[7:34 AM, 7/2/2019] Adonay Rojas Ortiz: glesia Pentecostal Unida Latinoamericana Baltimore, MD. Martes 2 de Julio de 2019
LA SANGRE
y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar santísimo, habiendo obtenido eterna redención. (Hebreos 9.12).
Preciosa sangre que derramó en la cruz por mí.
La entrada al Lugar Santísimo en el Antiguo Testamento estaba precedida de dos sacrificios ofrecidos en el día de la expiación cada año. El mismo sumo sacerdote, no era perfeccionado de sus propios pecados por estos sacrificios, que se debían repetir en consecuencia cada año, el día de la expiación. Todo esto es solo sombra y figura del gran sacrificio expiatorio de Jesucristo. Obvio entonces que en el antiguo régimen de la ley uno es el sacerdote y otro el que pone la sangre en el sacrifico, pero nuestro Gran Sumo Sacerdote en el Nuevo Pacto es a la vez la víctima para el sacrificio, es por eso que se presenta con su propia sangre, no con la de animales. Quien presenta la sangre fue el Sacrificio, no lleva sangre ajena. Las cosas son distintas con Jesús, Él es suficiente, es todo, por eso es que no necesitamos de nadie más.
¡Que el Señor Jesucristo nos regale a todos un hermoso día hoy!
Gracia y Paz
Adonay Rojas Ortiz
Pastor
7869853401
8301 Liberty Rd,
Windsor Mill, MD 21244
Miércoles 7 PM
Domingos 8 AM
https://www.facebook.com/pentecostalesdebaltimore/
pentecostalesdebaltimore@gmail.com
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LA SANGRE
y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar santísimo, habiendo obtenido eterna redención. (Hebreos 9.12).
Preciosa sangre que derramó en la cruz por mí.
La entrada al Lugar Santísimo en el Antiguo Testamento estaba precedida de dos sacrificios ofrecidos en el día de la expiación cada año. El mismo sumo sacerdote, no era perfeccionado de sus propios pecados por estos sacrificios, que se debían repetir en consecuencia cada año, el día de la expiación. Todo esto es solo sombra y figura del gran sacrificio expiatorio de Jesucristo. Obvio entonces que en el antiguo régimen de la ley uno es el sacerdote y otro el que pone la sangre en el sacrifico, pero nuestro Gran Sumo Sacerdote en el Nuevo Pacto es a la vez la víctima para el sacrificio, es por eso que se presenta con su propia sangre, no con la de animales. Quien presenta la sangre fue el Sacrificio, no lleva sangre ajena. Las cosas son distintas con Jesús, Él es suficiente, es todo, por eso es que no necesitamos de nadie más.
¡Que el Señor Jesucristo nos regale a todos un hermoso día hoy!
Gracia y Paz
Adonay Rojas Ortiz
Pastor
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