Iglesia Pentecostal Unida Latinoamericana, Baltimore, MD. Domingo 29
de Abril de 2018.
ADOPCIÓN
pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez
en temor, sino que habéis recibido el Espíritu de adopción, por el
cual clamamos: «¡Abba, Padre!». (Ro 8:15).
El Espíritu Santo nos imparte el carácter de Cristo.
Dios nos ha dado su Espíritu Santo no solo para vivir libres del
pecado, sino para tener una amorosa relación con Él, como la de padre
e hijo. Abba, palabra aramea para referirse al padre, no es la formal,
sino una íntima, muy de casa, que un niño usaría para dirigirse a su
propio padre, papi. Dios nos adoptó, concediéndonos todas sus
bendiciones. La adopción que conocemos hoy tiene muchas limitantes,
entre las que sobresale que el hijo adoptado jamás poseerá herencia
genética de quien le adopta. Pero eso no ocurre en la adopción que nos
describe el NT. El Espíritu Santo nos comunica la misma naturaleza
moral de nuestro Padre, de tal modo que nos parecemos a Él, somos
santos, amorosos, buenos, fieles, pacientes, leales, dadivosos,
veraces, etc, porque así es nuestro Padre.
Dios le bendiga, un feliz día.
¡Gracia y Paz!
Adonay Rojas Ortiz
Pastor
7869853401
8301 Liberty Rd,
Windsor Mill, MD 21244
Miércoles 7 PM
Domingos 8 AM
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ADONAY ROJAS ORTIZ
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domingo, 29 de abril de 2018
sábado, 28 de abril de 2018
EN EL ESPÍRITU
Iglesia Pentecostal Unida Latinoamericana, Baltimore, MD. Sábado 28 de
Abril de 2018.
EN EL ESPÍRITU
porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la
ley del pecado y de la muerte. (Ro 8:2).
Rompiendo el poder del pecado y de la muerte.
Dios nunca planeó que la ley resolviera el problema del pecado. La ley
trajo el conocimiento del pecado, pero no la solución. La debilidad de
nuestra naturaleza caída no permitiría que alguien se salvase solo por
el cumplimiento de las obras de la ley. Por tanto, cualquier intento
de utilizar la ley para obtener liberación del pecado o de la muerte
está destinado a fracasar. Pero ahora a través de la obra de Jesús en
la cruz, Dios logró lo que para nosotros era imposible. Para ello,
tuvo que venir en un cuerpo como el que nosotros tenemos; y en ese
cuerpo, Dios declaró el fin del dominio que el pecado tenía sobre
nosotros. Lo hizo para que ya no vivamos de acuerdo con nuestros malos
deseos, sino conforme a todos los justos mandamientos de la ley, con
la ayuda del Espíritu Santo.
Dios le bendiga, un feliz día.
¡Gracia y Paz!
Adonay Rojas Ortiz
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Abril de 2018.
EN EL ESPÍRITU
porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la
ley del pecado y de la muerte. (Ro 8:2).
Rompiendo el poder del pecado y de la muerte.
Dios nunca planeó que la ley resolviera el problema del pecado. La ley
trajo el conocimiento del pecado, pero no la solución. La debilidad de
nuestra naturaleza caída no permitiría que alguien se salvase solo por
el cumplimiento de las obras de la ley. Por tanto, cualquier intento
de utilizar la ley para obtener liberación del pecado o de la muerte
está destinado a fracasar. Pero ahora a través de la obra de Jesús en
la cruz, Dios logró lo que para nosotros era imposible. Para ello,
tuvo que venir en un cuerpo como el que nosotros tenemos; y en ese
cuerpo, Dios declaró el fin del dominio que el pecado tenía sobre
nosotros. Lo hizo para que ya no vivamos de acuerdo con nuestros malos
deseos, sino conforme a todos los justos mandamientos de la ley, con
la ayuda del Espíritu Santo.
Dios le bendiga, un feliz día.
¡Gracia y Paz!
Adonay Rojas Ortiz
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viernes, 27 de abril de 2018
ESPÍRITU SANTO
Iglesia Pentecostal Unida Latinoamericana, Baltimore, MD. Viernes 27
de Abril de 2018.
ESPÍRITU SANTO
porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la
ley del pecado y de la muerte. (Ro 8:2).
Libres por la acción del Espíritu de Vida.
Hay cierta dificultad interpretativa por el término griego nomos (ley)
que Pablo usa en estos textos. No obstante el mensaje central es
claro, la naturaleza pecaminosa nos dominaba, haciendo que
cometiéramos actos contrarios a la voluntad de Dios y que traen como
justa consecuencia la muerte; y ni la ley de Dios, dada en el Sinaí,
ni la ley de la mente, dictada por nuestra propia conciencia de
pecado, pudieron liberarnos. Pero ahora, gracias al Espíritu de Cristo
que habita en nosotros se ha roto ese círculo vicioso de pecado y
muerte. Ahora, por estar unidos a él, el Espíritu Santo nos controla y
nos da vida, y nos ha librado del pecado y de la muerte. [TLA] y
porque ustedes pertenecen a él, el poder del Espíritu que da vida los
ha libertado del poder del pecado, que lleva a la muerte. [NTV]
Dios le bendiga, un feliz día.
¡Gracia y Paz!
Adonay Rojas Ortiz
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de Abril de 2018.
ESPÍRITU SANTO
porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la
ley del pecado y de la muerte. (Ro 8:2).
Libres por la acción del Espíritu de Vida.
Hay cierta dificultad interpretativa por el término griego nomos (ley)
que Pablo usa en estos textos. No obstante el mensaje central es
claro, la naturaleza pecaminosa nos dominaba, haciendo que
cometiéramos actos contrarios a la voluntad de Dios y que traen como
justa consecuencia la muerte; y ni la ley de Dios, dada en el Sinaí,
ni la ley de la mente, dictada por nuestra propia conciencia de
pecado, pudieron liberarnos. Pero ahora, gracias al Espíritu de Cristo
que habita en nosotros se ha roto ese círculo vicioso de pecado y
muerte. Ahora, por estar unidos a él, el Espíritu Santo nos controla y
nos da vida, y nos ha librado del pecado y de la muerte. [TLA] y
porque ustedes pertenecen a él, el poder del Espíritu que da vida los
ha libertado del poder del pecado, que lleva a la muerte. [NTV]
Dios le bendiga, un feliz día.
¡Gracia y Paz!
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jueves, 26 de abril de 2018
NO HAY CONDENACIÓN
Iglesia Pentecostal Unida Latinoamericana, Baltimore, MD. Jueves 26 de
Abril de 2018.
NO HAY CONDENACIÓN
Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo
Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al
Espíritu. (Ro 8:1).
En Jesús solo hay salvación, justificación, santificación.
No podemos permitir que el acusador de nuestras almas, otras personas,
o nuestra propia conciencia, nos condene por pecados pasados que ya
han sido borrados. El juez nos declaró justos, limpió nuestra
registro, anuló el acta que nos era contraria, nos ha hecho renacer,
nos dio un nuevo nombre, puso en nosotros su Espíritu, sólo nos resta
permanecer en ese estado en el cual Él nos ha puesto. Pero si alguno
ha pecado y no ha arreglado aún este problema debe entonces
arrepentirse lo más pronto posible y ser bautizado en agua en el
nombre de Jesús, para perdón de sus pecados, haciéndose así heredero
de la promesa de la llenura del Espíritu Santo. Permanezca en Jesús,
no en el pecado. En el pecado sólo hay condenación mientras que en
Jesús solo hay salvación.
Dios le bendiga, un feliz día.
¡Gracia y Paz!
Adonay Rojas Ortiz
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NO HAY CONDENACIÓN
Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo
Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al
Espíritu. (Ro 8:1).
En Jesús solo hay salvación, justificación, santificación.
No podemos permitir que el acusador de nuestras almas, otras personas,
o nuestra propia conciencia, nos condene por pecados pasados que ya
han sido borrados. El juez nos declaró justos, limpió nuestra
registro, anuló el acta que nos era contraria, nos ha hecho renacer,
nos dio un nuevo nombre, puso en nosotros su Espíritu, sólo nos resta
permanecer en ese estado en el cual Él nos ha puesto. Pero si alguno
ha pecado y no ha arreglado aún este problema debe entonces
arrepentirse lo más pronto posible y ser bautizado en agua en el
nombre de Jesús, para perdón de sus pecados, haciéndose así heredero
de la promesa de la llenura del Espíritu Santo. Permanezca en Jesús,
no en el pecado. En el pecado sólo hay condenación mientras que en
Jesús solo hay salvación.
Dios le bendiga, un feliz día.
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miércoles, 25 de abril de 2018
EL PROBLEMA
Iglesia Pentecostal Unida Latinoamericana, Baltimore, MD. Miércoles 25
de Abril de 2018.
EL PROBLEMA
¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?
¡Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro! Así que, yo mismo
con la mente sirvo a la ley de Dios, pero con la carne, a la ley del
pecado. (Ro 7:24–25).
La voluntad del hombre es esclava del pecado.
El apóstol Pablo describe sin tapujo alguno la situación agobiante de
aquel que conoce el bien, y desea hacerlo, pero se da cuenta que no es
capaz, que está esclavizado por el mal. En tal angustia pide auxilio,
porque solo no puede: En lo más profundo de mi corazón amo la ley de
Dios. Pero también me sucede otra cosa: hay algo dentro de mí, que
lucha contra lo que creo que es bueno. Trato de obedecer la ley de
Dios, pero me siento como en una cárcel, donde lo único que puedo
hacer es pecar. Sinceramente, deseo obedecer la ley de Dios, pero no
puedo dejar de pecar porque mi cuerpo es débil para obedecerla. ¡Pobre
de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo, que me hace pecar y me separa
de Dios? ¡Le doy gracias a Dios, porque sé que Jesucristo me ha
librado! [TLA] ¡Jesús es la solución!
Dios le bendiga, un feliz día.
¡Gracia y Paz!
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EL PROBLEMA
¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?
¡Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro! Así que, yo mismo
con la mente sirvo a la ley de Dios, pero con la carne, a la ley del
pecado. (Ro 7:24–25).
La voluntad del hombre es esclava del pecado.
El apóstol Pablo describe sin tapujo alguno la situación agobiante de
aquel que conoce el bien, y desea hacerlo, pero se da cuenta que no es
capaz, que está esclavizado por el mal. En tal angustia pide auxilio,
porque solo no puede: En lo más profundo de mi corazón amo la ley de
Dios. Pero también me sucede otra cosa: hay algo dentro de mí, que
lucha contra lo que creo que es bueno. Trato de obedecer la ley de
Dios, pero me siento como en una cárcel, donde lo único que puedo
hacer es pecar. Sinceramente, deseo obedecer la ley de Dios, pero no
puedo dejar de pecar porque mi cuerpo es débil para obedecerla. ¡Pobre
de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo, que me hace pecar y me separa
de Dios? ¡Le doy gracias a Dios, porque sé que Jesucristo me ha
librado! [TLA] ¡Jesús es la solución!
Dios le bendiga, un feliz día.
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martes, 24 de abril de 2018
DESTINO
Abril de 2018.
DESTINO
porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida
eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro. (Ro 6:23).
Dos caminos diferentes, para dos metas distintas.
La muerte es algo que todo pecador se ha ganado por derecho propio; es
la paga debida por sus muchos actos pecaminosos. Quienes militan al
servicio del pecado y le ofrecen sus miembros como instrumentos, cual
máquinas de guerra al servicio de la iniquidad, reciben un salario,
una paga, un sueldo, una retribución por sus servicios, la muerte.
Inmediatamente la muerte espiritual, luego la muerte física, y por
último la muerte segunda. Por otro lado, la vida eterna es el regalo
(no pago) de Dios, que está al alcance de todos en Cristo Jesús. Sólo
habiendo hecho maldad antes de poner su fe en Jesús, no merece el
hombre ningún salario de la justicia y mucho menos la vida eterna, por
lo que sólo la recibe por gracia. No trate de ganarse la salvación;
recíbala, es un regalo de Dios.
Dios le bendiga, un feliz día.
¡Gracia y Paz!
Adonay Rojas Ortiz
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DESTINO
porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida
eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro. (Ro 6:23).
Dos caminos diferentes, para dos metas distintas.
La muerte es algo que todo pecador se ha ganado por derecho propio; es
la paga debida por sus muchos actos pecaminosos. Quienes militan al
servicio del pecado y le ofrecen sus miembros como instrumentos, cual
máquinas de guerra al servicio de la iniquidad, reciben un salario,
una paga, un sueldo, una retribución por sus servicios, la muerte.
Inmediatamente la muerte espiritual, luego la muerte física, y por
último la muerte segunda. Por otro lado, la vida eterna es el regalo
(no pago) de Dios, que está al alcance de todos en Cristo Jesús. Sólo
habiendo hecho maldad antes de poner su fe en Jesús, no merece el
hombre ningún salario de la justicia y mucho menos la vida eterna, por
lo que sólo la recibe por gracia. No trate de ganarse la salvación;
recíbala, es un regalo de Dios.
Dios le bendiga, un feliz día.
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lunes, 23 de abril de 2018
El diácono
La necesidad absoluta de que los diáconos posean ciertas cualidades
respecto a su carácter
Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez, no dados a mucho
vino, no codiciosos de ganancias deshonestas; que guarden el misterio
de la fe con limpia conciencia.
1 Timoteo 3:8, 9
Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte, para
que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es
la iglesia de Dios viviente, columna y baluarte de la verdad.
1 Timoteo 3:14, 15
"El que ande en el camino de la perfección, éste me servirá".
Salmos 101:6b
"Además escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos
de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y ponlos sobre
el pueblo por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez".
Exodo 18:21
"Dadme de entre vosotros, de vuestras tribus, varones sabios y
entendidos y expertos, para que yo los ponga por vuestros jefes"
Deuteronomio 1:13
"Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. Pero es
necesario que el obispo sea irreprensible…"
1 Timoteo 3:1, 2a
"…y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé; el
que fuere irreprensible…"
Tito 1:5b, 6a
En una carta (394 D.C.) que Jerónimo escribe a un joven presbítero de
nombre Nepotiano, reprende a las iglesias de su época por su
hipocresía al mostrar mayor interés por la apariencia del edificio de
la iglesia que por la selección apropiada de sus líderes:
Muchos edifican iglesias hoy día con sus paredes y columnas de mármol
brillante, sus techos relucientes por el oro y sus altares adornados
con joyas. Pero no prestan atención a la elección de los ministros de
Dios.
El Nuevo Testamento hace la afirmación incontrovertible de que el
interés supremo de Dios no son los edificios o los programas de la
iglesia, sino el carácter moral y espiritual de aquellos que lideran y
se preocupan por su pueblo. El liderazgo piadoso es lo que hace la
diferencia espiritual en la iglesia local. De hecho, casi toda la
enseñanza que hay en el Nuevo Testamento en cuanto a los diáconos, se
refiere a las características que deben poseer.
Según el Nuevo Testamento, el ser diácono no es algo que se otorgue a
cualquier persona que quiera serlo. Pablo es enfático en cuanto a
esto, probablemente porque es aquí donde la iglesia de Efeso se había
equivocado. Ciertas personas no calificadas se habían introducido, a
la fuerza, en posiciones de liderazgo. Es evidente que parte de la
estrategia activa de Satanás para corromper a las iglesias es colocar
personas no calificadas e incompetentes en la estructura del liderazgo
de la iglesia. Por eso, una de las principales enseñanzas de 1 Timoteo
es que una iglesia debidamente ordenada o disciplinada debe tener
obispos y diáconos moral y espiritualmente calificados (1 Timoteo
3:1–13).
Si no se tiene en cuenta este punto tan vital, los resultados para la
iglesia local serán desastrozos a largo plazo. Sin embargo, es aquí
donde muchas iglesias tienen problemas. Por eso Dios, en su sabiduría
perfecta, nos ha dado 1 de Timoteo para advertirnos e instruirnos en
cuanto al carácter apropiado que deben tener aquellos que lideran y se
ocupan de la iglesia local. Ya que este es un asunto de extremada
urgencia para las iglesias de hoy, miremos brevemente la situación
histórica que se vivió en la iglesia de Efeso y la razón por la que
Pablo manejó el problema del liderazgo de la iglesia en 1 de Timoteo.
Situación histórica
Poco tiempo después de que Pablo fue liberado de la cárcel en Roma
(60–62 D.C.), él y Timoteo visitaron Efeso. No fue una visita
agradable. Los maestros falsos dominaban la iglesia bajo un sólido
control doctrinal. Para impedirle a estos maestros que arruinaran
totalmente la vida de la iglesia y su evangelio glorioso, Pablo tuvo
que tomar una acción radical; excomulgó a los dos líderes
responsables, Himeneo y Alejandro (1 Timoteo 1:19, 20).
Por razones desconocidas, Pablo tuvo que irse a Macedonia
inmediatamente, y por esa razón dejó a Timoteo para que ayudara a esta
iglesia sitiada, para detener la falsa doctrina. En 1 Timoteo 1:3
leemos: "Como te rogué que te quedases en Efeso, cuando fui a
Macedonia, para que mandases a algunos que no enseñen diferente
doctrina…"
Pablo sabía que Timoteo enfrentaba una posición difícil. Estaba
profundamente consciente de los problemas que el joven Timoteo
encontraría. Así como la mala hierba vieja que echa raíces profundas y
se hace fuerte, así son las malas enseñanzas; es difícil de quitarlas
una vez hayan echado raíz. La oposición en Efeso era intensamente
argumentadora (6:3–5, 20). Entonces Pablo escribió a Timoteo, desde
Macedonia, para recordarle de su deber, lo animó en la batalla
espiritual y le describió explícitamente a él y a la iglesia, cuáles
problemas requerían de corrección.
La iglesia de Efeso necesitaba reformas con urgencia. Las falsas
enseñanzas habían confundido y desarticulado la vida de la iglesia.
Los cristianos actuaban indebidamente los unos con los otros. Habían
desechado los principios apostólicos de la vida de la iglesia. Se
estaban enseñando doctrinas sin sentido y enfermizas. Según parece,
personas no calificadas se habían convertido en apacentadores y no les
proporcionaban el cuidado debido a los obispos-ancianos de buen
carácter. Algunas mujeres hacían gala de sus riquezas y de su
conocimiento en la iglesia; las ideas exclusivas y las peleas entre
los hombres afectaban negativamente las oraciones de la iglesia. Las
viudas eran olvidadas egoístamente por sus familias y forzadas a
confiarse en la iglesia para recibir apoyo. No se le daba importancia
al pecado.
Es necesario mantener el orden en la iglesia de Dios
Como resultado de estos problemas, Pablo estableció principios
apropiados para la estructura social, u orden, de la familia de Dios.
Quería que todo miembro y grupo supiera como conducirse.
"Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte, para
que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es
la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad" (1
Timoteo 3:14, 15; itálicas agregadas).
Vale la pena repetir la paráfrasis que Richard Weymouth hace del
versículo 15 en el "Nuevo Testamento en el Idioma Moderno" (The Modern
Speech New Testament): "Escribo ahora para que tengas las normas que
te ayudarán a relacionarse con la casa de Dios".
Un comentarista resume el versículo 15 de la siguiente manera: "El
[Pablo] desea que Timoteo tenga ante él un esquema, o bosquejo, de la
relación que debe existir entre las diferentes partes que conforman la
congregación o la casa de Dios".
La palabra "conducirte" en el versículo 15, significa "comportarte"
(forma de vida y carácter de la persona), o como un léxico principal
griego lo establece: [para] "vivir en el sentido de la práctica de
ciertos principios".
La frase "esto te escribo" que se menciona en el versículo 14
probablemente quiere decir las instrucciones o principios que Pablo da
a través de la carta. Son normas o parámetros que deben regular la
conducta de los creyentes. Así como ciertas normas ayudan a
disciplinar u ordenar la vida de una familia, así también existen
normas apropiadas de comportamiento y disciplina en la iglesia local,
que es la familia de Dios. Posiblemente para muchos la disciplina
eclesial o la conducta apropiada entre la familia de Dios carece de
importancia, pero como E. F. Scott intuitivamente lo expresa en el
"Comentario Moffatt del Nuevo Testamento" (Moffatt New Testament
Commentary), Pablo "insiste en la buena conducta porque cree que es
necesario para la religión verdadera":
Las normas fijadas tienen que ver con las disposiciones prácticas, y
pueden dar la impresión de tener poca relación con los intereses más
elevados de la religión. Aún así, no se deben ignorar. Ellas tienen
que ver con el bienestar de la iglesia, y es la iglesia la que
mantiene el evangelio y la que lo ofrece al mundo. Por eso, en estos
versículos tenemos la clave para conocer el significado primordial de
las Epístolas Pastorales. El escritor no es solamente eclesiástico ni
está más preocupado por el mecanismo de la iglesia que de su vida
espiritual. Insiste en el buen orden o la buena conducta porque cree
que es necesario para la religión verdadera. En la vida de la iglesia,
así como en la de la persona, el cuerpo y la mente deben funcionar
armónicamente.
El razonamiento de Pablo es sencillo. Puesto que los cristianos de una
iglesia local conforman (1) la "casa de Dios", que también es (2) "la
iglesia del Dios viviente" y (3) "columna y baluarte de la verdad",
sus costumbres y forma de vida, ante un mundo que observa, son
críticamente importantes. Estas tres descripciones intensas de la
iglesia local, escribe David C. Verner, enfatizan "su grandeza y por
consiguiente también la importancia de la forma en la que sus miembros
manejan sus vidas". Por consiguiente, es absolutamente imperativo que
los miembros se comporten en su vida congregacional de acuerdo con las
normas cristianas de comportamiento y orden. En palabras de J.N.D.
Kelly, antiguo director de St. Edmund Hall, Oxford, "La esencia del
mensaje de Pablo es que el orden, en el sentido más amplio del
término, es necesario en la congregación cristiana precisamente porque
es la casa de Dios, el instrumento que él escogió para proclamar a los
hombres la verdad salvífica de la revelación de Dios-hombre,
Jesucristo".
Es necesario que exista un liderazgo calificado
Los principios que gobiernan a los obispos y a los diáconos de la
congregación y sobre todo, los requisitos morales de los apacentadores
y los diáconos, son absolutamente primordiales para el orden, la
disciplina y el comportamiento de una congregación de personas
cristianas. Estoy convencido de que Dios le ha dado a la iglesia local
los requisitos que aparecen en 1 de Timoteo 3:1–12 para proteger a su
pueblo de hombres indignos e inescrupulosos, de los cuales hay muchos
(Tito 1:10). Algunos hombres desean posiciones de liderazgo
simplemente para satisfacer sus egos impíos. Otros están equivocados
en cuanto a su propia aptitud y carácter. Es por eso que las
Escrituras sabiamente proporcionan requisitos objetivos que ponen a
prueba el deseo subjetivo de todos aquellos que buscan ser
apacentadores o diáconos.
Además, los cargos de la iglesia de Dios no son posiciones honorarias
otorgadas a personas que han asistido fielmente a la iglesia durante
muchos años. Tampoco, como lo hemos visto, son vacantes de la Junta
que se llenan con buenos amigos, personas adineradas, o personas que
tienen éxito en los negocios. Los cargos de la iglesia son sólo para
aquellos que están bíblicamente calificados y movidos por el Espíritu
Santo de Dios para pastorear sacrificialmente y servir a la familia de
Dios.
Los apacentadores y los diáconos ocupan posiciones de sagrada
confianza. Dirigen y cuidan la familia de Dios. Tratan con problemas,
dinero y personas necesitadas. Tienen acceso a los hogares de las
personas y a los detalles más íntimos de sus vidas. Tienen acceso a
personas que son las más vulnerables al engaño o abuso. Por todo esto,
deben ser hombres de integridad comprobada.
El liderazgo y el servicio de los apacentadores y los diáconos afecta
a la iglesia en todo. Los líderes que tienen un buen carácter moral
proporcionan mayor dirección, orientación, balance y estabilidad para
la iglesia. Aquellos con deficiencias en su carácter moral, llevan a
la iglesia por mal camino. Al describir las características esenciales
de una iglesia bíblica, Francis A. Schaeffer (1912–1984) advierte
severamente que si deseamos ser una iglesia del Nuevo Testamento,
debemos mantener fielmente las características bíblicas para elegir a
todos nuestros apacentadores y diáconos:
La iglesia no tiene el derecho de disminuir estas normas exigidas para
sus funcionarios, ni tiene ningún derecho de elevar a cualquier otra
norma como si fuera igual a éstas que son impuestas por Dios mismo.
Estas y sólo estas permanecen como absolutas.
He señalado con insistencia que el gran error de muchas iglesias,
cuando buscan establecer por primera vez un ancianado y un diaconado
bíblico, es nombrar a las personas equivocadas para estos cargos. Al
final es la iglesia la que sufre las consecuencias por elegir los
líderes equivocados y puede llegar a tener años de problemas tales
como aquellos que experimentó la iglesia de Efeso. Deben insistir en
elegir hombres bíblicamente calificados para el cargo de la iglesia,
sin importar si se requiere de muchos años para levantarlos. La
completa obediencia a la palabra de Dios es siempre la mejor política
de la iglesia.
Requisitos específicos que deben cumplir los obispos y los diáconos
Así como en Filipenses, Pablo menciona obispos y diáconos a la par en
1 Timoteo. Después de detallar los requisitos de los obispos-ancianos
(1 Timoteo 3:1), Pablo comienza a dar instrucciones en cuanto a los
diáconos, diciendo: "Los diáconos asimismo…" (3:8–13). El adverbio
"asimismo" une la enseñanza en cuanto a los diáconos (3:8–13) con la
enseñanza anterior sobre los obispos (3:1–7). Esto significa que lo
que Pablo dice acerca de la necesidad de que los obispos estén
calificados apropiadamente, también se aplica a los diáconos.
Es un grave error, sin embargo, muy común, el hecho de creer que los
diáconos no necesitan reunir ciertas características para el cargo por
no ser ellos tan esenciales para la iglesia como los apacentadores.
Este error demuestra lo poco que las personas entienden sobre la
importancia de los diáconos para la congregación local. De hecho vemos
la importancia del diaconado en esto: dice que sus requisitos son
parecidos a los de los obispos.
Los requisitos de los apacentadores y de los diáconos difieren, sin
embargo, en que los diáconos no tienen que ser maestros de la Palabra.
Los obispos-ancianos deben ser capaces de: "exhortar con sana
enseñanza y convencer a los que contradicen" (Tito 1:9). Además, la
variedad de rasgos de carácter que tienen que ver con la estabilidad
mental y emocional de los apacentadores no son requisitos para los
diáconos. Como apacentadores de todo el rebaño de Dios, los
obispos-ancianos deben ser mental, emocional y espiritualmente
estables con el fin de que puedan manejar un sinnúmero de problemas de
liderazgo y de personas difíciles. Finalmente, los obispos deben estar
caracterizados por su hospitalidad y no deben ser neófitos (3:6).
Al lado de los obispos de la iglesia, el diaconado recibe una posición
permanente y universal dentro de la iglesia. Es parte del orden social
y estructural de la familia de Dios (1 Timoteo 3:14, 15).
Comparemos las características de los diáconos con las de los obispos-ancianos:
Los diáconos, así como los obispos, deben: (1) Llevar una vida recta,
(2) ser fieles a sus esposas, (3) ser buenos administradores de sus
familias, (4) no ser amantes del dinero, y (5) no deben ser dados al
vino. Los requisitos o características adicionales de los diáconos,
especialmente de no faltar a su palabra y que "guarden el misterio de
la fe con una limpia conciencia", revelan que los diáconos deben tener
una integridad comprobada.
Es necesario que exista una pluralidad de diáconos
La palabra diáconos aparece en 1 de Timoteo en forma plural, así como
en Filipenses 1:1. Es lógico dar por sentado que el diaconado siguió
el ejemplo del ancianado; como los obispos-ancianos, los diáconos se
reunían y trabajaban juntos como grupo. (La forma singular de obispo
en 1 de Timoteo 3:2 es general, teniendo aplicación a todos los
obispos. En Filipenses 1:1, obispo es plural).
Es extremadamente importante darnos cuenta de que, después de todos
los problemas y los fracasos de liderazgo en Efeso, Pablo todavía
afirma la pluralidad de los ancianos (1 Timoteo 5:17, 18). No le
ordena a Timoteo nombrar un líder fuerte para gobernar a la iglesia y
hacer frente a todos los problemas. Desde el comienzo de su
ministerio, hasta el fin, Pablo insistió en una pluralidad de ancianos
para la vigilancia pastoral de las iglesias. Entonces, la pluralidad
en el liderazgo pastoral y en el diaconado es una política totalmente
escritural para la iglesia local (Timoteo fue el representante
personal, temporal y apostólico de Pablo a una iglesia en crisis. Con
el paso del tiempo él dejó esta iglesia y no fue su único pastor en el
sentido tradicional de la palabra).
Además, en razón a los deberes de los diáconos, era necesario que
trabajaran como un cuerpo colectivo. Puesto que manejaban dinero y
problemas difíciles de las personas, especialmente la distribución de
ayuda económica a los necesitados, requerían de protección en asuntos
financieros que sus colegas les podían proporcionar.
El diaconado no sólo requiere de protección en el área financiera,
también requiere el beneficio de la sabiduría grupal. Los diáconos
tienen que manejar muchas situaciones delicadas y complejas que
involucran a hermanos y hermanas en necesidad. Varias personas que
disciernen, cada una dando su aporte de sabiduría y una perspectiva
única para cada decisión, pueden manejar mejor tales situaciones. Como
lo dijo el sabio rey Salomón: "Hierro con hierro se aguza; y así el
hombre aguza el rostro de su amigo" (Proverbios 27:17). "Los
pensamientos con el consejo se ordenan" (Proverbios 20:18a), y "…en la
multitud de consejeros está la victoria" (Proverbios 24:6b).
Además, un equipo de diáconos facilita el desarrollo de una
responsabilidad mutua, la cual es importante para llevar a cabo sus
deberes con rapidez y compromiso. Hubiera sobrevenido un perjuicio
terrible, por ejemplo, si las viudas que se mencionan en Hechos 6
hubieran sido tratadas sin cuidado. Todos podemos llegar a sentirnos
muy ocupados, ser olvidadizos, temerosos o perezosos y es precisamente
aquí donde necesitamos, más de lo que jamás podamos entender, colegas
compañeros en el ministerio ante quienes podamos responder por nuestro
trabajo. Los entrenadores de atletismo saben que si los atletas
entrenan juntos, se impulsan unos a otros hacia mayores logros. Cuando
dos personas corren al tiempo, uno hace que el otro corra un poco más
rápido y que llegue más lejos. Lo mismo sucede con la obra del Señor,
y esa es una de las razones por las que el Señor envió a sus
discípulos de a dos. Si actuamos solos hacemos principalmente lo que
queremos hacer, no lo que debemos hacer o lo que es mejor para otros.
Es así, especialmente, en situaciones de confrontación con miembros
que están equivocados. La mayoría de personas evitarán, tanto como
puedan, toda confrontación no agradable. Es por eso que necesitamos
contar con la motivación afectuosa y la mutua responsabilidad que
proporciona una pluralidad (equipo) de líderes para que logremos
llevar a cabo nuestros deberes cristianos a pesar de nuestros temores
o lo ocupados que estemos.
Finalmente, un cuerpo de diáconos ayuda a aligerar una carga pesada de
trabajo. Suplir las necesidades de las personas es la clase de trabajo
que hace que las personas se "quemen" por sobrecarga. Pero un esfuerzo
grupal proporciona ayuda mutua y la motivación necesaria para realizar
el trabajo difícil. El comentarista bíblico y pastor de la Décima
Iglesia Presbiteriana de Filadelfia, James M. Boice, nos habla de la
sabiduría de los esfuerzos grupales en la obra de Dios:
… en ninguna parte del Nuevo Testamento encontramos referencia alguna
al nombramiento de un solo anciano, o un solo diácono, para realizar
un trabajo. Nuestra tendencia sería nombrar un líder, pero la
sabiduría de Dios es superior a la nuestra. Al nombrar varias personas
para trabajar juntas, la iglesia, bajo la dirección de Dios, facilitó
la motivación mutua entre aquellos que compartían el trabajo, así como
disminuyó el riesgo de orgullo y tiranía en el cargo.
Strauch, A. (2003). El diácono del Nuevo Testamento: La vital
importancia de su funcion de acuerdo a los principios biblicos. (G.
Pulido de Junay, Trans.) (pp. 123–134). Cupertino, CA: DIME
(Distribuidora Internacional de Materiales Evangélicos).
--
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor
http://adonayrojasortiz.blogspot.com
respecto a su carácter
Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez, no dados a mucho
vino, no codiciosos de ganancias deshonestas; que guarden el misterio
de la fe con limpia conciencia.
1 Timoteo 3:8, 9
Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte, para
que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es
la iglesia de Dios viviente, columna y baluarte de la verdad.
1 Timoteo 3:14, 15
"El que ande en el camino de la perfección, éste me servirá".
Salmos 101:6b
"Además escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos
de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y ponlos sobre
el pueblo por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez".
Exodo 18:21
"Dadme de entre vosotros, de vuestras tribus, varones sabios y
entendidos y expertos, para que yo los ponga por vuestros jefes"
Deuteronomio 1:13
"Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. Pero es
necesario que el obispo sea irreprensible…"
1 Timoteo 3:1, 2a
"…y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé; el
que fuere irreprensible…"
Tito 1:5b, 6a
En una carta (394 D.C.) que Jerónimo escribe a un joven presbítero de
nombre Nepotiano, reprende a las iglesias de su época por su
hipocresía al mostrar mayor interés por la apariencia del edificio de
la iglesia que por la selección apropiada de sus líderes:
Muchos edifican iglesias hoy día con sus paredes y columnas de mármol
brillante, sus techos relucientes por el oro y sus altares adornados
con joyas. Pero no prestan atención a la elección de los ministros de
Dios.
El Nuevo Testamento hace la afirmación incontrovertible de que el
interés supremo de Dios no son los edificios o los programas de la
iglesia, sino el carácter moral y espiritual de aquellos que lideran y
se preocupan por su pueblo. El liderazgo piadoso es lo que hace la
diferencia espiritual en la iglesia local. De hecho, casi toda la
enseñanza que hay en el Nuevo Testamento en cuanto a los diáconos, se
refiere a las características que deben poseer.
Según el Nuevo Testamento, el ser diácono no es algo que se otorgue a
cualquier persona que quiera serlo. Pablo es enfático en cuanto a
esto, probablemente porque es aquí donde la iglesia de Efeso se había
equivocado. Ciertas personas no calificadas se habían introducido, a
la fuerza, en posiciones de liderazgo. Es evidente que parte de la
estrategia activa de Satanás para corromper a las iglesias es colocar
personas no calificadas e incompetentes en la estructura del liderazgo
de la iglesia. Por eso, una de las principales enseñanzas de 1 Timoteo
es que una iglesia debidamente ordenada o disciplinada debe tener
obispos y diáconos moral y espiritualmente calificados (1 Timoteo
3:1–13).
Si no se tiene en cuenta este punto tan vital, los resultados para la
iglesia local serán desastrozos a largo plazo. Sin embargo, es aquí
donde muchas iglesias tienen problemas. Por eso Dios, en su sabiduría
perfecta, nos ha dado 1 de Timoteo para advertirnos e instruirnos en
cuanto al carácter apropiado que deben tener aquellos que lideran y se
ocupan de la iglesia local. Ya que este es un asunto de extremada
urgencia para las iglesias de hoy, miremos brevemente la situación
histórica que se vivió en la iglesia de Efeso y la razón por la que
Pablo manejó el problema del liderazgo de la iglesia en 1 de Timoteo.
Situación histórica
Poco tiempo después de que Pablo fue liberado de la cárcel en Roma
(60–62 D.C.), él y Timoteo visitaron Efeso. No fue una visita
agradable. Los maestros falsos dominaban la iglesia bajo un sólido
control doctrinal. Para impedirle a estos maestros que arruinaran
totalmente la vida de la iglesia y su evangelio glorioso, Pablo tuvo
que tomar una acción radical; excomulgó a los dos líderes
responsables, Himeneo y Alejandro (1 Timoteo 1:19, 20).
Por razones desconocidas, Pablo tuvo que irse a Macedonia
inmediatamente, y por esa razón dejó a Timoteo para que ayudara a esta
iglesia sitiada, para detener la falsa doctrina. En 1 Timoteo 1:3
leemos: "Como te rogué que te quedases en Efeso, cuando fui a
Macedonia, para que mandases a algunos que no enseñen diferente
doctrina…"
Pablo sabía que Timoteo enfrentaba una posición difícil. Estaba
profundamente consciente de los problemas que el joven Timoteo
encontraría. Así como la mala hierba vieja que echa raíces profundas y
se hace fuerte, así son las malas enseñanzas; es difícil de quitarlas
una vez hayan echado raíz. La oposición en Efeso era intensamente
argumentadora (6:3–5, 20). Entonces Pablo escribió a Timoteo, desde
Macedonia, para recordarle de su deber, lo animó en la batalla
espiritual y le describió explícitamente a él y a la iglesia, cuáles
problemas requerían de corrección.
La iglesia de Efeso necesitaba reformas con urgencia. Las falsas
enseñanzas habían confundido y desarticulado la vida de la iglesia.
Los cristianos actuaban indebidamente los unos con los otros. Habían
desechado los principios apostólicos de la vida de la iglesia. Se
estaban enseñando doctrinas sin sentido y enfermizas. Según parece,
personas no calificadas se habían convertido en apacentadores y no les
proporcionaban el cuidado debido a los obispos-ancianos de buen
carácter. Algunas mujeres hacían gala de sus riquezas y de su
conocimiento en la iglesia; las ideas exclusivas y las peleas entre
los hombres afectaban negativamente las oraciones de la iglesia. Las
viudas eran olvidadas egoístamente por sus familias y forzadas a
confiarse en la iglesia para recibir apoyo. No se le daba importancia
al pecado.
Es necesario mantener el orden en la iglesia de Dios
Como resultado de estos problemas, Pablo estableció principios
apropiados para la estructura social, u orden, de la familia de Dios.
Quería que todo miembro y grupo supiera como conducirse.
"Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte, para
que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es
la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad" (1
Timoteo 3:14, 15; itálicas agregadas).
Vale la pena repetir la paráfrasis que Richard Weymouth hace del
versículo 15 en el "Nuevo Testamento en el Idioma Moderno" (The Modern
Speech New Testament): "Escribo ahora para que tengas las normas que
te ayudarán a relacionarse con la casa de Dios".
Un comentarista resume el versículo 15 de la siguiente manera: "El
[Pablo] desea que Timoteo tenga ante él un esquema, o bosquejo, de la
relación que debe existir entre las diferentes partes que conforman la
congregación o la casa de Dios".
La palabra "conducirte" en el versículo 15, significa "comportarte"
(forma de vida y carácter de la persona), o como un léxico principal
griego lo establece: [para] "vivir en el sentido de la práctica de
ciertos principios".
La frase "esto te escribo" que se menciona en el versículo 14
probablemente quiere decir las instrucciones o principios que Pablo da
a través de la carta. Son normas o parámetros que deben regular la
conducta de los creyentes. Así como ciertas normas ayudan a
disciplinar u ordenar la vida de una familia, así también existen
normas apropiadas de comportamiento y disciplina en la iglesia local,
que es la familia de Dios. Posiblemente para muchos la disciplina
eclesial o la conducta apropiada entre la familia de Dios carece de
importancia, pero como E. F. Scott intuitivamente lo expresa en el
"Comentario Moffatt del Nuevo Testamento" (Moffatt New Testament
Commentary), Pablo "insiste en la buena conducta porque cree que es
necesario para la religión verdadera":
Las normas fijadas tienen que ver con las disposiciones prácticas, y
pueden dar la impresión de tener poca relación con los intereses más
elevados de la religión. Aún así, no se deben ignorar. Ellas tienen
que ver con el bienestar de la iglesia, y es la iglesia la que
mantiene el evangelio y la que lo ofrece al mundo. Por eso, en estos
versículos tenemos la clave para conocer el significado primordial de
las Epístolas Pastorales. El escritor no es solamente eclesiástico ni
está más preocupado por el mecanismo de la iglesia que de su vida
espiritual. Insiste en el buen orden o la buena conducta porque cree
que es necesario para la religión verdadera. En la vida de la iglesia,
así como en la de la persona, el cuerpo y la mente deben funcionar
armónicamente.
El razonamiento de Pablo es sencillo. Puesto que los cristianos de una
iglesia local conforman (1) la "casa de Dios", que también es (2) "la
iglesia del Dios viviente" y (3) "columna y baluarte de la verdad",
sus costumbres y forma de vida, ante un mundo que observa, son
críticamente importantes. Estas tres descripciones intensas de la
iglesia local, escribe David C. Verner, enfatizan "su grandeza y por
consiguiente también la importancia de la forma en la que sus miembros
manejan sus vidas". Por consiguiente, es absolutamente imperativo que
los miembros se comporten en su vida congregacional de acuerdo con las
normas cristianas de comportamiento y orden. En palabras de J.N.D.
Kelly, antiguo director de St. Edmund Hall, Oxford, "La esencia del
mensaje de Pablo es que el orden, en el sentido más amplio del
término, es necesario en la congregación cristiana precisamente porque
es la casa de Dios, el instrumento que él escogió para proclamar a los
hombres la verdad salvífica de la revelación de Dios-hombre,
Jesucristo".
Es necesario que exista un liderazgo calificado
Los principios que gobiernan a los obispos y a los diáconos de la
congregación y sobre todo, los requisitos morales de los apacentadores
y los diáconos, son absolutamente primordiales para el orden, la
disciplina y el comportamiento de una congregación de personas
cristianas. Estoy convencido de que Dios le ha dado a la iglesia local
los requisitos que aparecen en 1 de Timoteo 3:1–12 para proteger a su
pueblo de hombres indignos e inescrupulosos, de los cuales hay muchos
(Tito 1:10). Algunos hombres desean posiciones de liderazgo
simplemente para satisfacer sus egos impíos. Otros están equivocados
en cuanto a su propia aptitud y carácter. Es por eso que las
Escrituras sabiamente proporcionan requisitos objetivos que ponen a
prueba el deseo subjetivo de todos aquellos que buscan ser
apacentadores o diáconos.
Además, los cargos de la iglesia de Dios no son posiciones honorarias
otorgadas a personas que han asistido fielmente a la iglesia durante
muchos años. Tampoco, como lo hemos visto, son vacantes de la Junta
que se llenan con buenos amigos, personas adineradas, o personas que
tienen éxito en los negocios. Los cargos de la iglesia son sólo para
aquellos que están bíblicamente calificados y movidos por el Espíritu
Santo de Dios para pastorear sacrificialmente y servir a la familia de
Dios.
Los apacentadores y los diáconos ocupan posiciones de sagrada
confianza. Dirigen y cuidan la familia de Dios. Tratan con problemas,
dinero y personas necesitadas. Tienen acceso a los hogares de las
personas y a los detalles más íntimos de sus vidas. Tienen acceso a
personas que son las más vulnerables al engaño o abuso. Por todo esto,
deben ser hombres de integridad comprobada.
El liderazgo y el servicio de los apacentadores y los diáconos afecta
a la iglesia en todo. Los líderes que tienen un buen carácter moral
proporcionan mayor dirección, orientación, balance y estabilidad para
la iglesia. Aquellos con deficiencias en su carácter moral, llevan a
la iglesia por mal camino. Al describir las características esenciales
de una iglesia bíblica, Francis A. Schaeffer (1912–1984) advierte
severamente que si deseamos ser una iglesia del Nuevo Testamento,
debemos mantener fielmente las características bíblicas para elegir a
todos nuestros apacentadores y diáconos:
La iglesia no tiene el derecho de disminuir estas normas exigidas para
sus funcionarios, ni tiene ningún derecho de elevar a cualquier otra
norma como si fuera igual a éstas que son impuestas por Dios mismo.
Estas y sólo estas permanecen como absolutas.
He señalado con insistencia que el gran error de muchas iglesias,
cuando buscan establecer por primera vez un ancianado y un diaconado
bíblico, es nombrar a las personas equivocadas para estos cargos. Al
final es la iglesia la que sufre las consecuencias por elegir los
líderes equivocados y puede llegar a tener años de problemas tales
como aquellos que experimentó la iglesia de Efeso. Deben insistir en
elegir hombres bíblicamente calificados para el cargo de la iglesia,
sin importar si se requiere de muchos años para levantarlos. La
completa obediencia a la palabra de Dios es siempre la mejor política
de la iglesia.
Requisitos específicos que deben cumplir los obispos y los diáconos
Así como en Filipenses, Pablo menciona obispos y diáconos a la par en
1 Timoteo. Después de detallar los requisitos de los obispos-ancianos
(1 Timoteo 3:1), Pablo comienza a dar instrucciones en cuanto a los
diáconos, diciendo: "Los diáconos asimismo…" (3:8–13). El adverbio
"asimismo" une la enseñanza en cuanto a los diáconos (3:8–13) con la
enseñanza anterior sobre los obispos (3:1–7). Esto significa que lo
que Pablo dice acerca de la necesidad de que los obispos estén
calificados apropiadamente, también se aplica a los diáconos.
Es un grave error, sin embargo, muy común, el hecho de creer que los
diáconos no necesitan reunir ciertas características para el cargo por
no ser ellos tan esenciales para la iglesia como los apacentadores.
Este error demuestra lo poco que las personas entienden sobre la
importancia de los diáconos para la congregación local. De hecho vemos
la importancia del diaconado en esto: dice que sus requisitos son
parecidos a los de los obispos.
Los requisitos de los apacentadores y de los diáconos difieren, sin
embargo, en que los diáconos no tienen que ser maestros de la Palabra.
Los obispos-ancianos deben ser capaces de: "exhortar con sana
enseñanza y convencer a los que contradicen" (Tito 1:9). Además, la
variedad de rasgos de carácter que tienen que ver con la estabilidad
mental y emocional de los apacentadores no son requisitos para los
diáconos. Como apacentadores de todo el rebaño de Dios, los
obispos-ancianos deben ser mental, emocional y espiritualmente
estables con el fin de que puedan manejar un sinnúmero de problemas de
liderazgo y de personas difíciles. Finalmente, los obispos deben estar
caracterizados por su hospitalidad y no deben ser neófitos (3:6).
Al lado de los obispos de la iglesia, el diaconado recibe una posición
permanente y universal dentro de la iglesia. Es parte del orden social
y estructural de la familia de Dios (1 Timoteo 3:14, 15).
Comparemos las características de los diáconos con las de los obispos-ancianos:
Los diáconos, así como los obispos, deben: (1) Llevar una vida recta,
(2) ser fieles a sus esposas, (3) ser buenos administradores de sus
familias, (4) no ser amantes del dinero, y (5) no deben ser dados al
vino. Los requisitos o características adicionales de los diáconos,
especialmente de no faltar a su palabra y que "guarden el misterio de
la fe con una limpia conciencia", revelan que los diáconos deben tener
una integridad comprobada.
Es necesario que exista una pluralidad de diáconos
La palabra diáconos aparece en 1 de Timoteo en forma plural, así como
en Filipenses 1:1. Es lógico dar por sentado que el diaconado siguió
el ejemplo del ancianado; como los obispos-ancianos, los diáconos se
reunían y trabajaban juntos como grupo. (La forma singular de obispo
en 1 de Timoteo 3:2 es general, teniendo aplicación a todos los
obispos. En Filipenses 1:1, obispo es plural).
Es extremadamente importante darnos cuenta de que, después de todos
los problemas y los fracasos de liderazgo en Efeso, Pablo todavía
afirma la pluralidad de los ancianos (1 Timoteo 5:17, 18). No le
ordena a Timoteo nombrar un líder fuerte para gobernar a la iglesia y
hacer frente a todos los problemas. Desde el comienzo de su
ministerio, hasta el fin, Pablo insistió en una pluralidad de ancianos
para la vigilancia pastoral de las iglesias. Entonces, la pluralidad
en el liderazgo pastoral y en el diaconado es una política totalmente
escritural para la iglesia local (Timoteo fue el representante
personal, temporal y apostólico de Pablo a una iglesia en crisis. Con
el paso del tiempo él dejó esta iglesia y no fue su único pastor en el
sentido tradicional de la palabra).
Además, en razón a los deberes de los diáconos, era necesario que
trabajaran como un cuerpo colectivo. Puesto que manejaban dinero y
problemas difíciles de las personas, especialmente la distribución de
ayuda económica a los necesitados, requerían de protección en asuntos
financieros que sus colegas les podían proporcionar.
El diaconado no sólo requiere de protección en el área financiera,
también requiere el beneficio de la sabiduría grupal. Los diáconos
tienen que manejar muchas situaciones delicadas y complejas que
involucran a hermanos y hermanas en necesidad. Varias personas que
disciernen, cada una dando su aporte de sabiduría y una perspectiva
única para cada decisión, pueden manejar mejor tales situaciones. Como
lo dijo el sabio rey Salomón: "Hierro con hierro se aguza; y así el
hombre aguza el rostro de su amigo" (Proverbios 27:17). "Los
pensamientos con el consejo se ordenan" (Proverbios 20:18a), y "…en la
multitud de consejeros está la victoria" (Proverbios 24:6b).
Además, un equipo de diáconos facilita el desarrollo de una
responsabilidad mutua, la cual es importante para llevar a cabo sus
deberes con rapidez y compromiso. Hubiera sobrevenido un perjuicio
terrible, por ejemplo, si las viudas que se mencionan en Hechos 6
hubieran sido tratadas sin cuidado. Todos podemos llegar a sentirnos
muy ocupados, ser olvidadizos, temerosos o perezosos y es precisamente
aquí donde necesitamos, más de lo que jamás podamos entender, colegas
compañeros en el ministerio ante quienes podamos responder por nuestro
trabajo. Los entrenadores de atletismo saben que si los atletas
entrenan juntos, se impulsan unos a otros hacia mayores logros. Cuando
dos personas corren al tiempo, uno hace que el otro corra un poco más
rápido y que llegue más lejos. Lo mismo sucede con la obra del Señor,
y esa es una de las razones por las que el Señor envió a sus
discípulos de a dos. Si actuamos solos hacemos principalmente lo que
queremos hacer, no lo que debemos hacer o lo que es mejor para otros.
Es así, especialmente, en situaciones de confrontación con miembros
que están equivocados. La mayoría de personas evitarán, tanto como
puedan, toda confrontación no agradable. Es por eso que necesitamos
contar con la motivación afectuosa y la mutua responsabilidad que
proporciona una pluralidad (equipo) de líderes para que logremos
llevar a cabo nuestros deberes cristianos a pesar de nuestros temores
o lo ocupados que estemos.
Finalmente, un cuerpo de diáconos ayuda a aligerar una carga pesada de
trabajo. Suplir las necesidades de las personas es la clase de trabajo
que hace que las personas se "quemen" por sobrecarga. Pero un esfuerzo
grupal proporciona ayuda mutua y la motivación necesaria para realizar
el trabajo difícil. El comentarista bíblico y pastor de la Décima
Iglesia Presbiteriana de Filadelfia, James M. Boice, nos habla de la
sabiduría de los esfuerzos grupales en la obra de Dios:
… en ninguna parte del Nuevo Testamento encontramos referencia alguna
al nombramiento de un solo anciano, o un solo diácono, para realizar
un trabajo. Nuestra tendencia sería nombrar un líder, pero la
sabiduría de Dios es superior a la nuestra. Al nombrar varias personas
para trabajar juntas, la iglesia, bajo la dirección de Dios, facilitó
la motivación mutua entre aquellos que compartían el trabajo, así como
disminuyó el riesgo de orgullo y tiranía en el cargo.
Strauch, A. (2003). El diácono del Nuevo Testamento: La vital
importancia de su funcion de acuerdo a los principios biblicos. (G.
Pulido de Junay, Trans.) (pp. 123–134). Cupertino, CA: DIME
(Distribuidora Internacional de Materiales Evangélicos).
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ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor
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domingo, 22 de abril de 2018
SANTIFICACIÓN
Iglesia Pentecostal Unida Latinoamericana, Baltimore, MD. Domingo 22
de Abril de 2018.
SANTIFICACIÓN
Pero ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de
Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación y, como fin, la vida
eterna. (Ro 6:22).
Libres del pecado para servir a Dios.
Hay en la analogía de la esclavitud al menos dos puntos muy
interesantes: (1) debemos renunciar por completo al estilo de vida
pecaminoso, y (2) debemos someternos total y voluntariamente a Dios,
para obedecerle en todo.He aquí la clave para una vida cristiana
victoriosa. Como solíamos ceder al pecado, ahora podemos y debemos
rendirnos a Dios. Solíamos pecar recibiendo un pensamiento tentador,
conservándolo, visualizando el pecado, entregándonos a él y,
finalmente, desarrollando hábitos pecaminosos. Así mismo ahora cuando
recibimos enseñanzas bíblicas o instrucciones espirituales, debemos
tener el cuidado de conservarlas, visualizar la voluntad de Dios en
nuestra vida, y entregarnos a ella desarrollando hábitos piadosos en
nuestra vida, llevando así fruto para la gloria del Señor.
Dios le bendiga, un feliz día.
¡Gracia y Paz!
Adonay Rojas Ortiz
Pastor
7869853401
8301 Liberty Rd,
Windsor Mill, MD 21244
Miércoles 7 PM
Domingos 8 AM
https://www.facebook.com/pentecostalesdebaltimore/
pentecostalesdebaltimore@gmail.com
--
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor
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de Abril de 2018.
SANTIFICACIÓN
Pero ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de
Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación y, como fin, la vida
eterna. (Ro 6:22).
Libres del pecado para servir a Dios.
Hay en la analogía de la esclavitud al menos dos puntos muy
interesantes: (1) debemos renunciar por completo al estilo de vida
pecaminoso, y (2) debemos someternos total y voluntariamente a Dios,
para obedecerle en todo.He aquí la clave para una vida cristiana
victoriosa. Como solíamos ceder al pecado, ahora podemos y debemos
rendirnos a Dios. Solíamos pecar recibiendo un pensamiento tentador,
conservándolo, visualizando el pecado, entregándonos a él y,
finalmente, desarrollando hábitos pecaminosos. Así mismo ahora cuando
recibimos enseñanzas bíblicas o instrucciones espirituales, debemos
tener el cuidado de conservarlas, visualizar la voluntad de Dios en
nuestra vida, y entregarnos a ella desarrollando hábitos piadosos en
nuestra vida, llevando así fruto para la gloria del Señor.
Dios le bendiga, un feliz día.
¡Gracia y Paz!
Adonay Rojas Ortiz
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viernes, 20 de abril de 2018
PERSEGUIDOS
Iglesia Pentecostal Unida Latinoamericana, Baltimore, MD. Viernes 20
de Abril de 2018.
PERSEGUIDOS
Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia,
porque de ellos es el reino de los cielos. (Mat 5:10)
Si sufrimos, también reinaremos con Él.
Cualquier cosa desagradable que le ocurriera a alguien, sin razón
aparente, era una manifestación del juicio de Dios sobre esa persona.
Así pensaban los judíos, incluidos los mismos discípulos de Jesús.
Escuchar ahora que es dichosa una persona que sea perseguida por su
justicia era, al menos, sorprendente. Si fuerais del mundo, el mundo
amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del
mundo, por eso el mundo os aborrece. Se puede padecer por hacer algo
para malo, y la Biblia nos anima a que ninguno padezca por estas
cosas, pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino
glorifique a Dios por ello, y esta leve tribulación momentánea produce
en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; miremos
a la meta.
Dios le bendiga, un feliz día.
¡Gracia y Paz!
Adonay Rojas Ortiz
Pastor
7869853401
8301 Liberty Rd,
Windsor Mill, MD 21244
Miércoles 7 PM
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de Abril de 2018.
PERSEGUIDOS
Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia,
porque de ellos es el reino de los cielos. (Mat 5:10)
Si sufrimos, también reinaremos con Él.
Cualquier cosa desagradable que le ocurriera a alguien, sin razón
aparente, era una manifestación del juicio de Dios sobre esa persona.
Así pensaban los judíos, incluidos los mismos discípulos de Jesús.
Escuchar ahora que es dichosa una persona que sea perseguida por su
justicia era, al menos, sorprendente. Si fuerais del mundo, el mundo
amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del
mundo, por eso el mundo os aborrece. Se puede padecer por hacer algo
para malo, y la Biblia nos anima a que ninguno padezca por estas
cosas, pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino
glorifique a Dios por ello, y esta leve tribulación momentánea produce
en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; miremos
a la meta.
Dios le bendiga, un feliz día.
¡Gracia y Paz!
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jueves, 19 de abril de 2018
ADIOS MUERTE
Iglesia Pentecostal Unida Latinoamericana, Baltimore, MD. Jueves 19 de
Abril de 2018.
ADIOS MUERTE
y sabemos que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere;
la muerte no se enseñorea más de él. (Ro 6:9).
La tumba de Jesús es en realidad la tumba de la muerte.
Estar muerto con respecto a algo, significa que eso no nos causa
ninguna impresión y que no influye sobre nosotros ni nos controla. Esa
es la situación ahora entre Cristo y el pecado, así que el pecado ya
no nos domina pues nosotros también hemos muerto a él, en Cristo. No
hay por qué tener temor, nuestro adversario está derrotado y sus
armas, en las que él confiaba, le han sido arrebatadas, Cristos Jesús
triunfó sobre todas las huestes espirituales de maldad, además quitó
el pecado del mundo y venció la misma muerte, resucitando triunfante
de entre los muertos al tercer día. Vive con el poder de una vida
indestructible. Vida que nos invita a disfrutar. Lo hizo todo por
nosotros, Él nos justificó a través de su sacrificio, nos santificó,
nos liberó, nos capacitó para triunfar, derrotó lo que temíamos.
Dios le bendiga, un feliz día.
¡Gracia y Paz!
Adonay Rojas Ortiz
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Abril de 2018.
ADIOS MUERTE
y sabemos que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere;
la muerte no se enseñorea más de él. (Ro 6:9).
La tumba de Jesús es en realidad la tumba de la muerte.
Estar muerto con respecto a algo, significa que eso no nos causa
ninguna impresión y que no influye sobre nosotros ni nos controla. Esa
es la situación ahora entre Cristo y el pecado, así que el pecado ya
no nos domina pues nosotros también hemos muerto a él, en Cristo. No
hay por qué tener temor, nuestro adversario está derrotado y sus
armas, en las que él confiaba, le han sido arrebatadas, Cristos Jesús
triunfó sobre todas las huestes espirituales de maldad, además quitó
el pecado del mundo y venció la misma muerte, resucitando triunfante
de entre los muertos al tercer día. Vive con el poder de una vida
indestructible. Vida que nos invita a disfrutar. Lo hizo todo por
nosotros, Él nos justificó a través de su sacrificio, nos santificó,
nos liberó, nos capacitó para triunfar, derrotó lo que temíamos.
Dios le bendiga, un feliz día.
¡Gracia y Paz!
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miércoles, 18 de abril de 2018
VIEJO HOMBRE
Iglesia Pentecostal Unida Latinoamericana, Baltimore, MD. Miércoles 18
de Abril de 2018.
VIEJO HOMBRE
sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con
él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no
sirvamos más al pecado. (Ro 6:6).
El pecado ha perdido su poder sobre nosotros.
En el contexto de este capítulo nuestro viejo hombre se refiere a
nuestra antigua condición pecadora [LP], lo que antes éramos [DHH],
nuestro antiguo ser pecaminoso [NTV], el hombre no regenerado, el
viejo estilo de vida pecaminoso o el dominio del pecado. No es la
naturaleza pecaminosa misma, que todavía permanece con nosotros hasta
la muerte, pero permanece no ya dominando sino siendo dominada por el
poder del Espíritu Santo. Es decir, la capacidad de pecar permanece en
nosotros pero no estamos bajo el control de ella sino bajo el control
del Espíritu Santo. La naturaleza pecaminosa no murió, pero el dominio
que tenía sí. Una cosa es clara: antes éramos pecadores, pero cuando
Cristo murió en la cruz, nosotros morimos con él. Así que el pecado ya
no nos gobierna.
Dios le bendiga, un feliz día.
¡Gracia y Paz!
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VIEJO HOMBRE
sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con
él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no
sirvamos más al pecado. (Ro 6:6).
El pecado ha perdido su poder sobre nosotros.
En el contexto de este capítulo nuestro viejo hombre se refiere a
nuestra antigua condición pecadora [LP], lo que antes éramos [DHH],
nuestro antiguo ser pecaminoso [NTV], el hombre no regenerado, el
viejo estilo de vida pecaminoso o el dominio del pecado. No es la
naturaleza pecaminosa misma, que todavía permanece con nosotros hasta
la muerte, pero permanece no ya dominando sino siendo dominada por el
poder del Espíritu Santo. Es decir, la capacidad de pecar permanece en
nosotros pero no estamos bajo el control de ella sino bajo el control
del Espíritu Santo. La naturaleza pecaminosa no murió, pero el dominio
que tenía sí. Una cosa es clara: antes éramos pecadores, pero cuando
Cristo murió en la cruz, nosotros morimos con él. Así que el pecado ya
no nos gobierna.
Dios le bendiga, un feliz día.
¡Gracia y Paz!
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martes, 17 de abril de 2018
BAUTISMO
Iglesia Pentecostal Unida Latinoamericana, Baltimore, MD. Martes 17 de
Abril de 2018.
BAUTISMO
porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo,
a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del
Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. (Ro 6:4).
Sepultados para vida.
En el bautismo nos identificamos con la muerte y sepultura de Cristo.
Realmente morimos al pecado en el arrepentimiento y la conversión, y
en el bautismo vamos a sepultar al hombre de pecado, por lo que la
forma bíblica es por inmersión. La fórmula bautismal también es
importante porque estamos invocando a aquel que murió y resucitó por
nosotros.¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O fuisteis bautizados
en el nombre de Pablo? Solo Jesucristo murió, y fue sepultado, por
nosotros. Si nos hemos identificado con la muerte y sepultura de
Cristo, también con su resurrección. Este verso no está hablando
solamente de la futura resurrección. El poder que levantó de los
muertos a Cristo Jesús actúa en nosotros, por el Espíritu Santo, para
que andemos correctamente en esta nueva vida hoy.
Dios le bendiga, un feliz día.
¡Gracia y Paz!
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Abril de 2018.
BAUTISMO
porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo,
a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del
Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. (Ro 6:4).
Sepultados para vida.
En el bautismo nos identificamos con la muerte y sepultura de Cristo.
Realmente morimos al pecado en el arrepentimiento y la conversión, y
en el bautismo vamos a sepultar al hombre de pecado, por lo que la
forma bíblica es por inmersión. La fórmula bautismal también es
importante porque estamos invocando a aquel que murió y resucitó por
nosotros.¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O fuisteis bautizados
en el nombre de Pablo? Solo Jesucristo murió, y fue sepultado, por
nosotros. Si nos hemos identificado con la muerte y sepultura de
Cristo, también con su resurrección. Este verso no está hablando
solamente de la futura resurrección. El poder que levantó de los
muertos a Cristo Jesús actúa en nosotros, por el Espíritu Santo, para
que andemos correctamente en esta nueva vida hoy.
Dios le bendiga, un feliz día.
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lunes, 16 de abril de 2018
RECONCILIACIÓN
Iglesia Pentecostal Unida Latinoamericana, Baltimore, MD. Lunes 16 de
Abril de 2018.
RECONCILIACIÓN
porque, si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la
muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos
por su vida. (Ro 5:10).
Una relación que garantiza nuestra salvación.
El capítulo cinco comienza con un cambio de perspectiva, éramos
enemigos pero hemos sido justificados así que ahora tenemos paz con
Dios, hemos sido reconciliados con Él. El problema que había roto la
relación era el pecado, pero lo quitó Jesús al morir en la cruz, y con
Él hemos muerto al pecado. Y esto proviene de Dios, quien nos
reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la
reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al
mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos
encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Si su amor fue tan
grande que estuvo dispuesto a extendernos su mano cuando éramos
pecadores, ¿qué más podemos esperar de ese amor ahora que hemos sido
reconciliados con Dios?
Dios le bendiga, un feliz día.
¡Gracia y Paz!
Adonay Rojas Ortiz
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RECONCILIACIÓN
porque, si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la
muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos
por su vida. (Ro 5:10).
Una relación que garantiza nuestra salvación.
El capítulo cinco comienza con un cambio de perspectiva, éramos
enemigos pero hemos sido justificados así que ahora tenemos paz con
Dios, hemos sido reconciliados con Él. El problema que había roto la
relación era el pecado, pero lo quitó Jesús al morir en la cruz, y con
Él hemos muerto al pecado. Y esto proviene de Dios, quien nos
reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la
reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al
mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos
encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Si su amor fue tan
grande que estuvo dispuesto a extendernos su mano cuando éramos
pecadores, ¿qué más podemos esperar de ese amor ahora que hemos sido
reconciliados con Dios?
Dios le bendiga, un feliz día.
¡Gracia y Paz!
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domingo, 15 de abril de 2018
MUESTRA DE AMOR
Iglesia Pentecostal Unida Latinoamericana, Baltimore, MD. Domingo 15
de Abril de 2018.
MUESTRA DE AMOR
Pero Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún
pecadores, Cristo murió por nosotros. (Ro 5:8).
Dios nos muestra su amor al morir Cristo.
El único Dios verdadero prometió en el Antiguo Testamento venir Él
mimo como buen pastor y buscar a las ovejas extraviadas, yo mismo que
hablo he aquí estaré presente, Él mismo prometió venir a salvar la
humanidad, Él mismo prometió efectuar la redención, Dios mismo vendrá
y os salvará. En ninguna parte promete mandar a otro o efectuar la
obra salvadora por intermedio de algún emisario suyo. Lo que tenemos
que preguntarnos es ¿lo cumplió? Si Cristo no fuese Dios mismo
manifestado en carne, la respuesta sería negativa, pero como el Nuevo
Testamento nos declara que Jesús es Dios podemos entender entonces
cómo la muerte de Cristo nos muestra el amor de Dios. Dios amó tanto
al hombre que nuestro Padre y Creador se hizo también nuestro Redentor
y Salvador. ¡Aleluya!
Dios le bendiga, un feliz día.
¡Gracia y Paz!
Adonay Rojas Ortiz
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MUESTRA DE AMOR
Pero Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún
pecadores, Cristo murió por nosotros. (Ro 5:8).
Dios nos muestra su amor al morir Cristo.
El único Dios verdadero prometió en el Antiguo Testamento venir Él
mimo como buen pastor y buscar a las ovejas extraviadas, yo mismo que
hablo he aquí estaré presente, Él mismo prometió venir a salvar la
humanidad, Él mismo prometió efectuar la redención, Dios mismo vendrá
y os salvará. En ninguna parte promete mandar a otro o efectuar la
obra salvadora por intermedio de algún emisario suyo. Lo que tenemos
que preguntarnos es ¿lo cumplió? Si Cristo no fuese Dios mismo
manifestado en carne, la respuesta sería negativa, pero como el Nuevo
Testamento nos declara que Jesús es Dios podemos entender entonces
cómo la muerte de Cristo nos muestra el amor de Dios. Dios amó tanto
al hombre que nuestro Padre y Creador se hizo también nuestro Redentor
y Salvador. ¡Aleluya!
Dios le bendiga, un feliz día.
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sábado, 14 de abril de 2018
CAPAZ DE TODO
Iglesia Pentecostal Unida Latinoamericana, Baltimore, MD. Sábado 14 de
Abril de 2018.
CAPAZ DE TODO
Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser
que alguien tuviera el valor de morir por el bueno. Pero Dios muestra
su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió
por nosotros. (Ro 5:7–8).
¿Cómo? ¿Que Cristo murió en lugar nuestro?
Desde la lógica humana lo que Dios hizo no tiene absolutamente ningún
sentido. Ninguno en su sano juicio daría su vida por alguien que con
justicia merezca morir. Si lo hace, lo más probable es que lo
etiquetemos como loco. Pablo llama la atención al ilógico sacrificio
de Jesús, comenzando su argumento con algo más lógico, que alguien
muera por una persona inocente, por alguien que realmente merezca que
lo salven. Esta posibilidad tiene algo de sentido, pero aún así sería
algo muy excepcional. Pero eso tan ilógico a nuestros ojos, fue lo que
Dios hizo demostrando en la cruz su gran amor. Y aún hay más, lo que
Jesús hizo por nosotros nos sirve de base para pensar un poco más allá
¿de qué cosa más no será capaz por nosotros Jesús si resucitó de los
muertos y sigue vivo y reinando? ¡Aleluya!
Dios le bendiga, un feliz día.
¡Gracia y Paz!
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Abril de 2018.
CAPAZ DE TODO
Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser
que alguien tuviera el valor de morir por el bueno. Pero Dios muestra
su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió
por nosotros. (Ro 5:7–8).
¿Cómo? ¿Que Cristo murió en lugar nuestro?
Desde la lógica humana lo que Dios hizo no tiene absolutamente ningún
sentido. Ninguno en su sano juicio daría su vida por alguien que con
justicia merezca morir. Si lo hace, lo más probable es que lo
etiquetemos como loco. Pablo llama la atención al ilógico sacrificio
de Jesús, comenzando su argumento con algo más lógico, que alguien
muera por una persona inocente, por alguien que realmente merezca que
lo salven. Esta posibilidad tiene algo de sentido, pero aún así sería
algo muy excepcional. Pero eso tan ilógico a nuestros ojos, fue lo que
Dios hizo demostrando en la cruz su gran amor. Y aún hay más, lo que
Jesús hizo por nosotros nos sirve de base para pensar un poco más allá
¿de qué cosa más no será capaz por nosotros Jesús si resucitó de los
muertos y sigue vivo y reinando? ¡Aleluya!
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viernes, 13 de abril de 2018
LUCAS
INTRODUCCIÓN
Jesucristo es el centro y el corazón de la Biblia. La historia de su
vida, su muerte y su resurrección se narra en los cuatro evangelios:
Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Ninguno de los escritos llamados
"evangelios" tuvo un título originalmente, pero cuando se hicieron las
recopilaciones de los libros del Nuevo Testamento, cada uno de ellos
recibió un título.
El título "Evangelio según San Lucas" se encuentra al final de los
papiros griegos más antiguos que existen copiados del texto de Lucas.
Datan de entre el año 175 al 225 d.C. Los primeros escritores
cristianos por lo general referían a Lucas como el autor del tercer
evangelio. Sin embargo, su nombre no aparece en el escrito mismo.
Las tres menciones que se hacen de Lucas en el Nuevo Testamento están
en las cartas de Pablo. En Filemón 24 se menciona a Lucas, junto con
otros tres, como "colaborador". Pablo le envía saludos a la iglesia
cristiana de Colosas de parte de "Lucas, el médico amado" (Colosenses
4:14). Pablo se encontraba en prisión cuando le escribió su segunda
carta a Timoteo. En ella dice que "solo Lucas está conmigo" (2 Timoteo
4:11). Claramente Lucas fue uno de los que trabajó en estrecha
colaboración con Pablo.
Al considerar el asunto del autor del tercer evangelio, se debe tomar
en cuenta el escrito titulado "Hechos de los Apóstoles". Tanto el
evangelio de Lucas como el libro de Hechos le fueron dirigidos a
Teófilo (Lucas 1:3; Hechos 1:1). En el libro de los Hechos hay una
referencia de Lucas que dice "en mi primer escrito", eso sólo se puede
referir al tercer evangelio.
En el libro de los Hechos existe un número de secciones en las que el
autor se incluye a sí mismo a la narración de la historia, son las
secciones bien conocidas como "nosotros" (16:10–17; 20:5–15; 21:1–18;
27:1–28:16). Aquí hay un testigo ocular que relata lo que él
experimentó personalmente con Pablo el apóstol.
Aun así, el escritor del tercer evangelio niega explícitamente que
haya sido testigo ocular de los acontecimientos que narra de la vida
de Jesús (Lucas 1:2). No pudo haber sido uno de los doce apóstoles,
porque sus relatos fueron el resultado de haber "investigado con
diligencia todas las cosas desde su origen" (Lucas 1:3). Pablo estaba
en esa misma situación en cuanto a que había escuchado información de
segunda mano acerca del ministerio terrenal de Jesús.
Juntando estos hechos y aceptando el testimonio universal de la
iglesia antigua, casi no hay duda de que Lucas haya sido el autor del
evangelio que lleva su nombre. También es probable que él haya sido un
gentil, aunque eso no se puede afirmar de manera absoluta. Lucas fue
un hombre de estudios, dotado como escritor, y cuya profesión era la
de doctor en medicina.
No hay duda de que los escritos de Lucas fueron destinados
especialmente para la gente con la que Pablo había hecho contacto en
sus viajes misioneros, que eran en su mayoría gentiles. Algunos eran
bastante adinerados; muchas de esas personas eran mujeres. La iglesia
primitiva por tradición sugiere que Lucas escribió desde la grande e
importante ciudad de Antioquía, lugar que fue la base de operaciones
de Pablo en sus viajes misioneros. Fue en esa ciudad donde a los
discípulos de Jesús se les llamó "cristianos" por primera vez (Hechos
11:26).
Lucas mismo no le da el nombre "evangelio" a su escrito; en su libro
habla de otros que habían "tratado de poner en orden la historia de
las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas" (Lucas 1:1). La
palabra griega que se traduce como "historia" se refiere a varias
clases de escritos, especialmente a la narración de acontecimientos
históricos. La palabra literalmente se refiere a una composición
escrita que "va hasta el fin". Eso es exactamente lo que hace Lucas:
comenzando con el nacimiento de Jesús, avanza hasta el fin, hasta su
muerte y su resurrección.
Note especialmente que Lucas habla de "las cosas que entre nosotros
han sido ciertísimas". Cuando Jesús se les apareció el Domingo de
Pascua a los dos discípulos que iban de camino a Emaús, "les
declaraba, en todas las Escrituras, lo que de él decían" (Lucas
24:27). Después, esa noche Jesús les dijo a los discípulos reunidos
que "era necesario que se cumpliera todo lo que está escrito de mí en
la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos" (24:44). El
propósito de Lucas fue mostrarles a los primeros cristianos que, como
los de Berea andaban "escudriñando cada día las Escrituras" (Hechos
17:11), que Jesucristo fue verdaderamente el cumplimiento del Antiguo
Testamento. Este fue un punto de controversia con los maestros de
religión de los judíos.
Lucas le presenta al mundo romano una persona a la que los cristianos
proclamaban como el Salvador del pecado, y aun así, una persona que
había sido crucificada por orden del gobernador romano Poncio Pilato.
Lucas sostiene que Jesús fue inocente de todo crimen que mereciera la
muerte; y que esa muerte fue el resultado de las artimañas urdidas por
los líderes religiosos judíos. Sin embargo, a fin de cuentas la muerte
de Jesús fue el resultado de "el determinado consejo y anticipado
conocimiento de Dios" (Hechos 2:23). La muerte de Jesús fue
divinamente necesaria "según lo que está determinado" (Lucas 22:22),
aunque había sido ocasionada por seres humanos. El mundo romano
necesitaba conocer la verdadera razón de la muerte de Jesús en una
cruz romana.
Este evangelio fue escrito para una iglesia misionera. Lucas incluye
en su libro muchas de las afirmaciones de Jesús que hablan de las
responsabilidades de los que llevarán a cabo la misión de predicar las
buenas nuevas a todo el mundo. Muchas de las palabras y de los actos
de Jesús fueron dirigidos a sus propios discípulos; su ministerio en
la tierra fue el tiempo en que los capacitó en teología y en la obra
misionera.
En el Evangelio de Lucas abundan las historias familiares que no se
pueden encontrar en ninguna otra parte de las Escrituras: el Buen
Samaritano, el Hijo Pródigo, el Fariseo y el Cobrador de Impuestos,
Zaqueo, y más. Al narrar la historia de Jesús, Lucas hace mención
especial de la importancia de mujeres como: Elisabet, María (la madre
de Jesús), Ana, María y Marta, la viuda de Naín y otras. Los primeros
capítulos resuenan con cantos que la iglesia ha continuado cantando
durante todos estos siglos hasta nuestros días: El Magníficat, el
Benedictus, el Gloria in Excelsis y el Nunc Dimitis.
Al presentar un breve bosquejo del libro, la palabra "siervo" ha sido
escogida para caracterizar toda la vida de Jesús. La noche antes de su
muerte en la cruz Jesús les dijo a sus discípulos: "Yo estoy entre
vosotros como el que sirve" (Lucas 22:27). Jesús preparó a un grupo de
siervos y los envió al mundo como testigos suyos. Todo creyente es un
siervo del más grande de todos los siervos, Jesucristo. La lectura del
Evangelio de Lucas lo ayuda a uno a apreciar de una manera más
completa el servicio que Jesús prestó. Además les ayudará a todos los
que siguen a Jesús a llegar a ser mejores siervos.
Prange, V. H. (1999). Lucas. (R. C. Ehlke, A. J. Panning, & L. A.
Schaller, Eds.) (pp. 1–4). Milwaukee, WI: Editorial Northwestern.
--
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor
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Jesucristo es el centro y el corazón de la Biblia. La historia de su
vida, su muerte y su resurrección se narra en los cuatro evangelios:
Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Ninguno de los escritos llamados
"evangelios" tuvo un título originalmente, pero cuando se hicieron las
recopilaciones de los libros del Nuevo Testamento, cada uno de ellos
recibió un título.
El título "Evangelio según San Lucas" se encuentra al final de los
papiros griegos más antiguos que existen copiados del texto de Lucas.
Datan de entre el año 175 al 225 d.C. Los primeros escritores
cristianos por lo general referían a Lucas como el autor del tercer
evangelio. Sin embargo, su nombre no aparece en el escrito mismo.
Las tres menciones que se hacen de Lucas en el Nuevo Testamento están
en las cartas de Pablo. En Filemón 24 se menciona a Lucas, junto con
otros tres, como "colaborador". Pablo le envía saludos a la iglesia
cristiana de Colosas de parte de "Lucas, el médico amado" (Colosenses
4:14). Pablo se encontraba en prisión cuando le escribió su segunda
carta a Timoteo. En ella dice que "solo Lucas está conmigo" (2 Timoteo
4:11). Claramente Lucas fue uno de los que trabajó en estrecha
colaboración con Pablo.
Al considerar el asunto del autor del tercer evangelio, se debe tomar
en cuenta el escrito titulado "Hechos de los Apóstoles". Tanto el
evangelio de Lucas como el libro de Hechos le fueron dirigidos a
Teófilo (Lucas 1:3; Hechos 1:1). En el libro de los Hechos hay una
referencia de Lucas que dice "en mi primer escrito", eso sólo se puede
referir al tercer evangelio.
En el libro de los Hechos existe un número de secciones en las que el
autor se incluye a sí mismo a la narración de la historia, son las
secciones bien conocidas como "nosotros" (16:10–17; 20:5–15; 21:1–18;
27:1–28:16). Aquí hay un testigo ocular que relata lo que él
experimentó personalmente con Pablo el apóstol.
Aun así, el escritor del tercer evangelio niega explícitamente que
haya sido testigo ocular de los acontecimientos que narra de la vida
de Jesús (Lucas 1:2). No pudo haber sido uno de los doce apóstoles,
porque sus relatos fueron el resultado de haber "investigado con
diligencia todas las cosas desde su origen" (Lucas 1:3). Pablo estaba
en esa misma situación en cuanto a que había escuchado información de
segunda mano acerca del ministerio terrenal de Jesús.
Juntando estos hechos y aceptando el testimonio universal de la
iglesia antigua, casi no hay duda de que Lucas haya sido el autor del
evangelio que lleva su nombre. También es probable que él haya sido un
gentil, aunque eso no se puede afirmar de manera absoluta. Lucas fue
un hombre de estudios, dotado como escritor, y cuya profesión era la
de doctor en medicina.
No hay duda de que los escritos de Lucas fueron destinados
especialmente para la gente con la que Pablo había hecho contacto en
sus viajes misioneros, que eran en su mayoría gentiles. Algunos eran
bastante adinerados; muchas de esas personas eran mujeres. La iglesia
primitiva por tradición sugiere que Lucas escribió desde la grande e
importante ciudad de Antioquía, lugar que fue la base de operaciones
de Pablo en sus viajes misioneros. Fue en esa ciudad donde a los
discípulos de Jesús se les llamó "cristianos" por primera vez (Hechos
11:26).
Lucas mismo no le da el nombre "evangelio" a su escrito; en su libro
habla de otros que habían "tratado de poner en orden la historia de
las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas" (Lucas 1:1). La
palabra griega que se traduce como "historia" se refiere a varias
clases de escritos, especialmente a la narración de acontecimientos
históricos. La palabra literalmente se refiere a una composición
escrita que "va hasta el fin". Eso es exactamente lo que hace Lucas:
comenzando con el nacimiento de Jesús, avanza hasta el fin, hasta su
muerte y su resurrección.
Note especialmente que Lucas habla de "las cosas que entre nosotros
han sido ciertísimas". Cuando Jesús se les apareció el Domingo de
Pascua a los dos discípulos que iban de camino a Emaús, "les
declaraba, en todas las Escrituras, lo que de él decían" (Lucas
24:27). Después, esa noche Jesús les dijo a los discípulos reunidos
que "era necesario que se cumpliera todo lo que está escrito de mí en
la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos" (24:44). El
propósito de Lucas fue mostrarles a los primeros cristianos que, como
los de Berea andaban "escudriñando cada día las Escrituras" (Hechos
17:11), que Jesucristo fue verdaderamente el cumplimiento del Antiguo
Testamento. Este fue un punto de controversia con los maestros de
religión de los judíos.
Lucas le presenta al mundo romano una persona a la que los cristianos
proclamaban como el Salvador del pecado, y aun así, una persona que
había sido crucificada por orden del gobernador romano Poncio Pilato.
Lucas sostiene que Jesús fue inocente de todo crimen que mereciera la
muerte; y que esa muerte fue el resultado de las artimañas urdidas por
los líderes religiosos judíos. Sin embargo, a fin de cuentas la muerte
de Jesús fue el resultado de "el determinado consejo y anticipado
conocimiento de Dios" (Hechos 2:23). La muerte de Jesús fue
divinamente necesaria "según lo que está determinado" (Lucas 22:22),
aunque había sido ocasionada por seres humanos. El mundo romano
necesitaba conocer la verdadera razón de la muerte de Jesús en una
cruz romana.
Este evangelio fue escrito para una iglesia misionera. Lucas incluye
en su libro muchas de las afirmaciones de Jesús que hablan de las
responsabilidades de los que llevarán a cabo la misión de predicar las
buenas nuevas a todo el mundo. Muchas de las palabras y de los actos
de Jesús fueron dirigidos a sus propios discípulos; su ministerio en
la tierra fue el tiempo en que los capacitó en teología y en la obra
misionera.
En el Evangelio de Lucas abundan las historias familiares que no se
pueden encontrar en ninguna otra parte de las Escrituras: el Buen
Samaritano, el Hijo Pródigo, el Fariseo y el Cobrador de Impuestos,
Zaqueo, y más. Al narrar la historia de Jesús, Lucas hace mención
especial de la importancia de mujeres como: Elisabet, María (la madre
de Jesús), Ana, María y Marta, la viuda de Naín y otras. Los primeros
capítulos resuenan con cantos que la iglesia ha continuado cantando
durante todos estos siglos hasta nuestros días: El Magníficat, el
Benedictus, el Gloria in Excelsis y el Nunc Dimitis.
Al presentar un breve bosquejo del libro, la palabra "siervo" ha sido
escogida para caracterizar toda la vida de Jesús. La noche antes de su
muerte en la cruz Jesús les dijo a sus discípulos: "Yo estoy entre
vosotros como el que sirve" (Lucas 22:27). Jesús preparó a un grupo de
siervos y los envió al mundo como testigos suyos. Todo creyente es un
siervo del más grande de todos los siervos, Jesucristo. La lectura del
Evangelio de Lucas lo ayuda a uno a apreciar de una manera más
completa el servicio que Jesús prestó. Además les ayudará a todos los
que siguen a Jesús a llegar a ser mejores siervos.
Prange, V. H. (1999). Lucas. (R. C. Ehlke, A. J. Panning, & L. A.
Schaller, Eds.) (pp. 1–4). Milwaukee, WI: Editorial Northwestern.
--
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor
http://adonayrojasortiz.blogspot.com
TODOS
Iglesia Pentecostal Unida Latinoamericana, Baltimore, MD. Viernes 13
de Abril de 2018.
TODOS
por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios, y
son justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención
que es en Cristo Jesús (Ro 3:23–24).
Justificados gratuitamente, por su Gracia.
Cuando el panorama no podía más desalentador para el ser humano,
aparece la palabra gracia, para decirnos que por pura gracia, es decir
sin mérito alguno en nosotros sino por el puro afecto de Dios, somos
declarados justos quienes pongamos toda nuestra confianza en
Jesucristo, ya que él por medio de su sacrificio redentor hizo posible
lo que parecía imposible, justificarnos. Dios nos hace justos a sus
ojos cuando ponemos nuestra fe en Jesucristo. Y eso es verdad para
todo el que cree, sea quien fuere. Pues todos hemos pecado; nadie
puede alcanzar la meta gloriosa establecida por Dios. Sin embargo, con
una bondad que no merecemos, Dios nos declara justos por medio de
Cristo Jesús, quien nos liberó del castigo de nuestros pecados. No hay
más opciones para ninguno.
Dios le bendiga, un feliz día.
¡Gracia y Paz!
Adonay Rojas Ortiz
Pastor
7869853401
8301 Liberty Rd,
Windsor Mill, MD 21244
Miércoles 7 PM
Domingos 8 AM
https://www.facebook.com/pentecostalesdebaltimore/
pentecostalesdebaltimore@gmail.com
--
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor
http://adonayrojasortiz.blogspot.com
de Abril de 2018.
TODOS
por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios, y
son justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención
que es en Cristo Jesús (Ro 3:23–24).
Justificados gratuitamente, por su Gracia.
Cuando el panorama no podía más desalentador para el ser humano,
aparece la palabra gracia, para decirnos que por pura gracia, es decir
sin mérito alguno en nosotros sino por el puro afecto de Dios, somos
declarados justos quienes pongamos toda nuestra confianza en
Jesucristo, ya que él por medio de su sacrificio redentor hizo posible
lo que parecía imposible, justificarnos. Dios nos hace justos a sus
ojos cuando ponemos nuestra fe en Jesucristo. Y eso es verdad para
todo el que cree, sea quien fuere. Pues todos hemos pecado; nadie
puede alcanzar la meta gloriosa establecida por Dios. Sin embargo, con
una bondad que no merecemos, Dios nos declara justos por medio de
Cristo Jesús, quien nos liberó del castigo de nuestros pecados. No hay
más opciones para ninguno.
Dios le bendiga, un feliz día.
¡Gracia y Paz!
Adonay Rojas Ortiz
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jueves, 12 de abril de 2018
del hermano Eliseo
Estaper Bermudes...
SI ELLOS HUBIERAN ESTADO EN MI SECRETO
Así ha dicho Jehová de los ejércitos:
«No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os
alimentan con vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no
de la boca de Jehová. Dicen atrevidamente a los que me irritan:
"¡Jehová dice que tendréis paz!"
Y a cualquiera que anda tras la obstinación de su corazón, dicen: "No
vendrá el mal sobre vosotros."»
Pero ¿quién estuvo en el secreto de Jehová, y vio y oyó su palabra?
¿Quién estuvo atento a su palabra y la oyó?
La tempestad de Jehová saldrá con furor; la tempestad que está
preparada caerá sobre la cabeza de los malos.
No se apartará el furor de Jehová hasta que lo haya hecho y hasta que
haya cumplido los pensamientos de su corazón; al final de los días lo
entenderéis cabalmente.
«No envié yo aquellos profetas, pero ellos corrían; yo no les hablé,
mas ellos profetizaban.
Si ellos hubieran estado en mi secreto, habrían hecho oír mis palabras
a mi pueblo, y lo habrían hecho volver de su mal camino y de la maldad
de sus obras.
(Jr 23.16-22).
Es imposible hacer algo bien hecho e impactante, si primero no está el
experto en hacer las cosas bien hechas, el mismo (del que según
Moisés) reconoció al terminar su creación: Y vio Dios todo lo que
había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera (Génesis 1:31).
Todo lo que Dios hace es perfecto, bueno en gran manera, edificante,
maravilloso e impactante. Es por ello que cuando un fiel servidor
antes de actuar, antes de dar un sí o un no, antes de decir algo o
programar algo, busca antes que nada la dirección del que todo lo
sabe, sin duda, lo que piense, diga o haga será maravilloso y dejará
gran huella, porque el que va direccionando determinado proyecto es el
Todopoderoso, el Único y Sabio Dios. Cuando mi Señor va adelante de
cualquier plan (labor cotidiana, noviazgo, servicio, estudios, etc.)
no habrá barreras que obstaculicen el avance, no habrá temor al
perjuicio que se pueda presentar, no habrá miedo a los enemigos que
suelen aparecer en toda marcha como lo son el desánimo, el cansancio y
la renuncia, en fin, no habrá nada que provoque el retroceder, sino al
contrario, habrá aún más vigor y fuerza para seguir adelante, porque
quien nos guía es quien no le corre a nada, el León de la Tribu de
Judá, y recordemos que una de las características del León, según
Proverbios 30:30, es que "no vuelve atrás por nada", así es nuestro
Dios, no le retrocede ante nada ni ante nadie, porque Él es
Todopoderoso. ¡Aleluya! Él es el único quien puede de la nada hacer
aparecer cosas extraordinarias.
Así que si queremos que todo lo que hagamos nos salga bien y deje la
huella que debe dejar, lo primero antes que todo, es ir al Secreto de
Dios, es dirigirnos a la oficina del Señor, es meternos al Santuario
del Dios que lo Sabe Todo.
En Jeremías 23, encontramos un enojo de Dios contra aquellos profetas
que se ponían hablar en su nombre lo que de su propio corazón se les
antojaba. Hacían cosas que mi Señor no les había mandado hacer, decían
palabras que Dios no les había mandado a decir y de esta manera
conducían al pueblo de Dios hacia el mismo abismo de perdición en que
se encontraban ellos. Dios habla de castigarlos por comportarse de
esa manera, pero luego como que se lamenta y está reclamando algo que
ellos pudieron haber hecho, pero no lo hicieron: ¿Quién estuvo en el
Secreto de Jehová, y vio, y oyó su palabra? Y luego se escucha como un
lamento divino, un anhelo frustrado: Si ellos hubieran estado en mi
Secreto…
Esto debe hacernos pensar mucho. Por la gracia de Dios somos
servidores de Él, y guárdenos Dios de pensar, decir o hacer algo que
Él no haya autorizado. Antes de pararse a predicar a pocos o a muchos,
antes de dar un consejo, antes de armar un plan de trabajo, antes de
llevar a cabo algún programa, antes de dar un sí o un no, por muy
insignificante que sea, busquemos primero la dirección divina en EL
SECRETO DE DIOS, al concilio secreto del Señor (DHH),en el consejo del
Señor (NVI, LBA, NBH), en el consejo secreto de Jehovah (RVA), en mi
presencia (TLA).
En la presencia de Dios hay bendiciones, hay sabiduría, hay nuevas
fuerzas, hay poder, hay autoridad, hay nueva oportunidad, hay cambios…
En el secreto de Dios es donde sólo Dios y yo charlamos, es donde
nuestra humanidad se pierde en su divina presencia, es donde el tiempo
pasa y pasa y no nos percatamos de ello, es donde el cansancio tiene
que irse, es donde la alabanza, la honra y la gloria a Dios tiene que
manifestarse, estar en el secreto de Dios es estar en intimidad con el
más grande de los grandes, con Jesucristo, nuestro Señor, ¡Aleluya!
Es allí en el secreto de Dios dónde recibimos de Él las ideas, las
palabras, los proyectos, el esquema, de lo que Él quiere que se haga
en realidad. Gracias a Dios por las ayudas materiales, pero ellas no
son la prioridad, la prioridad es La Presencia de Dios, el Secreto de
Dios.
BUSCAR EL SECRETO DE DIOS NOS CONVIENE:
A Jacob le faltaba poco para encontrarse con su hermano Esaú, y Jacob
tenía miedo, porque Esaú lo tenía amenazado de muerte:
«Llegarán los días del luto por mi padre, y yo mataré a mi hermano
Jacob.» (Gn 27.42-41)
Fue a causa de esa amenaza que se Jacob se vio obligado a huir de su casa:
—Esaú, tu hermano, se consuela pensando en matarte. Ahora, pues, hijo
mío, obedece a mi voz: levántate y huye a casa de mi hermano Labán, en
Harán. (Gn 27.42-43)
Pero antes del rencuentro, Jacob fue al secreto de Dios:
Luego dijo Jacob: «Dios de mi padre Abraham y Dios de mi padre Isaac,
Jehová, que me dijiste: "Vuélvete a tu tierra y a tu parentela, y yo
te haré bien", ¡no merezco todas las misericordias y toda la verdad
con que has tratado a tu siervo!; pues con mi cayado pasé este Jordán,
y ahora he de atender a dos campamentos. Líbrame ahora de manos de mi
hermano, de manos de Esaú, porque le temo; no venga acaso y me hiera a
la madre junto con los hijos. Y tú has dicho: "Yo te haré bien, y tu
descendencia será como la arena del mar, que por ser tanta no se puede
contar."» (Gn 32.9-12)
Sin duda fue Dios quien le cambió el corazón a Esaú para que éste en
vez de hacerle daño a Jacob, lo levantara del suelo, lo abrazara y lo
perdonara:
Y él pasó delante de ellos y se inclinó a tierra siete veces, hasta
que llegó a su hermano. Pero Esaú corrió a su encuentro y, echándose
sobre su cuello, lo abrazó y besó; los dos lloraron. (Gn 33.3-4)
Si Jacob no hubiese buscado el Secreto ¿Qué hubiera pasado? Dios hasta
le hubiera dicho: "Si hubieras estado en mi secreto…"
Asaf estaba desanimado, al ver como los impíos prosperaban y
supuestamente él no, entonces quiso alejarse de Dios, pero antes de
alejarse de Dios, buscó primero el Secreto de Dios), y allá comprendió
el fin de los malos, recibió nuevas fuerzas y se animó a seguir:
Cuando pensé para saber esto, fue duro trabajo para mí, hasta que,
entrando en el santuario de Dios, comprendí el fin de ellos. (Sal
73.16-17)
Estimado hermano, antes de renunciar al cargo, o de irte de la iglesia
saca buen tiempo, llega hasta la presencia de Dios, adóralo con todas
tus fuerzas, habla con Él con toda confianza y claridad y Él te dará
sabiduría, Él te dará fuerzas:
¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó
los confines de la tierra? No desfallece ni se fatiga con cansancio, y
su entendimiento no hay quien lo alcance. Él da esfuerzo al cansado y
multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.
Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; más
los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas, levantarán alas como
las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán.
(Is 40.28-31)
¡Qué dicha el Dios que tenemos, no te apresures tomando tus decisiones
sólo, busca primero el secreto de Dios, Él te mostrará lo correcto
para hacer!
David tenía una gran culpa en su conciencia, culpa que no lo dejaba
estar tranquilo en ningún momento, pues él mismo lo dijo:
"Mi pecado está siempre delante de mí" (Sal 51:3).
No podía servir a Dios con libertad por esa terrible acusación que lo
atormentaba, pues había fallado:
"Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día…
se volvió mi verdor en sequedales de verano" (Sal 32: 3-4),
David no aguantó más, así que decidió no alejarse de Dios por completo
o como hoy diríamos: no descarriarse. Él decidió irse al Secreto de
Dios, porque él sabía que allá encontraría al mismo que más tarde le
diría a la mujer adúltera en secreto sin que nadie más escuchara: Ni
yo te condeno; vete y no peques más. Al mismo que más tarde le diría
en secreto a Pedro, después de que éste le había negado tres veces:
Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que estos?
David sabía que allá, en el Secreto de Dios, podría recibir la
expiación de su culpa, la libertad para su atadura y una nueva
oportunidad. Y fue de esta manera como nació el Salmo 51, que es el
diálogo en secreto de David con Dios…
En el secreto, hay que comentárselo todo a Dios, primero porque a Él
le gusta, y segundo porque Él lo sabe todo, el salmista dijo:
Tú amas la verdad en lo íntimo y en lo secreto me has hecho comprender
sabiduría. (Sal 51.6)
¿Recibió el perdón de Dios este hombre? Claro que sí, pues todo el que
de verdad le busca, jamás se va con las manos vacías.
Mi pecado te declaré y no encubrí mi iniquidad. Dije: «Confesaré mis
rebeliones a Jehová», y tú perdonaste la maldad de mi pecado. (Sal
32.5)
Apreciado hermano ¿tienes algo en tu conciencia que no te permite
servir a Dios con libertad? ¿Tienes alguna culpa que te roba el deseo
de alabar a Dios? ¿Hay algún pasado que aunque ya pediste perdón a
Dios, todavía te atormenta? Busca sinceramente el Secreto de Dios,
cuéntaselo todo a Él, Él te librará y te ayudará a continuar en
Victoria… Y cuando pidas perdón Dios te perdonará y de ahí en adelante
tu mal pasado pasará, y tu presente y tu futuro estarán en las manos
de Dios.
Es tiempo de meternos en el Secreto de Dios. Los apóstoles antes de
irse a predicar primero estuvieron en el Secreto de Dios, se fueron al
aposento alto a orar, a buscar la presencia de Dios, y obviamente la
encontraron, Dios los llenó del Poder del Espíritu Santo y de ahí
salieron diferentes, con una unción que los empujaría a hacer cosas
grandes:
Ciertamente, yo enviaré la promesa de mi Padre w sobre vosotros; pero
quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén hasta que seáis investidos
de poder desde lo alto. (Lc 24.49)
Todos estos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres,
y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos. (Hch 1.14)
Tenemos un gran reto para este año 2011: ganar a los perdidos, a los
que no tenemos, cuidar a los que ya tenemos y velar por la bendición
que por gracia Dios nos ha confiado; con toda seguridad nos
encontraremos con huestes de maldad que buscarán nuestra cabeza a como
dé lugar; el desánimo querrá poseernos, pero permanezcamos en el
secreto de Dios y le aseguro en el nombre de este gran Dios y salvador
nuestro, Jesucristo, que nada ni nadie nos hará caer y además
tendremos la bendición y el respaldo maravilloso del Señor en todo lo
que nos propongamos hacer.
Si predicas, no son las muchas palabras y la elocuencia lo que va
hacer lo extraordinario, sino el poder de Dios que haya en ti, pero la
clave para que esto suceda, es buscar primero estar en el Secreto de
Dios.
Tengamos un momento a solas con Dios. Dios te está invitando a su
concilio secreto. Postrémonos delante de él y metámonos en el secreto
de Dios.
Prepárate, pues, para mañana, sube de mañana al monte Sinaí y
preséntate ante mí sobre la cumbre del monte. Que no suba nadie
contigo ni aparezca nadie en todo el monte. Ni ovejas ni bueyes pasten
frente al monte.(Ex 34.2-3)
Dios quería tener un momento a solas con Moisés. Dios nunca le dijo
cuanto tiempo pasarían juntos, sólo lo invitó a su secreto. Moisés
subió en obediencia, quizás llegó con fatiga, pero cuando llegó,
Jehová descendió en una nube, y se perdió la humanidad de Moisés (su
fatiga, su cansancio…) en la divina presencia del Señor, eso fue algo
maravilloso, fue tan impactante aquel diálogo, que el mismo Moisés nos
reveló lo sucedido en aquella cumbre y nos refirió algunas de las
palabras que le dijo el Señor, como éstas:
Jehová le dijo:
«Mira, voy a hacer un pacto delante de todo tu pueblo. Haré maravillas
que no han sido hechas en toda la tierra, ni en nación alguna, y verá
todo el pueblo en medio del cual tú estás la obra de Jehová, porque
será cosa tremenda la que yo haré contigo. »Guarda lo que yo te mando
hoy. (Ex 34.10-11)
Moisés pasó cuarenta días con Dios, a él le debió parecer poco tiempo,
pues no comió ni bebió nada, y cuando bajó, su rostro resplandecía
como el sol. Bajó lleno de la gloria de Dios. No bajó como subió, sino
que traía algo extraordinario. Es que en el Secreto de Dios uno tiene
que recibir algo de Él.
Hoy no es Moisés, pero eres tú y es el mismo Dios del ayer el que te
invita a su Secreto, pues Él quiere usarte y hacer cosas tremendas
contigo.
¿Qué quieres dejar hoy en el Secreto de Dios y que nueva experiencia
te quieres llevar?
Antes de predicar, busca primero el secreto de Dios, antes de dirigir
un culto, o cantar un coro, o tocar algún instrumento, o llevar a cabo
una reunión, aunque ya sepas y tenga las suficientes habilidades para
hacerlo, busca primero el Secreto de Dios.
Si crees que no tienes la capacidad para desarrollar el cargo que te
asignaron, si Dios te lo dio es porque Él vio en ti un potencial y sin
duda Él te va a capacitar, pero todo depende de cuánto tiempo pases en
el secreto de Dios, de cuántas veces le busques y de cómo te portes en
el Santuario de Dios.
En el año en que Murió el rey Uzías Isaías fue al secreto de Dios y
allá vio cosas maravillosas y sucedieron con él obras extraordinarias
como el ser transformado en una persona diferente, cuyos labios ya no
eran inmundos, y recibir el llamado de Dios. (Isaías 6: 1 -8)
Esto mismo puede suceder hoy contigo: pasemos tiempo en el Secreto de Dios!
--
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor
http://adonayrojasortiz.blogspot.com
SI ELLOS HUBIERAN ESTADO EN MI SECRETO
Así ha dicho Jehová de los ejércitos:
«No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os
alimentan con vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no
de la boca de Jehová. Dicen atrevidamente a los que me irritan:
"¡Jehová dice que tendréis paz!"
Y a cualquiera que anda tras la obstinación de su corazón, dicen: "No
vendrá el mal sobre vosotros."»
Pero ¿quién estuvo en el secreto de Jehová, y vio y oyó su palabra?
¿Quién estuvo atento a su palabra y la oyó?
La tempestad de Jehová saldrá con furor; la tempestad que está
preparada caerá sobre la cabeza de los malos.
No se apartará el furor de Jehová hasta que lo haya hecho y hasta que
haya cumplido los pensamientos de su corazón; al final de los días lo
entenderéis cabalmente.
«No envié yo aquellos profetas, pero ellos corrían; yo no les hablé,
mas ellos profetizaban.
Si ellos hubieran estado en mi secreto, habrían hecho oír mis palabras
a mi pueblo, y lo habrían hecho volver de su mal camino y de la maldad
de sus obras.
(Jr 23.16-22).
Es imposible hacer algo bien hecho e impactante, si primero no está el
experto en hacer las cosas bien hechas, el mismo (del que según
Moisés) reconoció al terminar su creación: Y vio Dios todo lo que
había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera (Génesis 1:31).
Todo lo que Dios hace es perfecto, bueno en gran manera, edificante,
maravilloso e impactante. Es por ello que cuando un fiel servidor
antes de actuar, antes de dar un sí o un no, antes de decir algo o
programar algo, busca antes que nada la dirección del que todo lo
sabe, sin duda, lo que piense, diga o haga será maravilloso y dejará
gran huella, porque el que va direccionando determinado proyecto es el
Todopoderoso, el Único y Sabio Dios. Cuando mi Señor va adelante de
cualquier plan (labor cotidiana, noviazgo, servicio, estudios, etc.)
no habrá barreras que obstaculicen el avance, no habrá temor al
perjuicio que se pueda presentar, no habrá miedo a los enemigos que
suelen aparecer en toda marcha como lo son el desánimo, el cansancio y
la renuncia, en fin, no habrá nada que provoque el retroceder, sino al
contrario, habrá aún más vigor y fuerza para seguir adelante, porque
quien nos guía es quien no le corre a nada, el León de la Tribu de
Judá, y recordemos que una de las características del León, según
Proverbios 30:30, es que "no vuelve atrás por nada", así es nuestro
Dios, no le retrocede ante nada ni ante nadie, porque Él es
Todopoderoso. ¡Aleluya! Él es el único quien puede de la nada hacer
aparecer cosas extraordinarias.
Así que si queremos que todo lo que hagamos nos salga bien y deje la
huella que debe dejar, lo primero antes que todo, es ir al Secreto de
Dios, es dirigirnos a la oficina del Señor, es meternos al Santuario
del Dios que lo Sabe Todo.
En Jeremías 23, encontramos un enojo de Dios contra aquellos profetas
que se ponían hablar en su nombre lo que de su propio corazón se les
antojaba. Hacían cosas que mi Señor no les había mandado hacer, decían
palabras que Dios no les había mandado a decir y de esta manera
conducían al pueblo de Dios hacia el mismo abismo de perdición en que
se encontraban ellos. Dios habla de castigarlos por comportarse de
esa manera, pero luego como que se lamenta y está reclamando algo que
ellos pudieron haber hecho, pero no lo hicieron: ¿Quién estuvo en el
Secreto de Jehová, y vio, y oyó su palabra? Y luego se escucha como un
lamento divino, un anhelo frustrado: Si ellos hubieran estado en mi
Secreto…
Esto debe hacernos pensar mucho. Por la gracia de Dios somos
servidores de Él, y guárdenos Dios de pensar, decir o hacer algo que
Él no haya autorizado. Antes de pararse a predicar a pocos o a muchos,
antes de dar un consejo, antes de armar un plan de trabajo, antes de
llevar a cabo algún programa, antes de dar un sí o un no, por muy
insignificante que sea, busquemos primero la dirección divina en EL
SECRETO DE DIOS, al concilio secreto del Señor (DHH),en el consejo del
Señor (NVI, LBA, NBH), en el consejo secreto de Jehovah (RVA), en mi
presencia (TLA).
En la presencia de Dios hay bendiciones, hay sabiduría, hay nuevas
fuerzas, hay poder, hay autoridad, hay nueva oportunidad, hay cambios…
En el secreto de Dios es donde sólo Dios y yo charlamos, es donde
nuestra humanidad se pierde en su divina presencia, es donde el tiempo
pasa y pasa y no nos percatamos de ello, es donde el cansancio tiene
que irse, es donde la alabanza, la honra y la gloria a Dios tiene que
manifestarse, estar en el secreto de Dios es estar en intimidad con el
más grande de los grandes, con Jesucristo, nuestro Señor, ¡Aleluya!
Es allí en el secreto de Dios dónde recibimos de Él las ideas, las
palabras, los proyectos, el esquema, de lo que Él quiere que se haga
en realidad. Gracias a Dios por las ayudas materiales, pero ellas no
son la prioridad, la prioridad es La Presencia de Dios, el Secreto de
Dios.
BUSCAR EL SECRETO DE DIOS NOS CONVIENE:
A Jacob le faltaba poco para encontrarse con su hermano Esaú, y Jacob
tenía miedo, porque Esaú lo tenía amenazado de muerte:
«Llegarán los días del luto por mi padre, y yo mataré a mi hermano
Jacob.» (Gn 27.42-41)
Fue a causa de esa amenaza que se Jacob se vio obligado a huir de su casa:
—Esaú, tu hermano, se consuela pensando en matarte. Ahora, pues, hijo
mío, obedece a mi voz: levántate y huye a casa de mi hermano Labán, en
Harán. (Gn 27.42-43)
Pero antes del rencuentro, Jacob fue al secreto de Dios:
Luego dijo Jacob: «Dios de mi padre Abraham y Dios de mi padre Isaac,
Jehová, que me dijiste: "Vuélvete a tu tierra y a tu parentela, y yo
te haré bien", ¡no merezco todas las misericordias y toda la verdad
con que has tratado a tu siervo!; pues con mi cayado pasé este Jordán,
y ahora he de atender a dos campamentos. Líbrame ahora de manos de mi
hermano, de manos de Esaú, porque le temo; no venga acaso y me hiera a
la madre junto con los hijos. Y tú has dicho: "Yo te haré bien, y tu
descendencia será como la arena del mar, que por ser tanta no se puede
contar."» (Gn 32.9-12)
Sin duda fue Dios quien le cambió el corazón a Esaú para que éste en
vez de hacerle daño a Jacob, lo levantara del suelo, lo abrazara y lo
perdonara:
Y él pasó delante de ellos y se inclinó a tierra siete veces, hasta
que llegó a su hermano. Pero Esaú corrió a su encuentro y, echándose
sobre su cuello, lo abrazó y besó; los dos lloraron. (Gn 33.3-4)
Si Jacob no hubiese buscado el Secreto ¿Qué hubiera pasado? Dios hasta
le hubiera dicho: "Si hubieras estado en mi secreto…"
Asaf estaba desanimado, al ver como los impíos prosperaban y
supuestamente él no, entonces quiso alejarse de Dios, pero antes de
alejarse de Dios, buscó primero el Secreto de Dios), y allá comprendió
el fin de los malos, recibió nuevas fuerzas y se animó a seguir:
Cuando pensé para saber esto, fue duro trabajo para mí, hasta que,
entrando en el santuario de Dios, comprendí el fin de ellos. (Sal
73.16-17)
Estimado hermano, antes de renunciar al cargo, o de irte de la iglesia
saca buen tiempo, llega hasta la presencia de Dios, adóralo con todas
tus fuerzas, habla con Él con toda confianza y claridad y Él te dará
sabiduría, Él te dará fuerzas:
¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó
los confines de la tierra? No desfallece ni se fatiga con cansancio, y
su entendimiento no hay quien lo alcance. Él da esfuerzo al cansado y
multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.
Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; más
los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas, levantarán alas como
las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán.
(Is 40.28-31)
¡Qué dicha el Dios que tenemos, no te apresures tomando tus decisiones
sólo, busca primero el secreto de Dios, Él te mostrará lo correcto
para hacer!
David tenía una gran culpa en su conciencia, culpa que no lo dejaba
estar tranquilo en ningún momento, pues él mismo lo dijo:
"Mi pecado está siempre delante de mí" (Sal 51:3).
No podía servir a Dios con libertad por esa terrible acusación que lo
atormentaba, pues había fallado:
"Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día…
se volvió mi verdor en sequedales de verano" (Sal 32: 3-4),
David no aguantó más, así que decidió no alejarse de Dios por completo
o como hoy diríamos: no descarriarse. Él decidió irse al Secreto de
Dios, porque él sabía que allá encontraría al mismo que más tarde le
diría a la mujer adúltera en secreto sin que nadie más escuchara: Ni
yo te condeno; vete y no peques más. Al mismo que más tarde le diría
en secreto a Pedro, después de que éste le había negado tres veces:
Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que estos?
