Iglesia Pentecostal Unida Latinoamericana Baltimore, MD. Viernes 26 de Julio de 2019
REDIMIRÁ MI VIDA
Los que confían en sus bienes y de sus muchas riquezas se jactan, ninguno de ellos podrá, en manera alguna, redimir al hermano ni pagar a Dios su rescate (pues la redención de su vida es de tan alto precio que no se logrará jamás). (Salmo 49. 6 al 8).
Sólo Dios podía redimir al hombre, ¿pero cómo?
Parafraseando este verso pudiera uno decir que la vida de un ser humano tiene un precio tan alto que jamás se podrá lograr acumular el dinero suficiente para comprarla, ningún hombre podrá jamás pagar el rescate por otro, ni pagar a Dios el precio de su propia vida. No había forma de que el hombre, por sí mismo, se salvara; pero Dios no dio por perdida la causa, se escucharon voces proféticas que anunciaban que lo que era imposible para los hombres Dios mismo lo haría posible: tu pleito yo lo defenderé, yo salvaré a tus hijos; ¡He aquí, este es nuestro Dios! Le hemos esperado, y nos salvará. ¡Este es Jehová, a quien hemos esperado! Nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación; Dios mismo vendrá y os salvará. Esperanza que ya proclamaba el salmista: Pero Dios redimirá mi vida. Pero ¿a qué costo? ¡Mira la cruz!
¡Que el Señor Jesucristo nos regale a todos un hermoso día hoy!
Gracia y Paz
Adonay Rojas Ortiz
Pastor
7869853401
8301 Liberty Rd,
Windsor Mill, MD 21244
Miércoles 7 PM
Domingos 8 AM
https://www.facebook.com/pentecostalesdebaltimore/
pentecostalesdebaltimore@gmail.com
-- REDIMIRÁ MI VIDA
Los que confían en sus bienes y de sus muchas riquezas se jactan, ninguno de ellos podrá, en manera alguna, redimir al hermano ni pagar a Dios su rescate (pues la redención de su vida es de tan alto precio que no se logrará jamás). (Salmo 49. 6 al 8).
Sólo Dios podía redimir al hombre, ¿pero cómo?
Parafraseando este verso pudiera uno decir que la vida de un ser humano tiene un precio tan alto que jamás se podrá lograr acumular el dinero suficiente para comprarla, ningún hombre podrá jamás pagar el rescate por otro, ni pagar a Dios el precio de su propia vida. No había forma de que el hombre, por sí mismo, se salvara; pero Dios no dio por perdida la causa, se escucharon voces proféticas que anunciaban que lo que era imposible para los hombres Dios mismo lo haría posible: tu pleito yo lo defenderé, yo salvaré a tus hijos; ¡He aquí, este es nuestro Dios! Le hemos esperado, y nos salvará. ¡Este es Jehová, a quien hemos esperado! Nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación; Dios mismo vendrá y os salvará. Esperanza que ya proclamaba el salmista: Pero Dios redimirá mi vida. Pero ¿a qué costo? ¡Mira la cruz!
¡Que el Señor Jesucristo nos regale a todos un hermoso día hoy!
Gracia y Paz
Adonay Rojas Ortiz
Pastor
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