jueves, 12 de abril de 2018

del hermano Eliseo

Estaper Bermudes...


SI ELLOS HUBIERAN ESTADO EN MI SECRETO

Así ha dicho Jehová de los ejércitos:
«No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os
alimentan con vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no
de la boca de Jehová. Dicen atrevidamente a los que me irritan:
"¡Jehová dice que tendréis paz!"
Y a cualquiera que anda tras la obstinación de su corazón, dicen: "No
vendrá el mal sobre vosotros."»
Pero ¿quién estuvo en el secreto de Jehová, y vio y oyó su palabra?
¿Quién estuvo atento a su palabra y la oyó?
La tempestad de Jehová saldrá con furor; la tempestad que está
preparada caerá sobre la cabeza de los malos.
No se apartará el furor de Jehová hasta que lo haya hecho y hasta que
haya cumplido los pensamientos de su corazón; al final de los días lo
entenderéis cabalmente.
«No envié yo aquellos profetas, pero ellos corrían; yo no les hablé,
mas ellos profetizaban.
Si ellos hubieran estado en mi secreto, habrían hecho oír mis palabras
a mi pueblo, y lo habrían hecho volver de su mal camino y de la maldad
de sus obras.
(Jr 23.16-22).

Es imposible hacer algo bien hecho e impactante, si primero no está el
experto en hacer las cosas bien hechas, el mismo (del que según
Moisés) reconoció al terminar su creación: Y vio Dios todo lo que
había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera (Génesis 1:31).

Todo lo que Dios hace es perfecto, bueno en gran manera, edificante,
maravilloso e impactante. Es por ello que cuando un fiel servidor
antes de actuar, antes de dar un sí o un no, antes de decir algo o
programar algo, busca antes que nada la dirección del que todo lo
sabe, sin duda, lo que piense, diga o haga será maravilloso y dejará
gran huella, porque el que va direccionando determinado proyecto es el
Todopoderoso, el Único y Sabio Dios. Cuando mi Señor va adelante de
cualquier plan (labor cotidiana, noviazgo, servicio, estudios, etc.)
no habrá barreras que obstaculicen el avance, no habrá temor al
perjuicio que se pueda presentar, no habrá miedo a los enemigos que
suelen aparecer en toda marcha como lo son el desánimo, el cansancio y
la renuncia, en fin, no habrá nada que provoque el retroceder, sino al
contrario, habrá aún más vigor y fuerza para seguir adelante, porque
quien nos guía es quien no le corre a nada, el León de la Tribu de
Judá, y recordemos que una de las características del León, según
Proverbios 30:30, es que "no vuelve atrás por nada", así es nuestro
Dios, no le retrocede ante nada ni ante nadie, porque Él es
Todopoderoso. ¡Aleluya! Él es el único quien puede de la nada hacer
aparecer cosas extraordinarias.

Así que si queremos que todo lo que hagamos nos salga bien y deje la
huella que debe dejar, lo primero antes que todo, es ir al Secreto de
Dios, es dirigirnos a la oficina del Señor, es meternos al Santuario
del Dios que lo Sabe Todo.

En Jeremías 23, encontramos un enojo de Dios contra aquellos profetas
que se ponían hablar en su nombre lo que de su propio corazón se les
antojaba. Hacían cosas que mi Señor no les había mandado hacer, decían
palabras que Dios no les había mandado a decir y de esta manera
conducían al pueblo de Dios hacia el mismo abismo de perdición en que
se encontraban ellos. Dios habla de castigarlos por comportarse de
esa manera, pero luego como que se lamenta y está reclamando algo que
ellos pudieron haber hecho, pero no lo hicieron: ¿Quién estuvo en el
Secreto de Jehová, y vio, y oyó su palabra? Y luego se escucha como un
lamento divino, un anhelo frustrado: Si ellos hubieran estado en mi
Secreto…

