionalismo es un resultado teológico, no una predeterminación teológica. No comienza con un sistema y fuerza el texto a encajar, sino que fluye de la aplicación consistente de este principio de lectura. Como pregunta retóricamente el pastor John MacArthur: "¿Sobre qué base exegética... puedes decirme que cuando Dios dice 'Israel' quiere decir 'la Iglesia'?".
Esta forma consistente de leer la Biblia lleva directamente a la distinción más importante que hace el dispensacionalismo: la diferencia entre Israel y la Iglesia.
2. La Distinción Esencial: Israel y la Iglesia
Si la lectura literal consistente es el motor del dispensacionalismo, su resultado más significativo es la distinción clara y sostenida entre Israel y la Iglesia. El teólogo Charles Ryrie lo llamó el elemento "más básico" e indispensable del sistema. Esta no es una distinción inventada, sino una que los dispensacionalistas creen que emerge naturalmente del texto bíblico cuando se lee de manera llana.
El concepto clave aquí es que la Iglesia es un "misterio" del Nuevo Testamento, es decir, un plan de Dios que no había sido revelado en el Antiguo Testamento.
- Una revelación nueva: En Efesios 3:4-6, el apóstol Pablo explica que la unión de judíos y gentiles como "miembros del mismo cuerpo" en Cristo era un secreto que "en otras generaciones no se dio a conocer". Esta nueva entidad es fundamentalmente diferente del programa de Dios para la nación de Israel.
- Un comienzo definido: La Iglesia tuvo un comienzo específico en el día de Pentecostés (Hechos 2). La mecánica de su formación fue la obra bautizadora del Espíritu, que comenzó en ese momento para unir a todos los creyentes en un solo cuerpo (1 Corintios 12:13), una realidad única de la era actual.
- Una entidad distinta: Esta nueva entidad, la Iglesia, tiene un programa y un destino distintos a los de la nación de Israel.
El pasaje de Efesios 2:11-22 es crucial para entender esto. Pablo explica que Cristo derribó la "pared intermedia de separación" entre judíos y gentiles para crear "un solo y nuevo hombre" (Efesios 2:15). El lenguaje aquí es de creación, no de incorporación. Si el plan de Dios fuera simplemente incorporar a los gentiles a Israel, la metáfora habría sido de adopción o injerto en la nación existente. En cambio, Pablo utiliza el lenguaje de la creación para describir algo completamente nuevo. El resultado no es que los gentiles se conviertan en Israel, sino la formación de una tercera entidad, la Iglesia, que no es ni judía ni gentil, sino que está compuesta por ambos y existe junto a Israel.
Como evidencia de apoyo, el Nuevo Testamento, escrito mucho después de la fundación de la Iglesia, continúa distinguiendo entre los tres grupos. En 1 Corintios 10:32, Pablo instruye a los creyentes a no ser tropiezo "ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios".
Si Dios mantiene programas distintos para Israel y la Iglesia, ¿cuál es el propósito final que une todo Su plan?
3. El Propósito Final: La Gloria de Dios
El tercer pilar del dispensacionalismo, según Ryrie, es el propósito que lo une todo: la historia humana, en última instancia, trata sobre la gloria de Dios (un fin doxológico).
Mientras que otros sistemas teológicos pueden ser principalmente soteriológicos (enfocados en la historia de la salvación), el dispensacionalismo ve un panorama más amplio. La redención es una parte vital y central del plan de Dios, pero es el medio para un fin aún mayor: la manifestación de Su propia gloria.
Desde esta perspectiva, los programas distintos para Israel y la Iglesia no son una contradicción, sino una demostración de la "multiforme sabiduría" de Dios (Efesios 3:10). La gloria de Dios se magnifica de manera única cuando Él demuestra ser perfectamente fiel a cada una de Sus promesas, en los términos exactos en que las hizo: al cumplir Sus promesas terrenales a Su pueblo terrenal (la nación de Israel) y al cumplir Sus promesas celestiales a Su pueblo celestial (la Iglesia). La futura restauración de Israel está garantizada, no por su propia fidelidad, sino por la fidelidad inquebrantable de Dios a Sus promesas. Al cumplir literalmente cada promesa, Dios se vindica a sí mismo como un guardador de pactos ante toda la creación.
Veamos ahora cómo estos principios se aplican a algunas de las profecías más conocidas de la Biblia.
4. Principios en Acción: Cómo se Interpretan las Profecías Clave
La forma en que se interpretan las profecías clave revela la diferencia fundamental entre el enfoque dispensacional y otros puntos de vista. La siguiente tabla resume cómo el método de lectura literal, la distinción Israel-Iglesia y el marco de cumplimiento progresivo ("ya y todavía no") funcionan en la práctica.
Profecía Clave | Interpretación que Fusiona a Israel y la Iglesia | Interpretación Dispensacional |
La "Simiente" de Abraham (Gálatas 3:16) | Cristo es la única "simiente", por lo tanto, la Iglesia hereda todas las promesas hechas a Abraham, reemplazando o absorbiendo a Israel. | El contexto de Pablo es soteriológico: refuta a los judaizantes. La bendición espiritual viene a través de la Simiente singular (Cristo) para todos, pero las promesas nacionales a la simiente plural (Israel) permanecen. |
El "Un Nuevo Hombre" (Efesios 2:15) | La Iglesia es una fusión de judíos y gentiles que elimina la distinción y el programa futuro de Israel como nación. | La Iglesia es una entidad nueva y distinta (un tercer grupo) creada a partir de judíos y gentiles. Existe junto a Israel, que todavía tiene un futuro profético por cumplir. |
El Trono de David (Hechos 2:30) | Cumplido plenamente en la ascensión de Cristo y su actual reinado celestial. | Un cumplimiento "ya y todavía no": se cumple inauguralmente ("ya") en el reinado celestial de Cristo sobre la Iglesia, pero espera su cumplimiento literal y terrenal ("todavía no") en el milenio desde Jerusalén. |
El Nuevo Pacto (Hebreos 8) | La Iglesia cumple plenamente el Nuevo Pacto, convirtiéndose en el "verdadero Israel" del pacto. | La Iglesia participa de las bendiciones espirituales del pacto, pero el pacto fue hecho explícitamente "con la casa de Israel y con la casa de Judá" (Jeremías 31:31) y espera su cumplimiento nacional completo en el futuro. |
La Profecía de Joel (Hechos 2) | El sermón de Pedro en Pentecostés declara que la profecía de Joel se cumplió completamente en ese día. | Pentecostés fue un cumplimiento inaugural y parcial. El derramamiento del Espíritu comenzó, pero los signos cósmicos asociados (el sol en tinieblas, la luna en sangre) no ocurrieron y esperan el futuro Día del Señor. |
Conclusión: Un Mosaico de la Fidelidad de Dios
El dispensacionalismo, en su esencia, se reduce a tres principios interconectados: una lectura literal y consistente de toda la Biblia, una distinción clara entre Israel y la Iglesia, y un enfoque en el propósito final de toda la historia: la gloria de Dios.
Lejos de ser un sistema artificial impuesto sobre la Biblia, sus seguidores lo ven como un "mosaico coherente" que emerge de tomar en serio cada una de las promesas de Dios, tal como fueron escritas para sus audiencias originales. Este marco resalta la soberanía, la fidelidad y la sabiduría de un Dios que está llevando a cabo un plan magistral para cumplir todos Sus propósitos, tanto en la tierra como en el cielo, para la máxima manifestación de Su gloria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario