El Bautismo del Espíritu Santo
Resumen Ejecutivo
Una exposición teológica centrada en el concepto del bautismo en el Espíritu Santo desde una perspectiva pentecostal. El argumento principal sostiene que esta es una experiencia fundamental, distinta y posterior a la salvación inicial, que está prometida por Dios y disponible para todos los creyentes en la era actual de la iglesia. Para fundamentar esta tesis, el orador se basa en el pasaje de Lucas 11:13, donde Jesús asegura que el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan.
La exposición se estructura en torno a una serie de casos de estudio del libro de los Hechos de los Apóstoles (Pentecostés, Samaria, la conversión de Saulo, la casa de Cornelio y los discípulos en Éfeso) para demostrar que la recepción del Espíritu Santo es una segunda obra de gracia, separada del arrepentimiento y el bautismo en agua. Se identifica la manifestación de hablar en otras lenguas como la evidencia externa y consistente de haber recibido dicho bautismo. Adicionalmente, se refuta la idea de que se necesitan rituales externos o "ambientes" especiales para recibirlo, enfatizando en cambio que la condición esencial es una actitud interna de humildad, deseo y petición directa a Dios. Finalmente, la promesa se ancla en profecías del Antiguo Testamento (Isaías, Ezequiel y Joel), presentándola como el cumplimiento de un plan divino anunciado desde la antigüedad para capacitar a la iglesia.
I. La Naturaleza y Promesa Central del Espíritu Santo
El núcleo de la enseñanza se basa en la promesa explícita de Dios de otorgar el Espíritu Santo a sus hijos. Esta promesa se presenta no solo como una doctrina, sino como un elemento vital para la vida y misión de la iglesia.
La Promesa de Dios Padre (Lucas 11:13)
El pasaje central que enmarca toda la discusión es Lucas 11:13: "Pues si vosotros siendo malos sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan." Este versículo se presenta como la conclusión de una enseñanza de Jesús sobre la oración y la generosidad de Dios. El argumento es que si un padre terrenal, a pesar de sus imperfecciones, provee para sus hijos, con mayor razón el Padre celestial otorgará el don supremo, el Espíritu Santo, a quienes lo soliciten con fe.
El Propósito Eclesial: Salvación y Capacitación
El orador define una doble misión para la iglesia en la era actual:
- Salvar a los inconversos: Guiar a aquellos que no conocen a Jesús hacia la salvación.
- Capacitar a los salvos: Llenar a los creyentes con el poder del Espíritu Santo para que puedan servir y ministrar eficazmente.
Esta segunda misión, la llenura del Espíritu, se considera un paso indispensable para el servicio activo en la iglesia. Se menciona que el progreso de una congregación se evalúa anualmente mediante métricas como el número de personas bautizadas en agua, el número de personas "llenas del poder del Espíritu Santo" y el número de miembros promovidos a la obra ministerial.
II. El Bautismo del Espíritu: Una Experiencia Distinta a la Salvación
Un argumento teológico central es que la salvación (regeneración, justificación) y el bautismo en el Espíritu Santo son dos experiencias separadas y cronológicamente distintas. Para sostener esta afirmación, se presentan múltiples ejemplos bíblicos del libro de los Hechos de los Apóstoles.
- Los Discípulos en Pentecostés: Se argumenta que los apóstoles y discípulos reunidos en el aposento alto ya eran creyentes y seguidores de Jesús. Habían convivido con él, creído en él e incluso habían recibido una comisión. Sin embargo, Jesús les ordenó explícitamente que permanecieran en Jerusalén "hasta que seáis investidos de poder de lo alto", indicando que necesitaban una experiencia adicional de capacitación que ocurrió el día de Pentecostés.
- Los Creyentes de Samaria: Después de la predicación de Felipe, los samaritanos creyeron en el evangelio y fueron bautizados en agua en el nombre de Jesús para el perdón de sus pecados. A pesar de esto, el texto indica que aún no habían recibido el Espíritu Santo. Fue necesario que los apóstoles Pedro y Juan viajaran desde Jerusalén para orar por ellos e imponerles las manos para que recibieran esta experiencia.
- La Conversión de Saulo (Pablo): Se establece que la conversión de Saulo ocurrió en el camino a Damasco, cuando se rindió a Jesús. Días después, Ananías, enviado por Dios, lo saluda como "Hermano Saulo", reconociéndolo ya como un creyente. Acto seguido, Ananías ora por él para que reciba tanto la vista como la llenura del Espíritu Santo.
- La Casa de Cornelio: Mientras Pedro predicaba a Cornelio y su familia, el Espíritu Santo descendió sobre ellos. Este evento es crucial porque convenció a Pedro y a los creyentes judíos presentes de que los gentiles también eran partícipes de la promesa, precisamente porque la manifestación que presenciaron fue idéntica a la que ellos experimentaron "al principio" en Pentecostés.
- Los Discípulos en Éfeso: Pablo encontró a un grupo de discípulos que solo conocían el bautismo de Juan y ni siquiera habían oído hablar del Espíritu Santo. Tras ser instruidos y bautizados en agua en el nombre de Jesús, Pablo les impuso las manos, y entonces recibieron el Espíritu Santo, hablando en lenguas y profetizando. Este caso se utiliza para demostrar claramente la secuencia: creencia, bautismo en agua y, posteriormente, bautismo en el Espíritu.
III. La Evidencia del Bautismo: La Manifestación Externa
La exposición sostiene firmemente que la recepción del Espíritu Santo es acompañada por una señal externa y observable.
- Hablar en otras lenguas: Se identifica como la principal evidencia bíblica. Se cita explícitamente en tres de los casos mencionados:
- Pentecostés: "hablaron en otra lengua según el Espíritu Santo les daba que hablasen".
- Casa de Cornelio: Los creyentes judíos se convencieron "porque los oían que hablaban en lenguas".
- Discípulos en Éfeso: "hablaron en lenguas y profetizaban también".
- Evidencia deducida en Samaria: Aunque el texto no dice explícitamente que los samaritanos hablaron en lenguas, se deduce que ocurrió una manifestación externa innegable. La razón es que Simón el mago, al ver lo que sucedía cuando los apóstoles imponían las manos, "vio" algo tan tangible y poderoso que intentó comprar esa habilidad. Esto sugiere una evidencia inmediata y no un fruto que se vería con el tiempo.
IV. Requisitos y Condiciones para Recibir el Espíritu Santo
El orador aborda la manera práctica de recibir esta promesa, contrastando conceptos erróneos con lo que se considera la condición fundamental.
- Conceptos Erróneos Rechazados: Se critica la idea de que para recibir el Espíritu Santo sea necesario "crear un ambiente" a través de medios externos. Se descartan específicamente:
- Manipulaciones esotéricas como el estudio del color para "ambientar" el lugar.
- La necesidad de traer a un predicador específico o de gran renombre.
- La idea de que cantar coros a gran velocidad o de manera repetitiva sea el método para alcanzar la experiencia.
- La Condición Fundamental: La Actitud del Corazón: El requisito esencial no es externo, sino interno. La "atmósfera" correcta se crea en el corazón del creyente. Las claves son:
- Humildad: Reconocer la necesidad de Dios y acercarse sin altivez. "Un corazón contrito y humillado dice 'No despreciarás tú oh Dios'".
- Deseo y Sed: Tener un anhelo genuino por la presencia y el poder de Dios en la vida personal.
- Pedir: Actuar conforme a la promesa de Lucas 11:13, pidiendo directamente a Dios que cumpla su palabra. Se menciona el principio de "pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá".
V. Fundamento Profético en el Antiguo Testamento
Para demostrar que el derramamiento del Espíritu Santo no fue un evento improvisado, sino parte del plan redentor de Dios, se citan varias profecías del Antiguo Testamento que anunciaban esta era.
Profeta | Referencia Bíblica | Cita Clave de la Promesa |
Isaías | Isaías 32:15 | "Hasta que sobre nosotros sea derramado el Espíritu de lo alto y el desierto se convierta en campo fértil..." |
Isaías | Isaías 44:3 | "Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, ríos sobre tierra árida; mi espíritu derramaré sobre tu descendencia..." |
Ezequiel | Ezequiel 36:27 | "Pondré dentro de vosotros mi espíritu, y haré que andéis en mis estatutos y guardéis mis preceptos..." |
Joel | Joel 2:28 | "Después de esto derramaré de mi espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas..." |
Se destaca que Pedro citó directamente la profecía de Joel el día de Pentecostés para explicar a la multitud el fenómeno que estaban presenciando, confirmando su cumplimiento.
VI. Relevancia Contemporánea y Doctrina Pentecostal
La exposición concluye afirmando la vigencia de esta experiencia para la iglesia actual.
- Continuidad Histórica: Se rechaza la idea de que el bautismo en el Espíritu Santo y sus manifestaciones cesaron con los apóstoles. Se postula que a lo largo de la historia de la iglesia siempre existieron grupos e individuos que vivieron esta experiencia, aunque pudieran haber sido etiquetados como "herejes" por las corrientes teológicas dominantes.
- Identidad Pentecostal: Se subraya que creer en la actualidad y universalidad de esta promesa es un pilar de la identidad pentecostal. El himno cantado refuerza esta idea: "Puede ahora repetirse este gran Pentecostés, Cristo lo ha prometido y por siempre el mismo es."
- Llamado a la Acción: El mensaje final es una exhortación a todos los creyentes a buscar y reclamar esta promesa, entendiendo que es un don disponible para "cuantos el Señor nuestro Dios llamare", incluyéndolos a ellos hoy.
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