David sabía que allá, en el Secreto de Dios, podría recibir la
expiación de su culpa, la libertad para su atadura y una nueva
oportunidad. Y fue de esta manera como nació el Salmo 51, que es el
diálogo en secreto de David con Dios…
En el secreto, hay que comentárselo todo a Dios, primero porque a Él
le gusta, y segundo porque Él lo sabe todo, el salmista dijo:
Tú amas la verdad en lo íntimo y en lo secreto me has hecho comprender
sabiduría. (Sal 51.6)
¿Recibió el perdón de Dios este hombre? Claro que sí, pues todo el que
de verdad le busca, jamás se va con las manos vacías.
Mi pecado te declaré y no encubrí mi iniquidad. Dije: «Confesaré mis
rebeliones a Jehová», y tú perdonaste la maldad de mi pecado. (Sal
32.5)
Apreciado hermano ¿tienes algo en tu conciencia que no te permite
servir a Dios con libertad? ¿Tienes alguna culpa que te roba el deseo
de alabar a Dios? ¿Hay algún pasado que aunque ya pediste perdón a
Dios, todavía te atormenta? Busca sinceramente el Secreto de Dios,
cuéntaselo todo a Él, Él te librará y te ayudará a continuar en
Victoria… Y cuando pidas perdón Dios te perdonará y de ahí en adelante
tu mal pasado pasará, y tu presente y tu futuro estarán en las manos
de Dios.
Es tiempo de meternos en el Secreto de Dios. Los apóstoles antes de
irse a predicar primero estuvieron en el Secreto de Dios, se fueron al
aposento alto a orar, a buscar la presencia de Dios, y obviamente la
encontraron, Dios los llenó del Poder del Espíritu Santo y de ahí
salieron diferentes, con una unción que los empujaría a hacer cosas
grandes:
Ciertamente, yo enviaré la promesa de mi Padre w sobre vosotros; pero
quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén hasta que seáis investidos
de poder desde lo alto. (Lc 24.49)
Todos estos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres,
y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos. (Hch 1.14)
Tenemos un gran reto para este año 2011: ganar a los perdidos, a los
que no tenemos, cuidar a los que ya tenemos y velar por la bendición
que por gracia Dios nos ha confiado; con toda seguridad nos
encontraremos con huestes de maldad que buscarán nuestra cabeza a como
dé lugar; el desánimo querrá poseernos, pero permanezcamos en el
secreto de Dios y le aseguro en el nombre de este gran Dios y salvador
nuestro, Jesucristo, que nada ni nadie nos hará caer y además
tendremos la bendición y el respaldo maravilloso del Señor en todo lo
que nos propongamos hacer.
Si predicas, no son las muchas palabras y la elocuencia lo que va
hacer lo extraordinario, sino el poder de Dios que haya en ti, pero la
clave para que esto suceda, es buscar primero estar en el Secreto de
Dios.
Tengamos un momento a solas con Dios. Dios te está invitando a su
concilio secreto. Postrémonos delante de él y metámonos en el secreto
de Dios.
Prepárate, pues, para mañana, sube de mañana al monte Sinaí y
preséntate ante mí sobre la cumbre del monte. Que no suba nadie
contigo ni aparezca nadie en todo el monte. Ni ovejas ni bueyes pasten
frente al monte.(Ex 34.2-3)
Dios quería tener un momento a solas con Moisés. Dios nunca le dijo
cuanto tiempo pasarían juntos, sólo lo invitó a su secreto. Moisés
subió en obediencia, quizás llegó con fatiga, pero cuando llegó,
Jehová descendió en una nube, y se perdió la humanidad de Moisés (su
fatiga, su cansancio…) en la divina presencia del Señor, eso fue algo
maravilloso, fue tan impactante aquel diálogo, que el mismo Moisés nos
reveló lo sucedido en aquella cumbre y nos refirió algunas de las
palabras que le dijo el Señor, como éstas:
Jehová le dijo:
«Mira, voy a hacer un pacto delante de todo tu pueblo. Haré maravillas
que no han sido hechas en toda la tierra, ni en nación alguna, y verá
todo el pueblo en medio del cual tú estás la obra de Jehová, porque
será cosa tremenda la que yo haré contigo. »Guarda lo que yo te mando
hoy. (Ex 34.10-11)
Moisés pasó cuarenta días con Dios, a él le debió parecer poco tiempo,
pues no comió ni bebió nada, y cuando bajó, su rostro resplandecía
como el sol. Bajó lleno de la gloria de Dios. No bajó como subió, sino
que traía algo extraordinario. Es que en el Secreto de Dios uno tiene
que recibir algo de Él.
Hoy no es Moisés, pero eres tú y es el mismo Dios del ayer el que te
invita a su Secreto, pues Él quiere usarte y hacer cosas tremendas
contigo.
¿Qué quieres dejar hoy en el Secreto de Dios y que nueva experiencia
te quieres llevar?
Antes de predicar, busca primero el secreto de Dios, antes de dirigir
un culto, o cantar un coro, o tocar algún instrumento, o llevar a cabo
una reunión, aunque ya sepas y tenga las suficientes habilidades para
hacerlo, busca primero el Secreto de Dios.
Si crees que no tienes la capacidad para desarrollar el cargo que te
asignaron, si Dios te lo dio es porque Él vio en ti un potencial y sin
duda Él te va a capacitar, pero todo depende de cuánto tiempo pases en
el secreto de Dios, de cuántas veces le busques y de cómo te portes en
el Santuario de Dios.
En el año en que Murió el rey Uzías Isaías fue al secreto de Dios y
allá vio cosas maravillosas y sucedieron con él obras extraordinarias
como el ser transformado en una persona diferente, cuyos labios ya no
eran inmundos, y recibir el llamado de Dios. (Isaías 6: 1 -8)
Esto mismo puede suceder hoy contigo: pasemos tiempo en el Secreto de Dios!
--
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor
http://adonayrojasortiz.blogspot.com
EVANGELIO
Iglesia Pentecostal Unida Latinoamericana, Baltimore, MD. Jueves 12 de
Abril de 2018.
EVANGELIO
No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación
de todo aquel que cree, del judío primeramente y también del griego,
pues en el evangelio, la justicia de Dios se revela por fe y para fe,
como está escrito: «Mas el justo por la fe vivirá» (Ro 1:16–17).
La Justicia de Dios revelada por fe.
Pablo tiene en mente lo que él mismo llama el evangelio, y lo define
como poder de Dios para salvación a todo aquel que cree. La epístola a
los Romanos es conocida como la catedral teológica, en ella se
desarrolla de manera magistral un exquisito caudal de información
doctrinal con instrucciones claras y precisas referentes a nuestra
salvación, cómo presentarnos justos delante de Dios. Pero no sólo es
una teoría soteriológica, el poder de Dios que justifica al que cree y
lo salva de la condenación eterna, es el mismo poder que santifica al
cristiano y lo habilita para poder vivir una vida conforme al cambio
operado en él por la obra del Espíritu Santo. Hay quienes dicen el
pastor vive por fe, la Biblia dice el justo.
Dios le bendiga, un feliz día.
¡Gracia y Paz!
Adonay Rojas Ortiz
Pastor
7869853401
8301 Liberty Rd,
Windsor Mill, MD 21244
Miércoles 7 PM
Domingos 8 AM
https://www.facebook.com/pentecostalesdebaltimore/
pentecostalesdebaltimore@gmail.com
--
ADONAY ROJAS ORTIZ
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Abril de 2018.
EVANGELIO
No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación
de todo aquel que cree, del judío primeramente y también del griego,
pues en el evangelio, la justicia de Dios se revela por fe y para fe,
como está escrito: «Mas el justo por la fe vivirá» (Ro 1:16–17).
La Justicia de Dios revelada por fe.
Pablo tiene en mente lo que él mismo llama el evangelio, y lo define
como poder de Dios para salvación a todo aquel que cree. La epístola a
los Romanos es conocida como la catedral teológica, en ella se
desarrolla de manera magistral un exquisito caudal de información
doctrinal con instrucciones claras y precisas referentes a nuestra
salvación, cómo presentarnos justos delante de Dios. Pero no sólo es
una teoría soteriológica, el poder de Dios que justifica al que cree y
lo salva de la condenación eterna, es el mismo poder que santifica al
cristiano y lo habilita para poder vivir una vida conforme al cambio
operado en él por la obra del Espíritu Santo. Hay quienes dicen el
pastor vive por fe, la Biblia dice el justo.
Dios le bendiga, un feliz día.
¡Gracia y Paz!
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miércoles, 11 de abril de 2018
VIRTUDES
Iglesia Pentecostal Unida Latinoamericana, Baltimore, MD. Miércoles 11
de Abril de 2018.
VIRTUDES
La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del
Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén. (2 Co 13:14).
Gracia, Amor, y Comunión, en ese orden.
Ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a
vosotros se hizo pobre siendo rico, para que vosotros con su pobreza
fuerais enriquecidos. GRACIA es la muestra más grande de AMOR, pero
Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores,
Cristo murió por nosotros. Y de tal manera amó Dios al mundo, que ha
dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se
pierda, sino que tenga vida eterna. La Gracia nos ha mostrado lo que
es el Amor, y a través de ese amor divino podemos tener COMUNIÓN, nos
ha hecho participantes de su naturaleza divina por medio de la llenura
de su Espíritu Santo. Gracia, Amor, y Comunión, virtudes disponibles
para todos hoy.
Dios le bendiga, un feliz día.
¡Gracia y Paz!
Adonay Rojas Ortiz
Pastor
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de Abril de 2018.
VIRTUDES
La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del
Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén. (2 Co 13:14).
Gracia, Amor, y Comunión, en ese orden.
Ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a
vosotros se hizo pobre siendo rico, para que vosotros con su pobreza
fuerais enriquecidos. GRACIA es la muestra más grande de AMOR, pero
Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores,
Cristo murió por nosotros. Y de tal manera amó Dios al mundo, que ha
dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se
pierda, sino que tenga vida eterna. La Gracia nos ha mostrado lo que
es el Amor, y a través de ese amor divino podemos tener COMUNIÓN, nos
ha hecho participantes de su naturaleza divina por medio de la llenura
de su Espíritu Santo. Gracia, Amor, y Comunión, virtudes disponibles
para todos hoy.
Dios le bendiga, un feliz día.
¡Gracia y Paz!
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martes, 10 de abril de 2018
DEBILIDADES
Iglesia Pentecostal Unida Latinoamericana, Baltimore, MD. Martes 10 de
Abril de 2018.
DEBILIDADES
Y me ha dicho: «Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en
la debilidad». Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis
debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. (2 Co 12:9).
Lo que me hace fuerte es reconocer que soy débil.
Mucho se ha especulado sobre la naturaleza del aguijón de Pablo, que
él mismo identificó como un mensajero de Satanás. Es probable que haya
representado una enfermedad física, o su propio carácter, su altivez;
lo cierto es que este tormento lo llevó a solicitar al Señor, su
pronta intervención liberadora. Pero recibió como respuesta de Dios:
mi gracia es suficiente para ti, y que además la debilidad humana
ocasiona una oportuna manifestación de su poder. Así que Pablo ahora
se jacta más bien de sus debilidades, lo que a otros normalmente
avergonzaría. ¿Dificultades? No se autodescalifique, esa debilidad es
una bella oportunidad para que la gloria de Dios se manifieste en su
vida, encuentre su fortaleza en Él.
Dios le bendiga, un feliz día.
¡Gracia y Paz!
Adonay Rojas Ortiz
Pastor
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Abril de 2018.
DEBILIDADES
Y me ha dicho: «Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en
la debilidad». Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis
debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. (2 Co 12:9).
Lo que me hace fuerte es reconocer que soy débil.
Mucho se ha especulado sobre la naturaleza del aguijón de Pablo, que
él mismo identificó como un mensajero de Satanás. Es probable que haya
representado una enfermedad física, o su propio carácter, su altivez;
lo cierto es que este tormento lo llevó a solicitar al Señor, su
pronta intervención liberadora. Pero recibió como respuesta de Dios:
mi gracia es suficiente para ti, y que además la debilidad humana
ocasiona una oportuna manifestación de su poder. Así que Pablo ahora
se jacta más bien de sus debilidades, lo que a otros normalmente
avergonzaría. ¿Dificultades? No se autodescalifique, esa debilidad es
una bella oportunidad para que la gloria de Dios se manifieste en su
vida, encuentre su fortaleza en Él.
Dios le bendiga, un feliz día.
¡Gracia y Paz!
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lunes, 9 de abril de 2018
PRESUMIR
Iglesia Pentecostal Unida Latinoamericana, Baltimore, MD. Lunes 9 de
Abril de 2018.
PRESUMIR
Pero el que se gloría, gloríese en el Señor. (2 Co 10:17).
Lo importante es lo que Dios diga de nosotros.
La persona que merece aplausos no es la que habla bien de sí misma,
sino aquella de quien el Señor habla bien. Hay un arma que usa el
enemigo y con la que la que ha logrado derribar a muchos que no pudo
hacer caer con el licor, con el dinero, ni siquiera con la inmoralidad
sexual; esa arma es el orgullo. La Biblia te dice de qué puedes
sentirte orgulloso: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su
valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas.
Mas alábese en esto el que haya de alabarse: en entenderme y
conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia
en la tierra. Que nos ayude el Señor Jesús a mantener bien puestos los
pies en la tierra.
¡Gracia y Paz!
Dios le bendiga, un feliz día.
Adonay Rojas Ortiz
Pastor
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Abril de 2018.
PRESUMIR
Pero el que se gloría, gloríese en el Señor. (2 Co 10:17).
Lo importante es lo que Dios diga de nosotros.
La persona que merece aplausos no es la que habla bien de sí misma,
sino aquella de quien el Señor habla bien. Hay un arma que usa el
enemigo y con la que la que ha logrado derribar a muchos que no pudo
hacer caer con el licor, con el dinero, ni siquiera con la inmoralidad
sexual; esa arma es el orgullo. La Biblia te dice de qué puedes
sentirte orgulloso: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su
valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas.
Mas alábese en esto el que haya de alabarse: en entenderme y
conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia
en la tierra. Que nos ayude el Señor Jesús a mantener bien puestos los
pies en la tierra.
¡Gracia y Paz!
Dios le bendiga, un feliz día.
Adonay Rojas Ortiz
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martes, 3 de abril de 2018
El nacimiento, mejor concepción, virginal
[Texto íntegro del libro citado al final]
El nacimiento virginal
Objetivos del capítulo
Al terminar este capítulo, debería ser capaz de:
• Explicar la importancia del nacimiento virginal a la hora
de elaborar una forma de entender lo sobrenatural, Jesucristo y la
teología cristiana en su conjunto.
• Identificar y describir la evidencia bíblica e histórica,
específicamente en la iglesia primitiva, del nacimiento virginal.
• Reconocer y entender cinco objeciones al nacimiento virginal.
• Refutar cinco objeciones al nacimiento virginal, utilizando
evidencias bíblicas y racionales.
• Formular una doctrina teológica sobre el nacimiento
virginal basada en las evidencias presentadas, tanto a favor como en
contra.
Resumen del capítulo
Después de la resurrección, el nacimiento virginal es el suceso más
controvertido de la vida de Jesucristo. A finales del siglo XIX y
principios del siglo XX, el tema del nacimiento virginal se convirtió
en un asunto que probaba la creencia de la gente en lo sobrenatural.
Aunque la terminología "concepción virginal" resulta más adecuada para
explicar el significado de una concepción que es sobrenatural que la
de un "nacimiento virginal," esta última se convirtió en la expresión
más común para referirse a esta doctrina. Las dos referencias
bíblicas, que discuten el nacimiento virginal, Mateo 1 y Lucas 1,
satisfacen la coherencia de las Escrituras en cuanto a la creencia en
el nacimiento virginal. Como un elemento clave de la cristología,
creer en el nacimiento virginal es necesario para la teología
cristiana.
Cuestiones de estudio
1. ¿Por qué el nacimiento virginal es importante para la
teología cristiana?
2. ¿Qué evidencias se encuentran en la iglesia primitiva para
creer en el nacimiento virginal?
3. ¿Qué objeciones se han planteado contra el nacimiento
virginal, y cómo respondería a ellas?
4. ¿Cómo defendería la creencia en el nacimiento virginal
utilizando Mateo 1 y Lucas 1?
5. ¿Cómo contribuye a la cristología el creer en el
nacimiento virginal?
Importancia del tema
Evidencia del nacimiento virginal
Evidencia bíblica
Tradición de la iglesia primitiva
Objeciones al nacimiento virginal
Ignorancia inesperada respecto al nacimiento virginal
La posibilidad de que el nacimiento virginal impida la humanidad completa
Paralelismos con otras religiones
Incompatibilidad con la preexistencia de Cristo
Conflicto con la ley natural
El significado teológico del nacimiento virginal
Importancia del tema
Junto con la crucifixión y la resurrección, quizá el sucesor de la
vida de Cristo que ha recibido mayor atención es el de su nacimiento
virginal. Desde luego, junto con la resurrección es el más debatido y
controvertido.
A finales del siglo XIX y principios del XX, el nacimiento virginal
estaba en pleno debate entre los fundamentalistas y los modernistas.
Los fundamentalistas insistían en que la doctrina era una creencia
esencial. Los modernistas o la rechazaban por no ser esencial o por
ser insostenible, o la reinterpretaban de una manera no literal. Para
los primeros era una garantía de que Cristo era especial y de que era
Dios, mientras que para los segundos parecía desviar la atención de la
realidad espiritual al tema biológico.
Una razón para poner tanto énfasis en esta enseñanza que se menciona
sólo dos veces en las Escrituras es que en otras doctrinas había más
variedad de interpretaciones. Los liberales tendían a redefinir las
doctrinas sin cambiar la terminología, como observó John Herman
Randall Jr. Como resultado, la adscripción a estas doctrinas ya no era
una prueba positiva de ortodoxia. Por tanto ya no era posible asumir
que lo que un teólogo quiere decir con "divinidad" y "deidad" de
Cristo era una singularidad cualitativa que le distingue de otros
humanos. Se comenta que W. Robertson Smith, un teólogo escocés del
siglo XIX, cuando le acusaron de negar la divinidad de Cristo, dijo:
"¿Cómo pueden acusarme de eso? Nunca he negado la divinidad de ningún
hombre, ¡menos aún la de Jesús!" A la vista de tales ideas, la
aprobación de la doctrina de la deidad de Jesús no incluye
necesariamente el significado tradicional: que Jesús era divino en el
mismo sentido y grado que el Padre, y de una manera que no es cierta
para ninguna otra persona que haya vivido. Por tanto, no es
sorprendente que la deidad de Cristo no aparezca en algunas listas de
los fundamentos de la ortodoxia. Sin embargo, la resurrección del
cuerpo y el nacimiento virginal sí se encuentran allí. Los
fundamentalistas razonaron que alguien que puede aceptar el nacimiento
virginal probablemente podía aceptar otras evidencias de la deidad de
Jesús, ya que estas por lo general son menos difíciles de aceptar que
el nacimiento virginal. Por eso a los candidatos a la ordenación se
les pedía que expresasen una posición ante el nacimiento virginal,
porque era una manera relativamente fácil y eficiente de determinar si
mantenían que Cristo era sobrenatural. En tiempos más recientes, el
teólogo asiático Choan-Seng Song ha interpretado la encarnación de
Cristo como que Dios obra en todas las situaciones en las que hay
sufrimiento. Por tanto, el nacimiento virginal sigue siendo importante
para lo especial de la encarnación de Cristo en un momento concreto de
tiempo.
Sin embargo, había un asunto incluso más grande aquí. Porque el
nacimiento virginal era una prueba sobre la posición que se tenía
hacia lo milagroso. Cualquiera que aceptase el nacimiento virginal
podría aceptar los demás milagros que relata la Biblia. Por tanto,
esto se convirtió en una manera conveniente de determinar la actitud
que uno tenía hacia lo sobrenatural en general. Pero incluso más allá
de eso, era una manera de comprobar la cosmovisión que se tenía del
mundo y, específicamente, de la relación de Dios con el mundo.
Uno de los puntos de desacuerdo entre los conservadores y los
liberales tenía que ver con la relación de Dios con el mundo. Hablando
en general, los liberales o modernistas resaltaban la inmanencia de
Dios. Se consideraba que Dios estaba presente y activo en todas
partes. Se creía que obraba para cumplir sus propósitos a través de
las leyes naturales y los procesos diarios y no de forma directa y
especial. Los conservadores o fundamentalistas, por otro lado,
resaltaban la trascendencia de Dios. Según esta idea, Dios está fuera
del mundo, pero interviene milagrosamente de vez en cuando para
realizar una obra especial. El fundamentalista veía el nacimiento
virginal como signo de la obra milagrosa de Dios, mientras que el
liberal veía cada nacimiento como un milagro. El nacimiento virginal
era, por tanto, un destacado campo de batalla ente los puntos de vista
sobrenaturalistas y naturalistas de la relación de Dios con el mundo.
El nacimiento virginal significa cosas diferentes para diferentes
teólogos. De lo que estamos hablando aquí realmente es de la
"concepción virginal." Con esto queremos decir que la concepción de
Jesús en el vientre de María no fue resultado de una relación sexual.
María era virgen en el momento de la concepción de Jesús y continuó
siéndolo hasta el momento de su nacimiento, porque las Escrituras
indican que José no tuvo relaciones sexuales con ella hasta después
del nacimiento (Mt. 1:25). María se quedó embarazada mediante una
influencia sobrenatural que el Espíritu Santo tuvo sobre ella, pero
esto no significa que Jesús fuera el resultado de la relación sexual
entre Dios y María. Tampoco implica que no se produjera un nacimiento
normal. Algunos teólogos, en particular católicos, interpretan el
nacimiento virginal como que Jesús no nació de forma normal. Según su
punto de vista, simplemente pasó por la pared del útero de María en
lugar de por el canal de nacimiento normal, de manera que el himen de
María no se rompió. Por tanto, hubo una especie de cesárea milagrosa.
Según la doctrina católica de la perpetua virginidad de María, ella en
ningún momento tuvo relaciones sexuales, así que no hubo hijos
naturales nacidos de José y María. Algunos teólogos, por ejemplo Dale
Moody, para distinguir su interpretación del nacimiento virginal de la
del catolicismo tradicional, han propuesto que se utilice la expresión
"concepción virginal" o "concepción milagrosa" en lugar de "nacimiento
virginal."7 Sin embargo, debido al uso común de la expresión
"nacimiento virginal," lo emplearemos aquí, pero entendiéndose que
nuestra interpretación difiere del dogma tradicional católico romano.
También hay desacuerdos en lo que se refiere a la importancia del
nacimiento virginal, incluso entre los que insisten que se debe
mantener la creencia en esta doctrina. Algunos han argumentado que el
nacimiento virginal era esencial para la encarnación. Si hubiera
habido una madre y un padre humanos, Jesús habría sido sólo humano.
Otros creen que el nacimiento virginal era indispensable para que
Cristo careciese de pecado.9 Si hubiera habido dos padres humanos,
Jesús habría heredado una naturaleza humana depravada o corrupta
plena; no habría habido posibilidad de estar libre de pecado. Sin
embargo, otros creen que el nacimiento virginal no era esencial para
ninguna de estas consideraciones, pero que tenía gran valor por
simbolizar la realidad de la encarnación. Es un factor indicativo, muy
similar al modo en que otros milagros, y particularmente la
resurrección, funcionan para certificar que Cristo es sobrenatural.
Sobre esta base, el nacimiento virginal no es necesario desde un punto
de vista ontológico, o sea, que no es necesario que Jesús naciese de
una virgen para ser Dios. Sin embargo, es necesario
epistemológicamente, esto es, para que nosotros sepamos que es Dios.
Por otra parte, algunos han sostenido que la doctrina del nacimiento
virginal es prescindible. Se puede omitir sin que se produzcan
problemas en el significado esencial del cristianismo. Aunque pocos
evangélicos toman esta posición de forma activa, es interesante
constatar que algunos textos de teología sistemática evangélica hacen
escasa o nula referencia al nacimiento virginal en su tratamiento
sobre la cristología.12 De hecho, muchas de las discusiones sobre el
nacimiento virginal se han realizado en obras separadas que tratan
detalladamente el tema.
Una vez examinados los argumentos o los indicios positivos del
nacimiento virginal, es necesario que nos preguntemos cuál es el
verdadero significado e importancia de la doctrina. Sólo entonces
podremos extraer sus implicaciones prácticas.
Evidencia del nacimiento virginal
Evidencia bíblica
La doctrina del nacimiento virginal se basa en dos referencias
bíblicas explícitas: Mateo 1:18–25 y Lucas 1:26–38. Hay otros pasajes
en el Nuevo Testamento que para algunos también hacen referencia o al
menos aluden o presuponen el nacimiento virginal, y está la profecía
de Isaías 7:14, que se cita en Mateo 1:23. Pero incluso tomando en
consideración estos pasajes, la cantidad de referencias relevantes es
bastante escasa.
Simplemente podríamos detenernos en este punto y afirmar que dado que
la Biblia confirma el nacimiento virginal no una vez, sino dos, es
prueba suficiente. Ya que creemos que la Biblia es inspirada y es
autoridad, Mateo 1 y Lucas 1 nos convencen de que el nacimiento
virginal es un hecho. Sin embargo, también tenemos que tener en cuenta
que en lo que se refiere a la verdad histórica del nacimiento
virginal, esto es, en lo que se refiere a un evento que ocurre en un
momento concreto del espacio y el tiempo, en principio es algo que
puede ser confirmado o negado por los datos de la investigación
histórica.
Señalamos, primero, la integridad básica de los dos pasajes
pertinentes. Las dos referencias explícitas, y especialmente Mateo
1:20–21 y Lucas 1:34; son partes integrales de la narrativa en la que
suceden; no son inserciones o interpolaciones. Es más, Raymond Brown
cree que entre las narrativas de la infancia y el resto del libro en
el que aparece hay una continuidad de estilo (por ejemplo, el
vocabulario, la fórmula general de citación) y de tema.
Además, se puede argumentar que los dos relatos del nacimiento de
Jesús, aunque claramente independientes uno del otro, son similares en
tantos puntos (incluida la virginidad de María) que debemos concluir
que en esos puntos ambos surgieron independientemente de una narración
común anterior a cualquiera de ellos; al tener más antigüedad, tienen
mayor garantía de historicidad. Brown ha recogido una lista de once
puntos que tienen en común los relatos de Mateo y Lucas. Entre los
puntos más significativos en los que difieren Brown señala las
referencias de Lucas a la historia de Zacarías, Isabel y el nacimiento
de Juan el Bautista, el censo, los pastores, la presentación del niño
Jesús en el templo, y las enseñanzas de Jesús allí a los doce años.
Por otra parte, Mateo tiene la historia de los Magos guiados por una
estrella hacia el niño, la matanza de los niños por Herodes, y la
huida a Egipto.15 Que a pesar de esta diversidad los dos relatos se
refieran específicamente a la concepción virginal es una pista fuerte
de que para este asunto en particular ambos dependen de una única
tradición anterior. Un punto adicional de autentificación se relaciona
con el carácter judío de estas porciones de los evangelios. Entonces,
desde la perspectiva de la crítica de las formas, la tradición del
nacimiento virginal apareció muy pronto en la historia de la iglesia,
cuando se encontraba principalmente bajo la influencia judía en lugar
de la griega.
¿De dónde procede esta tradición? Una respuesta que se ha dado es que
surge de fuentes extra-bíblicas, extra-cristianas, como los mitos que
se encuentran en las religiones paganas y el judaísmo pre-cristiano.
Examinaremos estas sugerencias un poco más adelante (pp. 770). No
obstante, señalaremos aquí que los paralelismos con otras religiones
son bastante superficiales y las supuestas fuentes difieren
significativamente de los relatos bíblicos. Además, existen serias
dudas de que los primeros cristianos conocieran o aceptaran la mayoría
de ellos. Por lo tanto, esta teoría debe ser descartada.