Esto debe hacernos pensar mucho. Por la gracia de Dios somos
servidores de Él, y guárdenos Dios de pensar, decir o hacer algo que
Él no haya autorizado. Antes de pararse a predicar a pocos o a muchos,
antes de dar un consejo, antes de armar un plan de trabajo, antes de
llevar a cabo algún programa, antes de dar un sí o un no, por muy
insignificante que sea, busquemos primero la dirección divina en EL
SECRETO DE DIOS, al concilio secreto del Señor (DHH),en el consejo del
Señor (NVI, LBA, NBH), en el consejo secreto de Jehovah (RVA), en mi
presencia (TLA).

En la presencia de Dios hay bendiciones, hay sabiduría, hay nuevas
fuerzas, hay poder, hay autoridad, hay nueva oportunidad, hay cambios…
En el secreto de Dios es donde sólo Dios y yo charlamos, es donde
nuestra humanidad se pierde en su divina presencia, es donde el tiempo
pasa y pasa y no nos percatamos de ello, es donde el cansancio tiene
que irse, es donde la alabanza, la honra y la gloria a Dios tiene que
manifestarse, estar en el secreto de Dios es estar en intimidad con el
más grande de los grandes, con Jesucristo, nuestro Señor, ¡Aleluya!

Es allí en el secreto de Dios dónde recibimos de Él las ideas, las
palabras, los proyectos, el esquema, de lo que Él quiere que se haga
en realidad. Gracias a Dios por las ayudas materiales, pero ellas no
son la prioridad, la prioridad es La Presencia de Dios, el Secreto de
Dios.

BUSCAR EL SECRETO DE DIOS NOS CONVIENE:

A Jacob le faltaba poco para encontrarse con su hermano Esaú, y Jacob
tenía miedo, porque Esaú lo tenía amenazado de muerte:
«Llegarán los días del luto por mi padre, y yo mataré a mi hermano
Jacob.» (Gn 27.42-41)

Fue a causa de esa amenaza que se Jacob se vio obligado a huir de su casa:
—Esaú, tu hermano, se consuela pensando en matarte. Ahora, pues, hijo
mío, obedece a mi voz: levántate y huye a casa de mi hermano Labán, en
Harán. (Gn 27.42-43)

Pero antes del rencuentro, Jacob fue al secreto de Dios:
Luego dijo Jacob: «Dios de mi padre Abraham y Dios de mi padre Isaac,
Jehová, que me dijiste: "Vuélvete a tu tierra y a tu parentela, y yo
te haré bien", ¡no merezco todas las misericordias y toda la verdad
con que has tratado a tu siervo!; pues con mi cayado pasé este Jordán,
y ahora he de atender a dos campamentos. Líbrame ahora de manos de mi
hermano, de manos de Esaú, porque le temo; no venga acaso y me hiera a
la madre junto con los hijos. Y tú has dicho: "Yo te haré bien, y tu
descendencia será como la arena del mar, que por ser tanta no se puede
contar."» (Gn 32.9-12)

Sin duda fue Dios quien le cambió el corazón a Esaú para que éste en
vez de hacerle daño a Jacob, lo levantara del suelo, lo abrazara y lo
perdonara:
Y él pasó delante de ellos y se inclinó a tierra siete veces, hasta
que llegó a su hermano. Pero Esaú corrió a su encuentro y, echándose
sobre su cuello, lo abrazó y besó; los dos lloraron. (Gn 33.3-4)

Si Jacob no hubiese buscado el Secreto ¿Qué hubiera pasado? Dios hasta
le hubiera dicho: "Si hubieras estado en mi secreto…"

Asaf estaba desanimado, al ver como los impíos prosperaban y
supuestamente él no, entonces quiso alejarse de Dios, pero antes de
alejarse de Dios, buscó primero el Secreto de Dios), y allá comprendió
el fin de los malos, recibió nuevas fuerzas y se animó a seguir:
Cuando pensé para saber esto, fue duro trabajo para mí,  hasta que,
entrando en el santuario de Dios, comprendí el fin de ellos. (Sal
73.16-17)
Estimado hermano, antes de renunciar al cargo, o de irte de la iglesia
saca buen tiempo, llega hasta la presencia de Dios, adóralo con todas
tus fuerzas, habla con Él con toda confianza y claridad y Él te dará
sabiduría, Él te dará fuerzas:
¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó
los confines de la tierra? No desfallece ni se fatiga con cansancio, y
su entendimiento no hay quien lo alcance. Él da esfuerzo al cansado y
multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.
Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; más
los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas, levantarán alas como
las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán.
(Is 40.28-31)
¡Qué dicha el Dios que tenemos, no te apresures tomando tus decisiones
sólo, busca primero el secreto de Dios, Él te mostrará lo correcto
para hacer!
David tenía una gran culpa en su conciencia, culpa que no lo dejaba
estar tranquilo en ningún momento, pues él mismo lo dijo:
"Mi pecado está siempre delante de mí" (Sal 51:3).
No podía servir a Dios con libertad por esa terrible acusación que lo
atormentaba, pues había fallado:
"Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día…
se volvió mi verdor en sequedales de verano" (Sal 32: 3-4),
David no aguantó más, así que decidió no alejarse de Dios por completo
o como hoy diríamos: no descarriarse. Él decidió irse al Secreto de
Dios, porque él sabía que allá encontraría al mismo que más tarde le
diría a la mujer adúltera en secreto sin que nadie más escuchara: Ni
yo te condeno; vete y no peques más. Al mismo que más tarde le diría
en secreto a Pedro, después de que éste le había negado tres veces:
Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que estos?
David sabía que allá, en el Secreto de Dios, podría recibir la
expiación de su culpa, la libertad para su atadura y una nueva
oportunidad. Y fue de esta manera como nació el Salmo 51, que es el
diálogo en secreto de David con Dios…
En el secreto, hay que comentárselo todo a Dios, primero porque a Él
le gusta, y segundo porque Él lo sabe todo, el salmista dijo:
Tú amas la verdad en lo íntimo y en lo secreto me has hecho comprender
sabiduría. (Sal 51.6)
¿Recibió el perdón de Dios este hombre? Claro que sí, pues todo el que
de verdad le busca, jamás se va con las manos vacías.
Mi pecado te declaré y no encubrí mi iniquidad. Dije: «Confesaré mis
rebeliones a Jehová», y tú perdonaste la maldad de mi pecado. (Sal
32.5)
Apreciado hermano ¿tienes algo en tu conciencia que no te permite
servir a Dios con libertad? ¿Tienes alguna culpa que te roba el deseo
de alabar a Dios? ¿Hay algún pasado que aunque ya pediste perdón a
Dios, todavía te atormenta? Busca sinceramente el Secreto de Dios,
cuéntaselo todo a Él, Él te librará y te ayudará a continuar en
Victoria… Y cuando pidas perdón Dios te perdonará y de ahí en adelante
tu mal pasado pasará, y tu presente y tu futuro estarán en las manos
de Dios.
Es tiempo de meternos en el Secreto de Dios. Los apóstoles antes de
irse a predicar primero estuvieron en el Secreto de Dios, se fueron al
aposento alto a orar, a buscar la presencia de Dios, y obviamente la
encontraron, Dios los llenó del Poder del Espíritu Santo y de ahí
salieron diferentes, con una unción que los empujaría a hacer cosas
grandes:
Ciertamente, yo enviaré la promesa de mi Padre w sobre vosotros; pero
quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén hasta que seáis investidos
de poder desde lo alto. (Lc 24.49)
Todos estos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres,
y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos. (Hch 1.14)
Tenemos un gran reto para este año 2011: ganar a los perdidos, a los
que no tenemos, cuidar a los que ya tenemos y velar por la bendición
que por gracia Dios nos ha confiado; con toda seguridad nos
encontraremos con huestes de maldad que buscarán nuestra cabeza a como
dé lugar; el desánimo querrá poseernos, pero permanezcamos en el
secreto de Dios y le aseguro en el nombre de este gran Dios y salvador
nuestro, Jesucristo, que nada ni nadie nos hará caer y además
tendremos la bendición y el respaldo maravilloso del Señor en todo lo
que nos propongamos hacer.
Si predicas, no son las muchas palabras y la elocuencia lo que va
hacer lo extraordinario, sino el poder de Dios que haya en ti, pero la
clave para que esto suceda, es buscar primero estar en el Secreto de
Dios.
Tengamos un momento a solas con Dios. Dios te está invitando a su
concilio secreto. Postrémonos delante de él y metámonos en el secreto
de Dios.

Prepárate, pues, para mañana, sube de mañana al monte Sinaí y
preséntate ante mí sobre la cumbre del monte. Que no suba nadie
contigo ni aparezca nadie en todo el monte. Ni ovejas ni bueyes pasten
frente al monte.(Ex 34.2-3)
Dios quería tener un momento a solas con Moisés. Dios nunca le dijo
cuanto tiempo pasarían juntos, sólo lo invitó a su secreto. Moisés
subió en obediencia, quizás llegó con fatiga, pero cuando llegó,
Jehová descendió en una nube, y se perdió la humanidad de Moisés (su
fatiga, su cansancio…) en la divina presencia del Señor, eso fue algo
maravilloso, fue tan impactante aquel diálogo, que el mismo Moisés nos
reveló lo sucedido en aquella cumbre y nos refirió algunas de las
palabras que le dijo el Señor, como éstas:
Jehová le dijo:
«Mira, voy a hacer un pacto delante de todo tu pueblo. Haré maravillas
que no han sido hechas en toda la tierra, ni en nación alguna, y verá
todo el pueblo en medio del cual tú estás la obra de Jehová, porque
será cosa tremenda la que yo haré contigo.  »Guarda lo que yo te mando
hoy. (Ex 34.10-11)
Moisés pasó cuarenta días con Dios, a él le debió parecer poco tiempo,
pues no comió ni bebió nada, y cuando bajó, su rostro resplandecía
como el sol. Bajó lleno de la gloria de Dios. No bajó como subió, sino
que traía algo extraordinario. Es que en el Secreto de Dios uno tiene
que recibir algo de Él.
Hoy no es Moisés, pero eres tú y es el mismo Dios del ayer el que te
invita a su Secreto, pues Él quiere usarte y hacer cosas tremendas
contigo.
¿Qué quieres dejar hoy en el Secreto de Dios y que nueva experiencia
te quieres llevar?
Antes de predicar, busca primero el secreto de Dios, antes de dirigir
un culto, o cantar un coro, o tocar algún instrumento, o llevar a cabo
una reunión, aunque ya sepas y tenga las suficientes habilidades para
hacerlo, busca primero el Secreto de Dios.
Si crees que no tienes la capacidad para desarrollar el cargo que te
asignaron, si Dios te lo dio es porque Él vio en ti un potencial y sin
duda Él te va a capacitar, pero todo depende de cuánto tiempo pases en
el secreto de Dios, de cuántas veces le busques y de cómo te portes en
el Santuario de Dios.
En el año en que Murió el rey Uzías Isaías fue al secreto de Dios y
allá vio cosas maravillosas y sucedieron con él obras extraordinarias
como el ser transformado en una persona diferente, cuyos labios ya no
eran inmundos, y recibir el llamado de Dios. (Isaías 6: 1 -8)
Esto mismo puede suceder hoy contigo: pasemos tiempo en el Secreto de Dios!

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ADONAY ROJAS ORTIZ
Pastor
http://adonayrojasortiz.blogspot.com

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