En el pasado era común atribuir la tradición a José y María, que,
después de todo, eran los únicos que sabían las cosas de forma
directa. Así, el relato de Mateo se atribuía a José y el de Lucas a
María. Cuando se observa desde la perspectiva de lo que se menciona y
lo que se omite, esta hipótesis tiene bastante sentido. Pero Brown
argumenta que José, que al parecer ya había muerto en los tiempos en
que Jesús estaba haciendo su ministerio público, no se puede
considerar una fuente para la tradición. Y María no parece haber
estado muy cercana a los discípulos durante el ministerio de Jesús,
aunque aparentemente formó parte de la comunidad tras la resurrección.
Brown declara que aunque no es imposible que ella fuera la fuente del
material para la narración de la infancia de Jesús en Lucas, no es muy
probable que fuese ella la que suministró el material para el relato
de Mateo, porque no parece estar contado desde su punto de vista. Así
que Brown concluye que "no sabemos con certeza si alguno o todos los
materiales sobre la infancia de Jesús proceden de una tradición para
la cual había un testigo corroborador."18
A pesar de los argumentos de Brown es difícil aceptar sus
conclusiones. El argumento de que José no puede ser considerado fuente
de la tradición del nacimiento virginal porque ya estaba muerto cuando
Jesús desarrolló su ministerio, aunque es un argumento del silencio,
probablemente es técnicamente correcto. No era una fuente directa. Sin
embargo, esto no quiere decir que sus experiencias personales sobre el
nacimiento de Jesús no hayan sido conocidas por la comunidad temprana.
¿No tenía José conocidos en los que podría haber confiado y que
acabaran convirtiéndose en creyentes y parte de la comunidad
cristiana? ¿Y nunca hablaron María y él? También se deja de lado con
demasiada rapidez el papel de María. Si, como admite Brown, hay
evidencias en el Nuevo Testamento de que María formó parte de la
comunidad después de la resurrección (Hch. 1:14), ¿no es una fuente
probable de la tradición?
No deberíamos rechazar con tanta facilidad la posibilidad de que otros
miembros de la familia de Jesús hayan tenido también su parte. Se ha
observado que el Protoevangelio de Santiago, supuestamente un relato
del nacimiento de Jesús escrito por uno de sus hermanos, es bastante
folklórico y comete errores elementales sobre asuntos del
procedimiento en el templo. Pero del hecho de que sea un escrito
apócrifo poco fiable ¿se debe concluir que el auténtico Santiago, que
Brown admite que llegó a los años sesenta, no puede ser una fuente
fiable de una tradición correcta? El mismo Brown hace una sugerencia
coherente a este respecto en un escrito anterior:
Una tradición familiar sobre la manera en que fue concebido Jesús
puede haber dado apoyo a la solución teológica [al problema de cómo
Jesús pudo haber nacido libre de pecado]. Aunque no hay manera de
probar la existencia de esa tradición privada, la notoriedad de los
parientes de Jesús en la iglesia de Jerusalén – por ejemplo Santiago,
el hermano del Señor – nos debería prevenir sobre hasta qué punto los
cristianos eran libres, al menos hasta los años 60, para inventar
tradiciones familiares sobre Jesús.
Si excluimos la familia como fuente de la tradición, tenemos el
complicado problema de saber de dónde procede realmente. Hemos
señalado que la hipótesis de una fuente extra-bíblica adecuada. Por
tanto concluimos que "es difícil explicar cómo surgió la idea si no
fue del hecho." Aunque para nosotros no es necesario establecer la
fuente exacta de la tradición, la familia de Jesús sigue pareciendo
una posibilidad bastante probable.
También deberíamos señalar que aparentemente desde muy pronto se
cuestionó la legitimidad de Jesús. En la polémica anticristiana de
Celso (en torno a 177–180) se acusa a Jesús de ser hijo ilegítimo de
María y de un soldado romano llamado Pantera, y de que el mismo Jesús
había inventado la historia del nacimiento virginal. Que se creyera
que la obra de Celso estaba basada en fuentes judías argumenta en
favor de una tradición temprana sobre el nacimiento virginal.
Sin embargo, incluso en el Nuevo Testamento hay indicaciones de que se
cuestionaba la legitimidad de Jesús. En Marcos 6:3 Jesús es
identificado por la gente de su pueblo como "el hijo de María" cuando
lo esperable es que se le conociese como "el hijo de José." Para
algunos, esto se considera una referencia a la tradición de que José
no era el padre de Jesús; su idea se ve fortalecida por la declaración
de que la gente del pueblo se sintió ofendida ante Jesús. Normalmente
en aquel tiempo cuando una persona era identificada, se hacía diciendo
quién era su padre. Cuando se identificaba a un hombre con el nombre
de su madre era porque su paternidad era incierta o desconocida. Brown
argumenta que el hecho de que los hermanos de Jesús sean mencionados
también en Marcos 6:3 es un signo de normalidad que va en contra de la
designación de "hijo de María" como evidencia de ilegitimidad de
Jesús, porque la legitimidad de sus hermanos y hermanas también se
habría cuestionado. Sea o no válida la conclusión de Brown, queda
claro que la evidencia del texto no es concluyente. La existencia de
variantes (por ejemplo, "el hijo del carpintero") es otra advertencia
en contra de extraer conclusiones apresuradas.
Otro texto que trata este tema es Juan 8:41, donde los judíos le dicen
a Jesús "nosotros no hemos nacido de fornicación." El uso del
pronombre enfático ὑμεῖς (hēmeis) se puede interpretar como una
alusión: "no somos nosotros los que hemos nacido de fornicación."
No sería sorprendente que hubiera rumores de que Jesús era ilegítimo,
ya que según los relatos de Mateo y Lucas, Jesús fue concebido después
de que María se prometiera con José, pero antes de que estuvieran
juntos oficialmente. Por lo tanto nació embarazosamente pronto. En
especial Mateo puede haber incluido la historia que encontramos en
1:18–25 porque circulaban rumores de ilegitimidad. También se puede
deber al deseo de mantener tanto el respeto a los padres de Jesús como
la convicción de que Jesús carecía de pecado. Desde luego las
indicaciones de que se creyera que Jesús era ilegítimo son coherentes
con la concepción virginal. Por supuesto, no la verifican, ya que otra
opción lógica de estas indicaciones sería que Jesús realmente fuera
ilegítimo. Pero al menos podemos afirmar que todas las evidencias
bíblicas dejan claro que José no era el padre natural de Jesús.
Tradición de la iglesia primitiva
Otra evidencia del nacimiento virginal es su larga tradición en la
iglesia primitiva. Aunque esta tradición en sí misma no establece el
nacimiento virginal como un hecho, es el tipo de evidencia que
podríamos esperar si la doctrina fuera cierta.
Un punto de arranque es el Credo de los apóstoles. La forma que
utilizamos ahora se produjo en la Galia en los siglos quinto o sexto,
pero procede de mucho antes. En realidad se basa en una antigua
confesión bautismal romana. El nacimiento virginal se confirma tanto
en la versión más antigua como en la posterior. Poco después de
mediados del siglo segundo, la forma antigua ya estaba en uso, no sólo
en Roma, sino también por Tertuliano en África del Norte y por Ireneo
en la Galia y Asia Menor. La presencia de la doctrina del nacimiento
virginal en una confesión primitiva de la importante iglesia de Roma
es muy significativa, especialmente dado que ese credo no incorporaría
ninguna doctrina nueva.
Otro testimonio primitivo importante es el de Ignacio, obispo de la
Antioquia siria, que fue martirizado no más tarde del año 117.
Argumentando en contra de los docetistas, realizó un resumen de las
principales creencias sobre Cristo. Adolf von Harnack llamaba al
resumen de Ignacio un kerygma de Cristo. Incluía una referencia a la
virginidad de María como uno de los "misterios sobre los que se va a
hablar."28 Varias observaciones hacen esta referencia muy
impresionante: (1) como Ignacio está escribiendo en contra del
Docetismo, la expresión "nacido de mujer" (como en Gá. 4:4) serviría
mejor a su propósito que la de "nacido de una virgen"; (2) no lo
escribió un novicio, sino el obispo de la madre iglesia de la
cristiandad gentil; (3) se escribió no más tarde de 117. Como ha
observado J. Gresham Machen: "cuando encontramos [a Ignacio]
confirmando el nacimiento virginal no como una novedad, sino como uno
de los hechos aceptados sobre Cristo, queda claro que la creencia en
el nacimiento virginal debía estar extendido mucho antes del final del
siglo primero."
Por supuesto, también hay evidencias tempranas de negación del
nacimiento virginal. Algunas de ellas, naturalmente, procedían de
paganos. Sin embargo, más significativas eran las objeciones de los
judíos, que estaban en mejor posición para tener conocimiento de los
hechos y que podrían reflejar una imagen más precisa de la tradición.
Algunos que decían ser cristianos creyentes también plantearon
objeciones. Entre los distintos tipos de opositores a la doctrina se
encontraban Celso, Cerinto, Carpócrates y los ebionitas. Es
significativo que no encontremos ningún ortodoxo (esto es, que
mantenga todas las demás doctrinas básicas de la fe cristiana) que
niegue el nacimiento virginal. Machen resume adecuadamente el
testimonio negativo del siglo segundo: "Las negaciones al nacimiento
virginal que aparecieron en ese siglo es mucho más probable que se
basaran en presuposiciones filosóficas o dogmáticas que en una
tradición histórica genuina."
En contraste, la existencia de un testimonio positivo fuerte del
segundo siglo junto con los otros tipos de evidencias ya citadas,
argumentan con fuerza a favor de la historicidad y la realidad del
nacimiento virginal. Aunque parezca ambigua y no resulte aplastante,
la evidencia es suficiente para apoyar la creencia en el testimonio
bíblico sobre este tema importante.
Objeciones al nacimiento virginal
Han surgido un gran número de objeciones al nacimiento virginal.
Ignorancia inesperada respecto al nacimiento virginal
Se ha argumentado que gente cercana a Jesús, en especial María, pero
también sus hermanos, no conocían el milagroso nacimiento. Basándose
en Marcos 3:21, 31, se asume que fueron ellos los que vinieron a
sacarle, creyendo que estaba fuera de sí. Ser conscientes del
milagroso nacimiento de Jesús les habría servido de explicación para
su comportamiento que tan extraño les resultaba aquí.
También se ha señalado que la mayor parte del Nuevo Testamento no dice
nada sobre el nacimiento virginal. ¿Cómo pudo Marcos, autor del
primero y más básico de los evangelios, omitir la mención a este tema
si lo conocía? Y ¿por qué el evangelio de Juan, el más teológico de
los cuatro, no dice nada sobre un asunto tan importante como este?
Además, es increíble que Pablo, con toda su exposición sobre la
importancia de Cristo y con su fuerte orientación hacia la doctrina,
permaneciese ignorante respecto a este tema si realmente fuera un
hecho y formara parte de la tradición de la iglesia primitiva. Es más,
la predicación de la iglesia primitiva, que se recoge en el libro de
los Hechos, permanece extrañamente silenciosa ante este tema. ¿No
resulta peculiar que sólo dos libros hagan mención al nacimiento
virginal, y sólo de forma breve? Incluso Mateo y Lucas no utilizan, ni
hacen nuevas referencias al nacimiento virginal. Estos son cargos
serios que exigen una respuesta, porque si se toman por lo que parecen
ser, minan o neutralizan la afirmación de que hubo un testimonio
temprano del nacimiento virginal.
Debemos observar primero Marcos 3. No hay seguridad de que María y los
hermanos de Jesús (v. 31) fueran las personas que pensaban que estaba
fuera de sí (v. 21). Literalmente el griego dice "los de él,"
refiriéndose presumiblemente a personas de su propia casa. Sin
embargo, quiénes eran estos individuos no está nada claro. Y hay que
señalar que en el versículo 31 no se hace mención alguna al versículo
21. Por tanto, es probable que uno no se produzca justo después del
otro, sino que los dos versículos estén narrando sucesos
desconectados. No hay indicación alguna de que cuando María y los
hermanos de Jesús vinieron a buscarle, estuvieran preocupados por su
salud mental o la estabilidad de sus acciones. No se establece
conexión alguna con la terminología del versículo 21, ni hay ninguna
pista que indique que este fuera un segundo acercamiento de la madre y
los hermanos de Jesús. Es más, un intercambio verbal con los escribas
de Jerusalén aparece entre los dos versículos. Y la referencia de
Jesús a "mi madre y mis hermanos" no contiene ninguna pista de que
hubiera una reflexión desfavorable por su parte (vv. 33–35). Así que,
no hay justificación para creer que los que pensaban que Jesús estaba
fuera de sí fueran su madre y sus hermanos.
Sin embargo, incluso si María hubiera estado entre los que pensaban
que Jesús estaba fuera de sí, eso no sería incompatible con que
supiera lo de su nacimiento virginal. Si María esperaba que Jesús
algún día se sentara en el trono de David, podría haberse sentido
perpleja con facilidad. Porque en el ministerio en el que ahora se
embarcaba Jesús parecía producir oposición y rechazo. Sin embargo,
podía ser consciente del hecho de que, durante la infancia y madurez
de Jesús, ella había tenido una posición de superioridad sobre él:
cuidándole entrenándole, aconsejándole. Sin duda habría habido
momentos en los que ella había considerado necesario aconsejarle
mejores formas de actuar en su vida personal, si su encarnación era
realmente genuina. Puede haber observado este episodio simplemente
como otra ocasión en la que su guía era necesaria.
En lo que se refiere a sus hermanos, se pueden aplicar algunas de esas
mismas consideraciones. Sin embargo, en su caso tenemos una indicación
explícita de que no creían en Jesús durante su ministerio, o al menos
en algún momento de su ministerio (Jn. 7:5). Su falta de creencia se
ha citado como evidencia de que no tenían conocimiento del nacimiento
virginal y de que por tanto este no se había producido. Pero en
realidad no hay razón para creer que María y José les hubiesen contado
lo del nacimiento virginal. Aunque puede que esa verdad la hayan
conocido más tarde, e incluso puede que tuviera que ver con el hecho
de que empezaran a creer en él, es bastante probable que, siendo más
jóvenes que Jesús, cuando no creían desconociesen completamente lo de
su nacimiento inusual.
Pero ¿qué pasa con el silencio de los demás libros del Nuevo
Testamento? El evangelio según Marcos se considera bastante
significativo a este respecto, ya que presumiblemente es un documento
anterior y básico sobre el que se escribieron los Evangelios
Sinópticos. Pero uno siempre debe ser cuidadoso al argumentar con el
silencio, y especialmente en este caso. Marcos no hace ninguna
referencia al nacimiento e infancia de Jesús. El mismo diseño del
libro parece ser el de proporcionar un informe de los sucesos que
pueden haber sido un asunto de conocimiento público, no el de ofrecer
detalles íntimos de la vida de Jesús. Al escribir un libro tan
compacto como el que escribió, Marcos no ofrece ningún discurso
extendido como los que encontramos en Mateo, y el tipo de incidentes
que sólo conocerían una o dos personas tampoco los encontramos aquí.
La tradición de que Marcos basa su evangelio en la información
suministrada por Pedro sugiere que Marcos podría haber escogido sólo
lo que el apóstol había observado personalmente. Estas
consideraciones, en caso de ser ciertas, apoyarían la ausencia de
cualquier referencia al nacimiento virginal. Esto no implica que
Marcos no supiera de ello o que la tradición fuera falsa.
No obstante, hay una cosa en el evangelio de Marcos que algunos han
señalado como prueba de que el autor sí sabía del nacimiento virginal.
Sucede en 6:3. En el pasaje paralelo Mateo cuenta que la gente de
Nazaret preguntaba: "¿No es ese el hijo del carpintero?" (Mt. 13:55);
y Lucas tiene: "¿No es este el hijo de José?" (4:22). Sin embargo, en
Marcos se lee: "¿No es este el carpintero, hijo de María, hermano de
Jacobo, de José, de Judas y de Simón? ¿No están también aquí con
nosotros sus hermanas?" Parece como si Marcos estuviera tratando
deliberadamente de evitar referirse a Jesús como hijo de José. Al
contrario que los lectores de Mateo y Lucas, a los que ya se les había
advertido del nacimiento virginal en el capítulo de inicio de los
evangelios respectivos, los lectores de Marcos no tenían manera de
saber esto. Así que escogió sus palabras cuidadosamente para no dar
una impresión equivocada. El punto crucial para nosotros es que el
relato de Marcos no ofrece base para concluir que José era el padre de
Jesús. Por tanto, aunque Marcos no nos habla del nacimiento virginal,
desde luego tampoco lo contradice.
Juan tampoco hace mención al nacimiento virginal en su evangelio. Como
ocurre con Marcos, se debería observar que la naturaleza del evangelio
de Juan es tal que no existe narración del nacimiento. Es cierto que
el prólogo habla del origen de Jesús, pero este pasaje está más
orientado teológica que históricamente, y va seguido inmediatamente
por la imagen de Jesús y Juan el Bautista al inicio del ministerio
público de Jesús. No hay nada que se aproxime a un relato de sucesos
de la vida de Jesús antes de los treinta. Aunque algunos han tratado
de buscar una alusión al nacimiento virginal en Juan 1:13, esta
interpretación depende de una variante textual disputada.
Como observamos anteriormente, no hay referencias al nacimiento
virginal en los sermones del libro de los Hechos. Sin embargo,
deberíamos señalar que estos sermones fueron ofrecidos a audiencias
hostiles o desinformadas. Por tanto, no habría sido natural incluir
referencias al nacimiento virginal, porque podrían haber introducido
un obstáculo innecesario a la aceptación del mensaje y de la persona
en la que se centraba.
La consideración final son los escritos de Pablo. Debido a su papel
dominante en la formulación de la teología de la iglesia primitiva, lo
que dice o no dice es de considerable importancia. Una lectura atenta
de los escritos o discursos de Pablo no nos descubrirá nada que trate
directamente del nacimiento virginal, ya sea desde una perspectiva
positiva o negativa. Algunos consideran que Gálatas 4:4 tiene
evidencias a favor del nacimiento virginal y otros que tiene
evidencias en contra, pero su argumentación no tiene mucho peso.
Algunos creen que Romanos 1:3 es incoherente con la idea de la
concepción virginal, pero es difícil ver ninguna contradicción
definitiva.
No obstante, la ausencia de cualquier referencia al nacimiento
virginal nos preocupa, ya que siendo un asunto de tanta importancia,
parece extraño que Pablo no hablara de ello. Sin embargo, deberíamos
ver los escritos de Pablo tal y como son: no son discursos generales
de naturaleza catequética, sino tratamientos de problemas particulares
de la vida de una iglesia o de un individuo. Si la ocasión no exigía
la exposición de un argumento sobre un tema en particular, Pablo no lo
trataba. Entre todos los grandes temas que argumentó están la gracia y
la ley, la naturaleza de los dones espirituales en el cuerpo de Cristo
y la moralidad personal. No entró en detalles en temas concernientes a
la persona de Cristo, porque evidentemente no eran tema de disputa en
las iglesias o para las personas a las que escribió.
Para resumir este punto: no hay nada en el silencio de muchos autores
del Nuevo Testamento sobre el tema del nacimiento virginal que haga
militar en su contra. Sin embargo, más tarde, de alguna manera, a la
vista de tanto silencio, puede que tengamos que preguntarnos por la
verdadera importancia de esta doctrina. ¿Es indispensable para la fe
cristiana? Y si es así, ¿de qué manera?
La posibilidad de que el nacimiento virginal impida la humanidad completa
Algunos han cuestionado que Jesús fuera completamente humano si no
tenía más que un padre humano. Pero esto confunde la esencia de
humanidad con el proceso que lo transfiere de una generación a otra.
Adán y Eva no tenían un padre y una madre humanos y sin embargo, eran
totalmente humanos; y en el caso de Adán, no había un humano anterior
del cual se pudiera tomar su naturaleza humana en ningún sentido.
Se puede objetar que la ausencia del factor masculino de alguna manera
impide la humanidad total. Sin embargo, esto, con su machismo
implícito, no es una consecuencia lógica. Jesús no se produjo sólo con
el patrón genético de María, porque en ese caso habría sido un clon de
ella y por lo tanto tendría que haber sido mujer. Más bien, se
contribuyó con un componente masculino. En otras palabras, un esperma
se unió con un óvulo proporcionado por María, pero fue creado
especialmente para esa ocasión, en lugar de ser suministrado por un
hombre ya existente.
Paralelismos con otras religiones
Algunos han sugerido que los relatos bíblicos sobre el nacimiento
virginal no son más que adaptaciones de relatos similares que
encontramos en la literatura de otras religiones. Plutarco sugiere que
una mujer puede ser impregnada cuando se aproxima a un pneuma divino.
Esta consideración la hace en su relato de la historia de Numa, que
tras la muerte de su mujer, se retiró en soledad para tener relaciones
con el ser divino Egeria. Hay historias de cómo Zeus engendró a
Hércules, Perseo y Alejandro y de Apolo engendrando a Ión, Asclepios,
Pitágoras, Platón y Augusto. Sin embargo, estos mitos, no son más que
historias sobre fornicación entre seres divinos y humanos, que es algo
radicalmente diferente a los relatos de la Biblia sobre el nacimiento
virginal. Dale Moody comenta: "La enorme sima entre estos mitos
paganos de promiscuidad politeísta y el elevado monoteísmo del
nacimiento virginal de Jesús es demasiado amplia para que la crucen
investigaciones cuidadosas."34 Las similitudes son mucho menores que
las diferencias. Por tanto, la idea de que los mitos paganos han sido
incorporados a los relatos del evangelio debe ser rechazada.
Una variante de esta idea conecta los relatos bíblicos con el judaísmo
en lugar de con la religión pagana. Los relatos de Mateo y Lucas se
consideran demasiado judíos para haber recibido ninguna influencia
pagana directa. Sin embargo, lo que debemos reconocer, dicen los
defensores de esta teoría es que en el judaísmo había una expectación
por un nacimiento virginal. De alguna manera, el judaísmo había tomado
esta idea del paganismo y la incorporó. Después se transmitió a los
documentos cristianos en su forma judaizada.
El problema con esta teoría es que no hay una evidencia sustantiva de
que el judaísmo apoyase una creencia en un nacimiento virginal. Parece
que la teoría ha sido construida basándose en la suposición de que el
nacimiento virginal es una idea pagana y que, como no se habría
aceptado directamente, debe haber llegado al cristianismo a través del
judaísmo. Por tanto, se asume que tal creencia debe haber existido
dentro del judaísmo.
Incompatibilidad con la preexistencia de Cristo
Una objeción adicional importante al nacimiento virginal es la de que
no se puede reconciliar la idea con la evidencia clara y definitiva de
la preexistencia de Cristo. Se dice que si se mantiene una no se puede
mantener la otra. Son ideas mutuamente excluyentes, no
complementarias. La expresión reciente más erudita es la de Wolfhart
Pannenberg.
Sin embargo, ¿es válida esta objeción? Para la ortodoxa cristiana
Jesús era totalmente divino y humano. El Verbo, la Segunda Persona de
la Trinidad, siempre ha sido. No obstante, en un punto concreto de
tiempo asumió la humanidad y nació como el hombre Jesús de Nazaret. No
hay razón por la que la preexistencia y el nacimiento virginal deban
estar en conflicto si se cree que hubo una encarnación auténtica al
inicio de la vida terrenal de Jesús.
Conflicto con la ley natural
Una objeción final al nacimiento virginal procede de una resistencia
fundamental a la posibilidad de milagros y la intrusión de lo
sobrenatural en el ámbito de la historia. En realidad esta objeción
podría estar detrás de alguna de las demás. Sin embargo, aquí la
trataremos abiertamente: el nacimiento humano normal siempre necesita
de la reproducción sexual en la que intervienen un hombre y una mujer.
Hablamos del tema de los milagros en nuestro capítulo sobre la
providencia de Dios. Aquí simplemente señalaremos que la posición que
se tenga hacia la posibilidad de que existan los milagros es en gran
medida un tema de cosmovisión básica. Si uno cree que todo sucede como
resultado de las fuerzas naturales, y que el sistema de la naturaleza
es toda la realidad, entonces no puede existir nada "milagroso." Si,
por otra parte, uno está abierto a la posibilidad de que haya una
realidad fuera de nuestro sistema cerrado, entonces existe la
posibilidad de que un poder sobrenatural pueda intervenir y
contrarrestar el funcionamiento normal de las leyes inmanentes. En un
universo abierto, o en uno en el que se considera abierto, cualquier
suceso y su contrario tienen la misma posibilidad de ocurrir. En tal
situación, la posición que uno tenga respecto a temas particulares
como el nacimiento virginal es un asunto de determinar de forma
histórica lo que sucedió realmente, y no de teorizar sobre si pudo
suceder o no. Nuestra posición es que existe una adecuada cantidad de
evidencia histórica de que Jesús fue realmente el hijo de una virgen y
que fue concebido sin la relación sexual humana normal. Si no tenemos
objeción previa a la posibilidad de tal suceso, esto nos conduce a la
conclusión de que realmente ocurrió.
El significado teológico del nacimiento virginal
Examinadas las evidencias a favor y en contra del nacimiento virginal
y habiendo concluido que hay base adecuada para el mantenimiento de
esta doctrina, ahora debemos preguntar qué significa. ¿Por qué es
importante?
A cierto nivel, por supuesto, el nacimiento virginal es importante
simplemente porque se nos dice que sucedió. Aunque nosotros podemos
ver necesario o no el nacimiento virginal, si la Biblia nos dice que
sucedió, es importante creerlo porque no hacerlo es repudiar de forma
tácita la autoridad de la Biblia. Si no mantenemos el nacimiento
virginal a pesar de que la Biblia nos lo confirma, entonces estamos
comprometiendo la autoridad de la Biblia y en principio no existe
razón para aceptar sus otras enseñanzas. Por tanto, rechazar el
nacimiento virginal tiene implicaciones que van mucho más allá de la
doctrina misma.
Pero debemos preguntar ¿el nacimiento virginal no es importante de una
forma más específica? Algunos han argumentado que la doctrina es
indispensable para la encarnación. Sin el nacimiento virginal no
habría unión entre Dios y el hombre. Si Jesús hubiera sido simplemente
el producto de una unión sexual normal entre un hombre y una mujer,
sólo habría sido un ser humano, no un Dios – hombre. ¿Pero es esto
realmente cierto? ¿No podría haber sido Dios y hombre si hubiera
tenido dos padres humanos, o ninguno? Al igual que Adán fue creado
directamente por Dios, Jesús podría haber sido una creación directa
especial. Y según esto, debería haber sido posible que Jesús tuviera
dos padres humanos y no obstante ser completamente el Dios – hombre.
Insistir en que tener un padre humano excluye la posibilidad de su
deidad recuerda al Apolinarismo, según el cual el Logos divino tomó el
lugar de los componentes normales de la naturaleza humana (el alma).
Pero Jesús era completamente humano, incluyendo todas las cosas con
las que contribuyen normalmente un padre y una madre humanos. Además,
había en él el elemento de deidad. Lo que hizo Dios fue suministrar,
mediante creación especial, tanto el componente humano con el que
normalmente contribuye el varón (y por eso tenemos el nacimiento
virginal) como el factor divino (por eso tenemos la encarnación). El
nacimiento virginal requiere únicamente que la existencia de un ser
humano se produzca sin la participación de un padre humano. Esto
podría haber sucedido sin encarnación, y podría haber habido
encarnación sin nacimiento virginal. Algunos han denominado a este
segundo concepto "adopcionismo instantáneo," ya que supuestamente el
humano implicado habría existido por sí mismo aparte de la adición de
la naturaleza divina. El asunto aquí, sin embargo, es que con la
encarnación sucediendo en el momento de la concepción o el nacimiento,
nunca habría habido un momento en el que Jesús no hubiera sido
completamente humano y completamente divino. En otras palabras, ser
divino y humano no depende del nacimiento virginal.
Una segunda sugerencia que se hace con frecuencia es que el nacimiento
virginal era indispensable para que Jesús careciese de pecado. Si
hubiera poseído aquello con lo que la madre contribuye y con lo que el
padre suele contribuir, habría tenido una naturaleza depravada y por
tanto pecaminosa, como el resto de nosotros. Pero este argumento
parece sugerir que nosotros también careceríamos de pecado si no
tuviéramos un padre varón. Y esto a su vez podría significar una de
estas dos cosas (1) o bien que el padre, y no la madre, es la fuente
de la depravación, una noción que en efecto implica que la mujer no
tiene una naturaleza depravada (o que si la tiene, no la transmite), o
(2) que la depravación no procede de la naturaleza de nuestros padres,
sino del acto sexual mediante el cual se produce la reproducción. Pero
no existe nada en las Escrituras que apoye esta última alternativa. La
declaración en Salmos 51:5: "En maldad he sido formado y en pecado me
concibió mi madre," sencillamente significa que el salmista era
pecador desde el mismo principio de la vida. No significa que el acto
de la concepción sea pecaminoso en sí mismo.
Nos queda entonces la primera alternativa, o sea, que la transmisión
del pecado va relacionada con el padre. Pero esto tampoco tiene apoyo
ninguno en las Escrituras. Aunque se podría encontrar algún apoyo en
la frase de Pablo de que fue el pecado de Adán (Ro. 5:12) el que hizo
pecadores a los hombres, Pablo también indica que Eva, y no Adán,
"siendo engañada, incurrió en transgresión" (1 Ti. 2:14). No hay
señales de que haya más pecaminosidad en el hombre que en la mujer.
Surge la cuestión de si toda la raza humana está mancillada por el
pecado original, ¿María no habría aportado a Jesús algunas de sus
consecuencias? Se ha argumentado que Jesús sí tenía una naturaleza
depravada, pero que no cometió realmente ningún pecado. En respuesta
señalaremos que el ángel le dijo a María: "El Espíritu Santo vendrá
sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual
también el Santo Ser que va a nacer será llamado Hijo de Dios" (Lc.
1:35). Parece probable que la influencia del Espíritu Santo tuviera un
efecto tan poderoso y santificador que no se produjera ninguna
transferencia de la depravación o la culpabilidad de María sobre
Jesús. Sin esa influencia santificadora especial, hubiera poseído esa
misma naturaleza depravada que nosotros tenemos. Pero si el Espíritu
Santo evitó que la corrupción pasase de María a Jesús, ¿no podría
haber evitado que pasase también la de José? Concluimos que la
carencia de pecado de Jesús no depende de la concepción virginal.
Ya señalamos anteriormente que el nacimiento virginal no se menciona
en los sermones evangelísticos del libro de los Hechos. Puede que no
fuera una de las doctrinas de primer nivel (o sea, indispensable para
la salvación). Es una doctrina subsidiaria o de apoyo; ayuda a crear o
sustentar la creencia en las doctrinas indispensables, o reforzar las
verdades encontradas en otras doctrinas. Como la resurrección, es a la
vez un suceso histórico, una doctrina y una evidencia, es bastante
posible no ser consciente o ignorar el nacimiento virginal y sin
embargo ser salvos. Desde luego, es evidente que a un amplio número de
personas les ocurrió. Pero entonces ¿cuál es la importancia de esta
enseñanza?
1. La doctrina del nacimiento virginal es un recordatorio de que
nuestra salvación es sobrenatural. Jesús, cuando le habló a Nicodemo
sobre la necesidad de un nuevo nacimiento, dijo: "el que no nace de
agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace
de la carne, carne es; y lo que nace del Espíritu, espíritu es" (Jn.
3:5b–6). Juan declaró que los que creen y reciben la autoridad para
ser hijos de Dios: "no nacieron de sangre, ni por voluntad de carne,
ni por voluntad de varón, sino de Dios" (Jn. 1:13). El énfasis se pone
en que la salvación no procede del esfuerzo humano, ni es un logro
humano. Así que también el nacimiento virginal señala incluso la
incapacidad de los humanos para dar incluso el primer paso en el
proceso. La humanidad no es sólo incapaz de asegurar su propia
salvación, sino que no podría ni siquiera introducir al Salvador en la
sociedad humana.
El nacimiento virginal es, o al menos debería ser, un freno a nuestra
tendencia humana natural hacia el orgullo. Aunque María fue la que dio
a luz al Salvador, nunca habría podido hacerlo, ni siquiera con la
ayuda de José, si el Espíritu Santo no hubiera estado presente y
obrando. El nacimiento virginal es una prueba de la actividad del
Espíritu Santo. Pablo escribió en otra ocasión: "Pero tenemos este
tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios
y no de nosotros," (2 Corintios 4:7). El nacimiento virginal es un
recordatorio de que nuestra salvación, aunque vino a través de la
humanidad, es totalmente de Dios.
2. El nacimiento virginal es también un recordatorio de que la
salvación de Dios es totalmente un don de gracia. No había nada en
particular en María que la hiciese merecedora de dar a luz al Hijo de
Dios. Probablemente muchas jóvenes judías podían haber servido para
ello. Desde luego María manifestaba cualidades, tales como la fe y la
dedicación, que Dios podía utilizar (Lc. 1:38, 46–55). Pero no tenía
nada especial que ofrecer, ni siquiera un marido. Que alguien
aparentemente incapaz de tener un hijo fuese escogida para llevar al
Hijo de Dios es un recordatorio de que la salvación no es un logro
humano, sino un don de Dios, y un don que no merecemos.
3. El nacimiento virginal es evidencia de lo especial que era Jesús el
Salvador. Aunque podía haber habido una encarnación sin un nacimiento
virginal, la naturaleza milagrosa del nacimiento (o al menos de la
concepción) sirve para mostrar que Jesús era, cuando menos, un hombre
muy fuera de lo común escogido por Dios de manera particular.
4. Aquí hay una nueva evidencia del poder y la soberanía de Dios sobre
la naturaleza. En varias ocasiones (por ejemplo en el nacimiento de
Isaac, Samuel y Juan el Bautista) Dios había proporcionado un hijo a
una madre estéril o que ya había pasado la edad de ser madre. Sin duda
estos fueron nacimientos milagrosos. Sin embargo, este nacimiento fue
incluso más sorprendente. Dios había dado muestras de su tremendo
poder cuando, al prometerle un hijo a Abraham y a Sara, él había dicho
retóricamente: "¿Acaso hay alguna cosa difícil para Dios? Al tiempo
señalado volveré a ti, y para entonces Sara tendrá un hijo" (Gn.
18:14). Dios es todopoderoso, capaz de alterar y sobrepasar el camino
de la naturaleza para conseguir sus propósitos. Que Dios era capaz de
obrar lo que parecía imposible en el tema del nacimiento virginal
simboliza su habilidad para cumplir la aparentemente imposible tarea
de ofrecer un nacimiento nuevo a los pecadores. Como el mismo Jesús
dijo sobre la salvación "Para los hombres esto es imposible, pero para
Dios todo es posible" (Mt. 19:26).
Erickson, M. J. (2008). Teología sistemática. (J. Haley, Ed., B.
Fernández, Trans.) (Segunda Edición, pp. 752–771). Viladecavalls,
Barcelona: Editorial Clie.
--
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor
http://adonayrojasortiz.blogspot.com
El nacimiento virginal
Objetivos del capítulo
Al terminar este capítulo, debería ser capaz de:
• Explicar la importancia del nacimiento virginal a la hora
de elaborar una forma de entender lo sobrenatural, Jesucristo y la
teología cristiana en su conjunto.
• Identificar y describir la evidencia bíblica e histórica,
específicamente en la iglesia primitiva, del nacimiento virginal.
• Reconocer y entender cinco objeciones al nacimiento virginal.
• Refutar cinco objeciones al nacimiento virginal, utilizando
evidencias bíblicas y racionales.
• Formular una doctrina teológica sobre el nacimiento
virginal basada en las evidencias presentadas, tanto a favor como en
contra.
Resumen del capítulo
Después de la resurrección, el nacimiento virginal es el suceso más
controvertido de la vida de Jesucristo. A finales del siglo XIX y
principios del siglo XX, el tema del nacimiento virginal se convirtió
en un asunto que probaba la creencia de la gente en lo sobrenatural.
Aunque la terminología "concepción virginal" resulta más adecuada para
explicar el significado de una concepción que es sobrenatural que la
de un "nacimiento virginal," esta última se convirtió en la expresión
más común para referirse a esta doctrina. Las dos referencias
bíblicas, que discuten el nacimiento virginal, Mateo 1 y Lucas 1,
satisfacen la coherencia de las Escrituras en cuanto a la creencia en
el nacimiento virginal. Como un elemento clave de la cristología,
creer en el nacimiento virginal es necesario para la teología
cristiana.
Cuestiones de estudio
1. ¿Por qué el nacimiento virginal es importante para la
teología cristiana?
2. ¿Qué evidencias se encuentran en la iglesia primitiva para
creer en el nacimiento virginal?
3. ¿Qué objeciones se han planteado contra el nacimiento
virginal, y cómo respondería a ellas?
4. ¿Cómo defendería la creencia en el nacimiento virginal
utilizando Mateo 1 y Lucas 1?
5. ¿Cómo contribuye a la cristología el creer en el
nacimiento virginal?
Importancia del tema
Evidencia del nacimiento virginal
Evidencia bíblica
Tradición de la iglesia primitiva
Objeciones al nacimiento virginal
Ignorancia inesperada respecto al nacimiento virginal
La posibilidad de que el nacimiento virginal impida la humanidad completa
Paralelismos con otras religiones
Incompatibilidad con la preexistencia de Cristo
Conflicto con la ley natural
El significado teológico del nacimiento virginal
Importancia del tema
Junto con la crucifixión y la resurrección, quizá el sucesor de la
vida de Cristo que ha recibido mayor atención es el de su nacimiento
virginal. Desde luego, junto con la resurrección es el más debatido y
controvertido.
A finales del siglo XIX y principios del XX, el nacimiento virginal
estaba en pleno debate entre los fundamentalistas y los modernistas.
Los fundamentalistas insistían en que la doctrina era una creencia
esencial. Los modernistas o la rechazaban por no ser esencial o por
ser insostenible, o la reinterpretaban de una manera no literal. Para
los primeros era una garantía de que Cristo era especial y de que era
Dios, mientras que para los segundos parecía desviar la atención de la
realidad espiritual al tema biológico.
Una razón para poner tanto énfasis en esta enseñanza que se menciona
sólo dos veces en las Escrituras es que en otras doctrinas había más
variedad de interpretaciones. Los liberales tendían a redefinir las
doctrinas sin cambiar la terminología, como observó John Herman
Randall Jr. Como resultado, la adscripción a estas doctrinas ya no era
una prueba positiva de ortodoxia. Por tanto ya no era posible asumir
que lo que un teólogo quiere decir con "divinidad" y "deidad" de
Cristo era una singularidad cualitativa que le distingue de otros
humanos. Se comenta que W. Robertson Smith, un teólogo escocés del
siglo XIX, cuando le acusaron de negar la divinidad de Cristo, dijo:
"¿Cómo pueden acusarme de eso? Nunca he negado la divinidad de ningún
hombre, ¡menos aún la de Jesús!" A la vista de tales ideas, la
aprobación de la doctrina de la deidad de Jesús no incluye
necesariamente el significado tradicional: que Jesús era divino en el
mismo sentido y grado que el Padre, y de una manera que no es cierta
para ninguna otra persona que haya vivido. Por tanto, no es
sorprendente que la deidad de Cristo no aparezca en algunas listas de
los fundamentos de la ortodoxia. Sin embargo, la resurrección del
cuerpo y el nacimiento virginal sí se encuentran allí. Los
fundamentalistas razonaron que alguien que puede aceptar el nacimiento
virginal probablemente podía aceptar otras evidencias de la deidad de
Jesús, ya que estas por lo general son menos difíciles de aceptar que
el nacimiento virginal. Por eso a los candidatos a la ordenación se
les pedía que expresasen una posición ante el nacimiento virginal,
porque era una manera relativamente fácil y eficiente de determinar si
mantenían que Cristo era sobrenatural. En tiempos más recientes, el
teólogo asiático Choan-Seng Song ha interpretado la encarnación de
Cristo como que Dios obra en todas las situaciones en las que hay
sufrimiento. Por tanto, el nacimiento virginal sigue siendo importante
para lo especial de la encarnación de Cristo en un momento concreto de
tiempo.
Sin embargo, había un asunto incluso más grande aquí. Porque el
nacimiento virginal era una prueba sobre la posición que se tenía
hacia lo milagroso. Cualquiera que aceptase el nacimiento virginal
podría aceptar los demás milagros que relata la Biblia. Por tanto,
esto se convirtió en una manera conveniente de determinar la actitud
que uno tenía hacia lo sobrenatural en general. Pero incluso más allá
de eso, era una manera de comprobar la cosmovisión que se tenía del
mundo y, específicamente, de la relación de Dios con el mundo.
Uno de los puntos de desacuerdo entre los conservadores y los
liberales tenía que ver con la relación de Dios con el mundo. Hablando
en general, los liberales o modernistas resaltaban la inmanencia de
Dios. Se consideraba que Dios estaba presente y activo en todas
partes. Se creía que obraba para cumplir sus propósitos a través de
las leyes naturales y los procesos diarios y no de forma directa y
especial. Los conservadores o fundamentalistas, por otro lado,
resaltaban la trascendencia de Dios. Según esta idea, Dios está fuera
del mundo, pero interviene milagrosamente de vez en cuando para
realizar una obra especial. El fundamentalista veía el nacimiento
virginal como signo de la obra milagrosa de Dios, mientras que el
liberal veía cada nacimiento como un milagro. El nacimiento virginal
era, por tanto, un destacado campo de batalla ente los puntos de vista
sobrenaturalistas y naturalistas de la relación de Dios con el mundo.
El nacimiento virginal significa cosas diferentes para diferentes
teólogos. De lo que estamos hablando aquí realmente es de la
"concepción virginal." Con esto queremos decir que la concepción de
Jesús en el vientre de María no fue resultado de una relación sexual.
María era virgen en el momento de la concepción de Jesús y continuó
siéndolo hasta el momento de su nacimiento, porque las Escrituras
indican que José no tuvo relaciones sexuales con ella hasta después
del nacimiento (Mt. 1:25). María se quedó embarazada mediante una
influencia sobrenatural que el Espíritu Santo tuvo sobre ella, pero
esto no significa que Jesús fuera el resultado de la relación sexual
entre Dios y María. Tampoco implica que no se produjera un nacimiento
normal. Algunos teólogos, en particular católicos, interpretan el
nacimiento virginal como que Jesús no nació de forma normal. Según su
punto de vista, simplemente pasó por la pared del útero de María en
lugar de por el canal de nacimiento normal, de manera que el himen de
María no se rompió. Por tanto, hubo una especie de cesárea milagrosa.
Según la doctrina católica de la perpetua virginidad de María, ella en
ningún momento tuvo relaciones sexuales, así que no hubo hijos
naturales nacidos de José y María. Algunos teólogos, por ejemplo Dale
Moody, para distinguir su interpretación del nacimiento virginal de la
del catolicismo tradicional, han propuesto que se utilice la expresión
"concepción virginal" o "concepción milagrosa" en lugar de "nacimiento
virginal."7 Sin embargo, debido al uso común de la expresión
"nacimiento virginal," lo emplearemos aquí, pero entendiéndose que
nuestra interpretación difiere del dogma tradicional católico romano.
También hay desacuerdos en lo que se refiere a la importancia del
nacimiento virginal, incluso entre los que insisten que se debe
mantener la creencia en esta doctrina. Algunos han argumentado que el
nacimiento virginal era esencial para la encarnación. Si hubiera
habido una madre y un padre humanos, Jesús habría sido sólo humano.
Otros creen que el nacimiento virginal era indispensable para que
Cristo careciese de pecado.9 Si hubiera habido dos padres humanos,
Jesús habría heredado una naturaleza humana depravada o corrupta
plena; no habría habido posibilidad de estar libre de pecado. Sin
embargo, otros creen que el nacimiento virginal no era esencial para
ninguna de estas consideraciones, pero que tenía gran valor por
simbolizar la realidad de la encarnación. Es un factor indicativo, muy
similar al modo en que otros milagros, y particularmente la
resurrección, funcionan para certificar que Cristo es sobrenatural.
Sobre esta base, el nacimiento virginal no es necesario desde un punto
de vista ontológico, o sea, que no es necesario que Jesús naciese de
una virgen para ser Dios. Sin embargo, es necesario
epistemológicamente, esto es, para que nosotros sepamos que es Dios.
Por otra parte, algunos han sostenido que la doctrina del nacimiento
virginal es prescindible. Se puede omitir sin que se produzcan
problemas en el significado esencial del cristianismo. Aunque pocos
evangélicos toman esta posición de forma activa, es interesante
constatar que algunos textos de teología sistemática evangélica hacen
escasa o nula referencia al nacimiento virginal en su tratamiento
sobre la cristología.12 De hecho, muchas de las discusiones sobre el
nacimiento virginal se han realizado en obras separadas que tratan
detalladamente el tema.
Una vez examinados los argumentos o los indicios positivos del
nacimiento virginal, es necesario que nos preguntemos cuál es el
verdadero significado e importancia de la doctrina. Sólo entonces
podremos extraer sus implicaciones prácticas.
Evidencia del nacimiento virginal
Evidencia bíblica
La doctrina del nacimiento virginal se basa en dos referencias
bíblicas explícitas: Mateo 1:18–25 y Lucas 1:26–38. Hay otros pasajes
en el Nuevo Testamento que para algunos también hacen referencia o al
menos aluden o presuponen el nacimiento virginal, y está la profecía
de Isaías 7:14, que se cita en Mateo 1:23. Pero incluso tomando en
consideración estos pasajes, la cantidad de referencias relevantes es
bastante escasa.
Simplemente podríamos detenernos en este punto y afirmar que dado que
la Biblia confirma el nacimiento virginal no una vez, sino dos, es
prueba suficiente. Ya que creemos que la Biblia es inspirada y es
autoridad, Mateo 1 y Lucas 1 nos convencen de que el nacimiento
virginal es un hecho. Sin embargo, también tenemos que tener en cuenta
que en lo que se refiere a la verdad histórica del nacimiento
virginal, esto es, en lo que se refiere a un evento que ocurre en un
momento concreto del espacio y el tiempo, en principio es algo que
puede ser confirmado o negado por los datos de la investigación
histórica.
Señalamos, primero, la integridad básica de los dos pasajes
pertinentes. Las dos referencias explícitas, y especialmente Mateo
1:20–21 y Lucas 1:34; son partes integrales de la narrativa en la que
suceden; no son inserciones o interpolaciones. Es más, Raymond Brown
cree que entre las narrativas de la infancia y el resto del libro en
el que aparece hay una continuidad de estilo (por ejemplo, el
vocabulario, la fórmula general de citación) y de tema.
Además, se puede argumentar que los dos relatos del nacimiento de
Jesús, aunque claramente independientes uno del otro, son similares en
tantos puntos (incluida la virginidad de María) que debemos concluir
que en esos puntos ambos surgieron independientemente de una narración
común anterior a cualquiera de ellos; al tener más antigüedad, tienen
mayor garantía de historicidad. Brown ha recogido una lista de once
puntos que tienen en común los relatos de Mateo y Lucas. Entre los
puntos más significativos en los que difieren Brown señala las
referencias de Lucas a la historia de Zacarías, Isabel y el nacimiento
de Juan el Bautista, el censo, los pastores, la presentación del niño
Jesús en el templo, y las enseñanzas de Jesús allí a los doce años.
Por otra parte, Mateo tiene la historia de los Magos guiados por una
estrella hacia el niño, la matanza de los niños por Herodes, y la
huida a Egipto.15 Que a pesar de esta diversidad los dos relatos se
refieran específicamente a la concepción virginal es una pista fuerte
de que para este asunto en particular ambos dependen de una única
tradición anterior. Un punto adicional de autentificación se relaciona
con el carácter judío de estas porciones de los evangelios. Entonces,
desde la perspectiva de la crítica de las formas, la tradición del
nacimiento virginal apareció muy pronto en la historia de la iglesia,
cuando se encontraba principalmente bajo la influencia judía en lugar
de la griega.
¿De dónde procede esta tradición? Una respuesta que se ha dado es que
surge de fuentes extra-bíblicas, extra-cristianas, como los mitos que
se encuentran en las religiones paganas y el judaísmo pre-cristiano.
Examinaremos estas sugerencias un poco más adelante (pp. 770). No
obstante, señalaremos aquí que los paralelismos con otras religiones
son bastante superficiales y las supuestas fuentes difieren
significativamente de los relatos bíblicos. Además, existen serias
dudas de que los primeros cristianos conocieran o aceptaran la mayoría
de ellos. Por lo tanto, esta teoría debe ser descartada.
En el pasado era común atribuir la tradición a José y María, que,
después de todo, eran los únicos que sabían las cosas de forma
directa. Así, el relato de Mateo se atribuía a José y el de Lucas a
María. Cuando se observa desde la perspectiva de lo que se menciona y
lo que se omite, esta hipótesis tiene bastante sentido. Pero Brown
argumenta que José, que al parecer ya había muerto en los tiempos en
que Jesús estaba haciendo su ministerio público, no se puede
considerar una fuente para la tradición. Y María no parece haber
estado muy cercana a los discípulos durante el ministerio de Jesús,
aunque aparentemente formó parte de la comunidad tras la resurrección.
Brown declara que aunque no es imposible que ella fuera la fuente del
material para la narración de la infancia de Jesús en Lucas, no es muy
probable que fuese ella la que suministró el material para el relato
de Mateo, porque no parece estar contado desde su punto de vista. Así
que Brown concluye que "no sabemos con certeza si alguno o todos los
materiales sobre la infancia de Jesús proceden de una tradición para
la cual había un testigo corroborador."18
A pesar de los argumentos de Brown es difícil aceptar sus
conclusiones. El argumento de que José no puede ser considerado fuente
de la tradición del nacimiento virginal porque ya estaba muerto cuando
Jesús desarrolló su ministerio, aunque es un argumento del silencio,
probablemente es técnicamente correcto. No era una fuente directa. Sin
embargo, esto no quiere decir que sus experiencias personales sobre el
nacimiento de Jesús no hayan sido conocidas por la comunidad temprana.
¿No tenía José conocidos en los que podría haber confiado y que
acabaran convirtiéndose en creyentes y parte de la comunidad
cristiana? ¿Y nunca hablaron María y él? También se deja de lado con
demasiada rapidez el papel de María. Si, como admite Brown, hay
evidencias en el Nuevo Testamento de que María formó parte de la
comunidad después de la resurrección (Hch. 1:14), ¿no es una fuente
probable de la tradición?
No deberíamos rechazar con tanta facilidad la posibilidad de que otros
miembros de la familia de Jesús hayan tenido también su parte. Se ha
observado que el Protoevangelio de Santiago, supuestamente un relato
del nacimiento de Jesús escrito por uno de sus hermanos, es bastante
folklórico y comete errores elementales sobre asuntos del
procedimiento en el templo. Pero del hecho de que sea un escrito
apócrifo poco fiable ¿se debe concluir que el auténtico Santiago, que
Brown admite que llegó a los años sesenta, no puede ser una fuente
fiable de una tradición correcta? El mismo Brown hace una sugerencia
coherente a este respecto en un escrito anterior:
Una tradición familiar sobre la manera en que fue concebido Jesús
puede haber dado apoyo a la solución teológica [al problema de cómo
Jesús pudo haber nacido libre de pecado]. Aunque no hay manera de
probar la existencia de esa tradición privada, la notoriedad de los
parientes de Jesús en la iglesia de Jerusalén – por ejemplo Santiago,
el hermano del Señor – nos debería prevenir sobre hasta qué punto los
cristianos eran libres, al menos hasta los años 60, para inventar
tradiciones familiares sobre Jesús.
Si excluimos la familia como fuente de la tradición, tenemos el
complicado problema de saber de dónde procede realmente. Hemos
señalado que la hipótesis de una fuente extra-bíblica adecuada. Por
tanto concluimos que "es difícil explicar cómo surgió la idea si no
fue del hecho." Aunque para nosotros no es necesario establecer la
fuente exacta de la tradición, la familia de Jesús sigue pareciendo
una posibilidad bastante probable.
También deberíamos señalar que aparentemente desde muy pronto se
cuestionó la legitimidad de Jesús. En la polémica anticristiana de
Celso (en torno a 177–180) se acusa a Jesús de ser hijo ilegítimo de
María y de un soldado romano llamado Pantera, y de que el mismo Jesús
había inventado la historia del nacimiento virginal. Que se creyera
que la obra de Celso estaba basada en fuentes judías argumenta en
favor de una tradición temprana sobre el nacimiento virginal.
Sin embargo, incluso en el Nuevo Testamento hay indicaciones de que se
cuestionaba la legitimidad de Jesús. En Marcos 6:3 Jesús es
identificado por la gente de su pueblo como "el hijo de María" cuando
lo esperable es que se le conociese como "el hijo de José." Para
algunos, esto se considera una referencia a la tradición de que José
no era el padre de Jesús; su idea se ve fortalecida por la declaración
de que la gente del pueblo se sintió ofendida ante Jesús. Normalmente
en aquel tiempo cuando una persona era identificada, se hacía diciendo
quién era su padre. Cuando se identificaba a un hombre con el nombre
de su madre era porque su paternidad era incierta o desconocida. Brown
argumenta que el hecho de que los hermanos de Jesús sean mencionados
también en Marcos 6:3 es un signo de normalidad que va en contra de la
designación de "hijo de María" como evidencia de ilegitimidad de
Jesús, porque la legitimidad de sus hermanos y hermanas también se
habría cuestionado. Sea o no válida la conclusión de Brown, queda
claro que la evidencia del texto no es concluyente. La existencia de
variantes (por ejemplo, "el hijo del carpintero") es otra advertencia
en contra de extraer conclusiones apresuradas.
Otro texto que trata este tema es Juan 8:41, donde los judíos le dicen
a Jesús "nosotros no hemos nacido de fornicación." El uso del
pronombre enfático ὑμεῖς (hēmeis) se puede interpretar como una
alusión: "no somos nosotros los que hemos nacido de fornicación."
No sería sorprendente que hubiera rumores de que Jesús era ilegítimo,
ya que según los relatos de Mateo y Lucas, Jesús fue concebido después
de que María se prometiera con José, pero antes de que estuvieran
juntos oficialmente. Por lo tanto nació embarazosamente pronto. En
especial Mateo puede haber incluido la historia que encontramos en
1:18–25 porque circulaban rumores de ilegitimidad. También se puede
deber al deseo de mantener tanto el respeto a los padres de Jesús como
la convicción de que Jesús carecía de pecado. Desde luego las
indicaciones de que se creyera que Jesús era ilegítimo son coherentes
con la concepción virginal. Por supuesto, no la verifican, ya que otra
opción lógica de estas indicaciones sería que Jesús realmente fuera
ilegítimo. Pero al menos podemos afirmar que todas las evidencias
bíblicas dejan claro que José no era el padre natural de Jesús.
Tradición de la iglesia primitiva
Otra evidencia del nacimiento virginal es su larga tradición en la
iglesia primitiva. Aunque esta tradición en sí misma no establece el
nacimiento virginal como un hecho, es el tipo de evidencia que
podríamos esperar si la doctrina fuera cierta.
Un punto de arranque es el Credo de los apóstoles. La forma que
utilizamos ahora se produjo en la Galia en los siglos quinto o sexto,
pero procede de mucho antes. En realidad se basa en una antigua
confesión bautismal romana. El nacimiento virginal se confirma tanto
en la versión más antigua como en la posterior. Poco después de
mediados del siglo segundo, la forma antigua ya estaba en uso, no sólo
en Roma, sino también por Tertuliano en África del Norte y por Ireneo
en la Galia y Asia Menor. La presencia de la doctrina del nacimiento
virginal en una confesión primitiva de la importante iglesia de Roma
es muy significativa, especialmente dado que ese credo no incorporaría
ninguna doctrina nueva.
Otro testimonio primitivo importante es el de Ignacio, obispo de la
Antioquia siria, que fue martirizado no más tarde del año 117.
Argumentando en contra de los docetistas, realizó un resumen de las
principales creencias sobre Cristo. Adolf von Harnack llamaba al
resumen de Ignacio un kerygma de Cristo. Incluía una referencia a la
virginidad de María como uno de los "misterios sobre los que se va a
hablar."28 Varias observaciones hacen esta referencia muy
impresionante: (1) como Ignacio está escribiendo en contra del
Docetismo, la expresión "nacido de mujer" (como en Gá. 4:4) serviría
mejor a su propósito que la de "nacido de una virgen"; (2) no lo
escribió un novicio, sino el obispo de la madre iglesia de la
cristiandad gentil; (3) se escribió no más tarde de 117. Como ha
observado J. Gresham Machen: "cuando encontramos [a Ignacio]
confirmando el nacimiento virginal no como una novedad, sino como uno
de los hechos aceptados sobre Cristo, queda claro que la creencia en
el nacimiento virginal debía estar extendido mucho antes del final del
siglo primero."
Por supuesto, también hay evidencias tempranas de negación del
nacimiento virginal. Algunas de ellas, naturalmente, procedían de
paganos. Sin embargo, más significativas eran las objeciones de los
judíos, que estaban en mejor posición para tener conocimiento de los
hechos y que podrían reflejar una imagen más precisa de la tradición.
Algunos que decían ser cristianos creyentes también plantearon
objeciones. Entre los distintos tipos de opositores a la doctrina se
encontraban Celso, Cerinto, Carpócrates y los ebionitas. Es
significativo que no encontremos ningún ortodoxo (esto es, que
mantenga todas las demás doctrinas básicas de la fe cristiana) que
niegue el nacimiento virginal. Machen resume adecuadamente el
testimonio negativo del siglo segundo: "Las negaciones al nacimiento
virginal que aparecieron en ese siglo es mucho más probable que se
basaran en presuposiciones filosóficas o dogmáticas que en una
tradición histórica genuina."
En contraste, la existencia de un testimonio positivo fuerte del
segundo siglo junto con los otros tipos de evidencias ya citadas,
argumentan con fuerza a favor de la historicidad y la realidad del
nacimiento virginal. Aunque parezca ambigua y no resulte aplastante,
la evidencia es suficiente para apoyar la creencia en el testimonio
bíblico sobre este tema importante.
Objeciones al nacimiento virginal
Han surgido un gran número de objeciones al nacimiento virginal.
Ignorancia inesperada respecto al nacimiento virginal
Se ha argumentado que gente cercana a Jesús, en especial María, pero
también sus hermanos, no conocían el milagroso nacimiento. Basándose
en Marcos 3:21, 31, se asume que fueron ellos los que vinieron a
sacarle, creyendo que estaba fuera de sí. Ser conscientes del
milagroso nacimiento de Jesús les habría servido de explicación para
su comportamiento que tan extraño les resultaba aquí.
También se ha señalado que la mayor parte del Nuevo Testamento no dice
nada sobre el nacimiento virginal. ¿Cómo pudo Marcos, autor del
primero y más básico de los evangelios, omitir la mención a este tema
si lo conocía? Y ¿por qué el evangelio de Juan, el más teológico de
los cuatro, no dice nada sobre un asunto tan importante como este?
Además, es increíble que Pablo, con toda su exposición sobre la
importancia de Cristo y con su fuerte orientación hacia la doctrina,
permaneciese ignorante respecto a este tema si realmente fuera un
hecho y formara parte de la tradición de la iglesia primitiva. Es más,
la predicación de la iglesia primitiva, que se recoge en el libro de
los Hechos, permanece extrañamente silenciosa ante este tema. ¿No
resulta peculiar que sólo dos libros hagan mención al nacimiento
virginal, y sólo de forma breve? Incluso Mateo y Lucas no utilizan, ni
hacen nuevas referencias al nacimiento virginal. Estos son cargos
serios que exigen una respuesta, porque si se toman por lo que parecen
ser, minan o neutralizan la afirmación de que hubo un testimonio
temprano del nacimiento virginal.
Debemos observar primero Marcos 3. No hay seguridad de que María y los
hermanos de Jesús (v. 31) fueran las personas que pensaban que estaba
fuera de sí (v. 21). Literalmente el griego dice "los de él,"
refiriéndose presumiblemente a personas de su propia casa. Sin
embargo, quiénes eran estos individuos no está nada claro. Y hay que
señalar que en el versículo 31 no se hace mención alguna al versículo
21. Por tanto, es probable que uno no se produzca justo después del
otro, sino que los dos versículos estén narrando sucesos
desconectados. No hay indicación alguna de que cuando María y los
hermanos de Jesús vinieron a buscarle, estuvieran preocupados por su
salud mental o la estabilidad de sus acciones. No se establece
conexión alguna con la terminología del versículo 21, ni hay ninguna
pista que indique que este fuera un segundo acercamiento de la madre y
los hermanos de Jesús. Es más, un intercambio verbal con los escribas
de Jerusalén aparece entre los dos versículos. Y la referencia de
Jesús a "mi madre y mis hermanos" no contiene ninguna pista de que
hubiera una reflexión desfavorable por su parte (vv. 33–35). Así que,
no hay justificación para creer que los que pensaban que Jesús estaba
fuera de sí fueran su madre y sus hermanos.
Sin embargo, incluso si María hubiera estado entre los que pensaban
que Jesús estaba fuera de sí, eso no sería incompatible con que
supiera lo de su nacimiento virginal. Si María esperaba que Jesús
algún día se sentara en el trono de David, podría haberse sentido
perpleja con facilidad. Porque en el ministerio en el que ahora se
embarcaba Jesús parecía producir oposición y rechazo. Sin embargo,
podía ser consciente del hecho de que, durante la infancia y madurez
de Jesús, ella había tenido una posición de superioridad sobre él:
cuidándole entrenándole, aconsejándole. Sin duda habría habido
momentos en los que ella había considerado necesario aconsejarle
mejores formas de actuar en su vida personal, si su encarnación era
realmente genuina. Puede haber observado este episodio simplemente
como otra ocasión en la que su guía era necesaria.
En lo que se refiere a sus hermanos, se pueden aplicar algunas de esas
mismas consideraciones. Sin embargo, en su caso tenemos una indicación
explícita de que no creían en Jesús durante su ministerio, o al menos
en algún momento de su ministerio (Jn. 7:5). Su falta de creencia se
ha citado como evidencia de que no tenían conocimiento del nacimiento
virginal y de que por tanto este no se había producido. Pero en
realidad no hay razón para creer que María y José les hubiesen contado
lo del nacimiento virginal. Aunque puede que esa verdad la hayan
conocido más tarde, e incluso puede que tuviera que ver con el hecho
de que empezaran a creer en él, es bastante probable que, siendo más
jóvenes que Jesús, cuando no creían desconociesen completamente lo de
su nacimiento inusual.
Pero ¿qué pasa con el silencio de los demás libros del Nuevo
Testamento? El evangelio según Marcos se considera bastante
significativo a este respecto, ya que presumiblemente es un documento
anterior y básico sobre el que se escribieron los Evangelios
Sinópticos. Pero uno siempre debe ser cuidadoso al argumentar con el
silencio, y especialmente en este caso. Marcos no hace ninguna
referencia al nacimiento e infancia de Jesús. El mismo diseño del
libro parece ser el de proporcionar un informe de los sucesos que
pueden haber sido un asunto de conocimiento público, no el de ofrecer
detalles íntimos de la vida de Jesús. Al escribir un libro tan
compacto como el que escribió, Marcos no ofrece ningún discurso
extendido como los que encontramos en Mateo, y el tipo de incidentes
que sólo conocerían una o dos personas tampoco los encontramos aquí.
La tradición de que Marcos basa su evangelio en la información
suministrada por Pedro sugiere que Marcos podría haber escogido sólo
lo que el apóstol había observado personalmente. Estas
consideraciones, en caso de ser ciertas, apoyarían la ausencia de
cualquier referencia al nacimiento virginal. Esto no implica que
Marcos no supiera de ello o que la tradición fuera falsa.
No obstante, hay una cosa en el evangelio de Marcos que algunos han
señalado como prueba de que el autor sí sabía del nacimiento virginal.
Sucede en 6:3. En el pasaje paralelo Mateo cuenta que la gente de
Nazaret preguntaba: "¿No es ese el hijo del carpintero?" (Mt. 13:55);
y Lucas tiene: "¿No es este el hijo de José?" (4:22). Sin embargo, en
Marcos se lee: "¿No es este el carpintero, hijo de María, hermano de
Jacobo, de José, de Judas y de Simón? ¿No están también aquí con
nosotros sus hermanas?" Parece como si Marcos estuviera tratando
deliberadamente de evitar referirse a Jesús como hijo de José. Al
contrario que los lectores de Mateo y Lucas, a los que ya se les había
advertido del nacimiento virginal en el capítulo de inicio de los
evangelios respectivos, los lectores de Marcos no tenían manera de
saber esto. Así que escogió sus palabras cuidadosamente para no dar
una impresión equivocada. El punto crucial para nosotros es que el
relato de Marcos no ofrece base para concluir que José era el padre de
Jesús. Por tanto, aunque Marcos no nos habla del nacimiento virginal,
desde luego tampoco lo contradice.
Juan tampoco hace mención al nacimiento virginal en su evangelio. Como
ocurre con Marcos, se debería observar que la naturaleza del evangelio
de Juan es tal que no existe narración del nacimiento. Es cierto que
el prólogo habla del origen de Jesús, pero este pasaje está más
orientado teológica que históricamente, y va seguido inmediatamente
por la imagen de Jesús y Juan el Bautista al inicio del ministerio
público de Jesús. No hay nada que se aproxime a un relato de sucesos
de la vida de Jesús antes de los treinta. Aunque algunos han tratado
de buscar una alusión al nacimiento virginal en Juan 1:13, esta
interpretación depende de una variante textual disputada.
Como observamos anteriormente, no hay referencias al nacimiento
virginal en los sermones del libro de los Hechos. Sin embargo,
deberíamos señalar que estos sermones fueron ofrecidos a audiencias
hostiles o desinformadas. Por tanto, no habría sido natural incluir
referencias al nacimiento virginal, porque podrían haber introducido
un obstáculo innecesario a la aceptación del mensaje y de la persona
en la que se centraba.
La consideración final son los escritos de Pablo. Debido a su papel
dominante en la formulación de la teología de la iglesia primitiva, lo
que dice o no dice es de considerable importancia. Una lectura atenta
de los escritos o discursos de Pablo no nos descubrirá nada que trate
directamente del nacimiento virginal, ya sea desde una perspectiva
positiva o negativa. Algunos consideran que Gálatas 4:4 tiene
evidencias a favor del nacimiento virginal y otros que tiene
evidencias en contra, pero su argumentación no tiene mucho peso.
Algunos creen que Romanos 1:3 es incoherente con la idea de la
concepción virginal, pero es difícil ver ninguna contradicción
definitiva.
No obstante, la ausencia de cualquier referencia al nacimiento
virginal nos preocupa, ya que siendo un asunto de tanta importancia,
parece extraño que Pablo no hablara de ello. Sin embargo, deberíamos
ver los escritos de Pablo tal y como son: no son discursos generales
de naturaleza catequética, sino tratamientos de problemas particulares
de la vida de una iglesia o de un individuo. Si la ocasión no exigía
la exposición de un argumento sobre un tema en particular, Pablo no lo
trataba. Entre todos los grandes temas que argumentó están la gracia y
la ley, la naturaleza de los dones espirituales en el cuerpo de Cristo
y la moralidad personal. No entró en detalles en temas concernientes a
la persona de Cristo, porque evidentemente no eran tema de disputa en
las iglesias o para las personas a las que escribió.
Para resumir este punto: no hay nada en el silencio de muchos autores
del Nuevo Testamento sobre el tema del nacimiento virginal que haga
militar en su contra. Sin embargo, más tarde, de alguna manera, a la
vista de tanto silencio, puede que tengamos que preguntarnos por la
verdadera importancia de esta doctrina. ¿Es indispensable para la fe
cristiana? Y si es así, ¿de qué manera?
La posibilidad de que el nacimiento virginal impida la humanidad completa
Algunos han cuestionado que Jesús fuera completamente humano si no
tenía más que un padre humano. Pero esto confunde la esencia de
humanidad con el proceso que lo transfiere de una generación a otra.
Adán y Eva no tenían un padre y una madre humanos y sin embargo, eran
totalmente humanos; y en el caso de Adán, no había un humano anterior
del cual se pudiera tomar su naturaleza humana en ningún sentido.
Se puede objetar que la ausencia del factor masculino de alguna manera
impide la humanidad total. Sin embargo, esto, con su machismo
implícito, no es una consecuencia lógica. Jesús no se produjo sólo con
el patrón genético de María, porque en ese caso habría sido un clon de
ella y por lo tanto tendría que haber sido mujer. Más bien, se
contribuyó con un componente masculino. En otras palabras, un esperma
se unió con un óvulo proporcionado por María, pero fue creado
especialmente para esa ocasión, en lugar de ser suministrado por un
hombre ya existente.
Paralelismos con otras religiones
Algunos han sugerido que los relatos bíblicos sobre el nacimiento
virginal no son más que adaptaciones de relatos similares que
encontramos en la literatura de otras religiones. Plutarco sugiere que
una mujer puede ser impregnada cuando se aproxima a un pneuma divino.
Esta consideración la hace en su relato de la historia de Numa, que
tras la muerte de su mujer, se retiró en soledad para tener relaciones
con el ser divino Egeria. Hay historias de cómo Zeus engendró a
Hércules, Perseo y Alejandro y de Apolo engendrando a Ión, Asclepios,
Pitágoras, Platón y Augusto. Sin embargo, estos mitos, no son más que
historias sobre fornicación entre seres divinos y humanos, que es algo
radicalmente diferente a los relatos de la Biblia sobre el nacimiento
virginal. Dale Moody comenta: "La enorme sima entre estos mitos
paganos de promiscuidad politeísta y el elevado monoteísmo del
nacimiento virginal de Jesús es demasiado amplia para que la crucen
investigaciones cuidadosas."34 Las similitudes son mucho menores que
las diferencias. Por tanto, la idea de que los mitos paganos han sido
incorporados a los relatos del evangelio debe ser rechazada.
Una variante de esta idea conecta los relatos bíblicos con el judaísmo
en lugar de con la religión pagana. Los relatos de Mateo y Lucas se
consideran demasiado judíos para haber recibido ninguna influencia
pagana directa. Sin embargo, lo que debemos reconocer, dicen los
defensores de esta teoría es que en el judaísmo había una expectación
por un nacimiento virginal. De alguna manera, el judaísmo había tomado
esta idea del paganismo y la incorporó. Después se transmitió a los
documentos cristianos en su forma judaizada.
El problema con esta teoría es que no hay una evidencia sustantiva de
que el judaísmo apoyase una creencia en un nacimiento virginal. Parece
que la teoría ha sido construida basándose en la suposición de que el
nacimiento virginal es una idea pagana y que, como no se habría
aceptado directamente, debe haber llegado al cristianismo a través del
judaísmo. Por tanto, se asume que tal creencia debe haber existido
dentro del judaísmo.
Incompatibilidad con la preexistencia de Cristo
Una objeción adicional importante al nacimiento virginal es la de que
no se puede reconciliar la idea con la evidencia clara y definitiva de
la preexistencia de Cristo. Se dice que si se mantiene una no se puede
mantener la otra. Son ideas mutuamente excluyentes, no
complementarias. La expresión reciente más erudita es la de Wolfhart
Pannenberg.
Sin embargo, ¿es válida esta objeción? Para la ortodoxa cristiana
Jesús era totalmente divino y humano. El Verbo, la Segunda Persona de
la Trinidad, siempre ha sido. No obstante, en un punto concreto de
tiempo asumió la humanidad y nació como el hombre Jesús de Nazaret. No
hay razón por la que la preexistencia y el nacimiento virginal deban
estar en conflicto si se cree que hubo una encarnación auténtica al
inicio de la vida terrenal de Jesús.
Conflicto con la ley natural
Una objeción final al nacimiento virginal procede de una resistencia
fundamental a la posibilidad de milagros y la intrusión de lo
sobrenatural en el ámbito de la historia. En realidad esta objeción
podría estar detrás de alguna de las demás. Sin embargo, aquí la
trataremos abiertamente: el nacimiento humano normal siempre necesita
de la reproducción sexual en la que intervienen un hombre y una mujer.
Hablamos del tema de los milagros en nuestro capítulo sobre la
providencia de Dios. Aquí simplemente señalaremos que la posición que
se tenga hacia la posibilidad de que existan los milagros es en gran
medida un tema de cosmovisión básica. Si uno cree que todo sucede como
resultado de las fuerzas naturales, y que el sistema de la naturaleza
es toda la realidad, entonces no puede existir nada "milagroso." Si,
por otra parte, uno está abierto a la posibilidad de que haya una
realidad fuera de nuestro sistema cerrado, entonces existe la
posibilidad de que un poder sobrenatural pueda intervenir y
contrarrestar el funcionamiento normal de las leyes inmanentes. En un
universo abierto, o en uno en el que se considera abierto, cualquier
suceso y su contrario tienen la misma posibilidad de ocurrir. En tal
situación, la posición que uno tenga respecto a temas particulares
como el nacimiento virginal es un asunto de determinar de forma
histórica lo que sucedió realmente, y no de teorizar sobre si pudo
suceder o no. Nuestra posición es que existe una adecuada cantidad de
evidencia histórica de que Jesús fue realmente el hijo de una virgen y
que fue concebido sin la relación sexual humana normal. Si no tenemos
objeción previa a la posibilidad de tal suceso, esto nos conduce a la
conclusión de que realmente ocurrió.
El significado teológico del nacimiento virginal
Examinadas las evidencias a favor y en contra del nacimiento virginal
y habiendo concluido que hay base adecuada para el mantenimiento de
esta doctrina, ahora debemos preguntar qué significa. ¿Por qué es
importante?
A cierto nivel, por supuesto, el nacimiento virginal es importante
simplemente porque se nos dice que sucedió. Aunque nosotros podemos
ver necesario o no el nacimiento virginal, si la Biblia nos dice que
sucedió, es importante creerlo porque no hacerlo es repudiar de forma
tácita la autoridad de la Biblia. Si no mantenemos el nacimiento
virginal a pesar de que la Biblia nos lo confirma, entonces estamos
comprometiendo la autoridad de la Biblia y en principio no existe
razón para aceptar sus otras enseñanzas. Por tanto, rechazar el
nacimiento virginal tiene implicaciones que van mucho más allá de la
doctrina misma.
Pero debemos preguntar ¿el nacimiento virginal no es importante de una
forma más específica? Algunos han argumentado que la doctrina es
indispensable para la encarnación. Sin el nacimiento virginal no
habría unión entre Dios y el hombre. Si Jesús hubiera sido simplemente
el producto de una unión sexual normal entre un hombre y una mujer,
sólo habría sido un ser humano, no un Dios – hombre. ¿Pero es esto
realmente cierto? ¿No podría haber sido Dios y hombre si hubiera
tenido dos padres humanos, o ninguno? Al igual que Adán fue creado
directamente por Dios, Jesús podría haber sido una creación directa
especial. Y según esto, debería haber sido posible que Jesús tuviera
dos padres humanos y no obstante ser completamente el Dios – hombre.
Insistir en que tener un padre humano excluye la posibilidad de su
deidad recuerda al Apolinarismo, según el cual el Logos divino tomó el
lugar de los componentes normales de la naturaleza humana (el alma).
Pero Jesús era completamente humano, incluyendo todas las cosas con
las que contribuyen normalmente un padre y una madre humanos. Además,
había en él el elemento de deidad. Lo que hizo Dios fue suministrar,
mediante creación especial, tanto el componente humano con el que
normalmente contribuye el varón (y por eso tenemos el nacimiento
virginal) como el factor divino (por eso tenemos la encarnación). El
nacimiento virginal requiere únicamente que la existencia de un ser
humano se produzca sin la participación de un padre humano. Esto
podría haber sucedido sin encarnación, y podría haber habido
encarnación sin nacimiento virginal. Algunos han denominado a este
segundo concepto "adopcionismo instantáneo," ya que supuestamente el
humano implicado habría existido por sí mismo aparte de la adición de
la naturaleza divina. El asunto aquí, sin embargo, es que con la
encarnación sucediendo en el momento de la concepción o el nacimiento,
nunca habría habido un momento en el que Jesús no hubiera sido
completamente humano y completamente divino. En otras palabras, ser
divino y humano no depende del nacimiento virginal.
Una segunda sugerencia que se hace con frecuencia es que el nacimiento
virginal era indispensable para que Jesús careciese de pecado. Si
hubiera poseído aquello con lo que la madre contribuye y con lo que el
padre suele contribuir, habría tenido una naturaleza depravada y por
tanto pecaminosa, como el resto de nosotros. Pero este argumento
parece sugerir que nosotros también careceríamos de pecado si no
tuviéramos un padre varón. Y esto a su vez podría significar una de
estas dos cosas (1) o bien que el padre, y no la madre, es la fuente
de la depravación, una noción que en efecto implica que la mujer no
tiene una naturaleza depravada (o que si la tiene, no la transmite), o
(2) que la depravación no procede de la naturaleza de nuestros padres,
sino del acto sexual mediante el cual se produce la reproducción. Pero
no existe nada en las Escrituras que apoye esta última alternativa. La
declaración en Salmos 51:5: "En maldad he sido formado y en pecado me
concibió mi madre," sencillamente significa que el salmista era
pecador desde el mismo principio de la vida. No significa que el acto
de la concepción sea pecaminoso en sí mismo.
Nos queda entonces la primera alternativa, o sea, que la transmisión
del pecado va relacionada con el padre. Pero esto tampoco tiene apoyo
ninguno en las Escrituras. Aunque se podría encontrar algún apoyo en
la frase de Pablo de que fue el pecado de Adán (Ro. 5:12) el que hizo
pecadores a los hombres, Pablo también indica que Eva, y no Adán,
"siendo engañada, incurrió en transgresión" (1 Ti. 2:14). No hay
señales de que haya más pecaminosidad en el hombre que en la mujer.
Surge la cuestión de si toda la raza humana está mancillada por el
pecado original, ¿María no habría aportado a Jesús algunas de sus
consecuencias? Se ha argumentado que Jesús sí tenía una naturaleza
depravada, pero que no cometió realmente ningún pecado. En respuesta
señalaremos que el ángel le dijo a María: "El Espíritu Santo vendrá
sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual
también el Santo Ser que va a nacer será llamado Hijo de Dios" (Lc.
1:35). Parece probable que la influencia del Espíritu Santo tuviera un
efecto tan poderoso y santificador que no se produjera ninguna
transferencia de la depravación o la culpabilidad de María sobre
Jesús. Sin esa influencia santificadora especial, hubiera poseído esa
misma naturaleza depravada que nosotros tenemos. Pero si el Espíritu
Santo evitó que la corrupción pasase de María a Jesús, ¿no podría
haber evitado que pasase también la de José? Concluimos que la
carencia de pecado de Jesús no depende de la concepción virginal.
Ya señalamos anteriormente que el nacimiento virginal no se menciona
en los sermones evangelísticos del libro de los Hechos. Puede que no
fuera una de las doctrinas de primer nivel (o sea, indispensable para
la salvación). Es una doctrina subsidiaria o de apoyo; ayuda a crear o
sustentar la creencia en las doctrinas indispensables, o reforzar las
verdades encontradas en otras doctrinas. Como la resurrección, es a la
vez un suceso histórico, una doctrina y una evidencia, es bastante
posible no ser consciente o ignorar el nacimiento virginal y sin
embargo ser salvos. Desde luego, es evidente que a un amplio número de
personas les ocurrió. Pero entonces ¿cuál es la importancia de esta
enseñanza?
1. La doctrina del nacimiento virginal es un recordatorio de que
nuestra salvación es sobrenatural. Jesús, cuando le habló a Nicodemo
sobre la necesidad de un nuevo nacimiento, dijo: "el que no nace de
agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace
de la carne, carne es; y lo que nace del Espíritu, espíritu es" (Jn.
3:5b–6). Juan declaró que los que creen y reciben la autoridad para
ser hijos de Dios: "no nacieron de sangre, ni por voluntad de carne,
ni por voluntad de varón, sino de Dios" (Jn. 1:13). El énfasis se pone
en que la salvación no procede del esfuerzo humano, ni es un logro
humano. Así que también el nacimiento virginal señala incluso la
incapacidad de los humanos para dar incluso el primer paso en el
proceso. La humanidad no es sólo incapaz de asegurar su propia
salvación, sino que no podría ni siquiera introducir al Salvador en la
sociedad humana.
El nacimiento virginal es, o al menos debería ser, un freno a nuestra
tendencia humana natural hacia el orgullo. Aunque María fue la que dio
a luz al Salvador, nunca habría podido hacerlo, ni siquiera con la
ayuda de José, si el Espíritu Santo no hubiera estado presente y
obrando. El nacimiento virginal es una prueba de la actividad del
Espíritu Santo. Pablo escribió en otra ocasión: "Pero tenemos este
tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios
y no de nosotros," (2 Corintios 4:7). El nacimiento virginal es un
recordatorio de que nuestra salvación, aunque vino a través de la
humanidad, es totalmente de Dios.
2. El nacimiento virginal es también un recordatorio de que la
salvación de Dios es totalmente un don de gracia. No había nada en
particular en María que la hiciese merecedora de dar a luz al Hijo de
Dios. Probablemente muchas jóvenes judías podían haber servido para
ello. Desde luego María manifestaba cualidades, tales como la fe y la
dedicación, que Dios podía utilizar (Lc. 1:38, 46–55). Pero no tenía
nada especial que ofrecer, ni siquiera un marido. Que alguien
aparentemente incapaz de tener un hijo fuese escogida para llevar al
Hijo de Dios es un recordatorio de que la salvación no es un logro
humano, sino un don de Dios, y un don que no merecemos.
3. El nacimiento virginal es evidencia de lo especial que era Jesús el
Salvador. Aunque podía haber habido una encarnación sin un nacimiento
virginal, la naturaleza milagrosa del nacimiento (o al menos de la
concepción) sirve para mostrar que Jesús era, cuando menos, un hombre
muy fuera de lo común escogido por Dios de manera particular.
4. Aquí hay una nueva evidencia del poder y la soberanía de Dios sobre
la naturaleza. En varias ocasiones (por ejemplo en el nacimiento de
Isaac, Samuel y Juan el Bautista) Dios había proporcionado un hijo a
una madre estéril o que ya había pasado la edad de ser madre. Sin duda
estos fueron nacimientos milagrosos. Sin embargo, este nacimiento fue
incluso más sorprendente. Dios había dado muestras de su tremendo
poder cuando, al prometerle un hijo a Abraham y a Sara, él había dicho
retóricamente: "¿Acaso hay alguna cosa difícil para Dios? Al tiempo
señalado volveré a ti, y para entonces Sara tendrá un hijo" (Gn.
18:14). Dios es todopoderoso, capaz de alterar y sobrepasar el camino
de la naturaleza para conseguir sus propósitos. Que Dios era capaz de
obrar lo que parecía imposible en el tema del nacimiento virginal
simboliza su habilidad para cumplir la aparentemente imposible tarea
de ofrecer un nacimiento nuevo a los pecadores. Como el mismo Jesús
dijo sobre la salvación "Para los hombres esto es imposible, pero para
Dios todo es posible" (Mt. 19:26).
Erickson, M. J. (2008). Teología sistemática. (J. Haley, Ed., B.
Fernández, Trans.) (Segunda Edición, pp. 752–771). Viladecavalls,
Barcelona: Editorial Clie.
--
ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor
http://adonayrojasortiz.blogspot.com
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